PROBLEMÁTICA DE LAS PERSONAS PRESAS Al otro lado del Mundo La deshumanización es la gran provocación que la sociedad de hoy nos lanza a todos los seres humanos desde distintos ámbitos, colectivos y pueblos. Pero existen lugares que nos demandan como reto especial, esta provocación, y uno de esos lugares prioritarios es la cárcel. El claro oscuro de la realidad de las personas presas. ¡Que difícil resulta vislumbrar en medio de tanto dolor, de víctimas y culpables, las brechas de luz que apenas si deja abrir el tremendo muro de la realidad carcelaria! No obstante, antes de apuntar algunos hechos más problemáticos, una de estas brechas de luz esperanzadora aparece en un testimonio de hace muy poco días en una de las más de 1700 personas del Centro Penitenciario de Topas.”Ayer por la tarde me entregaron una carta certificada, que no me atrevía a leer. Una carta de mis hijos y de mi tío a los cuales no veo desde hace ya 27 años los que llevo preso al otro lado del mundo. Dentro de unos tres meses podré ver a estos niños, ya mayores, a mis cuatro nietos e incluso a una bisnieta de 4 meses, y a mi tío queridota con 82 años. Cada día madrugo para ver el amanecer y dar gracias a Dios por este otro día que me regala. Pero esta noche, mientras todo el mundo duerme, yo le doy vueltas al contenido de esta carta: mi hijo mayor de 36 años ya, la del medio con 34años y la pequeña con 29. Me cuesta creer que me hablen con ese cariño y respeto y me esperen año tras año, y ahora mes a mes con los brazos abiertos. Sin duda soy un ser privilegiado.” En contraste otro testimonio apunta distintas afirmaciones que esconden una realidad interpelante a escuchar y pensar. - En primer lugar como esta persona presa ve que la “población común” percibe que es la cárcel “un lugar destinado al castigo, pues la sociedad considera que las personas condenadas son personas peligrosas que deben estar aisladas hasta que se arrepientan o reeduquen” - En segundo lugar expresa su experiencia sin duda alguna controvertida: “por experiencia se que la cárcel no corrige de ninguna manera a ninguna persona con actitud delictiva” - En tercer lugar, más controversia aún: descubriremos que no todas las personas presas son delincuentes, aún peor es que un buen número de esas personas son inocentes, que de una manera o de otra fueron condenadas injustamente. - En cuarto lugar, siente y expresa de manera preocupante esta persona y apunta que con él muchos más: “el aislamiento de una persona de la sociedad provoca la angustia y el desarraigo que nos destruyen. “La función de la cárcel es la deshumanización de uno. O esta otra, por último “Una persona sustraída de su entorno social y sometida a condiciones infrahumanas de vida no puede conseguir la pretensión de reeducación y reinserción con la vuelta a la sociedad de la que formaba parte” Esta desconfiada manifestada es uno de los grandes retos y problemas que cada día debe afrontar la persona presa. Pero sobre todo, debiera ser consiente y afrontar el propio Sistema penitenciario. Problemas con raíz en el propio Sistema Es muy común no sentirse culpable (con razón o sin ella). Es muy común escuchar y darte cuenta que faltan las dos condiciones mínimas para hacer posible la reinserción: disponibilidad por parte de la persona presa y utilización de los medios adecuados por parte del Sistema para dar protagonismo a salidas humanizadoras. La masificación, la falta de recursos en personas, medios laborales o profesionales, junto a agravios comparativos injustos y escandalosos (¿porqué el 80% de las personas presas pertenecen a una clase social media baja?) no favorecen el poder recorrer un camino adecuado para la reinserción. Desde otro testimonio quiero compartir una nueva reflexión en relación a la evolución del tratamiento y vida en la cárcel: “Siento un gran vacío y desesperanza. Veo que ahora se ataca mas la mente en vez de al cuerpo. Solo aquellas personas que por propia iniciativa cultivan la mente y con fuerza titánica aguantan, son capaces de vivir día adía con dignidad”. Seguro que quien así se expresa pone el dedo en la manera de hacer de una sociedad como la que vivimos y en un Sistema penal y carcelario como el que tenemos. La debilidad del “tener” no ha sido tan determinante como la de “ser” a la hora de percibir, juzgar o actuar frente a muchas personas que han terminado en el sistema carcelario. Probablemente, uno de los grandes retos sociales por resolver en el antes de la cárcel (la prevención), en la cárcel y después de la cárcel, sea como afrontar necesariamente un tratamiento individualizado y personalizado, las causas y consecuencias de un sistema dónde sólo triunfan los fuertes y margina, expulsa y condena a los débiles con una frialdad escandalosa y radicalmente injusta. Otros problemas. De esta manera se expresa otra persona presa:”El preso está alejado de sus seres queridos. El preso sufre insomnio y pesadillas. No haya talleres remunerados más que para unos pocos. Muchos no tienen ni para un sello, una llamada, para comprar en el economato y arreglar el rancho, muchas veces ni para un café o una botella de agua. Muchos se encuentran con 9 años de condena, sin pisar tierra española por tratar de ganar unos euros para solucionar un problema material que se convierte en una catástrofe pues no son delincuentes, y muchos ni se atreven a decirles a sus hijos que están presos por vergüenza y frustración. Me inunda la tristeza al verlos y percibir su interior pensando en los años que les quedan.¡No queda otra que luchar el día a día y esperar! ¿Esperar? Todo el tiempo esquivando posibles problemas. Otros ya abandonados.” Pérdida de autoestima, degradación de la persona, desarraigo familiar y social, escuela de delincuencia para muchos, desproporción total de recursos humanos y profesionales, pues prima el objetivo de la seguridad sobre la reinserción, falta de medios, sistema judicial y penitenciario más punitivo que reinsertivo, el difícil camino del reconocimiento por parte de la persona presa de haber ocasionado víctimas, el que la misma persona presa se convierta en víctima como consecuencia de la rebelión y el odio que la misma cárcel encierra en ellos, sentir la desproporción entre el delito y la pena…Son algunos de los muchos problemas que hacen que la cárcel aparezca como fruto de una estructura injusta de la sociedad de la que todos participamos; y a pesar de buena voluntad y el trabajo serio de muchos profesionales responsables que de ninguna manera se puede poner en cuestión, es tal la confluencia de pobrezas, que muchas de las personas que de una u otra forma nos acercamos a la cárcel, afirmamos en distintos momentos el fracaso de un Sistema que no solo no da salida, sino que en muchos casos agrava las situaciones personales y familiares. Que no nos pueda la desesperanza. ¿Cómo levantar el grito a favor de la dignidad de las propias víctimas y de los culpables, de tantos inocentes y de tantas personas llamadas a la libertad, en medio de tanta deshumanización; pero a la vez con tantas personas que realizan un gran esfuerzo día a día por mirar entrañablemente esta dura realidad de la cárcel. (Fuente de Tapia. Alandar Mayo 2008) Pretendemos que este artículo sea un acicate, un estímulo más en el proceso personal de “Humanizar el Espíritu y espiritualizar todo lo humano” La Sociedad actual mayoritariamente valora más todo lo material: dinero, prestigio, poder…El resultado, cada vez más extendido es el vacío, la insatisfacción, la despersonalización, el egoísmo y abuso de los débiles etc. Como parte de la sociedad, todas tenemos el riesgo de la indiferencia ante el sufrimiento, es necesario hacerle frente para no caer en esta faceta deshumanizadora. Entre otras cosas, creemos que es urgente pero a la vez posible y al alcance de todas: encarnar y actualizar el carisma y avivar nuestra sensibilidad para percibir a Dios allí donde nos resulta más difícil… (XVI CG, Odres Nuevos págs15 y 17). Además de la información que aporta el Prof. Tapia en relación a la realidad de las cárceles, el párrafo final es una llamada que nos impulsa a hacer frente al reto de la deshumanización y no ceder a la impotencia. Ante la deshumanización, el estrés consumista, la violencia terrorista o institucionalizada, siempre la del más fuerte, hay que reaccionar, coger la onda del Espíritu orar la vida y discernir, reflexionar, dialogar, compartir serenamente sentimientos, dudas... Interrogarme e interrogarnos sobre mis actitudes y actividades: ¿Son humanizadoras y generan humanidad nueva? Madre Asunción decía “con Dios lo podemos todo… y que a ella siempre la había llevado de la mano... Ánimo pues que Dios nunca se deja vencer en generosidad. Traer a nuestro día a día las actitudes y el ejemplo de Madre Asunción: Oración, Fe y confianza en la acción del Dios; compasión, perdón hasta la excusa. Ser cada día más humanas y compasivas; aportar “mis panes y mis peces”. Es lo único que pide Jesús (Mt 14,17-18) y es un reto al alcance de todas. La edad las limitaciones, el saber más o menos, estar en un lugar o en otro. Nada de esto es obstáculo. El milagro lo hace Jesús, pero después de haber puesto a disposición mis panes y mis peces H. Elia Rodríguez Justicia y Paz de la Vicaría “Ntra. Sra. de la Asunción”