Investigación retención a las exportaciones

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Trabajo Práctico de Derecho a la Alimentación
Comisión: 0219
Profesor: Marcos Filardi
Alumnos:
César Henric
Patricio Gigy
Isidro Moreno Crotto
Fecha de entrega: 15 de noviembre de 2011
Tema: “Retención a las exportaciones”
Introducción sobre el Derecho a la Alimentación adecuada:
Pese a que todos los países del mundo reconocen directa o indirectamente el derecho a
los alimentos que tiene el ser humano por la sola condición de existir, son múltiples las
razones por las cuales hoy en día millones de personas padecen hambre, viéndose
imposibilitados de acceder a una alimentación nutritiva y adecuada. Si bien se pueden
señalar múltiples causales al problema del hambre, tales como las guerras, las sequías,
las catástrofes naturales, la pobreza, lo real y cierto es que muchas veces son las propias
decisiones de las personas, llámesele gobiernos o empresas, las que deciden causar
hambre.El hambre causa trastornos y dificultades en el desarrollo de las personas, opaca el
intelecto y atrofia la productividad, impidiendo a sociedades enteras realizar su
potencial. En los países en desarrollo las enfermedades relacionadas con el hambre le
suman gastos a las familias pobres e incrementan la carga de atención que llevan los
miembros saludables de éstas, que ya de por sí luchan por su subsistencia. Cuando esta
dificultad se multiplica por millones de familias en todo el mundo se crea un devastador
efecto de propagación que pone en peligro la vida de mujeres, niños y de la sociedad
mundial toda.Al ratificar el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC), los gobiernos aceptaron su obligación de respetar, proteger y realizar el
derecho a la alimentación. Estas obligaciones pueden realizarse, por ejemplo, mediante
la adopción de leyes y reglamentos así como a través de políticas y estrategias que
conduzcan a la creación e implementación de programas e instituciones. Resulta
indispensable que el Estado lleve a cabo una evaluación general en aras de identificar
quiénes son las personas que padecen hambre en el país, dónde se encuentran
localizadas dichas personas y cuáles son las razones por las cuales se encuentran
privadas del derecho a gozar de una alimentación adecuada.
“El derecho a la alimentación adecuada, al igual que cualquier otro derecho humano,
impone tres tipos o niveles de obligaciones a los Estados Partes: las obligaciones de
respetar, proteger y realizar. A su vez, la obligación de realizar entraña tanto la
obligación de facilitar como la obligación de hacer efectivo. La obligación de respetar el
acceso existente a una alimentación adecuada requiere que los Estados no adopten
medidas de ningún tipo que tengan por resultado impedir ese acceso. La obligación de
proteger requiere que el Estado Parte adopte medidas para velar por que las empresas o
los particulares no priven a las personas del acceso a una alimentación adecuada. La
obligación de realizar (facilitar) significa que el Estado debe procurar iniciar actividades
con el fin de fortalecer el acceso y la utilización por parte de la población de los
recursos y medios que aseguren sus medios de vida, incluida la seguridad alimentaria.
Por último, cuando un individuo o un grupo sea incapaz, por razones que escapen a su
control, de disfrutar el derecho a una alimentación adecuada por los medios a su
alcance, los Estados tienen la obligación de realizar (hacer efectivo) ese derecho
directamente.
El derecho humano a la alimentación adecuada “se ejerce cuando todo hombre, mujer o
niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo
momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla” o, en otros términos,
es "el derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea directamente,
sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente
adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que
pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y
colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna”. El derecho humano a la
alimentación adecuada se encuentra reconocido en numerosos instrumentos de derechos
humanos jurídicamente vinculantes del Sistema de las Naciones Unidas y de los
sistemas regionales de protección de los derechos humanos americano, europeo y
africano, en otros instrumentos de derechos humanos jurídicamente no vinculantes y en
diversas constituciones y leyes nacionales.
Un Estado que es Parte de dichos tratados o que ha reconocido el derecho a la
alimentación adecuada en su derecho interno se encuentra obligado a respetarlo,
protegerlo, realizarlo y a adoptar medidas para hacerlo efectivo. El Estado se convierte
en el garante de la disponibilidad, la accesibilidad física y económica, la adecuación y
la sustentabilidad de la alimentación de todas y cada una de las personas bajo su
jurisdicción.
La disponibilidad exige que haya alimentos suficientes para satisfacer las necesidades
de alimentación de toda la población en todo momento y, por lo tanto, refiere a las
posibilidades que tienen las personas de alimentarse ya sea directamente –trabajando la
tierra o recurriendo a otras fuentes naturales de alimentos- o mediante sistemas de
distribución, elaboración y de comercialización que funcionen adecuadamente y que
puedan trasladar los alimentos desde el lugar de producción a donde sea necesario según
la demanda.
La accesibilidad física supone que los alimentos deben llegar a todas las personas que
los necesiten y la accesibilidad económica implica que los costos financieros personales
o familiares asociados con la adquisición de los alimentos necesarios para un régimen
de alimentación adecuado deben estar a un nivel tal que no se vea amenazada la
satisfacción de otras necesidades básicas.
La adecuación implica que la alimentación debe satisfacer las necesidades de dieta
teniendo en cuenta la edad de la persona, sexo, condiciones de vida y ocupación; que los
alimentos deben ser sanos y seguros para el consumo humano y que la alimentación
debe ser culturalmente aceptable.
La sustentabilidad, finalmente, requiere que la disponibilidad, accesibilidad y
adecuación de la alimentación deben mantenerse en el tiempo y no afectar el pleno goce
y ejercicio de este derecho por las generaciones futuras.
En su posición de garante, pues, el Estado debe desarrollar una política pública que
genuinamente persiga el objetivo de garantizar el derecho a la alimentación adecuada de
toda la población.
El derecho a la alimentación en derecho internacional
El derecho a la alimentación es un derecho humano reconocido por las normas
internacionales de derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos
reconoce, en el contexto de un nivel adecuado de vida, que toda persona tiene derecho a
un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar,
y en especial la alimentación (art. 25). El Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, que forma parte de la Carta Internacional de Derechos Humanos,
reconoce el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado (art. 11.1). Reconoce
además expresamente “el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra
el hambre” (art. 11. 2).
En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, dirigentes de 185 países y de la
Comunidad Europea reafirmaron, en la Declaración de Roma sobre la Seguridad
Alimentaria Mundial, "el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos
y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el
derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre." Además se
comprometieron a reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre para el
año 2015.
Erradicar el hambre ha dejado de ser un mero ideal de la comunidad mundial como en
antaño, ya que actualmente se producen alimentos suficientes para alimentar a tres
veces a la población mundial actual, lo cual nos obliga a plantearnos el por que de la
existencia de hambruna en un mundo repleto de alimentos, los cuales muchas veces son
manejados discrecionalmente por los mercados para beneficios de unos pocos. Asegurar
el derecho a disponer de una alimentación adecuada parece hoy por hoy en entonces un
problema discrecional de la sociedad y no de recursos como lo fue en épocas anteriores.
El derecho fundamental de no padecer hambre es un asunto del derecho internacional
moderno, específicamente contenido en diversos instrumentos internacionales de los
derechos humanos con los que se han comprometido países de todo el mundo, pero en
partícular es un derecho expresamente reconocido por nuestra carta magna.
Asimismo, y de conformidad con lo expresado, nuestro país, tampoco se queda afuera
de la problemática planteada, ya que en un país exportador alimentos como lo es la
Argentina, encontramos que existen provincias como en el caso del Chaco con indices
de mortalidad infantil y desnutrición, semejantes a los países más pobres del Africa.Sabemos que estamos hablando de un estado soberano dentro del continente americano,
dividido en veintitrés provincias, y que posee una población aproximada de cuarenta
millones de habitantes, con el segundo P.B.I más importante de America Latina, y el
vigésimo séptimo más importante del mundo, con una extensión territorial de tres
millones setecientos sesenta y un mil, doscientos setenta y cuatro kilómetros de
extensión. La producción de alimentos provenientes de la agricultura y la ganadería
vacuna, es tradicionalmente, uno de los ejes de nuestra economía, siendo hoy por hoy,
la soja el principal producto del sector.Los principales productos agropecuarios del país son:


Los granos, que se dividen a su vez en dos grandes sectores:
o
Oleaginosas: principalmente, soja y en menor medida girasol.
o
Cereales: principalmente, maíz y trigo.
El ganado vacuno: para la producción de carne vacuna y productos lácteos.-
Una parte sustancial de la producción agrícola se exporta sin manufacturación en forma
de granos (soja, maíz, trigo y girasol), representando el 15% de las exportaciones totales
del país. El resto se destina como materia prima, principalmente a la industria de la
alimentación. La soja es una rareza, diferenciándose sustancialmente del resto de los
productos agropecuarios por el hecho de que no se consume en el mercado interno, y
por lo tanto prácticamente la totalidad se exporta. Por el contrario, los cereales, lácteos y
la carne vacuna constituye la base de la dieta alimentaria de la población, razón por la
cual una parte considerable se destina al consumo en el mercado interno.-
Terminado de tratar el marco local de la Argentina, vemos que desde el marco de la
comunidad internacional, la misma desde sus inicios, a través de las Naciones Unidas ha
establecido el acceso a una alimentación adecuada como derecho individual y
responsabilidad colectiva de todos los estados partes. La Declaración universal de
derechos humanos de 1948 proclamó que "Toda persona tiene derecho a un nivel de
vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en
especial la alimentación..." Casi 20 años después, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (1996) elaboró estos conceptos más plenamente,
haciendo hincapié en "el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y
su familia, incluso la alimentación...", y especificando "el derecho fundamental de toda
persona a estar protegida contra el hambre".
Para el presente análisis parece menester comprender ciertos ítems que nos van
clarificar, al menos brevemente, el panorama. Así pues ¿qué diferencia hay entre el
derecho a estar protegidos contra el hambre y el derecho a tener una alimentación
adecuada? El primero de estos derechos es fundamental. Significa que el Estado tiene la
obligación de asegurar a sus habitantes, por lo menos, que las personas no mueran de
hambre. Como tal, está intrínsecamente asociado al derecho a la vida. Además, no
obstante, los estados deberían hacer todo lo posible por promover un disfrute pleno del
derecho de todos a tener alimentos adecuados en su territorio, en otras palabras, las
personas deberían tener acceso físico y económico en todo momento a los alimentos en
cantidad y de calidad adecuadas para llevar una vida saludable y activa, pues
entendemos que acotar el problema del hambre a que se soluciona dándole a todos de
comer, es cuanto menos ilógico, ya que con ese argumento, todos deberíamos
acompañar a las moscas y comer lo que ellas coman… Para considerar satisfecho el
derecho a la alimentación, deberá considerarse que la misma no solo debe tener
cantidad, sino también, calidad, es decir nutritivos, para un completo desarrollo tanto
física como intelectualmente de las personas.- A ello, también debemos agregarle que
los alimentos, van a ser adecuados o no, en tanto y en cuanto sean culturalmente
aceptados por la sociedad que los consume, pues de nada sirve enviar porotos de soja
para los desnutridos del Chaco, por una simple razón, allí, como en el resto del país,
carnívoro por excelencia, se come carne.
Tampoco debe escapara al análisis, el tema de la producción de los alimentos, pues los
mismos deben ser producidos en forma sostenible para el medio ambiente y la sociedad.
Para este caso es clarificador el caso de la soja, hoy por hoy la producción de la soja
alcanza a más del sesenta por ciento del suelo argentino, contra una merva clara de la
crianza de ganado, en un país donde se come carne promedio, cinco veces por día.
Por último, y no por eso menor, es el análisis de los costos que tienen los alimentos,
interfiriendo en la vida cotidiana de las personas, no de las clases medias o altas, pero si
en las bajas, donde para acceder a un kilo de milanesa (en un caso extraordinario) deben
delegar transporte, educación, salud, tareas recreativas, etc…, en síntesis las personas no
pueden ver limitado el derecho a una alimentación suficiente y nutritiva, en pos de crear
ganancias mayores a los mercados, sean estos nacionales o internacionales, ya que esta
situación pone en peligro no solo el derecho a la alimentación adecuada, sino también, a
otros tantos derechos socioeconómicos, que deben dejar de satisfacerse, si uno debe
comer lo que el cuerpo necesita, para crecer fuerte, sano y mantenerse saludable.Definición del tema objeto del presente trabajo: “Retención a las exportaciones”:
En primer lugar, resulta adecuado definir el concepto de “Retenciones” para una mayor
comprensión del tema objeto del presente trabajo, como así también definiremos los
conceptos vinculados al mismo.
En ese sentido, podemos definir a las retenciones como “una suma que quien realiza el
pago conserva en su poder, por exigencia de las normas impositivas, a fin de entregarla
a la entidad recaudadora correspondiente en pago de impuestos debidos por cada
persona a la cual se le efectuó la retención de esa suma.”1
1
Dr. Osorio, Manuel. Edición del Diario Judicial del 2011.
Asimismo, y con el objeto de clarificar en mayor medida la definición, la Real
Academia Española conceptualiza a las retenciones como “aquel descuento que se
practica sobre un pago para la satisfacción de una deuda tributaria”.
Son un impuesto que aplican algunos países de manera transitoria para atenuar el
traslado a los precios del mercado interno de una fuerte suba en la plaza internacional,
como ocurrió con el petróleo y los alimentos. En ausencia de ese recurso fiscal, y
manteniendo el tipo de cambio del peso con cualquier divisa, todo aumento de la
cotización de los bienes que la Argentina exporta, se trasladaría directamente a los
valores de lista para el consumidor local, en la proporción del aumento en dólares del
producto por el tipo de cambio del día. Así, si los argentinos fueran grandes
consumidores de soja, sea bajo la forma de harina o de aceite, un alza de 100 dólares en
la tonelada del producto, se traduciría en un aumento de la tonelada en el mercado
interno de $317, al tipo de cambio de 3,17 por dólar.
Para evitar ese efecto sobre la canasta de consumo de las familias, el Estado, a través del
Ministerio de Economía, apela a las retenciones, para que sólo se traslade parte de ese
salto.
Eso ocurre, porque difícilmente un productor, sea agropecuario o petrolero, por citar
sólo unos casos, esté dispuesto a vender en el mercado interno a $190 lo que el mercado
internacional, por efecto de la combinación del tipo de cambio alto y el alza sorpresiva
de las cotizaciones está dispuesto a pagar el equivalente a 317 pesos.
¿Cómo se reparte la riqueza?
Del lado oficial, se justifica la medida con ese efecto "antiinflacionario", porque evita la
suba de los precios internos por un factor externo no vinculado directamente con el alza
de los costos de producción, y en consecuencia ejerce un efecto redistributivo sobre el
resto de la población, porque termina pagando menos lo que en el mundo cuesta más.
Se destaca que con parte de esos recursos el Estado nacional logra niveles de ahorros
que posibilita que no tenga que acudir al mercado financiero local para financiar parte
de sus gastos, en particular los vinculados con los intereses de la deuda pública, y de ese
modo permite que las familias y empresas tengan un acceso más fluido y a menor costo
al mercado de crédito local, que en el pasado. También, menciona que otra parte de los
fondos generados por el comercio exterior son derramados por todo el país bajo la
forma de obra pública, sea caminos, centrales energéticas y asistencia a productores
afectados por condiciones climáticas adversas. Bajo esas consideraciones, no son pocos
los economistas que consideran que las retenciones sobre las exportaciones son un
instrumento de política económica aceptado para uso transitorio, pero no como
herramienta de largo plazo, más aún cuando se trata de un recurso que no es
coparticipado con las provincias, como ocurre con el IVA o Ganancias.
Caminos alternativos que siguen otros países
Por eso en la mayoría de los países, se opta por atenuar el efecto de la suba de los
precios internacionales de los productos que consume y que exporta o importa, a través
de la apreciación de la moneda, como es el caso de Brasil, China, Chile, e incluso
Europa.
Es decir baja la cotización de cambio de su moneda con respecto al resto de las divisas,
de manera que lo que debe pagar por mayor precio internacional lo atenúa con la baja
del tipo de cambio.
Imponer retenciones a la exportación supone que el sector exportador recibe beneficios
extraordinarios luego de una devaluación. Este supuesto es correcto si las exportaciones
se incrementan rápidamente y de modo permanente luego de una devaluación.
Una hipótesis alternativa es que las retenciones se implementan en períodos de crisis
para obtener recursos fiscales y para impedir que los precios internos de los bienes
transables se incrementen a la misma tasa de la depreciación de la moneda doméstica.
En este caso, las retenciones se utilizan como un instrumento que suaviza los cambios
de precios cuando se cambia el régimen cambiario o cuando dentro del mismo régimen
se produce una fuerte devaluación. Esta última hipótesis parece verificarse en la historia
económica argentina. La imposición de retenciones tiene un efecto negativo sobre las
exportaciones, disminuyendo el precio percibido por los exportadores y la rentabilidad
del sector.
Por el otro lado, conviene también definir los derechos de exportación, sobre los cuales
podemos decir que “son el tributo que es cobrado por un órgano del Estado por el
hecho de la salida de la mercadería del territorio nacional”.
Finalmente, es importante definir al tributo como “toda prestación obligatoria, en
dinero o en especie, que el Estado exige en ejercicio de su poder de imperio, en virtud
de ley”.
Argumentos a favor de los derechos a las exportaciones
Generalmente se afirma que las retenciones a las exportaciones son “distorsivas”,
debido a que modifican las señales de precios determinadas por el libre equilibrio del
mercado. Al margen de que todo impuesto es, en alguna medida, distorsivo, la
afirmación anterior se ve limitada por varios motivos. En economías muy
desbalanceadas
como
internacionalmente
la
la
argentina,
industria
un
genera
dólar
que
alto
otros
que
sectores
haga
competitiva
obtengan
rentas
extraordinarias derivadas de recursos naturales. Por esta razón, algunos economistas
consideran que un dólar competitivo debe ir acompañado de retenciones a las
exportaciones que permitan extraer el excedente económico extraordinario, y ayuden a
controlar la suba de precios Internos de estos productos.
Argumentos en contra de los derechos a las exportaciones
Es sabido que el sistema de precios cumple funciones centrales en la organización
económica al actuar como incentivo para producir y consumir (un aumento de precio
fomenta la producción y restringe el consumo), como diseminador de información (los
precios le dan información sobre la situación del mercado a productores y
consumidores) y como racionador de cantidades (si hay poca producción el consumo se
ajustará a ella mediante un aumento del precio.
Por su parte, cuando los impuestos no son neutrales, o sea cuando no gravan igual a
todos los bienes, los precios relativos se ven modificados por la política tributaria y de
ese modo alteran la asignación de los recursos. Por ejemplo, un impuesto a la
exportación (retención) abarata el precio del producto en el mercado interno.
Veamos el caso del trigo: está gravado con una retención del 20%; por lo tanto, cuando
se va a exportar, al liquidarse la operación se descuenta del precio ingresado del exterior
un 20%, que no va a la cuenta del exportador sino a la de la Aduana. Así, el precio
relevante para el exportador-productor no es el precio internacional sino el 80% del
precio internacional; sus decisiones de compras se tomarán en base a ese precio y la
competencia entre consumo interno y exportaciones seguirá el mismo camino.
Cuando la tributación sobre el comercio internacional llega a ser un capítulo importante
de la política económica, puede afectar profundamente la asignación de los recursos
entre sectores e industrias. Algunos economistas creen que esto es lo que está
ocurriendo en Argentina desde 2002 con las retenciones a las exportaciones.
La política de retenciones aplicada desde 2002 se caracteriza por establecer “retenciones
diferenciales”, o sea distintas alícuotas para cada producto. El modelo de imposición
elegido tiene entre los objetivos declarados por las autoridades, promover la
industrialización de las materias primas. Al cobrar mayores impuestos a la exportación
de productos sin elaborar, se cambia artificialmente el precio relativo entre ambos y ello
afecta directamente los incentivos para asignar recursos.
Las consecuencias de la política de impuestos selectivos a las exportaciones son claras y
directas. Como la mayoría de los bienes que exporta la Argentina son commodities que
se transan en mercados internacionales profundos y líquidos, el impuesto a las
exportaciones no altera el precio internacional pero sí deprime el precio interno de estos
commodities en Argentina.
Breve reseña histórica de las retenciones a las exportaciones en el país
Las retenciones a las exportaciones han sido un mecanismo de recaudación tributaria
relativamente habitual en la historia económica de la Argentina. Establecidas por
primera vez en 1862 por el presidente Bartolomé Mitre, se mantuvieron casi sin
modificaciones hasta 1905, durante el modelo agroexportador llevado adelante por los
gobiernos conservadores-liberales del Partido Autonomista Nacional. La Unión Cívica
Radical volvió a establecerlos entre 1918 y 1925, durante las presidencias de Hipólito
Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear. Las llamadas Revolución Libertadora en 1955, y
Revolución Argentina en 1967, también establecieron retenciones a la exportaciones,
alcanzando en este último caso un monto del 40%.También durante el gobierno de Raúl
Alfonsín y la primera etapa de los dos gobiernos de Carlos Menem se impusieron
considerables tasas de retenciones a las exportaciones agropecuarias, llegando en éste
último caso a tasas del 44% para la soja y del 33% para el maíz y el trigo.
A partir de 1991, el presidente Carlos Menem adoptó una posición contraria a las
retenciones a las exportaciones, dejando sin efecto las que se imponían a maíz, el trigo,
el sorgo y los derivados manufacturados de la soja, y reduciendo la de esta última y la
del girasol, cuando se exportaban en bruto, al 3%. Esto resulta coherente con su política
monetaria de dólar bajo o convertibilidad.
Luego de la crisis de 2001, el presidente Eduardo Duhalde tomó la decisión de aumentar
las retenciones a la exportación en abril de 2002, luego de un amplio debate en el
gabinete en el que se registraron posiciones encontradas. La medida fue propuesta por el
ministro de Economía Remes Lenicov, con el apoyo del Fondo Monetario Internacional,
sosteniendo que se trataba del único modo de financiar el déficit del presupuesto y que,
además, parte de dichos fondos podrían financiar el plan de subsidios a los desocupados
que había anunciado el presidente Duhalde.
Duhalde se oponía inicialmente a elevar las retenciones a las exportaciones, ante los
argumentos que sostenían que su aplicación profundizaría la recesión, pero luego
cambió de opinión, aceptando un sistema que no fuera general. Se establecieron
excepciones para los bienes con alto valor agregado y esenciales para las economías
regionales, como la miel y los limones. Finalmente decidió aumentar las retenciones a la
exportación de granos (maíz y trigo) y oleaginosas (soja y girasol), llevándolas a un
20% promedio, un 10% para productos manufacturados, y un 5% para el calzado. El
gobierno evaluó también la posibilidad de establecer un sistema de retenciones móviles
"que acompañaran la cotización del dólar", pero finalmente se impuso el sistema de
retenciones fijas defendido por el ministro Lenicov.
La medida fue muy criticada por las organizaciones patronales agropecuarias que
amenazaron con tomar medidas de fuerza.
Luego de una caída del precio internacional de la soja en 2005, su valor volvió a subir
en los años subsiguientes, hasta alcanzar valores record a comienzos de 2008. En ese
contexto, el gobierno del presidente Néstor Kirchner aumentó dos veces las retenciones
en enero y noviembre de 2007, alcanzando un porcentaje de 35% para la soja en bruto,
32% para el aceite, 28% para el trigo y 25% el maíz.2
Como podrán apreciar, la Argentina ha hecho uso de las retenciones a las exportaciones
desde hace más de 130 años, donde los principales alimentos exportados como la soja se
han mantenido hasta el presente.
2
Resumen de artículo elaborado por Wikipedia sobre la historia de las retenciones en la Argentina
(http://es.wikipedia.org/wiki/Paro_agropecuario_patronal_en_Argentina_de_2008#Las_retenciones_a_la
_exportaci.C3.B3n).
Retenciones a las exportaciones en la actividad agropecuaria
La actividad agropecuaria es una práctica comercial realizada por los productores
dueños de tierras fértiles existentes a lo largo y a lo ancho de todo el territorio nacional.
Esta actividad económica consta desde la plantación de cereales, de soja, hasta la cría de
vacas con el objetivo de comercializar su carne.
El conflicto que surgió en torno a este tema fue la manifestación expresa de
controversias históricas que tuvo siempre la República Argentina, desde la época de los
Unitarios y Federales, donde la recaudación de los tributos aduaneros estuvo siempre a
cargo de Buenos Aires por ser ella la ciudad donde se encontraba el puerto, lo que
posibilitaba el tráfico de mercadería exportada al mercado mundial
Retenciones y alimentos: ¿Cómo se afectaron las retenciones a los alimentos objeto
de las principales exportaciones Argentinas?
A continuación nos explayaremos sobre cómo las retenciones han afectado
principalmente a los principales alimentos exportados por nuestro país.
En ese sentido, nuestro análisis abarcará principalmente la exportación a la soja y a la
carne, en virtud de su conocida importancia a nivel nacional.
 Las retenciones y la carne:
Los distintos cortes de carne son considerados
unos de los más baratos del mundo, pero por su
importancia en la canasta familiar, sus variaciones
alteran sensiblemente los índices de precios y
repercuten directa y rápidamente en los índices de
inflación.
Para entender mejor la complejidad de la
situación, agreguemos que estamos frente a un
producto de baja elasticidad de demanda, es decir con una muy baja reacción al
consumo ante las variaciones de precios, con un mercado estabilizado hasta el pasado
otoño, pero con una creciente presión del consumo interno y una mayor demanda de la
exportación.
El “efecto ingreso”, una mayor propensión al consumo derivada de mejoras
económicas, comenzó a competir con una mayor demanda de los países desarrollados; y
a ello se sumó el cierre de los mercados de Brasil ante la detección de aftosa en sus
carnes. Si bien la Unión Europea sólo permite la entrada de carne argentina sin arancel
hasta 28.000 toneladas sin pago de aranceles, pagar el 100% de arancel por encima de
estos volúmenes aún hace redituable el negocio ante lo elevado de los precios
internacionales.
Esta situación atrapó al gobierno entre dos fuegos, el interno y el externo y por ello
recurrió a la solución más usada en las últimas décadas, un incremento de las
retenciones, agravado con una prohibición a la faena de animales livianos, como intento
de aumentar la oferta a mediano plazo.
Las medidas se tomaron después de fracasar las negociaciones impulsadas por el
gobierno para bajar el precio de la carne en las góndolas y con un claro intento de
manejar el precio final monitoreando todas las etapas del proceso.
Por otro lado la suba de precios no es responsabilidad de los productores ni de
consumidores. El precio es consecuencia de una cadena de valor donde además de la
participación de gobierno con este tipo de medias, participan supermercados,
frigoríficos y carniceros y una discusión sobre si el repunte inflacionario responde a un
exceso de demanda externa en constante crecimiento o a la escasez de oferta.
Con estas medidas, el gobierno lo que intentó es mantener el consumo interno a valores
actuales y exportar sólo excedentes.
Ahora bien, nos parece interesante resaltar que la Argentina es el país con mayor
consumo de carne per cápita del mundo, con aproximadamente 90 kg. por habitante por
año, de los cuales el 70 % corresponde a carne vacuna. Asimismo en la actualidad hay
unos 250.000 productores bovinos con un rodeo de 185 cabezas promedio, de los que
un 95% tienen hasta 1.000 cabezas y que según estimaciones oficiales el stock nacional
ronda los 56 millones de cabezas.3
Una vez más resalto la importancia de estos datos estadísticos a los efectos de que
puedan ustedes considerar las estadísticas descriptas en los mencionados datos y poder
comparar las mismas con las estadísticas sobre desnutrición sufridas en los diferentes
territorios de nuestra población.
Asimismo, una vez más demostramos que el hambre -por lo menos en nuestro país- no
se debe de ninguna manera a la falta de alimentos, sino que a otros factores que
perfectamente podemos sanear realizando las políticas adecuadas y haciendo valer el
derecho a la alimentación en todas y cada una de sus expresiones.
 Explosión del precio de la hacienda: Medidas drásticas:
Como la mayoría sabrá, con fecha 8 de noviembre del 2006, el gobierno de turno de
aquel momento liderado por Néstor Kirchner, decidió suspender por 180 días las
exportaciones de carne como respuesta al fuerte aumento del precio de la hacienda que
había acaecido en ese período, afectando el mismo al consumo local de la carne.
El presidente de aquel entonces (Dr. Néstor Kirchner), decidió tomar esa drástica
medida contra la industria frigorífica exportadora, con motivo del alza de precios a nivel
local de los principales cortes vacunos, afirmando que “no nos interesa exportar a costa
del hambre del pueblo”.4
Ahora bien, la causa principal para implementar esta drástica medida fue la suba del
precio del novillo -principal producto de referencia- en un porcentaje del 7,63% ese día,
sumado al aumento del 36% sufrido durante todo el año.
¿Cómo afectó esto al consumidor? Conforme surge de las estadísticas, los aumentos
sobre el precio de la carne aquél día se habrían trasladado entre un 8 y un 10 por ciento
al corte consumido por la población.
3
Estudio sobre el complejo cárnico elaborado por la Federación Industrial de
Santa Fe (Fisfe).
4
Discurso del presidente en un acto en la Ciudad de Avellaneda con fecha 8.11.2006.
Ésta política tuvo como efecto que el gobierno dejara de retener los impuestos sobre el
rubro de carne exportada.
Análisis de la resolución 125/2008 del Ministerio de Economía y Producción de la
Nación
La famosa resolución 125/2008 que dictó el Ministerio de Economía y
Producción de la Nación en cabeza del, en ese entonces, ministro de economía Lic.
Martín Lousteau, hace referencia, a lo largo de su articulado, a la determinación de los
correspondientes derechos de exportación acorde al producto comercial que se trate.
La misma, en su artículo primero, establece una fórmula matemática por medio
de la cual se obtiene el valor numérico de la alícuota correspondiente al canon que
deberán pagar aquellos exportadores a la hora de ejercer toda industria lícita y practicar
el comercio internacional como medio de vida contundente, como sustento económico.
Esta alícuota se convierte en móvil debido a que las variables que forman parte
de la ecuación que, muy inteligentemente, planteó dicho funcionario, precisamente,
dependen del mercado, de los precios y valores que la misma plataforma económica
internacional impone que, quien desee practicar el comercio internacional como
actividad, debe respetar sino queda excluido del sistema.
Los famosos derechos de exportación, desde antaño, fueron y son utilizados como una
fuente de ingresos para el Tesoro Nacional que pasó a ser una de las más importantes,
convirtiéndose así en casi en la mayor fuente de recaudación de fondos que permitieron
pagar parte de la deuda externa.
Al aprobarse esta resolución, se generó un caos social en el sector agropecuario que fue
el más perjudicado y el más afectado ya que, si bien aumentó la recaudación a nivel
nacional, dicha riqueza no fue redistribuida de manera adecuada. Por lo tanto, el sector
agrario se sintió defraudado debido a que, si bien aportaron y aportan pagando sus
impuestos como todo ciudadano contribuyente argentino, no obtuvieron ninguna mejora
a cambio.
Los presupuestos provinciales no aumentaron, el nivel de vida del sector no mejoró, de
hecho, en algunos casos empeoró porque se agudizaron más las diferencias sociales y
las falencias en las diferentes áreas cuando lo que primero se debió haber hecho al
momento de aumentar la recaudación y el Tesoro Nacional fue reforzar la
educación, reducir el nivel de desempleo, reducir la cantidad de familias que viven en
condiciones de indigencia, entre otras cosas.
El sistema de retenciones móviles que planteó el Lic. Martín Lousteau en la
resolución 125/2008, como bien expliqué algunas líneas más arriba, se basa en un
cálculo perteneciente a las matemáticas con variables cuyos valores son los que arroja la
economía mundial.
Retención a la Soja
 Retención a la soja de 25% pide la oposición MAR 17 MAR 2009 |
20:15.
La iniciativa, que fue presentada por el diputado Pedro Moroni (UCR), establece que en
el caso de la oleaginosa se bonificará "el monto resultante del derecho de exportación
establecido hasta las primeras mil toneladas que comercialice cada productor, sea
persona física o jurídica". El proyecto fue consensuado por los bloques de la UCR,
PRO, Coalición Cívica y socialismo con técnicos de la Mesa de Enlace agropecuaria.
El texto también establece retenciones diferenciales para el maíz, trigo, girasol y frutas,
además de carne y leche. El texto, además, modifica el Código Aduanero con el fin de
que, en base a la Constitución Nacional, el Poder Ejecutivo ceda al Parlamento la
facultad de establecer derechos de exportación e importación.
Por otra parte, el proyecto crea una Comisión Bicameral Permanente que tiene por
objeto el análisis periódico de las alícuotas de los derechos de importación y
exportación de los productos contenidos en las posiciones arancelarias de la
Nomenclatura Común del MERCOSUR. La misión de la comisión será elevar un
dictamen al plenario de cada Cámara, recomendando las modificaciones que considere
necesarias de las alícuotas vigentes.
Soja: “No creen que Latinoamérica pueda crear una OPEP sojera que fije los
precios.
Por cada punto de variación en el precio de la soja se ponen en juego unos 264
millones de dólares en la Argentina. Pero el precio lo fija Chicago, pese a que
Sudamérica producirá en esta campaña casi 145 millones de toneladas, un 60% de la
producción global. Porqué los especialistas no creen posible que se forme una suerte
de OPEP sojera del Cono Sur que determine el valor de la oleaginosa”.
La Politica Online | 16.09.2011 14:29:00
Está claro que el mercado de soja en la Argentina es el principal motor de la economía
nacional. Sin embargo, los precios internacionales de la oleaginosa se determinan sobre
la base de un conjunto de factores que poco tienen que ver con nuestro país y se guían
por el valor de referencia que fija el mercado de Chicago. Éste viejo debate fue
reavivado indirectamente por el presidente del Centro de Corredores, Gino Moretto, en
el marco del congreso reginla de la oleaginosa (Mercosoja 2011) que se desarrolla en
estos días en la sede de la Bolsa de Comercio de Rosario. En dicho evento, Moretto
presentó un trabajo de investigación a partir del cual instó a “fortalecer los mercados
institucionales para transparentar el descubrimiento de los precios y generar una
correcta distribución de la riqueza hacia el interior de la cadena”.
El presidente del Centro de Corredores, Gino Moretto, al exponer en Mercosoja.
En diálogo con La Política Online, el presidente del Centro de Corredores explicó que
“el liderazgo de Sudamérica pone de manifiesto la necesidad de contar con instituciones
que fortalezcan el proceso de formación de precios transparentes y representativos”.
“Actualmente en Sudamérica se produce más soja que en todo Estados Unidos, por lo
que los precios de nuestra región volvieron a ser de gran interés tanto para el país como
para los mercados internacionales”, señaló el especialista. Para la campaña 2011/12 se
estima que la región (principalmente Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se
producirán casi 145 millones de toneladas, más de un 60% de la producción mundial
proyectada en aproximadamente 260 millones de toneladas.
La cosecha actual de los países sojeros de la región (Argentina, Brasil, Paraguay,
Bolivia y Uruguay) alcanza los 136 millones de toneladas sobre un total mundial de 260
millones. Mientrsa que Estados Unidos produce 88 millones, de ahí que se reaviven los
debates sobre el monopolio del precio que impone Chicago. El trabajo de Moretto pone
en números la importancia de esta cuestión: por cada punto porcentual de variación en
el precio de la soja en la Argentina se ponen en juego unos 264 millones de dólares
entre actores de la cadena comercial (el valor de la producción en el país es de 26.400
millones de dólares).
“Esto es riqueza que cambia de manos y condiciona el desarrollo de muchos sectores”,
alertó el corredor, y añadió que “los precios que se negocian en los recintos constituyen
un instrumento de reasignación de recursos para la economía en su conjunto”.
Para el entrevistado, este punto no es un dato menor dado que “la compra de maquinaria
agrícola, agroquímicos, fertilizantes y hasta el desarrollo del mercado inmobiliario en
algunas regiones clave del país depende de esta asignación de recursos”. “No sólo es el
precio surgido de una transacción en el mercado lo que está en juego, sino que es el
desarrollo de una cadena que dependen de los precios como instrumentos de asignación
de recursos y de distribución del ingreso”, concluyó Moretto.
La OPEP de la soja
Cada vez que se analiza el tema de precio surge la tentación de equiparar el mercado
sojero con el del petróleo de los 70, cuando los países productores del mundo árabe se
cansaron de que las potencias les fijaran el precio del barril según sus intereses y
crearon la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que debutó fuerte
en la escena internacional al provocar la crisis del petróleo de 1973.
En este contexto, surge un interrogante: ¿Es posible que Sudamérica cuente con un
mercado de referencia que fije los precios internacionales de su principal producto
comercial al nivel del que rige en Chicago?
“En la medida que la Argentina y Brasil no consoliden un mercado de contratos futuros
agrícolas que tenga el mismo nivel de liquidez que el de Chicago, esto es imposible”,
respondió a LPO Javier Buján, titular de la consultora Kimei Cereales.
“El tema es lograr que los actores (ósea la demanda) operen en este mercado; y para
esto se necesita un marco de suma confianza entre los operadores para que haya reglas
de juego claras y previsibilidad en los negocios”, aseguró el especialista.
Para tener una idea de lo que significa el grado de liquidez en el mercado de Chicago,
en 2010 se negociaron (entre contratos futuros y opciones) unas 6388 millones de
toneladas de poroto de soja, unas 25 veces la cosecha mundial.
“La clave está en el volumen de negociación y en la liquidez que se genera en los
mercados. Y hoy por hoy en este sentido Chicago es una referencia absoluta para todo el
mundo agropecuario”, afirmó Buján.
La soja sigue siendo una gran generadora de divisas
Lunes 14 de Noviembre de 2011 | Matilde Fierro, columnista agencia NA.
BUENOS AIRES.- A pesar de que para el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA) habrá una menor cosecha de soja en la Argentina, el número no es
despreciable: 52 millones de toneladas que prometen al Gobierno excelentes ingresos
por exportaciones de la oleaginosa que podrían superar los U$S 22.500 millones.
Esos cálculos corresponden a Gustavo López, director de la consultora Agritrend que
esta semana difundió sus estimaciones, a los que tuvo acceso Noticias Argentinas, en
base a una cosecha de soja 2011-2012 más optimista de 51 millones de toneladas y una
menor de 47 millones.
Las retenciones por todas las exportaciones rondarían los U$S 8.800 millones en
promedio, lo que comprueba que los commodities agrícolas son una fuente importante
de financiamiento para la Argentina. López tomó para la exportación de soja en grano
un valor de U$S 490 por tonelada; para aceite de soja, U$S 1.210; el biocombustible de
soja, U$S 1.260 dólares la tonelada mientras que de harina de soja computó U$S 355.
En cuanto a las retenciones de soja barajó entre U$S 6.336 millones a U$S 6.977
millones que irían para el fisco. Sin embargo por estos días la soja en Chicago no logra
mantenerse; el pasado viernes cotizaba cerca de los U$S 427, mientras que el 4 de
octubre tocó los U$S 423,30 en su contrato para entrega a noviembre.
La soja se encuentra volátil por la presión del dólar y por la crisis europea adobada
ahora por los temores que genera Italia y que antes sólo lo hacía Grecia.
Alicia Urricarriet, del Departamento Económico de la Sociedad Rural Argentina, señaló
que el precio de la soja "está fluctuando muy fuerte en Chicago con una caída de U$S
100 desde comienzos de septiembre".
"Se habla de una campaña similar a la anterior con unas 50 millones de toneladas,
dentro de la tendencia histórica de los últimos años, además el evento meteorológico
Niña parece que es leve", dijo.
Según el último Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos
Aires, sólo se ha sembrado el 12,5% de una estimación de 18,6 millones de hectáreas de
soja. En un año con el fenómeno "La Niña" también se sembraron 18 millones de
hectáreas pero la sequía llevó a que en ese ciclo 2008-2009 se cosecharan sólo 31
millones de toneladas.
Mientras que el año pasado, se recolectaron 18,25 millones de hectáreas de soja con una
producción de 49.200 millones de toneladas en un año Niña también. Esteban Copati,
técnico del PAS sintetizó a NA: "los analistas hacen sus estimaciones con rindes
históricos; nosotros no tenemos previsiones para la gruesa todavía". Recordó que las
últimas semanas llovió muy fuerte en toda la región agrícola nacional, ahora se esperan
precipitaciones en el norte que van a terminar de completar las recargas.
Eduardo O’Connor economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de
Argentina, FADA, puso una luz de alerta en este panorama casi idílico que plantea la
posibilidad de una cosecha buena de soja. "Las economías regionales tienen serios
problemas de competitividad, grandes subas de costos salariales, tipo de cambio
atrasado, el dólar y la inflación también", manifestó. Acotó que "no toda la
agroindustria está igual, ante la crisis internacional y la de macroeconomía". Además,
señaló que hay una carrera despareja entre inflación y dólar. "Si no se soluciona el
problema de la inflación que es la medida clave, va a seguir esta incertidumbre
monetaria que afecta las decisiones productivas", advirtió.
Bibliografía:
o Página de la “FAO”, link: http://www.fao.org/FOCUS/s/rightfood/right1.htm.
o Dr. Osorio, Manuel. Edición del Diario Judicial del 2011.
o Resumen de artículo elaborado por Wikipedia sobre la historia de las retenciones
enArgentina(http://es.wikipedia.org/wiki/Paro_agropecuario_patronal_en_Arge
ntina_de_2008#Las_retenciones_a_la_exportaci.C3.B3n).
o http://www.infobae.com/contenidos/371299-100899-0-Qu%C3%A9-son-lasretenciones-las-exportaciones
o http://www.econlink.com.ar/impuestos-distorsivos-iva/retencionesexportaciones
o http://www.diariojudicial.com/contenidos/2010/05/11/noticia_0004.html
o Estudio sobre el complejo cárnico elaborado por la Federación Industrial de
Santa Fe (Fisfe).
o Texto “LISTA DE CHEQUEO PARA LA EVALUACIÓN DEL DERECHO A
LA ALIMENTACIÓN” Evaluación del derecho a la alimentación en el contexto
de las políticas de desarrollo a nivel nacional.o Texto “El Estado como garante del derecho humano a la alimentación adecuada”
Marcos Ezequiel Filardi.o “Folleto Informativo N° 34 sobre derecho a la Alimentación” Naciones Unidas,
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.o http://www.mercado.com.ar/nota.php?id=360254
o -http://www.lagaceta.com.ar/nota/464979/Economia/soja-sigue-siendo-grangeneradora-divisas.html
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