Que reforma el artículo 77 Bis 1 de la Ley General de Salud, a cargo

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Que reforma el artículo 77 Bis 1 de la Ley General de Salud, a cargo del diputado José Humberto
Vega Vázquez, del Grupo Parlamentario del PT
Planteamiento del problema
Los padecimientos de salud considerados crónico-degenerativos han ido en aumento en los
últimos años. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, los accidentes de tipo vascular, el
cáncer y las renales crónicas han cobrado mayor número de vidas entre la población mexicana.
Varios factores inciden en este tipo de padecimientos: la obesidad, el sedentarismo y el
tabaquismo, por mencionar los relevantes.
Desafortunadamente, un sector importante de mexicanos en pobreza y pobreza extrema no tiene
medios económicos para atender ese tipo de enfermedades y recurre al Seguro Popular, programa
gubernamental que brinda atención médica, pero que no cubre todos los padecimientos, por
ejemplo, las enfermedades renales crónicas.
Por ello planteamos modificar la Ley General de Salud, a fin de establecer que el Seguro Popular,
incluya dichos padecimientos en el Catálogo Universal de Servicios de Salud y en el Fondo de
Protección Contra Gastos Catastróficos.
Argumentos que sustentan la iniciativa
Los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2000 señalan que la prevalencia de diabetes es de
7.2 por ciento de la población. Hablamos de poco más de 7 millones de personas, y se estima que
para 2025 alrededor de 11.2 millones de mexicanos padecerán esta enfermedad.
Una de las consecuencias de la diabetes es el desarrollo de la enfermedad renal crónica.
El padecimiento renal crónico provoca la pérdida lenta de la función de los riñones con el paso del
tiempo, lo cual impide el buen funcionamiento de estos órganos, encargados de eliminar los
desechos y el exceso de agua del cuerpo humano. Es evidente que las personas que padecen
este mal disminuyen sensiblemente su calidad de vida.
Este padecimiento provoca que los riñones sean incapaces de filtrar las sustancias tóxicas en la
sangre y las personas que la padecen requieren tratamiento de sustitución de la función renal, ya
sea por diálisis o por trasplante.
La Organización Mundial de la Salud señala que en el mundo hay 150 millones de personas que
padecen diabetes, condición que agudiza el padecimiento renal crónico.
Como dato ilustrativo, señalemos que se estima que en Estados Unidos de América se gastan
entre 50 mil y 70 mil dólares por paciente, en función del grado de avance de la enfermedad.
Para el caso de nuestro país se estima que hay poco más de 8 millones de personas con
insuficiencia renal leve, poco más de 100 mil con insuficiencia renal crónica y 37 mil que requieren
permanente diálisis.
La Universidad Nacional Autónoma de México realizó un estudio para conocer la magnitud de este
problema de salud pública. Concluyó que hay un aumento considerable de casos, al grado de
hacer una proyección estadística de que en 2025 habrá 212 mil casos de enfermedad renal crónica
y se registrarán 160 mil muertes relacionadas con dicha enfermedad.
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A la situación se suma el bajo índice de trasplantes renales, que no llega a 2 por ciento de los
pacientes que sufren la enfermedad.
Una encuesta levantada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) concluyó que por cada
millón de habitantes, 200 pacientes sufren insuficiencia renal crónica.
Si consideramos que poco más de la mitad de la población vive en pobreza, podremos imaginar
cuán complicado resulta para amplios sectores de la población contar con recursos para financiar
este tipo de tratamiento.
Los costos de una sesión de hemodiálisis son variables en las instituciones de salud, ya sea de
carácter público o privado. El costo más bajo ronda 746 pesos hasta un máximo de mil 200, cifras
que son bastante elevadas para quienes están en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Además, los servicios de salud de varias entidades han expresado gran preocupación por el
crecimiento del padecimiento.
Por ejemplo, en Tlaxcala se llevaron a cabo estudios de tamiz a 185 mil 727 niños; se detectaron
125 casos de enfermedades renales crónicas, con diferentes grados de avance, 57 en estadio uno,
24.6 en estadio dos, 10.4 en el tres, 3.2 en el cuatro y 2.4 en el cinco.
Esta información forma parte de la plataforma de registro estatal de enfermedad renal crónica
infantil de dicha entidad y tiene relevancia en virtud de que tales datos fueron obtenidos con un
enfoque sociodemográfico.
La prevalencia de insuficiencia renal crónica en Tlaxcala ha creado la necesidad urgente de
investigar a fondo la incidencia nacional, analizando las posibles causas de la enfermedad y
realizando diversos estudios de laboratorio con equipos especializados para lograr una detección
oportuna, pues en etapas iniciales el padecimiento no presenta una enfermedad franca.
Muchos años de vida productiva se pierden año tras año a causa de la ausencia de un programa
efectivo de diagnóstico, prevención y tratamiento oportuno en la población infantil.
A lo anterior debe agregarse el costo que representa para el sistema nacional de salud año tras
año, el cual se calcula de entre 7 mil y 8 mil pesos mensuales por paciente.
En Orizaba, Veracruz, los servicios de salud estiman un gasto de 400 mil pesos mensuales en la
atención de pacientes con insuficiencia renal; la mayoría de los casos, por el desarrollo de una
diabetes mal atendida o cuidada, en menores casos se presentan niños y jóvenes por males
congénitos.
El hecho se agrava porque el padecimiento no lo cubre el Seguro Popular en este momento. Cada
paciente requiere diálisis peritoneal, que implica un gasto de 8 mil a 10 mil pesos semanales, tan
sólo en el costo de hospitalización, es decir, al mes se destinan entre 32 mil y 40 mil pesos por
paciente.
Desafortunadamente, la infraestructura hospitalaria no ha crecido al mismo ritmo que la población.
Prueba de ello es que a escala nacional se cuenta con apenas 1.3 médicos, 0.7 camas y 0.6
consultorios por cada mil habitantes.
La Ley General de Salud, en el título tercero Bis, “De la protección social en salud”, regula lo
concerniente al Sistema Nacional de Protección en Salud, del cual se desprende el Seguro
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Popular, que ampara a la población que no tiene acceso a la seguridad social, como se señala de
manera textual en el artículo 77 Bis 3:
Las familias y personas que no sean derechohabientes de las instituciones de seguridad social o
no cuenten con algún otro mecanismo de previsión social en salud se incorporarán al Sistema de
Protección Social en Salud que les corresponda en razón de su domicilio, con lo cual gozarán de
las acciones de protección en salud a que se refiere este título.
De esa forma, todos los mexicanos que no tienen IMSS o ISSSTE pueden afiliarse al Seguro
Popular y, con ello, contar con cobertura médica, la cual puede llegar a ser gratuita si el estudio
socioeconómico practicado así lo considera.
El problema radica en que el Sistema Nacional de Protección en Salud no cubre ciertos
padecimientos, los cuales se presentan con mayor frecuencia entre los mexicanos, por lo que
consideramos necesario hacer ajustes al título de la Ley General de Salud para prever que los
cubra el Seguro Popular.
El Catálogo Universal de Servicios de Salud 2012 considera el diagnóstico y tratamiento
farmacológico de la diabetes mellitus tipo 2, la cual pude generar daños en vías renales.
Reconocemos que la atención de la enfermedad es adecuada desde la perspectiva de la
prevención para evitar mayores complicaciones. Sin embargo, estamos convencidos de que el
Seguro Popular debe incorporar la atención de la enfermedad crónica renal.
Se ha dado un paso previo en esta dirección, con la inclusión de la atención de este padecimiento
en el Fondo de Protección para Gastos Catastróficos, pero limitado a los pacientes que sean
candidatos a trasplante de riñón. Sin embargo, el apoyo debe pasar de ese fondo al Catálogo
Universal de Servicios de Salud, con lo que se amplía la cobertura a todos los beneficiarios del
Seguro Popular.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación se aprobaron 200 millones de pesos en el Fondo
de Protección para Gastos Catastróficos, a fin de atender a los pacientes que sufren de
insuficiencia.
Para ello proponemos adicionar un segundo párrafo al artículo 77 Bis 1, con lo cual el actual pasa
a tercero, incorporando la obligación de que el Sistema Nacional de Protección en Salud brinde
atención a las enfermedades crónico-degenerativas, con lo que habrá sustento legal para canalizar
recursos y la atención para la enfermedad crónica renal.
La modificación planteada representa una propuesta benéfica, en apoyo de los mexicanos que
sufren enfermedades que generan costos elevados de atención, además de que contribuimos al
cumplimiento del mandato constitucional plasmado en el artículo 4o., que señala la obligación del
Estado de garantizar la protección de la salud de todos los mexicanos.
Fundamento legal
Artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 6, numeral
1, fracción I, 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados.
Denominación del proyecto de ley o decreto
Iniciativa que adiciona el artículo 77 Bis 1 de la Ley General de Salud.
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Ordenamiento por modificar
Ley General de Salud.
Texto normativo propuesto
Artículo Primero. Se adiciona un segundo párrafo al artículo 77 Bis 1, con lo cual el actual pasa a
tercero, para quedar como sigue:
Artículo 77 Bis 1. Todos los mexicanos tienen derecho a ser incorporados al Sistema de Protección
Social en Salud de conformidad con el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, sin importar su condición social.
La protección social en salud es un mecanismo por el cual el Estado garantizará el acceso efectivo,
oportuno, de calidad, sin desembolso al momento de utilización y sin discriminación a los servicios
médico-quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios que satisfagan de manera integral las
necesidades de salud, mediante la combinación de intervenciones de promoción de la salud,
prevención, diagnóstico, tratamiento y de rehabilitación, seleccionadas en forma prioritaria según
criterios de seguridad, eficacia, costo, efectividad, adherencia a normas éticas profesionales y
aceptabilidad social. Como mínimo se deberán contemplar los servicios de consulta externa en el
primer nivel de atención, así como de consulta externa y hospitalización para las especialidades
básicas de medicina interna, cirugía general, ginecoobstetricia, pediatría y geriatría, en el segundo
nivel de atención.
Sin menoscabo de lo señalado en el párrafo anterior, la protección social en salud incluirá la
atención de padecimientos o enfermedades considerados crónico-degenerativos. La atención de
estos padecimientos podrá ser financiada con los recursos del fondo establecido en el capítulo VI
de este título.
Las disposiciones reglamentarias establecerán los criterios necesarios para la secuencia y
alcances de cada intervención que se provea en los términos de este título.
Transitorio
Único. Las adiciones contenidas en el presente decreto entrarán en vigor el día siguiente al de su
publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a 4 de diciembre de 2012.
Diputado José Humberto Vega Vázquez (rúbrica)
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