Un cateterismo renal reduce drásticamente la tensión en pacientes

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Expertos de la SEH-LELHA participan en un estudio internacional para el manejo de la
hipertensión arterial refractaria
UN CATETERISMO RENAL REDUCE DRÁSTICAMENTE
LA TENSIÓN EN PACIENTES HIPERTENSOS
RESISTENTES AL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
 Una nueva intervención mínimamente invasiva logra controlar las cifras
tensionales en pacientes afectados por hipertensión refractaria, la forma más
grave del trastorno que incrementa el riesgo de infarto, ictus y daño renal.
 Entre el 5% y el 15% de los hipertensos no responde al tratamiento estándar. De
éstos, un 10% agota todas las opciones terapéuticas y sería candidato a la
intervención.
 El procedimiento es similar a una angioplastia y consiste en introducir un
dispositivo de termoablación mediante un catéter que se lleva hasta la arteria
renal para inhibir la actividad de los nervios que rodean este vaso.
 Los pacientes tratados experimentan una reducción significativa y mantenida en
el tiempo de la presión arterial y algunos, incluso, dejan de necesitar medicación.
Madrid, 17 de diciembre de 2010.- Un dispositivo que bloquea la acción de los nervios del
sistema simpático de las arterias renales es la última esperanza para los enfermos
afectados por la forma más grave de hipertensión arterial, la denominada refractaria o
resistente. Se conoce por este nombre a aquellos casos en los que los enfermos no
responden a la terapia habitual, incluso después de probar con varias medidas y
tratamientos farmacológicos. Se estima que entre un 5% y 15% de los hipertensos
presenta esta variante, la más severa de todas, ya que incrementa el riesgo de sufrir
accidentes cardio y cerebrovasculares y se asocia con graves secuelas en la función
renal. Un 10% de estos pacientes acaba agotando todas las opciones terapéuticas.
Para ellos, un estudio internacional que acaba de publicarse en la revista The Lancet y en
la que han participado un grupo de investigadores españoles miembros de la Sociedad
Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial
(SEH-LELHA), arroja una alternativa. Se trata de una intervención mínimamente invasiva
que logra una reducción de la presión arterial significativa y mantenida en el tiempo. Los
resultados del trabajo de investigación Symplicity HTN-2 han sido presentados en el
Congreso de la American Heart Association (AHA), celebrado hace unos días en Chicago
(Estados Unidos).
El procedimiento, conocido como Symplicity Catheter System, es similar al que se sigue
para realizar una angioplastia coronaria. Se introduce el catéter que porta un
dispositivo de radiofrecuencia a través de la arteria femoral hasta alcanzar las
arterias renales. Una vez allí, el dispositivo libera una energía de radiofrecuencia de
baja intensidad capaz de inhibir la hiperestimulación del sistema nervioso simpático
(también conocida como denervación simpática renal), implicada en la hipertensión arterial
mal controlada.
Su acción directa sobre los nervios renales se asocia con una reducción de las cifras de
presión arterial del paciente por debajo de 170-90 mmHG y con ello, el número de
fármacos antihipertensivos que debe tomar. “El dispositivo ha demostrado un descenso
medio de la presión arterial de 32/12 mmHG, en comparación con un aumento de 1/0
mmHG en el grupo de control de pacientes que recibieron solamente tratamiento
farmacológico”, explica el doctor José Antonio García Donaire, experto en nefrología del
Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y uno de los investigadores de la SEHLELHA que ha participado en el estudio.
“Los datos son de una enorme transcendencia, y es que cada aumento de presión arterial
sistólica de 20 mmHg o de presión arterial diastólica de 10 mmHg se asocia al doble de
riesgo de mortalidad de origen cardiovascular en un plazo de 10 años. Por el contrario, la
reducción de la presión arterial sistólica en tan sólo 5 mmHg puede reducir el riesgo de
infarto cerebral hasta el 30%”, precisa el doctor Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de
Hipertensión Arterial del Hospital 12 de Octubre de Madrid e investigador del ensayo, quien
destaca el buen perfil de seguridad del tratamiento.
Según este especialista, la intervención ejerce un efecto beneficioso a nivel global, al
mejorar varias de las causas fisiopatológicas del trastorno hipertensivo. “Reduce la
activación del sistema nervioso simpático a nivel renal, pero también se ha visto que
mejora la actividad del sistema renina angiotensina y la función endotelial”, aclara.
En este sentido, el estudio abre una vía muy prometedora para los pacientes con
hipertensión arterial refractaria en tratamiento farmacológico que, pese a ello, no logran
controlar su presión arterial. El doctor Ruilope sugiere a este respecto la necesidad de
disponer de un protocolo que determine qué pacientes refractarios son candidatos a recibir
este tratamiento, una vez han agotado todas las opciones terapéuticas. Para ello, propone
la creación de centros de referencia donde llevarse a cabo. Aún así, aclaran ambos
especialistas, “conviene ser prudentes ya que aún se necesita más información para
prever cómo evolucionarán los pacientes con los años y si los efectos que se logran con el
procedimiento son duraderos”.
El dispositivo se introduce a través de una pequeña incisión en la zona de la ingle. A través de la arteria femoral,
se hace llegar a la arteria renal donde libera energía de radiofrecuencia de baja intensidad capaz de inhibir la
hiperestimulación de los nervios del sistema simpático
Acerca del estudio
El estudio Symplicity HTN-2 trial es un estudio internacional, multicéntrico, prospectivo,
aleatorizado y controlado sobre la seguridad y eficacia de la denervación simpática renal
en pacientes con hipertensión arterial no controlada. En él han participado un total de
106 pacientes de 24 centros hospitalarios de Europa y Australia. El Hospital 12 de
Octubre es el único centro español que ha participado en la evaluación de este
novedoso dispositivo. Tanto el grupo de tratamiento como el grupo control presentaban
al inicio del estudio cifras elevadas de presión arterial (178/97 mmHg y 178/98 mmHg
respectivamente), a pesar de recibir un tratamiento antihipertensivo intenso, con una media
de cinco fármacos. A los seis meses de comenzar el ensayo, la cifra media de presión
arterial del grupo que recibió tratamiento de denervación renal se redujo hasta
146/85 mmHg, mientras que el grupo control mantuvo una cifra media de 179/98
mmHg.
Para consultar el estudio Symplicity HTN-2:
http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(10)62039-9/fulltext?_eventId=login#fn1
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