Premio de la Fundación renal Tomas de Osma

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La Fundación Renal Tomás de Osma premia al Centro de
Investigación Príncipe Felipe por su investigación en la
lucha contra las enfermedades renales
El CIPF recibe un premio por un
proyecto destinado a optimizar los
trasplantes de riñón
 Los científicos plantean una técnica alternativa para
evitar el daño de los tejidos ocasionado por la muerte
celular
 El propósito final del estudio es mejorar la calidad de
los órganos que serán utilizados para trasplantes
Valencia (13-10-10).- El Laboratorio de Péptidos y Proteínas
ubicado en el Centro de Investigación Príncipe Felipe y puesto en
marcha de forma conjunta entre el CIPF y el CSIC, ha recibido un premio
de la Fundación Renal Tomás de Osma por una investigación que
representa un paso más en la optimización de las técnicas para el
trasplante de riñón.
El estudio está enmarcado en el contexto de la búsqueda de un
protocolo experimental que mejore la calidad de los riñones procedentes
de donantes y destinados a trasplante. Con el objetivo de disminuir o
evitar los daños potenciales en los órganos donados, los científicos han
propuesto una técnica alternativa a las existentes para inhibir la muerte
celular programada (apoptosis).
Los autores principales de la investigación han sido Enrique Pérez
Payá, investigador principal del Laboratorio de Péptidos y Proteínas; y
Mar Orzáez, investigadora de este mismo laboratorio.
Según el científico Enrique Pérez Payá, “partimos de la base de
que posiblemente inhibiendo la apoptosis podemos mejorar la calidad de
los riñones destinados al trasplante, ya que una cantidad significativa de
estos órganos donados sufren daños que los invalidan antes de ser
trasplantados”.
Un nuevo enfoque para mejorar la calidad de los órganos
Hasta el momento, la estrategia habitualmente empleada para
evitar la apoptosis o muerte celular no ha superado las pruebas clínicas.
En vista de la necesidad de nuevas estrategias, como afirma Pérez Payá,
“los investigadores estamos trabajando en otras vías alternativas de
inhibición de apoptosis cuya aplicación potencial podría representar un
avance en la mejora los trasplantes de riñón”.
La apoptosis o muerte celular programada es un proceso de
recambio celular preciso que tiene lugar en el organismo de cualquier ser
vivo. Este proceso es crucial para el mantenimiento de la normalidad
celular de cualquier órgano, ya que cuando ocurre de manera
desproporcionada, muchas células mueren y como consecuencia los
tejidos pueden quedar dañados y degradados.
Según Pérez Payá, “los experimentos que se proponen en este
proyecto suponen la validación de una nueva diana molecular para el
desarrollo de fármacos destinados a disminuir los procesos de muerte
celular que ocurren durante los protocolos de trasplante, y por tanto
están encaminados directamente a la mejora de los trasplantes”.
El trabajo de este equipo de investigación consiste en la evaluación
de inhibidores de apoptosis en modelos animales de trasplante renal.
Para ello, los científicos realizarán estudios comparativos de inhibidores,
con el objetivo de dilucidar qué tratamiento es más adecuado para
disminuir la muerte celular. Pérez Paya apunta que “encontrar inhibidores
de la apoptosis eficaces y seguros tiene importantes implicaciones
terapéuticas en diversas enfermedades renales y en otros campos, y la
nueva diana molecular en la que estamos investigando ya ha despertado
el interés de una farmacéutica nacional, laboratorios SALVAT, con la que
colaboramos desde hace más de un año y que cederá parte de los
inhibidores con los que realizaremos el estudio”.
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Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes, un 25%
de los riñones donados no se consideran apropiados para trasplante, y
son desechados. Aunque los motivos de que ciertos órganos no se
consideren válidos para el trasplante son diversos, una pieza clave en el
proceso es la preservación del órgano desde el momento de la
extracción hasta el momento de la implantación en el individuo receptor,
ya que esta fase determina tanto la viabilidad del trasplante como su
correcta implantación a corto y a largo plazo. Es en este período cuando
la carencia de oxígeno y de riego sanguíneo puede dar lugar a la muerte
celular o apoptosis, y como consecuencia dañar el tejido del órgano,
invalidándolo para el trasplante.
Uno de los momentos claves del trasplante es la reperfusión,
intervalo que abarca el instante en que el riego sanguíneo paralizado se
reanuda de nuevo en el órgano. Este proceso es también crítico para la
preservación del órgano, ya que está comprobado que durante la
reperfusión tienen lugar gran parte de los procesos de muerte celular, y
por tanto el órgano puede quedar dañado. “Evitar los procesos de muerte
celular en cada una de las etapas podría mejorar las estadísticas de
riñones desechados, mejorar las condiciones de los órganos y facilitar de
esta manera el proceso de trasplante en su conjunto, aumentando no
sólo el número, sino también la calidad de los trasplantes renales”,
señala Pérez Payá.
Una investigación centrada en los enfermos renales
La enfermedad renal crónica (ERC) se caracteriza por la
disminución de la función renal con tendencia al empeoramiento
progresivo y generalmente irreversible. Ocurre cuando el filtrado se ve
gravemente reducido, provocando que los riñones no sean capaces de
eliminar los desechos metabólicos, ni de desempeñar sus funciones
reguladoras, con lo que el equilibrio funcional del individuo queda
dañado.
En la actualidad existen dos tipos de tratamiento que se aplican al
paciente con insuficiencia renal; uno de ellos es la diálisis (hemodiálisis o
diálisis peritoneal), y otro es el trasplante renal. Se ha comprobado que
en aquellos casos en los que es posible realizar el trasplante, la calidad
de vida del paciente aumenta de forma muy notable.
En España se realizan más de 2000 trasplantes anuales, y para
lograr el éxito de los mismos es concluyente la preservación de los
órganos, ya que se han identificado varias circunstancias que podrían
comprometer el proceso al ser responsables de su potencial deterioro.
En la actualidad no existe ningún fármaco disponible capaz de
preservar la viabilidad de los órganos susceptibles de ser trasplantados,
y por ello este estudio es de gran importancia para la investigación
biomédica en el campo de la nefrología. El propósito final es trasladar los
resultados a la práctica clínica, con el consiguiente beneficio de los
pacientes renales.
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