Violencia contra Mujeres Adolescentes y Jovenes

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VIOLENCIA SEXUAL Y FISICA CONTRA LAS MUJERES ADOLESCENTES Y
JOVENES EN EL PERU1 2
Miguel Angel Ramos Padilla3
Uno de los problemas más graves que vive la humanidad es aquel que, en mayor
o menor medida, impide que las mujeres, por el solo hecho de serlo, desarrollen
sus vidas con autonomía accediendo a condiciones materiales, sociopolíticas y
culturales que les permitan tomar libremente decisiones respecto a sus cuerpos y
en general a sus vidas. El medio más visible y dramático para impedirlo es la
violencia en sus diversas manifestaciones –física, sexual, emocional, económicaque las coloca en el peligro cotidiano de sentir sus cuerpos lacerados y sus
voluntades quebradas en función a designios ajenos a los suyos.
Las
consecuencias de la violencia son múltiples. Compromete, por un lado, la salud
física, sexual y mental de las mujeres, y por otro, sus capacidades productivas y
creativas, lo que tiene repercusiones negativas en el orden individual, familiar y
social. Luego de más de medio siglo de que la mayor parte de los Estados del
mundo firmara la Declaración Universal de los Derechos Humanos, poco aún se
ha avanzado en erradicar esta flagrante violación a estos derechos.
Diversas investigaciones lo han demostrado, y en caso peruano el reciente estudio
multicéntrico de la OMS confirma que su hogar, el lugar supuestamente más
seguro y de mayor protección para la mujer, es el ámbito que mayor riesgo
representa para su integridad física y sexual; y que la persona con quien está
unida por lazos afectivos y comparte un proyecto común de vida, es decir su
pareja masculina, es su principal agresor.
Prevalencia de vida de la violencia física y sexual contra las mujeres entre 15
y 49 años según agresor, en la ciudad de Lima y en el departamento de
Cusco. 2000.
P are ja
80
60.9
60
% 40
O tra p e rso n a
48.4
28.4
46.6
31.9
22.5
20
10.3
11.3
0
F ís ic a Lim a
F ís ic a C u s c o
Se x u a l Lim a
Se x u a l C u s c o
Fuente- Estudio Multicéntrico de la OMS sobre la violencia de la pareja y la salud de las mujeres. Perú, 2000.
Publicado en: Arana, María Teresa et al. (Edit). “Promoción y cuidado de la salud de adolescentes y jóvenes:
Haciendo realidad el derecho a la salud”. SPJ. Lima, abril de 2004. Pags.329 – 342.
2
Para elaboración de esta ponencia se utilizó la base de datos del “Estudio Multicéntrico de la OMS sobre la
violencia de la pareja y la salud de las mujeres” elaborado, para el caso peruano, por Ana Güezmes del CMP
Flora Tristán y por Nancy Palomino y Miguel A. Ramos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
3
Profesor Asociado de la Facultad de Salud Pública y Administración de la Universidad Peruana Cayetano
Heredia. E-mail: [email protected]
1
La prevalencia de violencia física o sexual ocurrida durante toda la vida de pareja,
nos señala claramente que una mayoría de varones adultos, en Lima
Metropolitana (51%) y en el departamento de Cusco (69%), ejerce violencia contra
sus parejas (Güezmes, Palomino y Ramos, 2002). Esto demuestra que no se trata
de un problema aislado de unos cuantos enfermos mentales, alcohólicos o
drogadictos, sino que estamos ante un fenómeno social: vivimos en una cultura
que justifica la violencia contra la mujer y una institucionalidad que la permite.
Las creencias en la superioridad masculina asociadas a atributos social y
culturalmente asignados pero considerados como “naturales”: fuerza física,
racionalidad, control de las emociones y mayor dominio de lo público por
ejemplo. Estas creencias- confieren a los varones autoridad sobre las mujeres.
Ellas son consideradas seres inferiores, cuya debilidad se fundaría no sólo en su
menor fuerza física, sino en la irracionalidad de sus actos, sustentados en
impulsos emotivos y volubles. Por eso, a las mujeres habría que protegerlas,
dirigirlas, corregirlas y controlarlas. Estas creencias se desarrollan en el contexto
de una sociedad jerárquica y autoritaria, que reproduce su sistema en el ámbito
familiar.
La dominación masculina se sostiene mediante diversos mecanismos de control y
poder, uno de los cuales es la violencia. Muchos hombres permanentemente
perciben amenazados su autoestima y su poder, y cualquier situación conflictiva
en la pareja los lleva a temer que puedan perder el control en la relación. La
violencia es utilizada como un último recurso, cuando interpretan que el ejercicio
de ese poder está amenazado o encuentra barreras para ejercerlo. El hombre
decide que tiene que luchar para recuperar su identidad de superior, su
supervivencia y control, y lo hace de manera violenta 4.
No necesariamente el dominio y el control masculino se darían de manera
uniformes durante todo el ciclo de vida conyugal, sino que su intensidad y
frecuencia estaría mediada por múltiples condicionantes que le otorgarían mayor o
menor poder, una de ellas es la edad de la mujer. A continuación, exploraremos la
base de datos del estudio multicéntrico mencionado antes, para distinguir y
comparar la experiencia de violencia de las mujeres adolescentes y jóvenes
respecto a la de otras mujeres de mayor edad.
Algunos resultados del estudio sobre violencia sexual y física contra las
mujeres adolescentes y jóvenes en el Perú
La muestra – La población de estudio fueron mujeres de 15 a 49 años de edad de
todos los estratos socioeconómicos. Fueron entrevistadas aleatoriamente 1414
mujeres en Lima Metropolitana y 1837 mujeres en el departamento de Cusco, de
las cuales se encontró 1090 mujeres alguna vez con pareja en Lima Metropolitana
y 1536 mujeres en el Departamento de Cusco. Teniendo en cuenta que en la
4
Al respecto ver: Bonino, 1995; Corsi, 1995 y 2001; Fuller, 2001; Kaufman, 1989 y 1997; Ramírez, 2000.
muestra el número de mujeres alguna vez unidas en el grupo convencional de 15
a 19 años era bastante pequeño como para establecer algún tipo de relación con
la violencia, decidimos ampliar el rango hasta los 21 años, evitando de esta
manera perder del todo al grupo de mujeres adolescentes y sus características
específicas y diferenciándolas del grupo etario propiamente compuesto por
mujeres jóvenes.
Mujeres alguna vez con pareja según grandes grupos de edad
EDADES
15 –21
22 – 29
30 – 49
TOTAL
LIMA
108
288
694
1090
CUSCO
135
460
941
1536
Prevalencia de vida de la violencia5 contra las mujeres adolescentes y
jóvenes por parte de su pareja- Los niveles de violencia física, sexual y física o
sexual de las mujeres adolescentes y jóvenes se acercan a las prevalencias
promedio de las mujeres entre 15 y 49 años, a pesar que el tiempo de unión de
estas mujeres es bastante menor que el promedio y por tanto es menor su tiempo
de exposición al riesgo de sufrir violencia de parte de la pareja, lo que ya nos está
denotando la alta prevalencia en las edades más jóvenes. Así, en Lima
Metropolitana mientras que la violencia física, sexual, y física o sexual en las
mujeres de 15 a 21 años (las de menor tiempo de exposición al riesgo) se acercan
bastante a los promedios, en todos los casos son superiores cuando se trata del
grupo etario de 22 a 29 años.
L im a M e tro p o lita n a : p re v a le n c ia d e v id a d e la v io le n c ia
c o n tra la m u je r p o r p a rte d e s u p a re ja s e g ú n g ra n d e s
g ru p o s d e e d a d e s . 2 0 0 0
60
50
4 5 .4
15 - 21
5 0 .7 4 8 .4
5 4 .2
4 9 .1
51
22 - 29
15 - 49
40
% 30
2 0 .4
2 2 .6 2 2 .5
20
10
0
F ísica
5
Se x ua l
F ísica o S e x u a l
Se refiere a la proporción de mujeres que alguna vez experimentaron violencia (por parte de la pareja actual
o cualquier otra pareja). En los datos de prevalencia el denominador de la proporción está formado sólo por el
número de mujeres expuestas a la probabilidad de experimentar violencia por parte de sus parejas, es decir a
aquellas que declaran tener o haber tenido pareja alguna vez.
En tanto que en el departamento de Cusco las prevalencias de toda la vida de las
mujeres entre 15 y 21 años, y en las de 22 a 29 años, se acercan a los promedios
aunque nunca los superan, mas en el caso de la violencia física para el primer
grupo etario su prevalencia es bastante menor, denotando que los niveles de
prevalencia de la violencia se comportan un poco más uniformemente que en el
caso de Lima Metropolitana.
D e p a rta m e n to d e C u s c o : P re v a le n c ia d e v id a d e la
v io le n c ia c o n tra la m u je r p o r p a rte d e s u p a re ja , s e g ú n
g ra n d e s g ru p o s d e e d a d e s . 2 0 0 0
80
15 - 21
70
60
5 7 .8
4 8 .1
50
6 0 .9
6 4 .4
22 - 29
65
69
15 - 49
4 0 4 0 .9
4 6 .6
% 40
30
20
10
0
F ís ic a
S exual
F ís ic a o s e x u a l
Prevalencia actual de la violencia contra las mujeres adolescentes y jóvenes
por parte de su pareja- Si tomamos sólo los 12 últimos meses hasta el momento
de la encuesta, nos acercamos a tiempos de exposición al riesgo de sufrir
violencia similares por grandes grupos de edad, y de esta manera podemos hacer
comparaciones de prevalencias. Así tenemos que en Lima Metropolitana, a menor
edad es mucho mayor el nivel de la violencia física, sexual y física o sexual. La
prevalencia de violencia física y violencia física o sexual de las mujeres entre 15 y
21 años es 2.3 veces mayor que las de 30 y 49 años, y casi tres veces la
prevalencia de la violencia sexual.
En cuanto al departamento de Cusco ocurre el mismo comportamiento, a menor
edad mayor es el nivel de violencia de todos los tipos, aunque no en forma tan
pronunciada como lo que ocurre en Lima Metropolitana. En el caso de la violencia
física la prevalencia de las de 15 a 22 años es un 59% mayor que las de 30 a 49
años; en la violencia física o sexual la prevalencia de las de 15 a 22 años es un
60% mayor que las de 30 a 49 años; mientras que en la violencia sexual la
diferencia es un tanto menor. Lo que está ocurriendo en Cusco es que las
prevalencias de violencia son muy altas para todas las edades.
L im a M e tro p o lita n a : P re va le n c ia a c tu a l (ú ltim o s 1 2 m e s e s )
d e la vio le n c ia c o n tra la m u je r p o r p a rte d e s u s p a re ja s ,
s e g ú n g ra n d e s g ru p o s d e e d a d e s . 2 0 0 0
3 4 .3
35
15 - 21
2 9 .6
22 - 29
30
30 - 49
2 4 .3
2 2 .6
25
20
%
1 4 .6
1 4 .8
1 2 .5
15
8
10
5 .5
5
0
F ís ic a
Sexual
F ís ic a o s e x u a l
D e p a rta m e n to d e C u s c o : P re va le n c ia a c tu a l (ú ltim o s 1 2
m e s e s ) d e la vio le n c ia c o n tra la m u je r p o r p a rte d e s u s
p a re ja s , s e g ú n g ra n d e s g ru p o s d e e d a d e s . 2 0 0 0
4 8 .9
50
15 - 21
45
40
22 - 29
3 4 .8
3 7 .4
30 - 49
3 0 .5
35
30
2 8 .1
2 7 .6
2 1 .9
% 25
2 4 .8
2 1 .4
20
15
10
5
0
F ís ic a
Sexual
F ís ic a o s e x u a l
Algunos factores posiblemente asociados a las diferencias de las
prevalencias por edad de la mujer – El hecho que las mujeres más jóvenes
tengan niveles más altos de violencia física y/o sexual, estaría suponiendo la
existencia de algunas factores sociodemográficos relacionados con la edad y/o
del ciclo de vida familiar en el que se encuentran que las colocan en condiciones
de mayor vulnerabilidad.
Uno de estos sería la edad de los hijos. Tanto en la ciudad de Lima como en el
departamento de Cusco, la tenencia de hijos menores de 5 años está en relación
inversa a la edad. Así, en los dos lugares de estudio, la totalidad de las mujeres
de 15 a 21 años con hijos, tienen niños menores de 5 años, de la misma forma el
porcentaje de mujeres de 22 a 29 años con hijos pequeños es muy alta, mientras
que las mujeres mayores de 30 años tienen proporciones bastante menores
Podría ser que la existencia de embarazos recientes o niños muy pequeños las
aten más al ámbito doméstico, pocas pueden trabajar, tienen menor tiempo libre6 y
dependen más de la pareja. Cabe agregar, de acuerdo a otras investigaciones,
que los hijos varones principalmente, desde el momento de la adolescencia, se
convierten en defensores de sus madres frente a la agresión paterna. Y son
lógicamente
las mujeres de mayor edad quienes tienen hijos en edad
adolescente, lo cual estaría jugando como un factor de protección.
M u je re s a lg u n a ve z c o n p a re ja y c o n h ijo s n a c id o s vivo s ,
s e g ú n p o rc e n ta je d e h u jo s e n tre 0 y 5 a ñ o s d e e d a d , p o r
g ra n d e s g ru p o s d e e d a d y a m b ito d e e s tu d io .2 0 0 0
100
100
100
15 - 21
86
90
92
22 - 29
80
30 - 49
70
59
60
%
41
50
40
30
20
10
0
L IM A
6
CUSCO
En un estudio anterior encontrábamos que son las mujeres con hijos menores de cinco años las que de menor
tiempo libre disfrutan y las que más tiempo dedican a las labores domésticas (Ramos, Miguel, et. Al. 1993)
Otro aspecto que estaría jugando como factor de riesgo para la violencia es el
aislamiento de las mujeres de sus redes amicales y sociales. En los dos ámbitos
de estudio los varones tratan de impedir que las mujeres vean a sus amistades en
mayor proporción fundamentalmente cuando ellas tienen entre 15 a 19 años.
Ciertamente, en Lima se da con más fuerza esta prohibición, probablemente
porque en las áreas rurales, que es la población mayoritaria en el departamento
de Cusco, la violencia está socialmente más normalizada y las redes amicales no
constituyan un factor de protección como en las ciudades, por lo que el agresor
requiera menos un control de este tipo. Algunos estudios han señalado que
generalmente los agresores buscan aislar a las mujeres de su familia y de su
entorno de amistades para crear un ambiente de dependencia total respecto a
ellos7. Es muy posible que estos intentos sean más fáciles de lograr con mujeres
adolescentes y muy jóvenes, generalmente poco empoderadas por su corta edad.
M u je re s q u e a lg u n a ve z h a n s u frid o vio le n c ia fís ic a o
s e x u a l d e p a rte d e s u p a re ja , s e g ú n p o rc e n ta je d e a q u e lla s
a q u ie n e s s e tra ta d e im p e d ir ve r a s u s a m is ta d e s . 2 0 0 0
70
15 - 21
6 2 .3
22 - 29
60
50
30 - 49
3 9 .7
3 9 .8
4 2 .5
3 5 .8
40
3 6 .1
%
30
20
10
0
L IM A
CUSCO
Un tercer factor estrechamente relacionado con el anterior es que son
precisamente las mujeres más jóvenes las que, en mayor medida, sufren el
control de la pareja, una de cuyas expresiones es el enojo masculino frente a la
posibilidad que ella hable con otro hombre y la violencia de la que es víctima por
este motivo al temor a la infidelidad femenina es un fantasma que ronda a muchos
varones y es causa de diversas maniobras de control y desencadenante de actos
de agresión contra las mujeres8. En una investigación que actualmente
7
Al respecto ver Jacobson y Gottman, 2001.
“Los hombres, en tanto asociados al mundo exterior, protegen políticamente la pureza de las mujeres. El
honor de un varón, del que depende su reconocimiento público como varón y por tanto su autoestima , está
8
desarrollamos sobre masculinidad y violencia contra la mujer, la mayor parte de
los varones en las ciudades de Lima y Cusco plantean que si hay algo que
justifique la violencia contra las mujeres es la infidelidad, lo cual es compartido
también por un alto porcentaje de mujeres9. . Esta presión disminuye con el
tiempo porque es probable que los varones consideren que, a menor edad, mayor
es la atracción sexual que sus parejas provocan en otros hombres, y también
porque a mayor edad aumenta el número de embarazos y de hijos, los cuales se
constituirían adicionalmente en una forma de control de la sexualidad de las
mujeres.
M u je re s q u e a lg u n a ve z h a n s u frid o vio le n c ia fís ic a o
s e x u a l d e p a rte d e s u p a re ja , s e g ú n p o rc e n ta je d e
a q u e lla s q u e s u p a re ja s e m o le s ta s i h a b la c o n o tro
h o m b re . 2 0 0 0
90
15 - 21
7 1 .7
22 - 29
6 2 .1
6 0 .3
5 2 .7
60
5 3 .8
30 - 49
4 8 .8
%
30
0
L IM A
CUSCO
comprometido en la pureza sexual de su madre, esposa, hijas y hermanas, caso contrario sería objeto de
ridículo y de oprobio” (Fuller, 1997)
9
Un 71.3% de mujeres en el departamento de Cusco y un 29.7% en Lima, consideran que se justifica el uso
de la violencia física por parte de la pareja “si él descubre que ella es infiel”. Incluso, un 37.9% en Cusco y un
13.5% de mujeres en Lima opina que se justifica dicha violencia “si él sospecha que ella es infiel” (Güezmes,
Palomino y Ramos, 2002)
A manera de conclusiones

Si bien la violencia contra las mujeres por parte de la pareja es un problema
social generalizado, con altísimas prevalencias tanto en Lima Metropolitana
como en el departamento de Cusco, ésta se distribuye de manera diferencial
por edad, siendo precisamente las mujeres más jóvenes las que sufren con
mayor fuerza estos actos violatorios a sus derechos humanos.

Esto obliga a realizar estudios más específicos que permitan comprender mejor
la experiencia conyugal o de pareja a edades más tempranas, y su relación
con la violencia.

Es muy probable que la mayor vulnerabilidad de las mujeres adolescentes y
jóvenes frente a la violencia de parte de la pareja, se deba al menor
empoderamiento alcanzado, producto de su menor madurez emocional y poca
experiencia de vida, lo cual las hace más dependientes de la pareja.

La tenencia de hijos muy pequeños les estaría ocasionando menor autonomía
y, en contrapartida, la existencia de hijos mayores constituiría un factor de
protección para las mujeres mayores.

La necesidad de un buen número de varones de afirmar su autoridad,
característica fundamental del modelo de masculinidad hegemónica, se vería
más exacerbada a edades tempranas por la existencia de una mayor
inseguridad en el ejercicio de ese rol social y culturalmente asignado, lo cual se
ve facilitado por el menor empoderamiento femenino en el período de
adolescencia y primera juventud.

El conocer que la violencia, en todas sus formas, se dirige con mayor
intensidad contra las mujeres adolescentes y jóvenes, obliga a redoblar
esfuerzos de prevención y atención a este segmento poblacional, a través de
programas educativos y desarrollo personal que empodere a estas mujeres. A
la vez, los servicios de salud, policial y de justicia, deberán estar alertas para
reforzar la calidad de sus servicios y atender oportunamente las necesidades
de esta población.

La magnitud del problema nos indica acerca de la necesidad de contribuir a
cambios culturales de corto y mediano plazo que transformen los mecanismos
de poder que operan en las relaciones cotidianas de hombres y mujeres. Este
esfuerzo no podrá realizarse exitosamente si a la vez no trabajamos también
con los varones, para que se hagan responsables de sus actos violentos y de
los cambios hacia relaciones más equitativas de género, mediante programas
reeducativos que permitan construir nuevos modelos positivos de
masculinidad.
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