Nigrelli Edgardo G c/ Provincia ART SA

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Nigrelli Edgardo G c/ Provincia ART SA .- C. Nac. Trab. Sala 2ª
17/06/2011
“la circunstancia de que el perito médico haya señalado que la minusvalía
comprobada podría relacionarse con un accidente, sólo implica una apreciación de
índole científica que se formula en abstracto cuya incidencia en la litis estaba
condicionada a la demostración efectiva de la existencia de un accidente como el
descripto en la demanda. Como tal suceso no fue acreditado, es obvio que la
apreciación en abstracto efectuada por el perito médico carece de incidencia en la
resolución del litigio (…) La circunstancia de que la afección lumbar padecida por
el actor reconozca un origen post traumático, no evidencia por sí sola que derive
de un accidente como el que se invocó en sustento de la demanda.”
“La ausencia del planteo en la demanda de una cuestión federal constitucional
impide, a mi entender, la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de
oficio, pues sólo el titular de un derecho subjetivo de contenido patrimonial está
habilitado a invocar y probar su posible conculcación.”
Fallo Completo:
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, junio 17 de 2011.
Considerando:
En la Ciudad de Buenos Aires, el 17-6-11, reunidos los integrantes de la Sala II a fin
de considerar los recursos deducidos en autos y para dictar sentencia definitiva en
estas actuaciones, practicado el sorteo pertinente, proceden a expedirse en el orden de
votación y de acuerdo con los fundamentos que se exponen a continuación.
El Dr. Miguel Ángel Pirolo dijo:
La sentencia de primera instancia no hizo lugar a la indemnización reclamada con
fundamento en la Ley 24557. A fin de que sea revisada esa decisión por este Tribunal
de Alzada, interpuso recurso de apelación la parte actora, en los términos y con los
alcances que explicita en su expresión de agravios (fs. 329/335). A su vez, el letrado
apoderado -por su propio derecho- critica la regulación de honorarios efectuada en su
favor, por reducida ( ver fs. 335 vta.)
Al fundamentar el recurso, el accionante se agravia porque el a quo consideró que el
informe pericial médico diagnosticó que padecía lumbalgia crónica post esfuerzo
cuando, a su modo de ver, es claro que el perito médico informó que Nigrelli padece de
hernia de disco de origen post traumático. Se agravia también porque el juez de
primera instancia no hizo lugar a su pretensión porque no había sido solicitada la
inconstitucionalidad del art. 6 de la Ley 24557 cuando, según dice, dicha
inconstitucionalidad debió haber sido declarada de oficio por el Sr. Magistrado de
grado. Por las razones que -sucintamente- se han reseñado, solicita se modifique el
pronunciamiento recurrido y que, en definitiva, se haga lugar a la demanda, con
costas.
Seguidamente, me he de abocar al análisis de cada uno de los agravios expresados por
la recurrente.
Se queja el accionante porque el sentenciante concluyó que la incapacidad padecida
por Nigrelli deriva de "una enfermedad profesional" o de una "enfermedad accidente"
adquirida con motivo de las tareas de esfuerzo efectuadas para la demandada cuando,
a su entender, tuvo que haber reconocido que la minusvalía se relaciona con un
accidente.
Si bien la aseguradora, al momento de contestar la acción (ver fs. 80), reconoció que le
fue denunciado un accidente, lo cierto es que negó que haya tenido las características
descriptas en el escrito inicial y que haya provocado al accionante las dolencias que
éste dijo padecer, por lo que a cargo de Nigrelli se encontraba acreditar los hechos en
los que sustenta su pretensión (cfr. art. CPCCN).
El testigo Ortiz (fs. 162) dijo tener conocimiento de que el actor había tenido un
accidente, sólo por comentarios de este último. El testigo Cristaldo (fs. 168) señaló que
se enteró por "comentarios" que el actor levantó una caja y sintió un tirón en la
cintura.
Reiteradamente se ha sostenido que carecen de eficacia probatoria las declaraciones
de testigos de referencia porque la relación de sujeto cognoscente a objeto conocido,
no es directa (conf. SCBA. Sentencia del 24/11/76 in re "Ayrolo Juan C. v. Del Castillo
Jorge M. y otros" L.L. 1977-) y traduce una simple afirmación genérica sin respaldo
suficiente en elementos de carácter objetivo, que justifiquen el acaecimiento de los
hechos descriptos, habida cuenta de que testigo es por definición la persona que ha
tenido conocimiento personal de los hechos a comprobar "propiis sensibus" (Cfr.
Francisco Gorphe, "La crítica del Testimonio", Traducción española a la segunda
edición francesa de Mariano Ruiz Fanes, Madrid, 1949, pags. 11 y 12).
Finalmente, Bordón (fs- 237) si bien dijo que estuvo presente el día que el actor "se
jodió", lo cierto es que no da mayores precisiones acerca de la forma y posición en que
el actor estaba efectuando su trabajo, sin perjuicio de señalar que sus dichos no se
encuentran corroborados por ningún otro medio probatorio (cfr. art. 90 LO).
En definitiva, tal como concluyó el sentenciante, el actor no demostró que el 13-11-06
haya sufrido un accidente de las características invocadas en la demanda, por lo que
cabe desestimar el agravio en el punto y mantener lo decidido en la sede origen en este
aspecto.
Se agravia el accionante pues sostiene que quedó claramente demostrado que el actor
presenta hernia de disco post esfuerzo y también post traumática.
Este segmento del recurso, obviamente, está dirigido a demostrar que la incapacidad
verificada por el perito podría resultar relacionable con un "accidente". Pero lo cierto
es que, al no encontrarse acreditado que el actor haya sufrido un accidente de trabajo
de las características invocadas en el escrito inicial, la controversia en torno a la
etiología de la lumbociatalgia deviene inconducente a los fines de esta litis.
Demás está decir que, la circunstancia de que el perito médico haya señalado que la
minusvalía comprobada podría relacionarse con un accidente, sólo implica una
apreciación de índole científica que se formula en abstracto cuya incidencia en la litis
estaba condicionada a la demostración efectiva de la existencia de un accidente como
el descripto en la demanda. Como tal suceso no fue acreditado, es obvio que la
apreciación en abstracto efectuada por el perito médico carece de incidencia en la
resolución del litigio.
La circunstancia de que la afección lumbar padecida por el actor reconozca un origen
post traumático, no evidencia por sí sola que derive de un accidente como el que se
invocó en sustento de la demanda pues las tareas realizadas por Nigrelli y los
esfuerzos que ellas le exigían podrían llegar a denotar acaso, la configuración de una
"enfermedad profesional" o "enfermedad accidente".
Se agravia la parte actora porque el Dr. Elfman luego de concluir que la incapacidad
deriva de una enfermedad no incluida en el listado previsto en el inc. 2 a ) del art. 6 de
la Ley 24557, no hizo lugar a su pretensión porque no había sido solicitada la
inconstitucionalidad de dicha norma. Discrepa con la conclusión del sentenciante y
dice que, en virtud de los principios protectorios, debió haber sido declarada de oficio.
La demanda y la respectiva réplica, conforman el tema de debate sobre el cual se debe
sustanciar la prueba y dictar sentencia. Conforme lo señala Centeno (El Procedimiento
en la Provincia de Buenos Aires. pág. 94 y sgtes.), la demanda determina la apertura
de la instancia, y deja fijados los límites de la acción y su naturaleza; y a éstos se debe
supeditar la contestación de la demanda y la sentencia. De modo que el juez o
tribunal no puede apartarse de los términos en los que quedó trabada la litis porque
allí quedan fijados en forma definitiva los temas de la controversia, que no pueden ser
alterados (cfr. art. 34, inc. 4 CPCCN).
Al respecto, cabe memorar que la demanda y la respectiva réplica, conforman el tema
de debate sobre el cual se debe sustanciar la prueba y dictar sentencia. Conforme lo
señala Centeno (El Procedimiento en la Provincia de Buenos Aires. pág. 94 y sgtes.), la
demanda determina la apertura de la instancia, y deja fijados los límites de la acción y
su naturaleza; y a éstos se debe supeditar la contestación de la demanda y la
sentencia. De modo que el juez o tribunal no puede apartarse de los términos en los
que quedó trabada la litis porque allí quedan fijados en forma definitiva los temas de
la controversia, que no pueden ser -luego- alterados (cfr. art. 34, inc. 4 y 163, inc. 6
CPCCN).
Refiere Couture que la sentencia es el acto emanado de los agentes de la jurisdicción
mediante el cual se deciden la causa o los puntos sometidos a su conocimiento. En
una primera operación, deriva de los términos mismos de la demanda; y, en definitiva,
el Juez debe hallar ante sí el conjunto de hechos narrados por las partes en sus
escritos de demanda y contestación y las pruebas sobre esos hechos que se hubieran
producido para depararle convicción de la verdad y permitirle efectuar la verificación
de sus respectivas posiciones (cfr. Couture, "Fundamentos del derecho procesal civil"
Ed. Depalma, 1981, ps. 277 y ss.). La decisión que adopte el Juez para resolver el
litigio debe ser congruente con la forma en la cual ha quedado trabada la relación
jurídico procesal, sin que corresponda alterar o modificar en aspectos esenciales, las
pretensiones o articulaciones formuladas por las partes (cfr. Colombo, "Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación Anotado y Comentado", t. I, Ed. AbeledoPerrot, ps. 281 y ss. y doc. que informa el art. 163 inc. 6 del CPCCN).
En virtud de tales consideraciones, la ausencia del planteo en la demanda de una
cuestión federal constitucional impide, a mi entender, la posibilidad de declarar la
inconstitucionalidad de oficio, pues sólo el titular de un derecho subjetivo de
contenido patrimonial está habilitado a invocar y probar su posible conculcación.
Como señala Horacio De la Fuente, el control constitucional de oficio sólo procede en
los casos de orden público absoluto, es decir, cuando la norma es imperativa y los
derechos que ella otorga, una vez adquiridos, son irrenunciables; pero no en aquellos
casos de orden público relativo en los que, a pesar de la imperatividad de la norma
constitucional, sólo se encuentra comprometido un interés particular, pues el derecho
-normalmente de contenido patrimonial- es renunciable -arg. arts. 872 , 1047 y 1048
del CCiv.- (en "Orden Público", Ed. Astrea, pág.109 y subs.).
Es evidente que, si el titular del derecho subjetivo a percibir las sumas cuyo
diferimiento a condena pretende no invocó en su demanda que la aplicación de una
disposición normativa constituía una lesión a la garantía constitucional que lo
protege, la declaración oficiosa de inconstitucionalidad de esa disposición implicaría
una afectación a la garantía al derecho de defensa de la contraparte (art. 18 CN) y un
apartamiento del principio de congruencia (art. 34, inc. 4 del CPCCN). Tal como lo
sostuvo el más Alto Tribunal en distintos pronunciamientos, el sometimiento
voluntario a un determinado régimen jurídico, sin expresa reserva, determina la
improcedencia de su impugnación ulterior con base constitucional (Fallos 149:137 ;
170:12 ; 304:1180 ; 325:1922); por lo que concuerda la doctrina nacional en cuanto a
que no es viable la declaración de inconstitucionalidad de oficio cuando se trata de
derechos disponibles por haber sido reconocidos en el interés particular de las
personas (conf. Bielsa, Rafael "Derecho Constitucional", 1959, pág.717; Padilla, Miguel
"El orden público y la declaración de inconstitucionalidad" en LL 1984, C, 320;
Ibarlucía, Emilio "Control de oficio de constitucionalidad. Algunas precisiones sobre su
procedencia", E.D. 197-243; y también en "Control de oficio...." en E.D., 19-10-04).
Como lo he señalado en un trabajo doctrinario anterior, en la medida que el derecho
cuyo reconocimiento se pretenda en sede judicial tenga contenido patrimonial, debe
considerarse otorgado en interés particular o individual de su titular y no en beneficio
del interés general, por lo que se encuentra comprendido en el orden público
constitucional relativo y no en el que reviste carácter absoluto. Por lo tanto, si una
disposición normativa compromete sólo un interés particular (conf. art. 872 del CCiv.),
se verifica un supuesto de nulidad relativa y, a partir de su confrontación con las
directivas constitucionales, dicha nulidad sólo puede ser declarada a pedido de la
parte interesada (conf. arts. 1048 y 1058 del CCiv.). De allí que, si el titular del
derecho constitucional renunciable no plantea la inconstitucionalidad de la ley que lo
desconoce en la etapa procesal oportuna (es decir, en la demanda), en realidad, la está
saneando y convalidando al renunciar a la respectiva acción de nulidad; y el juez no
puede declarar la invalidez de oficio, porque en ese acto de disposición no se
encuentra interesado el orden público absoluto, sino un interés particular -conf. arts.
1047 y 1048 del CCiv.- ("Algunas reflexiones acerca de las limitaciones al ejercicio del
control de constitucionalidad ex officio" en D.T.2004-B, pág.1.445). En igual sentido
ya se ha expedido esta Sala in re "Fernández y Llorente María I. v. Posmovil S.A. y
otros s/ despido " sent. 93.966 del 1/12/05, in re "Blajean Bent Enrique Miguel
C/Roland Berger S.A. S/Despido" sent. 94204 del 11/5/06, e in re "Catalín, Diego M.
v. Banco Bansud S.A s/ despido ", sent. 94.293 del 22/06/06.
Creo conveniente recordar aquí que, como reiteradamente lo ha sostenido la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, la declaración de inconstitucionalidad de un
precepto de jerarquía legal constituye la más delicada de las funciones susceptibles de
encomendarse a un tribunal de justicia, pues configura un acto de suma gravedad
institucional que debe ser considerado como "ultima ratio" del orden jurídico (C.S.J.N.,
24-2-81, "Vialco S.A v. Agua y Energía Eléctrica ", L.L.14-7-81, pág.2; 2-12-93,
"Cocchia, Jorge v. Nación Argentina ", en F:316:2624; 26-12-96, "Monges, Analía v.
Universidad de Buenos Aires -UBA- ", en F:319:3148; y F: 312:235, entre muchos
otros). En virtud de las consideraciones expuestas, propicio no hacer lugar este
segmento del memorial recursivo y confirmar lo resuelto en la sede de origen en
cuanto resolvió rechazar íntegramente la demanda ante la falta de solicitud por parte
del accionante de que se declare la inconstitucionalidad del art. 6 de la Ley 24.557
(cfr. art. 499 CCiv.)
El agravio expresado en torno a la costas, basado en la forma que el recurrente
pretende que sea resuelta la cuestión, deviene inconducente a la luz de las
conclusiones antes expuestas.
Por otra parte, estimo que las costas de alzada deben ser impuestas en el orden
causado pues el actor pudo considerarse razonablemente asistido de mejor derecho al
acudir a esta instancia (art. 68 2da. pte. CPCCN).
En atención al mérito y extensión de la labor desarrollada durante el trámite en
primera instancia y a las pautas que emergen del art. 6 y subs. de la ley 21839, de la
ley 24432 , del art. 38 de la LO y del dec. 16638/57 , estimo los honorarios
correspondientes a la representación y patrocinio letrado de la parte actora resultan
reducidos por lo que propongo elevarlos al ...% a calcularse sobre el capital reclamado,
sin intereses.
A su vez y con arreglo a lo establecido en el art. 14 de la ley 21839, habida cuenta del
mérito y extensión de labor desarrollada en esta instancia por la representación y
patrocinio letrado de la recurrente y de la representación y patrocinio letrado de la
parte demandada, propongo que se regulen los honorarios por esas actuaciones en el
...% y ...% de lo que corresponde a cada una de ellas por la totalidad de lo actuado en
la instancia anterior.
El Dr. Miguel Ángel Maza dijo:
Que adhiere a las conclusiones del voto de Miguel Ángel Pirolo, por análogos
fundamentos.
Por lo que resulta del acuerdo que antecede (art. 125 de la ley 18345), el Tribunal
resuelve:
1) Confirmar la sentencia dictada en la instancia de grado anterior en todo lo que fue
materia de apelación y agravios;
2) Imponer las costas de la Alzada, en el orden causado;
3) Elevar los honorarios regulados a la representación letrada de la parte actora al ...%
del capital reclamado -sin intereses-;
4) Regular los emolumentos de la representación y patrocinio letrado de la parte
actora y de la parte demandada, por los trabajos realizados en esta Alzada, en el ...% y
...%, respectivamente, de lo que corresponde, a cada una de ellas, por la totalidad de
lo actuado en la instancia anterior.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.- Miguel Á. Maza.- Miguel Á. Pirolo.
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