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EVALUACIÓN DE LOS CRITERIOS LINGÜÍSTICOS PARA LA
DISTINCIÓN EVENTO Y RESULTADO EN LOS SUSTANTIVOS
DEVERBALES.
Aina Peris Morant, Mariona Taulé Delor1
Universidad de Barcelona
Abstract
Este artículo tiene como objetivo analizar la distinción denotativa entre evento y resultado que se atribuye a las
nominalizaciones deverbales. En concreto, se centra en el análisis de los criterios lingüísticos propuestos en la
bibliografía en los que se basa esta distinción. Para ello se ha seguido una metodología basada en corpus
consistente en analizar el comportamiento de 842 sustantivos deverbales en español del corpus AnCora-Es en
relación con los criterios lingüísticos obtenidos de la bibliografía. Las conclusiones principales apuntan que no
todos los criterios propuestos son concluyentes para la distinción evento vs. resultado y que en muchos casos
esta distinción es contextual.
Palabras clave: nominalización deverbal, estructura argumental, denotación, evento vs. resultado.
I. INTRODUCCIÓN
Este estudio tiene como objetivo analizar la distinción denotativa entre evento y
resultado que se atribuye a las nominalizaciones deverbales. En concreto, se centra en el
análisis de los criterios lingüísticos que se proponen en la bibliografía que están en la base de
esta distinción. Esta diferencia denotativa tiene repercusiones tanto a nivel morfosintáctico
como semántico. En primer lugar, la distinción evento vs. resultado se asocia en algunos
autores con la capacidad de selección de argumentos de los sustantivos: Grimshaw (1990) y
Zubizarreta (1987) atribuyen capacidad argumental a los sustantivos eventivos pero no a los
resultativos, mientras que autores como Alexiadou (2001), Picallo (1999), Pustejovsky
(1995), Mel’cuk (1984), Alonso (2004) o Badia (2002) argumentan que tanto los sustantivos
eventivos como los resultativos tienen capacidad de selección de argumentos. En segundo
lugar, las nominalizaciones de evento y resultado se caracterizan por ser antecedentes de
distintos tipos de pronombres anafóricos: por ejemplo, el pronombre ‘ho’ del catalán se usa
para correferir sustantivos de evento mientras que ‘lo/la’ serían los pronombres anafóricos de
sustantivos de resultado.
En definitiva, dado que la distinción semántica entre evento y resultado en el ámbito
nominal puede tener implicaciones de relieve en el comportamiento sintáctico-semántico que
afecten a la representación léxica de los sustantivos deverbales, hemos considerado necesario
1
Contacto: CliC-UB Departament de Lingüística de la Universitat de Barcelona. Gran Via de les Corts
[email protected]
Catalanes, 585, 08007 Barcelona. 93 403 56 94. 93 403 56 71. [email protected]
596
llevar a cabo el presente estudio sobre esta distinción y los criterios lingüísticos que se aducen
para mantenerla. Con este fin se han cotejado las propuestas teóricas con la información
obtenida en el corpus AnCora-Es (Taulé, Martí & Recasens, 2008)1 y, para ello, se ha
analizado el comportamiento de 842 sustantivos deverbales en español en función de los
criterios lingüísticos de la bibliografía. Este análisis nos permitirá evaluar, contrastar y
ratificar o cuestionar los diferentes criterios lingüísticos y, en definitiva, la distinción
denotativa entre nombres eventivos y resultativos. Por lo tanto, el objetivo principal de este
artículo es llegar a una conclusión sobre si es necesario mantener dicha distinción y, si es así,
establecer qué criterios son más concluyentes y cuáles tienen una evidencia empírica menos
concluyente. El resultado de este estudio nos permitirá proponer una representación léxicosemántica fundamentada y razonada de los sustantivos deverbales en un léxico
computacional, que servirá de base para la anotación semántica -con argumentos y papeles
temáticos- de estos sustantivos en el corpus AnCora-Es.
El artículo se organiza de la siguiente manera: en primer lugar (sección II) se revisan
brevemente las propuestas de los diferentes autores que han trabajado sobre las
nominalizaciones deverbales de evento y resultado. A continuación (sección III) se realiza el
análisis crítico de los criterios lingüísticos: se presentan todos los criterios de la bibliografía
consultada, se establece cuáles son de posible aplicación y se explica la manera en que ésta se
lleva a cabo. En el siguiente apartado (sección IV) se muestran los resultados obtenidos sobre
cada uno de los criterios. Finalmente, se presentan las conclusiones del estudio y se proponen
líneas futuras de investigación (sección V).
II. ANTECEDENTES
La mayoría de los autores que tratan las nominalizaciones deverbales2 contemplan la
distinción denotativa entre evento y resultado. Sin embargo, existen dos cuestiones en las que
los distintos autores divergen. La primera es la consideración de estas dos denotaciones como
dos sentidos de una misma unidad léxica o como dos unidades léxicas diferentes. La segunda,
como ya avanzábamos en la introducción, tiene que ver con la capacidad argumental, negada
por algunos a los sustantivos resultativos.
En relación a la primera cuestión controvertida, las dos posiciones teóricas están
claras. Unos creen que las denotaciones de evento y resultado corresponderían a unidades
léxicas diferentes (Grimshaw (1990), Alexiadou (2001) y Picallo (1991, 1999)); y otros
sostienen que ambas denotaciones son sentidos de una misma unidad léxica (Pustejovsky
(1995), Mel’cuk et al. (1984), Alonso (2004) o Badia (2002, pendiente de publicación)).
Para diferenciar estas dos denotaciones a nivel léxico, los representantes de la primera
posición son los que con más profusión proponen criterios morfosintácticos para
diferenciarlas (Véase Tabla 1).
Respecto a la segunda polémica, Grimshaw (1990) y Zubizarreta (1987) consideran
que la capacidad argumental se circunscribe a los sustantivos eventivos, mientras que el resto
de autores mantienen que tanto las nominalizaciones de evento como de resultado pueden
legitimar argumentos.
597
A continuación presentamos brevemente las propuestas de los principales autores
estudiados haciendo referencia a las polémicas presentadas. Grimshaw (1990), distingue tres
tipos de nominalizaciones en función de su denotación: 1) sustantivos que denotan un evento
complejo (‘examination’ ‘revisión’); 2) sustantivos que denotan un evento simple (‘trip’
‘viaje’); y 3) sustantivos que denotan el resultado de una acción (‘exam’ ‘examen’). Para ella,
esta diferencia denotativa está estrechamente vinculada con la capacidad de selección de
argumentos: tan sólo los nominales eventivos complejos legitiman una estructura argumental
y, por consiguiente, sólo ellos seleccionan argumentos. Las otras dos clases carecen de
estructura argumental y, por lo tanto, no seleccionan argumentos. Los criterios lingüísticos
que la autora propone están orientados a justificar esta doble distinción (denotativa y de
capacidad argumental).
Sin embargo, para Alexiadou (2001) la diferencia entre sustantivos resultativos y
eventivos no radica en la estructura argumental, sino en la presencia de proyecciones de Voz
y Aspecto en la estructura funcional de los eventivos. Esta autora afirma que ambos tipos de
sustantivos pueden tener argumentos: “Given that there is no lexical difference between verbs
and process nouns, and between result and process nouns, apart from the functional domain,
all can take arguments” (Alexiadou, 2001: 69).
En Picallo (1991) se postula que los nominales eventivos son casos de nominalización
sintáctica, mientras que los nominales resultativos constituyen casos de nominalización
léxica3. Esto es, tienen un proceso de formación derivativa distinto, los primeros en la sintaxis
y los segundos en el léxico. Respecto a la capacidad argumental, Picallo (1999) también
considera que los complementos nominales de los resultativos son argumentales ya que,
según ella, se comportan como argumentos reales en lo que concierne a muchos fenómenos
gramaticales: pueden ser antecedentes de expresiones anafóricas, pueden ser sujetos de
expresiones predicativas y se pueden establecer relaciones interpretativas típicamente
argumentales entre ellos y el núcleo nominal.
En resumen, que nominalizaciones de evento y resultado sean unidades léxicas
diferentes en estos autores se justifica por una distinta estructura argumental en el caso de
Grimshaw (1990), por distintas proyecciones funcionales en el caso de Alexiadou (2001) y
por su formación en distintos niveles del lenguaje en el caso de Picallo (1991).
Por su parte, los que consideran que las dos denotaciones son sentidos de una misma
unidad léxica mantienen que las nominalizaciones son unidades léxicas infra especificadas
(Pustejovsky, 1995), o unidades en las que existe una disyunción de significado (Alonso,
2004) o bien, simplemente, unidades léxicas con sentidos distintos (Mel’cuk et al. 1984;
Badia, 2002).
Concretamente, Pustejovsky (1995) da cuenta de la ambigüedad de las
nominalizaciones de evento y resultado mediante una representación léxica infra especificada
que denomina dot-object. Argumenta que los nombres de evento-resultado son casos de
polisemia complementaria: “both senses of a logically polysemous noun seem relevant for the
interpretation of the noun in the context, but one sense seems 'focused' for purposes of a
particular context” (Pustejovsky , 1995: 31). Respecto a la capacidad argumental, se puede
decir que ambos sentidos nominales serían argumentales puesto que la representación léxica
598
infra especificada dot-object tiene una estructura argumental en la que se especifican los
argumentos semánticos nominales.
En Alonso (2004) se argumenta que hay sustantivos que presentan una disyunción en
su significado puesto que algunos lemas nominales pueden actualizar la lectura eventiva y
resultativa en la misma frase sin afectar ello a la comprensión de los enunciados. Por ejemplo,
en el caso de (1) el nombre ‘declaración’ se interpreta como un evento y un resultado al
mismo tiempo. Únicamente se puede especificar el momento de inicio de un evento, y
únicamente de un resultado se puede decir que ocupa cinco páginas. Estos dos significados se
originan en la misma unidad léxica, que incluye ambos sentidos (resultado y evento), y es el
contexto el que los actualiza a los dos.
(1)
La declaración que el juez tomó al testigo, y que comenzó a las once, ocupa
cinco folios.
Respecto a la capacidad argumental, para Alonso (2004) todos los nombres que
participan en construcciones de verbo soporte seleccionan argumentos. Desde su punto de
vista, se puede inferir que si un nombre resultativo participa en una construcción de verbo
soporte, tendrá una estructura argumental. En español es posible encontrar nombres
resultativos en este tipo de estructuras, por ejemplo, ‘hacer acusaciones’, por lo que ella
argumenta que éstos tienen también estructura argumental.
A continuación, resumimos en una tabla los criterios propuestos en la bibliografía, que
serán analizados en la siguiente sección.
1.
2.
3.
Clase Verbal
Pluralización
Tipo de Determinante
Grimshaw
(1990)
+
+
4.
Preposición + Agente
-
-
+
-
+
5.
Obligatoriedad Arg. Int.
+
-
+
-
-
6.
Poseedores vs. Args
+
+
-
-
-
7.
Predicado Verbal + SN
+
-
+
-
+
8.
Mod. Aspectuales
+
+
+
-
-
9.
Estructuras de Control
+
-
+
-
-
10.
Mod. del agente
+
-
-
-
-
11.
Afectación del objeto
-
+
-
-
-
12.
Telicidad/Atelicidad
-
+
-
-
-
Criterios Lingüísticos
Tabla 1
599
Alexiadou
(2001)
+
-
Picallo
(1999)
+
+
Alonso
(2004)
+
+
Badia
(2002
+
-
III. ANÁLISIS Y APLICACIÓN DE LOS CRITERIOS LINGÜÍSTICOS
En este apartado se lleva a cabo un análisis de los criterios lingüísticos que se han
propuesto en la bibliografía para distinguir entre sustantivos eventivos y resultativos,
centrándonos especialmente en aquellos criterios que se han podido aplicar, y de qué manera.
Con este fin se ha analizado el comportamiento de los 842 sustantivos deverbales (en 3075
ocurrencias) extraídos4 del corpus anotado AnCora-Es (Taulé, Martí & Recasens, 2008)
respecto a los criterios lingüísticos. La muestra analizada corresponde al total de sustantivos
deverbales que aparecen en un subconjunto de 100.000 palabras de dicho corpus. Este
subconjunto está formado por 75.000 palabras de Lexesp (Sebastián et al., 2000), un corpus
equilibrado de 6 millones de palabras, y por 25.000 palabras de la agencia española de
noticias EFE. Este análisis nos permitirá llegar a una conclusión sobre cuáles son los criterios
de la bibliografía que se confirman como más relevantes para esta distinción denotativa en
español.
Los criterios que se proponen son de distinta naturaleza: algunos hacen referencia a
cuestiones morfosintácticas (pluralización, tipo de determinante), otros, en cambio, a
cuestiones sintáctico-semánticas (obligatoriedad del argumento interno, verbo del que deriva,
etc.). Su evaluación es posible porque trabajamos con un corpus, AnCora-Es, anotado a
diferentes niveles lingüísticos. Esto nos permite obtener la información morfológica y
sintáctico-semántica de los SNs cuyos núcleos son los sustantivos deverbales extraídos, es
decir, las características morfológicas del sustantivo y las características sintáctico-semánticas
de sus complementos. Además de la información lingüística explícita en el corpus, utilizamos
también el lexicón AnCora-Verb (Aparicio, Taulé & Martí, 2008), del cual obtenemos
información sobre la clase semántica de los verbos de los que derivan los sustantivos
analizados.
De los doce criterios seleccionados, los seis primeros resultan más fáciles de evaluar
porque los datos que requieren se encuentran con relativa facilidad en el subconjunto de
100.000 palabras del corpus AnCora-Es. Sin embargo, los criterios restantes son más difíciles
de evaluar bien porque los datos que requieren no se encuentran suficientemente
representados en la muestra analizada (7-10) o bien porque en la información de la que
partimos no se encuentran datos sobre ellos (11-12). De estos criterios (7-12), finalmente sólo
se podido evaluar el 7, y para ello ha sido necesario ampliar la muestra analizada al total de
palabras del corpus AnCora (500.000) para poder obtener datos suficientes para su
evaluación. Creemos que se trata de un criterio interesante porque relaciona la denotación del
sustantivo con el tipo de predicado verbal con el que combina, superando los límites del SN, a
diferencia del resto de criterios.
Los cuatro primeros criterios de la Tabla 1 son los que a priori nos parecen más
significativos para detectar la distinción denotativa que estamos analizando.
III. 1.
Criterio 1. Clase verbal de la que el sustantivo deriva
Uno de los criterios más utilizados para determinar la denotación del sustantivo
deverbal es la clase de verbo de la que deriva. Picallo (1991, 1999) y Alexiadou (2001)
600
mantienen que los verbos inergativos dan lugar siempre a sustantivos resultativos mientras
que los inacusativos resultan a menudo en sustantivos ambiguos. Respecto a los predicados
estativos, se suele afirmar que los nominales que derivan tienen un comportamiento sintáctico
similar a los nominales resultativos (Picallo, 1991 y1999). En cuanto a los verbos transitivos,
Alexiadou (2001) sostiene que pueden dar lugar o bien a nominales únicamente eventivos o
bien a nominales ambiguos entre una lectura resultativa y una lectura eventiva. Picallo (1991,
1999) por su parte, mantiene que los verbos transitivos pueden derivar tanto nominales
eventivos como resultativos si se dan las condiciones sintácticas requeridas; si no, los
nominales derivados de verbos transitivos tienen una interpretación ambigua.
Para aplicar y analizar este criterio partimos de la clasificación semántica de verbos
propuesta en AnCora-Verb (Aparicio, Taulé & Martí, 2008). En este lexicón, cada predicado
verbal se relaciona con una o más clases semánticas en función esencialmente de los cuatro
tipos básicos de eventos -realizaciones (clase semántica A), logros (clase semántica B),
estados (clase semántica C) y actividades (clase semántica D)- y de las alternancias de diátesis
en las que el verbo participa. Las cuatro clases verbales principales de AnCora-Verb se
pueden relacionar en general con las diferentes clases verbales propuestas en la bibliografía
revisada: las realizaciones se corresponden con predicados transitivos; los logros pueden
vincularse con los verbos inacusativos; los estados se relacionan con los verbos estativos; y
las actividades se corresponden con los verbos inergativos. De esta manera, en el lexicón
AnCora-Verb consultamos las clases verbales de las que derivan los 842 sustantivos que
conforman nuestra muestra de análisis. Esto nos permitirá examinar si las afirmaciones acerca
de la relación entre las denotaciones de los sustantivos deverbales y sus correspondientes
clases verbales se mantienen en los datos del español que se analizan.
III. 2. Criterio 2. Capacidad de pluralización
Uno de los rasgos que según los autores identifica más claramente a los sustantivos
resultativos es su capacidad de pluralización. La mayoría considera que sólo los nombres
resultativos pueden aparecer en plural, a diferencia de los sustantivos eventivos. La capacidad
de pluralización de los 842 sustantivos se ha medido teniendo en cuenta si aparecen o no en
plural en la muestra analizada.
III. 3. Criterio 3. Tipo de determinante
En la bibliografía es comúnmente aceptado que los sustantivos eventivos sólo
aparecen con el artículo definido mientras que los resultativos se caracterizan por adimitir
todo tipo de determinantes. Para aplicar y evaluar este criterio hemos tenido en cuenta los
tipos de determinantes que aparecen en la posición de especificador de los SNs cuyos núcleos
son los sustantivos deverbales analizados.
III. 4. Criterio 4. Preposición + complemento agentivo
En los sustantivos que derivan de verbos transitivos, se considera que la preposición
que introduce el complemento agentivo puede determinar la denotación del sustantivo. Picallo
(1991, 1999) afirma que un complemento agentivo introducido por la preposición ‘de’
601
implica una lectura resultativa del nominal mientras que si la preposición es ‘por’, o la
locución prepositiva ‘por parte de’, el nominal tiene una lectura eventiva. Para aplicar y
contrastar este criterio hemos tomado en consideración los complementos agentivos
introducidos por ambos tipos de preposición que efectivamente aparecen en la muestra de
corpus analizada.
III. 5. Criterio 5. Obligatoriedad del argumento interno
Este criterio (Grimshaw, 1990; Picallo, 1999) establece que sólo los nominales
eventivos exigen la presencia del argumento interno mientras que en los nominales
resultativos éste no es necesario. En nuestra opinión, la denotación eventiva no tiene porque
requerir la realización sintáctica del argumento interno sino simplemente su interpretación
semántica. Badia (2002) argumenta también que no siempre es necesaria la realización de este
argumento para obtener una interpretación eventiva del nominal. Así por ejemplo, tanto sería
un evento ‘destrucción’ en (2a) como en (2b).
(2a) La destrucción de la casa por parte de Juan.
(2b) La destrucción tuvo lugar ayer.
Para aplicar y analizar este criterio hemos tenido en cuenta aquellos nominales en los
que el argumento interno está sintácticamente explícito y el tipo de constituyente que lo
realiza.
III. 6. Criterio 6. Argumentos vs. Poseedores
Uno de los criterios que Grimshaw (1990) postula para diferenciar entre sustantivos
resultativos y eventivos en inglés es que los sintagmas preposicionales introducidos por la
preposición ‘by’ ( by –SPs), los adjetivos relacionales y los determinantes posesivos se
interpretarían como argumentos externos (sujetos) en el caso de los nominales eventivos. En
cambio, estos mismos constituyentes se interpretarían como poseedores, es decir, como no
argumentales en el caso de los nominales resultativos. Otros autores (Picallo, 1999 y Badia,
2002), en cambio, mantienen que los determinantes posesivos pueden ser interpretados como
argumentos en ambos tipos de nominales. Picallo (1999) afirma, a diferencia de Grimshaw
(1990), que los adjetivos relacionales sólo aparecen como argumentos en los nominales
resultativos.
Se trata por lo tanto de un criterio controvertido en el que no existe acuerdo alguno
entre los autores y por este motivo nos parece un criterio importante a contrastar. Además, la
diferencia que Grimshaw (1990) establece entre la interpretación argumental o de poseedor en
los tres constituyentes (by –SPs, adjetivos relacionales y determinantes posesivos) nos parece
discutible. Si nos fijamos en su ejemplo con adjetivos relacionales (3), según ella, la
interpretación argumental del adjetivo sólo sería posible si el complemento equivalente al
objeto verbal se realizara sintácticamente, es decir, cuando el sustantivo tuviera una lectura
eventiva. Para nosotros, sin embargo, la misma interpretación cabría para ‘americano’ con o
sin el complemento nominal ‘a la libre expresión’.
(3) The American fear (of free speech).
'El miedo americano (a la libre expresión)'.
602
Para aplicar y analizar este criterio hemos tenido en cuenta las ocurrencias de estos
tres constituyentes en los nominales de la muestra analizada, si se interpretan como
argumentos externos y si esto condiciona la denotación del nominal. Para decidir si estos
constituyentes son argumentos externos hemos parafraseado el SN con su estructura oracional
correspondiente; si estos tipos de constituyentes son equivalentes al argumento externo del
verbo, se han considerado argumentos externos.
En cuanto a los criterios 7, 8, 9 y 10 nos parece que a priori pueden ser relevantes para
la distinción entre evento y resultado, sin embargo las 100.000 palabras del corpus AnCoraEs analizadas no nos proporcionan datos suficientes para poder llegar a ningún resultado
concluyente.
III. 7. Criterio 7. Predicados verbales con los que el nominal se combina
El tipo de predicado verbal con el que el sustantivo deverbal puede combinarse puede
ser un indicador para determinar el tipo de denotación (Grimshaw, 1990; Picallo, 1999). Los
nominales resultativos parecen combinarse únicamente con predicados atributivos, mientras
que los nominales eventivos serían sujetos de predicados del tipo ‘tener lugar’ u ‘ocurrir’.
Para poder examinar y aplicar este criterio hemos tenido en cuenta los predicados que
combinan con los nominales analizados, concretamente los predicados típicos eventivos
(‘tener lugar’, ‘ocurrir’, ‘comenzar’, ‘acabar’, ‘durar’, ‘llevar a cabo’) y los predicados
atributivos (‘ser’, ‘estar’ y ‘parecer’), con el fin de analizar si se trata de un factor
determinante para diferenciar entre nombres eventivos y nombres resultativos. Dado que la
información en las 100.000 palabras de AnCora-Es analizadas no era suficiente para analizar
este criterio, ha sido necesario ampliar la muestra de este tipo de predicados a las 500.000
palabras de AnCora-Es. Concretamente, se han analizado todas las ocurrencias (630 en total)
de estos tipos de predicados cuyos sujetos son alguna de las 842 nominalizaciones deverbales
y se les ha asignado una denotación para cada una de las ocurrencias en las que aparecen.
III. 8. Criterio 8. Estructuras de control en oraciones finales de infinitivo
Según Grimshaw (1990) y Picallo (1991, 1999) sólo los nominales eventivos
admitirían estructuras de control en oraciones finales de infinitivo. Para aplicar y evaluar este
criterio se han analizado todas las oraciones finales de infinitivo que se encuentran en los SNs
cuyos núcleos son los nombres deverbales extraídos, sin embargo los datos son escasos para
aportar un resultado concluyente.
III. 9. Criterio 9. Modificadores temporales-aspectuales
Autores como Grimshaw (1990), Alexiadou (2001) y Picallo (1991, 1999) consideran
que los modificadores aspectuales que complementan los predicados verbales son los mismos
que aparecerían en los nominales eventivos, pero nunca ocurrirían en nominales resultativos.
En este criterio también se tiene en cuenta el tipo de preposición que introduce el SP
modificador aspectual-temporal: si un SP modificador temporal de un sustantivo deverbal es
introducido por la preposición ‘de’, la lectura del nominal sería resultativa; mientras que si el
modificador temporal es un SN, entonces la interpretación del sustantivo sería eventiva. Para
603
este criterio, se han analizado los modificadores aspectuales-temporales, de qué tipo son, y si
son SPs, qué preposición los introduce. De nuevo, los ejemplos de modificadores temporales
dentro de los SNs analizados de las 100.000 palabras de AnCora-Es son tan escasos que no
podemos obtener resultados reveladores sobre este criterio.
III. 10. Criterio 10. Modificadores orientados al agente
Grimshaw (1990) mantiene que un modificador (por ejemplo, un adjetivo del tipo
‘intencional’ o ‘voluntario’) que se refiere a un complemento interpretado como agente es un
indicador de que dicho nominal recibe una interpretación eventiva. Este criterio no se ha
podido verificar ya que en las 3075 ocurrencias analizadas, no hemos encontrado ningún
modificador de este tipo referido a un complemento agentivo.
III. 11. Criterio 11. Afectación del objeto
Alexiadou (2001) sostiene que los predicados verbales transitivos con un objeto
afectado sólo dan lugar a nominales eventivos. En nuestro caso, este criterio es de difícil
aplicación porque ni en el lexicón AnCora-Verb ni en el corpus AnCora-Es se dispone de
información codificada sobre la afectación de los objetos verbales.
III. 12. Criterio 12. Telicidad/ atelicidad del verbo
Alexiadou (2001) afirma que de los verbos transitivos atélicos sólo derivan sustantivos
resultativos mientras que de los verbos transitivos télicos sólo derivan sustantivos eventivos.
En el lexicón AnCora-Verb no queda recogida de manera explícita la telicidad de los verbos
transitivos por lo que se ha dejado para trabajo futuro la realización de un test de telicidad a
los verbos transitivos que pueden dan lugar a nombres deverbales.
IV.
RESULTADOS
Teniendo en cuenta los criterios, sobre todo los cuatro primeros, nuestro análisis da
lugar a una primera clasificación de los 842 sustantivos de acuerdo con el tipo de denotación.
Este análisis permite observar que si bien hay sustantivos que presentan una clara
interpretación eventiva o resultativa, también es cierto que hay casos en los que resulta
realmente difícil decidir el tipo denotativo, casos que hemos clasificado como
subespecificados.
Antes de presentar de forma más detallada los resultados, es necesario puntualizar que:
1) en algunos lemas nominales las distintas ocurrencias presentan un comportamiento
morfosintáctico diferenciado, lo que ocasiona que un mismo lema pueda estar asociado a
denotaciones distintas, es decir, sentidos distintos. Por tanto, a partir de ahora hablaremos de
sentidos nominales, aunque aún no se ha decidido cómo se representarán finalmente en el
léxico; 2) en la muestra analizada hemos encontrado algunos casos en los que los sustantivos
forman parte de construcciones lexicalizadas, a las que hemos denominado lexías. En este
trabajo sólo se han considerado las lexías de tipo nominal.
A partir de la aplicación de los criterios lingüísticos y de nuestro análisis, resolvemos
que los 842 nombres analizados (3075 ocurrencias) se corresponden con 1121 sentidos
604
nominales de los cuales 113 son eventivos, 807 resultativos y 131 subespecificados. Además,
tenemos 70 casos de lexías no-nominales a cuyos sustantivos no hemos asignado tipo
denotativo. En el siguiente cuadro mostramos la distribución en porcentajes de estos 1121
sentidos nominales entre los tres tipos semánticos resultantes.
Sentidos Nominales Resultativos Eventivos
1121
72%
10%
Tabla 1. Distribución de los sentidos nominales
Subespecificados
12%
Lex-No-Nom
6%
A continuación mostramos los resultados de cada de uno los criterios aplicados a los
sustantivos deverbales extraídos.
IV. 1. Clase verbal de la que el sustantivo deriva
En la muestra analizada, la mayoría de los sentidos nominales son resultativos por lo
que no es de extrañar que todas las clases verbales tengan un mayor porcentaje de este tipo de
denotación entre los sustantivos que derivan. Sin embargo, lo que es realmente significativo
es que los verbos estativos (clase semántica C) e intransitivos (clase D) dan lugar casi
exclusivamente a sustantivos deverbales resultativos. Por lo tanto, son los verbos transitivos
(clase A) e inacusativos (clase B) los que pueden resultar en una lectura eventiva, resultativa o
subespecificada, confirmando la hipótesis de Picallo (1999). Cabe destacar también que los
sustantivos eventivos se derivan mayoritariamente de verbos transitivos y que los sustantivos
subespecificados lo hacen en su mayoría de verbos inacusativos.
Clases Nominales
Resultativos
Eventivos
A
70%
14%
Clases
B
68%
1%
Verbales
C
82%
Subespecificados
11%
26%
3%
Lex-No-Nom
5%
5%
15%
D
95%
5%
Tabla 2. Distribución de las clases verbales entre los sentidos nominales
IV. 2. Pluralización
La tabla 4 muestra que del total de sentidos nominales que aparecen en el corpus en
plural, la mayoría son resultativos, por lo que parece confirmarse que la pluralidad es una
característica que sirve para la identificación de sustantivos resultativos. El singular, en
cambio, no es un rasgo suficiente para descartar ninguna de las denotaciones nominales y su
distribución es paralela a la de los sentidos nominales; esto es, hay más sustantivos
resultativos en singular porque en general existen más sentidos nominales resultativos. No
obstante, es importante señalar que los sustantivos eventivos en su totalidad y los
subespecificados en gran parte, aparecen únicamente en singular.
605
Eventivos
Plural
Singular
15%
Resultativos
Subespecificados
98%
2%
69%
16%
Tabla 3. Distribución de la capacidad de pluralización entre los sentidos nominales
IV. 3. Tipo de determinante
La posición de especificador en los SNs cuyos núcleos son los 842 sustantivos
deverbales puede estar ocupada por cinco tipos de determinantes o bien puede estar vacía.
Como ocurría anteriormente, dado que los sentidos nominales resultativos son los más
abundantes, son también los que mayor porcentaje de cada tipo de determinante tienen. Sin
embargo, el dato significativo aquí es que los determinantes indefinidos, los demostrativos y
los cuantificadores aparecen de manera casi exclusiva con aquellos sentidos nominales
clasificados como resultativos. El determinante definido, el posesivo y la posición vacía del
especificador pueden ocurrir en las tres clases nominales.
Los datos, por tanto, confirman sólo de manera parcial las hipótesis de la bibliografía:
si bien es cierto que los sustantivos resultativos aparecen con una gama más amplia de
determinantes, no parece confirmarse que los sustantivos eventivos tengan que ser
especificados siempre con el determinante definido ya que el posesivo y la opción de no
determinante también son posibles según los datos.
Tipo de Determinante Eventivos
Resultativos
Subespecificados
13%
72%
15%
Definido
99%
1%
Indefinido
100%
Demostrativo
10%
82%
8%
Posesivo
100%
Cuantificador
5%
88%
7%
Sin Determinante.
Tabla 4. Distribución de los determinantes entre los sentidos nominales
IV. 4. Preposición + Agente
Los sintagmas preposicionales (SPs) que se interpretan como agente en los SNs
analizados están introducidos por las siguientes preposiciones: ‘de’, ‘entre’, ‘por’ y ‘por parte
de’. La distribución de los cuatro tipos de SPs es complementaria entre las dos denotaciones
(evento y resultado): el complemento nominal agentivo introducido por ‘de’ o ‘entre’ aparece
en sustantivos resultativos. Sin embargo, cuando la preposición que introduce al complemento
agentivo es ‘por’ o ‘por parte de’ la lectura del sustantivo es eventiva5. En este sentido, la
hipótesis de la bibliografía parece corroborarse y los diferentes tipos de SPs son un indicador
de la interpretación del sustantivo deverbal.
606
IV. 5. Argumento Interno
En este criterio se evalúa tanto el grado de realización del argumento interno en el SN
para cada una de las clases nominales (Tabla 6), como los tipos de constituyentes que lo
pueden realizar (Tabla 7).
La tabla 6 muestra que casi la totalidad de los sustantivos eventivos aparecen con un
complemento nominal que funciona como argumento interno, hecho que se repite en un
porcentaje también muy alto (78%) en los sustantivos subespecificados. El porcentaje de
realización del argumento interno desciende considerablemente en el caso de los nominales
resultativos.
Argumento Interno
Eventivos
Resultativos
Subespecificados
98%
34%
78%
Tabla 5. Realización del Argumento Interno
Estos datos parecen confirmar las hipótesis mantenidas en la bibliografía: la presencia
del argumento interno en los nominales resultativos es opcional, mientras que en los
nominales eventivos es casi obligatoria. No obstante, nos gustaría indicar aquí que parecen
existir casos en los que si bien el argumento interno no se realiza en el SN, puede realizarse
fuera del mismo (4) o sobreentenderse (5-6). Los casos de realización sintáctica en el exterior
del SN del argumento interno los hemos detectado en nominales eventivos, mientras que los
argumentos internos implícitos se concentran en los nominales subespecificados.
(4) La distancia entre el fin ideal y el existencial no es susceptible de acortamiento.
(5) Aún hay una tercera opción en el derribo.
(6) Se han alzado contra él para invertir una tendencia imparable a la destrucción.
En el ejemplo (4), vemos que ‘distancia’ es el argumento interno de ‘acortamiento’,
pero su realización sintáctica no tiene lugar en el interior del SN del cual ‘acortamiento’ es
núcleo sino que éste se realiza sintácticamente fuera del SN. En (5) y (6) observamos que los
argumentos internos son sobreentendidos ya que los sustantivos no son interpretables sin ellos
(el derribo de X, la destrucción de X), posiblemente recuperables en oraciones precedentes
del discurso.
Los datos del corpus muestran que son cuatro los constituyentes que realizan
sintácticamente al argumento interno: los determinantes posesivos, los SPs, los pronombres
relativos y los adjetivos relacionales. Los dos primeros se caracterizan por aparecer en las tres
clases nominales. Los pronombres relativos aparecen sólo en nominales eventivos y
resultativos en el mismo porcentaje, mientras que los adjetivos relacionales ocurren
exclusivamente en nominales resultativos, lo que constituye una marca de identificación de
estos sustantivos.
607
Tipos de Constituyente Eventivos
Resultativos
12%
5%
Posesivo
86%
78%
SP
2%
2%
Pronombre Relativo
15%
Adjetivo Relacional
Tabla 6. Formas de realización del Argumento Interno
Subespecificados
8%
92%
IV. 6. Poseedores vs Argumentos
Como se ha comentado anteriormente, en este criterio no había acuerdo entre los
distintos autores sobre si los adjetivos relacionales, los determinantes posesivos y los SPs
introducidos por la preposición ‘por’ (el equivalente español a las by-phrases del inglés)
podían recibir una interpretación de argumento externo. Los resultados que se han obtenido
son muy claros: los por-SPs con interpretación de argumento externo son los únicos que
ocurren en SNs cuyos núcleos son eventivos (como veíamos en IV.4). Los adjetivos
relacionales, por su parte, interpretados como argumentos externos aparecen de manera
exclusiva en SNs cuyos núcleos son resultativos. Los determinantes posesivos con
interpretación de argumentos externos reparten sus apariciones entre sustantivos clasificados
como resultativos (95%) o como subespecificados (5%), si bien entre los primeros son
notablemente más abundantes. Así pues, la hipótesis de Grimshaw (1990) se confirma
parcialmente ya que sólo los SPs introducidos por la preposición ‘por’ son garantes de una
lectura eventiva en español. Respecto a los adjetivos relacionales, es la tesis de Picallo (1999)
la que parece verificarse puesto que los datos muestran que los adjetivos relacionales sólo
aparecen como argumentos en los nominales resultativos. Además, se observa una tendencia
de los determinantes posesivos a realizarse como argumentos externos predominantemente en
nominales resultativos, lo que no confirma ninguna de las propuestas teóricas (Picallo
afirmaba que podían aparecer también en nominales eventivos y Grimshaw que sólo
aparecían en nominales eventivos).
IV. 7. Predicados verbales
Este criterio, como se ha avanzado anteriormente, se ha evaluado en las 500.000
palabras de AnCora-Es porque la información de la muestra analizada (100.000 palabras) no
aportaba datos suficientes. Esta ampliación nos ha permitido analizar todas las ocurrencias
(630 en total) de los predicados atributivos (‘ser’, ‘estar’ y ‘parecer’) y los predicados típicos
eventivos (‘tener lugar’, ‘ocurrir’, ‘comenzar’, ‘acabar’, ‘durar’, ‘llevar a cabo’) cuyos sujetos
son alguna de las 842 nominalizaciones extraídas. A cada sustantivo deverbal le hemos
asignado una denotación para cada una de las ocurrencias en las que aparece.
La Tabla 8 muestra que los predicados atributivos tienden a elegir como sujetos
sustantivos resultativos mientras que los predicados típicamente eventivos no manifiestan una
preferencia clara por ningún tipo de nominal. Estos resultados confirman parcialmente lo que
se mantiene en la bibliografía: los sustantivos resultativos se combinan preferentemente con
predicados atributivos.
608
Predicados
Eventivos
Resultativos
Sub Especificados
6%
75%
18%
Atributivos
41%
44%
15%
Eventivos
Tabla 7. Predicados con los que se combinan las clases nominales
V.
CONCLUSIONES
Con el objetivo de evaluar si la distinción denotativa entre sustantivos deverbales
eventivos y resultativos es pertinente para la representación léxico-semántica de este tipo de
nominalizaciones, en este estudio se han evaluado los criterios lingüísticos que se proponen
para mantenerla mediante la contrastación de los mismos en el corpus AnCora-Es. Los
resultados obtenidos apuntan, por un lado, que no todos los criterios de la bibliografía parecen
confirmarse totalmente y, por otro, que no siempre es posible distinguir entre ambas
denotaciones ya que la información sintáctico-semántica que se necesita no siempre está
disponible en el contexto.
Entre los criterios evaluados, se confirman como más concluyentes la clase verbal de
la que deriva el sustantivo, la pluralización, el tipo de determinante, la preposición que
introduce el complemento agentivo y la obligatoriedad del argumento interno. En cuanto a los
dos restantes, es decir, la interpretación argumental de por-SPs, adjetivos relacionales y de
determinantes posesivos (criterio 6), y los predicados verbales con los que se combinan los
sustantivos (criterio 7), los resultados no son tan determinantes. Respecto al criterio 6, cabe
destacar que los adjetivos relacionales parecen ser un buen indicador de la interpretación
resultativa, mientras que los por-SPs lo son de la interpretación eventiva (confirmando la
hipótesis de Picallo (1999)); sin embargo, el criterio no es suficientemente concluyente
respecto a los determinantes posesivos, los resultados obtenidos no coinciden con ninguna de
las hipótesis teóricas propuestas. En relación a los predicados verbales, la muestra analizada
verifica que los predicados atributivos tienden a combinarse con sustantivos resultativos pero
no se confirma que los predicados típicamente eventivos prefieran la combinación con
sustantivos eventivos.
Es interesante destacar que así como para la identificación de sustantivos resultativos
todos los criterios ofrecen rasgos morfosintácticos y semánticos particulares de esta lectura (si
los sustantivos derivan de verbos intransitivos y estativos, si el sustantivo aparece en plural, si
el determinante que le precede es un indefinido, demostrativo o cuantificador, si la
preposición que introduce a su complemento agentivo es ‘de’ o ‘entre’, si el argumento
interno no se realiza ni se sobreentiende, si el argumento externo se realiza mediante adjetivos
relacionales y si el predico verbal con el que se combina el sustantivo es atributivo); para la
detección de la lectura eventiva sólo uno de los criterios identifica inequívocamente a los
sustantivos eventivos: cuando la preposición que introduce a su complemento agentivo es
‘por’ o ‘por parte de’. Sin embargo, la derivación de verbos transitivos o inacusativos, la
aparición en singular del sustantivo, la coocurrencia con el determinante definido, posesivo o
609
sin determinante, la aparición del argumento interno y la combinación con predicados
típicamente eventivos, no son rasgos suficientes para la identificación de una u otra lectura
denotativa. Como consecuencia se dan numerosos casos en los que es imposible asignar una
denotación concreta, de ahí que se haya propuesto un tercer tipo denotativo subespecificado.
En definitiva, creemos pertinente mantener dicha distinción denotativa para la
representación léxico-semántica de las nominalizaciones deverbales ya que creemos relevante
reflejar el comportamiento lingüístico distinto que presentan, aunque en muchas ocasiones el
contexto sea insuficiente y tengamos una lectura subespecificada, es decir en la que las dos
interpretaciones semánticas son recuperables.
Como líneas de trabajo futuro, queremos ampliar la muestra de análisis a las 500.000
palabras de AnCora-Es para todos los criterios y proponer una representación léxicosemántica de las nominalizaciones deverbales en un léxico computacional, que servirá de base
para la anotación semántica con argumentos y papeles temáticos del corpus AnCora-Es.
VI. NOTAS
1
AnCora-Es es un corpus de 500.000 palabras en español que está anotado con información
morfológica (PoS), sintáctica (constituyentes y funciones), semántica (entiades con nombres, sentidos de
WordNet; estructura argumental y clases semánticas de los verbos) y pragmática (correferencia anafórica y
definida). Este corpus está disponible gratuitamente en la página http://clic.ub.edu/ancora.
2
Una excepción son los modelos computacionales de NomBank (Meyers et al., 2007) y FrameNet
(Ruppenhofer et al., 2006), cuyas representaciones léxicas de los nombres no reparan en dicha distinción.
3
Se considera una nominalización sintáctica cuando el sufijo de la nominalización es el núcleo que
selecciona una raíz de categoría neutra como complemento y todo el conjunto se proyecta al componente
sintáctico como un derivado nominal. Contrariamente, cuando el sufijo se analiza como un elemento
derivacional implementado en la Estructura Profunda (esto es, no proyecta), el nominal derivado se considera
léxico.
4
El proceso de extracción de los 842 sustantivos se ha realizado semiautomáticamente a partir de una
lista predefinida de 10 sufijos (-a, -aje, -ión/-ción/-sión/-ón, -da/-do, -dura/-ura, -e, -ido, -miento/-mento, -ncia/nza, -o/-eo) que pueden dar lugar a nombres de evento o resultado y que toman verbos como base del proceso de
derivación (Santiago y Bustos, 1999). Se descartaron manualmente aquellos nombres cuyas terminaciones
coincidían con formas sufijales pero que eran en realidad parte de la raíz nominal (ejemplo: ‘avión’).
5
Los sentidos nominales subespecificados se caracterizan por no aparecer con el complemento agentivo
explícito por lo que no se comentan en este criterio.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido posible gracias a los proyectos HUM2007-30271-E/FILO y TIN2006-15265-C0606 del Ministerio de Ciencia e Innovación y la beca FPU AP2007-01028 del Ministerio de Educación,
Política Social y Deporte
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610
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Ruppenhofer, J., Elssworth, M., Petruck, M.L.R., Johnson, C.R. & Scheffczyk, J. (2006).
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II:
Extended
Theory
and
Practice.
Publicación
online:
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Santiago, R. y Bustos, E. (1999). La Derivación Nominal. En Bosque y Demonte (Ed.)
Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española /
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