Pero si las actitudes discriminatorias menudean en las actitudes ... peligroso es que asistamos a prácticas de racismo institucional,...

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Racismo institucional en España
Pero si las actitudes discriminatorias menudean en las actitudes privadas y políticas, más
peligroso es que asistamos a prácticas de racismo institucional, aquel que es promovido o
alentado por las propias instituciones. Podríamos citar bastantes ejemplos en diversos
ámbitos, pero es en las actuaciones del ministerio del Interior donde encontramos alguno de
los ejemplos más graves y preocupantes. Consideramos, especialmente, que el aumento de
las identificaciones y redadas indiscriminadas, por un lado, y la situación de los Centros de
Internamiento de Extranjeros (CIE), por otro, son dos buenas muestras de vulneración
flagrante de los derechos humanos en España y en nuestra región.
Pese a que las identificaciones masivas con criterios étnicos (o perfil racial) están prohibidas
en nuestro ordenamiento legal, su práctica ha sido constante en los Gobiernos anteriores,
tanto populares como socialistas. Su existencia salta a la vista, a veces de forma hiperbólica:
los varios centenares de inmigrantes detenidos en la redada masiva de Torre Pacheco en
2008 demostraron lo que en toda España era, y es, una evidencia. Desde entonces, los
controles destinados a población de aspecto extranjero abundan por estaciones de transporte,
barrios con alta concentración de población inmigrante, supermercados, centros de salud o
locutorios. Por estas prácticas continuadas, España ya fue condenada en 2009 por el Comité
de Derechos Humanos de la ONU. Y el Consejo de Europa, en su Informe sobre España de
2010, también exigía el cese de estas detenciones por perfil étnico. Pero, según el propio
Anuario del ministerio de Interior, en 2010 hubo casi siete millones de identificaciones en la vía
pública. El sindicato policial SUP denunció el mes pasado que en Madrid existen instrucciones
y cupos para hacer estas detenciones, que llegan a suponer cerca de la mitad de las
efectuadas, en detrimento de la legalidad vigente. En Murcia, los controles en las cercanías de
estaciones de autobuses o centros de atención social, como Jesús Abandonado, son
crecientes. Cualquier persona con una sensibilidad mínimamente democrática tendría que
exigir el cese de estas prácticas policiales que atentan contra los derechos humanos de las
personas afectadas.
Muchas de estas personas identificadas son detenidas por carecer de documentación y
pueden acabar en un CIE. Los CIE españoles, incluido el de Murcia, están en el centro de
atención informativa. La muerte en meses pasados de dos personas, Samba Martine e Idrissa
Diallo, internadas en Aluche y Barcelona, han puesto de manifiesto, trágicamente una vez
más, sus carencias y oscuridad. Sus muertes reabrieron de nuevo el debate sobre el cierre de
estos centros.
Centenares de organizaciones sociales venimos, desde hace años, demandando que «el
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Derecho no se detenga en las puertas de los CIE», por considerarlos como una especie de
pozo negro en nuestra democracia. Son lugares carcelarios para personas que no han
cometido más delito que no tener la documentación en regla. Pese a que la propia Ley de
Extranjería preveía la elaboración de un reglamento que los regule, estos centros siguen
siendo lugares opacos, una especie de limbo legal, en el que no se garantiza la plena vigencia
de los derechos de las personas allí detenidas. Son espacios hurtados a la supervisión de la
sociedad civil o a la plena supervisión judicial. Y estas son afirmaciones compartidas desde
múltiples asociaciones de derechos humanos como Migreurop o Amnistía Internacional, sino
también por el propio SUP o los jueces de vigilancia del CIE de Madrid.
Es necesario aclarar las reglas y por ello exigimos que, en la necesaria y urgente elaboración
de su reglamento se tenga en cuenta la opinión de la sociedad civil y de las instancias
judiciales. Se trata de garantizar eficientemente la vigencia de todos los derechos que asisten
a estas personas, su supervisión efectiva judicial y la debida atención sanitaria, legal y social.
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/03/24/racismo-institucional-espana/394179.html
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