Pereira Domínguez, Mª C. y Pino Juste, M.R. (2003): <<Intervención educativa para la mejora de la calidad de vida del paciente geriátrico. Un programa interdisciplinar en educación social>>. En Revista Portuguesa de Pedagogía. Año 37, (3), pp. 231-251. ISSN: 0870-418. INTERVENCIÓN EDUCATIVA PARA LA MEJORA DE LA CALIDAD DE VIDA DEL PACIENTE GERIÁTRICO. UN PROGRAMA INTERDISCIPLINAR EN EDUCACIÓN SOCIAL1 Mª Carmen Pereira Domínguez Margarita R. Pino Juste Universidad de Vigo Mª Carmen Pereira Domínguez E-Mail: [email protected] Tfno: 988 38 71 31 Fax: 988 38 71 59 Profesora Titular de Universidad. Universidad de Vigo. Área de Teoría e Historia de la Educación. Imparte docencia en los estudios de Educación Social y Psicopedagogía. Facultad de Ciencias de la Educación. Campus de Ourense. Avenida de Castelao, s/n 32004-Ourense. España. Margarita R. Pino Juste E-mail: [email protected] Tfno: 988 38 71 35 Fax: 988 38 71 59 Profesora Titular de Universidad. Universidad de Vigo. Área de Didáctica y Organización Escolar. Imparte docencia en los estudios de Educación Social. Facultad de Ciencias de la Educación. Campus de Ourense. Avenida de Castelao, s/n 32004-Ourense. España. RESUMEN En este artículo intentamos presentar y expresar los fundamentos de un Programa. Se llevó a cabo durante los cursos 2001-2002 y 2002-2003 en Centros de Salud de Atención Primaria con pacientes mayores de 65 años, en una zona de Galicia (España), con el objetivo de mejorar su calidad de vida. En el artículo justificamos en primer lugar la necesidad de aumentar la calidad de vida del paciente geriátrico y 1 Este Programa, se integra dentro del Proyecto de Investigación, del que formamos parte, titulado “Promoción y Coordinación de prácticas socio-sanitarias en geriatría” (PGIDITO30501PR) y está subvencionado por la Secretaría Xeral de Investigación e Desenvolvemento de la Xunta de Galicia durante el período 2003-2006. 2 posteriormente desarrollamos la propuesta educativa. En esta experiencia se actúa desde una perspectiva preventiva2 mediante programas de intervención educativa que predispongan hacia la toma de decisiones individuales con respecto a sus enfermedades, pero también hacia la consecución de hábitos saludables. Queremos destacar que en nuestra actuación se parte de la premisa de que la educación capacita a la persona hacia la mejora de la calidad de vida tanto personal como social. RÉSUMÉ L’article que nous présentons nous approche a une Programme devéloppée a la région de Galicia en Espagne pendant les années 2001-2002 et 2002-2003 dans un Centre de Santé d’ Attention Primaire avec des patients majeurs de 65 ans dans le but d’améliorer sa qualité de vie. Nous commençons par justifier la necessité d’augmenter la qualité de vie du patient gériatrique avant de présenter la proposition éducative qu’on a devéloppé. Cette expérience propose une perspective préventive3 à travers des programmes d’intervention educative qui prédisposent les gents a prendre des décisions individuelles envers ses maladies mais aussi envers des saines habitudes; et tous ça après d’accepter la prémisse qui part du fait de que l’éducation prépare la personne à une qualité de vie personnelle ainsi que sociale. ABSTRAT In this article we try to present and show the recesons of a program. It took place during the academic years 2001-2002 and 2002-2003, in Health Centres of Primary Attention with patients over 65, in an area of the Autonomous Community of Galicia, in Spain, in order to improve their quality of life. Firstly, in this article we justifie the need to increase the quality of life of a geriatric patient and later on developed the educational proposal which has been experimented. In this experience we acted from the point of view of prevention4 using educational intervention programs which provides a predisposition towards individual decision taking processes with respect to their 2 Dada la edad de los destinatarios, entendemos como actividades preventivas las que disminuyen la aparición de enfermedades, retrasan su progresión, ya que sería casi imposible centrarse en evitar los factores de riesgo. 3 Étant donné l’age des destinataires, les activitées “préventives” sont pour nous celles qui diminuent l’aparition de maladies et retarde sa progression puisque ça serait impossible se concentrer en éviter les facteurs de risques. 4 Due to the age of the consignees, we consider preventive activities those, which lower the appearance of illnesses, delay its progression, because it would be almost impossible to focus on avoiding the risk factors. 3 illnesses, but also towards acquiring healthy habits. We want to make stand out that in our actuation we starting from the premise that education enables the person to have both a personal and social quality of life. INTRODUCCIÓN El presente artículo consta de dos partes bien diferenciadas pero complementarias. La primera parte se aproxima, a modo de justificación teórica, de comprensión y relación con nuestro estudio, a los conceptos más actuales de educación y calidad de vida así como a su vinculación con la etapa de la vejez. En la segunda parte, se expone, justifica y valora un Programa de Intervención Pedagógica en Educación para la Salud desarrollado en cuatro Centros de Salud de Atención Primaria, de la zona sur de Galicia, el Baixo Miño (España), con el ánimo de mejorar los estilos saludables de un grupo de pacientes geriátricos. El Programa sigue una metodología participativa e interdisciplinar (médicos, enfermeras, dietéticos, profesoras universitarias de pedagogía y educadoras sociales) y desarrolla una propuesta educativa (contenidos, actividades y evaluación) llevada a cabo durante el bienio académico 2001-2003 no sólo para la mejora de la calidad de vida de las personas mayores sino también para perfeccionar la formación universitaria y profesional de los futuros educadores sociales, a través de la materia de Practicum y, como consecuencia, ampliar el campo de la intervención pedagógica en los estudios de Educación Social. Finalmente, se plasman las conclusiones y valoración del Programa desarrollado. 1-EDUCACIÓN Y CALIDAD DE VIDA No existe consenso con respecto al término calidad de vida, pero la mayoría de los autores coinciden en que es más amplio que el de bienestar físico y social. Aunque nuestro trabajo se refiere a pacientes geriátricos, queremos expresar que participamos de 4 las concepciones que asocian la calidad de vida de cara hacia el bienestar. En este sentido, la calidad y el desarrollo humano son nociones inseparables. La ONU, en 1954, propuso como indicadores de calidad de vida la salud, alimentación, vivienda, seguridad, condiciones de trabajo, medio ambiente, educación y tiempo libre. En 1961, este Organismo reformuló parcialmente esta lista considerando las siguientes opciones: salud, alimentación, características de alojamiento, seguridad social, educación, ocupación y condiciones de trabajo, formas de vestir, tiempo libre y derechos humanos (Casas, 1996, 97). Otros autores señalan que se pueden considerar conceptos afines a la calidad de vida el bienestar psicológico, la calidad ambiental, la promoción y la participación social y la autorrealización; y como contravalores, la marginación social, la desadaptación psicosocial y la exclusión social; digamos también que en los últimos años los países han valorado como -índices de calidad- la cantidad de recursos económicos empleados por el estado y la cuantía y la calidad de productos materiales y los servicios que consume una población (educación, sanidad y vivienda), “produciéndose, pues, una reducción hacia lo económico y medible, con el objetivo puesto en la búsqueda de la prosperidad económica y social de los individuos y las familias”. (Colom, Pérez y Vázquez, 2001, 5). Por lo tanto, creemos que la calidad de vida implica la necesidad de mejorar aquellas situaciones en las que viven las personas y que incluyen medidas o acciones encaminadas hacia un orden de convivencia y de justicia social, hacia un estado de salud óptimo y hacia una formación mínima que le permita realizarse como seres autónomos. La calidad de vida es una aspiración hacia el bienestar y la felicidad a la que todos debemos tender (Trilla, Ayuste, Romañá y Salinas, 2001, 117). Además, felicidad también se puede vincular al estado de ánimo, al buen humor, porque también es bienestar, armonía, simetría e imperturbabilidad y su principal característica es delimitar 5 y seleccionar los placeres (Muñoz, 1998, 200). Para la Comisión Independiente sobre Población y Calidad de Vida, este concepto aporta numerosos elementos ya que “se funda en el gozo tranquilo y seguro de la salud y de la educación, de una alimentación suficiente y de una vivienda digna, de un medio ambiente estable y sano, de la justicia, de la igualdad entre los sexos, de la participación en las responsabilidades de la vida cotidiana, de la igualdad y de la seguridad. Cada uno de estos elementos es importante en sí mismo, y la ausencia de uno solo de éstos puede alterar el sentimiento subjetivo de -calidad de vida-”. (1999, 82). En la actualidad, hablar de calidad de vida es hablar de calidad personal en todas sus dimensiones, sin olvidar el medio ambiente en el que conviven las personas. Porque calidad de vida supone “un estilo de vida, es decir, un todo coherente ideológico, actitudinal y comportamental que posibilite la implicación personal continuada”. (Colom, Pérez y Vázquez, 2001, 4). Y esto equivale a crear situaciones que permitan un hábitat de calidad facilitadora de una vida más saludable y favorecedora de una existencia plena para todos. Dicho hábitat no dependerá tan sólo de los adecuados recursos materiales sino del modo de vida o estilo de vida que adoptemos (Bliss, 1996, 534), de ahí que la calidad de vida no es algo individual, sino colectivo en el que influye determinantemente el contexto y de ello se deduce, a modo general, que en un pueblo o en un ayuntamiento existe un alto nivel de calidad de vida. Así nos encontramos frente a una sociedad donde la cultura consiste en estar con las cosas y ante las cosas. Los objetivos finales de hace tan sólo unas décadas como la herencia de algún objeto valioso por su recuerdo y antigüedad, el poseer una casa acomodada, unos muebles para toda la vida o unos tejidos únicos de artesanía, ya no persisten; mientras que los objetivos actuales se vinculan más a aquellos objetos con los que se convive de modo transitorio, despersonalizado y consumista (Egido, Pereira y 6 Álvarez, 1997, 125). Hoy día a todas estas cosas y experiencias les concedemos escasa permanencia; se usan, se tiran y pronto se olvidan, o se regalan, se venden o aparcan, o también se reciclan, e inmediatamente se suplen por otras nuevas, porque apenas se valoran. En este contexto, la persona mayor que aspira a una calidad de vida debe ser consciente de que las distintas edades conllevan diferentes calidades, roles y satisfacciones (Izquierdo, 1998). Desde estas líneas pretendemos afirmar que la educación facilita los caminos hacia aquellos recursos que den una respuesta satisfactoria a las necesidades básicas planteadas por este colectivo que, en general, están centradas, como en cualquier sector de población, a partir de proyectos que buscan la satisfacción personal y colectiva de las personas. Proyectos diseñados y organizados para este sector de población (Haddad, 1990; Delors, 1996; Pérez Serrano, 2003). 2-CALIDAD DE VIDA Y VEJEZ El término calidad de vida comienza a vincularse con la atención sanitaria a mediados de los años sesenta del siglo pasado. En este período, la sanidad influenciada fundamentalmente por los cambios sociales resta importancia a la cantidad (mortalidad, morbilidad, etc.) para centrarse y favorecer la calidad de vida humana en actuaciones que buscan, por ejemplo, aliviar los síntomas de deterioro, mejorar el nivel de funcionamiento del organismo, fomentar las relaciones sociales y la autonomía personal. Con este nuevo enfoque, “los cuidados de salud toman un nuevo giro y se empieza a valorar el impacto de las enfermedades y sus tratamientos sobre el bienestar y satisfacción de los pacientes, su capacidad física, psíquica y social, tiempo de ocio, etc.”. (Martínez y Lozano, 1984, 14). 7 En España, el Plan Gerontológico Nacional5, en lo que respecta a la -Salud y Asistencia Sanitaria-, tras la correspondiente reordenación de los servicios sanitarios y la gratuidad de las prescripciones farmacéuticas, la atención primaria y especializada a las personas mayores alcanza unos niveles más que aceptables. Aún así, en este colectivo se aprecian ciertas carencias en la disponibilidad de las prestaciones de rehabilitación que evidentemente resultan más prolongadas en tiempo y con mayor coste. Si siempre somos conscientes de que la salud es una de las principales preocupaciones del ser humano, sin embargo en la vejez hay más razones para ello y nos afanamos en mantenerla o adaptarla a su declive. Por eso las sociedades modernas dedican gran cantidad de recursos económicos a producir y distribuir asistencia sanitaria (Ewles y Simnett, 1993; Evans y otros 1996, 29-70), de ahí que ante el enorme crecimiento del gasto sanitario, los gobiernos se planteen, como uno de los grandes retos a resolver, mantener la mejora de los estilos de vida y, a la vez, reducir o controlar dicho gasto. Si, como hemos visto, el concepto de calidad ha sido estudiado extensamente, no existen, sin embargo (o “son mucho menores”) los estudios que abordan dicho concepto en relación con la tercera edad y, desde el ámbito sanitario, apenas disponemos de una serie de indicadores. Serían, por ejemplo: -La medida del estado de salud través de la mortalidad y la supervivencia. -La salud percibida por el propio sujeto. 5 Los diferentes planes gerontológico regionales aparecen a lo largo de la década 1990-2000: País Vasco (1990 y 1994); Castilla y León (1995); Islas Baleares (1996); Navarra (1997); Castilla y La Mancha (1998); Madrid (1998), por enumerar algunos de los últimos publicados. Otras comunidades han preferido realizar planes sectoriales, como es el caso de Cataluña: “Plan integral para las personas mayores: iniciativas y programas”. (1995); Galicia: “Plan general de actuación con las personas mayores”. (1998) En otros territorios se ha preferido promulgar leyes específicas: Canarias, Ley 3/1996 de “Participación de las personas mayores y de la solidaridad entre generaciones”; Andalucía, Ley 6/1999 de “Atención y protección a las personas mayores”. En algunos casos se trata de un “Plan regional de bienestar social”. (Murcia), o de un “Plan integral de atención socio-sanitaria de la tercera edad”. (Valencia). 8 -La valoración de la salud funcional a través de escalas sobre las actividades de la vida diaria (AVD). -La valoración de la salud mental. -El sentimiento y la percepción de los mayores ante su situación. Otros autores han diseñado en sus estudios las siguientes dimensiones en la calidad de vida de la persona anciana: actividades de la vida diaria (AVD) -que se suelen dividir en AVD físicas o básicas, de mantenimiento corporal básico y las AVD instrumentales6, salud mental y salud física, soporte social y los recursos económicos(Martínez y Lozano, 1998, 17; Costa, 2002; Twycross, 2001). Estos indicadores nos ayudan a comprender la realidad social de este colectivo y a diseñar estrategias en función de las necesidades percibidas. Se puede entender el proceso de calidad del paciente como aquel capaz de encontrar y de cubrir sus necesidades usando los recursos de la forma más eficaz. Aunque se constata que las mayores dificultades surgen al tratar de identificar los parámetros de medida de calidad más adecuados en cada área de cuidados. Las principales razones para introducir estos procesos de control de calidad asistencial, además de la mejora de vida del paciente, consisten en reducir los costes y aumentar la productividad, facilitar el trabajo y aminorar las frustraciones en el personal sanitario, valorar a los profesionales y fomentar la cooperación entre ellos y favorecer la competitividad. Desde nuestra perspectiva, consideramos que un modo de evitar la saturación de estos servicios sería invertir más en un planteamiento preventivo. Intentaremos justificarlo. 6 Sin embargo, Fitzgerald y otros (1993), tras estudiar el análisis factorial con distintos ítems de las AVD sugieren que en realidad se trata de tres dimensiones o factores: AVD básicas, AVD del hogar y AVD avanzadas o cognitivas, uso de la telefonía, administración presupuestaria, etc. 9 Comprobamos que estos indicadores están centrados en la salud, sin embargo no podemos dejar de cuestionarnos si al contemplar otras necesidades no estamos colaborando a que estos indicadores, denominados sanitarios, no aparecen o se reducen considerablemente. Es decir, por qué no plantearnos cubrir las carencias del colectivo de los mayores desde una visión preventiva con el objeto de eliminar factores de riesgo que, de no eliminarse, supondrían la aparición de conductas poco deseables o que disminuya notoriamente su calidad de vida. Si pensamos en cómo favorecer la creación de actitudes saludables tales como la autoestima, la realización personal, el apoyo y estímulo, el pertenecer a un grupo, etc., seguramente también lograremos atenuar aquellos indicadores aún incipientes o ya muy avanzados que nos señalan determinadas situaciones carenciales o traumáticas. En este sentido, partimos de la hipótesis que una mejora en la calidad de vida de las personas mayores reduciría el uso excesivo de algunos servicios y que en esta mejora juega un papel primordial la planificación e implementación de programas educativos, con enfoques preventivos, en distintas instituciones o servicios. Para ello, hemos perfilado los principales ámbitos de actuación siguiendo las distintas dimensiones señaladas y desde un planteamiento pedagógico. Desde lo expresado, en el Programa desarrollado se han establecido las siguientes necesidades y soluciones como prioritarias a las distintas problemáticas que exponemos en el siguiente cuadro: 10 NECESIDADES A. Biológicas: -Pérdidas de memoria. SOLUCIONES A-Animación estimulativa. -Promoción y mejora de la actividad física. -Conductas retardadas. B. Psicológicas: B-Preparación a la jubilación. -Sentimientos de soledad. -Apoyo y autonomía personal. -Temor a la dependencia.7 -Terapia ocupacional. -Mejora de la autoestima. C. Sociales: -Conflictos familiares e intergeneracionales. C-Desarrollo de habilidades sociales. -Creación de grupos mediante dinámicas -Rechazo familiar o pérdida de parientes o que faciliten la participación, la convivencia amigos cercanos. y las relaciones interpersonales. -Ruptura de relaciones sociales. -Búsqueda de actividades que potencien la -Costumbres y hábitos arraigados de difícil capacidad para sentirse útiles. modificación. -Organización de actividades de ocio y -Problemas económicos ante la disminución tiempo libre. de poder adquisitivo. -Promoción a la información y a las -Escasa accesibilidad a las fuentes de instituciones. 7 Una característica que define a la persona de edad avanzada es su conducta de dependencia, es decir, “pedir o aceptar, activa o pasivamente, la ayuda de otros para satisfacer las necesidades físicas o psicológicas más allá del nivel necesario”. (Montorio e Izal, 2000). 11 información. -Coordinación entre los distintos servicios y programas. 3-PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN A continuación expondremos la justificación conceptual de la intervención pedagógica y aquellos contenidos básicos a contemplar, así como la organización y planificación de las actividades en el Programa que hemos desarrollado. 3.1-Marco Teórico de la intervención y contenidos Si nos acercamos a la problemática del envejecimiento y a la repercusión en su calidad de vida, es necesario lograr acuerdos epistemológicos puntuales que favorezcan el diseño del Programa. En este caso, se definió e intentó concordar los planteamientos 12 teóricos y epistemológicos que fundamentasen nuestro estudio, entre ellos, destacamos los siguientes: Al plantear el concepto de envejecimiento, se comprobó la existencia de numerosas controversias en torno a su interpretación. No obstante, dado nuestro interés en diseñar un programa de intervención pedagógica que contemplara y mejorara la calidad de vida de las personas mayores, partimos de los aspectos normalmente aceptados por todos los profesionales que actúan sobre este colectivo, en especial, el personal sanitario y educativo. Participamos en la idea de que el envejecimiento es un proceso dinámico que se inicia en el momento de nacer y que se desarrolla durante el transcurso vital. Y también que este proceso no se produce por igual, ni de manera uniforme en todas las personas, ni siquiera en una misma persona, es decir, no envejecen a igual ritmo los distintos componentes de su organismo. Por tanto, el acto de envejecer está influido por factores derivados de las enfermedades y padecimientos acumulados durante la vida. Ese fenómeno también se ve influenciado por el tipo de vida que ha llevado el sujeto y por los factores genéticos, ambientales y de riesgo que haya padecido (Pérez Melero, 2000, 17). Como consecuencia se asumió por todo el equipo, como punto de partida del trabajo, que el envejecimiento es un proceso natural, gradual, de cambios y transformaciones a nivel biológico, psicológico y social que se estructura en el tiempo (Mederos, 1996). Estas modificaciones no aparecen en la persona de manera repentina y conjunta por el mero hecho de alcanzar una determinada edad (viejo se equipara a persona mayor de 65 años), o de cambiar de una situación laboral o administrativa (viejo se identifica a jubilado o pensionista). 13 Por consiguiente, entendemos la vejez como una fase más de nuestro ciclo vital (como la infancia, la adolescencia o la adultez), con sus características propias, que irá manifestándose de forma progresiva, en función de factores intrínsecos individuales (genéticos, hereditarios), de las actitudes personales y demás circunstancias que han rodeado nuestra vida (Rodríguez Rodríguez, 2000, 120). Otro principio importante a retomar es el que afirma que “envejecer no es lo mismo que enfermar”. (Rodríguez Moreno, 1995, 13-14). Si habitualmente la vejez se acompaña de un mayor número de padecimientos, tanto crónicos, como agudos o intercurrentes. Es lógico que en el camino hacia el envejecimiento se produzcan notables cambios en los órganos y sistemas desde el prisma morfológico, fisiológicofuncional, psicológico y social. La importancia, para nosotras, de cuanto venimos diciendo nos ha llevado a seguir con detenimiento en este Programa las situaciones de salud que disfrutaba el anciano. Consideramos que el envejecimiento, en su conjunto, es determinante. Así, son comunes algunas enfermedades específicas, raras o ausentes en edades anteriores (diabetes tipo II, cáncer de próstata, incontinencia urinaria, dificultades visuales, etc.). También se evidencian otras enfermedades más frecuentes que en períodos previos de la vida y cuya aparición se ve favorecida por los cambios que han ocurrido en su organismo (infecciones, tumores malignos, diabetes, etc.). Igualmente constatamos como en esta etapa, con mayor asiduidad, coincide más de una enfermedad, también intervienen los problemas sociales y psicológicos. Además, hay que considerar otros problemas específicos de los mayores conocidos como “síndromes geriátricos” (inmovilismo, fractura de cadera, trastornos de visión, etc.). Es decir, estas personas se sienten más vulnerables a todo tipo de agresión porque sus mecanismos de defensa están más limitados (Pérez Melero, 2000, 19). Por todo ello, el anciano debe ser 14 contemplado de una manera integral, por un equipo interdisciplinar y multidisciplinar constituido por médicos-geriatras, técnicos de enfermería, trabajadores y educadores sociales, farmacéuticos, rehabilitadores, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, dietistas, psicólogos, etc. (Rodríguez Moreno, 1995, 15). Sin embargo, en la actualidad, nos encontramos ante una serie de estereotipos, mitos y creencias sobre la vejez8 que a lo largo de la historia se han ido configurando y que hoy día están latentes en la sociedad y, aunque carente de argumento científico, van adquiriendo un rango de fantasía compartida que se ajusta más a los intereses subjetivos del grupo que lo piensa que a la realidad objetiva representada en ella. A tenor de estas premisas, nos sentimos en la necesidad de afrontar una planificación conjunta e interdisciplinar entre todos los profesionales, unos objetivos y actividades a desarrollar en el Programa de intervención propuesto. En este sentido, se ha consultado la bibliografía más significativa que pudiera estar al alcance de todos los participantes en la experiencia.9 Asimismo se agrupó la materia en torno a los siguientes núcleos temáticos: 1-La medicación. Revisión de los medicamentos almacenados en los hogares, conservación y caducidad. Interacciones medicamentosas. Consecuencias de la automedicación. 2-La alimentación. Disfunciones o problemas que implican riesgos. Modos dietéticos de control recomendado. Productos recomendados en función de las patologías. 3-Enfermedades crónicas. Arteriosclerosis. Diabetes. Hipertensión. 4-Incontinencia urinaria. Indicaciones adecuadas. 5-Ejercicio físico y prevención de caídas. Tablas gimnásticas y recomendaciones. 8 (Aranguren, 1992; Fernández-Ballesteros, 1992, 81 y 2000; Requejo, 1998; Martín, 1999; Bueno y Vega, 2000; Orduna y Naval, 2000; Amador, Malagón y Mateo, 2001; Pereira, Seoane y Sueiro, 2001). 15 6-Higiene y arreglo personal. Normas básicas saludables. 7-Enfermedades mentales como la depresión o la ansiedad. Tratamientos y condiciones de actuación. 8-El tratamiento de las relaciones afectivas e intergeneracionales 10 . Evolución social de la familia y modos de convivencia. Responsabilidades familiares. 9-La mejora de la autoestima por medio del desarrollo de habilidades sociales. 10-Educación sexual. Vida sexual saludable 11. Para llevar a cabo un trabajo interdisciplinar como el presente, es necesario que los profesionales, en este caso de la educación, se actualicen en temas y términos básicos ajenos hasta entonces para ellos, como los de la medicina. Por otra parte, los profesionales del sector sanitario han de formarse en técnicas de modificación de conductas, desarrollo de habilidades sociales y conocimientos de programas para la intervención pedagógica. 3.2-Organización y planificación de las actividades Nuestro Programa cuenta con una relación de actividades que persiguen la mejora de la calidad de vida del paciente geriátrico. Estas actividades se fundamentan en tres pilares o apoyos: 1-Apoyo emocional, se refiere al intercambio permanente de sentimientos y expresiones de afecto. Pretendemos que las personas se sientan comprendidas, queridas y valoradas. De esta forma, se refuerza su sentido de pertenencia y autoestima. 2-Apoyo informativo, constituye el puente hacia la resolución de problemas concretos y el afrontamiento de momentos cruciales. 9 (Limón, 1990; Díaz, 1992; Fernández-Ballesteros, Izal, Montorio, González y Díaz, 1992; Sarramona, Vázquez y Colom, 1998; García Mínguez y Sánchez, 1998; Petrus, 2000; García Sáez y Escarbajal, 2000; González Cabanach, 2001;Pino, 2001; Casares, 2002; Pereira y Pino, 2003; Silva, 2003). 10 (Yanguas, 1998, 47; Pérez Melero, 2000; Touriñán, 2001; Sáez, 2002). 11 (Masters y Johnson, 1988; Ribera y Cruz, 1992; Camino, 1995; Nieto, 1995). 16 3-Apoyo material o instrumental, se trata de la prestación de ayuda y/o servicios en circunstancias difíciles de solventar desde uno mismo. Dichas actividades se distribuyeron en diversas sesiones de trabajo y se clasificaron a modo grupal e individual que expondremos a continuación: Sesiones grupales: 1-Sesiones de presentación: mediante juegos de conocimiento se intentaba que los mayores se integraran en el grupo, reforzaran la memoria, se desinhibieran, transmitieran sus experiencias personales, respetaran las opiniones de los otros, comprendieran la necesidad de comunicarse y comentaran las acciones realizadas en sus ratos de ocio y tiempo libre, etc. Se desarrollaron ejemplos de simulación como: “Me llamo y realizo esta acción”; “Si yo fuera (animal, objeto,) haría (acción concreta)”; “Iniciar, completar y comentar refranes”; “Conozco a mi pareja” (gustos, familia, expresiones, sentimientos, manías); “Autobiografía”; “Dilemas morales” (opiniones, argumentos, justificaciones y clarificación de valores). 2-Sesiones de ejercicios físicos: elaboración y realización de una “Tabla de ejercicio físico saludable”, programada expresamente para el grupo en la que de modo transversal se incluyan las principales directrices y pautas de higiene y de mejora postural. 3-Sesiones sobre la alimentación adecuada: por medio del conocimiento y elaboración de la “Pirámide de los alimentos”;“Recomendaciones para una alimentación equilibrada” o la reflexión sobre “Cómo consumir con sumo gusto”. 4-Sesiones de higiene corporal y aseo: a partir de la organización de la vida diaria se hará hincapié en la importancia de sentirnos aseados y limpios con nuestro cuerpo, además de reconocer la importancia de ofrecer a los demás una imagen positiva de nosotros mismos. Para ello confeccionamos una “Tabla de ejercicio postural preventiva de la incontinencia urinaria y modos de afrontarla”. 17 5-Sesiones sobre las principales enfermedades de la etapa: (hipertensión arterial, diabetes, enfermedades osteoarticulares y displemias) se resaltan las ventajas que aporta el ejercicio físico para la prevención y mejora de cada una de ellas; “Confección de una agenda con la medicación aconsejada a seguir”; “Sobre los medicamentos genéricos”, el significado de dicha tipología farmacológica, su comparación con los productos propios existentes en las distintas cadenas de venta al público y la importancia del asesoramiento del personal médico y farmacéutico. 6-Sesiones sobre la pérdida de seres queridos: la confección de las “Historias de vida” donde los mayores narran sus propias vivencias, acerca del dolor sufrido ante la ausencia o pérdida de algún ser querido y el modo de enfrentarse y superar dicho trance. También se sugiere el visionado de alguna muestra cinematográfica de interés para el grupo12, así como el posterior desarrollo de un cineforum. 7-Sesiones sobre prevención de caídas: por medio de unos “Puzzles” se van recomponiendo, analizando y comentando los diferentes puntos de peligro, de posibles caídas a evitar en el hogar, en la calle u otros lugares comunes. 8-Sesiones sobre la afectividad: el “Torbellino de ideas” servirá para exponer las diversas maneras de mostrar nuestros sentimientos a otra persona (enviar flores, escribir una carta, realizar una visita, pasear, tomar un café, ir al cine, teatro o concierto, salir de compras, celebrar una fiesta, etc.); o también la actividad “Dime algo agradable”, para reflexionar sobre la importancia de expresar los sentimientos o las relaciones de amor vivenciadas. 9-Sesiones sobre recursos socio-sanitarios de interés: a través de un programa informático de power point, diapositivas o transparencias se exponen, comentan y anotan los diferentes servicios que ofertan estos agentes sociales de la salud. 18 Como ya se ha indicado, el espacio no nos permite seguir extendiéndonos en la variedad de actividades realizadas con esta muestra de población; de todas ellas hemos obtenido gratos resultados. Sólo resaltaremos alguna más como la organización de una conferencia sobre “La vejez saludable”; el trabajo reflexivo a partir de chistes y viñetas referentes a esta etapa; la lectura conjunta de una obra literaria y su posterior libroforum o la audición de canciones de similar temática. Sesiones individuales: 1-Sesión de toma de contacto y conocimiento del Programa: consiste en explicar, -de modo personal- los objetivos del Programa, así como la aclaración de posibles dudas. De paso se introducen los conocimientos básicos referentes a los cambios fisiológicos producidos en esta fase de la vida. Más adelante, se recogen aquellas expectativas sobre el Programa y por último, le animamos a recomponer su propia historia de vida (Pujadas, 1992). 2-Sesión sobre los problemas vividos: se intenta motivar para que el anciano exprese sus sentimientos acerca de las sesiones grupales experimentadas (gustos, preferencias, grado de implicación, estados de ánimo) y detecte aquellas necesidades no contempladas así como las problemáticas expuestas y los modos de solventarlas. 3-Sesión final sobre la valoración del Programa: se trata de realizar un balance final acerca de la utilidad del Programa, sobre sus aspectos positivos y negativos, sobre su evaluación y mejora. Además, sobre su consideración, implicación y trascendencia en este tipo de experiencias. 4-METODOLOGÍA Hemos llevado a cabo un proceso activo y participativo, acorde a las características personales y socioculturales del grupo de personas mayores partícipes en 12 Por cuestión de espacio no podemos extendernos en este apartado, la experiencia con este Programa nos ha confirmado el interés de sus participantes ante las proyecciones y debates posteriores de diversas 19 el Programa. El objetivo de esta experiencia busca ante todo la sensibilización y la concienciación de la importancia del cuidado y mejora de la calidad de vida y, ya en segundo lugar, el aumento de los conocimientos en materia de salud que nunca se ha pretendido que fuesen exhaustivos. De acuerdo con estos planteamientos, se puso en marcha una relación de actividades, grupales e individuales, en los centros de atención primaria, por tratarse de un punto de referencia en el ámbito de la prevención y promoción de la salud de esta población. Del mismo modo, se realizaron sesiones de dinámica de grupos con la intención de incrementar la participación conjunta. El respeto hacia cada uno de sus componentes y la creación de ambientes armoniosos fue un reto a lograr en todo momento. El Programa se llevó a cabo en cuatro centros de salud de atención primaria, ubicados en la zona sur de Galicia (noroeste de España) denominada Baixo Miño. En el siguiente cuadro se observa la relación de recursos humanos, constituido por cuatro médicos, cuatro farmacéuticos, cuatro enfermeras, dos dietéticas. Todos ellos trabajadores en los cuatro centros de salud. Cuatro educadoras sociales y dos profesoras, como coordinadoras del Programa, de la Facultad de Ciencias de la Educación. 13 En cada centro de salud se atendían a cuarenta pacientes geriátricos, es decir, se trabajó con una muestra de 160 personas. Personal sanitario Médicos 4 Educadoras sociales 4 Profesoras 2 Pacientes geriátricos 160 Farmacéuticos 4 Enfermeras 4 Dietéticas 2 películas sobre el tema de la vejez. 13 -Para cada centro de salud, perteneciente a la zona del Baixo Miño, se corresponde un/a médico/a, un/a farmacéutico/a, una enfermera y una educadora social. Las dos especialistas en dietética colaboraron tan solo en dos centros. 20 En cada centro de salud se organizó la siguiente programación temporal: -Las sesiones se establecieron durante siete semanas, esto es, treinta y cinco días. -Dos veces a la semana se desarrollaba el trabajo grupal, donde se atendía a dos grupos de diez miembros cada uno; por tanto, cada paciente asistió a siete sesiones. -Cada semana se celebraron las sesiones individuales y una atención diaria de seis pacientes. -Igualmente, cada semana se realizaban las visitas domiciliarias. Una atención domiciliaria por cada paciente. -El equipo de profesionales se reunía semanalmente para supervisar la coordinación, el desarrollo y la valoración de la experiencia. En cuanto a la secuenciación, el Programa se diseñó considerando los objetivos, las actividades y los recursos necesarios con el fin fomentar la participación y el desarrollo personal y social de todos los participantes. El grupo de especialistas (médicos, farmacéuticas y personal sanitario) así como las coordinadoras del Programa, las profesoras universitarias y autoras de este artículo, mantuvieron constantes encuentros para intercambiar y reflexionar sobre la experiencia y también para incrementar el grado de motivación e interés de los pacientes integrantes en el Programa; así como para primar aquellas actividades que aumentaban el grado de su participación, la confianza en sí mismos y la mejora de sus estilos de vida saludables. 5-EVALUACIÓN Consideramos este apartado relevante para verificar los resultados del Programa implantado y para determinar el grado de consecución de los objetivos iniciales planteados. 21 Para la obtención de dichos resultados nos apoyamos en las diversas técnicas de recogida de datos ya referenciadas como: entrevistas y cuestionarios, observaciones de los participantes en los diversos grupos de discusión, reflexión y valoración. En la evaluación distinguimos tres fases: inicial, continua y final. 5.1-Evaluación inicial: mediante una entrevista personal, un cuestionario sobre el estado de salud y cinco escalas de valoración geriátrica (Minimental, Escala de Depresión Geriátrica, Escala de Evaluación Geriátrica a Nivel Social OARS, Índices de Katz y de Lawton), pretendimos conocer cuál era el grado de autonomía (estado cognoscitivo y de salud, recursos sociales que posee y el nivel de dependencia/independencia para las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria) que presenta cada uno de los mayores. Además se realizaron entrevistas con el personal sanitario de los cuatro centros de salud, que habían requerido nuestros servicios y a través de ellas recogimos una valiosa información sobre las características socio-sanitarias de la población con la que íbamos a trabajar. También sirvieron de gran ayuda las historias clínicas de cada paciente. 5.2-Evaluación continua: se llevó a cabo través de técnicas como la observación sistemática, la entrevista personal (desde las sesiones individuales) y una escala de evaluación de cada participante a cubrir en cada sesión, en la que se valoraron ocho ítems: asistencia, nivel de colaboración en las actividades, motivación/predisposición, grado de satisfacción con las actividades, interacción social, grado de cooperación, grado de atención y ambiente global del grupo. Con ellos se obtuvieron los datos que permitieron valorar el grado de adecuación de los objetivos, de las actividades propuestas, de los recursos apropiados, de la metodología seguida, etc., con el fin de introducir las oportunas modificaciones en el Programa desarrollado. 22 Además durante el transcurso del Programa se realizaron encuestas a los usuarios, después de cada actividad, para valorar la comprensión de cada uno de los temas tratados y se organizaron grupos de discusión que facilitaron la evaluación de las diversas actividades propuestas y su coherencia con los objetivos planteados. 5.3-Evaluación final: mediante técnicas cualitativas. Se pasaron cuestionarios a todos los participantes en el Programa para evaluar los siguientes ítems: adecuación de los objetivos, de las actividades y metodología, temporalización, materiales y recursos, acondicionamiento de las instalaciones, clima y actitud del personal implicado y otros aspectos a mejorar. Por último, se organizaron grupos de discusión y de reflexión entre todos los profesionales colaboradores y una representación de nueve pacientes de cada uno de los grupos componentes del Programa. 6-CONCLUSIONES Y VALORACIÓN DEL PROGRAMA A partir de la información recogida a lo largo del Programa y expresada por todas las personas partícipes, nuestra valoración sobre el mismo nos permite presentar las siguientes conclusiones: Las educadoras sociales han mostrado un considerable nivel de participación e interés en todo su trabajo, destacando la necesidad que tienen las personas mayores de expresarse y de comunicarse. Así como la importancia de promover este tipo de intervenciones pedagógicas para la mejora de su formación profesional. La labor de las farmacéuticas, ha resultado muy positiva, tanto para ellas como para el resto de los participantes que se encargaron de supervisar los tratamientos de los mayores, de comprobar los hábitos adecuados para su uso y administración, así como de detectar y solucionar la existencia, en su caso, de algún problema al respecto. 23 En cuanto a las reflexiones e impresiones recibidas del personal médico han sido satisfactorias. Todos ellos manifestaron un gran interés en la implicación y el seguimiento del Programa y constataron además una mejora en el estado de ánimo y del grado de independencia de los pacientes mayores. También subrayaron que se había conseguido una mejoría en todo el proceso de comunicación y, consecuentemente, la relación médico-paciente se había vuelto más cercana, con mayor capacidad de empatía y confianza. Desde las propias voces y percepciones de las personas mayores, recogidas especialmente en las consultas, han sido experiencias altamente gratificantes y catalogadas de auténtico aprendizaje, reflejando su interés en continuar en posteriores fases del Programa y como consecuencia, en optimizar los procesos referentes a su calidad de vida. Como coordinadoras del Programa señalamos la importancia y necesidad de desarrollar programas de intervención pedagógica en los centros de atención primaria de salud, puesto que favorece un acercamiento a la realidad social. Consideramos que esta experiencia multidisciplinar debe potenciarse, ya no sólo por estar vinculada a los ámbitos de la prevención primaria y promoción de programas de educación para la salud, sino también por incrementar la motivación y el enriquecimiento personal y profesional del alumnado que realiza estudios de Educación Social. Por todo lo expuesto en líneas anteriores reafirmamos la trascendencia del Practicum, materia perteneciente a esta especialidad universitaria, en este tipo de intervenciones pedagógicas. 7-REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS -Amador, L., Malagón, J.C. & Mateo, F. (2001). Los estereotipos en la vejez. En A.J. Colom & C. Orte, Gerontología educativa y social. Pedagogía social y personas mayores (pp. 57-76). España: Palma (Illes Balears): Universitat de les Illes Balears. 24 -Aranguren, J. L. (1992). La vejez como beneficio, autorrealización personal y social. España: Madrid: Instituto Nacional de Servicios Sociales. -Bliss, C. (1996). El estilo de vida y el estándar de vida (p. 534). En M. C. Nussbaum & A. Sen (Compilación). La calidad de vida. México: Fondo de Cultura Económica. -Bueno, B. & Vega, J. L. (2000). Desarrollo adulto y envejecimiento. Madrid: Síntesis. -Camino, S. (1995). Los cambios sexuales en la vejez. España: Las Palmas: ICEPSS. -Casares, P. (2002). Ancianos. 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