LA AVENTURERA DE DIOS

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LA AVENTURERA DE DIOS
M.Maria de los Dolores – Teresa Cruz BURGUI GOIZUETA
1879 – 1947
Teresa Cruz Burgui Goizueta nació en Tolosa (Guipúzcoa) el 14 de septiembre de
1879, en una familia cristiana, que la educó en los valores del espíritu y le dio una formación
humana. Su padre inculcó en el corazón de su hija mayor el sentido del honor, el
cumplimiento del deber hasta el sacrificio, incluso con heroísmo, como algo natural. Y a los
22 años, dio respuesta afirmativa a la llamada de Dios. Ingresó en Pamplona el 8 de agosto
de 1901.
Eran tiempos duros, de gran pobreza y escasez de medios. Pero nada de esto asustó
a la joven postulante, que valientemente afrontó su formación a la vida misionera. Al año
siguiente, en septiembre llegó la Fundadora para la Bendición del Noviciado que habían
construido y tuvo la suerte de conocerla... Y a M.Dolores le predijo: "Pagarás muy caro tu
nombre: María de los Dolores". La vida misionera tan intensa que realizó, le dio multitud de
ocasiones, de hacer realidad esta profecía.
Tras su profesión temporal el 4 de junio de 1904, fue enviada a Lisboa. Allí estaba la
casa provincial y residía la Superiora Provincial, M.Marie de Ste Cécile, hermana de la futura
Superiora general... Como la provincia era muy pobre y ni en Portugal ni en España, tenían
suficientes medios para llevar adelante las obras y las casas en las que trabajaban, así
como el creciente número de vocaciones, tenían que buscar medios… De modo que la
Provincial solicitó a la Superiora General permiso para enviar dos hermanas a Brasil, donde
no teníamos casa aún, con el fin de vender las labores.
Y encontramos que M.Dolores con una francesa, S.M.Martial, son las elegidas para
este viaje, arriesgado y que la mantendría durante varios meses fuera del convento, solas
en tierras extranjeras. La joven abre su corazón a la Superiora General y le comenta cuanto
le cuesta estar alejada de sus hermanas de comunidad, de su convento y de todo lo que
amaba. Pero enseguida reacciona:
"Sin embargo, estoy contenta y pronta a pasar mi vida en este poco envidiable alejamiento, si
tal es la divina voluntad... Es verdad que estoy lejos desde hace cuatro meses, pero la bondad
de Dios no cesa de manifestarse visiblemente sobre estas dos pobres criaturas exiliadas de
sus paises, como alguno ha dicho. A decir verdad, no me creo exiliada porque allí donde
encuentro a mi Jesús, encuentro mi patria y mi todo."1
Después de 7 meses pasados en Brasil, en Octubre se encuentra ya en Lisboa. En su
correspondencia habla del gozo de la vuelta a la vida comunitaria así como de las mejoras
encontradas a su regreso y aunque sigue trabajando en la pintura, tiene la alegría de
comenzar su apostolado, con el catecismo a los niños pobres.
En enero de 1906, regresa a Brasil. Confesa que le cuesta, pero que ya tiene
experiencia de lo que le espera. Siente sin embrago que
"Por esta vez se me escapan las misiones. Dios lo quiere así, ¡fiat! He pedido siempre a
nuestro Señor el sufrimiento, así pues ¿lo rehusaré ahora que me lo presenta? ¡Mil veces no!
Sí, yo quiero la cruz tal como Jesús me la dé ¡hay tantos que la rehúsan!"2
Petrópolis, Porto Alegre, Pará al norte… son visitadas por este par de comisionistas,
hasta llegar a vender todo. En noviembre la encontramos nuevamente en Lisboa y
preparándose para pronunciar sus votos perpetuos en junio del año siguiente… Poco antes
fue enviada a la casa de Sanremo. Allí hizo su profesión perpetua el 17 de junio de 1907.
Destinada a las Misiones
Y desde allí partió para las misiones, en los últimos días de julio de ese mismo año,
destinada a Chile. Diez días después, escribe una carta a la Superiora General, y la
comienza "entre el cielo y el agua del océano," frente a Dios...; exclama:
"Nunca me encontré más pequeña que hoy. He renovado mis votos pidiendo a la Reina de los
mares venir en mi ayuda para que sea una verdadera 'ancilla'." 3
1
2
Carta a la Superiora General, 19 de junio 1905, en Archivos generales, Roma.
Ibid. 22 de enero de 1906.
Y un mes más tarde vuelve a escribir:
"No crea, querida Madre, que tenga miedo de morir, no, estoy tranquila. Yo he hecho el
sacrificio de mi vida y a partir de este momento siento una paz y una calma que no había
sentido nunca antes. Verdaderamente estoy tranquila y pronta a lo que Dios quiera... Tengo
prisa de ver esos bloques que se encuentran en el Estrecho (de Magallanes), formados por la
nieve y el hielo. ¡Ay, me parece que voy a ver la imagen de mi corazón!"4
Este va a ser uno de los rasgos más salientes de su caminar a Dios, que ya comienza
a destacar. A lo largo de su vida misionera, se irá perfilando y profundizando hasta llegar a
ser una de las caracteristicas de su espiritualidad.
Los primeros años de su andadura misionera fueron en la casa-noviciado de Curimón.
En un primer momento, tuvo que preparar una exposición de labores de los talleres de
Santiago y Curimón en la capital. Enseguida le encargaron de la escuela. Y se sintió más
feliz que nunca, porque su ardor misionero encontraba el cauce para llegar a las jóvenes y
niñas para hablarles de Dios. Tanto que pudo escribir: "Tengo todo lo que he deseado."
Ya aquí comienza a brotar el estilo de M.Dolores como educadora, que fue la
dedicación de toda su vida. Siguiendo el camino trazado por la Fundadora, la educación de
la mujer, va a ser su tarea prioritaria. Tiene que ocuparse de las probanistas, a las que tiene
que formar en vista de la vida religiosa en el país, dar clase de religión a las novicias, y
enseñar el español a varias religiosas de lengua francesa...
"Pronto serán las vacaciones... Pienso durante este tiempo escribir yo misma las gramáticas
que deberán servir para el proximo año, porque las que hay aquí son muy inexactas. Me
gustaría poder hacer que todos los niños del pueblo vinieran a la casa. Los de las principales
familias los tenemos, pero los pobres... es otra cosa. Allí emplean a los niños desde los cinco
años para envolver los frutos. Es una fábrica de conservas." 5
Poco a poco en la misión le van dando responsibilidades y es interesante constatar
cómo la aceptación de la voluntad de Dios, la obediencía a sus superioras, cualquiera que
fueran y su entrega a Dios y a la misión van siendo las líneas fuertes en las que basa su
espiritualidad. La sencillez y lealtad con la que da cuenta de todo a la superiora general, hoy
llama la atención, pues hay épocas en que lo hace casi a diario.
"¡Si fuera santa! Pero ¡Ay! No estoy aún sino en el comienzo y temo mucho que mi vida se
pase solamente en deseos de llegar a serlo y sin embargo, ¡lucho tanto per matar este amor
propio del que estoy llena!"6
En 1908, la encontramos en Argentina, en el Asilo E.Unzué en Mar del Plata, el
primero de la República, modelo de todas las casas de educación sostenidas por el gobierno.
En él tenían a su llegada 320 niños y allí realizó durante nueve años una excelente labor
educativa. Los niños que como maestra formó y que en el momento de su muerte ejercían
ya sus funciones laborales, guardaron siempre de ella un recuerdo imborrable.
En agosto de 1919, recibió otra misión. Fue destinada a Perú, y aunque le costó
abandonar el Asilo de Mar del Plata, no dudó un segundo en aceptar la nueva llamada. Se
pone in camino con otra hermana hacia Arequipa. Y allí se encuentra con otras dos que
esperan. Es el año 1919.
Hacia una nueva Misión.
En 1904, dos franciscanos se habían internado por la selva y se adentraron por el río
Ucayali... decidieron formar un nuevo pueblo... al que llamaron Requena. Tras muchos
esfuerzos y luchas contra la ignorancia y las costumbres corrompidas que los blancos
infundían en la diferentes etnias circundantes…, se dan cuenta que sólo con la educación de
las mujeres, empezando con las niñas, podrán lograr algo. Y deciden buscar misioneras...
"Sólo la mujer puede regenerar a la mujer. Por eso hemos pensado en las religiosas... Aquí,
tantos los misioneros como el pueblo, deseamos tener a las hermanas franciscanas misioneras
de María."7
3
Ibid. 27-28 de julio de 1907.
Ibid. 30 de agosto de 1907.
5
Ibid., 2 de diciembre de 1907.
6
Ibid., 3 de enero 1908.
4
2
Y es que sabían que las mujeres pueden llegar allí donde al sacerdote no le es posible.
Y que por su estilo, sus intuiciones, su cercanía, suelen ser más persuasivas y sobre todo
saben llegar mejor al corazón:
"las hermanas que vengan, necesitarán mucho amor a Jesucristo, pues tendrán que sufrir mucho por él.
Es preciso que sean hermanas capaces de afrontarlo todo, sedientas de la cruz de Jesucristo. No les
faltarán sufrimientos morales, ni fisicos…""8
M. Dolores será la responsable del grupo de cuatro FMM que iniciará la aventura
peligrosa de ser las iniciadoras de la misión femenina en la amazonía peruana. Su espíritu
alegre, sereno y decidido, le ayudará en la tarea de ser el "alma de la expedición". Lo que ésta
supuso, está recogido en el Diario que ella escribió, día a día, recogiendo los momentos
importantes de sus 45 dias de marcha hacia "el infierno verde".
Llegaron por fin a Requena, donde encontraron una pequeña casa de madera. Allí
termina el Diario, con estas sencillas palabras:
"¿Qué quieres, Señor, de nosotras?... ¡No lo sabemos! Pero mi petición al pisar esta casa se
resume en esto: Dame lo que me pides, pideme lo que quieras." 9
Rápidamente comienzan desde la pobreza a construir una sencilla escuela que poco a
poco van mejorando, y aseguran a las niñas una educación graduada. Ellas siembran,
seguras de que Dios dará el crecimiento. Luego, un año después, a finales de 1920, la
encontramos en Iquitos, capital del departamento de Loreto, a orillas del Amazonas.
Tambien allí se trataba de poner las bases de una escuela-internado... Tal vez la misión que
más energías y sufrimientos costó a M.Dolores...
Con motivo del conflicto entre Perú y Colombia, organizó unos servicios de Cruz Roja,
que posteriormente al finalizar el enfrentamiento, se convertiró en la instalación de un
Hospital, Santa Rosa de Itaya, que durante muchos años, fue el único hospital en Iquitos.
Más tarde en 1934, será enviada como Superiora a Yurimagas, a orillas del Huallaga,
donde continúa siempre su labor educativa y promotora de la mujer. Regresará a Requena
en febrero de 1937, para crear y organizar una Escuela Normal Rural, su obra más bella y
querida, por las repercusiones apostólicas tan importantes que tendría... Esta "aventurera
de Dios" no sólo roturó surcos y abrió caminos, sino que logró hacer realidad un deseo
utópico de los comienzos, la regeneración de la mujer, por la mujer".
Tras celebrar las Bodas de Plata de la fundación de Requena en 1944, una nueva
llamada de Dios le vino a través de la enfermedad. La acogió con su "estilo habitual"... y
después retomó sus actividades. Pero el 14 de septiembre de 1946, tuvo que abandonar
definitivamente Requena para viajar a Iquitos. De ahí fue llevada a Lima, donde el avance
de su enfermedad, desencadenó una parálisis de la lengua, que la deja sin poder pronunciar
palabra... Se abandonó totalmente a la voluntad de Dios. Y su unión a la Pasión de Jesús se
hizo más real y auténtica. Como solía decir,
"Yo recojo todo lo que él me envía. Todo por El... para que todas sean santas."10
Murió el 15 de mayo de 1947, festividad de la Ascensión.
El segreto de su total entrega
La innegable influencia en la dura realidad amazónica de la obra de M.Dolores, como
todos la conocían, ¿a qué se debía? No cabe duda de que dejó huellas indelebles. ¿por
qué? Si Mons.Uriarte la definió "la mayor de las misioneras que hemos conocido en la selva
peruana", debía tener un secreto.
Y en efecto, lo tenía: su espiritualidad. Una espiritualidad que siguiendo la de su
Instituto, fue una espiritualidad franciscana, con los matices propios de su carisma. Me
gustaría destacar algunas características. M.Dolores fue una mujer que centró su vida en el
Absoluto de Dios y fue adoratriz. Ahí fue donde encontró la fuerza para realizar su obra.
Esta espiritualidad la vivó como María, en la sencillez de la vida diaria, en total disponibilidad
y con el talante de Francisco de Asís. Estas cinco características propias de su Instituto,
7
Carta del P.Agustí, Lopez al P.Rafael d'Aurillac, Requena, 12 de Abril de 1910.
Ibidem
9
Final del Diario de M.M.de los Dolores Burgui, citado por Pilar La Orden, No hay amor más grande, p.227
10
Citado in Chronique intime (1948), p.159.
8
3
quisiera describir cómo conformaron su espiritualidad, desde una vivencia personalísima
suya.
1. Entrega total de su vida a Dios,
Ofrecimiento de la propia vida en total disponibilidad.
En este sentido, M.Dolores fue una misionera cabal y fiel a sus deberes religiosos, con
una naturalidad propia de los santos. Hizo el bien, sin llamar la atención, como la cosa más
normal del mundo. Pese al clima tropical y tórrido, en tantos años desgastados en la misma
región, no descuidó ninguno de sus deberes para con Dios. Lo que un día le había
prometido, trató de vivirlo con fuerza y entusiasmo en el día a día. Desde el principio y hasta
los últimos días, ya mayor, era la primera en asistir a todos los actos de la Comunidad. Se
levantaba la primera, para llegar de igual modo a la Capilla para la oración.
Como superiora de la comunidad, comenzaba las tareas domésticas con todas,
profundamente recogida en su espíritu. Y después de disponer los asuntos internos, se
integraba en su labor de enseñanza, junto a las niñas, como una más, formando en todas
partes los espíritus de estas niñas. Por la tarde, al terminar en el colegio, se postraba ante el
Santísimo Sacramento en Adoración que terminaban con el rezo de vísperas y la bendición
Eucaristica. Luego rezaba el Rosario.
Esto que parece normal en otras latitudes, tiene dificultades añadidas en la zona
amazónica. La hora vespertina, es la hora de los "mosquitos". Y era normal ver a las
religiosas postradas en adoración con una aureola de cientos de dichos insectos alrededor...
Y es que M.Dolores, se entregó a Dios incondicionalmente, con decisión y audacia, sin
temor a lo desconocido o inesperado, sabiendo que había ofrecido su vida a Dios como
víctima por la Iglesia y cada una de las personas que la conforman, así como por todas
aquellas que Dios pusiera en su camino o a las que quisiera llamar. Por lo que había
aceptado anticipadamente cualquier sacrificio, la pobreza, la contrariedad, las molestias y
cuanto este género de vida le proporcionase, con el fin de ganar a cuantos pudiera, para el
Reino de Dios. En este sentido, repetía muchas veces, la oración con la que termina su
diario: "dame Señor lo que me pides y pídeme lo que quieras."
2.Se es misionera, enviada a los más pobres...
"No es tarea fácil ni sencilla enumerar sus actividades... desde que, en la plenitud de la vida y
de sus facultades, llegó a la Amazonia peruana para sentar en ella las bases de su benemérito
y apostólico Instituto de Franciscanas Misioneras de María. Lo que se puede decir, es que no
perdió oportunidad para extender e incrementar las obras de su Instituto siempre que se le
presentó ocasión de hacerlo, fuese donde fuese…"11
"La primera Casa-Misión fue durante bastantes años una pobre casa de tabla con techo de
calamina (uralita), la cual en clima tropical se caldeaba de tal manera que ella y sus buenas
hermanas optaron por hacer la clase con sombrilla, para librarse de la insolación y del calor
sofocante del techo que durante las horas de estudio las abochornaba; sin embargo, por su
parte nunca se quejó y solo sí se preocupaba de sus hermanas; pues en cuanto a ella se
puede decir, tuvo siempre ese género de vida, ya que se pasaba gran parte del día no en el
gran colegio de tres pisos de cemento y ladrillo (que años más tarde se construyó) sino en la
parte vieja en la que por exceso de alumnado han continuado muchas de las dependencias de
la Misión."12
Todo esto y mucho más, lo soportaron, puesto que lo que les interesaba eran las
personas: esos indios… sobre todo las mujeres y esas niñas y jóvenes de mirada incauta e
indiscreta, que descubrían asombradas el mundo de las letras y la cultura. Su educación y
formación, fueron una tarea prioritaria. Pero no por ello dejaron de preocuparse por los niños
de vientres abultados, desnutridos, flacos, aquejados de parasitosis. Las mujeres, con esa
falta de respuesta y mirada tristona, siempre cansadas, fueron tambíen sujeto de sus
desvelos.
11
12
Mons. Fr. Buenaventura León Uriarte, Carta pastoral del Vicario apostólico del Ucayali, 13 de julio de 1947
Ibid. Esto que fue la realidad de Requena, podría decirse en todas las fundaciones que le siguieron…
4
Aprendieron una lección dificil para las europeas: que en la amazonía, todo discurre
lentamente, como sus grandes ríos. El clima tropical aplana y la deficiente alimentación no
proporciona la energía suficiente para reaccionar. Pero no retrocedieron ante la dificultades.
Si tenían que comenzar de cero, lo harían. Lo que les había llevado era la salvación de
estas personas, y una salvación integral, tenían que roturar el campo, sembrar, regar... y
Otro sería el encargado de darle el crecimiento a tanta labor regada con sacrificio,
generosidad y amor. Y como ella misma escribe: "¿se puede desear algo más bello?"
3. El trabajo misionero encuentra su dinamismo en la contemplación y seguimiento
de Cristo. En la oración de acción de gracias y la adoración, ante Jesús Eucaristía...
La primacía la tiene Dios. Él es centro de su vida, la fuerza que le mueve y a quien se
ha entregado para siempre. Hacer lo que Dios le pida, vivir inmersa el Él, cumplir su
voluntad, serán siempre sus opciones prioritarias. Y de ahí sacará la fuerza para todo lo
demás:
Descubría la voluntad de Dios en estas realidades y la oportunidad que le daba para
su santificación. Su secreto fue la fidelidad al espíritu de su Instituto, tal como lo había
prometido al día de su profesión perpetua. Y este fue el alma de su apostolado.
"Le renuevo, querida Madre, todas la promesas que le hice en San Remo. Sí, de todo corazón
quiero ser entera y para siempre de Jesús."13
Si M.Dolores fue siempre considerada una verdadera "madre" tanto por sus hermanas
como por las niñas, jóvenes, mujeres y los mismos misioneros con los que colaboró y su
cariño y solicitud eran proverbiales, sin salir nunca de las normas, fue debido a su trato con
Dios.
El trato con Dios, que durante toda su vida mantuvo y fue profundizando, hizo que su
vida hiciera de la voluntad de Dios, a ejemplo de su Maestro, su auténtico alimento. Y como
Él se dio hasta el final, especialmente en su enfermedad. Un signo convincente de que Dios
lo iba siendo todo en su vida, lo vemos en que ella iba empequeñeciendose. "¡Que él crezca y
que yo disminuya!"
M.Dolores vivía la humildad como fundamento de su vida, como actitud religiosa ante
Dios. Por eso, la humildad no era afectación o actitud artificial o ficticia, sino que la vivía con
naturalidad, como lo más normal del mundo. Su relación con Dios, por ser verdadera, le iba
descubriendo su propia verdad y al mismo tiempo llenándola de serenidad, de paz, de
bondad y ternura con todos.
"¡Qué miserable soy! Cuando miro el abismo sin fondo de mi miseria me quedo espantada;
pero en el mismo instante veo también que Dios tiene piedad de mi debilidad y me arrojo entre
sus brazos llena de una dulce confianza. Me parece que a veces Dios me mira con una piedad
como lo hacen las mamás con sus hijos cuando están enfermos. Siento verdaderamente que el
Señor está lleno de bondad para conmigo...
Yo no soy una de esas almas que tienen grandes cruces y que marchan per caminos muy muy
excepcionales. Yo trato de hacer lo que puedo, recibo todo como venido de parte de Dios y con
esto soy muy feliz y vivo en la mayor paz."14
Tenía una conciencia clara de su realidad y límites. Pero no se angustiaba.
Su última enfermedad sirvió para descubrir su temple y entereza, basada en su fe
profunda... para purificarla más y más y para que sus hermanas pudieran admirar la
grandeza de su alma y su auténtica virtud. Su abandono total, su paciencia heroica y su
docilidad a la autoridad, habiendo sida ella superiora durante tantos años, cautivaron y
edificaron a todas las que vivieron junto a ella su etapa final.
Este amor y aceptación gozosa del querer de Dios, manifestado por sus superioras,
fue algo que no sólo vivió sino que todos pudieron siempre percibir en ella. Y es que siempre
vivió feliz y abandonada a esa voluntad de Dios, que era el verdadero eje de su vida.
No me preocupa nada lo que pueda pasarme en el futuro. Hacer la voluntad de Dios, es la
única cosa que me preocupa."15
13
1°agosto 1907.
Carta a su Superiore General, 1° agosto 1908, en Archives generales, Roma.
15
Ibid. 8 de marzo de 1932.
14
5
La triple dimensión del carisma, que hemos tratado de reflejar en la vivencia de
M.Dolores, se realiza en la vida con un estilo y un talante especial y añaden dos
caracteristicas más a su espiritualidad.
Un estilo: "como María", en total disponibilidad de amor…
Como María, M.Dolores supo descubrir el secreto del verdadero poder, en la sencillez,
la naturalidad con que hacía todo, desde una austeridad amable y una entrega abnegada a
todos. A diario, recurría a la recitación del Rosario, para descubrir en la meditación de sus
misterios, las actitudes marianas y presentar a María las necesidades de la niñas, las
jóvenes, las mujeres a las cuales atendía en su ministerio. Como ella, sólo aspiraba a "dar
Jesús al mundo", es decir, a ese mundo que le rodeaba. Y lo hacía con
Un talante: como Francisco de Asís, viviendo el Evangelio
La hemos visto como una mujer austera y observante. Pero esto, que podía haberla
hecho distante, sirvió más bien para hacerla una mujer comprensiva y llena de bondad ante
toda necesidad humana... En el gran corazón de M.Dolores tenían cabida todos sin
excepción , buenos y malos, pero haciendo honor a su nombre, era sobre todo madre
especialmente de todos los dolores, de todo el que necesitase consuelo o ayuda. Era una
mujer cercana y humana.
Su actividad tan desbordante no la perturbaba. Siempre parecía serena y sonriente.
No perdió oportunidad de extender el Reino de Cristo, y de llevar su apostolado, no importa
donde fuese o quien se lo pidiera. Siempre disponibile para acoger a quien se le acercase, o
para emprender el viaje que le pidieran, o afrontar los peligros que fueran precisos, tomando
las medidas de prudencia necesarias.
Otro modo de percibir su sencillez franciscana es la familiaridad respetuosa que se
dirige siempre a sus superioras en sus cartas. Le cuenta tanto sus sentimientos, progresos o
dificultades, como las resoluciones de los Retiros o los asuntos de la comunidad.
Si hay algo que sobresale y que de algun modo define la espiritualidad de M.Dolores,
es este hacer la voluntad de Dios. Esta fue la razón de su vida. Esta apertura al querer de
Dios que atañe el centro nuclear de la persona. La vivió como llamada personal a entrar en
el proyecto de Dios sobre la historia y como el plan salvador de Dios en su propia existencia.
Siempre disponible a lo que El quisiera, con una disponibilidad que nacía del corazón, y que
era la expresión más primordial de su amor. Fascinada por Dios, colaboró en su proyecto
con todo su ser, sus fuerzas y toda la entrega de que fue capaz... Vivía con gran libertad
interior y se sentía libre frente a personas, lugares y trabajos.
"El que se humilla será ensalzado!" Esta palabra de Jesús podría ser el retrato de
M.Dolores. Si ella se consideraba poca cosa, ante las immensas necesidades de la
amazonía, ante las múltiples demandas de unos y otros, no sólo dio todo que lo tenía, sino
que durante 28 años se dio totalmente día a día, a Dios y a todos los que la necesitaron sin
preocuparse de sí misma. Así fue la pionera de Dios en la Selva peruana.
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