El Origen Divino-Humano de la Escritura de la Palabra de Dios

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El Origen Divino-Humano de la Escritura de la Palabra de Dios
Por Lic. Marcos Henzler R.
1 ▪ El libro del Éxodo nos relata como el hombre llegó a tener la Palabra escrita de Dios. Nos dice que
cuando los Israelitas ex-esclavos de Egipto llegaron al Monte Sinaí, tuvieron un encuentro con Jehová
Dios:
Exo. 19:16 Aconteció al tercer día, al amanecer, que hubo truenos y relámpagos, una densa nube sobre
el monte, y un fuerte sonido de corneta. Y todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. 17
Moisés hizo salir al pueblo del campamento al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte. 18
Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en medio de fuego. El humo
subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
2 ▪ Allí, Jehová dio a Moisés el Decálogo, los 10 principios de su Ley (Exo. 20:1-17). La reacción de
Israel al escuchar la voz de Dios tronando era espanto y temor a la muerte inminente. En ese momento, le
pidieron a Moisés que Jehová ya no hablara directamente a ellos, sino a solas con Moisés, y que él les
dijera lo que Dios le había dicho. En esta forma, Moisés se hizo el primer profeta de Israel:
Exo. 20:18 Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte
que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia. 19 Y dijeron a Moisés: -Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. 20
Y Moisés respondió al pueblo: --No temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que su
temor esté delante de vosotros para que no pequéis. 21 Entonces el pueblo se mantuvo a distancia,
y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios. 22 Y Jehová dijo a Moisés: "Así dirás
a los hijos de Israel: 'Vosotros habéis visto que he hablado desde los cielos con vosotros.
3 ▪ Jehová Dios mismo escribió el decálogo con su propio dedo. Estos 10 principios, entonces, llegaron a
ser las primeras palabras escritas de nuestras Biblias:
Exo. 31: 18 Y cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dio a Moisés dos tablas del
testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
4 ▪ Luego, Jehová mando a Moisés que él mismo escribiera las instrucciones para la construcción del
tabernáculo y otros códigos de la Ley, según lo que Dios le había dicho en el monte:
Exo. 34:27-29 Entonces Jehová dijo a Moisés: --Escribe estas palabras, porque conforme a ellas
he hecho pacto contigo y con Israel. 28 Moisés estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta
noches. No comió pan ni bebió agua. Y en las tablas escribió las palabras del pacto: los diez
mandamientos. 29 Aconteció que al descender Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del
testimonio en su mano, mientras descendía del monte, Moisés no sabía que la piel de su cara
resplandecía por haber estado hablando con Dios.
5 ▪ Moisés llega a escribir cinco libros de instrucciones para el pueblo de Dios. Cuarenta años después de
Sinaí, cuando este vocero de Dios está por morir, relata las instrucciones para el oficio de la Profeta,
medio por lo cual Jehová seguiría hablando a Su pueblo a través de la Palabra hablada y escrita:
Deut. 18:14-22 Estas naciones que vas a desalojar escuchan a quienes conjuran a los espíritus y a los
encantadores, pero a ti no te lo ha permitido Jehová tu Dios. Jehová tu Dios te levantará un profeta
como yo de en medio de ti, de entre tus hermanos. A él escucharéis. 16 Conforme a todo lo que pediste
a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: 'No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi
Dios, ni vuelva yo a ver este gran fuego; no sea que yo muera', 17 Jehová me dijo: 'Está bien lo que han
dicho.
18 Les levantaré un profeta como tú, de entre sus hermanos. Yo pondré mis palabras en su boca, y él
les hablará todo lo que yo le mande. 19 Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi
nombre, yo le pediré cuentas.
20 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado
hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.'
21 "Puedes decir en tu corazón: '¿Cómo discerniremos la palabra que Jehová no ha hablado?'
22 Cuando un profeta hable en el nombre de Jehová y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, ésa es la
palabra que Jehová no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él.
6 ▪ Dios tomó muy en serio esta forma de comunicación, y prohibió cualquiera manipulación de su palabra:
Deut.4:2 No añadáis a las palabras que yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os mando.
7 ▪ El pueblo tenía el deber de ignorar el mensaje de cualquiera que falsificara ser un portavoz de Dios.
Deut. 18:19-20 Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo le pediré
cuentas. 20 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya
mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.
8 ▪ Esta autoridad para hablar en nombre de Dios era tan poderosa para persuadir a la gente que había una
gran tentación para algunos de presumir de hablar para Dios para lograr que otros siguieran. Para que no
fuese engañado, al pueblo se le dio dos pruebas.
La Primera Prueba: Concordancia con la Palabra ya revelada. Primero, todo lo que decía el
profeta dice debía coincidir perfectamente con lo que Dios ya había revelado a Israel; no puede ser
radicalmente diferente:
Deut 13:1-5 Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o
un prodigio, 2 si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: 'Vayamos en pos de
otros dioses' --que tú no conociste-- 'y sirvámoslos', 3 no escuches las palabras de tal profeta ni
de tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os estará probando, para saber si amáis a
Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. 4 En pos de Jehová
vuestro Dios andaréis, y a él temeréis. Guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz. A él
serviréis y a él seréis fieles. 5 Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque
predicó la rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de
la casa de esclavitud. El trató de desviarte del camino por el que Jehová tu Dios te mandó andar.
Así eliminarás el mal de en medio de ti.
La Segunda Prueba: Cumplimiento al pie de la letra. Si lo que él decía no llegó a cumplirse
perfectamente; él no hablaba en el nombre de Dios. Un solo error en el “Dios me dijo que…” no
sólo lo descalificó totalmente como un profeta auténtico de Dios, sino también lo condenó a la
muerte por el pueblo.
Deut 18:20-22 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le
haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. 21 Puedes
decir en tu corazón: '¿Cómo discerniremos la palabra que Jehová no ha hablado?' 22 Cuando
un profeta hable en el nombre de Jehová y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, ésa es la
palabra que Jehová no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él.
9 ▪ De esta manera, el Señor (Jehová/Jesús) continuó
revelando progresivamente su voluntad y su palabra a
través de sus profetas (Sinaí  el Pentateuco  el
Antiguo Testamento  el Nuevo Testamento).
10 ▪ El último profeta del Nuevo Testamento (El Apóstol
Juan) selló el oficio y el proceso de la profecía en el
último capítulo de la Biblia, cerrándolo donde lo empezó,
con la advertencia de no agregar ni quitar nada de la
Palabra escrita. Este proceso nos ha dado la Palabra
completa de Dios, siendo todo lo que Su Pueblo necesita
para la fe y la práctica en esta vida hasta que El venga.
10 Mandamientos
(por Dios mismo)
Los 5 libros de Torá
(por Moisés el profeta)
Antiguo Testamento
(por profetas y escritores)
Nuevo Testamento
(por profetas y escritores)
Apo. 22:19-21 Yo advierto a todo el que oye las palabras de la profecía de este libro: Si
alguno añade a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están escritas en este libro; y si alguno
quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la
santa ciudad, de los cuales se ha escrito en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice: "¡Sí,
vengo pronto!" ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! La gracia de nuestro Señor Jesús sea con todos.
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