Retiro Espiritual Mi Proyecto de Vida Mar Adentro Mar Adentro: Cronograma Sábado 8:00hs Convocamos a los chicos 10:00hs Llegamos al lugar y nos acomodamos 10:30hs Comienza el Retiro. Lectura Lc 5. Canción de Mar Adentro. Primera Dinámica Barca y mástil. Se comparte en comunidades 13:30hs Almuerzo 14:30hs Segunda Dinámica. Escucha de la Propia Voz. 16:30hs Mate 17:15hs Reunión en comunidades para compartir la carta 18:30hs Mar Adentro con tu Barca 19:30hs Preparamos la Misa 20:00hs Misa 22:00hs Cena 23:00hs Oración de la noche Domingo 8:00hs Oración 8:30hs Desayuno 9:00hs Desierto "Sordo a la voz del amor" 9:30hs Escucha de la voz de los demás. Charla 10:30hs Reunión de comunidades. Red 12:30hs Almuerzo 13:30hs Desierto "A la Escucha de la Voz de Dios" 14:30hs Mate 15:00hs Desierto "Mar Adentro hacia el encuentro con Jesús" 16:00hs Reunión en comunidades. Vela y timón 16:45hs Mate 17:00hs Bendición de Barcas y cierre 19:00hs Misa en la parroquia Mar Adentro: Ficha 0: Introducción al Retiro Hacia el discernimiento de Mi Proyecto de Vida Objetivos específicos: 1. Que encuentren un espacio fértil para que afloren todas las inquietudes acerca del proyecto de vida: deseos, miedos, inseguridades, fantasías, inhibiciones. 2. Que encuentren un espacio de reflexión y contención para compartir las inquietudes sobre el proyecto de vida, de tal forma que puedan lograr una mayor comprensión de las mismas. 3. Que encuentren un espacio para dialogar íntimamente con Dios, experimentando el esclarecimiento del proyecto de vida que consiste en descubrir la voluntad de Dios que plenifica al hombre. 4. Que descubran la presencia cariñosa y permanente de Dios a lo largo del proceso de discernimiento. 5. Que tomen conciencia de la intensidad de la libertad que se pone en juego en la construcción del proyecto de vida: Que puedan trabajar las consecuencias de este hecho: vértigo y soledad, miedo al error y al fracaso. Las tres voces El proceso de discernimiento del P. V. Sin duda implica una gran apertura de la persona. Es necesario que ella se sensibilice frente a los múltiples mensajes que le llegan y que pueda abordarlos con buenos criterios y sensiblemente para poder una decisión conveniente. Tomaremos una metáfora para graficar este proceso. La persona debe básicamente escuchar tres voces que le hablan: su propia voz, la voz de los demás y la voz de Dios. Estas voces rara vez modulan al hablar, muchas veces transmiten mensajes ambiguos y hasta contradictorios y sólo con una delicada actitud de escucha se puede recuperar esos susurros intermitentes. Trabajaremos la importancia y la forma de tener una apertura decidida y sincera a mi voz, a la voz de los demás y a la voz de Dios. Actitud fundamental: Ponernos delante de la mirada de Jesús y disponernos a la escucha Lectura de Lc 5, 1-11 y cantamos la canción de Mar Adentro Primera dinámica: recorran la propia historia desde el comienzo de confirmación hasta el día de hoy marcando los hechos más significativos. Hagan un relato tratando de recordar como estaban, como se sentían, que aprendieron de nuevo de ustedes, de Jesús; que personas descubrieron. De que cosas se arrepienten, que cosas nunca abandonarían, que valores incorporaron, etc. El ejercicio termina con la confección de la Barca símbolo de la propia vida, barca que los acompañará durante todo el Retiro y tendrá el nombre de ustedes. Segunda dinámica: el coordinador se dispondrá a dar una charla y se quedará en silencio durante 10 minutos. Luego hará las siguientes preguntas: ¿Qué escuchaste? ¿Cómo aprovechaste el silencio? ¿Tuviste algún obstáculo para escuchar? ¿Ofreciste resistencia para escucharte? ¿Te sentiste incómodo? ¿Te molestó? Meditación sobre el silencio: Mar Adentro hacia el misterio del silencio Creador 1. A la escucha de mi propia voz Realizarán el ejercicio: Mar Adentro hacia el misterio de Mi lugar en el plan de Dios 2. A la escucha de la voz de los demás Leerán el texto: Sordo a la voz del amor Charla acerca de: Los modelos que llevamos adentro, temores y fantasías Los modelos del éxito en la sociedad La presión de mis padres sobre lo que debo elegir Lo que me gusta se opone a lo que me da plata Los cambios que debo afrontar durante los próximos años La idea de felicidad que tengo y me presentan Equivocarse y arriesgar como una forma de madurar: la verdadera dimensión del error, el error como aprendizaje, dolor, frustración, crecimiento, madurez, el espíritu de sacrificio, postergar la gratificación, proyectar a futuro. Ejercicio: proyectarse dentro de 20 años como si se reencontraran. Contarse que hicieron y cómo les fue en lo que buscaron como proyecto de vida. ¿Quiénes estaban a mi lado en cada momento, a quiénes necesité? Que diría mi hijo o sobrino de mí. Hagan una carta en la cual el hijo o el sobrino describen la vida del Padre o tío. Signo: entrega de la Red (Echar las redes: salen al mundo para escucharlo y discernir lo bueno. Tomo aquello que necesito para mi crecimiento) 3. A la escucha de la voz de Dios Realizarán el ejercicio: Mar Adentro hacia mi opción de vida por Jesús Dios quiere mi felicidad - plenitud ¿Qué entendés por felicidad? ¿Cómo es la que Jesús te propone? Mt 5 Bienaventuranzas ¿Cómo es la voz de Dios? Reconocer las diversas formas a través de las cuales Dios nos habla ¿Desde quiénes te habla Dios? ¿Hay alguna lectura de la Palabra de Dios que especialmente haga ruido en tu interior? ¿Qué descubriste acerca del servicio? ¿Qué significa en tu vida seguir a Jesús? Realizarán el ejercicio: Mar Adentro hacia el encuentro con Jesús Signo: entrega de la vela y del timón (la vela simboliza la acción del Espíritu Santo en nosotros y el timón simboliza mi libertad que se dispone a dejarse empujar por él) Mar Adentro: Ficha 1 Si alguno me ama, yo me manifestaré a él Lean Gen 28, 10-22 "...y esta piedra que acabo de erigir, será la casa de Dios" La piedra es el lugar de la presencia de Dios. Es el lugar al que el Pueblo se acercaba para encontrarse con su Señor, porque allí hacía memoria de sus intervenciones salvíficas a lo largo de su historia. A partir de tu Confirmación... ¿Qué lugares, personas o situaciones reconocés como piedras que al volver te hablan del paso de Dios por tu vida? ¿Cuáles son los recuerdos más fuertes qué tenés de esta etapa? ¿Descubrís que la presencia de Jesús se te hizo más real y palpable? ¿Te experimentaste salvado por Él en alguna circunstancia? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo ves que influyó en tus opciones esta nueva manera de vivir la relación con Jesús? ¿Descubrís algún cambio en tu modo de vincularte con los demás, en tu familia, con tus amigos, en tu compromiso con el hermano, especialmente con los más necesitados? ¿Detectas algún momento en que le diste la espalda a Jesús que salía a tu encuentro, o no supiste escuchar su voz? ¿Te animaste a exponerle tu pobreza y dejarte abrazar por su misericordia? En este tiempo, ¿quiénes te hablaron de Jesús a través de gestos, palabras, o por su testimonio de vida? ¿Recordás alguna situación en la que hayas sido vos una presencia de Jesús para los demás, un signo del amor de Dios entre los hombres? ¿Cómo lo viviste? Junto a él estaba el Señor, que le dijo: Yo estoy contigo y te bendeciré dondequiera que vayas... despertó Jacob de su sueño, y se dijo: ciertamente está Yahveh (Dios) en este lugar, y yo no lo sabía. Terminá el ejercicio confeccionando tu propia Barca. Es tu vida hecha a través de estos acontecimientos. Todas estas cosas fueron, al modo de un artesano, confeccionando tu propia vida. Aquí estás, este sos. Tenés un nombre y una historia. Sos esta Barca que ahora navega Mar Adentro. Mar Adentro: Ficha 2A Hacia el misterio de Mi lugar en el plan de Dios 1. A una persona se le nota la autenticidad en la profundidad y el compromiso con que se hace esta pregunta: "Bueno, ¿para qué he nacido?, ¿Cuál es mi misión en este mundo?". Lo cual implica dos aspectos: a. La vida sólo tiene sentido si la percibo en el plan de Dios b. Que la vida tiene sentido si realizo mi vocación personal, intransferible, mía. 2. Mi lugar en el plan de Dios es un misterio a descubrir: Efesios 1, 3-14 Si me atrevo a ser yo mismo Si Dios llega a ser para mí Alguien que me ama Si mi libertad va haciéndose disponibilidad y escucha dócil a Jesús Si el Evangelio llego a percibirlo como llamada al Reino, como deseo salvador de Dios sobre cada uno de nosotros Si la fe en Jesús me hace salir de mí mismo y me llama a identificarme con su persona y su proyecto Si aprendo a distinguir mis deseos de la verdadera inspiración del Espíritu 3. No es el momento de encontrar mi lugar, sino de plantearme la vida como llamado, como seguimiento de Jesús. Después del camino recorrido hasta aquí, se supone que he crecido en autenticidad, (en hacer de la vida una cuestión de verdad y libertad y no de seguridad) y en confianza en el Dios de la historia de cuya libertad y amor voy perdiendo miedos. ¿Querés seguir adelante conociendo a este Dios? Jn 1, 45-51 4. Cabe seguir adelante por que te atrae. Jr 20,7 "Tú me haz seducido, Señor, y yo me dejé seducir". Cabe seguir adelante con entusiasmo. Espero que el amor de Jesús salga victorioso contra tus miedos y tus resistencias. Hay que confiar con sencillez, consciente de la propia debilidad, abiertos a la poderosa acción del Espíritu. ¿Cuáles son las preguntas más importantes que hoy están dando vuelta en mi cabeza y en mi corazón? Ponelas delante de Jesús. Escribilas para verlas con claridad. Conversalas con Jesús. ¿Cuáles son tus miedos, tus inseguridades, tus deseos, tus ilusiones? Escribile una carta a un joven del otro lado del mundo que esté en la misma que vos. No pongas tu nombre. Mar Adentro Ficha 2B Hacia mi opción de vida por Jesús 1. Así lo dice el primer mandamiento: "Amar a Dios sobre todas las cosas". Pero no es cuestión de normas. ¿Se te está haciendo Dios opción de Vida? Las opciones de vida sólo son tales cuando nacen y crecen a modo de experiencias que marcan la existencia y sobre las cuales puedo edificar. (a esto se llama experiencia fundante) Tal vez Dios no haya llegado a ser todavía una experiencia fundante bien clarificada. No importa, si lo vivido hasta aquí, en este proceso, ha desencadenado un sentido de Dios que sólo podrá ser realizado mediante una nueva fundamentación de tu vida: la vinculación de fe a un Dios personal. 2. Dios será opción de vida cuando, al percibirlo o intuirlo como personal, movilice tu afectividad, es decir, cuando te sientas afectado en tu corazón por Él hasta el punto de saber que vive. Es un saber que nace de la experiencia, un saber que me vincula con Él. Este saber nutre mi interioridad, crece mi fe. 3. Te invito a rezar el salmo 22. Nos busques ideas ni conceptos. Dejá que el Pastor te guíe, dejate llevar por lo que su voz produce en tu corazón. Aceptá su invitación. Descansá allí mismo donde él te lleva. Repetí en silencio las frases más significativas. Si querés hacerlo en voz alta, hacelo con libertad, que nadie se entrometa entre ustedes dos. Estás sólo con él. La fuente de tu vida está en él, la razón de tu esperanza, la garantía de que tus deseos más profundos se van a colmar, el consuelo de tus llantos, la curación de tus heridas, la respiración de tu alma, la alegría de tu rostro, el descanso en las etapas, el manantial fresco de tu sed, el tierno abrigo de tus noches de soledad, la estrella en medio de tus oscuras jornadas, la certeza en tus momentos de confusión, la brisa que humedece tu semblante, la mano fuerte que te levanta de las caídas, la voz que te alienta para seguir, el abrazo eterno del amor que te dice: No temas, ya estás en Casa. Salmo 22. El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar El Señor es mi Pastor que no me priva de nada En las praderas fresquitas de pastos verdes me sacia Y me lleva a los arroyos donde el agüita es más clara. El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar Como una cuestión de honor se preocupa de mi vida; Me lleva por buena senda y me asiste en las fatigas Y yendo con él no temo las quebradas más ariscas. El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar Saber que él marca mi rumbo me sosiega y tranquiliza Él me brinda su confianza hasta entre gente enemiga Me hace sentar a su mesa y en su copa me convida. El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar ¡Qué lindo saber que tengo su cariño y su alegría, que siempre vendrán conmigo a lo largo de mi vida y un día será mi casa la Casa donde Él habita! Ejercicio espiritual Dios quiere mi felicidad – plenitud 1. ¿Qué entendés por felicidad? 2. ¿Cómo es la que Jesús te propone? Mt 5 Las Bienaventuranzas 3. ¿Cómo es la voz de Dios? Tratá de reconocer las diversas formas a través de las cuales Dios nos habla 4. ¿Desde quiénes te habla Dios? 5. ¿Hay alguna lectura de la Palabra de Dios que especialmente haga ruido en tu interior? 6. ¿Qué descubriste acerca del servicio? 7. ¿Qué significa en tu vida seguir a Jesús? Mar Adentro: Ficha 3 Hacia el misterio del silencio Creador El silencio nos enseña a hablar Un modo en que el silencio se revela como misterio del mundo futuro es enseñándonos a hablar. Una palabra con poder es una palabra que brota del silencio. Una palabra que da fruto es una palabra que brota del silencio y vuelve a él. Es una palabra que nos recuerda el silencio de que procede y nos retrotrae a aquel silencio. Una palabra que no está radicada en silencio es una palabra débil, impotente, que se deja oír como "bronce que suena o címbalo que retiñe" (1 Cor 13,1). Todo esto es verdad sólo cuando el silencio del que brota la palabra no es vaciedad y ausencia sino plenitud y presencia, no un silencio humano basado en la confusión, la vergüenza o la culpabilidad, sino en el silencio divino en el que el amor descansa seguro. Podemos aquí vislumbrar el gran misterio, en el que entramos a participar por el silencio, y la Palabra, el misterio del lenguaje propio de Dios. Desde su silencio eterno, Dios pronunció la Palabra, y por su Palabra creó y recreó el mundo. En el principio, Dios pronunció la tierra, el mar y el cielo. Pronunció el sol, la luna y las estrellas. Pronunció las plantas, las aves, los peces, los animales salvajes y domésticos. Finalmente, pronunció al varón y a la mujer. Entonces, en la plenitud del tiempo, por quien todo había sido creado, se hizo carne y dio a todos cuantos creen el poder de ser hijos de Dios. En todo esto, la Palabra de Dios no interrumpe el silencio de Dios, sino que más bien explica las riquezas inconmensurables de su silencio. Al adentrarse en el desierto de Egipto, los monjes pretendían participar en el silencio divino. Al hablar desde este silencio a las necesidades de su gente, buscaban participar en el poder creador y recreador de la Palabra divina. Las palabras sólo pueden crear comunión, y por ello nueva vida, cuando encarnan el silencio del que brotan. Tan pronto como empezamos a cautivarnos unos a otros por nuestras palabras o usamos las palabras para defendernos a nosotros mismos u ofender a otros, la palabra no habla más del silencio. Pero cuando la palabra evoca la tranquilidad sanante y restauradora de su propio silencio, se necesitan pocas palabras: se puede decir mucho sin hablar mucho. De este modo, el silencio es, el misterio del mundo futuro. Nos mantiene en nuestra condición de peregrinos y nos impide enredarnos en las preocupaciones de este mundo. Guarda el fuego del Espíritu Santo que mora en nosotros. Nos permite pronunciar una palabra que participa del poder creador y recreador de la Palabra propia de Dios. Quedate con Jesús en silencio... Subraya las frases que más te lleguen... ¿Por qué? ¿Cuáles son las Palabras que me dieron vida? Mar Adentro: Ficha 4 Hacia el encuentro con Jesús “Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Para profundizar en el texto: ...Un hombre corrió hacia él y se arrodilló. Esta es la actitud de alguien que desea encontrarse con Jesús. Corre hacia él y se arrodilla. Pedile al Espíritu Santo poder quedarte delante de Jesús para que su presencia ilumine tu interior y puedas ver lo que él quiere mostrarte. Buscá un lugar donde experimentes mayor presencia de Dios. Tomate el tiempo para hacerlo. Despertá tus sentidos interiores, que son los que perciben a Dios, y escucha su llamada a encontrarte con él en la intimidad de su amor. ...¿Qué debo hacer para heredar la Vida eterna? Se revela el deseo de este hombre. ¿Cuál es tu deseo más profundo? ¿Qué le preguntarías a Jesús? ¿Qué querés saber de vos mismo y de Jesús? ...Jesús lo miró con amor. ¿Delante de quién te experimentás verdaderamente amado? ¿Quién es el que te libera, te sana, te rescata de tus tumbas? ¿Quién es el que por su amor te hace valioso? ...ve, vende lo que tienes,... así tendrás un tesoro en el cielo. Pedile al Espíritu santo descubrir todo aquello de tu vida que te impide ver a Dios, tus ataduras, tus cargas, los obstáculos que te dificultan seguirlo con mayor libertad. ...ven y sígueme. Jesús te llama hacia el encuentro con el abrazo del Padre. ¿Querés encontrarte rodeado de la inmensa misericordia del Padre? Repondele a Jesús con serenidad. Mar Adentro: Ficha 5 Sordo a la voz del amor: Así pues, dejar el hogar es mucho más que un simple acontecimientos ligado a un lugar y a un momento. Es la negación de la realidad espiritual de que pertenezco a Dios con todo mi ser, de que Dios me tiene a salvo en un abrazo eterno, de que estoy grabado en las palmas de las manos de Dios y de que estoy escondido en sus sombras. Dejar el hogar significa ignorar la verdad de que Dios me ha moldeado en secreto, me ha formado en las profundidades de la tierra y me ha tejido en el seno de mi madre. (Salmo 139, 13-15) Dejar el hogar significa vivir como si no tuviera casa y tuviera que ir de un lado a otro tratando de encontrar una. El hogar es el centro de mi ser, allí donde puedo oír la voz que dice: "Tú eres mi hijo amado, en quien me complazco". He abandonado el hogar una y otra vez. ¡He huido de las manos benditas y he corrido hacia lugares lejanos en busca de amor! Ésta es la gran tragedia de mi vida y de la vida de tantos y tantos que encuentro en mi camino. De alguna forma me he vuelto sordo a la voz que me llama mi hijo amado, he abandonado el único lugar donde puedo oír esa voz, y me he marchado esperando desesperadamente encontrar en algún otro lugar lo que ya no era capaz de encontrar en casa. Al principio todo esto suena increíble. ¿Por qué iba a dejar el lugar donde puedo escuchar todo lo que necesito oír? Cuanto más pienso en esto, más consciente me hago de que la verdadera voz del amor es una voz muy suave y amable que me habla desde los lugares más recónditos de mi ser. No es una voz bulliciosa, que se impone y exige atención. Es la voz del Padre casi ciego que ha llorado mucho y ha librado muchas batallas. Es una voz que sólo puede ser escuchada por aquellos que se dejan tocar. Sentir el contacto de las manos benditas de Dios y escuchar su voz llamándome mi hijo amado son una misma cosa. El profeta Elías vio esto muy claro. Elías estaba sentado en el monte esperando encontrarse con Dios. Y delante de él pasó un viento fuerte y poderoso que rompía los montes y quebraba las peñas; pero Dios no estaba en el viento. Y vino tras el viento un terremoto, pero Dios no estaba en el terremoto. Y vino tras el terremoto un fuego, pero no estaba Dios en el fuego. Tras el fuego vino un suave y ligero susurro. Cuando la oyó Elías, se cubrió el rostro con su manto porque sabía que ya estaba presente. En la ternura de Dios, la voz ea como un contacto y ese contacto era también la voz. (1 Re 19, 1113) Pero hay muchas otras voces, voces fuertes, voces llenas de promesas muy seductoras. Estas voces dicen: "Salí y demostrá que valés". Poco después de que Jesús escuchara la voz llamándolo mi hijo amado, fue conducido al desierto para que escuchara aquellas otras voces. Le decían que demostrara que merecía ser amado, que merecía tener éxito, fama y poder. Estas voces no me son desconocidas. Siempre están ahí, y siempre llegan a lo más íntimo de mí mismo, allá donde cuestiono mi bondad y donde dudo de lo valioso que soy. Me sugieren que tengo que, a través de una serie de esfuerzos y de un trabajo muy duro, ganarme el derecho a que se me ame. Quieren que me demuestre a mí mismo y a los demás que merezco que se me quiera, y me empujan a que haga todo lo posible para que se acepte. Niegan que el amor sea un regalo completamente gratuito. Dejo el hogar cada vez que pierdo la fe en la voz que me llama mi hijo amado y hago caso de las voces que me ofrecen una inmensa variedad de formas para ganar el amor que tanto deseo. He escuchado estas voces casi desde que tengo oídos y siempre me han acompañado. Me han llegado a través de mis padres, mis amigos, mis maestros, y mis colegas, pero sobre todo, me han llegado, y todavía me llegan, a través de los medios de comunicación que me rodean. Y dicen: "Demostrame que sos un buen chico. ¡Y mejor todavía sí sos mejor que tu amigo! ¿Qué tal tus notas? ¡Estoy seguro de que lo que hagas lo harás por vos mismo! ¿Qué contactos tenés? ¿Estás seguro que querés ser amigo de esa gente? ¡Estos trofeos demuestran lo buen deportista que sos! ¡No descubras cuáles son tus debilidades porque te utilizarán! ¿Ya arreglaste todo para cuando te jubiles? ¡Cuándo dejás de producir, dejás de interesar a la gente! ¡Cuándo estás muerto, estás muerto! Cuando permanezco en contacto con la voz que me trata como a un hijo amado, estas preguntas y consejos me parecen inofensivos. Padres, amigos, profesores, incluso los que me hablan a través de los medios de comunicación, son muy sinceros. Sus advertencias están bien intencionadas. De hecho, pueden ser expresiones limitadas de un amor divino sin límites. Pero cuando olvido la voz del amor incondicional, entonces estas sugerencias inocentes pueden comenzar a dominar mi vida muy fácilmente y empujarme hacia el país lejano. No me resulta nada fácil reconocer cuándo ocurre esto. Cólera, resentimiento, celos, deseos de venganza, lujuria, codicia, antagonismos y rivalidades son las señales que me indican que me he ido de casa. Y me ocurre con bastante facilidad. Cuando me paro a pensar sobre lo que pasa por mi mente, llego a la conclusión de que son muy pocos los momentos durante el día en los que me siento realmente libre de estas emociones, pasiones y sentimientos oscuros. Cayendo constantemente en la misma trampa, antes de ser plenamente consciente de ello, me encuentro a mí mismo preguntándome por qué no me ha prestado atención. Sin darme cuenta, me veo obsesionado por el éxito, por mi soledad, y por la forma como el mundo abusa de mí. A pesar de mis constantes esfuerzos, a menudo me encuentro soñando despierto, soñando que soy rico, poderoso y muy famoso. Todos estos juegos mentales me revelan la fragilidad de mi fe en que soy el hijo amado, aquél en quien descansa el favor de Dios. Tengo tanto miedo a no gustar, a que me censuren, a que me dejen de lado, a que no me tengan en cuenta, a que me persigan, a que me maten, que constantemente estoy inventando estrategias nuevas para defenderme y asegurarme el amor que creo que necesito y merezco. Y al hacerlo, me alejo más y más de la casa de mi Padre y elijo vivir en un país lejano. Subrayen lo que cada voz les dice. ¿Cuáles son las frases que más resuenan hoy en mi vida? ¿Qué es lo que menos me gusta escuchar? ¿Qué frase me trae paz y alegría? ¿Cuál es la que más fuerza me da?