Comer la palabra de Dios

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COMER LA PALABRA DE DIOS
Mt. 4:4 “Mas El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
El hombre necesita una dieta balanceada para vivir una vida normal.
Para vivir una vida normal según Dios, el hombre no solo debe comer
pan, sino que también necesita comer la palabra de Dios. La palabra
de Dios es lo que le ha hecho falta a la dieta del hombre y es la razón
principal de la degradación humana hoy en día.
El hombre ha perdido el rumbo, se ha dedicado a satisfacer
únicamente la mitad de la dieta prescrita por el Creador y hoy nos
preguntamos ¿Por qué la humanidad se encuentra hundida en un
pozo de violencia, irrespeto, corrupción, maldad y muerte? La
respuesta a tal pregunta es que la humanidad en general ha dejado de
comer la Palabra de Dios, hemos dejado la dieta balanceada. Por
supuesto que debemos comer el pan nuestro de cada día, pero
necesitamos regresar a comer de “toda palabra que sale de la boca de
Dios”. La Palabra de Dios al ser ingerida por el hombre, produce un
efecto maravilloso, pues lo que hace es llenar al hombre de lo que
Dios es. Dios es amor, paz, gozo, paciencia, bondad, benignidad, luz,
mansedumbre, humildad, templanza y muchas otras virtudes que son
la gran necesidad del hombre.
Hoy el hombre está lleno de ira, enojo, corrupción, maldad, muerte,
pecado, inmundicia y muchas otras cosas que hacen que la humanidad
se encuentre en un caos, por donde quiera que se vea al hombre está
en guerra, en desacuerdo, en disensión, en división, no hay paz.
La Palabra de Dios, como alimento para el hombre lo redarguye, lo
corrige, lo enseña en justicia, lo satisface. Según el Evangelio de Juan,
en el capítulo uno se nos revela que en el principio era la Palabra, que
la Palabra estaba con Dios y que la Palabra era Dios. Que
maravilloso, saber que la Palabra era Dios o sea que Dios es la
Palabra. La Palabra de Dios es Dios mismo, es el hablar de Dios, es
el aliento de Dios y tal aliento de Dios es el alimento para el hombre.
Esta palabra de Dios al entrar en el hombre nos cambia, nos
transforma en vida y en esencia, esta palabra nos satisface y de allí que
podemos disfrutar una nueva vida llena de la plenitud de Dios.
La biblia también nos exhorta a desear como niños recién nacidos, la
leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcamos para
salvación (1ra. P. 2:2). Cuando ingerimos la palabra de Dios de una
manera adecuada, esta produce un crecimiento en nuestro ser interior,
en nuestro espíritu y así nuestra salvación de tantos malos
pensamientos y sentimientos va creciendo y experimentamos una vida
plena llena de gozo.
Cuando Dios creó a Adán, no le dio órdenes ni mandatos de adorarle
o de servirle, de hacer esto o aquello, lo único que le dijo fue que
tuviera cuidado con lo que iba a comer. Génesis 2:16 dice: “Y mandó
Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer” y recordemos que según el relato de Génesis 2:9 el árbol de la
Vida estaba en medio del huerto, así que el deseo de Dios era que
Adán comiera del árbol de la Vida. Para Dios lo más importante es lo
que comemos, porque el hombre es lo que come, así que necesitamos
comer la palabra de Dios para que seamos conformados a la imagen
de Dios el cual es el deseo de nuestro Padre Celestial.
Génesis 2:17, nos revela que Dios mandó al hombre: “Mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás. Esta es la historia trágica del hombre,
sabemos por Génesis capítulo 3 que Eva comió del árbol del
conocimiento del bien y del mal y que también le dio a su marido, y a
partir de allí la historia de pecado y muerte que impera en el hombre.
Pero hay buenas noticias, el señor Jesús es el Pan de Vida y hoy esta
disponible para que lo comamos, el dijo en el Evangelio de Juan 6:63
“Las palabras que yo les hablo son espíritu y son vida”.
En el Evangelio de Juan capítulo 6:35 el Señor Jesús dijo: “Yo soy el
pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mí
cree no tendrá sed jamás” Todo el capítulo 6 del Evangelio de Juan
nos presenta a Jesús como el pan de vida y el agua de vida, como el
único capaz de satisfacer el hambre y la sed de los pecadores.
Hermanos, hermanas, amigos, cualquiera que lea este mensaje,
permítanme asegurarles en el nombre de Dios que estas palabras son
verdaderas y son la solución a todos los problemas y enfermedades de
la humanidad. Si comemos la palabra de Dios vamos a disfrutar de
una vida plena, llena de Dios y llena de satisfacción. Los animo a
comer la palabra de Dios y si no saben cómo hacerlo, permítanos
enseñarles para que así podamos vivir una vida plena, llena de gozo,
de paz y de luz. AMEN.
Los Versículos del Nuevo Testamento citados han sido tomados de la Versión
Recobro, 1994, publicada por Living Stream Ministry.
Los Versículos del Antiguo Testamento citados han sido tomados de Versión Reina
Valera 1960.
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