Word - Alide

Anuncio
"EL FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO EN LA AMÉRICA LATINA DEL NUEVO SIGLO:
MERCADOS, INSTITUCIONES E INSTRUMENTOS".
Samuel Arancibia L.1
1.- Agradezco la gentil invitación a participar en esta conferencia y excuso la inasistencia del señor
José Juan Ruiz, Director de Análisis y Estrategia de la División América del Banco Santander.
Lamento sinceramente su ausencia y dejo constancia que para mí constituye un privilegio
representarlo y muy especialmente hacerlo frente a esta distinguida audiencia.
2.- Celebro la realización de este encuentro y destaco como un hecho positivo, sumamente
revelador, el que - en una reunión de instituciones dedicadas al financiamiento del desarrollo - se
consulte la participación de representantes de instituciones financieras privadas. Quisiera ver en
esto, en primer lugar, un reconocimiento - muy válido, por cierto - de la contribución que estas
instituciones hacen al desarrollo de la región. En segundo lugar, supongo que debo entenderlo
también como un recordatorio – muy perentorio y terminante - de las responsabilidades que, con
toda razón, se nos asignan.
GRÁFICO: HOGARES EN SITUACIÓN DE POBREZA
3.- Entrando en materia y a propósito de los viejos problemas, presento algunos antecedentes que
dan cuenta de la situación de pobreza en América Latina.
Ignorando las importantes diferencias entre países – como lo haré a lo largo de prácticamente toda
esta exposición - llamo la atención sobre su nivel: 35% de los hogares en situación de pobreza;
intensidad: 15% de las familias en condición de indigencia; y porfía: en las últimas dos décadas no
ha habido progreso alguno. Más aún, presumo que la información correspondiente a los años
posteriores a 1997, nos debiera llevar a reconocer un franco deterioro.
GRÁFICO: CRECIMIENTO DEL PIB
4.- La mantención de altos índices de pobreza durante los últimos 20 años, coincide con la
significativa reducción en la tasa de crecimiento económico de América Latina a partir de la
llamada crisis de la deuda de comienzos de los años 80's. Desde entonces nuestro crecimiento ha
sido mediocre – es decir, inestable y en promedio bajo - sobre todo al compararlo con décadas
anteriores, en las que exhibimos importantes progresos en la lucha contra la pobreza.
5.- En definitiva, los antecedentes presentados confirman, una vez más, la relación universal entre
pobreza y crecimiento y nos recuerdan que en América Latina todavía existe mucha pobreza. Es
decir, hay muchas carencias por atender, muchas necesidades por satisfacer y muchos proyectos
por emprender. Convengamos, entonces, que América Latina es una región de grandes
oportunidades; apreciación que se ve reforzada al constatar la abundancia de sus recursos
naturales.
6.- Las dos principales fuentes del crecimiento económico son la acumulación de capital y los
aumentos de productividad. Reducir la pobreza exige mantener un crecimiento alto y sostenido y
éste, a su vez, supone, por una parte, asegurar una tasa de inversión elevada y estable y una
óptima calidad de la misma y, por otra, garantizar el establecimiento de condiciones que
favorezcan los aumentos continuos de productividad.
1
Agradezco la colaboración de los señores Ricardo Manosalva y Rodrigo Palacios en la preparación de esta
exposición. Agradezco especialmente los muy apreciados aportes y comentarios del señor Guillermo
Gutiérrez. Todos ellos forman parte de la Gerencia de Estudios del Banco Santiago. La responsabilidad por
cualquier error u omisión es sólo mía..
1
GRÁFICO: FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL Y SU FINANCIAMIENTO
Durante la década de los años 90’s la tasa de inversión en América Latina se mantuvo
relativamente estable a niveles equivalentes al 20% del PIB. Este esfuerzo de inversión es inferior
al observado en años recientes, tanto como promedio mundial como para los países
subdesarrollados considerados en su conjunto y, definitivamente, muy inferior al registrado en los
países del Asia Pacífico.
7.- La inversión se financia, fundamentalmente, con ahorro interno o doméstico y,
complementariamente, con ahorro externo. La importancia relativa del primero sugiere que
estimularlo y promoverlo en todas sus formas y expresiones – es decir, público y privado, de
empresas y personas – debe ser una preocupación prioritaria de las políticas públicas. En el centro
de este proceso de ahorro e inversión se ubica el mercado de capitales, por lo que un objetivo
central de estas políticas será facilitar e inducir su desarrollo, reconociendo que es el mecanismo
responsable de captar y maximizar los recursos de ahorro y de transferirlos y asignarlos
óptimamente a los distintos proyectos de inversión.
8.- El desarrollo financiero de un país se puede medir a través de la razón entre Crédito al Sector
Privado y Producto Interno Bruto.
GRÁFICO: GRADO DE BANCARIZACIÓN
Por mucho tiempo la asociación que se observa entre este índice y el nivel de desarrollo
económico se interpretó como indicativa de una relación de causalidad en la que el mayor
desarrollo económico induciría – así se pensaba – un mayor desarrollo financiero. Este
predicamento – según el cual el sector financiero se acomodaría y adaptaría, en forma más bien
pasiva, al sector real de la economía – está siendo reiteradamente desafiado por abundante
evidencia que sugiere una causalidad en la dirección opuesta: el desarrollo financiero sería un
factor explicativo del desarrollo económico y, más aún, conducente no sólo a él, sino también a la
estabilidad macroeconómica y a la reducción de la pobreza.
9.- Con la pretensión de aportar referencias concretas invoco estudios según los cuales al doblarse
el citado índice de desarrollo financiero – pasando, por ejemplo, de 20 a 40% del PIB - el
crecimiento económico promedio de largo plazo, aumentaría en casi 2 puntos porcentuales y la
desviación standard de la tasa de crecimiento se reduciría de 4 a 3% por año. En definitiva, el
mayor desarrollo financiero induciría un crecimiento económico más alto y más estable.
10.- Los antecedentes y consideraciones anteriores no hacen sino subrayar la importancia del
desarrollo del sector financiero que aparece llamado a aliviar precisamente los dos problemas que
– según denunciaba hace algunos minutos - han caracterizado el desarrollo de América Latina en
las últimas décadas: su lento ritmo y su alta inestabilidad.
11.- Sobre el desarrollo del sistema financiero considero que los gobiernos están llamados a jugar
un importante papel en cuanto a focalizar y concentrar sus esfuerzos en el diseño, establecimiento
y mantención de un marco legal y de una infraestructura jurídica que lo promuevan. La regulación y
supervisión financieras – independientemente de cuan sólidas y efectivas puedan llegar a ser –
deben complementarse en el cumplimiento de sus responsabilidades, eminentemente preventivas,
con el ejercicio - tan intenso como sea posible - de la disciplina del mercado. En este sentido
auspicio sistemas financieros locales abiertos al resto del mundo, reservando a la prudencia y
sensatez de las políticas macroeconómicas, el cautelar los riesgos que la apertura financiera
necesariamente conlleva y asignando a la flexibilidad de esas políticas y de los distintos mercados,
la responsabilidad de aliviar los efectos de tales riesgos cuando ellos, efectivamente, se
materialicen.
2
12.- Al revisar el desarrollo financiero de nuestros países no parece posible omitir una referencia –
así sea tangencial y ciertamente, preliminar - a un asunto que por su relevancia habrá de ser objeto
de especial consideración en la Tercera Sesión Plenaria de esta conferencia.
Me refiero a la problemática de las pequeñas empresas, que son apreciadas como fundamentales
desde el punto de vista de la generación de empleo, crecimiento económico y reducción de la
pobreza. Pese a esto, son sabidas las dificultades relacionadas con la creación y con acceso al
crédito de estas empresas. En América Latina, en general, el desarrollo de la industria de capital
de riesgo ha sido modesto y la insuficiencia de garantías o de historia crediticia en el sistema
financiero tradicional, ha dificultado el acceso al financiamiento bancario de estas empresas,
induciéndolas a recurrir a fuentes más precarias de crédito, normalmente informales.
Por otra parte, una amplia evidencia indica que en los países latinoamericanos - en contraste con
las economías desarrolladas - existe un exceso de burocracia para crear nuevas empresas.
Estudios recientes señalan que el costo, el tiempo requerido y el número de trámites necesarios,
para crear una empresa son muy altos en América Latina: el costo fluctúa entre el 12% y el 236%
del PIB per cápita y el tiempo requerido varía entre 71 y 171 días - en comparación con el 1% del
PIB per cápita y de 4,5 días, respectivamente, en Estados Unidos y Canadá.
En conclusión, nuestra institucionalidad económica - en lo que hace al establecimiento y creación
de nuevas empresas - y nuestros sistemas financieros - en lo que hace al financiamiento de las
pequeñas empresas - tienen un desafío y una tarea pendiente, cuya acertada resolución debiera
tener un impacto considerable en el desarrollo de nuestros países.
CUADRO: FUENTES DE FINANCIAMIENTO EXTERNO
13.- La evolución del financiamiento externo de América Latina durante la década de los 90’s, se
caracterizó, en primer lugar, por un crecimiento significativo y continuo del flujo total de recursos
hasta 1997, año de la crisis asiática. Este crecimiento se explica, básicamente, por los flujos de
recursos financieros privados. Como segunda característica se advierte la pérdida de la
importancia relativa de los flujos oficiales de deuda, que se mantienen estables entre las dos
mitades de la década, pero respecto a los cuales - en base a las cifras correspondientes a los años
1998 y, en menor grado, 1995 - podríamos querer advertir algún comportamiento anticíclico.
Finalmente, el financiamiento externo se ha caracterizado por la alta volatilidad de prácticamente
todos sus componentes. Esto último resulta particularmente serio para una región que - estando
muy bien dotada de recursos naturales y materias primas - está expuesta de por sí a la
inestabilidad que resulta de las fluctuaciones de los precios internacionales. Al margen de los
cambios en las condiciones de liquidez internacional, estimo que las políticas económicas de los
países latinoamericanos pueden contribuir decisivamente a reducir la volatilidad de los flujos de
capital y a atenuar sus efectos. En este sentido invoco – respecto a la generación y mantención de
un marco de estabilidad macroeconómica – a la tan probada eficacia del equilibrio en las finanzas
públicas y de una política monetaria responsable y prudente. Recuerdo asimismo la importancia desde el punto de vista de la estabilidad y sustentabilidad del crecimiento - de aquellas reformas
que aumenten la flexibilidad de los mercados y de las políticas, especialmente en el plano laboral y
cambiario.
Las consideraciones anteriores parecen adquirir especial relevancia al tomar nota que – en la
última década - se advierte, a nivel mundial, una sostenida reducción de los flujos oficiales de
financiamiento, estableciendo una tendencia respecto de la cual nuestros países difícilmente
podrán escapar. Esta tendencia responde a argumentaciones que - siendo muy razonables resultan difíciles de refutar y que se refieren, en primer lugar, a la creciente importancia de las
políticas de equilibrio fiscal en los países industriales, como producto de su reconocimiento oficial
como pilares fundamentales de la estabilidad económica. Se agrega a esto, como una segunda
3
consideración, la cada día mayor sensibilidad de los contribuyentes de esos países respecto a los
aumentos de la carga tributaria. Todo esto sugiere la conveniencia de crear las condiciones para
fortalecer los flujos privados de financiamiento y para aliviar los efectos de su volatilidad.
GRÁFICO: INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA NETA
14.- Volviendo a la evolución del financiamiento externo, destaca - con características
excepcionales en cuanto a un crecimiento bastante sostenido - la inversión directa que pasa de 6,8
billones de dólares en 1990 a 58,2 billones en el año 2001, tras haber alcanzado un máximo de
77,3 billones en 1999. Estas cifras incluyen y reflejan los flujos correspondientes a la también
creciente inversión extranjera en el sector financiero, en general, y bancario, en particular.
15.- Respecto de esta última los antecedentes entregados por la CEPAL, referidos a fines de la
década de los 90’s, dan cuenta de montos muy significativos en términos de activos consolidados.
CUADRO: BANCOS TRANSNACIONALES CON MAYOR PRESENCIA EN LA REGIÓN
La supremacía que aún mantienen los bancos comerciales en los mercados de capitales de
nuestra región - a pesar de la desintermediación de que han venido siendo objeto y del llamativo
crecimiento de otros intermediarios financieros no bancarios - nos lleva a detenernos brevemente
en ellos. En particular, para referirnos a una de las expresiones más trascendentales que la
globalización financiera está teniendo en América Latina, cual es la presencia - con características
antes no vistas - de entidades y grupos bancarios extranjeros.
En muchos de nuestros países la presencia de estas instituciones no es un hecho reciente. En
esos casos, los bancos extranjeros, generalmente, se definieron como entidades de nicho,
especializadas en la atención de grandes compañías, con frecuencia también extranjeras, y en el
financiamiento del comercio internacional; líneas de negocio, ambas, en las que ostentaban una
clara ventaja comparativa. En los últimos 15, o tal vez 10, años esta situación ha cambiado
drásticamente. En muchos casos, la profundización de la presencia de la banca extranjera en
América Latina ha sido una consecuencia de procesos de reorganización de las industrias
bancarias locales a raíz de las severas crisis que las afectaran. Esto ha significado que los bancos
extranjeros han pasado a ser instituciones de mucho mayor tamaño y envergadura, que manejan
amplias y bien establecidas redes de distribución, atendiendo a muchos, sino a todos, los
segmentos del mercado de servicios bancarios, incluidos los de créditos masivos.
De esta forma los bancos extranjeros han dejado de ser un enclave dentro de los sistemas
financieros locales - como alguna vez podrían haber sido percibidos - y se han integrado de
manera mucho más plena y efectiva, llegando a ser una parte integral y gravitante de ellos.
Al hacerlo - al menos así lo aprecio en base a una observación más directa del caso chileno - han
intensificando la competencia, induciendo importantes progresos en materia de eficiencia
operativa. Es esto lo que en definitiva permite extender el acceso al crédito y a los servicios
financieros a sectores cada vez más vastos de la población.
La prudencia con que las autoridades reguladoras locales flexibilicen la entrada de entidades
bancarias extranjeras - reservándola sólo a aquéllas de reconocida seriedad y bien ganado
prestigio - habrá de ser compensada, como de hecho ya está ocurriendo, con aportes significativos
en términos de iniciativas tendientes a fomentar la transparencia y uso de las mejores prácticas de
gobierno corporativo. El permanente diálogo de los participantes con los reguladores - tan
necesario para el progreso de la industria - habrá de verse enriquecido con sugerencias concretas
en materias tales como la ampliación del negocio bancario, a la luz de las experiencias de los
países de origen de donde los bancos extranjeros provienen. Todo esto facilita el que en un mundo
cada vez más global, la regulación y supervisión sean también más globales y, por lo tanto, más
efectivas.
4
CUADRO: SANTANDER CENTRAL HISPANO EN AMÉRICA LATINA
16.- Me resulta particularmente grato terminar mis comentarios sobre los bancos extranjeros en la
región, anunciando – en un breve paréntesis - que la expansión que el Grupo Santander Central
Hispano emprendiera a lo largo de los noventa en América Latina, no se ha detenido en la nueva
década. Más aún, en los dos años ya transcurridos, ha continuado el proceso de consolidación en
la región y es así como actualmente el Grupo tiene una presencia activa en 12 países, a través de
diversas instituciones financieras entre las que se cuentan, además de bancos, administradoras de
fondos de pensiones, de bienes raíces, corredoras de bolsa y de seguros, compañías de créditos
hipotecarios y empresas de leasing, factorage y cobranzas.
Desde el año 2000 se han realizado importantes operaciones de adquisición de entidades y
negocios, entre las que destacan la compra del Banco do Estado de Sao Paulo en Brasil y la del
Grupo Financiero Serfín en México, con lo que el total acumulado de inversiones en la región
alcanzó a fines del año pasado a un total de 15.679 millones de dólares. A esto se agrega la muy
reciente y feliz adquisición en abril recién pasado del 35,45%, de las acciones del Banco Santiago
que estaban en poder del Banco Central de Chile, a través de una operación que involucró un
desembolso cercano a los 700 millones de dólares.
La alta presencia del Banco Santander Central Hispano se ve reflejada en su red de sucursales una de las más extensas de la región - las que llegan a un total de 4.400. A través de ellas se
atiende a un número creciente de clientes que en este momento alcanza a 23 millones.
El Grupo ha desarrollado una organización altamente eficiente, con una tecnología superior,
aportando competencia e innovación al sector bancario en los distintos países y mostrando un
excelente desempeño.
17.- Retomo el hilo central de la exposición recordando que la inversión extranjera en su variante
más robusta en términos de monto y crecimiento, ha sido la inversión directa. Sin embargo, en los
últimos dos años se observa una importante reducción, en lo que podría ser un primer signo de la
existencia de factores que están lesionando la confianza de los inversionistas en nuestros países.
La otra modalidad - inversión de cartera o accionaria - es un fenómeno bastante reciente en
América Latina y que parece tener un enorme potencial.
Esto se aprecia al contrastar el tamaño - relativamente pequeño - de nuestros mercados
accionarios locales, con el de los inversionistas institucionales de los países industriales, que - en
términos de fondos administrados - han experimentado un desarrollo verdaderamente espectacular
en los últimos 25 años. La demanda de estos inversionistas por los títulos accionarios de nuestras
compañías debiera traducirse - al menos en el plano puramente especulativo - en un aumento en
el precio de esas acciones, lo que equivale para ellas a una reducción del costo de capital.
Desgraciadamente estas legítimas expectativas se han visto y se están viendo con frecuencia
frustradas por serias dificultades y desordenes que afectan a nuestros países, elevando la
percepción de riesgo que de ellos tienen los inversionistas y desalentando la inversión tanto en
títulos de deuda o de renta fija, como en instrumentos de renta variable o acciones.
GRÁFICO: COMPRAS DE ACCIONES Y ADR’s LATINOAMERICANOS POR INVERSIONISTAS
DE LOS ESTADOS UNIDOS.
Los antecedentes que presento, referidos a las compras anuales por parte de inversionistas de los
Estados Unidos de títulos accionarios latinoamericanos – ya sea en la forma de acciones
5
propiamente tales o ADR’s – parecen sumamente reveladores en cuanto a sugerir que, más allá de
los condicionantes y avatares propios de la economía mundial, habría factores de carácter interno
a nuestra región que explicarían la sistemática reducción de nuestra participación en el total de
estas operaciones desde un máximo de 5,7% en 1997 a sólo un 1,7% el año pasado. Esto
configura para el período posterior a la crisis asiática una pérdida de la posición relativa de
nuestros países en la captación de estos recursos, más severa y aparentemente más duradera que
la que afectara a los propios países de Asia.
Esto también se advierte con enervante claridad en los flujos asociados a títulos deuda, en los que
los aumentos en las primas por riesgo o spreads han anulado absolutamente las favorables
condiciones de tasas de interés prevalecientes en los mercados internacionales.
Si bien la observación de información agregada para toda la región puede no sólo esconder la
relativamente alta concentración de estas modalidades de financiamiento en algunos pocos países,
sino también ocultar realidades individuales diversas, no invalida la apreciación general de que
nuestra región no se está beneficiando en plenitud de las atractivas alternativas que los mercados
internacionales ofrecen y que, en muchos casos, ello se explica por factores de origen y de
responsabilidad de nuestros propios países.
18.- La segunda fuente de crecimiento económico corresponde a los aumentos de productividad.
Me permito hacer una breve digresión para recordar el envidiable record de crecimiento de China
en los últimos 25 años. En 1978 el gobierno de ese país emprendió un ambicioso programa de
reformas orientado a permitir al mercado un rol más activo en el proceso de asignación de
recursos.
Dicho programa contempló, entre otras iniciativas, la formación de empresas privadas rurales y
urbanas, la liberalización del comercio exterior y de la inversión extranjera, la relajación de algunos
controles estatales de precios y un especial impulso a la capacitación de la fuerza de trabajo. El
resultado fue un crecimiento económico a una tasa promedio anual de 9%, asociado a un
espectacular aumento de la productividad. En efecto, de explicar el 18% del crecimiento –
relativamente más bajo e inestable - pre reformas, pasó a explicar el 42% del más elevado y
sostenido ritmo de crecimiento observado desde fines de la década de los 70’s.
19.- De esta experiencia – en tantos sentidos tan distante de nuestra realidad latinoamericana –
rescato el potencial de los aumentos de productividad como fuente de crecimiento económico
sostenible a través del tiempo. Posiblemente inspirados en el reconocimiento de este potencial,
muchos países latinoamericanos emprendieron a comienzos de la década pasada una serie de
reformas orientadas a incentivar el ahorro, la inversión y, por ende, el crecimiento a través, por
ejemplo, de la reducción del proteccionismo y de los controles cambiarios, liberalización financiera,
flexibilización de la normativa sobre inversión extranjera, perfeccionamiento de los sistemas
tributarios y privatizaciones de empresas públicas. El que la reducción del proteccionismo aparezca
encabezando esta lista ilustrativa de reformas, no es accidental sino deliberado. La apertura de la
economía al resto del mundo, expone a los productores locales de los sectores de bienes
transables a la competencia con productores de distintos países del mundo, obligando a los
primeros – para beneficio directo de los consumidores - a igualar, al menos, en términos de costos
la mejor oferta proveniente del exterior. La incapacidad de hacerlo los obliga a abandonar ese
sector de actividad económica, liberando recursos que podrán reasignarse a aquellas ramas de la
producción en las que efectivamente estén en condiciones de competir. Cualquiera sea la solución
que se adopte el resultado será necesariamente un aumento en la productividad. De aquí entonces
que la apertura de la economía al exterior sea reconocida como una fuente permanente de
captación de los beneficios de las reducciones de costos en el mercado global y sindicada como
una reforma fundamental y anterior a todas las otras.
6
20.- Distintas razones y urgencias han restado fuerza y en algún sentido han impedido la
profundización de estas reformas, particularmente en materia de privatizaciones y mercado laboral.
A este respecto, la llamada crisis mejicana de fines de 1994 y comienzos de 1995, aparece como
el primero de una serie de elementos distractivos que habrían llevado a muchos gobiernos de la
región – presionados por las emergencias - a centrar su accionar en materia económica en asuntos
de corto plazo, posponiendo, en muchos casos indefinidamente, la agenda reformadora.
CUADRO: ÍNDICE DE LIBERTAD ECONÓMICA PARA PAISES DE LATINOAMERICA.
Es así, como en la siguiente ilustración – donde un valor del índice igual a 1 identifica al conjunto
de políticas más propicias a la libertad económica - se observa que desde 1995 la mayoría de los
países han avanzado bastante poco - e incluso han retrocedido - en su grado de liberalización
económica. Destacan como excepciones a esta tendencia general, Chile y Méjico – este último a
partir de 1998 - países que aparecen en un lugar de vanguardia en materia de reformas
económicas y sociales.
GRÁFICO: EVOLUCIÓN DE CHILE Y MEXICO
El resto de los países de América Latina parece haber actuado inspirado en la opinión de quienes
postulan – a mi juicio apresuradamente – que ya se ha hecho lo suficiente en materia de reformas
liberalizadoras llegando incluso – ocasionalmente - a responsabilizarlas del modesto crecimiento
reciente de la región.
21.- Parafraseando un respetable teorema según el cual en un mundo de muchas distorsiones la
eliminación de sólo algunas de ellas no necesariamente conduce a un mejor estado de cosas, nos
contamos entre aquellos que piensan que la realización de sólo algunas de las mencionadas
reformas no sólo no garantiza un mejor desempeño económico en términos de crecimiento sino
que puede en verdad comprometerlo me cuento entre aquellos que piensan que la realización de
sólo algunas de las mencionadas reformas no sólo no garantiza un mejor desempeño económico
en términos de crecimiento, sino que puede en verdad comprometerlo.
LÁMINA: REFORMAS
En este sentido suscribo la necesidad no sólo de completar las reformas económicas – también
llamadas de “Primera Generación” – destinadas a corregir políticas y alterar algunos aspectos
básicos de la estructura económica de los países, sino también de emprender las reformas de
“Segunda Generación”, que apuntan a establecer un sistema económico eficiente y efectivo,
cambiando drásticamente las instituciones del Estado, por la vía de modernizarlo en base a la
reducción de la burocracia, el fortalecimiento del derecho de propiedad y el mejoramiento del
sistema judicial El no reconocer la relación de complementariedad entre unas y otras reformas
puede llegar a tener consecuencias verdaderamente muy graves, de las que desgraciadamente
tenemos muchas experiencias en nuestra región. La ilustración más dramática y más reiterada de
esto, son los experimentos de liberalización financiera en ausencia de un marco regulatorio sólido y
de una infraestructura supervisora efectiva.
22.- América Latina necesita urgentemente alcanzar una tasa alta y sostenida de crecimiento
económico para reducir los niveles de pobreza.
CUADRO: CONCLUSIONES
7
Esto exige, en primer lugar, establecer condiciones favorables a aumentos permanentes de
productividad, completando las reformas económicas básicas conducentes a maximizar el
potencial del funcionamiento de mercados competitivos libres, evitando toda forma de represión
económica. En este plano, la apertura de la economía al exterior destaca como un elemento
prioritario e indispensable. Las reformas económicas deben ser complementadas con aquéllas
otras tendientes a modernizar las instituciones del Estado, fortaleciendo la propiedad privada y
reduciendo la burocracia.
Lo anterior – desarrollado en un marco de políticas macroeconómicas consistentes en cada
momento en el tiempo y coherentes a lo largo del tiempo – reducirá los factores de riesgo
percibidos por inversionistas nacionales y extranjeros. El correspondiente menor premio por riesgo
habrá de traducirse en un menor costo de financiamiento y de capital, aumentando los niveles de
inversión. Se fortalecerá así el segundo determinante central del crecimiento.
El desarrollo del sistema financiero – basado en una sólida y efectiva regulación, ejercida en un
ambiente de intensa competencia - permitirá optimizar la captación de recursos de ahorro tanto en
el mercado local como en el global.
La conjunción de mayores niveles de inversión con mejoramientos sostenidos de productividad,
define un camino de mucha disciplina y esfuerzo internos. Confío, en que complementado – desde
afuera - con esa cuota de “buena fortuna” tan necesaria para toda empresa de éxito, habrá de
generar finalmente un círculo virtuoso, que permita aprovechar al máximo el enorme potencial de
riqueza y de progreso que atribuyo a nuestros países.
Muchas gracias
Santiago, 16 de mayo de 2002
8
Descargar