PROLOGO AL LIBRO INTEGRACION DE MERCADOS

Anuncio
PROLOGO AL LIBRO INTEGRACION DE MERCADOS, REGIONALISMO Y
ECONOMIA GLOBAL
Este libro es un excepcional producto de la estrecha colaboración que existe
entre el Centre for Economic Policy Research (CEPR)
y el Instituto de Estudios
Económicos de Galicia Pedro Barrié de la Maza (IEEGPBM) y es para mi un honor y
una satisfacción como Presidente del primero y director del segundo, escribir unas
líneas a modo de prólogo.
La idea originaria para llevar a cabo este programa de investigación llamado
“Mirage”, que ahora publicamos, era dar una visión experta, por parte de los principales
académicos dedicados a la economía internacional, de los problemas y de las
oportunidades que ofrece el actual proceso de globalización de la economía, de la
política y de la sociedad, que va a ser decisivo en el siglo XXI y que va a determinar
cambios fundamentales en futuro desarrollo de la humanidad.
En las distintas y diferenciadas partes del libro se da respuesta a las incógnitas
actuales más acuciantes de forma accesible pero sin perder la rigurosidad teórica y
empírica que es necesaria para dar solidez y objetividad a los argumentos que se
exponen.
La primera pregunta que se intenta contestar es ¿cómo se puede aumentar de
manera más óptima la globalización de los mercados de bienes y servicios?, ¿a través de
los procesos actuales de integración regional (Unión Europea, Mercosur, Nafta, Apec,
1
Alca, etc.) o a través de un mayor impulso a las negociaciones multilaterales en el
marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC)?. La respuesta es
necesariamente compleja. Por un lado, la integración regional tiene efectos positivos
para la apertura de las economías ya que reduce las barreras comerciales al menos entre
los países que se integran y además conforme se van creando mayores y más profundas
áreas de integración se facilita la negociación entre ellas en el seno de la OMC al
reducirse el número de negociadores. Pero, por otro, dicha integración en bloques
implica creación de comercio entre sus miembros a costa de desviación de comercio de
otros países que tradicionalmente tenían una mayor tasa de penetración o cuota de
mercado en dichos países integrados y, además, tiende a favorecer a la hora de las
negociaciones multilaterales a los “lobbies” sectoriales de dichas áreas integradas lo que
puede resultar negativo para una liberalización multilateral del comercio de bienes y
servicios. Es decir, se puede concluir que la integración regional es un mal menor para
le multilateralismo, ya que tiene efectos positivos y negativos, pero, en cualquier
caso,es un hecho que el mundo avanza hacia grandes bloques comerciales continentales
y que hay que considerarlo como un dato de partida, intentando que, poco a poco, se
consiga que el arancel externo común sea cada vez más reducido y que otras barreras
frente a terceros países, especialmente agrícolas, de bienes intensivos en mano de obras
y de servicios desaparezcan lo más rápidamente posible para conseguir una mayor
apertura global y no dejar excluidos a muchos países que no son miembros de dichos
bloques. Asimismo, hay que intentar fomentar la reciprocidad y la no discriminación
entre unos bloques y otros y frente a terceros. Finalmente, una cierta dosis de
solidaridad y altruismo debe de imponerse a estos bloques. La reciente decisión de la
Unión Europea de eliminar totalmente las barreras a los países más pobres hay que
considerarla dentro de este contexto.
2
La siguiente pregunta es ¿cómo afecta la globalización a la mano de obra?. Para
la de los países desarrollados las respuestas son varias. Por un lado, al ponerla en
competencia, a través del comercio de bienes y servicios y la inversión directa, los
trabajadores de menor cualificación, especialmente los de estos países, desarrollados
ven como su demanda se hace mucho más elástica o se reduce y se ven obligados a
reducir sus salarios, a ir al paro o a reciclarse con nueva formación en otro sector menos
intensivo en mano de obra. Por otro, las legislaciones laborales también compiten entre
ellas y los países con menores o más deficientes controles tienden a tener costes
laborales más bajos y consiguen una ventaja sobre los países con una legislación laboral
más desarrollada y menos flexible que terminan perdiendo cuota de mercado a favor de
los primeros. Por último, se da la contradicción, de que los gobiernos devienen más
débiles con la globalización y por tanto tienen menores posibilidades de cubrir a sus
ciudadanos, al menos temporalmente, de los riesgos externos derivados de la mayor
competencia que implica la globalización, en un momento en que los trabajadores se
sienten más inseguros y demandan una creciente protección por parte del Estado.
Para la mano de obra de los países en desarrollo, en principio, ocurre lo contrario
que en los desarrollados, es decir, se da un aumento de la demanda de la mano de obra
no cualificada y, por tanto, de su tasa de empleo y de su renta, con lo que se reduce la
pobreza y la desigualdad. Sin embargo, aunque este efecto que se ha dado claramente en
los países emergentes de Asia en los años 60 y 70, no parece haberse dado en
Latinoamérica en los años 80 y 90, en donde se ha mantenido o aumentado la
desigualdad salarial entre la mano de obra cualificada y no cualificada. Esto puede
explicarse primero, por la irrupción de China e India con salarios muy bajos en los
3
mercados internacionales de bienes y servicios, segundo porque el progreso tecnológico
en la informática y telecomunicaciones ha reducido la demanda relativa de mano de
obra no cualificada y tercero porque la mayor inversión directa de multinacionales en
estos países también demanda trabajadores cualificados.
El tercer grupo de preguntas se refiere a Europa en relación con el potencial
éxito o fracaso de la Unión Económica y Monetaria a la luz de en la teoría de las “áreas
o zonas monetarias óptimas” De acuerdo con esta teoría pionera de Robert Mundell se
debe de adoptar una zona o área monetaria común entre varios países cuando los
ahorros de costes de transacción sobrepasan los costes de ajuste. La reducción de los
costes de transacción deriva de una mayor apertura e integración comercial y financiera
y los costes de ajuste derivan de la mayor o menor asimetría de las perturbaciones que
experimentan los países y de la mayor o menor movilidad laboral entre ellos.
La primera pregunta que hay que hacer es si la Unión Europea es un área
monetaria óptima en términos de la simetría de las perturbaciones, crisis o choques que
reciben los países miembros. Los análisis llevados a cabo sobre perturbaciones de oferta
y demanda muestran que existe un núcleo duro de países (Alemania, Francia, Países
Bajos, Bélgica, Austria y Suiza) en que se da una elevada simetría de las perturbaciones
y una zona periférica donde dicha simetría con el núcleo es menor especialmente en
España, Portugal, Noruega y Grecia. De cara al futuro esta asimetría podría aumentar si
se incrementa la especialización productiva de los países.
La segunda pregunta se refiere a si existe movilidad laboral en la Unión Europea
que pueda ayudar a que un determinado país o región puedan recuperarse más
4
rápidamente de una perturbación asimétrica, es decir, aquella que sólo afecta a dicho
país o región y no a las demás. La respuesta es que todavía no. La movilidad no sólo es
muy baja entre países europeos, en parte por las barreras culturales y lingüísticas, sino
también es bajísima dentro de cada país en donde existen otro tipo de barreras como la
ausencia de viviendas en alquiler o la fiscalidad punitiva a la venta de la vivienda
propia, o como la organización local de las agencias de colocación, o un sistema
generoso de subsidio al desempleo, etc.
La tercera pregunta se refiere a si existe un Federalismo Fiscal apropiado en
Europa, es decir, si un choque o perturbación asimétrica en un país o región puede ser
amortiguado con ayudas financieras temporales desde un Presupuesto Federal o Central
del área integrada. Aquí la respuesta es también que no. Para el caso de un choque en
una región dentro de un país el problema se resuelve con transferencias a dicha región
por parte de su gobierno central pero si se trata de un choque en un país el presupuesto
comunitario puede hacer muy poco aminorarlo. En conclusión, la Unión Monetaria
puede llegar a tener problemas en el futuro si algún país miembro sufre una
perturbación asimétrica importante.
Otra serie de preguntas que se hacen en el libro sobre la Unión Europea se
refiere a si la integración va a promover una creciente aglomeración y especialización
de las industrias formándose situaciones de centro-periferia.
La respuesta es que se da un proceso de aglomeración en el núcleo central de los
países miembros especialmente en los sectores con mayor nivel de competencia
5
imperfecta que, a su vez, a través de las relaciones cliente - proveedor, inducen a una
mayor agrupación de empresas.
Los procesos de especialización se dan asimismo en mayor medida en las áreas
centrales (Alemania, Francia, Países Bajos, Norte de Italia) que en las zonas periféricas
(Portugal, España, Irlanda y Reino Unido) ya que se dan preferentemente en los sectores
con mayores rendimientos a escala y con mayor intensidad de capital.
Por último, se plantea una pregunta muy importante ¿conduce el mayor
crecimiento
derivado del progreso técnico, la integración de mercados y la
globalización a una mayor convergencia de renta per cápita entre países y
entre
regiones?
Si se analiza en términos de “convergencia absoluta” es decir entre países con
distintos niveles iniciales de capital, sin tener en cuenta otras características, la
respuesta es que esta no se da. Algunos países con bajo nivel de cápita inicial convergen
con los que tienen niveles iniciales mayores pero muchos otros países divergen.
Si se analiza en términos de “convergencia condicionada”, es decir, teniendo en
cuenta por ejemplo la similitud de sus tasas de ahorro, sus niveles de escolarización, y
otros factores que determinan cual va a ser su futuro “estado estacionario”, si puede
darse convergencia, ya que cada economía converge hacia su propio estado estacionario
a una velocidad que es inversamente proporcional a la distancia en que se encuentra de
su estado estacionario. Es decir, existe convergencia entre los países miembros de la
Unión Europea que tienen características similares a pesar de sus diferentes stocks
6
iniciales de capital, o entre los estados de Estados Unidos, o entre las regiones de un
determinado país. Esta convergencia condicionada es, sin embargo, lenta ya que tiende
a mejorar un 2% al año.
Ahora bien, esa convergencia condicionada entre países no significa que se
consiga que la dispersión de renta per cápita tienda a caer a largo plazo (la llamada
“convergencia sigma”). Puede ocurrir que los países más pobres tiendan a converger
absoluta o condicionalmente pero que la dispersión de renta per capita aumente entre
ellos. Finalmente, existe cierta tendencia a que se den “clubes de convergencia”, es
decir que los países vecinos o los países integrados comercialmente tiendan a converger
entre ellos aunque tiendan a divergir respecto de otros más ricos. Es decir, que se de
convergencias de renta per cápita entre grupos de países sin que se de convergencia en
general.
En definitiva, este es un libro de lectura obligatoria para toda persona que tenga
interés en saber que está ocurriendo con la economía internacional y con la economía
europea, explicado por los mejores expertos mundiales.
Guillermo de la Dehesa
Director del IEEGPBM
7
Descargar