CARACTERISTICAS DE UN BUEN TERAPEUTA

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LA ALIANZA TERAPEUTICA EN TERAPIA FLORAL
La Alianza Terapéutica es el acuerdo mutuo que se establece entre el
consultante y el terapeuta respecto a los objetivos y metas de la terapia y
de las tareas a realizar en el marco terapéutico para lograr las metas y los
objetivos.
La Terapia Floral es reconocida principalmente por su contribución al equilibrio
emocional, hasta el punto que también se la reconoce como Terapia de las
emociones.
Es precisamente en el tratamiento de las emociones negativas tales como la
ira, el sufrimiento ante las perdidas, miedo, inseguridad, desesperanza,
intolerancia, impaciencia, irritabilidad, baja autoestima, culpa, etc., donde en la
práctica los terapeutas florales desarrollamos la mayor parte de nuestro trabajo.
El primer encuentro entre cliente y terapeuta es fundamental, porque ponemos
a prueba nuestras habilidades como buenos profesionales, hasta el punto que
condiciona el futuro del proceso terapéutico. Aquí, es cuando se establece la
alianza y se informa al paciente sobre qué es la terapia floral, como actúan las
esencias florales y que expectativas puede tener el consultante respecto a su
acción terapéutica.
La primera sesión es como una especie de brújula del proceso. Es como si yo,
como terapeuta, fuera un taxista y las flores el taxi y necesito que el paciente
me diga a dónde quiere que le acompañe, por eso en la consulta, tenemos un
espacio para escuchar que le pasa al paciente y que es lo que quiere conseguir
con la terapia.
LA ACTITUD DEL TERAPEUTA
La actitud del terapeuta floral debe ser relajada, receptiva, calida, tranquila,
cercana y abierta. La clave es escuchar, observar y acompañar. El paciente
debe sentirse con la sensación de que tiene la atención y el tiempo del
terapeuta para hablar de si mismo.
Una actitud de empatía, aceptación incondicional y autenticidad, haciendo que
el cliente se sienta cómodo con el terapeuta, por la sencilla razón de que va a
ser la persona a quien va a confiar sus secretos más íntimos y personales, sus
pensamientos más recónditos y sus preocupaciones más disimuladas para
otros.
Es importante observar la actitud general del paciente porque nos da una idea
de su perfil psicológico y así acompañar con esencias florales que le ayuden en
su mejoría: si es apático e indiferente, le daremos Rosa Silvestre; si se
impacienta o no puede estar quieto, las esencias Impatiens y Verbena; si es
tímido y reservado, Mimulo y Alerce; si salta de un tema a otro, Cerato; si habla
mucho, Brezo; si es frío y racional, Violeta de Agua, si es muy complaciente y
sonriente, Agrimonia….
LA ALIANZA TERAPEUTICA
Es la relación entre terapeuta y cliente. Cuanto mejor sea este nexo, mas
inclinado se mostrará el paciente a explorar sus problemas con el terapeuta y
mas probable será que colabore y participe activamente en los procesos de
evaluación e intervención, y se sentirá motivado para hacer los cambios
necesarios en su vida para mejorar; cambios de hábitos de pensamientos,
ideas, emociones, actitudes y comportamientos.
En esta primera conversación es cuando se establecerá la Alianza Terapéutica,
que es el sentimiento de “nosotros” y que formamos un equipo, una unión en el
trabajo conjunto para conseguir unos objetivos. Tiene tres componentes
básicos:
-el vínculo emocional. Es importante que los sentimientos y actitudes del
paciente al terapeuta y viceversa sean de agrado, confianza, respeto, para
crear una relación interactiva en la que ambos, terapeuta y consultante van a
compartir un aprendizaje.
-Acuerdo mutuo sobre las metas y objetivos a alcanzar. El paciente con
apoyo del terapeuta tiene que definir sus objetivos y metas: dormir mejor, no
tener ansiedad, subir a un avión, mejorar la relación con la pareja, no sentirse
culpable por los demás, desarrollar la creatividad artística, sanar heridas,
trabajar con el pasado, elevar la autoestima, atreverse a hablar en público,
tener una vida mas placentera, compartir experiencias espirituales….
Depende de cada persona, pueden ser diferentes e ir cambiando en el tiempo,
pero es importante fijar uno en la primera sesión.
Las metas y objetivos pueden ser variados como las personas que acuden a
consulta, ya que como sabemos la terapia floral trata con todos los niveles de
la persona, desde el físico, al emocional, mental y espiritual ya que es una
terapia holística, cuya meta última es la armonización de todo conflicto entre el
alma y la personalidad.
Metas y objetivos pueden comenzar siendo modestos e ir elevándose a lo largo
del proceso, porque como decía Bach, la esencias florales son efectivamente
las felices compañeras de nuestro camino de evolución y son en si mismas un
Camino.
-Acuerdo mutuo sobre las tareas terapéuticas. Son aquellas acciones que
se proponen al cliente para contribuir a conseguir las metas definidas en la
alianza terapéutica. Se ha de producir el compromiso del paciente en cuanto a
aceptar y realizar las tareas del tratamiento.
Son necesarias para lograr los objetivos, y tienen que ser fáciles y agradables.
Se realizan en casa y se traen a la consulta el próximo día. Llevar un trabajo,
son nuevos interrogantes para ver lo que le pasa y como reacciona desde
nuevos matices.
LA CREATIVIDAD DEL TERAPEUTA
La creatividad del terapeuta juega aquí un papel importante: recomendar un
libro y analizar un capitulo; puede ser repetir una frase positiva para cambiar
los patrones mentales negativos y reiterarla como un mantra varias veces;
trabajar con los chacras potenciando los mismos con el Reiki, escribir tres
cosas agradables que ha realizado en el día a día, visualizar y meditar con su
Carta Astral, hacer respiraciones pausadas por la mañana y por noche antes
de acostarse…
Los cierres mas productivos son aquellos en los que el paciente se va con
tareas para casa, así piensa en si, en su trabajo individual, a observarse y
aprende a analizarse de otra forma distinta, siendo en todo momento nosotros
los terapeutas su punto de apoyo teniendo una actitud empática, es decir,
mostrando la capacidad para entrar en su mundo y que se sienta comprendido
no solo desde la mente, sino desde el sentimiento, desde el corazón,
expresando siempre cordialidad hacia la persona que viene a la consulta.
Por eso nuestra principal función es despertar en el consultante la esperanza
para enfrentar una prueba, para encontrar el significado de su dolor y para ver
la luz al final del túnel y, que la persona pueda mejorar, rectificar o cambiar una
determinada situación.
Cada persona que aparece en la consulta puede ser un soplo de inspiración.
Ser creativo en terapia implica por tanto encauzar el proceso terapéutico con
fluidez, flexibilidad y originalidad, porque cada individuo es un ser único que
habrá de ser contemplado atendiendo a su exclusiva manera de estar en el
mundo.
Como decía Bach: “Sin duda la terapia floral es un arte. Para hacer terapia
desde esta dimensión, es necesario que la capacidad creativa del terapeuta y
la espontaneidad en su práctica se desarrollen de forma particular y compasiva
con cada una de las personas que llega a la consulta, fomentando en la
persona el autoconocimiento y compartir con él un tramo del viaje de su vida
con nosotros”.
Carmen López Vázquez
Centro Galatea
Espacio Humano Marzo 2013
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