Extracto del caso “Inside Microsoft” Extractado del artículo “Inside Microsoft”, por Robert Herbold, Harvard Business Review, Enero de 2002. En Noviembre de 1994, Robert Herbold ingresó a Microsoft como COO (Chief Operating Officer). Con anterioridad, había trabajado largos años en Procter & Gamble. Veamos su relato El primer día de trabajo llegué al campus de Microsoft en Seattle a las 7 am. Estaba vestido informalmente, con un pantalón marrón y una chomba, pues había decidido despojarme del traje que usé durante 26 años en Procter & Gamble. Aún así… ¡resulté ser uno de los empleados mejor vestidos! Cuando un poco después llegó mi asistente, le pregunté cuál era el horario. Me contestó: “Bueno, no hay un horario específico, pero eso no importa mucho. La mayor parte del trabajo se hace por e-mail. Y, de cualquier modo, todo el mundo aquí es un adicto al trabajo”. Algunas semanas después, Bill Gates estaba interrogando a un joven gerente (vestido con sandalias y “T-shirt”) sobre una propuesta de un nuevo producto. Al finalizar, le pregunté a Bill qué haría el gerente (un informe, algo para obtener la aprobación final)... Me respondió: “No, esto es todo, ya tomamos las decisiones fundamentales, ahora más bien que lo implemente con su grupo... o algo así”. Días después, cuando le hice ver que no teníamos planificada la reunión de Directorio más allá de los primeros temas rutinarios (finanzas, legales e informes del comité de dirección) me dijo “No necesitamos una agenda... los temas saldrán de mi cabeza y de la de los otros directores cuando hagamos un brainstorming”. Era fascinante ver ese grado de informalidad y de delegación de responsabilidad hacia la gente a través de toda la organización, que generaba una enorme creatividad y rapidez decisoria. Pero era una experiencia bastante desorientadora. En Procter & Gamble, donde prácticamente para todo había un procedimiento detallado, las reuniones del board estaban precisamente detalladas; las propuestas de 1 productos eran cuidadosamente presentadas y recibían 40 a 50 revisiones antes de aprobarse, tras pasar por ventas, finanzas, legales y la alta dirección. Entonces yo, que había sido entrenado en un entorno ordenado, me pregunté... “¿Dónde estoy... y porqué estoy aquí?”. La necesidad de disciplina operativa En realidad, era por ese entorno de informalidad que Microsoft me había contratado. Por momentos, este entorno informal más que creatividad generaba caos. E impedía correcciones que hacían innecesariamente compleja la organización, malgastando además recursos financieros. Mi trabajo era traer algo de disciplina a Microsoft sin minar las características que la habían hecho exitosa. Yo esperaba hacerlo sistematizando ciertas prácticas de negocios para entregar a los gerentes acceso a información estandarizada en cada unidad de negocios y geográfica. En Procter & Gamble había trabajado tanto en Computación como en Marketing. En Microsoft mi supervisión se había expandido incluyendo áreas como finanzas, fabricación, tecnología informática, recursos humanos, relaciones públicas y marketing corporativo (prácticamente todo excepto producto y ventas). Esto ayudaba a que Bill estuviera menos cargado con estas cosas. (…) Ordenando el desorden financiero El desorden administrativo era enorme: no sabíamos cuánta gente realmente trabajaba para la firma; las facturas de los proveedores eran pagadas fuera de término... los sistemas incompatibles y las prácticas divergentes causaban todo tipo de problemas, impidiendo comparar o medir con la misma vara a las unidades de negocios. Esto era bastante irónico –o vergonzoso cuando llegaba al cliente- en una empresa con una tremenda experiencia en sistemas. En finanzas, por ejemplo, cada gerente de unidad o zona geográfica armaba sus propios reportes, que tardaban semanas en ser compatibilizados en la administración central, y que obligaban al Directorio a tomar decisiones con información envejecida. Para armonizar esto diseñamos un reporte financiero unificado que fue implantado en un año, basado en un software de un proveedor externo. Esto redujo el cierre de información mensual y trimestral a 3 días en vez de 3 semanas, estando al alcance de todos los gerentes en un sitio web. Allí estaba 2 la información histórica y también el top management podía comparar (“benchmark”) cualquier división con otra. Esto también permitió reducir el número de personas (que se tomaban del área de Tecnología de la Información) para diseñar y mantener el sistema. Creando un orden para las compras Bill recibió una vez una carta de un proveedor al cual no le habían pagado su factura en 9 meses... el tema era que cualquier empleado en Microsoft era un comprador. Sólo debía tomar las páginas amarillas, hacer un llamado y encargar lo que necesitara. Esto podía perjudicar al proveedor, que no cobraba, y a la compañía, que no lograba descuentos por cantidad. Se armó un sistema de compras basado en web para los u$s 6.000 millones anuales que se compran en Microsoft, con un ahorro de u$s 200 millones anuales. Epílogo La parte recortada del artículo (…), dice: Microsoft fue más eficiente los años siguientes. El margen de rentabilidad aumentó significativamente desde 1995 hasta 2001. Los gastos de operaciones bajaron del 51% al 40% de la facturación, lo que significó por ejemplo un ahorro de u$s 2.700 millones en las ventas del 2001. No todo el mérito es mío: tuve el apoyo de Bill (y de Steve Ballmer cuando se convirtió en CEO). Y la habilidad para armar prácticas disciplinadas y sistemas globales que había adquirido en Procter & Gamble. 3