ANESTESIA EN NIÑOS CON PARÁLISIS CEREBRAL . Dr. Warner Espinosa. Monografía. Catedra de Anestesiología Prof. Dr. Walter Ayala. Escuela de Graduados. Facultad de Medicina. Universidad de la República. Montevideo – Uruguay. 2009. Índice : Definición - 4 Prevalencia - 5 Etiología y factores de riesgo - 5 Clasificación - 8 Diagnóstico - 14 Tratamiento - 15 Aspectos de la anestesia en niños con parálisis cerebral - 16 Procedimientos quirúrgicos más comunes en niños con parálisis cerebral 19 Medicación que reciben frecuentemente pacientes con parálisis cerebral 20 Preoperatorio - 24 Intraoperatorio - 25 Monitorización - 29 Técnicas regionales - 30 Posoperatorio 31 Analgesia - 32 2 Dolor crónico en parálisis cerebral - 33 Historia 1 - 34 Historia 2 - 35 Bibliografia - 37 3 Parálisis Cerebral Definición: La parálisis cerebral es un término que engloba un amplio grupo de síndromes no progresivos , con alteraciones de la postura y el movimiento, secundarios a lesiones o malformaciones del cerebro, producidas durante su desarrollo (Koman y Cols. 2004). Como consecuencia, su etiología es heterogénea, y el tipo y la gravedad de la alteración motriz son variables, así como la posibilidad de afectación cognitiva y de otros trastornos asociados. Todas las definiciones incluyen aspectos comunes, inherentes al concepto de Parálisis Cerebral: - El trastorno motor es persistente, no temporal o transitorio. - La lesión es estática, no progresiva, lo cual excluye las enfermedades degenerativas. De todas formas, la ausencia de progresión de la lesión no es absoluta, porque la evolución natural de la lesión puede mostrar algunos cambios a medida que el cerebro madura (atrofia, gliosis, calcificación, etc) hasta alcanzar la estabilización. - La agresión cerebral puede ocurrir antes del nacimiento, durante él o después, pero siempre durante el periodo de maduración cerebral. - La circunstancia de que la agresión tenga lugar en un cerebro en desarrollo, va a condicionar dos hechos de distinto signo: 1. El trastorno motor se manifiesta antes de que la función se haya aprendido (con lo que el niño no tendrá una experiencia previa del movimiento normal) 2. El hecho de que el sistema nervioso central no haya alcanzado una localización de funciones va a permitir que zonas indemnes puedan tomar a su cargo funciones de las áreas lesionadas, que se establezcan vías suplementarias de transmisión. Así por ejemplo, vemos como grandes lesiones quísticas de un hemisferio cerebral (de origen prenatal) pueden no presentar hemiparesia, o que, en los niños con hemiparesia congénita, no exista diferencia en el posible trastorno del lenguaje según en que lado esta la hemiparesia (1) - La duración del periodo de maduración es una cuestión aún sin consenso. Para mayoría de los autores este periodo se extiende hasta los 3-4 años, otros lo prolongan hasta los 5 años, e incluso algunos consideran que podría llegar hasta los 10 años. - El termino Parálisis Cerebral no implica la afectación de todo el cerebro pero si que la lesión es central, por encima del agujero magno. 4 - Desde el punto de vista clínico, los síntomas y los signos de la Parálisis Cerebral son variables. En los primeros años pueden ocurrir cambios tanto en el tono muscular como en la función motriz, de tal forma que en ocasiones puede resultar difícil el tipo de Parálisis Cerebral antes de los 3 o 4 años. En algunos niños con la edad, la sintomatología se hace cada vez más evidente por la aparición de reacciones asociadas o por la instauración de patrones de movimiento anormales que junto con el crecimiento óseo, favorecen las deformidades ortopédicas. Finalmente, hay situaciones en las que, como ocurre en la llamada distonía tardía, tras un largo periodo de casi normalidad o aparente curación aparece una distonía (1,2) Prevalencia Es de los trastornos neurológicos que con mayor frecuencia generan discapacidad en la infancia. La prevalencia global de la Parálisis Cerebral se sitúa en alrededor de 1.5 – 3 mil de los niños nacidos vivos. A lo largo de los últimos 20 años se ha asistido, en los paises desarrollados, a un descenso significativo de algunos tipos de parálisis cerebral, como la parálisis cerebral discinética secundaria a hiperbilirrubinemia; sin embargo las expectativas iniciales de descenso del número total de niños con Parálisis Cerebral, basadas en la mayoría de la asistencia perinatal, no se han cumplido, probablemente debido a la mayor supervivencia de prematuros de muy bajo peso. El riesgo de Parálisis Cerebral está fuertemente asociado con la edad gestacional y con el peso al nacer. Así el riesgo de Parálisis Cerebral en los nacidos pretermino de muy bajo peso, es de alrededor de 1 por cada 20 supervivientes, mientras que es de menos de 1 por 1000 en los recién nacidos de mas de 2.500 kgrs. De todas formas las causas de Parálisis Cerebral no se conocen bien, por lo que el mantenimiento de su prevalencia constituye un aspecto preocupante; incluso algunos estudios destacan un ligero aumento en los recién nacidos de termino con peso adecuado, por factores no bien conocidos (3,4) Etiología y Factores de Riesgo a) Factores perinatales: En 1862 se relaciono por primera vez la presencia de trastornos neuromusculares con la asfixia neonatal y la prematurez. El concepto de la asfixia perinatal como causa principal de la Parálisis Cerebral prevaleció hasta que estudios epidemiológicos demostraron que más del 90 % de los recién nacidos con hipoxia durante el trabajo de parto no desarrollaban Parálisis Cerebral En otro estudio más de 40.000 niños nacidos entre 1959 y 1966 y con seguimiento hasta los 7 años; encontraron que el 68 % de los niños con Parálisis Cerebral habían tenido en el periodo neonatal una prueba de Apgar y un examen neurológico normal y solo el 13 % de los recién nacidos de termino que luego 5 desarrollarían Parálisis Cerebral habían tenido una puntuación Apgar igual o inferior a 5. Así, pues la mayoría de los niños con Parálisis Cerebral no tienen historia de sufrimiento perinatal. Los niños con asfixia que luego desarrollaron Parálisis Cerebral tenían con frecuencia otros factores de riesgo asociados como infección intrauterina o trastornos de la coagulación, lo cual sugiere que más que un factor aislado, lo que produce la Parálisis Cerebral es una suma de factores. b) Factores prenatales: Dentro de este grupo además de las causas genéticas que son una minoría, se han de tener en cuenta factores de riesgo maternos (infecciones intrauterinas, alteraciones de la coagulación, enfermedades autoinmunes, tóxicos, etc) y factores de riesgo fetal (gestación múltiple, retraso del crecimiento intrauterino, etc) El embarazo múltiple es un factor de riesgo de Parálisis Cerebral. El riesgo de Parálisis Cerebral aumenta con la pluralidad, la prevalencia en trigéminos es más alta que en gemelos y en estos mayor que en la gestación de feto único. c) Factores posnatales: Las infecciones sobre todo las meningitis o las sepsis tempranas, las intoxicaciones y los traumatismos, son las causas más frecuentes de Parálisis Cerebral (5) d) Factores de riesgo de parálisis cerebral: 6 1.Factores prenatales 1.1 Factores maternos. Alteraciones de la hipercoagulablidad Enfermedades autoinmunes Hipertension (preeclampsia) Infeccion intrauterina Traumatismo materno Uso de sustancias toxicas Disfuncion tiroidea 1.2 Alteraciones de la placenta Trombosis en el lado materno (restricción del crecimiento,muerte fetal) Trombosis en el lado fetal (riesgo de embolia sistemica o cerebral) Cambios vasculares cronicos Infeccion con liberación de mediadores inflamatorios 1.3 Factores fetales Gestacion multiple Hidropesía fetal Polihidramnios Retraso del crecimiento intrauterino Trauma intrautero Malformaciones,trastorno de la migración neuronal 2.Factores periparto –intraparto Prematurez Hipoglicemia mantenida Asfixia perinatal Fiebre materna durante el parto Traumatismo 3.Factores neonatales Infeccion del SNC o sistemica Hipoglicemia mantenida Factores de hipercoagulabilidad pueden predisponer a infarto cerebral ECMO ,cirugía cardiaca 4.Factores postnatales Infecciones ( meningitis,encefalitis) Traumatismo craneal Estatus convulsivo Paro cardiorrespiratorio Intoxicación Muerte subita abortada,casi ahogamiento. Deshidratación grave. Tabla 1:Factores de riesgo de paralisis cerebral 7 Clasificación de la Parálisis Cerebral Se han propuesto varias clasificaciones de la Parálisis Cerebral según la neuropatología, la etiología o las manifestaciones clínicas. La clasificación basada en criterios clínicos como el grado de afectación, la sintomatología predominante y la extensión de la lesión es la mayor utilidad, pues el tipo de tratamiento y el pronóstico dependerán del tipo de afectación. Así Hagberg y Cols (1972) clasifican la Parálisis Cerebral en espástica, discinetica, ataxica, hipotónica y mixta (la coexistencia de distintos tipos de afectación es de relativa frecuencia) Según la distribución anatómica de la afectación motriz se clasifica en: displejia (disparesia) cuándo se afectan las cuatro extremidades con claro predominio en las inferiores; hemiplejia (hemiparesia) cuándo se afectan la extremidad superior e inferior de un mismo lado (por lo general la repercusión funcional es mayor en la extremidad superior); tetraplejia (tetraparesia o cuadriplejia) cuándo se afectan las cuatro extremidades. Las formas de afectación de tres extremidades, triplejia, o exclusivamente de una, monoparesia, son poco frecuentes. La frecuencia de las diferentes formas clínicas varía según las diferentes series: tetraplejia 40-44%, displejia 17-33% y hemiplejia 21-23% (Komen y Cols 2004) Según el grado de discapacidad, normalmente se clasifican en leve, moderada y grave o profunda. Los niños con afectación leve presentan dificultades en la coordinación y el movimiento con escasa repercusión funcional; los que tienen repercusión moderada sufren limitaciones en la marcha , en los cambios posturales y la manipulación , y necesitan asistencia para participar en actividades propias de la edad. Los pacientes con afectación grave son dependientes de otras personas, no tienen ningún control postural, en estos casos la patología asociada es muy frecuente (1,6) 1) Parálisis cerebral espástica: 1a Tetraplejia espástica 1b Displejia espástica 1c Hemiplejia espástica 2) Parálisis cerebral discinética 3) Parálisis cerebral atáxica 4) Parálisis cerebral hipotónica 5) Parálisis cerebral mixta Tabla II_ Clasificación de parálisis cerebral. 1) Parálisis Cerebral Espástica. La Parálisis Cerebral espástica es el tipo más frecuente. En alrededor del 70% de los pacientes con Parálisis Cerebral predomina la espasticidad. Por espasticidad se entiende un incremento del tono muscular dependiente de la velocidad, asociado con un reflejo miotático exagerado. Se considera que el incremento del tono muscular 8 refleja la pérdida de las aferencias inhibidoras descendentes (retículo espinales), lo cuál conduce a un aumento de la excitabilidad de las motoneuronas alfa y de las neuronas del huso muscular. La espasticidad es uno de los componentes del síndrome de motoneurona superior, debido a lesiones corticales o de la vía piramidal. El paciente con Parálisis Cerebral espástica presenta una resistencia excesiva al movimiento pasivo, mayor cuánto más rápido es este. Otra característica es la contracción exagerada de grupos musculares agonistas y antagonistas, y la hipertonía en los músculos antigravitatorios (con debilidad relativa de sus antagonistas). La clínica más evidente en el niño con Parálisis Cerebral espástica es la disminución de la movilidad espontánea, la disminución de la amplitud y la imposibilidad de realizar determinados tipos de movimientos. Las reacciones asociadas, es decir, reacciones de aumento de la espasticidad que aparecen asociadas, por ejemplo con actividades que requieren esfuerzo o por algunos estímulos nociceptivos como dolor, constituyen otra característica de la espasticidad. En la espasticidad, el trastorno de tono predomina en unos grupos musculares sobre otros, por lo que librada a su evolución , derivará en contracturas y deformidades; debe intentarse la prevención mediante técnicas fisioterápicas, ortopédicas o farmacológicas. La Parálisis Cerebral espástica es clínicamente heterogénea, por lo que realizaremos la descripción clínica de los distintos grupos: Tetraplejia espástica: Es la forma más grave de Parálisis Cerebral espástica. Afecta las cuatro extremidades, con frecuente predominio de las superiores. Constituyen un 5% del total de las Parálisis Cerebral. La etiología de esta forma es compleja. En un buen número de casos se evidencian antecedentes perinatales. En un porcentaje alto, los exámenes complementarios muestran el origen prenatal de las lesiones: malformaciones cerebrales, infecciones intrauterinas e hidranencefalia, entre otras. Solo en un 10% de estos niños no sé aprecian antecedentes conocidos. En los últimos años, por la utilización de técnicas como resonancia nuclear magnetica es posible el diagnóstico de las lesiones subyacentes. Las alteraciones más frecuentes son la encefalomalacía multiquística, la leucomalacia subcortical, las displasias corticales como la paquigiria o la esquizencefalia, y las lesiones bilaterales de los ganglios de la base. Cuadro clínico: En la mayoría de estos niños desde los primeros meses de vida, son evidentes signos de daño cerebral grave. Se observa tanto un retraso en las adquisiciones como un aumento generalizado del tono muscular con predominio en las extremidades superiores, tendencia a hiperextensión de la nuca con ausencia o dificultad del enderezamiento cefálico, así como persistencia de reflejos arcaicos. Los movimientos voluntarios están disminuidos, situación que condiciona alteraciones vasomotoras de las extremidades. La mayoría de los niños presenta signos seudobulbares con grandes dificultades de la deglución, con riesgo de aspiración de material alimentario. Son muy frecuentes la atrofia óptica, el estrabismo, la microcefalia y la epilepsia. La mayoría de los estudios establece una asociación entre la gravedad de la tetraplejia espástica y el grado de retardo mental (que suele ser grave). Las deformaciones más frecuentes son cifoescoliosis, contractura en flexión en las rodillas y la cadera y sobre todo subluxación de cadera (secundaria a un mal 9 desarrollo articular por falta de apoyo, al predominio de espasticidad en aductores y a la frecuente asimetría) (5,6) Displejia espástica: Presentan espasticidad bilateral con predominio en las extremidades inferiores. Es una de las formas más frecuentes de Parálisis Cerebral espástica. Este subtipo se relaciona especialmente con la prematurez. Tanto la edad gestacional como el bajo peso al nacer son los dos factores más relacionados con esta forma de Parálisis Cerebral El progreso en los cuidados neonatales ha llevado a la disminución de la mortalidad entre los niños prematuros, sin embargo estos avances no han tenido el mismo impacto en la morbilidad. Alrededor del 10% de los recién nacidos de muy bajo peso desarrolla Parálisis Cerebral, lo cuál supone en ésta población un riesgo de Parálisis Cerebral 30 a 40 veces superior que en los recién nacidos de término. La causa en la mayoría de ellos es la leucomalacia periventricular (L.P.V) El diagnóstico de leucomalacia periventicular habitualmente se establece mediante la ecografía transfontanelar , pero ésta no siempre detecta la extensión del daño cerebral, por lo que la resonancia magnética puede aportar mayor información para el diagnóstico. Cuadro clínico: El diagnóstico de la displejia es más difícil que el de la tetraparesia. Durante los primeros 4 a 6 meses el trastorno motor puede ser muy engañoso. El patrón de marcha del niño displejico consiste en la mayoría de los casos, en flexión de caderas, hiperlordosis lumbar, balanceo del tronco y apoyo plantar en equino. En las formas más leves puede ser exclusivamente distal (equinismo) La atrofia óptica y el estrabismo, así como trastornos del lenguaje, son trastornos asociados frecuentes. La epilepsia es poco frecuente. El retardo mental es mucho menos frecuente que en los tetraplejicos: el 31% en la serie de 186 pacientes presentada por Hagberg (1975), tenían un coeficiente intelectual <70. (5-7) Hemiplejia espástica: Se caracteriza por la paresia de un hemicuerpo (casi siempre con mayor compromiso de la extremidad superior), con tendencia a la hipertonía. Se habla de hemiplejia congenita cuándo la lesión causal está presente antes del final del período neonatal (28 días). La etiología se supone prenatal en un 70 – 75 % de casos. Factores prenatales obvios, por ejemplo malformaciones, se hallaron en el 7,6%. Factores perinatales obvios, sobre todo hemorragia, se encontraron en el 4,5% de recién nacidos de término y en el 8,1% de recién nacidos pretérmino. Y por último, alrededor del 10% es secundario a patología posnatal (infecciones del sistema nervioso central, accidente vascular, convulsiones de larga duración) Las lesiones anatómicas causantes de la hemiplejia se basan en estudios de neuro imagen porque existen pocas descripciones anatomopatológicas. Según la resonancia magnetica, la patología subyacente se ha dividido en: a) malformaciones cerebrales (ejemplo: la esquizencefalia o las displasias corticales) b) leucomalacia periventricular unilateral, frecuente en pretérminos. c) lesiones corticosubcorticales que suelen afectar a un territorio vascular de origen prenatal – perinatal. (10) 10 Cuadro clínico: Con frecuencia el primer signo suele ser objetivado por los familiares, quiénes hacia los cuatro meses advierten una menor utilización de la mano afectada y menos a menudo se ve como primera manifestación un trastorno de la marcha. El niño afectado se inclinará cada vez más hacia el uso del lado sano olvidando el lado afectado, lo cuál ocasionará un aumento de reacciones asociadas que aumentaran la espasticidad. El cuadro clínico plenamente desarrollado muestra un aumento global del tono flexor del hemicuerpo afectado, que da lugar a la típica postura hemiparética en flexión del codo, pronación y flexión de la muñeca, flexión de la rodilla, pie equino. Trastornos asociados: El 40-55% de estos niños presentan trastornos de sensibilidad, habitualmente astereognosia. El grado de déficit sensitivo no siempre está en relación con el grado de compromiso motriz. También son frecuentes los trastornos tróficos con menor crecimiento del hemicuerpo afectado. La parálisis facial de tipo central es frecuente aunque en general de intensidad leve. La epilepsia se observa en el 50% de los casos, su incidencia es mucho mayor en los casos de hemiparesia adquirida que en las formas congénitas. Solo cerca del 50% tiene un coeficiente intelectual mayor a 80%; en general los pacientes con lesión en hemisferio derecho tienen peor rendimiento global y mayor afectación de las funciones visuo espaciales. (6) 2) Parálisis Cerebral Discinética: Es la segunda más frecuente después de la espástica. Representa el 10 – 15% de todas las formas de Parálisis Cerebral con una incidencia de 0,21 por 1000 recién nacidos vivos. Solo en el 8 – 10% de los casos de la totalidad de las Parálisis Cerebral se considera la asfixia perinatal como causa; sin embargo en la Parálisis Cerebral distónica se considera la causa en el 60 – 70% de los casos. El sufrimiento fetal agudo y grave al final del trabajo de parto y la asfixia grave inmediatamente después del nacimiento, con reanimación inmediata, pueden ocasionar una encefalopatía hipóxico-isquémica leve o moderada y dejar sin embargo, como secuela una Parálisis Cerebral discinética. Las lesiones afectan de manera selectiva los ganglios de la base, dentro de estos: ganglios basales, tálamo y globo pálido. La localización preferente de las lesiones en los núcleos de la base (fundamentalmente en el núcleo pálido) se considera secundaria a la maduración ontogénica temprana de esas estructuras, así como a su mayor requerimiento metabólico en el tiempo de la agresión, que las hará más sensibles a la hipoxia. Aunque no hay una relación estricta entre la clínica y la localización de las lesiones, parece que la coreoatetosis se relaciona con la lesión del núcleo caudado y del putamen, mientras que la distonía se asocia con más frecuencia con la lesión del globo pálido. Cuadro clínico: La tríada que lo caracteriza es: 1. Fluctuaciones y cambios bruscos del tono muscular. 11 2. 3. Presencia de movimientos involuntarios. Persistencia muy manifiesta de los reflejos arcaicos. En la mayoría de los casos, la Parálisis Cerebral discinética es una tetraplejia. En algunos casos, en la clínica a partir del período neonatal no hay solución de continuidad; en otros, tras la problemática del período neonatal, el niño pasa por las siguientes fases: Fase 1 o de hipotonía Fase 2 o fase de movimientos involuntarios: la edad de aparición es muy variable, en general pasados los 6 meses de vida , pero en ocasiones se puede demorar hasta 4 o 5 años. En pacientes con Parálisis Cerebral distónica, puede presentar todo un repertorio de movimientos, en forma aislada o combinada: a) Atetósicos: son movimientos lentos, reptantes, arrítmicos e irregulares, que afecten sobre todo la parte distal de las extremidades b) Coreicos: son igualmente arrítmicos pero más rápidos y bruscos, y a menudo afectan los músculos de la cara (muecas de risa, asombro) y de la lengua (que interfieren los movimientos de deglución, masticación, etc) c) Temblor amplio irregular, presente en reposo y exacerbado con las emociones y el movimiento. Formas clínicas: Cuyo conocimiento es de interés porque condicionan pronósticos diferentes y asimismo diferentes incidencia de trastornos asociados. a) Forma coreatetósica en la que el cuadro clínico predominaría la presencia de movimientos involuntarios (corea, atetosis, temblor) b) Forma distónica en la que predominaría el trastorno del tono con grandes fluctuaciones en éste y gran tendencia a la fijación en actitudes distónicas; de peor pronóstico que el anterior, el 90% de las formas distónicas presentan un grado de compromiso grave o medio (sin marcha libre), mientras que en las formas coreatetóxicas el 80% de los pacientes consiguen la deambulación autónoma. c) Forma mixta: asociada con espasticidad, dentro de este grupo se encuentran algunos niños muy graves con microcefalia y epilepsia. Trastornos asociados: Trastornos de lenguaje son muy frecuentes, de audición (34%) y visión sobre todo estrabismo. Epilepsia, con frecuencia relativamente benigna. El retardo mental y/o dificultades de aprendizaje están presentes en el 30% de los niños afectados, el déficit intelectual es menos frecuente en la Parálisis Cerebral discinética que en otras formas de Parálisis Cerebral sobre todo en la forma coreatetóxica, en la que el 95% de los niños tienen coeficiente intelectual normal. Muchas veces se considera retrasados mentales a estos niños debido al trastorno motor y las dificultades del lenguaje, a pesar de tener una capacidad cognitiva normal. (9, 12, 41) 3) Parálisis Cerebral Ataxica Es el 10% a 15% de todos los casos de Parálisis Cerebral. La causa es prenatal en más del 65% de los pacientes. 12 El término engloba trastornos heterogéneos, esporádicos o familiares, con distintos patrones de herencia. Los hallazgos anatómicos son igualmente variables; las neuroimágenes han permitido identificar alteraciones del tipo hipoplasia o disgenesia del vermis o de los hemisferios cerebelosos, lesiones clásticas, imágenes sugestivas de atrofia, hipoplasia pontocerebelosa, etc. Hay escasa correlación entre las manifestaciones clínicas. Desde el punto de vista clínico, el síntoma predominante es la ataxia no progresiva. Inicialmente el síntoma predominante es la hipotonía: el síndrome cerebeloso completo con hipotonía, ataxia y dismetría incoordinación pueden evidenciarse a partir del año de edad. Se distinguen 3 formas clínicas bien diferenciadas que tienen en común la existencia de un compromiso cerebeloso, con hipotonía, incoordinación del movimento y trastorno del equilibrio en distintos grados. a) Displejia atáxica b) Ataxia simple c) Síndrome de desequilibrio a) Displejia atáxica: El síndrome cerebeloso se asocia con espasticidad de las extremidades inferiores, entre sus antecedentes hay porcentaje alto de prematurez 45%. b) Ataxia simple: Predominan el temblor, la dismetría y la ataxia de las extremidades inferiores. No se asocia con antecedentes de prematurez. En un porcentaje alto (45%) la etiología es desconocida. Cuadro clínico: Su historia natural es la de un niño hipotónico con hiporreflexia osteotendinosa y retraso en las adquisiciones motrices. En el 50% de los casos se asocia déficit intelectual. c) Síndrome de desequilibrio: Por su curso evolutivo lento y mal pronóstico, lo diferencian de las formas de ataxia simple. El trastorno del equilibrio con reacciones postulares muy deficientes domina el cuadro. El desarrollo motor está gravemente retrasado y la marcha libre, si se consigue será a partir de los 8 a 9 años. Se asocia en el 75% de los casos con retardo mental Desde el punto de vista etiológico, la incidencia de antecedentes perinatales es muy baja. En el 50% de los casos estudiados existía un factor hereditario, de tipo autosómico recesivo. (6) 13 Diagnóstico de Parálisis Cerebral El diagnóstico es clínico. En algunos casos las neuroimágenes pueden confirmar la existencia de una lesión. El diagnóstico de Parálisis Cerebral se excluye con relativa facilidad si el patrón de desarrollo motor del niño es normal; por el contrario, la confirmación del diagnóstico precisa esperar hasta la aparición de signos definitivos que a veces son tardíos. El diagnóstico debe basarse en una historia clínica detallada, con conocimiento de los factores prenatales, perinatales y posnatales. La exploración neurológica debe adaptarse a la edad del niño. En muchos casos, se obtiene la máxima información de la observación de su actividad espontánea. Es importante evaluar la actitud y la actividad en la diferentes posiciones aún a edades tempranas pues para cada edad existe un patrón correcto en las diferentes posiciones, cuya desviación puede permitir la detección de un trastorno motriz sin que se deba esperar a que exista un retraso significativo en determinadas adquisiciones. El diagnóstico completo del tipo, el grado de compromiso y sobre todo, la asociación o no con otros defectos (déficit sensorial, retardo mental, epilepsia) requiere un tiempo de seguimiento, por lo que en muchas ocasiones en éstas primeras etapas no será posible establecer un pronóstico definitivo, que va a depender no solo del grado de compromiso motriz, sino también de la existencia de estos posibles trastornos asociados. Exámenes complementarios: En ocasiones los hallazgos en las neuroimágenes servirán para confirmar la existencia, la localización y la extensión de la lesión e incluso la etiología. Aunque no siempre existe relación entre el grado de lesión visible en la neuroimágen y el pronóstico funcional. El electroencefalograma no brinda información diagnóstica, pero dado que un porcentaje significativo de niños con Parálisis Cerebral desarrollan epilepsia, es necesario realizarlo para detectar a los pacientes con más riesgo y por supuesto para el seguimiento de los epilépticos. Diagnóstico diferencial: Es necesario saber si se trata de un trastorno motor cambiante pero no progresivo (concepto implícito en la definición de Parálisis Cerebral) o de un trastorno progresivo o enfermedad degenerativa del sistema nervioso central. Algunas enfermedades metabólicas o degenerativas siguen una evolución tan lenta que pueden parecer una encefalopatía estática y diagnosticarle erróneamente como Parálisis Cerebral Recientemente se han descrito algunas enfermedades asociadas con espasticidad progresiva de las extremidades inferiores; entre ellas se destacan la deficiencia de arginasa, la leucodistrofia metacromática, las paraparesias espásticas familiares, las enfermedades mitocondriales, algunas formas de ataxia, en especial ataxia – teleangiectasia , etc. El otro gran grupo es el de los trastornos neuromusculares, dado que a menudo la Parálisis Cerebral evolucionará durante los primeros meses con un cuadro predominante de hipotonía (sobre todo las formas distónica y atáxica. (8) 14 Tratamiento de la parálisis cerebral: Es necesaria un atención técnica especializada, temprana constante y permanente. La lesión cerebral en la Parálisis Cerebral es, por definición estática; sin embargo los niños con Parálisis Cerebral pueden empeorar paulatinamente, si no son tratados. Se podrá elaborar un programa de tratamiento con objetivos básicos: a) En el aspecto motor, conseguir máxima funcionalidad y evitar complicaciones ortopédicas. b) Prestar atención global a los trastornos asociados. c) Prevenir los posibles efectos del déficit sobre el desarrollo global. Se basa en: a) Fisioterapia b) Ortesis, sistemas de adaptación. c) Fármacos. d) Tratamiento quirúrgico (cirugía ortopédica, tratamiento neuroquirúrgico) Tabla III_ Tratamiento del Trastorno Motor Tratamiento quirúrgico: (ortopédico, neuroquirúrgico) Cirugía ortopédica: La indicación, en términos generales, de tratamiento quirúrgico, incluye pacientes con deformidades progresivas que interfieren la función o producen dolor, contracturas, fijadas o deformidades que no responden a los tratamientos habituales de fisioterapia combinada con fármacos o ortesis. En algunos pacientes con afectación grave, la cirugía puede estar indicada para mejorar el control postural y los cuidados diarios (higiene) o como paliativo del dolor. La combinación con fármacos para la espasticidad puede ser de utilidad, en especial en el período posquirúrgico. Las técnicas quirúrgicas incluyen tenotomía, neurectomía, alargamiento de unidades miotendinosas contracturadas, transplante de tendones, osteotomías, artrodesis, reducción de luxaciones, fusiones vertebrales, etc. Recientemente comenzaron a llevarse a cabo técnicas de cirugía percutánea o “microcirugía”. Retrasar la cirugía, simpre que no se comprometa la función y la calidad de vida del niño, puede mejorar los resultados y evitar la recurrencia de la deformidad y los resultados imprescindibles frecuentes en niños intervenidos a edades muy tempranas. Por ejemplo, la cirugía de tendón de Aquiles después de los 6 años mejora la función y se asocia con una recurrencia menor de la deformidad. Sin embargo, una subluxación de caderas no tratada puede progresar a una luxación, oblicuidad pélvica, dificultad para la sedestación y terminar con dolor o escoliosis. Neurocirugía: a) Bomba de baclofeno intratecal. b) Rizotomía dorsal selectiva. a) El baclofeno intratecal fue utilizado inicialmente para la espasticidad de origen medular traumática y en la esclerosis múltiple, luego su uso se ha extendido al tratamiento de la espasticidad de origen central. 15 El baclofeno es un agonista del ácido y-aminobutírico (gaba), un neuro transmisor que inhibe los reflejos monosinápticos y polisinápticos, por lo que tiene un efecto antiespasmódico y relajante muscular. El baclofeno atraviesa escasamente la barrera hematoencefálica, por lo que administrado por vía oral alcanza concentraciones muy bajas en el líquido cefalorraquídeo. La administración intratecal consigue en el liquido cefalorraquídeo niveles cuatro veces superiores a los que se alcanzan con una dosis oral 100 veces superior. b) La repercusión sobre la sensibilidad y las funciones esfinterianas, limitaron su aplicación. En la actualidad, con estudios de monitorización neurofisiológica intraoperatoria y técnicas de microcirugía, se identifican las raíces que han de preservar. Diversos estudios muestran resultados positivos en el rendimiento funcional del niño. Son imprescindibles programas de fisioterapia para obtener buenos resultados. Tratamiento de los trastornos asociados: Los niños con parálisis cerebral presentan con frecuencia problemas asociados con su trastorno motriz: distintos grados de disminución psíquica, sensorial, trastornos ortopédicos, problemas de comunicación y lenguaje, trastornos alimentarios y nutricionales, distintas alteraciones de la personalidad o epilepsia. Estos aspectos deben tenerse en cuenta al planificar un tratamiento y también la posibilidad de que surjan durante la evolución, para la cuál será necesaria una evolución interdisciplinaria adecuada a las características del niño. (13 -18) Aspectos de la Anestesia en Niños con Parálisis Cerebral Estos niños requieren atención especial por el compromiso de múltiples sistemas. Los pacientes con dificultad para el habla pueden usar como ayuda cartones o imágenes de computador que pueden ser valiosos auxiliares. Pacientes con Parálisis Cerebral discinetica, son en general inteligentes pero con dificultad para comunicarse. Es importante conceder tiempo suficiente para que la comunicación ocurra. Un cuestionario preguntando a los padres como es la comunicación con sus hijos y como son sus reacciones al dolor o a otras situaciones, son muy importantes y pueden ayudar a entender las manifestaciones del comportamiento de estos niños. Padres y acompañantes son adecuados para aplacar miedos y ansiedad. En ocasiones los padres son agresivos o muy protectores en relación a los niños. Cada vez se operan más pacientes con Parálisis Cerebral. Cada procedimiento tiene un grado de morbimortalidad que debe ser tenido en cuenta, así como la posibilidad de mejorar la calidad de vida del paciente con la cirugía. La cirugía debe ser discutida con los familiares previamente y debe ser obtenido el consentimiento informado. 16 Evolución preoperatoria: Preparar correctamente el paciente con Parálisis Cerebral asegura un período perioperatorio tranquilo. Los niños deben ser evaluados por un equipo multidisciplinario que incluya al anestesiólogo. Problemas cognitivos o en la comunicación, trastornos del comportamiento, enfermedades asociadas y medicación usada pueden tener influencia decisiva en el manejo de estos pacientes. Cómo estos pacientes muchas veces tienen comprometido varios órganos y sistemas es importante evaluar aquellos que son afectados con más frecuencia. (19) Sistema gastrointestinal: El reflujo gastroesofágico es común y puede ser causa de complicaciones respiratorias, especialmente cuándo hay compromiso neurológico importante. Alteraciones de la motilidad esofágica, disminución del tono en el cardias y deformidad de la columna vertebral, contribuyen para este problema. El reflujo gastroesofágico puede ser difícil de diagnosticar. La presencia de movimentos distónicos relacionados con la posición (síndrome de Sandifer) y el insomnio, pueden indicar reflujo o espasmo muscular esofágico. Fundoaplicatura, gastrostomía y dilatación del esófago por estenosis causada por esofagitis son la segunda causa más frecuente de procedimientos quirúrgicos en estos pacientes. Sialorrea intensa puede ser debilitante en niños con Parálisis Cerebral. Pueden tener relación con parálisis seudobulbar con afectación de la deglución. A veces se indican anticolinérgicos. En algunos casos está indicada la cirugía para reimplantar los conductos salivares. Un pequeño grupo de pacientes no puede ser alimentado por vía oral y en estos casos se usa sonda nasogástrica o gastrostomía. El soporte nutricional preoperatorio puede reducir la incidencia de complicaciones post-operatorias en especial si hay desnutrición. Esta puede deprimir las respuestas inmunológicas. La anemia es habitual. Sistema respiratorio: Tras la intubación de la tráquea, la aspiración a través del tubo endotraqueal es una buena práctica en niños con incremento de secreciones, especialmente si se detectan roncus y sibilancias espiratorias. Frecuentemente los sonidos respiratorios se aclaran aplicando esta simple maniobra. Complicaciones respiratorias son la causa más frecuente de muerte en niños con Parálisis Cerebral entre ellas están incluidas aspiración pulmonar, infección respiratoria y enfermedad pulmonar crónica que pueden ser agravadas por la dificultad para toser y eliminar secreciones. Hay veces en que el diagnóstico de complicaciones pulmonares no es realizado por dificultad de comunicación o por el propio déficit neurológico que impide realizar exámenes. La escoliosis puede llevar a neumopatía restrictiva y compromiso cardiopulmonar. La realización de test para evaluar la función pulmonar es difícil en estos niños y prácticamente imposible si hay daño neurológico importante. 17 Otros aspectos importantes son la posibilidad de displasia broncopleural con traqueomalacia, irritabilidad de la vía aérea y enfermedad pulmonar obstructiva asociada a prematuros. El uso preoperatorio de fisioterapia, broncodilatadores y antibióticos permite optimizar la situación del paciente. La vía aérea debe ser evaluada porque es posible que la laringoscopía sea difícil. Niños con parálisis cerebral presentan mayor incidencia de problemas de oclusión dental. Si la evaluación de la vía aérea no es posible, puede ser útil consultar hojas de anestesia de cirugías anteriores. Sistema osteoarticular: Tienen grados variables de espasticidad en diferentes grupos musculares provocando contractura y deformidad en articulaciones. Entre ellas se destaca alteración de la flexión y rotación interna de la cadera por estar afectados los músculos aductores y flexores, y alteración de la flexión plantar del tobillo por compromiso de los tendones. Estas alteraciones con frecuencia reciben corrección quirúrgica. Úlceras de decúbito o infecciones de piel pueden estar presentes. Epilepsia: Ocurre en cerca de 30% de los pacientes con Parálisis Cerebral. Es más frecuente en la hemiplejia espastica y más rara en las formas ataxica y coreo-atetoide. Convulsiones tónico clónicas generalizadas o parciales son frecuentes. La terapia anti convulsivante debe ser mantenida hasta el día de la cirugía y reiniciada de preferencia a obtener dosificación de niveles sanguíneos, asegurándonos estar en rango terapéutico (en el pre operatorio) lo antes posible. Para procedimientos más prolongados que impliquen pérdidas de sangre, los niveles de anticonvulsivos deben ser comprobados en el post operatorio y ajustar sus dosis para reestablecer los niveles óptimos para el paciente. Alteraciones visuales y auditivas: Cerca de 40% de los niños con Parálisis Cerebral tiene anormalidades de la visión, incluyendo miopía, defectos del campo visual y ceguera cortical. Niños prematuros tienen mayor compromiso visual por la retinopatía perinatal. Estrabismo es común y puede llevar a ambliopía. La retinopatía y la ambliopía pueden necesitar tratamiento quirúrgico. Alteraciones del comportamiento y de la comunicación: Retardo mental está presente en casi dos tercios de los pacientes con Parálisis Cerebral y en otros casos puede haber dificultad para el aprendizaje, sin embargo 60% de los niños portadores de hemiplejia tienen inteligencia normal en tanto que en menos del 30% de los pacientes con cuadriplejia espástica o de tipo mixta. El retardo mental puede ser grave en hasta 50% delos pacientes. Alteraciones de la atención son habituales. Agresividad o hiperactividad pueden estar presentes. Depresión y labilidad emocional son comunes en adolescentes. Alteraciones del sueño: Dificultad para dormir y sueño irregular pueden estar presentes, necesitando la administración de drogas sedantes. (19-22,24) 18 Procedimientos quirúrgicos más comunes en niños con parálisis cerebral a) Cirugías ortopédicas a.1 Tenotomía, osteotomía. a.2 Correción de escoliosis. a.3 Colocación de yesos para ortesis. b) Cirugía para reflujo gastroesofágico. c) Herniorrafía inguinal. d) Otros: Procedimientos odontológicos, gastrotomías y traqueostomías. Tabla IV_ Procedimientos quirúrgicos comunes. A) Cirugías Ortopédicas: Se realizan con frecuencia para mejorar contracturas. La solicitud debe ser hecha por el especialista ante la sospecha que las deformidades están perjudicando la evolución del paciente. El cirujano debe estar convencido que su procedimiento traerá beneficios para el paciente. Una vez evaluados los pro y contra del procedimiento la familia deberá estar de acuerdo y autorizar la cirugía. Actualmente en cirugía ortopédica, hay una tendencia para realizar cirugías múltiples, abarcando tenotomía y osteotomía en ambas extremidades. Se hacen normalmente entre los 6 y 12 años de edad. La cirugía de escoliosis puede comprometer en forma aguda y a veces prolongada la función respiratoria por eso, algunos cirujanos prefieren el abordaje toracoscópico para disminuir la morbilidad. Grandes pérdidas de sangre son casi 7 veces más frecuente en pacientes con Parálisis Cerebral cuando se compara con pacientes sin enfermedades neuromusculares. Otro procedimiento es la anestesia para colocacion de yesos para ortesis , desde procedimientos no invasivos a invasivos . Muchas veces estos procedimientos se realizan fuera de block quirurgico . B) Cirugía para reflujo gastroesofágico: El reflujo gastroesofágico es común en niños con Parálisis Cerebral. La cirugía convencional tiene mayores complicaciones y por eso hoy el procedimiento laparoscópico es de elección. Las modificaciones asociadas como el neumoperitoneo son semejantes a los de otros pacientes y deben ser consideradas así como la necesidad de adecuada analgesia post-operatoria inclusive por la vía peridural. C) Herniorrafia inguinal: Es la causa más frecuente de cirugía en el recién nacido con Parálisis Cerebral durante los primeros días de vida, sobretodo si el peso es inferior a 2000 grs. La corrección de hernia antes del alta mejora el confort y la nutrición del paciente sin aumentar la morbilidad. Otros procedimientos quirúrgicos incluyen cirugías odontológicas, gastrostomía y traqueostomía. 19 En algunos centros se realizan neurocirugías especializadas como talamotomía ventro lateral para control del temblor, ablación cortical selectiva para convulsiones y rizotomía selectiva posterior para reducir el tono muscular. (19,20,25,26) Medicación que reciben frecuentemente pacientes con parálisis cerebral: Baclofen Toxina botulínica Benzodiacepinicos Clonidina Barbitúricos Viagabatrina Tizanidina Dantrolene Cisaprida Äcido valproico Carbamazepina Fenitoina Tabla V Es importante que el anestesiólogo conozca bien las drogas de uso habitual en la Parálisis Cerebral. Las drogas más comunes son anticonvulsivantes, antiespasmo muscular, anticolinérgicos, antiácidos y anti reflujo, laxantes y antidepresivos. Prácticamente todos deben ser mantenidos en el período perioperatorio. A) Baclofen: La lesión cerebral de la Parálisis Cerebral compromete las neuronas inhibidoras descendentes con inadecuada liberación de GABA y aumento relativo de los neurotransmisores excitadores glutamato y aspartato, lo que lleva a aumento del tono muscular. La estimulación en exceso de las motoneuronas alfa resulta en espasticidad , por contracción simultánea de grupos musculares agonistas de los receptores GABA en el cuerno dorsal de la médula espinal (láminas II, III de Rexed). La activacion de este receptor inhibe el flujo de calcio y bloquea la liberación de glutamato y aspartato, lo que causa hiperpolarización. Puede haber efecto post sináptico aumentando la conductancia del potasio. También hay reducción de la liberación de sustancia P y del peptido relacionado a calcitonina que contribuyen al dolor. Se usa baclofen para reducir el dolor asociado al espasmo muscular y puede demorar el desarrollo de contracturas. En pacientes que no deambulan, el baclofen puede facilitar actividades diarias usuales. El baclofen pasa poco por la barrera hemato encefálica luego de administración oral y tiene como efectos adversos sueño, ataxia, mareo, letargia o euforia, alucinaciones, depresión, cefalea, parestesias, alteraciones del habla, vómitos, 20 diarrea o constipación, temblor, insomnio, alteraciones visuales, eritema de piel, prurito, alteraciones hepáticas y renales. Debe ser usado con cuidado en pacientes con úlcera peptica, enfermedades psiquiátricas o convulsiones pueden ser exacerbadas. Dosis altas pueden causar coma, aprea, alteraciones de la conducción cardiaca, hiporreflexia e hipotonía. Si se utiliza por una vía subaracnoidea en dosis bajas, se reduce la espasticidad más intensamente que si se usa la vía oral y con menos efectos adversos. Así se obtiene concentración en el SNC 10 veces mayor comparada con la vía oral. La espasticidad disminuye 24-48 hs después de iniciar la perfusión. Los efectos adversos son infrecuentes e incluyen somnolencia, hipotonía, ascendente, depresión respiratoria y cardiovascular o pérdida de la conciencia. Puede ocurrir apatía, retención urinaria o debilidad en miembro inferior. El uso combinado con benzodiacepina y opioides incrementa el riesgo de depresión respiratoria. La suspensión abrupta de la administración de baclofen, por cualquier vía, puede causar convulsiones, alucinación, discinesias y prurito, por eso la dosis debe ser disminuida gradualmente en semanas. Es importante recordar que varios anestésicos actúan potenciando la trasmisión gabaérgica por un mecanismo presináptico que puede aumentar el efecto de baclofen aunque los anestésicos actúan preferentemente en receptores GABA a y el baclofen en receptores GABA b. Baclofen también reduce la liberación de glutamato disminuye la transmisión excitadora y potencia el efecto de ketamina en el receptor NMDA. Baclofen también aumenta las acciones de morfina y fentanyl. (1,2,27,28) B) Toxina Botulínica tipo A: Está indicada cuando la espasticidad está alterando la función y se considera al paciente muy joven para la corrección quirúrgica de la espasticidad. La toxina botulínica actúa en el terminal nervioso impidiendo la liberación de acetilcolina. Es un efecto reversible y dosis dependiente. Se une rápidamente en la unión con el receptor por lo que hay poca absorción sistémica. Su hubiere toxicidad, el tratamiento es con soporte respiratorio y el antídoto de la toxina botulínica. La acción de la toxina botulínica no es inmediato y su latencia es de 12 hs a 7 días con duración del efecto entre 2 y 6 meses y a veces más. El organismo produce anticuerpos contra la toxina botulínica y eso lleva a necesitar la administración cada 3 meses. El efecto adverso más frecuente es de desconfort en el lugar de la inyeccion que ocurre en 33% a 50% de los pacientes y que puede persistir por 1 a 2 días. Otros efectos son debilidad muscular y fatiga en el músculo que recibió la droga. Efectos sistémicos son muy raros. La utilización por períodos prolongados puede llevar a atrofia muscular. Las contraindicaciones de la toxina botulinica incluyen coagulopatías e infección local. Las inyecciones de toxina botulinica se hacen con anestesia general y duran 10 a 15 minutos. En algunos casos puede hacerse con la mezcla eutética de anestésicos locales. La principal interacción farmacológica de la toxina botulínica es aumentar un poco la acción de bloqueadores neuromusculares. La administración de toxina 21 botulínica 5 a 10 días antes del procedimiento puede reducir el dolor postoperatorio secundario a espasmo muscular. (1,29) C) Benzodiazepinicos: El diazepan y otros benzodiazepinicos aumentan el efecto presináptico del GABA, disminuyendo la espasticidad. Son utilizados normalmente por vía oral. Sus efectos incluyen letargia y se desarrolla tolerancia. D) Clonidina: La clonidina reduce el tono muscular y mejora la espasticidad en pacientes que no responden a diazepan o baclofen. E) Barbitúricos: El barbitúrico que más se usa como anticonvulsivante es el fenobarbital. Sus efectos colaterales han limitado su uso. Es actualmente una droga de segunda línea para tratar epilepsia. Su efecto anticonvulsivo depende de facilitar la acción del GABA e inhibir el glutamato. Sus efectos adversos incluyen sedación, irritabilidad, hiperactividad, depresión, confusión mental, efectos cognitivos, alteraciones cutáneas, anemia, megaloblástica, nistagmo, ataxia, alteración del colágeno, alteraciones de la coagulación. El fenobarbital estimula el sistema microsomal hepático y puede alterar la acción de drogas que se metabolizan en el hígado. F) Vigabatrina: Es un inhibidor de la enzima que metaboliza al GABA fue originalmente desarrollada para tratar epilepsia y puede ser usada para manejar la espasticidad. Sus efectos adversos incluyen somnolencia, aumento de peso, ataxia, diplopia y vértigo. Estados sicóticos pueden ocurrir. G) Tizanidina: Es un derivado de la clonidina, que inhibe la liberación central aspartato reduciendo el tono muscular. Sus efectos adversos incluyen boca seca y debilidad muscular. Raramente se ven anormalidades reversibles de los test de función hepática, que desaparecen con la suspensión de la droga. Hipotensión arterial leve fue relatada, hepatitis y alucinaciones son raras. La administración por vía subaracnoidea está en estudio. Está descrita tolerancia de los efectos sedativos, pero no para el efecto antiespástico. H) Dantrolene: Inhibe la liberación de calcio desde el reticulo sarcoplásmico de la musculatura esquelética disminuyendo el tono muscular. Es usado por vía oral para tratar la espasticidad. No tiene efectos centrales como otras drogas que se usan para la espasticidad. Sus efectos adversos incluyen debilidad muscular, diarrea, astenia, visión borrosa, náuseas y alteraciones cutáneas. Puede haber anomalías en la función hepática. Dantrolene causa hepatitis en 0.5% de pacientes que reciben el fármaco por más de 60 días y en un pequeño porcentaje (0.1%). Esta hepatitis es fatal. La función hepática debe ser vigilada cuándo se usa por un período mayor de 45 días. En uso prolongado puede ocurrir derrame pleural. 22 I) Cisaprida: Es una droga procinética gastrointestinal que estimula el vaciamiento gástrico, aumenta el tono del esfínter esofágico inferior y aumenta la motilidad del intestino por aumentar la liberación de acetilcolina en las terminales nerviosas del plexo mesentérico de la mucosa gastrointestinal. Se usa en el tratamiento del reflujo gastroesofágico. Puede prolongar el intervalo QT y promover disritmias cardiacas ventriculares graves. Esta complicación es más frecuente en pacientes con disfunción hepática o con el uso concomitante de fármacos que comprometan el metabolismo de la droga. J) Ácido Valproico: Es utilizado para el tratamiento de la epilepsia. Puede haber aumento del sangrado por disfunción plaquetaria, trombocitopenia o deficiencia adquirida del factor de Von Willebrand. Estas alteraciones son dependientes de la dosis. Si se disminuye la dosis en general se normaliza la coagulación. Es obligatorio realizar pruebas de coagulación en pacientes que usan ácido valproico. El efecto adverso más importante es hepatotoxicidad que ocurre en cerca de 0.2% de los niños con menos de 2 años de edad. Puede haber agonismo farmacológico con fenitonia y diacepam. K) Carbamazepina: Droga anticonvulsivante. Altera la conductancia tónica presentando efecto estabilizador de las membranas. Tiene como efectos adversos sedación, mareo, diplopía, náusea, vómito, diarrea, eritema cutáneo, anemia aplasica, trombocitopenia, ictericia, oliguria, hipertensión arterial y arritmias cardíacas. Leucopenia crónica puede ocurrir. En altas dosis puede provocar síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética causando hiponatremia. Provoca inducción enzimática para si misma y para otras drogas como anticonceptivos, ácido valproico, corticoides, anticoagulantes y antipsicóticos. Drogas que inhiben el metabolismo de la carbamazepina como cimetidina, propoxifeno, diltiazen, verapamil, isoniazida y eritromicina potencian el efecto de la droga. L) Fenitoina: Droga anticonvulsivante. Regula la excitabilidad neuronal y la propagación de la actividad convulsiva, regulando el transporte de sodio y tal vez del transporte de calcio por la membrana neuronal. Este efecto estabilizante de membrana es electivo para el cortex cerebral, aunque puede observarse en nervios periféricos. Los efectos adversos de la fenitoína incluyen nistagmo, ataxia, diplopía, mareo, neuropatía periférica, hiperplasia gingival, acné, hirsutismo, reacciones alérgicas, hiperglicemia, anemia megaloblastica, hepatotoxicidad y gastritis. Provoca inducción enzimática de carbamazepina, ácido valproico, anticoagulantes y corticoides. (20,30) 23 Preoperatorio Los pacientes con Parálisis Cerebral necesitan habitualmente múltiples internaciones, lo que puede provocar mucha ansiedad. Las benzodiacepinas deben ser consideradas por sus propiedades ansiolíticas y miorrelajante, pero pueden ocurrir respuestas inesperadas. Antiácidos, gastrocinéticos y drogas que reducen secreciones pueden estar indicadas. La mayoría de los niños con Parálisis Cerebral presentan mucha ansiedad por las dificultades de comunicación, lo que aumenta con el déficit neurológico. Los padres o acompañantes son en general quiénes mejor se comunican con los niños, y la separación de los conocidos puede tornar esta experiencia muy traumática. Puede ser beneficioso contar con la presencia de estas personas durante la inducción y la recuperación de la anestesia. En pocos casos de Parálisis Cerebral, en los que el niño es predominantemente hipotónico, es prudente evitar la sedación preoperatoria. En estos niños hipotónicos existe un mayor riesgo de pérdida del tono de la vía aérea y de aspiración. La mayoría de los niños se habrá sometido en el pasado a sedaciones para procedimientos radiológicos o por otras razones. Antes de indicar una sedación preoperatoria, se debe consultar a los padres para saber como ha tolerado el niño las sedaciones previas. Una manera eficaz y práctica para determinar los requerimientos es considerar si el paciente ya parece sedado y si mira ya como si hubiese recibido premedicación, en este caso se puede obviar la premedicación de este paciente. Sin embargo la mayoría de los pacientes toleran la premedicación sin ningún incidente y reducir la dosis puede ser más apropiado que omitirla totalmente. Si es necesario la obtención de un acceso intravenoso antes de la inducción, puede ser útil la utilización de la crema EMLA (lidocaína 2.5% y prilocaína 2.5%). Frecuentemente la combinación de la crema EMLA, el óxido nitroso 5070% y/o sevorane, con oxigeno, y la sedación preoperatoria ayudan a obtener un acceso intravenoso. Las extremidades de estos niños están frecuentemente frías y vasoconstreñidas. Utilizar dispositivos de calentamiento como toallas calientes y tobilleras, ayuda a la vasodilatación, que hace mas fácil y rápido el acceso a una vena periférica. Actualmente se enfatiza la estratificación del riesgo con base en evaluación y exámenes preoperatorios. Niños que no deambulan con compromiso neurológico importante, con retardo mental y con gastrostomía o traqueostomía, tienen mayor probabilidad de complicaciones perioperatorias. Si hay escoliosis grave, desnutrición o hipovolemia, aumenta la incidencia de infecciones y lesión renal. Los antieméticos son recomendables por la elevada incidencia de nauseas y vómitos sobre todo si se usan opioides. (20) 24 Intraoperatorio Monitorización básica: (presión arterial no invasiva, oxímetro de pulso, electrocardiograma, capnógrafo, temperatura central) deberá ser realizada en todos los pacientes. En estos niños muchas veces hay que monitorizar la diuresis porque pueden estar deshidratados y son susceptibles a insuficiencia renal. En pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos mayores puede ser necesaria la monitorización invasiva. La intubación orotraqueal debe ser siempre hecha como en pacientes con antecedentes de reflujo gastroesofágico, recordando que niños con este problema son vulnerables a aspiración de la vía aérea durante la intubación o extubación traqueal. En pacientes con deformación de la columna vertebral puede ser necesario el auxilio de la fibrobroncoscopia para la intubación traqueal. La laxitud de ligamentos en la columna cervical, la sub-luxación atlanto-axial o la estenosis del gran foramen pueden predisponer a compresión de la médula con riesgo de cuadriparesia durante la intubación traqueal. Aunque niños con parálisis cerebral suelen ser pequeños para la edad, el tamaño del tubo traqueal seleccionado debe ser el correspondiente a la edad. En cirugías prolongadas puede ser útil la aspiración frecuente de la oro y nasofaringe. Niños portadores de parálisis cerebral pueden tener obstrucción en la vía aérea por laringoespasmo o por espasmo del músculo masetero. Esto puede ser debido a la propia espasticidad muscular, a la demora en la recuperación de la anestesia inhalatoria o al dolor post operatorio. Raramente la obstrucción puede devenir en edema pulmonar por presión negativa y necesitar ventilación mecánica. La extubación traqueal debe ser con el paciente despierto y normotérmico. (19, 20, 24, 31) En cuánto a complicaciones respiratorias se realizó un estudio con el objetivo de verificar la prevalencia de complicaciones respiratorias en niños con parálisis cerebral sometidos a anestesia general inhalatoria para la realización de tomografía computada. La muestra fue de 290 pacientes para tomografía de cráneo programada bajo anestesia general, divididos en 3 grupos: 1) Pacientes con parálisis cerebral tetraplejia espástica 2) Pacientes con otras clasificaciones de parálisis cerebral, cuáles sean, displejia espástica, hemiplejia espástica y coreoatetosis 3) Niños sin parálisis cerebral Todos fueron sometidos a anestesia general inhalatoria con sevoflorano asociado a N2O, a 0,5 de concentración alveolar minima (CAM). El mantenimiento de las vías aéreas fue hecho con máscara laringea y fueron considerados como eventos respiratorios los siguientes: hipoxemia (Spo2 < 90% mantenida por más de 20 segundos, laringoespasmo, broncoespasmo, tos intensa por más de 15 segundos, aspiración pulmonar clínicamente detectable de contenido gástrico. Tos fue la complicación más frecuente. 25 Los factores de riesgo encontrados fueron: padres fumadores, asma, convulsión, prematuridad, no coordinación oro faringea, infección de la vía aérea superiores(IVAS), alergia, reflujo gastroesofágico, neumonía, hidrocefalia. De todos los factores de riesgo, apenas la infeccion de la via aerea superior tuvo asociación estadística con la incidencia de complicaciones respiratorias. De las 40 pacientes que presentaron infeccion de la via aerea superior, 12 desarrollaron complicaciones respiratorias, o sea 30%. El riesgo relativo de pacientes con IVAS para desarrollar una complicación fue estimada en 10, 71%, quiere decir que presentan riesgo cerca de 10 veces mayor de desarrollar estas complicaciones en relación a los pacientes sin infeccion de la via aerea superior. El análisis de los resultados no demostró ninguna diferencia en la incidencia de complicaciones entre los grupos estudiados. Los resultados sugieren que la parálisis cerebral independientemente del tipo clínico, no es un factor de riesgo para el aumento de complicaciones respiratorias durante la anestesia general. Algunos factores pueden haber contribuido para esos resultados. Todos los pacientes fueron anestesiados con sevoflorano y máscara laríngea, el sevoflrano es un anestesico poco irritante para las vías aéreas, con un buen margen de seguridad y que permite la inducción inhalatoria suave y un despertar rápido. Demostraron que el manejo de las vías aéreas con máscara laríngea también parece reducir la incidencia de eventos respiratorios durante anestesia general comparada con la intubación traqueal sobre todo en los pacientes con infeccion de la via aerea superior. Además todos los pacientes fueron sometidos a la tomografía computada, un procedimiento de corta duración y sin estímulos dolorosos. (32) Posición: Hay que tener cuidado en el posicionamiento quirúrgico en niños espásticos para evitar lesión nerviosa o muscular. Si hay contracturas puede ser difícil posicionar al paciente. (31) Propofol: El propofol es una buena elección para una inducción intravenosa, aunque muchos niños con parálisis cerebral tienen una enfermedad reactiva de la vía aérea y el propofol, contrariamente al tiopental, disminuye el tono de la vía aérea. El propofol provoca movimientos involuntarios de tipo mioclonia mas que de tipo epileptiforme. Raramente ha habido agitación con propofol y al mayoría de los estudios muestra que esta droga es segura en casos de parálisis cerebral. El dolor durante la inyección puede ser un factor limitante, se puede minimizar al mezclar 1 cc de lidocaína al 1% por cada 10 cc de propofol y mediante la inyección lenta del fármaco. La mayoría de los agentes anestesicos son anticonvulsivantes y pueden ser usados en anestesia en niños con parálisis cerebral. Enfluorano, Ketamina y Etomidato, deben ser evitados. No obstante, la Ketamina ha sido usada en procedimientos ambulatorios sola o combinada con Halotano, y sus efectos adversos más frecuentes fueron taquicardia, vómito y agitación. (24, 30, 31, 36) La presencia de reflujo gastroesofágico y de aumento de secreciones orofaríngeas puede inducir al anestesiólogo a apresurarse en asegurar la vía aérea. Estudios que han examinado la utilización de succinilcolina en niños con 26 parálisis cerebral han suscitado preocupaciones sobre la seguridad de su utilización. El primer estudio que trato la cuestión de la liberación de potasio tras la succinilcolina, fue dirigido por Dierdorf et Al. Este estudio concluía que no había diferencias significativas en la liberación de potasio tras administrar succinilcolina en niños con parálisis cerebral cuando se comparaba con niños normales. Desafortunadamente, sucesos como la hiperkalemia tras la administración de succinilcolina son tan poco frecuentes que un estudio diseñado como el de estos investigadores, no es previsible que los capten. Sin embargo, el estudio de Theroux et Al, que examinaba la potencia de la succinilcolina en niños con parálisis cerebral, demostró un aumento de sensibilidad a la succinilcolina. Este estudio mostró que la dosis eficaz (DE) de succinilcolina para deprimir la contracción basal en un 50% (DE5O), es menor en niños con parálisis cerebral cuando se compara con niños sanos. La misma relación es cierta para la dosis efectiva de succinilcolina para deprimir el 95% (DE 95) de la contracción basal. En un estudio más reciente, los mismos investigadores examinaron la distribución anormal de los receptores de acetilcolina en las biopsias musculares obtenidas de niños con parálisis cerebral, Theroux et Al utilizaron un método de doble tinción en donde la acetilcolinesterasa tenía los límites de las uniones neuromusculares, que se seguía de una segunda tinción, en la que alfa bungarotoxina teñía los receptores de acetilcolina. Esta metodología permitió examinar la extensión de los receptores de acetilcolina en relación con los límites de las uniones neuromusculares . Hasta el 30% de los niños tenía receptores de acetilcolina encima y más allá de los limites de la unión neuromuscular. Esta evidencia directa compuesta por evidencias indirectas de estudios clínicos, deja la utilización rutinaria de la succinilcolina en niños con parálisis cerebral cuestionada en el mejor de los casos. Los relajantes musculares no despolarizantes muestran una menor potencia en niños con parálisis cerebral. En otras palabras, un relajante muscular no despolarizante requerirá mayores dosis y posiblemente tendrá una duración más corta si se compara con niños normales. Estos descubrimientos concuerdan con otros estudios que examinan la sobre regulación de los receptores de acetilcolina. Para mantener el bloqueo neuromuscular durante la cirugía en los niños con parálisis cerebral se necesitan dosis de relajante muscular más altas de las esperadas (24, 31, 33). Las concentraciones alveolares mínimas (CAM) de los anestésicos inhalatorios son más bajas si se comparan con niños normales. En estos niños, los agentes anestésicos inducen un mayor estado hipnótico como se evidencia por el valor del índice biespectral (BIS) más bajo cuando se exponen a concentraciones similares de sevoflorano y comparados con pacientes que son normales. En un estudio comparativo, niños con parálisis cerebral, cuadriplejia espástica y niños sanos de edades similares se expusieron a concentraciones similares de sevoflorano. Los niños que padecían parálisis cerebral tenían valores basales de BIS más bajos que los niños sanos, se mantuvieron significativamente más bajos a concentraciones anestésicas variables (24, 31, 34, 35) 27 En otro estudio aparte, compararon los niveles de regresión de anestesia. Estudios continuados de regresión de anestesia: Estudio 1): Respuesta a estimulo doloroso. Estudio 2): Obedecer a comando: abrir los ojos y la boca cuando se solicite. Estudio 3): Responder a una pregunta sencilla. Ej: ¿Cuál es su nombre?. Estudio 4): Estar bien orientado en el tiempo y el espacio: saber donde está, lo que hace y cuál es el día de la semana. Saraiva RA: Estudios clínicos de regresión de la anestesia. En este estudio, en la sala de recuperación post anestésica a los 15 minutos, 29% de los pacientes con parálisis cerebral permanecían en el estudio 1 de regresión anestésica (apenas reaccionando al dolor) y solo un 8% de los pacientes sin parálisis cerebral estaban en ese estudio. A pesar de la ostensible diferencia encontrada, ella no fue considerada estadísticamente significativa entre esos valores. En la evaluación siguiente realizada a los 30 minutos después de interrumpida la administración de agentes anestésicos, 72% de los pacientes del grupo control ya estaba en el estadio 4 con condiciones clínicas de alta, en comparación con el 42% de los pacientes con parálisis cerebral. Este resultado nos sugiere que la completa regresión clínica de la anestesia es más rápida en los pacientes del grupo control en comparación al grupo parálisis cerebral. Cómo era necesaria la colaboración de los pacientes en los test en la sala de recuperación anestésica para la evaluación de la escala de regresión anestésica, apenas pocos casos de las formas más graves de parálisis cerebral participaron en el estudio, lo que puede haber contribuido para que las diferencias entre los grupos no fuesen mayores. Los resultados de este estudio sugieren que los pacientes con diagnóstico de parálisis cerebral, independientemente de su clasificación clínica, tienen una regresión de la anestesia más lenta que los pacientes sin enfermedad del sistema nervioso central (31). En la práctica clínica los opioides parecen tener una potencia mayor en los niños con parálisi cerebral. Es preciso reducir la dosis y se necesita efectuar una mayor vigilancia para asegurar el mantenimiento de la vía respiratoria permeable tras la extubación. La administración prolongada de meperidina en pacientes nefropatas puede resultar en acumulo de normoperedina que es epileptógena (19, 36). La alergia al látex ha sido descrita en pacientes con parálisis cerebral causando broncoespasmo y atelectasia. Esto puede tener relación con el gran número de cirugías que reciben, y por eso debe ser investigada esta posibilidad preguntando sobre manifestaciones de alergia cuando hay contacto con productos de látex. Si ocurre reacción anafiláctica durante una cirugía, la alergia al látex debe ser considerada (20). 28 Temperatura: Cuanto más afectado está el niño, mayor es la probabilidad de que sea incapaz de regular su temperatura, la hipotermia intraoperatoria es habitual en estos pacientes por alteraciones de la regulación térmica debido a disfunción del hipotálamo. La desnutrición puede colaborar para que ocurra hipotermia. Con frecuencia estos niños llegan al quirófano con una hipotermia en el límite. La normotermia puede ser difícil de detener, pero debe intentarse usando mantas o dispositivos de calentamiento y calentando los fluídos de hidratación e irrigación. La hipotermia retarda la recuperación de la anestesia general. Sangrado intraoperatorio: Merece la pena mencionar que la cirugía de artrodesis vertebral realizada en niños con parálisis cerebral junto con otro tipo de escoliosis neuromuscular, es frecuentemente un procedimiento más prolongado que la artrodesis vertebral realizada para la escoliosis idiopática en niños normales. La columna vertebral se fusiona quirúrgicamente desde T1 hasta el sacro y está asociada con sangrado que equivale a uno o dos volúmenes sanguíneos totales del paciente. Monitorización: De forma rutinaria se monitorizan los potenciales evocados para asegurar la integridad de la médula espinal, durante la artrodesis vertebral en niños que, aparte de tener esta patología están sanos. Con frecuencia se cree que no tiene sentido realizar dicha monitorización en niños con parálisis cerebral, ya que la respuesta evocada basal está disminuida o incluso puede estar ausente. Sin embargo, la capacidad de la monitorización está evolucionando y los niños que padecen parálisis cerebral están siendo monitorizados con mayor frecuencia. Un estudio de Dicindio et Al, que examinaba la viabilidad de la médula espinal utilizando tanto los potenciales evocados como los sensoriales, ha mostrado que un número mayor del que se preveía de niños con parálisis cerebral, se puede monitorizar utilizando la tecnología disponible actualmente. 29 En general, los niños con parálisis cerebral sangran más por segmento de vertebra fusionada cuando se comparan con pacientes con escoliosis idiopática. Las razones de este volumen de sangrado son poco claras y frecuentemente se atribuyen a su pobre estado nutricional o a un estado de no deambulación de por vida. Están surgiendo estudios sobre este tema. Un estudio piloto que investiga factores de coagulación halló que la existencia de niveles de factores inferiores a los normales es prevalerte en niños con parálisis cerebral (Tabla 6). En este estudio, de los 5 pacientes con parálisis cerebral grave y espástica, 2 tenían niveles de factores inferiores a los normales antes del inicio de la cirugía. Cada uno de los 5 pacientes tenía por lo menos un factor por debajo del nivel normal en el momento que perdían el 25% de su volumen sanguíneo estimado. Por ello, la utilización precoz de plasma fresco congelado es una práctica frecuente en procedimientos quirúrgicos que implican una pérdida de sangre significativa (Tabla 6). En estos niños las plaquetas se hallan con frecuencia en el límite bajo debido al uso prolongado de anticonvulsivos. La función plaquetaria también está afectada por los anticonvulsivos. Se han estudiado los procoagulantes para examinar su ventaja potencial en reducir la pérdida sanguínea quirúrgica en estos pacientes. En un estudio aleatorio, controlado, se encontró que el procoagulante 1desamino-8-D-arginina vasopresina, no tenía efectos. La aprotinina puede ser más prometedora, pero hacen falta estudios definitivos en niños con parálisis cerebral (20, 24). Técnicas Regionales Para la mayoría de los procedimientos mayores es conveniente combinar la anestesia general con técnicas regionales para facilitar la analgesia intra y post operatoria Las técnicas de anestesia regional como anestesia peridural (lumbar o caudal), raquianestesia y combinada raqui-peridural, usando anestésicos locales solos o asociados a opioides y agonistas alfa 2 adrenérgico (clonidina) han sido utilizados sin problemas en pacientes con parálisis cerebral. Cada vez es más frecuente la utilización de clonidina junto con bupivacaína y fentanilo. Se cree que la clonidina ayuda también a reducir la espasticidad. Es más probable que en estos pacientes se produzca hipotensión postoperatoria cuando se utilizan los tres agentes a la vez. En 1993, Ohta et al , estudiaron la seguridad y la eficacia de tres opioides diferentes a través e la vía peridural para el tratamiento del dolor durante el período postoperatorio. Se incluyeron 85 niños entre los 5 y los 15 años de edad con parálisis cerebral y que se sometían a cirugía. Estos pacientes recibieron además de la anestesia general, una de las cuatro opciones por vía caudal al final de la intervención: 1) Ningún fármaco, 2) Morfina, 40 gamas/kilo, 3) Buprenorfina 3 gamas/kilo o 4) Butorfanol 30 gamas/kilo. Los investigadores concluyeron que los opioides peridurales consiguen un control del dolor postoperatorio seguro y útil en niños con parálisis cerebral. Los efectos adversos más comunes son náuseas y vómitos. 30 Para las técnicas anestésicas continuas la presencia de escoliosis puede dificultar el pasaje del catéter (37,38, 39). Postoperatorio: Algunos pacientes pueden demorar para recuperarse de la anestesia. Esto puede ser por hipotermia, principalmente en los que está alterada la regulación térmica. Dispositivos para calentamiento activo (por ejemplo con aire) puede ser usado para normalizar la temperatura. Otra causa es el efecto residual de anestésicos volátiles ya que como la concentración alveolar minima ( CAM ) está reducida, es probable que la CAM para despertar también sea menor. La sialorrea puede causar dificultad para mantener permeable la vía aérea y puede ser necesario aspirar con frecuencia. Mayores cuidados serán tomados cuando el niño presenta parálisis seudobulbar por el riesgo de regurgitación y aspiración de vómito. Pacientes con parálisis cerebral en general tiene dificultad para toser y a veces tienen infecciones respiratorias frecuentes por lo que se benefician de la fisioterapia respiratoria postoperatoria. En casos de cirugía prolongada como en la escoliosis, puede haber complicaciones respiratorias y estos casos pueden ser beneficiados con soporte de presión positiva en vía aérea. Raramente son necesarias la ventilación mecánica prolongada o la traqueostomía. Agitación al despertar de la anestesia es frecuente. Eliminar causas co adyacentes y excluir etiologías como dolor o retención urinaria puede ser difícil en estos casos. Esta agitación generalmente se debe al hecho de despertar en ambiente desconocido y es más frecuente cuando hay retardo mental. La presencia de los padres en la sala de recuperación puede ayudar. Alteraciones visuales y auditivas pueden contribuir a la agitación post-operatoria. La medicación anti-convulsivante debe ser reiniciada lo antes posible, pero muchos fármacos tienen efecto prolongado (vida media 24-36 horas) y por eso interrumpirlos por 24 horas no tiene consecuencias. Algunos anti-convulsivantes como benzodiacepinas, fenitoína y fenobarbital, pueden ser administrados por vía venosa. Valproato de sodio, carbamazepina y diazepan, pueden ser administrados por vía rectal, aunque su absorción puede ser variable. Es más importante mantener esta medicación en los casos que tienen convulsiones generalizadas. El anestesiólogo debe coordinar con el médico tratante la conducta para prevenir convulsiones postoperatorias. La espasticidad se trata frecuentemente con baclofen o dantrolene. La retirada abrupta de baclofen puede causar convulsiones y alucinaciones. Diazepan por vía rectal o intravenosa (0,1 a 0,2 mg/k) puede ser utilizado hasta que la medicación oral, vuelva a ser administrada. Si el niño usa baclofen por vía subaracnoidea, la medicación debe ser continuada en el postopetarorio. Si la bomba tiene que ser retirada, se debe administrar baclofen oral previamente por 2 o 3 días aunque es menos efectivo que por vía subaracnoidea. La contractura muscular puede dificultar el posicionameinto del paciente en la sala de recuperación. 31 Si es usada analgesia peridural, puede ocurrir lesión de piel por presión prolongada en particular si el niño es desnutrido. Pacientes que recibieron anestesia regional pueden presentar síndrome compartimental por la frecuencia de procedimientos ortopédicos en miembro inferior y por la dificultad en manifestar dolor. Este síndrome ocurre por el aumento de presión en espacios no dilatables, y hay riesgo de compromiso de estructuras como músculos, tendones, vasos y nervios, por disminución de perfusión tisular. Otras causas pueden intensificar el problema incluyendo edema, hemorragia, compresión externa por yeso o vendas. El grado de lesión depende de la presión alcanzada y del tiempo de compresión. Esto es común en la osteotomía de tibia. Cuidados y observación del yeso con elevación de las piernas reducen el riesgo de esta complicación. Niños con parálisis cerebral pueden desarrollar constipación por reducción de la motilidad gastrointestinal, disminución de la ingesta y uso de opioides. Enemas y laxantes pueden ser necesarios (20). Analgesia: Analgesia postoperatoria es importante en el manejo de niños con parálisis cerebral. La analgesia inadecuada puede aumentar el tono muscular y producir espasmo que empeora el dolor post quirúrgico. La evaluación del dolor puede ser difícil por retardo mental y dificultad para la verbalización. Indicadores de comportamiento como alteraciones faciales, gemido, llanto y alteraciones del sueño, pueden estar presentes en pacientes sin dolor y son difíciles de interpretar. Ha sido intentando crear una escala de dolor para estos pacientes pero no ha sido con éxito. Un aspecto a ser tenido en cuenta es que niños con graves alteraciones del desarrollo pueden tener indiferencia al dolor o elevado umbral para quejas ante maniobras dolorosas. El dolor postoperatorio debe diferenciarse de hambre, ansiedad, disconfort con la posición, cefalea, otitis, odontalgia, dismenorrea y reflujo gastroesofágico. La cirugía más frecuente en pacientes de parálisis cerebral es ortopédica de miembro inferior. Estos pacientes presentan con frecuencia espasmos musculares en el postoperatorio que pueden ser causa de dolor. Diazepan puede ser útil para disminuir esta complicación pero puede también producir sedación prolongada dependiendo de la dosis. En las ortopédicas de miembro inferior la analgesia por vía peridural lumbar es muy eficaz para controlar el dolor y el espasmo muscular. Si se asocian opioides la analgesia suele ser excelente pero puede haber náuseas y vómitos. Cuando se usa morfina peridural, hay elevada incidencia de sedación en niños con parálisis cerebral. La asociación de anestésico local con clonidina promueve excelente analgesia con menos efectos adversos. 32 La analgesia por vía peridural caudal usando opioide mostró buena calidad analgésica sin efectos adversos. La rizotomía dorsal selectiva (resección de raíces nerviosas posteriores entre L2S2) se asocian con dolor intenso, espasmo muscular y disestesia. Morfina peridural o raquídea, asociada o no con bupivacaína ha sido utilizada, con buena calidad de analgesia. El uso de morfina por infusión venosa 20 a 40 gamas/kilo/hora y keterolac 1mg/kilo, seguido de 0,5 mg/kilo intravenoso cada 6 horas durante 48 horas para control del dolor postoperatorio, asociado con miodazolan (10 a 30 gamas/kilo/hora) para profilaxia de espasmo muscular, mostró ser una técnica segura y efectiva en pacientes sometidos a rizotomia dorsal selectiva. La morfina por vía subaracnoidea en dosis intermitentes o infusión continua asociada con bupivacaina, ha sido empleada para analgesia postoperatoria en este procedimiento. El resultado muestra menos dolor cuando se asocian anestésico local y opioide en infusión continua sin diferencia en la incidencia de prurito, espasmo muscular y hemodinámica y ventilación comparado con el uso de opioide en dosis intermitentes. Pacientes con parálisis cerebral que recibieron procedimientos quirúrgicos mayores y necesitan infusión continua de analgésicos por vía venosa o peridural deben ser monitorizados cuidadosamente , electrocardiograma frecuencia respiratoria, oximetría periférica. Dolor Crónico en la Parálisis Cerebral: Es difícil el diagnóstico de dolor crónico en niños con parálisis cerebral especialmente si hay dificultad en el habla. Localizar el sitio del dolor puede ser complejo. Entre las causas habituales están la subluxación de cadera, reflujo gástrico, dolor toraco lumbar secundario a la escoliosis, artritis y dismenorrea. El dolor puede a veces ser localizado manipulando el área dolorosa. Los pacientes sin retardo mental, principalmente adolescentes, pueden presentar depresión que puede ser exacerbada por el dolor crónico. Recientemente hubo relato de dolor neuropático siguiente a cirugía ortopédica múltiple en pacientes con parálisis cerebral. Es deseable un enfoque multidisciplinario para estos niños (39 a 41). 33 Historia 1: Niño de 10 años. Sexo femenino con parálisis cerebral tipo cuadriplejia espástica, coordinado para liberación de aductor izquierdo, liberación de PSOAS en arcada y liberación posterior de rodilla. Antecedentes: Embarazo de 7 meses, parto normal, paro respiratorio al nacer. 3 neumonias comunitarias, 15 días de CTI a los 3 meses (complicación de una neumonía). Epiléptico con convulsiones en tratamiento con fenobarbital. Trastornos deglutorios. En lo neuromuscular presenta una cuadriparesia extrapiramidopiramidal con movimientos coreatetóxicos, uso funcional de mmss. Sin antecedentes quirurgicos. Exámen físico: Peso 19 kilos. Piel pálida, mucosas normocoloreadas. Cardiovascular: RR de 90cpm RB6 Pleuropulmonar: MAV conservado bilateral, frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto. Bucofaringe: Se realiza parcialmente por motivo del paciente, mallanpatti 2 (con paciente acostado). Distancias normales. Red venosa: Mala red venosa periférica. Paraclínica: a) Hemograma: Hemoglobina 11,3, Hto 36, plaquetas 170.000 b) Crasis: Tasa de protrombina 85 %, resto de valores sin particularidades. Se realiza una inducción bajo máscara con circuito americano con oxígeno al 100% más sevoflorano al 8% luego 4 %. -Vía venosa periférica abocath 20. -Succinilcolina 25mg, fentanyl 0,05mg. Se realiza intubación orotraqueal con sonda nº 6 sin dificultades. -Relajante muscular , atracurio 15 mg. Monitorización estándar: Presión arterial no invasiva con esfingomanometro. -Electrocardiograma de 3 derivaciones. -Saturometro de pulso. -ETCO2 mediante un capnógrafo -Temperatura central faringea. En el intraoperatorio se hacen 0,025 mg más de fentanyl, atracurio 5 mg más, dipirona 750 mg. 34 -Mantenimiento con sevoflorano al 2%. -Duración de la cirugía 110 minutos. Como analgesia postoperatoria se realizo dipirona 600 mg intravenoso media hora antes de finalizar la cirugía, y tramadol 25 mg intravenoso al ingreso a sala de recuperación postanestésica. -Previo a la extubación neostigmina 2 mg y atropina 0,5 mg. Se extuba, saturación al aire 96-97 %, se traslada a la sala de recuperación post anestésica. Luego de 30 minutos (acompañado por la madre en sala de recuperación) se traslada a piso. Discusión : En este paciente el abordaje de la via aerea tiene dos puntos , uno es la de elegir un relajante muscular de inicio rápido para no ventilar al paciente que tiene transtornos deglutorios y evitar propable aspiración de contenido gástrico o de secreciones bucofaringeas ; el otro es la posible hiperpotasemia tras el uso de la Succinilcolina , digamos que este paciente no tenía elementos de vía aerea dificultosa. Se podría haber optado por el uso de Rocuronio un relajante muscular no despolarizante de inicio rápido , pero no había ese día en el servicio por lo que se realizó Succinilcolina. Historia 2 Paciente de 7 años portador de paralisis cerebral de tipo hemiplejia espástica , coordinado para cirugía de alargamiento del tendon de Aquiles ,( operación de Vulpius). ANTECEDENTES : Recien nacido de término , peso al nacer 4100 gr , talla 52 cm. Recien nacido que requirió unas horas en incubadora , alta al cuarto día , no se pudo obtener mas datos de lo sucedido . Desde los cinco a seis meses la madre relata que nota asimetría en los movimientos , moviliza menos los miembros derechos y mantenía mano derecha empuñada. No convulsiones , no transtornos deglutorios , no alteraciones sensoriales ( ve y oye ). Retardo mental leve . Se estudia y diagnostica paralisis cerebral a los 19 meses . Luego de eso prácticamente no ha realizado fisioterapia . Sin antecedentes quirurgicos EXAMEN FISICO –Peso 21 kilos. Piel y mucosas normocoloreadas , cardiovascular : RR de 88 cpm ; Pleuropulmonar sin particularidades. Bucofaringe : retrognatismo leve, distancias s / p , no abre la boca . Miembros superiores : Se logra supinacion completa con resistencia , no acortamiento de logia flexora ,muy poca funcion de miembro superior derecho. 35 Miembros inferiores:abducion leve asimetrica ,menos a derecha.Acortamiento de triceps a derecha. Examen Neurologico:Hemiparesia derecha ,en miembro superior derecho vence gravedad,a nivel de miembro inferior vence gravedad y resistencia . Espasticidad en flexores y pronadores . Hiperrreflexia a derecha. Marcha equina es stepage. PARACLINICA. Hemograma ,Crasis ,Funcion renal y glicemia sin particularidades. ANESTESIA Se realizo inducción con sevoflorane al 4 % y luego al 8 %. Se realiza via venosa periferica abocath 22 ,fentanyl 0,04 mg, succinilcolina 25mg . Se realiza intubación orotraqueal con sonda orotraqueal 5,5 con manguito ,sin incidentes . Intraoperatorio: mantenimiento con sevoflorane a 2,5 CAM . Analgesia :dipirona 600 mg. Suero Ringer Lactato :350 ml No se preciso repetir la dosis de relajante muscular . Duracion de la cirugía 60 minutos. Se realiza reversión de la relajación muscular con Neostigmina 1,75 mg y Atropina 0,45 mg. Previo a la extubacion se realiza aspiracion bucofaringea ,post extubacion saturación al aire 98%. Se despierta excitado ,no impresióna dolor,se traslada a sala de recuperación en presencia de la madre ,a los treinta minutos se traslada a piso. DISCUSION Siguiendo el razonamiento de la primera historia, a diferncia del otro paciente este tenia un elemento de via area dificultosa ,por lo que la primer eleccion en el relajante muscular es la succinilcolina. 36 BIBLIOGRAFIA . 1- Bass N. Cerebral palsy and neurodegenerative disease . Curr Opin Pediatr 1999 ; 11:504 – 7 2- Bobath K. Base neurofisiologica para el tratamiento de la paralisis cerebral. Buenos Aires : Editorial Medica Panamericana ; 1982 3- Fernandez – Jaen A , Calleja – Perez B. La paralisis cerebral infantil desde la atención primaria. Med Integral 2002 ; 40 : 148 – 58 4- Hagberg B , Hagberg G. The origin of cerebral palsy. En : David TJ. Recent Advances in Paediatries. Vol 11 . Londres : Ed. Churchill Livingstone ; 1993 p. 67 – 83 5- Jacobson B , Hagberg G. Antenatal risk factors for cerebral palsy. Best Pract Res Obstet Ginaecol 2004 ; 18 : 425 – 36 6- Hagberg B , Hagberg O. Olor I , The changing panorama of the cerebral palsy in Sweden . 1954 – 1970 . Análisis of the various síndromes . Acta paediatr Scand 1975 ; 64 : 193 – 200 7- Koeda J. Takeshita K. Visuo perceptual impairment and cerebral lesions in spactic diplegia with preterm birth. Brain Dev 1992 ; 14 : 239 – 44 8- Koman LA , Smith B. Shilt J. Cerebral palsy. Lancet 2004 ; 363 : 1614 – 31 9- Kyllerman M, Bager B , Venís J et al. Dyskinetic cerebral palsy . Clinical categorías associated neurological abnormalities and incidentes . Acta Paediatr Scand 1982 ; 71: 543-50 10- Blumenthal I. Periventricular leucomalacia : a review. Eur J Pediatr 2004;163:435-42 11- Blair E , Stanley FJ. Intrapartum asphxia : a rare cause of cerebral palsy J Pediatr 1988;112:515-9 12- Arce A,Iriondo M,Krauel J y cols.Seguimiento neurologico de recien nacidos menores de 1500 gramos a los dos años de eadad. An Pediatri 2003; 59:454-61 13- Albrigth Al..Spastic cerbral palsy:approaches to drug treatment.SNC drugs 1995;4:17-27 14- Albright Al.Baclofen in the treatment of cerebral palsy.J Child Neurol 1996;11:77-83 15- Bobath B. Motor development :its effect on general development and applcation to the treatment of cerebral palsy.Phisioterapy 1971;57:526-32 16- Bobath B.The very early treatment of cerebral palsy .Dev Med Chil Neurol 1967;9:373-90. 17- Bugie C,Lorente I.Tratamiento de la paralisis cerebral infantil.En:Fejerman N,Fernandez Alvarez E.Neurologia Pediatrica.2 ª edicion Buenos Aires:Editorial Medica Panamericana 18- Campistol J .Farmacos empleados por via oral para el tratamiento de la espasticidad .Rev Neurol 2003;37:70-4 19- Nolan J.Chalkiadis GA,Low J et al.Anesthesia and pain managment in cerebral palsy.Anesthesia , 2000;55:32-41 37 20- Wongprasartsuk P,Stevens J .Cerebral palsy and anesthesia.Paediatr Anaeesth, 2002;12:296-303 21- Sharrock N E,Beckman J D,Inda EC et al –Anesthesia for Orthopedic Surgery ,em:Miller RD-Millers Anesthesia ,6ª Ed, Philadelphia ,Churchill Livingstone,2005;2427 22- McLeud ME,Crighton RE-Central Nervous System Diseases,em :Katz J. Steward D-Anesthesia and Uncommon Pediatric Diseases,2ª Ed. Philadelphia , WB Saunders Company,1993;93 23- SiedmanL-Anesthesia for the Expremature Infant ,em :Gregory GAPediatric Anestesia ,4ªEd, New York,Churchil Livingstone ,2002;372 24- Theroux M,Akins R Cerebral palsy. Anesthesiology Clin N Am 2005;23:733-743 25- De Waal EE,Kalkman CJ-Haemodynamic changes during low pressure carbon dioxide pneumoperitoneum in young children.Paediatr Anaesth,2003;13:18-25 26- Wilson GA ,Brown JL,Cabbe DG et el –Is epidural analgesia asociated with an improved outcome followimg open Nissen fundoplication. Paediatr Anaesth,2001;11:65-70 27- Anderson KJ, Farmer JP, Brown K-Reversible coma in children after improper baclofen pump insertion.Paediatr Anaesth,2002;12:454-460 28- Novartis Pharmaceutics.Intratechal Lioresal (baclofen) product data sheet.Compendium of Pharmaceuticals and specialties, 35ªEd, Novartis Pharmaceuticals; 2000:847-849 29- Forssberg H, Tedroff KB-Botulinum toxin treatment in cerebra palsy :intervention with poor evaluation .Devel Med Child Neurol, 1997;39:635-640 30- Stoeling RK –Antiepileptic Drugs ,em:Stoeling RK-Pharmaclogy and Physilogy in Anesthetic Practice , 3ªEd Philadelhia, Lippincott Raven, 1999;506-514. 31- Maranhao M – Anestesia y paralisis cerebral. Rev. Bras Anestesiol 2005 ; 55 : 6 : 646 – 657 32- Mello SS , Soares LA, Marques RS et al – Complicacoes respiratorias em anestesia geral para pacientes com paralisia cerebral : estudio prospectivo. Rev Bras Anestesiol , 2004 ; 54 : (Suppl 33 ) : CBA209 A 33- Theroux MC , Brandom BW, Zagnoev M – Dose response of succinycholine at the adductor pollicis of children with cerebral palsy during propofol and nitrous oxide anestesia . Anesth Analg , 1994 ; 79 : 761 – 765 34- Ogasawara H , Shimodate Y, Isosaki K – Sevoflurane anestesia for a patient with cerebral palsy . Masui , 1990 ; 39 : 500 – 502 35- Choudry DK Brenn BR – Bispectral index monitoring : a comparison between normal children and children with quadriplegic cerebral palsy . Anesth Analg, 2002 ; 95: 1582 – 1585. 36- Karina N , Toyoyama H, Furuichi K et al – Induction of general anaesthesia using propofol for caesarean section of a woman with cerebral palsy. J Clin Anesth , 1999 ; 11 : 672 – 674. 38 37- Puncuh F , Lampugnani E, Kokki H – Use of spinal anaesthesia in paediatr patients : a single centre experience with 1132 cases . Paediatr Anaesth , 2004 ; 14 : 564 – 567. 38- Brenn BR,Brislin RP,Rose JB-Epidural analgesia in children with cerebral palsy.Can J Anasth,1998;45;1156-1161 39- Otha K, Katsuno M, Kawana S et al- Epidural opioids for post operative pain control in pediatric patients wih cerebral palsy. Masui , 1993;42:664-668 40- Hesselgard K,Sttromblad LG,Reinstruí P-Morphine with or withuout a local anaesthetic for postoperative intrathecal pain treatment after selective dorsal rhizotomy in children .Paediatr Anaesth,2001;11:75-79. 41- Laudr GR, Whirt MC-Neuropathic pain following multilevel surgery in children with cerebral palsy :a case series and review.Paediatr Anaesth,2005;15:412-420. 39