Ficha INMUNIDADES PARLAMENTARIAS

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INMUNIDADES PARLAMENTARIAS:
El caso “Varela Cid”
Raúl Borello
Profesor Adjunto
Cátedra de Derecho Constitucional
I.- El Art. 68 del la Constitución Nacional dispone que ninguno de los miembros del
Congreso puede ser acusado, interrogado judicialmente, ni molestado por las
opiniones o discursos que emita desempeñando su mandato de legislador. Tal
disposición – si bien ha sido interpretada con carácter amplio por la doctrina y
jurisprudencia- en tanto fortalece la división de poderes1, ha merecido – en algunos
fallos- el estudio del “alcance” de tal privilegio excepcional del que no gozan todos
los ciudadanos. En tal sentido, casi todos los fallos son cautos al analizar si las
expresiones del legislador “se relacionan directamente” con la tarea que el mismo
cumple en el cuerpo legislativo (Ej: en Comisiones Investigadoras). Tal ha sido el
eje de análisis en distintas causas como “Varela Cid”, “Carrió”, “Ocaña” ó “Cossio”
(éste último de suma importancia en razón de haber sido un pronunciamiento de la
Corte Suprema de Justicia).
Seguidamente analizaremos sucintamente el caso Varela Cid.
II.- Los hechos de este caso, fueron los siguientes:
- El 1° de mayo de 1995, por un programa emitido por America TV, conducido por
los periodistas Haddad y Longobardi, el entonces Diputado Nacional Eduardo
Varela Cid efectuó una serie de opiniones contra una Jueza de la Provincia de
Buenos Aires, Lucila Larrandart.
Algunos de los dichos de Varela Cid fueron los siguientes: “Ella es socia del Estudio
Jurídico de Gené y Da Rocha” (… ) “En diciembre de 1993 ella era letrada
patrocinante de José Arredondo Alvarez, de Gil Suarez y Maldonado Balderrama,
tres narcotraficantes Bolivianos en nuestras cárceles..”(…) “Luego paso a ser
Presidenta del Tribunal Oral N° 1 con asiento en Olivos. Como será la benignidad
de esta magistrada para con los narcotraficantes que aparentemente, y me imagino
que se va a investigar ahora, que las personas que están detenidas, entre ellos dicen
que les cobran mil y tres mil pesos solamente para lograr el sorteo” (….)”Ahora
resulta que el señor Gustavo Gené es asesor del senador Bordón…”(….) “Póngase
un minuto en la piel de un policía que gana $ 400 que detuvo a esa persona.
Arriesga su vida. Detiene a una persona y después por cuatro mil pesos arreglan al
Tribunal en donde dicen zafan todos…”(….) “…además a la señora Lucila
Larrandart le pedí juicio político el día 8 de marzo de 1995…”(…) “La otra vez
que estuve en este programa le pedí que renunciara por dignidad de la justicia por
La jurisprudencia ha entendido que: “ El concepto general es proteger los discursos pronunciados ante las
Cámaras. El Congreso es un órgano eminentemente deliberativo, la libertad de expresión de sus miembros ha sido considerada
como imprescin-dible para el desempeño del cargo y en vista de ello la Constitución Nacional ha otorgado a sus miembros una
inmunidad que no tiene por objeto su protección personal, sino que se inspira en un claro objetivo institucional.
La inmunidad parlamentaria es esencial para asegurar no sólo la independencia de los poderes públicos, sino la existencia
misma de las autoridades creadas por la Constitución. Su fin es el de garantizar la libertad en los debates propios del ejercicio
de la función legislativa”. (Causa “Ocaña”- 24.06.04- CNCasación Penal Sala IV)
1
que en 9 de cada 10 causas ella encuentra fallas de procedimiento, deja en libertad
a los narcotraficantes y deja procesados a los policías. Entonces yo quiero
incorporar al tema de la lucha contra el narcotráfico en el próximo debate, y
cuando la gente vote a un senador sepa que después ese senador le da acuerdo a
jueces como este”. El 3 de mayo de 1995, E. Varela Cid vuelve a efectuar
comentarios sobre el mismo tema en el programa radial “La mañana de Carlos
Varela”.
-A raíz de tales declaraciones Larrandart, Gené y Da Rocha inician querella
criminal contra Eduardio varela Cid por el delito de “calumnias e injurias
reiteradas, propagadas por medio de la prensa”.
- Frente a tal querella es que la defensa de Varela Cid alega la inmunidad
parlamentaria , y por ello solicita el sobreseimiento del Diputado.
- El Juzgado de Primera Instancia Correccional N° 13 no hizo lugar a tal defensa
(técnicamente se trató de una “excepción de falta de acción”) al entender que “
Varela Cid manifestó las expresiones que la querella tilda de calumniosas o
injuriosas fuera del recinto y que tampoco fueran emitidas como consecuencia del
mandato que desempeñaba, sino que las profirió a nivel personal, motivo por el
cual no puede ampararase en la inmunidad invocada”.
- Al llegar –por vía de apelación – la causa a la Cámara Nacional de Casación
Penal –Sala II- ésta dicta sentencia en echa 1 de octubre de 1998, ratificando lo
actuado por el Juzgado de Primera Instancia, es decir rechazando la pretensión de
Varela Cid de ampararse en la inmunidad parlamentaria. Los argumentos de la
Cámara fueron los siguientes: “Si las opiniones vertidas por un diputado fuera del
recinto parlamentario, no se ligaban de modo alguno con el pedido de juicio
político que –encontra de un juez de la Nación- el congresista había formulado,
las mismas resultan descontextualizadas de la función legislativa no pudiendo
constituir una opinión proferida desde tal condición extralimitándose del amplio
privilegio del que goza como integrante del cuerpo legislativo (art. 68 de la
Constitución Nacional) ”.
Por otro lado, el Tribunal también tuvo en cuenta que una de las motivaciones del
Diputado (para efectuar tales expresiones agraviantes), era “…la campaña que hace
ante el público, fuera del recinto parlamentario, para renovar una banca en el
Congreso”.
Otro argumento importante que sostuvo el Tribunal es el siguiente: “La Constitución
Nacional debe analizarse como un conjunto armónico, por tratarse de una
estructura sistemática, debiendo en la inteligencia de cada una de ellas cuidarse de
no alterar el equilibrio de conjunto, donde las excepciones y privilegios (obviamente
la inmunidad de opinión de los legisladores lo es) deben interpretarse con criterio
restrictivo”.
-En síntesis: La tesis sustentada por el Tribunal es la siguiente:
. Si las opiniones vertidas por un legislador fuera del recinto parlamentario
se relacionan directamente con la tarea que está llevando a cabo dentro de el,
goza de la inmunidad conferida por la Constitución Nacional, no pudiendo ser
juzgado por tales alocuciones.
. Pero si tales opiniones no se relacionan con la tarea que lleva a cabo en
el recinto (en este caso no había relación directa con el pedido de juicio político) y
por ende son declaraciones “descontextualizadas”, que –también así lo dice el fallose relacionan mas con una campaña política, que por hacer conocer a la población
un tema de trascendencia que se vincula directamente con una actividad que se
desempeña en el parlamento, en tal caso el legislador no goza de inmunidad de
opinión. Por ende – y al no darse los requisitos necesarios para la procedencia de la
inmunidad de opinión- sus dichos pueden consistir en delito y como tales caen bajo
la órbita del accionar judicial.
En la causa “Ocaña” de fecha 24.06.04 la Cámara Nacional de Casación Nº 4, se
sostuvo idéntico criterio: “Con respecto a las opiniones que los legisladores emitan
fuera del recinto parlamentario, lo determinante es que tiene que haberse
producido con motivo y en ejercicio de la función que el legislador detenta,
independientemente del elemento espacial. Lo decisivo será -en todos los casos- el
vínculo funcional, ya que esta inmunidad protege opiniones y discursos emitidos en
el desempeño de su cargo, con ocasión del mismo y en cumplimiento de su función
aunque no sea en el recinto de sesiones -también, por ej.: en el seno de las
comisiones, en despachos escritos, en investigaciones parlamentarias o por la
reproducción en la prensa de opiniones vertidas en el Congreso- pero siempre con
suficiente conexidad funcional con el cargo de legislador”.
III – La postura de la Corte Suprema de Justicia en la casa “Cossio, Ricardo
contra Viqueira, Horacio”
En esta causa- de fecha 17 de febrero de 2004- , la posición de la Corte es coherente
y en un todo de acuerdo con los fallos analizados en el punto precedente.
En efecto, el caso refería a declaraciones de Horacio Gustavo Viqueira, efectuadas
en su carácter de legislador y miembro de una comisión investigadora, en las cuales
–por un medio de comunicación escrito- involucraba a Cossio la comisión de delitos
en la contratación con la empresa I.B.M. cuando el acusado se encontraba al frente
del Banco de la Nación Argentina.
“ Las acusaciones de manejos irregulares de fondos públicos efectuadas ante
diversos medios periodísticos por el ex diputado Horacio G. Viqueira en su carácter
de legislador nacional y secretario de la Comisión Especial Investigadora de las
Contrataciones entre el Estado Argentino y la empresa IBM, - sostuvo la Corteguardan una adecuada relación de conexidad con la función legislativa que
desempeñaba en esa época, a poco que se advierta que no sólo había presentado
diversos pedidos de informes en el Congreso de la Nación vinculados con la
contratación de sistemas informáticos para la Dirección General Impositiva por
montos millonarios, sino que había iniciado junto a otros integrantes de la
minoría parlamentaria una causa penal en la que se imputaba a Ricardo Cossio la
comisión del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la Administración
Pública.
Es decir que –coincidiendo –con el caso “Varela Cid” la Corte Encontró que los
dichos de Viqueira “tienen directa relación” con su tarea como legislador.,
Encuentran amparo – por ende- en la inmunidad de opinión de la cual gozan los
congresistas.
Rosario, 7 de junio de 2005.-
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