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“2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813”
REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE SISTEMAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Salón Arturo Illia – H. Senado de la Nación
11 de septiembre de 2013
Presidencia de la señora senadora Liliana Fellner
PUBLICACIÓN DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE TAQUÍGRAFOS
“2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813”
11.9.2013
Reunión de la Comisión de Sistemas,
Medios de Comunicación y Libertad de Expresión
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– En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Salón Arturo
Illia del H. Senado de la Nación, a las 15 y 5 del miércoles 11
de septiembre de 2013:
Sr. Presidenta. (Fellner) – Muy buenos días a todas y a todos los presentes.
Damos comienzo a la reunión de Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y
Libertad de Expresión del Senado de la Nación. Hoy contamos con la presencia de la
presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología, la senadora Teresa Luna. Gracias,
senadora, por acompañarnos.
Tenemos dos temas a tratar en la Comisión; empiezo con lo que habíamos convenido
en la reunión de senadores de hace unas semanas, respecto a un proyecto de ley, que hemos
aprobado en el Senado de la Nación y en esta comisión previamente, que establece la
obligatoriedad de comercialización por parte de las empresas de telefonía móvil de equipos
compatibles con audífonos para personas hipoacúsicas. El autor de dicho proyecto es el
senador Filmus y la senadora Ruiz Díaz. Este proyecto tuvo media sanción en la Cámara de
Senadores y espera su tratamiento en la Cámara de Diputados. Es un proyecto del año 2012,
así que todavía tiene un año más de vigencia en la Cámara de Diputados.
Con respecto a esto, y acá ya hablo con corazón y orgullo jujeño, hemos convenido,
en la comisión de comunicación, en recibir a un grupo de jóvenes, estudiantes jujeños, que
ganó un premio que se llama Imagine cup en Rusia. Es un premio organizado y llevado
adelante por Microsoft. Yo les voy a pedir la palabra, porque cuatro de estos seis jujeños
están acompañándonos. Les voy a dar la palabra para que expliquen en base a este proyecto,
porque tiene mucho que ver con el proyecto que habíamos hablado en un principio, en qué
consistió el premio, por qué les dieron el premio y qué ha sido esto nuevo que han
desarrollado y que nos llena de orgullo. Yo dije con corazón de jujeña, pero la verdad es que
nos llena de orgullo a todos los argentinos; porque ver que jóvenes estudiantes, sobre todo del
interior del país, puedan recibir este importantísimo premio. Y no solamente eso sino lo que
han desarrollado en pos de lo que significa la inclusión de personas hipoacúsicas.
– Ingresa al salón la señora senadora Ruiz Díaz.
Sra. Presidenta. (Fellner) – Senadora Ruiz Díaz, gracias. Porque justamente vamos a tratar
un tema que está muy relacionado con el proyecto de ley de su autoría y del senador Filmus
con respecto a los hipoacúsicos.
Si alguno de los jujeños nos quiere acompañar, presentar al resto de sus compañeros y
explicar lo que han desarrollado.
Sr. Escobar. Muy buenos tardes. Primero, quiero agradecer a la senadora Fellner por la
invitación y a todos los presentes.
Como bien decía ella, somos estudiantes de Ingeniería en Informática en la provincia
de Jujuy. Mi nombre es Ezequiel Escobar y me acompañan de mi equipo: Enzo Cano,
Alejandro Méndez y Gustavo Ramos.
Básicamente, comenzamos con nuestro proyecto en la universidad como un trabajo
teórico en el que nos proponían solucionar de alguna manera con la tecnología un problema
social. Teníamos un compañero de la universidad que sufría una deficiencia auditiva; tuvo
que abandonar los estudios porque tenía que llegar temprano y sentarse en los primeros
asientos para entender la clase, muchas veces le daba vergüenza pedir un lugar y a veces no le
era posible. Entonces, en vez de sentarse al final y no entender nada terminó abandonando los
estudios. Eso nos hizo como una especie de click y preguntarnos cómo, mediante nuestro
conocimiento y la tecnología que hay hoy en día, podíamos ayudar a integrarse a personas
como Ariel, personas que tienen potencial como él puedan estudiar en cualquier universidad,
en cualquier colegio. Es por eso que, desarrollamos una aplicación para smartphones, para
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teléfonos móviles, que lo que permite es que la persona cargue los datos de su audiometría,
este estudio médico que hace un doctor para determinar el nivel de audición que tiene, que
pueda cargar esos datos y en base a esos datos se pueda configurar el teléfono para, por
ejemplo: poder recibir llamadas telefónicas, para poder escuchar música, poder ver videos al
nivel de audición de las personas. Pero más que nada cómo solucionamos el problema de
Ariel que podía sincronizar el teléfono con sus auriculares bluetooth, esto le permitía dejar el
teléfono en el escritorio del profesor, ponerse los auriculares bluetooth, sentarse a quince o
veinte metros del profesor; el teléfono iba capturando la clase y lo iba ajustando de acuerdo a
esos datos que previamente él había cargado a su nivel de audición. Se lo iba enviando a
distancia y esto corrigiéndole para cada uno de sus oídos. Ya que los auriculares bluetooth
tienen una salida estéreo se puede realizar el ajuste según el nivel de audición para cada oído.
Esto es importante porque una persona puede tener una deficiencia en uno de sus oídos o
puede variar en cada uno de ellos.
¿Cómo hacemos con el tema de las llamadas telefónicas, por ejemplo? Aprovechamos
el acelerómetro del teléfono y cuando recibe la llamada determinamos con qué oído recibe la
llamada, entonces, se ajusta para ese oído en particular.
Es fundamental para integrar a las personas no solamente para tomar una clase o una
conferencia como esta, si hubiera una persona con hipoacusia podría tranquilamente escuchar
con su smartphone, porque se iría ajustando a su nivel de audición.
También, agregamos la característica de la prevención. Comenzamos con un caso
particular de un compañero, pero nos encontramos con datos como que en la Argentina hay
un millón de argentinos, aproximadamente, que tienen deficiencia auditiva. Estas personas se
ven privadas de aspectos básicos como poder comunicarse telefónicamente, poder estudiar en
universidades, la mayoría tiene que ir a colegios especiales. Ese número también nos llamó la
atención y nos animó más a seguir trabajando más allá de un caso particular.
– Ingresa al salón la señora senadora Morandini.
Sr. Escobar. – Es proponer, no solamente la exclusión que es ya una parte fundamental de
nuestro trabajo, sino que también nos enfocamos en la prevención de nuestra aplicación. La
prevención es fundamental porque se estima, por ejemplo, que de 640 millones de
hipoacúsicos que hay en el mundo, en 2025 van a haber 900 millones si no se hace
prevención. Por lo tanto, lo que hacemos nosotros es permitirle a la persona que nunca se
hizo una audiometría, que nunca se hizo un estudio médico de este tipo, realizarse un test con
el teléfono. Este gráficamente le dice que su nivel de audición… el nivel estándar es diez
decibeles y su nivel de audición está variando de determinada manera. Esto le puede generar
cierta inquietud de visitar a un doctor. Sin embargo, puede configurar la aplicación,
configurar el teléfono con esos datos durante un período determinado y, luego, le decimos
que ya es tiempo de que se haga una audiometría y que cargue los datos correctos para que
funcione a un ciento por ciento.
Muchas veces cuando contamos nuestro proyecto la gente piensa que solamente es
subir y bajar el volumen del teléfono; pero es compensarle en determinadas frecuencias en las
cuales tiene deficiencia. Esto se hace, obviamente, con la audiometría que le da el
profesional.
Hoy día vemos que los jóvenes exceden muchísimo el volumen al escuchar música y
esto va disminuyendo el rango de edad en la cual las personas tienen problemas de audición.
Años atrás las personas tenían deficiencia entre los cincuenta y sesenta años. Hoy en día entre
los cuarenta y cuarenta y cinco años las personas presentan problemas de audición y ese valor
va a ir disminuyendo, justamente, por los aparatos mp3 y demás que se escuchan con el
teléfono.
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– Ingresa en el salón la señora senadora Estenssoro.
Lo que nosotros proponemos es que esta aplicación realice un ajuste, de tal modo, que
no les cause daño en el oído a los jóvenes sino que se regule a su nivel de audición; esto
realiza una prevención muy importante para que no sufra problemas de audición en un futuro.
Creemos que es fundamental, y es nuestro sueño principalmente, que en todos los
teléfonos de las argentinas y argentinos de nuestro país esté instalada esta aplicación.
– Ingresa en el salón la señora senadora Rojkes de Alperovich.
Lo comparamos, por ejemplo, con el hecho de comprar un auto sin un airbag; tener
un celular sin una aplicación que regule tu nivel de audición, que genere esa prevención que
en el día de mañana no te cause una disminución que es irreversible. Hoy en día un problema
de audición es irreversible. No hay una operación que te pueda solucionar eso, más que un
implante coclear que no satisface un ciento por ciento la audición como sí se haría con la
prevención, que es a lo que nosotros apuntamos.
En toda esa investigación, nosotros trabajamos durante cinco o seis meses con
profesionales de nuestra provincia. Somos estudiantes de ingeniería, pero hay muchas cosas
que nosotros desconocemos. Entonces, nos tuvimos que meter a investigar durante mucho
tiempo: comprender bien lo que es el oído, lo que son las ondas de sonido, el manejo de
audio. Aprendimos toda esa teoría durante seis meses aproximadamente y, después de eso,
comenzamos con nuestro fuerte que es el desarrollo, pero sabiendo, sobre una base teórica
bastante sólida, por haber consultado con profesionales y todo eso, desarrollar ya nuestra
aplicación.
La satisfacción más grande que nosotros encontramos fue una vez terminado nuestro
desarrollo. Cuando estábamos en el proceso de desarrollo, trabajando en nuestra pequeña
oficina, que es una habitación que improvisamos como oficina, estar trabajando ahí casi
veinticuatro horas y después salir y hacer pruebas en instituciones fue realmente muy fuerte
para nosotros. La primera vez que nos tocó hacer una prueba fue en el Instituto Helen Keller,
que es para niños y adolescentes con problemas de audición en la provincia de Jujuy, y vimos
cómo los chicos respondían a las pruebas, y les vimos una sonrisa en la cara, y vimos que hay
una esperanza de una nueva alternativa, hasta estética, porque los auriculares que nosotros
proponemos, por ejemplo, son de este tipo.
‒ El participante muestra un auricular inalámbrico.
Sr. Escobar. ‒ Son unos auriculares bluetooth estándar, y puede ser éste u otros modelos.
Este tipo de auriculares en el mercado está entre 300 y 400 pesos, entonces es una alternativa
totalmente económica. Nuestro software, que se instala en el teléfono, emula a un audífono,
que hoy en día tiene un costo de entre 2 mil y 5 mil dólares, y se importan principalmente
desde Alemania y Estados Unidos, que son los mayores fabricantes de audífonos. Nuestro
software emula ese procesamiento digital.
Es, entonces, también la forma de ofrecer una alternativa económica, porque nosotros
proponemos un abono, por ejemplo, de cuatro dólares anuales, que le permitiría a cualquier
persona que tenga un smartphone acceder, además de la facilidad de implementación que
tiene esto, porque no necesita más que conectarse a internet, descargarse la aplicación y ya
puede proteger la salud de su oído. Además, permite integrarse muchísimo más fácil a las
personas que tienen un problema de audición a la sociedad y estudiar en cualquier
universidad.
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Nos causa muchísima satisfacción estar hoy en día presentes. Decíamos, entre bromas,
esta frase: “el pueblo puede escuchar al Senado, y que el Senado también pueda escuchar al
pueblo es muy importante”. Entonces –como les decía antes-, creemos que con todos los
teléfonos que tenemos en la Argentina tenemos que hacer no sólo integración social de esta
manera, sino hacer prevención.
Desde ya, muchísimas gracias por su tiempo y muchas gracias, senadora. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Ellos no lo dijeron, pero ganaron distintas estancias; estuvieron
en Rusia y hoy los tenemos acá entre nosotros. Quiero agradecer a Microsoft que está
presente: están Esteban Bicarelli, Jorge Cella, Federico Gaffrey y Natalia Torres. Y también
quiero agradecer la presencia del presidente de Telefónica, el doctor Luis Blasco Bosqued.
Están hoy acá, junto a todos nosotros, escuchando ‒ya los conocen también‒ a estos seis
estudiantes jujeños que, como ellos dijeron, en una habitación que alquilan desarrollaron esto;
el motivo fue aquel compañero que no podía escuchar. La posibilidad también ante grandes
empresas, como Microsoft en este caso, con este premio que tiene mucho que ver con la
responsabilidad social empresarial, abre esta puerta a estos jujeños de presentarse allí, con su
esfuerzo. No lo dijo, pero hoy decía que nunca se sintieron menos por ser de una provincia
del Interior. Quiero decirles también que ninguno de ellos es de la capital de Jujuy, sino que
son del interior de la provincia de Jujuy, lo que lleva a que estar estudiando en una
universidad que está en Jujuy sea también un esfuerzo, porque dejan a su familia: están los de
La Quiaca, están los de Tilcara, están los de Palpalá, y eso también tiene mucho que ver.
Hablamos también de inclusión, porque a veces vemos algunas cosas de gente que
crea determinadas cosas para el acceso o para la inclusión que son carísimas, y finalmente no
pueden llegar a la gente que más lo necesita, quizás. Acá estamos hablando de… ¿cuánto
dijiste?
Sr. Escobar. ‒ De un abono de cuatro dólares anuales.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Lo que permite que esto se pueda bajar a cualquier celular y con
cualquier audífono con bluetooth lo tendríamos, y sería un gran avance a la inclusión. Por eso
nos parecía que desde la Comisión era importante escucharlos, era importante conocer esto, y
el agradecerles.
¿Alguien quiere hacerles alguna pregunta a los chicos, que los tenemos hoy en el
Senado? Senadoras, senadores…
Sra. Estenssoro. ‒ Felicitarlos. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Usted recordará, senadora Ruiz Díaz, y el senador Filmus
también, que seguramente está por venir, que cuando tratamos este proyecto de la
obligatoriedad para las empresas de telefonía móvil discutimos mucho sobre si esto existía o
no y si se podía. Estos jóvenes nos han demostrado que se puede y a muy bajo costo. Les
hemos preparado, e invito a los señores senadores presentes a acompañarme y a entregarles a
los jóvenes jujeños, un diploma de reconocimiento que dice así: “en reconocimiento a la
creatividad y el esfuerzo empleados en el desarrollo de una aplicación que permite ampliar
las posibilidades de integración de las personas con hipoacusia, enfatizando el rol social que
deben cumplir las innovaciones tecnológicas”.
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‒ Los señores senadores presentes proceden a la entrega de los
diplomas. (Aplausos.)
‒ Se retiran del salón los señores senadores Igonet y Godoy.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Muchísimas gracias a la señora senadora Igonet y al señor
senador Godoy por acompañarnos.
Sr. Escobar. ‒ Senadora, disculpe. Antes de retirarme, por favor, quisiera que me den la
oportunidad de agradecerle mucho a la gente de Microsoft que nos acompañó y nos permitió
la posibilidad de llegar hasta Rusia y de mostrar también nuestro producto al mundo; y
agradecerle muchísimo también a la gente de Wayra, la aceleradora de Telefónica, que hoy
también nos está acompañando en este proceso para que nuestra aplicación no quede en la
nada; ellos nos están apoyando desde ahí, así que les agradecemos muchísimo a ellos
también, que confiaron en nosotros; a Andrés Saborido, que nos está ayudando mucho acá, en
Buenos Aires, así que muchas gracias a ellos. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Seguimos con el otro tema que tenemos en la Comisión, que
tiene que ver con una media sanción sobre repositorios digitales. Es un expediente que viene
de la Cámara de Diputados. No somos Comisión cabecera; la Comisión cabecera es Ciencia y
Tecnología. Ellos ya trataron este tema y le han dado despacho positivo, y llega a nosotros
como segunda Comisión.
En ese sentido, hoy tenemos invitados, porque había algunas dificultades con respecto
a este proyecto. Están con nosotros, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, el doctor Sergio Matheos, subsecretario de Coordinación Institucional del
Ministerio; la licenciada Silvia Nakano, directora nacional de Recursos Físicos; el licenciado
Miguel Martín, asesor del secretario de Articulación Científico Tecnológica. También están
los invitados propuestos por la senadora Morandini: la profesora Delia Lipszyc, especialista
en Derecho de Autor, y el doctor Jorge Kors, especialista en Derecho de la Propiedad
Industrial.
Si les parece, damos primero la palabra a los representantes del Ministerio de Ciencia
y Tecnología y después escuchamos a los especialistas. Adelante.
Sr. Matheos. ‒ Buenas tardes y muchas gracias a la senadora.
Ante todo, no quería dejar pasar lo que recién, justamente, hemos vivido. Me parece
una situación muy interesante y muy importante. Creo que es un verdadero ejemplo de lo que,
podríamos decir, en la Argentina está ocurriendo como una innovación inclusiva. Bien usted
decía, senadora, lo de la inclusión, y a mí me parece que realmente es uno de los eventos para
festejar que ocurran cosas así. ¡Lástima que los chicos ya no están!, pero ver este tipo de
cuestiones a uno lo reconfortan, y que surjan a través de ejemplos que ellos mismos proponen
y que, indudablemente, van a ser en pos de un desarrollo inclusivo, que lo necesitamos, y
mucho, en nuestra Argentina.
Principalmente, quiero agradecerles la atención a todos ustedes. Nosotros hemos
venido para comentarles brevemente acerca de este proyecto que creemos, realmente, de
importancia nacional en la producción científico-tecnológica; yo ahora, quizás, desde la
gestión como subsecretario, pero yo soy geólogo y soy investigador del Conicet. Uno
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realmente, trabajando en la investigación científica siempre trata, en lo posible, de preservar
la producción científica de las instituciones. Yo soy investigador del Conicet, y como tal, creo
que las universidades y el Conicet son instituciones que merecen tener un repositorio a nivel
nacional y, sobre todo, a nivel regional, y así lo estamos haciendo, en contacto con todos los
países que han firmado esta red federada nacional de repositorios regionales.
Es trascendente destacar que la producción científico-tecnológica a nivel regional y a
nivel nacional es muy importante, porque ocurre no solamente en Buenos Aires, sino en todas
las provincias, y es tan importante o más importante en las provincias que en la misma
Capital Federal. Entonces, de alguna manera estamos trabajando, desde el Ministerio ‒yo
ahora le voy a pasar la palabra a Silvia Nakano, que les va a explicar más en detalle‒,
conjuntamente con los repositorios digitales, en pos de una red nacional, que es Innova-Red,
que es la red nacional de Internet II, que va a nuclear a todas las provincias de nuestro país
para que, de alguna manera, se tenga una conexión mucho más rápida, mucho más eficiente
en la parte científico-tecnológica, y que todas las instituciones pertenecientes al sistema
nacional científico-tecnológico estén vinculadas entre sí. Ello va a hacer mucho más fácil que
un becario que esté trabajando, por ejemplo, en Córdoba pueda acceder una tesis doctoral de
un tesista que haya hecho su tesis en la Universidad San Juan Bosco, en La Patagonia, en
forma inmediata, y no necesite estar enviándole un mail tratando de solicitarla, porque eso va
a estar en un repositorio digital de esa institución, que es la Universidad San Juan Bosco; y
ese repositorio digital va a tener acceso con el repositorio digital que está en la Universidad
Nacional de Córdoba, por ejemplo.
Creemos que esto es de vital importancia y tenemos que tener enorme conciencia de
que estamos trabajando en pos de una Argentina que tiene que progresar infinitamente en
ciencia y tecnología. Tenemos que tratar, así como lo está haciendo el Gobierno en estos
momentos y con el apoyo de todas las fuerzas políticas nacionales, todo el arco político
nacional, de hacer una ciencia y tecnología de desarrollo pujante, con una innovación
productiva, una vinculación tecnológica concreta y una ‒como dije recién‒
‒ también un
desarrollo de una innovación inclusiva que creo que en ese camino tenemos que estar.
Quiero introducir a Silvia Nakano que les va a dar unas breves precisiones acerca de
la ley. Muchas gracias.
Sra. Nakano. ‒ Buenas tardes. Muchas gracias, nuevamente, por darnos la oportunidad de
presentar nuestro proyecto.
Había preparado una presentación en Powerpoint, pero la voy a decir a capela, porque
no tenemos los instrumentos para poder hacerlo.
Como decía el doctor Matheos, me parece que la introducción a esta reunión con el
reconocimiento de los jujeños que hicieron este desarrollo, me trae a cuento la importancia
que tiene pensar en términos de inclusión y en términos de acceso.
‒Se retira del salón la señora senadora Estenssoro.
Sra. Nakano. ‒ El término acceso para la literatura, para la academia y, también, en la vida
cotidiana es un término muy amplio que implica poder facilitar la posibilidad de contar, en el
caso de este proyecto, con la producción científico-tecnológica que se realiza en el país. Los
repositorios digitales, que es lo que propone el proyecto de ley para que se creen dentro de
cada una de las instituciones del sistema científico, lo que aportan es la posibilidad de reunir,
organizar y brindar acceso a la producción de los investigadores de cada una de las
instituciones. Y lo que propone el Ministerio, a partir de esta ley, es que estos repositorios
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institucionales, que tienen la producción científica de cada una de las instituciones y
organismos científicos-tecnológicos puedan estar en red y, efectivamente, facilitar y brindar
un acceso mucho más equitativo a la producción y a los resultados de la investigación
científica.
Entonces, el contexto del proyecto está relacionado con: ¿cómo se accede a la
producción científica, a los resultados de la investigación?; ¿qué visibilidad tienen esos
resultados actualmente en nuestro país y para el mundo?; ¿cuál es la responsabilidad que le
cabe a las instituciones en el sistema científico en relación con sus resultados?, ¿cuál es la
paternidad que tienen sobre sus resultados de investigación? y, también, trae a cuento, ¿qué
están haciendo, así como nosotros, otros países de la región y del mundo en torno de los
resultados de su investigación?
Hasta las iniciativas de acceso abierto, y este proyecto en particular, actualmente
también, el acceso a la producción científica, a los resultados de la investigación de todos los
investigadores de nuestro país, se realiza a través de la Biblioteca Electrónica de Ciencia y
Tecnología, que es una de las facilidades transversales más importantes que sostiene nuestro
Ministerio de Ciencia y Tecnología con su propio y único presupuesto. Actualmente, alberga
unos 11 mil títulos de revistas y 9 mil de libros electrónicos y que permite la posibilidad de
que un investigador en La Quiaca y un investigador en La Patagonia puedan acceder al
mismo artículo en el mismo momento sin necesidad de mediación y en forma gratuita, porque
el Ministerio de Ciencia y Tecnología actualmente se hace cargo de esta erogación con su
presupuesto nacional.
Actualmente ‒como les decía‒
‒, tenemos una cantidad importante en el acerbo de la
biblioteca y, también ‒no sé cómo mostrarlo‒
‒, así como la curva a partir de 2007 de cantidad
de títulos asciende considerablemente hasta llegar a lo que tenemos hoy; también, la curva de
costo de las suscripciones ha ascendido considerablemente. Y esta cuestión, que no es menor,
no es una exclusiva preocupación de nuestro país sino que ha empezado desde hace ya unos
cuantos años en el mundo, trata de revisar cuáles son las condiciones a través de las cuales la
producción científica subsidiada y financiada con fondos públicos es accedida por el resto de
la comunidad científica, en primer lugar, y, después, de la sociedad en general.
Entonces, está pregunta respecto de cómo debe ser el acceso a la producción científica
ha generado un movimiento muy importante que arranca desde hace unos diez o doce años
principalmente en los países centrales en Europa y en los Estados Unidos, y ha propuesto que
la producción científica tecnológica tenga un momento en que es liberada para que de este
modo la ciencia y el conocimiento progresen porque se hacen disponibles mucho más
rápidamente los resultados de la investigación.
Yo he traído para la Comisión algunos recortes de diarios, algunas noticias en relación
a cómo se muestra este fenómeno en distintos países y a qué es lo que ocurre. Una de las
notas, la del New York Times, anunciaba cómo en los Estados Unidos Obama estaba
promoviendo este más rápido acceso a la investigación financiada con fondos públicos y el
acápite de la nota dice: “If you paid for it, you should be able to read.” Si usted pagó por esto
como ciudadano, entonces usted debería estar también habilitado para poder leerlo.
Es una parte de los móviles que desencadenan este movimiento de acceso abierto
porque, incluso, hay universidades en distintas partes del mundo que a partir de la crisis de
2009 y 2010 ya empezaron a declararse en problemas para poder garantizar la sostenibilidad
de sus colecciones de bibliografía para los científicos porque los costos estaban ascendiendo
considerablemente y a un ritmo que no se hace sostenible pensar en un mediano plazo que
esto pueda seguir creciendo de esta manera.
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También traje algunas otras notas relacionadas con México. El Senado de ese país ya
empezó a discutir este tema en particular ya que ha sido presentado a comienzo de año un
proyecto de ley al respecto. Por otra parte, el Perú ya tiene desde el mes de junio una ley de
repositorios. En el caso peruano, ellos crearon un repositorio centralizado; aquí en el país
estamos proponiendo una red de repositorios porque partimos de la base de alrededor de
veintitrés o veinticinco universidades nacionales y organismos científicos tecnológicos que
cuentan con su biblioteca o repositorio digital con producción científica propia.
Entonces, la propuesta ministerial en ese sentido es conectémonos, hagámonos
interoperables, tengamos protocolos comunes para que tanto unos como otros podamos
acceder a la bibliografía fácilmente y, además, con algún apoyo económico de parte del
ministerio para generar nuevos repositorios allí donde no los hay o para actualizar y mantener
actualizados los repositorios actuales.
Las iniciativas nacionales tienen que ver con poner en red, poner en armonía y
coordinar las iniciativas que las distintas instituciones y universidades están generando en
torno a sus repositorios digitales, brindar ese espacio de consenso para poder discutir tanto
desde el punto de vista técnico –con qué protocolo, con qué sistema informático, a través de
qué campos vamos a poder a hacer interoperables esta cuestión– como también desde el
punto de vista de políticas respecto de cómo le vamos a decir a nuestros investigadores que
tienen que depositar y hacer sus depósitos, y permitir el acceso de su producción científica o
de sus datos primarios.
Como bien dijo el doctor Matheos, nosotros somos parte activa y muy protagonista de
la red generada a nivel regional. En este momento somos nueve países y la referencia es la
red de repositorios institucionales de publicaciones científicas. A nivel mundial, como
sabemos que esta es una tendencia planetaria, también participamos de la Confederación de
Repositorios de Acceso Abierto, que nuclea a alrededor de doscientos miembros más o
menos de distintos países, con sus repositorios, y en donde se discuten cuestiones tanto
técnicas como de políticas y de normativas institucionales para llevar adelante este proceso.
El proyecto de ley en sí mismo convoca a los actores principales de ese proceso de
producción científica y marca tareas y responsabilidades en torno a su repositorio, en torno a
la producción científica, en torno a cómo debería ser el subsidio y cómo el financiamiento a
la investigación debería acompañar este proceso. Se incluye al Ministerio de Ciencia como
autoridad de aplicación para poder llevar adelante el futuro decreto reglamentario y también
las discusiones, porque si hay algo ha caracterizado a la Secretaría de Articulación en estos
años, como bien dice su nombre, es el ánimo de convocar a los distintos actores de los
sistemas científicos para sentarlos en una mesa, discutir y consensuar políticas y acciones
relacionadas con la integración, con la coordinación y con el acceso a la producción
científica.
Finalmente, para resumir, los impactos esperados con esta ley se relacionan con un
mayor acceso a los resultados, datos e información científico tecnológica; una mejora en la
responsabilidad nuevamente de las instituciones sobre sus propios resultados de
investigación; una mayor visibilidad de los autores, las obras y los datos que redunden en una
mayor citación y en un mejor reconocimiento de los autores de sus propias obras e
investigaciones; y una transparencia en la gestión de la ciencia que siempre es bienvenida y
necesaria para que todos como ciudadanos y como sociedad conozcamos cuáles son los frutos
y los productos de esa inversión que cada vez es más importante en el área científica.
Termino con una frase que es una recomendación de la Comisión Europea que se
firmó el 17 de julio de 2012. Es una recomendación a los países de la Unión respecto de las
políticas de acceso abierto. Dice: La política de acceso abierto a los resultados de la
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investigación científica debe aplicarse a toda investigación que reciba fondos públicos. Se
espera que esta política mejore las condiciones en que se lleva a cabo la investigación porque
reduce la duplicación de esfuerzos y minimiza el tiempo empleado en buscar información y
acceder a ella. Estas políticas constituyen además una respuesta a la comunidad científica que
reclama un mayor acceso a la información científica. Eso es todo por ahora. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Muchísimas gracias, licenciada. Si usted nos deja el material por
Secretaría, nosotros se lo pasamos a los senadores.
Tiene la palabra la senadora Luna.
Sra. Luna. – Primero, quiero agradecer en la persona de la presidenta de la Comisión de
Medios la invitación a nuestra Comisión, que es la Comisión de Ciencia y Tecnología, y por
otro lado comentar que ya contamos con la presencia de los señores del Ministerio de Ciencia
y Tecnología.
Realmente, nos encanta ver que hay un Ministerio que hace lobby por la ciencia y por
la tecnología y nos enorgullece además que en nuestra Comisión fue firmado por la totalidad
de los legisladores que conforman la Comisión de Ciencia y Tecnología. Por lo tanto, debo
dar fe que es un excelente proyecto, justamente por eso.
Desde el sentido común y desde la ciudadanía, uno siempre se pregunta ¿qué se hace
con todo lo que un Estado Nacional invierte para la ciencia, para los proyectos, para la
investigación? ¿Cómo vuelve a la sociedad?
Esto es eso; justamente, que lo que el
Estado Nacional invierte como beca, como subsidio parcial o total para la investigación
vuelva a nuestra generación, a las futuras generaciones, se minimicen esfuerzos pero que se
dupliquen justamente los resultados en pos de la inclusión y de la posibilidad de una mayor
difusión.
Tiene mucho que ver con esto que recién presenciábamos y de lo que nos sentimos
orgullosos; la senadora Fellner por supuesto como jujeña pero como argentina también. Me
refiero al hecho de que haya estudiantes a lo largo del país con proyectos tan innovadores que
hacen justamente a la innovación productiva, que es el camino que hemos elegido como
Nación.
Entonces, para nosotros es muy importante que ustedes estén presentes acompañando
estos proyectos para que logren justamente el consenso mayoritario de todas las fuerzas
políticas, porque si hay algo que nos une son estas ganas de salir adelante sobre todo a través
de la ciencia y de la tecnología. Hoy la Comisión de Medios es la que lo está tratando pero
queríamos hacer nuestro aporte como Comisión de Ciencia y Tecnología. Debo aclarar,
senadora, que soy la vicepresidenta pero agradezco la confianza del presidente, que es el
senador Verani, que nos está acompañando y nos ha acompañado también con su firma en el
proyecto. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Tiene la palabra la senadora Morandini.
Sra. Morandini. – Yo por supuesto que me sumo a todo lo que nos han narrado, porque uno
ve lo que se está haciendo en Ciencia y Tecnología, pero déjenme que lo enmarque en lo que
es esta Comisión, que es una comisión de comunicación. Creo que efectivamente el acceso a
internet nos ha provocado, nos ha dado vuelta, una cantidad de derechos que teníamos
institucionalizados, como el derecho de autor. Es tan seductora la idea filosófica de que todo
le pertenece a todos y todo lo que nos está planteando internet como novedad.
Se ha mencionado mucho y se menciona mucho lo que pasa en el mundo, y lo que
pasa en el mundo es que hace años que están debatiendo este tema, en todas partes se debate.
Por eso, yo había pedido la presencia de expertos, porque si bien esto a favor de este tema,
hay algunas cosas que me hacen mucho ruido.
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Es una pena que no haya podido venir la doctora Lipszyc, que es la mayor experta que
tenemos en el país de derecho de autor. Ella plantea claramente las cuestiones de este
proyecto que hacen un poco de ruido. Por eso pido que nos demos el tiempo necesario para
que vengan los expertos y para que los escuchemos. Cuánto mejor es la ley más posibilidades
tenemos de que esa ley no termine judicializada y, sobre todo, para que sean leyes que sean
consensuadas.
La primera pregunta es ¿por qué compulsivo? Segundo, se dice que el derecho de
autor es un derecho moral pero no es un derecho patrimonial, de modo que ahí el autor es el
que tiene que conceder la autorización para la publicación. Y allí también aparecen otras
tensiones. ¿Por qué vamos a abrir nuestro conocimiento de una manera tan amplia y no
tenemos la contrapartida del mundo? Porque el mundo no abre ampliamente como nosotros
estamos abriendo la investigación. Decimos que efectivamente es para nuestro país, pero hoy
en internet no tener fronteras no es sólo de la Patagonia hasta Jujuy. Es decir, como un
derecho moral que es transversal no vertical.
El otro tema es que si se puede publicar en internet, esto al autor o al investigador le
inhibe también toda posibilidad de que él haga una publicación comercial. Esto es lo que de
alguna manera uno ha escuchado siempre con los investigadores en la universidad.
Entonces, tengo dilemas respecto de este tema. La senadora sabe de mi obsesión por
trabajar las leyes, por nuestra responsabilidad como Senado. Somos cámara revisora. A veces
se dice acá con ironía que es muy difícil oponerse a una media sanción porque se ha aprobado
en Diputados. Yo en el objetivo estoy de acuerdo con esto, pero siempre me quedan dudas
sobre la manera porque creo que nada muestra más nuestro fracaso político que cuando las
leyes se judicializan; es decir, cuando aquellos a los que queremos proteger terminan
haciendo planteos de inconstitucionalidad.
Lo cierto es que tenemos una tensión porque filosóficamente por supuesto estoy de
acuerdo con lo que significa el desarrollo de un país en base al saber. La vieja frase dice que
el poder efectivo es el saber. Ahora, como tenemos una ley que no ha sido modificada, que es
la del derecho de autor, creo que también tendríamos que escuchar a los que plantean que
estos son temas de derecho industrial. Y si lo enmarcamos en lo que está pasando en el
mundo, el espionaje que se denuncia hoy no es un espionaje político. El espionaje que se ha
hecho sobre Brasil tiene que ver con razones comerciales de investigación vinculada al dinero
que lo que puede ser el desarrollo de la ciencia y lo que significa como producción nacional.
Estas son mis dudas y por eso yo pediría que podamos escuchar a estas dos personas
que no han podido venir hoy.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Gracias, senadora.
Quienes nos acompañan del Ministerio de Ciencia y Tecnología son investigadores,
seguramente tienen trabajos, entonces quien mejor que ellos, que están en el tema, para que
nos expliquen cómo lo ven ellos con derecho de autor y derecho a la propiedad industrial, que
son los dos temas planteados por la senadora. ¿Cómo lo ven ustedes?
Sr. Matheos. – Entiendo perfectamente todo su planteo, senadora y en gran medida muchas
cosas son compartidas. En realidad, yo quisiera hablar como investigador y no como
subsecretario del Ministerio.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Exacto, como alguien que va a tener que cumplir esta ley si sale.
Sr. Matheos. – Yo soy investigador principal del Conicet desde el año 1990. Recuerdo
algunas de las dudas que usted tenía respecto a ser compulsivo.
– La señora senadora Morandini realiza manifestaciones fuera del
alcance del micrófono.
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Sr. Matheos. – En definitiva, lo que se pretende es dar una visualización a la ciencia en la
Argentina. Nosotros tenemos grandes problemas –lo digo como investigador– acerca de
poder visualizar nuestra ciencia porque las revistas científicas en su gran mayoría son de
habla inglesa, se publican en journals, en donde un investigador asistente o un investigador
adjunto recién ingresado a la carrera de investigador científico del Conicet si no tiene un
“padrino” en el extranjero, no puede publicar. Entonces, es un problema.
Realmente, es impresionante el acervo científico tecnológico que no se utiliza en el
país. Nosotros mismos como investigadores nos asombramos y decimos: “Pero, cómo, si yo
vi en un congreso algún trabajo de este estilo”. Y es porque no ha podido tener la suerte o, a
veces, el dinero. Y aquí voy a una duda suya que usted planteó acerca del derecho de autor,
respecto de que tenía que ser de forma personal y no patrimonial.
Yo tengo sesenta y tres trabajos científicos –es una propaganda de mí mismo, pero en
realidad lo digo a modo de ejemplo–, de los cuales treinta y ocho son en revistas indexadas,
que tienen un índice de impacto importante. En las treinta y ocho publicaciones he tenido que
ceder mis registros, he tenido que ceder mi propiedad intelectual a esa editorial en la cual fue
publicada. Con lo cual, he dejado de ser el autor. O sea, el autor es Elsevier, es Springer
Verlag, es Pergamo Press, Blackwell y alguna otra editorial.
Segundo, soy investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de La Plata, que
son las instituciones que a mí me han brindado la educación y la formación no solamente
como investigador sino como persona, sobre todo la universidad. El Conicet con fondos
públicos me ha dado la suerte de poder tener el doctorado, y es la institución a la cual debo
rendirle mis cuentas como investigador en mi informe anual y en las publicaciones que
realizo. Así lo sentimos los investigadores, es lo mínimo que tenemos que hacer.
Entonces, la investigación –y gracias a eso se han dado los premios Nobel que se han
dado y que hemos tenido como investigadores del Conicet y de las universidades– son
derechos patrimoniales de las instituciones y, en definitiva, no hacen más que hacernos tener
más visibilidad –como bien dijo Silvia Nakano– hacia el exterior, porque es muy difícil poder
trascender en un contexto internacional en el cual sí o sí tenemos que hacerlo en forma
mancomunada, con las instituciones científico-tecnológicas de toda Latinoamérica. Y en eso
estamos.
Sra. Moranidini. – Por supuesto que peleamos tanto por una ley de acceso a la información
que es el ciudadano el que tiene que acceder a la información del Estado. Ese es el derecho
fundamental.
Pero para que entienda, yo no estoy en contra del acceso, al contrario, pero me parece
que es riesgoso hacerlo compulsivo porque usted reconoce y usted decidió, pero usted mismo
me da la razón de que una vez que cedió después perdió su autoría sobre lo que había
publicado. Entonces, debe haber investigadores que no quieren hacer eso, preferirán tener el
conocimiento por supuesto con la obligación de decir que eso ha sido pagado con fondos
públicos, como tiene que pasar en cualquier publicación, en cualquier libro. En ese sentido
van mis palabras. ¿Por qué lo compulsivo? Por qué si va a ser con las universidades públicas,
las privadas no están obligadas. De alguna manera usted habla de visibilidad, pero no cree
que la visibilidad nos pone también en una situación de vulnerabilidad frente al que es de
afuera para llevarse una información que es nuestra. Es decir, nosotros no accedemos a lo que
el mundo tiene
Otra cosa es la red. Yo no estoy cuestionando lo que significa, porque estoy fascinada
con lo que internet en términos de información nos brinda. Lo que me preocupa es esto: ¿por
qué abrir tanto para afuera cuando el afuera no es tan abierto con nosotros? Y sobre todo el
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derecho que tiene un autor, a lo mejor, de decir: “Yo no quiero hacer esto”. Entonces, ¿por
qué obligar?
Sr. Matheos. – Quiero mencionar una cuestión previamente y después voy a responderle a
esto.
En realidad, lo que la ley implica es que se coloque el repositorio digital de la
institución a la cual uno pertenece, el trabajo, el print, el paper, en el lapso de seis meses
después de su publicación en cualquier revista que uno decida. Es más –y aquí voy hacia la
preservación–, obviamente van a existir muchísimos casos que implican la confidencialidad
científica tecnológica, en eso no se mella en absoluta y se preserva la confidencialidad en los
casos que así lo requiera. Ahora bien, con respecto a los datos –porque en definitiva los
científicos publicamos merced a datos; si no, son hipótesis, y una hipótesis deja de ser una
hipótesis para convertirse en una realidad cuando hay un dato–, esos datos van a estar
preservados cinco años. Es decir, los datos no van a estar publicados, va a estar publicado el
trabajo científico y esto es así.
Un trabajo científico puede contener muchísimas conclusiones que hacen al menester
de un tema específico, pero contiene datos y una carrada de datos. Esos datos van a estar
preservados y no van a estar divulgados durante cinco años. Antes se va a publicar en
cualquier revista que uno decida. Yo sigo teniendo la libertad como investigador de publicar
donde realmente quiera y se me antoje, y la institución a veces me va a tener que ayudar para
poder pagar porque a veces se paga en revistas del extranjero para poder publicar. Después,
durante cinco años van a estar preservados esos datos.
Eso es lo interesante y lo importante que dice la ley en el sentido de que no hay una
ruptura de esa visibilidad y decirle a los de afuera: “Acá está todo lo nuestro, lo entregamos
de forma abierta”. No. Se entrega en forma abierta el concepto de las conclusiones científicas
porque es importantísimo que podamos estar adelante en muchas cuestiones.
Este pequeño ejemplo de Jujuy ha sido un desarrollo –como bien decía la senadora
Fellner– de la inclusión, pero hay una cantidad de cuestiones que están pasando –quizás
solamente lo veo en la parte de Ciencias Exactas y Naturales, que es mi menester– y que
lamentablemente al no estar en repositorios digitales otros investigadores, otros becarios de
nuestro país no se enteran y no pueden seguir investigando en función de. ¿Me explico?
En el Conicet en estos momentos hay 7.500 investigadores, más de 9.000 becarios y
más de 2.300 profesionales de apoyo. Se ha duplicado su número en los últimos cinco años y
es importantísimo que la cantidad de doctorando que salen de nuestras universidades públicas
tenga acceso a lo que se está haciendo en todo el país a través de los investigadores. Usted no
sabe la cantidad de cuestiones que se hubiesen ahorrado y el dinero público que se hubiese
ahorrado si tuviéramos en funcionamiento una ley de repositorios digitales.
Por ejemplo, si yo soy becario y empiezo a trabajar con el problema del agua en
Chamical, tengo que saber que hay muchísimas investigaciones que ya se han hecho en
cuanto al problema hídrico en esa región tan necesitada de La Rioja, pero no se conocen o se
ha publicado en alguna revista que no tiene un acceso importante, o se ha publicado en alguna
revista a la que no puedo tener acceso porque la biblioteca electrónica del Ministerio no la
puede pagar, que, en definitiva, no es un pago, sino una inversión. Se invierte más de 21
millones de dólares en estos momentos en bibliografía.
Entonces, si yo pudiese acceder a esa información que está en el repositorio, partiría
de ahí, sigo trabajando a partir de ahí. Tomo esa posta del investigador, del becario, del
técnico que trabajó en el agua de Chamical. No sé si me explico, pero realmente hay una
aceleramiento enorme de la ciencia en el país.
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Sra. Morandini. – Sólo quiero hacer un comentario más porque nos ha conmovido el
ejemplo del joven jujeño y también es importante lo que decía la investigadora.
En los Estados Unidos este tema se está demostrando cada vez. Claro, si no fuera
Mycrosoft, lo que ellos hicieron no puede tomar esa dimensión planetaria de reconocimiento.
Y en los Estados Unidos está pasando eso, que la mayoría de las grandes invenciones que
aparecen de la industria tienen un trasfondo de investigación de las universidades. Por eso el
anuncio del New York Time, como diciendo: “Mire, no es que lo que usted paga como
ciudadano no tiene resultado”.
Reitero, me gustaría que no nos quedáramos con dudas e insisto en la invitación de
estas personas.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Para terminar, hoy estaba invitado el Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva y está el Ministerio y también estaban invitados para
hoy, senadora Morandini, los íbamos a escuchar, los dos especialistas que usted mencionaba.
La verdad es que yo no tengo dudas, senadora. Con todo respeto, el tema del derecho
de autor es un tema que hemos hablado en esta Comisión, que debemos tomarlo y debemos
trabajarlo mucho porque estamos hablando de neutralidad en la red. A mí también me hubiese
gustado escuchar al especialista en derecho de propiedad industrial,
Pero con respecto a este proyecto de ley, no tengo ninguna duda. Perdonen por la
autoreferencia, pero yo he sido becaria del Conicet y estuve en la Secretaría de Cultura de mi
provincia y sé que como becaria uno se nutre de las investigaciones de los otros y sé que
íbamos a buscar los trabajos de los otros investigadores en el mismo sentido. En aquel
momento, en Tucumán estaba el tema de la soja y cómo repercutía o no en la alimentación.
Buscábamos los trabajos de otros investigadores para nutrirnos y para de esa base seguir
nosotros con las investigaciones porque si no, nos quedábamos. Así que bienvenido este
repositorio donde podamos ir tomando lo que necesitamos de los otros, porque es así como se
nutre la investigación y la ciencia.
Por el otro lado, celebro enormemente este proyecto de ley. Cuando me tocó ser en
algún momento de mi vida secretaria de Cultura de mi provincia tuve dos problemas
fundamentales. Por un lado, las comunidades aborígenes, porque cuando los arqueólogos iban
a hacer investigaciones no quedaba absolutamente nada en la provincia. Entonces, a veces
nos pasaba algo con un sitio arqueológico y teníamos que ver dónde estaban los arqueólogos
y ese trabajo no lo encontrábamos más. Y hubo también un planteo de parte de las
comunidades aborígenes de que eso que se investigaba en su sitio, en su lugar, quedase en la
provincia para poder tener acceso y para saber qué era, para tener también conocimiento
desde lo científico, de lo que de ellos venía, de los antiguos, como ellos le decían.
Por el otro lado, cuando tocó llevar adelante el Patrimonio de la Humanidad de la
Quebrada de Humahuaca, necesitábamos los trabajos que habían hecho los arqueólogos, los
geólogos. No había nada en la provincia, teníamos que estar buscando y preguntando.
Entonces, cuánto más ricas serían provincias como la nuestra, a la que llegan tantos
investigadores, si pudiésemos tener acceso a las investigaciones que paga el mismo Estado
provincial a través de distintos institutos o a través de las universidades.
Así que no tengo ningún tipo de problemas, me parece un excelente proyecto de ley.
Hoy era la oportunidad, senadora, con todo respeto, de escuchar a quienes tenían una postura
distinta o queríamos conocer derecho de autor y propiedad intelectual con respecto a este
proyecto en especial.
Así que, en ese sentido continuamos. Yo lo voy a firmar como presidenta. Hoy era el
día, senadora, no estoy cerrando. Yo acabo de ver –voy a terminar acá y perdóneme–
mientras estaba sentada en mi oficina recibiendo los chicos de Jujuy un tema fundamental,
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que habla de la violencia en el ámbito familiar. Y no se pudo llegar a nada porque ustedes
mismos, la oposición, dijeron que había que invitar a tal y a cual. Acá estaban invitados,
senadora. Estaba el espacio abierto para que vinieran, para que explicaran, para que nos
dieran su forma de ver sobre este proyecto de ley en lo que significa derecho de autor y lo que
significa propiedad industrial. Pero no han venido ninguno de los dos invitados, senadora, así
que la Comisión va a seguir adelante con este proyecto de ley. Muy buenas tardes, muchas
gracias.
Sra. Morandini. – Perdón, senadora.
Discúlpeme, pero usted lo pone en estos términos y me parece, primero, que con la
rapidez con la que llegan los proyectos nosotros no somos dueños de las personas que tienen
que venir y aportar a nuestro trabajo legislativo. Cómo yo me voy a oponer al acceso libre.
Usted me ha escuchado y yo no tengo que probar cuál es mi compromiso con la libertad, con
la información como derecho. No puede ser que cada vez que haya un proyecto uno tenga que
estar haciendo actos de fe…
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Senadora, nadie tuvo que venir a hacer un proyecto… ¿Cómo
es? ¿De fe? ¿Cómo dijo?
Sra. Morandini. – Senadora: yo tengo la vida comprometida con lo que es el acceso a la
información, la información como derecho.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Sabemos, senadora.
Sra. Morandini. – Yo busque quiénes eran los especialistas, a quienes no conozco, primero,
por mis dudas y luego pensé en invitarlos. Es lo mínimo que tenemos que hacer en el trabajo
parlamentario, senadora. Los expertos nos ayudan en nuestro trabajo. Es fundamental el
trabajo. ¿Cuál es el insumo de nuestro trabajo legislativo? La experticia, el saber, los
asesores.
Entonces, lo que yo le estoy planteando no es oponerme. No estoy impidiendo. No es
un Boca-River en el que yo estoy a favor o estoy en contra. Simplemente, le he pedido que se
escuche, era nada más que eso.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ Senadora: una sola cosa. Por empezar, cada uno de los senadores
que estamos acá –lo hago propio– tenemos la responsabilidad cada vez que ponemos nuestra
firma, más allá de los invitados que podemos traer acá, al seno de la Comisión, si es que
muchos senadores tienen algún tipo de inconveniente con algún proyecto de ley o hay
algunos temas que no son demasiado claros. Es decir, se los trae al seno de la Comisión, se
invita y se aclaran esos puntos. Pero después cada uno tiene la responsabilidad de hablar, de
investigar, de estudiar el tema personalmente, y eso cada uno lo hace. Yo también lo
investigué.
Este proyecto fue tratado en reunión de asesores, no es un proyecto que hoy
traigamos. Se trató en nuestra Comisión, se trató en asesores. Cuando me dijeron que los
planteos de la senadora Morandini –la única senadora, los demás, nada– eran acerca de los
derechos de autor y derechos de propiedad industrial, me puse a investigar. Dije: “Bueno, a
ver, ¿cómo afecta esto al derecho de autor? ¿Cómo es? Esto de lo compulsivo, que usted
mencionaba. Ya lo sabíamos porque lo habíamos tratado en reunión de asesores y todos los
asesores saben de qué se trata. Uno investiga, senadora. No quiera poner acá que solamente
es en estas reuniones, uno tiene la responsabilidad porque finalmente pone la firma.
Para mí el tema está cerrado, la Comisión lo va a pasar. Hoy era el momento de los
invitados. Me parece fantástico que usted haya elegido a los mejores, que no los conozca,
pero si no ha podido ninguno de los dos, uno toma la responsabilidad de invitar a otra persona
para el resto de los senadores que tiene algún problema. Estamos solamente usted y yo.
Gracias, senadora, por acompañarnos pero hasta acá llegamos.
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– La señora senadora Morandini realiza manifestaciones fuera del
alcance del micrófono.
Sra. Presidenta (Fellner). ‒ No hay quórum, no es responsabilidad mía. No dan quórum.
Senadora: no hay quórum.
Agradezco a la gente del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Es la tercera vez que
vienen, o sea que esto ya pudo haber sido aclarado en otras reuniones también. Vamos a pasar
todo lo hablado también en las otras comisiones por si algún senador tiene alguna duda.
Muchísimas gracias y los quiero felicitar por el proyecto de ley.
– Son las 16 y 11
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