2 Editorial Somos adictos e injustos Cuando empezamos a debatir sobre el segundo número de Al trote llegamos a la decisión de hablar sobre la situación financiera de los clubes del fútbol argentino. Lindo tema. A pocos días del inicio del nuevo torneo, da la sensación de que todo sigue igual. El fútbol parece sentirse ajeno a los contextos. Porque el mundo se cae, las economías se ajustan los cinturones y los clubes viven en una burbuja blindada. La llegada del Programa Fútbol Para Todos, además de democratizar el acceso a un evento cultural de interés público, inundó las arcas de la AFA. Comparándolo con el contrato anterior con Televisión Satelital Codificada (TSC), los ingresos por los derechos de televisación se triplicaron. Sin embargo, el saneamiento no llegó. Los clubes que venían haciendo bien las cosas continuaron por la misma senda. El resto, transformó los nuevos ingresos en deudas monstruosas e impagables. El fútbol se come por sí solo las atenciones de todos. Y si por un instante nos despertamos de ese insomnio llamado fútbol, nos daremos cuenta de que todos somos adictos e injustos. Cuando este número esté en la calle, los Juegos Olímpicos estarán entrando en su recta final y es ahí donde queremos apuntar. Al trote es una revista de deportes. En Londres 2012 no habrá participación futbolística. Argentina es el actual campeón, y lo será hasta el pitazo final del último partido en esta olimpíada. ¿Qué pasó en el medio? Y seguimos, seguimos chupándole las medias al fútbol. Se debate por todos lados que nuestro fútbol está devaluado, que el campeonato es mediocre. Otros afirman que tenemos el mejor certamen, y lo argumentan en las ajustadas definiciones de los torneos locales y el amplio abanico de equipos que peleó hasta las últimas instancias. Boca, con su torbellino interno, llegó a la final de la Libertadores. Sí, un equipo que representó al país. Pero el fútbol argentino da una identidad histérica. Va para un lado y nosotros lo seguimos, va para el otro y ahí estamos. Somos adictos. En estos juegos tenemos portavoces (en su mayoría) que no son millonarios, que no se dan el lujo de rechazar ofertas estrepitosas de varios clubes, que no viven en Europa, ni tampoco visitan un espacio cultural en un Mini (y creemos que nos quedamos cortos). Germán Lauro, Jenifer Dahlgren, Juan Manuel Cano, Miguel Bárzola, Javier Carriqueo, Jorge Balliengo y Rocío Comba, por ejemplo, no han tenido esos honores ostentosos. O Brian Toledo, quien se ganó el puesto en la sección “La rompió”. Él, es uno de los muchos atletas que lograron posicionarse en un lugar de privilegio a base de esfuerzo, por supuesto, pero también por convicción, dedicación, entrenamiento, seriedad, profesionalismo. Y no pide nada a cambio, solo es lo que es: un deportista. Y como si eso no fuera sufuciente, va a representar al país. ¿Poco no? Creemos que Toledo entendió muy bien esta partecita, la de la identidad. Todos ellos, son sólo algunos de los 137 argentinos que están sumergidos en los Juegos Olímpicos. La representatividad nacional está depositada en grandes valores locales. Y estuvieron allí, a la espera del inicio. No fue fácil la previa. No es asequible el pasaporte a una olimpíada. Por otro lado, la propuesta de la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) en 2009 fue más que acertada. Diversas sogas les ha tirado a deportistas de la talla de Toledo. Un “salvataje”, una recomposición es lo que el Enard se ha propuesto. Londres es la primera prueba. Cuando el 27 de julio pasado la antorcha marcó el inicio de los juegos, por cada uno de esos 137 atletas compatriotas seguramente pasó una sensación indescriptible. Fue un momento más que emocionante. Ellos asumieron un rol histórico que el deporte nacional debe agradecer. Nosotros también. Desesperados, contando los minutos, polemizando por los pases en el mercado de fútbol, hablando del nuevo torneo, estuvimos. En el medio, otra cosa ocurría. 137 cuerpos y mentes a la espera de una gloria, y nosotros, incultos y analfabetos a ellos. Somos injustos. 3 Sumario a d a m e u q a t a l P Así forma Número 2 - Agosto 2012 Editor responsable: Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata Jefes de redacción: Lucas Mateo / David D‘Agostino Corrector: Héctor Escobar ada 6 Redactores: Joel Gentil Víctor Olivera Fernando Labal José Álvarez Lucas Mateo David D‘Agostino Héctor Escobar k (fi El crac ulares” s pop das má emada ús di las me re el modelo Lan s o m a m la sob “No to os hab Plata qu 9 Nicolás n Russo Colaboradores: Lucas Solís / Federico Mauad 12 Foto de tapa: AG La PLata Fotógrafos: Martín Dutil Javier Aimetta Emmanuel Labal Ilustrador: Martín Mateo 14 Arte y Diseño: Paula Romero / Víctor Vialey Agradecimientos: Gastón Luppi Pablo Blesa Leonardo Ale Maximiliano Friggieri Aníbal Díaz Publicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Diag. 113 Nº 291, La Plata, Buenos Aires, Argentina. Tel: 0221 4250133. www.perio.unlp.edu.ar Registro de la Propiedad Intelectual en trámite. Prohibida su reproducción total o parcial sin citar la fuente. Año 1 - Nº 2 - Agosto de 2012. Distribución gratuita. 6 ¿Quié asgow ió el Gl s Ranger parec o: desa l de lut dio n el me ae La pelot s s gusto s lo a Todo r a P l o útb F Ellos t n es be quié quién” a undo s entar jugadores m l e o od epres iente t ea de r n juega ambién 17 sc a” a lo v l a s “ n o El fútb 15 lubes? emada Plata qu emada Plata qu Contacto: [email protected] www.facebook.com/altrote.edicion 4 l l fútbo ro) de nancie em Plata qu r e la ta te amb “En es dakis nos describ r u Fabio J 9 17 19 19 o” rgentin a l o b t del fú r o El trotad e ponent s de la selección x e n a o secret s un gr la e “Sabel 19 Claudio G to a l zamien Lan De bu 28 la A rodar 30 es es o del m mo no iodis “El per o de A bord as rder l ebe pe d l o, Arie un aut P ” sión u profe in no onal id naci t y en rthe básque a l e p n A e l o E inmers edios e los m saje d el men mo El racis lota” na pe o por u guitarra rdo” Lunfa tod o l e “Don r d e r e d d r lí de pe geleri, ue “Uno p olestar de m ganas es talles d s da de Senosia ha la boc aramos oledo Brian T gid o ele Nuestr nte ena fue 24 a a glori ió La romp 23 los uenta nos c ugnali sa istamo v e r t n E o An Lucian rte el depo stuosal fútbol y e c n i n lació lación entre e Una re cu ed 32 El aport bia n Colom oe otráfic el narc ica vin La trág ” g a veloz pistas de kartin l l e r t s z, la “E e destaca en las a Lópe s r rotado Futuro t Nerin 34 36 Pluma y C pelota dad de capaci o Ricard La dis cional 38 23 n e sta jov ños, e on 14 a n El polifu o Camin al cieloó en Wimble agr rse a eterniz e cons rs Federe 24 usca don y b 38 30 5 Plata quemada El crack (financiero) del fútbol La mayoría de las instituciones del fútbol argentino atraviesa una grave situación económica, con deudas millonarias. Sólo algunos pocos clubes han podido consolidar administraciones prolijas y ejemplares. Los vicios históricos continúan sin resolverse, y las soluciones se demoran. 6 La imagen para graficar la situación financiera del fútbol argentino se asemeja a la lectura del electrocardiograma de un corazón sano, con picos que suben y bajan. Salvo contadas excepciones, los clubes penan por sostenerse en una lucha que les exige resultados deportivos y gestiones superavitarias. La política de AFA, desde hace 32 años, ha sido la de “soltarle la cuerda” a las instituciones, dándole apoyo financiero. A cambio de eso, Grondona se ha asegurado la reelección infinita. Porque la solución nunca llegó mediante esa vía. Cuando un club golpea las puertas de “Don Julio” para solicitar un salvavidas monetario, está entregando el destino del fútbol a una conducción que mantiene los vicios de otros tiempos. Cuando el fútbol era otra cosa. El sistema de la usura empobrece las arcas de AFA a cambio de intereses que se cobran con una tasa fija a cuatro años: el voto para perpetuar al ex ferretero como mandamás eterno. La década del 90 y el prólogo a la quiebra sistemática Temperley y Atlanta son los pioneros en esto de llevar a la quiebra a un club. Ambos debieron sufrir las consecuencias de ingresar a un concurso de acreedores. A diez años de poderse considerar beneficiados con la Ley de Fideicomisos para Entidades Deportivas, debieron responder con los bienes de la institución y navegar en la incertidumbre de la existencia. “Celestes” y “Bohemios” prologaron una historia que se gestó en la última década del siglo XX y eclosionó en los primeros años del nuevo milenio. La primera gran hecatombe se produjo con la quiebra de Racing en 1999 y la aparición del “salvataje” privado en manos de Blanquiceleste S.A (al marcharse le dejó al club una deuda que superaba los 30 millones de pesos). Pero pudo haber sido cualquier otro nombre. Racing fue el primero en escribir este epílogo. De no ser por la movilización de su gente y la intervención estatal, el club se hubiese subastado. La introducción de la Ley 25.284 para la Administración de Entidades Deportivas con Dificultades Económicas, en 2001, permitió a los clubes con problemas, ponerse al resguardo de la justicia para evitar la desaparición de sus bienes ante la primera denuncia de sus acreedores. La creación de la figura del Fideicomiso Judicial, enmarcó al deporte como un derecho social. Se trató de generar actividades que produzcan ingresos genuinos a los entes en peligro y sanear sus pasivos mediante administraciones fiduciarias. Sin embargo, la bola de nieve ya había empezado a girar. Corralitos, cacerolas y clubes en banca rota Comenzó el nuevo siglo y Argentina sufrió una crisis económica, política y social que la dejó “grogui”. La falta de liquidez en el mercado, el endeudamiento arrastrado desde años atrás con los organismos financieros internacionales, sumado a la falta de empleo para los ciudadanos, pusieron al país “patas para arriba” y obligaron al presidente de la Nación (De la Rúa) a escaparse en helicóptero de la Casa Rosada. Pero el fútbol podía sentirse ajeno a esto. El “laissez faire, laissez passer” del Viejo Continente y la aparición de nuevos mercados como Rusia, China y algunos países árabes, mostraban empresarios sedientos de jugadores de nuestras latitudes. Con sólo dos partidos jugados en primera, bastaba para que apareciese un grupo inversor con dinero y se llevase a una promesa de cualquier cantera. Lo que la AFA no pudo (o no quiso) ver, es que las finanzas de muchos clubes se deprimían, a pesar de la venta de jugadores. Las malas administraciones dirigenciales y la inexistencia de un órgano de control eficaz que aplicase penas e infracciones a los clubes que no cumpliesen con sus compromisos, llevó al fútbol argentino a una crisis que se generó por su propia miopía. Un Míster Hyde interno. Un monstruo de invención propia. Hoy, podemos ver un cuadro que muestra una realidad que estaba cantada. Los conocidos “cinco grandes” circulan por un camino de ripio, en bajada y sin frenos. El buen presente deportivo y el “dibujo” de algunos balances pueden sacar a Boca de la discusión. Sabido fue que Ameal y sus muchachos (Angelici fue tesorero de la anterior gestión y ponía la firma) presentaron algunas rendiciones contables con superávit, incluyendo ventas que no se habían concretado y ocultando pérdidas ocasionadas por juicios en contra del club. Lo que es seguro, que ni Picasso podría pintar un balance que mejore los números de clubes como San Lorenzo, River e Independiente. Tres instituciones que vienen desde hace tiempo mostrando el “modelo a no seguir”. Nicolás Russo, presidente de un club saneado y poderoso como Lanús, aseguró que “hay clubes que tienen deudas siderales y son los que están desestabilizando el mercado y pagando en dólares contratos que no existen. Esto hace que los que estamos haciendo las cosas bien no podemos competir”. Julio Comparada es el ex presidente del “Rojo” de Avellaneda y uno de los principales responsables de la estrepitosa caída de la institución. Con sabiduría china y la profundidad de una charla de café de un domingo por la tarde, justificó mucho de los desfalcos producidos en su gestión argumentando que “es necesario endeudarse para crecer”. Esta ha sido la lógica con la que los cráneos dirigenciales de patrimonios centenarios de la sociedad como San Lorenzo, River, Racing e Independiente, generaron una situación de crack económico. Ni hablar desde lo deportivo. El nuevo torneo denominado “Inicial” arrancará con estos 7 cuatro equipos peleando por cuestiones del promedio para mantener la categoría. La única solución para salvar esto ha sido buscar dinero para incorporar jugadores, comprometiendo aún más la situación. ¿Esto significa que el fútbol argentino está en una crisis terminal general? Puede ser. Aunque existen proyectos que se vienen desarrollando en el tiempo y han dado muy buenos frutos. Clubes como Vélez, Lanús, Estudiantes, Colón y Godoy Cruz, por poner algunos, se mantienen en un camino recto, sin deudas, apostando al crecimiento institucional, antes que al deportivo. Aunque uno lleve de la mano al otro. En la revista oficial del club, del mes de junio, la dirigencia de Estudiantes informó un recorte de un 40 por ciento del presupuesto del fútbol para mantener las finanzas en orden. También hay casos como el de Racing y Belgrano de Córdoba, que llegaron a tocar fondo con sus economías totalmente quebradas y que, con el apoyo financiero de privados y el respaldo jurídico estatal, pudieron reencauzarse. En esta sintonía, Nicolás Russo mantiene que “de los 20 clubes de primera división hay 13 ó 14, mínimamente, que estamos haciendo bien las cosas. Y hay tres o cuatro que uno los ve con preocupación porque parece que están en otra sintonía”. Y agrega: “A dirigentes que muchos los toman como ejemplo (clara alusión a Javier Cantero), yo los he escuchado decir ´no tengo otra. Me tengo que endeudar trayendo jugadores porque si no me voy al descenso, tengo mal promedio´. No, esperá. Nosotros en el año 2002 teníamos deudas muy importantes y tuvimos que reducir alrededor de diez contratos. No 8 trajimos a nadie y jugamos la promoción”. En una nota publicada a principios de año en el suplemento “Líbero” del diario Página/12, el periodista Gustavo Veiga realizó una descripción detallada de las deudas que el fútbol mantiene con la AFIP. Según lo documentado, entre los 61 equipos que participan en la Primera División, B Nacional y B Metropolitana, adeudaban a la AFIP, en enero pasado, 274.794.025 millones de pesos. Si a esto se le agrega que la AFA se comprometió con el Gobierno, luego de acordar el último reajuste del Programa Fútbol para Todos, a regularizar “las deudas impositivas y previsionales pendientes de AFA y los clubes asociados a ella, de a acuerdo a lo que se convenga con la AFIP”, la escena se convierte en absurda. La imagen de un carnaval del derroche, ante la inexistencia de controles que pongan un freno a semejante despilfarro. La era K y el Fútbol Para Todos El fútbol continuó siendo un negocio rentable para todos, excepto para los clubes. La entrega de AFA de los derechos de televisación a TSC, profundizó la crisis. El contrato tenía una extensión hasta 2014 y beneficiaba sólo al explotador de los derechos. Para los clubes, sólo migajas. La pelea entre el gobierno kirchnerista y el Grupo Clarín abrió un claro para pegar un giro de timón. Ante la posibilidad histórica, Grondona congenió con Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete por ese entonces, la ruptura del vínculo AFA-Clarín. La aparición del Programa Fútbol Para Todos fue una boca- nada de aire fresco para la AFA y los clubes, aunque las consecuencias hoy son difusas. Más allá de la recuperación de un derecho social que implicaba devolverle el fútbol a la gente, la relación con el Gobierno le aseguró a la AFA un incremento del 300 por ciento, en concepto de derechos por explotación de las transmisiones futbolísticas, con respecto al que percibía con el anterior contrato. Además, el reparto entre los clubes pasó a ser más equitativo y democrático. Pero la cascada de fondos públicos que ingresaron al fútbol no significó el punto de inicio para el rescate económico. Salvo los clubes que venían actuando prolijamente, previo al nuevo acuerdo, el resto continuó entregando su futuro. Al cierre de esta edición, nueve clubes estaban inhibidos para realizar compras hasta actualizar vencimientos de contratos anteriores. Es momento de exigirle a la dirigencia que preside el deporte más importante del mundo y el más afín al público nacional, que realice un contralor efectivo donde se establezca un sistema de premios y castigos que ponga en evidencia quiénes actúan en pos del fútbol y quiénes lo hacen en beneficio propio. Plata quemada “No tomamos las medidas más populares” Si se quieren encontrar soluciones se deben buscar referentes. Entrevistamos a Nicolás Russo, presidente de Lanús, para que nos brinde la fórmula utilizada para transformar al conjunto del Sur en una institución saneada y firme desde lo económico que no para de hacer obras. Por Fernando Labal / Fotos: Martín Dutil No está todo mal en el fútbol argentino. Existen clubes que vienen trabajando bien. Peleando el famoso “campeonato económico”, que deviene, luego, en resultados deportivos. Entre ellos, está Lanús. Su presidente nos cuenta que la austeridad para manejar el dinero fresco de las estrellas que emigran, la creencia en invertir en “ladrillos” haciendo obras, y la toma de decisiones que no siempre convencen al asociado, son algunos de los requisitos necesarios para mantener a flote a los clubes. Una entrevista que intenta rastrear y conocer aquellas cuestiones que hacen que no todos los clubes estén al borde del abismo. - ¿Cuál es la situación de Lanús a nivel institucional y a nivel financiero? - En primer lugar, a nivel institucional estamos muy bien. En esta gestión, que ya lleva dos años y medio, encaramos 36 obras, de las cuales faltan terminar tres. Algunas obras son de muchísima magnitud. En cuanto a lo financiero, venimos teniendo una administración con deuda cero. Tenemos un déficit anual que lo producen el básquet y el fútbol. Por esto es importante tener reservas para afrontar ese déficit. El club en lo económico está muy bien. - ¿Se maneja una caja aparte del resto de las actividades del club para el básquet y el fútbol? - No, acá hay una caja general. El dinero del club entra todo por un solo lado a una caja única. Todas las actividades depositan en el 9 mismo lugar. Tenemos bien estructurado el club. Acá hay 600 empleados. Más de 30 disciplinas federadas. Esto genera que haya ingresos y egresos importantes. Pero los únicos que producen déficit son el fútbol y el básquet. Esto se contrarresta con la venta de jugadores. En los últimos años, Lanús ha vendido muy bien y no se ha gastado el dinero. Lo hemos guardado como reserva. Por eso el club está muy bien económicamente. Además, ha producido obras de la magnitud que decía antes. - El tema de las entradas no es actualmente algo significativo para los clubes. - Las entradas del fútbol no son un ingreso importante. En el fútbol argentino hay una cosa cultural en la que nadie paga. Capaz que hay 10 mil personas y tenés 2 mil entradas vendidas. En todos lados pasa lo mismo. Hay una cultura de no pagar. Todo el mundo pide entradas de favor. Los dirigentes los dejamos entrar; amigos de la policía, amigos de los porteros. Si hablás con el presidente de cualquier club te va decir que pierde plata con el tema de las entradas. Entre los pagos a personal, el operativo de seguridad, lo que se lleva AFA y el club visitante, no te queda nada. Y a veces, perdés plata. “Lanús ha vendido muy bien y no se ha gastado el dinero. Lo hemos guardado como reserva. Por eso el club está muy bien económicamente. Además, ha producido obras de gran magnitud”. 10 - ¿Significó un cambio importante el acuerdo AFA-Gobierno Nacional? - Sí, importantísimo. Porque el anterior concesionario que tenía los derechos de televisación pagaba valores irrisorios. Ganaba mucha plata quien tenía los derechos y los clubes cobrábamos dos pesos. Hoy por hoy, se ha valorizado y es un negocio muy bueno para los clubes y para el Estado que es quien tiene los derechos. - ¿La repartición es más democrática ahora? - Si, también eso mejoró. Porque los que tenían mejores ingresos eran los cuatro clubes medianamente grandes (Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez) y Boca y River. En este último aumento recibieron los 20 clubes el mismo monto. Eso permitió que se achicaran las diferencias. - ¿Se cumple estrictamente con la presentación de balances en AFA? - Todos los clubes debemos presentar los balances en AFA. Lo que estamos ajustando cada vez más es que los clubes terminen la temporada sin deuda. Si uno no hace frente a las deudas y el jugador va a Agremiados, no podés incorporar jugadores para el libro de pases siguiente. Se está ajustando cada vez más para que los clubes no se “desbanden” desde lo económico. - ¿Pero se sigue manteniendo la relación directa con AFA o con la aparición de los derechos con fondos públicos hay que rendirle cuentas a la Jefatura de Gabinete? - Realmente la AFA no hace nada. Lo que pasa que el jugador va y reclama en Agremiados y los clubes sufren inhibiciones. Y si no pagan, no pueden incorporar. - ¿Pero qué tipo de control hay desde el Gobierno? Estamos hablando de que los clubes reciben fondos públicos. - Los controles que te piden es que justifiques qué hiciste con el dinero en todos los movimientos. Esto es, obras, pago de sueldos y demás. Nosotros lo presentamos en AFA y supongo que eso se lo reclama el Estado. Pero desconozco si la AFA le da esa información, o no. - ¿Qué opinión te merece la situación financiera del resto de los clubes? - Yo te puedo hablar de Lanús. Nosotros, generalmente, no tomamos las medidas más populares. Por ejemplo, un dirigente equis agarra un club y hereda una deuda monstruosa. Entonces cuesta, porque arrancás administrando una deuda y tenés la exigencia de los socios que te piden una buena campaña deportiva. Normalmente, los clubes que tienen serios problemas económicos tienen problemas deportivos. Son cosas que van muy de la mano. Entonces, tenés que organizar al club económicamente y a la vez hacer una buena campaña. Y si, encima, no estás fuerte políticamente, porque ganaste una elección por 15 ó 50 votos, te lleva a tomar decisiones políticas, no las reales. Cuando uno toma decisiones políticas únicamente, después te va mal en lo real. En ese sentido, nosotros tenemos una unidad que lleva más de 20 años y entonces estamos muy fuertes políticamente. A veces nos vienen a traer un jugador que viene de ser campeón con vos y no lo contratás porque considerás que no es el momento o es mucho dinero. Eso lo podés hacer en Lanús, porque en Boca o River no lo podés hacer. - ¿La gente está cada vez más exigente o ha alcanzado cierto nivel de paciencia para con el equipo? - No, el piso de Lanús está muy alto. Si hacés una campaña de 30 puntos te dicen que es mala. Si hacen 25 puntos Racing o Independiente te dicen: “Muy buena campaña”. Esta es la única vez que el club está más de 20 años en Primera División y, sin embargo, la gente no valora eso. Acá se valora ser campeón, pelear la Libertadores hasta el final. Todos queremos eso, pero no es fácil. - ¿Y qué opinión te merece, como lo instaló Macri en Boca, que los presidentes deban responder con su patrimonio? - Eso ya está en el Estatuto de Lanús. Los primeros que hicieron eso fuimos nosotros. Ya en el año 91 se puso en el Estatuto. Ante cualquier hecho que se compruebe que se perjudicó al club tiene que responder con sus bienes. Ese es un tema en el cual hemos trabajado mucho. Queremos que los dirigentes sean únicamente del club y se aboquen a eso. Queremos evitar que las carreras políticas se hagan a través de nuestra institución. - ¿Piensan cómo cambiar esta situación? - Creo que en todos los clubes pasa lo mismo. Argentinos Juniors fue campeón y le empezaron a exigir cosas que el club no podía satisfacer. Hay veces que, por más que tengas el dinero, no podés gastar. Un ejemplo es el caso de Salvio. Nosotros lo vendimos por un valor enorme. Queríamos traer al “Papu” Gómez y a Hauche. Y lo que nos costaban los dos jugadores, más los contratos, era la plata de Salvio. Entonces, no los podés traer. Son decisiones que toma cada club. - La crisis financiera mundial y la merma de los mercados de pases, ¿ayudó a los clubes a la hora de negociar los nuevos contratos con los jugadores? - Los clubes estamos haciendo un ajuste importante. Lo que no entienden muchos es que las ventas se terminaron. Para vender, vendés únicamente al jugador diferente. Y hoy, en el fútbol argentino hay dos o tres jugadores “distintos”. No es que en Europa no se compren más jugadores, lo que pasa es que hoy compran únicamente a los “distintos”. Antes podías vender a España jugadores por 3millones. Ahora esos jugadores van a España gratis. Porque desisten de pagarle el contrato, el jugador se va con el pase en su poder. Es complejo. Falta que todos los clubes empiecen a aplicar un ajuste. La necesidad nos va llegando a todos. De hecho, en dólares ya nadie paga. Estamos viviendo una situación que obligadamente nos va a llevar a bajar los contratos. Lo que se está haciendo hoy, es achicar la cantidad de jugadores en los planteles. El complejo de vestuarios de 586 m2 inaugurado en el Polideportivo de Lanús a fines de 2011 y el nuevo techo en la cabecera local del estadio. - ¿Qué opinión te merece la ley de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD)? - Yo no las quiero. Lanús ha hecho un pronunciamiento en asamblea, aprobado por unanimidad, en el cual rechazamos cualquier tipo de gerenciamiento o sociedad anónima. No queremos que los capitales privados ingresen al fútbol. Cada vez es más difícil, porque si no lo hacen a través de una SAD, lo hacen de manera encubierta a través de los clubes. Hay capitales que son espurios, capitales que vienen de la droga. El Estado Nacional ha hecho hincapié en lo que es el fútbol, para investigar cualquier tipo de movimiento superior a $100.000. Por eso, no las quiero. Prefiero las entidades de bien público, sin fines de lucro, como son los clubes. - ¿Qué opina del caso Banfield y la renuncia de Portel? - De Banfield no opino. Lo que te puedo decir es que en Lanús tratamos de pregonar que no queremos la política nacional, provincial o municipal en los clubes. “Los clubes que tienen problemas económicos tienen problemas deportivos. Son cosas que van de la mano. Entonces, tenés que organizar al club económicamente y a la vez hacer una buena campaña”. 11 Plata quemada Por David D´Agostino “El club es de los socios”. En esa frase, bastante escuchada en los últimos tiempos, se resume buena parte de una concepción política, económica y cultural, en relación a la función que cumplen las instituciones deportivas en sociedades como la nuestra. En el caso de los clubes de fútbol (aunque algunos prefieren llamarlos clubes “con fútbol”) suele ocurrir que la urgencia y la histeria en la búsqueda de resultados deportivos operan como una bomba demoledora dentro de las finanzas de un club. Incorporaciones de refuerzos de elevadísimo costo, compromisos contractuales incumplibles y la utilización transitoria e inescrupulosa del espacio deportivo como arena política de proyección pública son algunos de los principales escollos en la vida de estas entidades. Y sucede que a la falta de controles y auditorías sobre el destino de los fondos de cada institución se le adosa la figura de los “grupos inversores”, como posibles apariciones con solución de varita 12 mágica. Pero la intervención de capitales privados en la vida de los clubes tampoco se traduce en el éxito de salvataje financiero que muchos quieren ver (¿vender?) y, muchas veces, los intereses de un determinado grupo empresarial les terminan contando las costillas a las arcas de los clubes. Sabido es que los empréstitos de los calibres millonarios que se manejan en el fútbol profesional, a la corta o a la larga, se pagan y con creces. Sin embargo, la presentación victoriosa de estos fondos “milagrosos” es la máscara de proa de un debate que parecía haber quedado sepultado una década atrás. Por aquel entonces, y ante el efecto dominó de clubes en quiebra, se había puesto en el tapete la posibilidad de constituir sociedades anónimas como alternativa de escape a la crisis económica que vivía el país. Aquella noción no era otra cosa que el resabio de una época en la que se creyó que las privatizaciones venían a resolverlo todo. Que la corrupción y el delito eran patri- monio del ámbito estatal y que las “bondades” de las pulcras manos privadas servirían para salir adelante. Endeudarse era el camino para tomar impulso hacia supuestos tiempos mejores, que nunca llegarían. O al menos, no por aquel camino. Ahora bien, la complejidad de la situación no puede implicar perder de vista las nefastas administraciones que sufrieron buena parte de los clubes de las divisionales más importantes de nuestro fútbol. Algunos llegaron al absurdo de pagar la contratación simultánea de varios entrenadores, producto de caprichosos despidos ante resultados que no llegaban con la rapidez esperada. Compras millonarias en moneda extranjera, números improbables en balances confusos, y gastos inadmisibles por inoperancia dirigencial, sirvieron de caldo de cultivo para incrementar los violentos pasivos de instituciones que, supuestamente, pertenecen a los socios. Respetar la vida democrática y estatutaria de cada institución pareciera tan esencial como lo es efectuar controles y auditorías finas y efectivas desde la AFA. O desde el propio Estado que, desde hace tres años, viene destinando una buena suma de dinero en concepto de televisación pública, pero que, en la gran mayoría de los casos, no se cristalizó en la mejora de la vida financiera de los clubes. Algunas instituciones deportivas han incorporado a su reglamentación la presentación de avales económicos por parte de quienes aspiren a presidirlas. Por un lado, puede sonar a discriminatorio, elitista y exclusivo, ya que tiende a montar la idea de que un club sólo puede ser bien administrado por gente con un pasar económico favorable. Sin embargo, los desfalcos y atrocidades que sufrieron las economías de muchos clubes en nuestro país, y por los que nunca nadie dio respuestas, atenúa esa visión en pos de intentar asegurar el patrimonio institucional de los clubes. Volver a intentar imponer la figura del empresario rico como sinónimo de salvación no parece el mejor camino, sino más bien, la reinstalación del siniestro discurso que tuvo su auge en los 90. La Ley de Fideicomiso de Administración (ver recuadro) sirvió como salida alternativa para clubes en situación de quiebra. Los controles re- gulatorios efectivos, desde AFA y desde el Estado, no deben hacerse esperar. Los socios de cada institución tienen que hacer prevalecer el valor de su capital social, tanto a la hora de conformar peñas y agrupaciones, como al momento de priorizar el patrimonio integral del club por sobre resultados deportivos, a la hora de emitir un voto, de participar de una asamblea y de todo lo que hace a la vida societaria de una institución. Los clubes son de los socios. Algunos de los beneficiados por el fideicomiso La Ley Nº 25.284, promulgada en julio del año 2000, creó la figura del llamado Fideicomiso de Administración que “persigue la protección del deporte como derecho social y la continuación de sus actividades de amplia e importantísima repercusión social en la República Argentina”. De esta manera, algunos clubes le encontraron un poco de aire a su situación de quiebra. Además, la ley destaca que “en ningún momento los bienes dejan de ser propiedad de la entidad” y que el órgano fiducario “no es más que un mero administrador temporal de una serie de bienes”. A continuación, se mencionan brevemente algunos casos en los que se hizo efectiva: Racing Club de Avellaneda: La ley permitió evitar el remate de los bienes del club y poder seguir compitiendo en los torneos de AFA durante el año 2000. Se efectuó un acuerdo entre el interventor, el juez interviniente y Blanquiceleste S.A. por un período de diez años. Ferro Carril Oeste: Debía 27 millones de pesos y tenía 23 pedidos de quiebra. Perdió más de 40 mil socios. En diciembre de 2002, la ley le posibilitó evitar la clausura y el remate. Belgrano de Córdoba: En 2001 logró subsistir mediante el fideicomiso. Al año siguiente una jueza de la ciudad llamó a licitación para el gerenciamiento del club. Se encontró una solución similar al caso de Racing. Deportivo Español: En 1999 un grupo de ex jugadores pidieron la quiebra. El estadio permaneció cerrado durante dos meses y medio. En junio de 2000, el juez que entendía en la causa ordenó el cierre del club. La Ley de Fideicomiso le permitió eludir el remate de los bienes, entre los que figuraba el estadio, las canchas de hockey y bochas, el gimnasio, el restaurante, el parque y las parrillas del predio del Bajo Flores. Temperley: Vivió unos años muy críticos entre 1989 y 2001. En mayo de 2001 la ley le perminió terminar con el trance de posible desaparición. No pudo evitar la inactividad y el descenso de categoría pero evitó el remate. 13 Plata quemada El fútbol de luto: desapareció el Glasgow Rangers Por José Álvarez Tras 139 años de historia, y 121 participando en la máxima categoría del fútbol escocés, el Glasgow Rangers ha dejado de existir. Los dirigentes del club lo presentaron a convocatoria de acreedores, siendo comprado por el ex jugador Charles Green, y refundado bajo el nombre de The Rangers Football Club. Con 54 ligas en sus vitrinas, era el club con más títulos de este tipo, seguido por su eterno rival, el Celtic, con 43. Si bien la Premier escocesa no es de las más competitivas de Europa, los Blues eran respetados en el continente tanto por su historia como por su afición, la mayoría integrantes de la comunidad protestante, que llegaba a reunir entre 45 y 50 mil personas de local. Relegado a la Third Division (equivalente a Primera C o Argentino B en ligas de AFA) por el voto de 25 de los 30 clubes participantes de las máximas categorías, le demandará al menos tres años de ascensos consecutivos el volver a competir en la Premier. Además, corre el riesgo de quedarse sin plantel. Todos sus jugadores tenían contrato con un equipo que ya no existe, por lo que deberán renegociar sus salarios, teniendo en cuenta la categoría que ocuparán, y con el agravante de que, salvo uno, todos sus patrocinadores rescindieron su contrato. Todo empezó a finales de los 80, cuando el empresario David Murray les prometió a los socios que de ser electo presidente, no sólo llenaría las vitrinas de títulos, sino que sus equipos se verían plagados de figuras. “Por cada cinco libras que el Celtic invierta 14 en incorporaciones, nosotros gastaremos diez”, aseguraba ante los micrófonos. Tras casi 20 años de mandato, el Rangers obtuvo 12 ligas y 18 copas. Si bien cumplió con lo prometido, a mediados de 2009, envuelto en deudas y con el fisco británico intimándolo, vendió el club en 1 millón de libras, diez veces menos que el precio que había pagado en 1988. A principios de este año la deuda con la Hacienda británica ascendía a 26 millones de euros. Para intentar saldar o achicar el monto, los directivos ofertaron un plan de viabilidad que fue rechazado por la administración pública, obligándolos a declararse en bancarrota. Cuando todo indicaba que el conjunto de Glasgow desaparecía del panorama futbolístico, un ex jugador y próspero empresario deportivo, Charles Green, adquirió la entidad en 7 millones de euros, prometiendo mantener el plantel y asegurando que los Blues seguirían jugando en su estadio de siempre. Los representantes de los clubes debieron tomar una difícil decisión. Podían perdonar al Rangers y respetarle su plaza en la Premier, asegurándose la continuidad de los numerosos contratos multimillonarios, o respetar la igualdad deportiva, resignando dinero e interés del público. Al contrario de lo que marcan las lógicas actuales, se decidieron por concentrarse en reconstruir el juego y restaurar las prioridades y los valores que alguna vez, en la época de sus fundadores, fueron la piedra fundamental de este deporte. Charles Green y David Murray las dos caras del “Rangers”. La pelota en el medio Fútbol Para Todos los gustos Las transmisiones de la Televisión Pública permitieron celebrar el acceso masivo a los partidos de los campeonatos argentinos. Tres años después, en lo que respecta a contenidos y el enfoque Fotos: Télam comunicacional, queda muchísimo por corregir y mejorar. Vivimos tiempos donde la polaridad ideológica es “moneda corriente”. Ante esto, resulta necesario (y desagradable a la vez) establecer una declaración de principios para abordar determinadas temáticas. Fútbol Para Todos (FPT) desembarcó en 2009 para terminar con un avasallamiento provocado por un multimedio que se apoderó del fútbol, lo convirtió en un bien activo y lo comercializó impunemente a su antojo. La luz verde que implicó la “Ley de Medios” allanó el camino para que FPT se impusiera como el más justo de los formatos posibles. En un país donde este deporte es uno de los objetos más preciados, la posibilidad de abrir las transmisiones a todos pareció la mejor decisión. Pasado el tiempo, resultará difícil que un futuro gobernante se anime a restablecer relaciones car- nales con una empresa y le devuelva semejante negocio. En conclusión, el fútbol es de y para todos. Esa discusión ya caducó. Pero una cosa no quita la otra. La justicia divina de la democratización de la pelota no derivó en un paraíso terrenal. Desde el plano de los contenidos, la calidad profesional y los dispositivos técnicos, se retrocedió más de veinte años. Se vislumbró un decaimiento en el aspecto audiovisual, como así también en la inclusión de “viejos” periodistas que hacen estéril la posiblidad de mejorar la calidad editorial. Es decir, que en algunos puntos, se restó. Porque muchos de los vicios que portaba Torneos y Competencias se sobredimensionaron con la omnipotencia del canal estatal y un grupo de emisoras que lo acompañan (América, Canal 9, Crónica TV, CN23 y Canal 26). No alcanza con respetar los horarios de comienzo de los partidos o sancionar a los entrenadores que hacen salir tarde a sus equipos para los segundos tiempos. Se necesita de una organización mayúscula que incluya los acontecimientos regulares y las eventualidades. Lo sucedido durante el juego por el Torneo de la B Nacional disputado entre Gimnasia de La Plata y Ferro habla de una gran improvisación. El fútbol es un camión con acoplado manejado a todo lo que da por una ruta de ripio. Se puede llegar a destino. Se puede quedar a medio camino. Las posibilidades de no darle un categórico corte al partido, eran variadas. Recordemos que la finalización de este encuentro se vio retrasada por una amenaza de bomba realizada durante el entretiempo, que significó una demora de 50 minutos para la reanudación del mismo. El cotejo se transmitió por la TV Pública, al igual que el partido entre Racing y Colón, pactado a continuación. La tardanza provocada por el trabajo de la policía de explosivos en el estadio del Bosque, provocó que el o los que toman decisiones en Canal 7, dieran por terminada la transmisión para darle paso al partido de Avellaneda ¿Y el espectador de ese encuentro? Siga participando. Lo más grotesco de la situación no fue la elección, ya que el que 15 está al mando de una programación debe pensar con criterio televisivo y priorizar el mejor espectáculo o el evento que deje la pantalla más “caliente”, sino las formas de (no) hacerlo. Por ejemplo, una de las posibilidades hubiese sido anunciando el pasaje del partido a alguno de los canales (Crónica, Canal 26 y CN23) que se convierten, semana a semana, en retransmisores; o viceversa. Demorar el inicio de la transmisión del partido de Primera División, dándole la apertura a los otros canales. Posibilidades que nacen desde el sentido común pero que dan un marco de seriedad y organización a una estructura que viene con el sello de Nación a sus espaldas. En cuanto a contenidos, también las excusas han sobrepasado sus fechas de vencimiento. Lo que en 2009 era justificado bajo la sorpresa y la vertiginosidad con la que se habían dado las cosas, tres años después, suena a poesía o, mejor dicho, a verso. De los tres principios básicos que debe cumplir un medio de comunicación, se siguió priorizando el del entretenimiento. Esto deriva en que las cámaras sigan enfocando al técnico que insulta al árbitro por sobre el que da una lección táctica, o a priorizar la frustración de la derrota por sobre la bonanza de la victoria. ¿Por qué forjamos en el ideario colectivo la imagen de que Caruso Lombardi es un “vende humo”? Muy sencillo, ya que los directores de cámara están entrenados para tomar al personaje en momentos de ofuscación y “calentura” y no aleccionando a sus dirigidos. Si Caruso es un payaso mediático, que se busque su circo. O que busque refugios en programas como el de Fantino. El listón de la televisión estatal debe ser mucho más alto. A su vez, se intentó educar a través de la exposición de pequeños informes que narraban la historia de los clubes como en los cuentos de hadas que nos conta- 16 ban de niños. En las previas de los partidos se tomaba una institución y una agradable voz en off nos relataba la heroica fundación, los logros obtenidos en la historia, la vida de sus principales figuras. Lo que nunca se pudo oír es a dónde se destinaron los nuevos ingresos por los derechos de televisación ni qué tarea está llevando a cabo la AFA para auditar a los clubes. Se incrementaron los ingresos en cifras importantes sin lograr evitar que las instituciones deportivas sigan penando cada vez más deudas y embargos. La federalización fue otro tema que comenzó en la mesa de debates y terminó relegada a la de saldos. Hoy, sólo podemos ver un pequeño recuadrito donde dos hinchas caracterizados miran el partido del cuadro del cual son simpatizantes, desde algún recóndito lugar de la Argentina. No sólo es dudosa la veracidad de encontrar un hincha de Arsenal en Santiago del Estero (ya que generalmente los festejos son más forzados que sentidos), sino que el gusto y el aporte que esos micros le dan a las transmisiones suena a poco. El federalismo televisivo dio un gran paso con la apertura de la señal a todos los canales abiertos. Lo que resta, es la concreción del total de antenas necesarias para cubrir la cobertura gratuita en todo el país a lo ancho y a lo largo. Asimismo, la Copa Argentina es otro proceso interesante para instalar al fútbol regional y codearlo con los popes de la Primera División. Pero aquí, hace falta un compromiso más grande por parte de AFA y los mismos clubes para darle la seriedad suficiente que genere un potenciamiento del torneo. Para esto, se necesita contar con el interés de los equipos en prestigiar la competencia. Por su parte, el paso del tiempo debe encargarse de llenarla de historia. Queda vida por delante para mejorar las debilidades y potenciar las fortalezas. El camino por donde se circula es mucho más firme que el de aquellas arenas movedizas de los años noventa. Esa solidez debe manifestarse en una política consistente que plantee las mejoras del fútbol como producto para el público y exija a los clubes la mayor coherencia posible en la conducción para poder ser beneficiarios de los derechos televisivos. Hay que abandonar la senda de la política asistencialista que ofrece Grondona para transformar al resto de los dirigentes en simple “levanta manos” en las asambleas. Se deben establecer parámetros de compensación para darle mayores ingresos a las instituciones que más sanas mantienen sus economías y sancionar a los que se desvían. Ellos también juegan “En este ambiente todo el mundo sabe quién es quién” Por Lucas Mateo / Fotos: Martín Dutil Son los responsables de trazarle la carrera a los jugadores. Son los chicos malos que se sientan frente a los directivos a discutir los contratos. Esos tipos que viajan alrededor del mundo buscando un pibe que “la rompa” para ubicarlo en algún grande del fútbol. Un poco de todo esto es Fabio Jurdakis, nacido en Banfield, que ante el fallido intento de ser jugador se dedicó a este oficio. “Las ganas de jugar al fútbol, el mínimo conocimiento del ambiente y, desde la parte familiar, la pasta comercial que mamé, formaron una amalgama de lo que soy hoy”, dice Jurdakis. - ¿Cuándo y cómo arrancás con el tema de la representación de jugadores? - Queriendo intentar jugar algo al fútbol. Y al ser malo, me dediqué a otra cosa. Entré en el 98, llevando a Lucio Filomeno como el argentino más joven que debutó en el Inter. La relación de amistad con Iván Zamorano me permitió llevarlo a Italia. - ¿Cómo lo conociste a Zamorano? - Nos conocimos en Suiza, cuando teníamos 18 años. Un día me dijo: “Te quedás en casa”. Ahí arrancó una amistad que mantenemos desde ese momento. También hacemos algunas cosas de trabajo juntos. Que te apoye él en un negocio es importante. Fabio Jurdakis es uno de los tantos que no llegaron a jugar en Primera División. A los 28 años decidió dedicarse a representar jugadores. Su relación con Iván Zamorano le abrió las primeras puertas en el mundo del fútbol. Luego, se convirtió en un explorador de mercados exóticos. - ¿Cuánto hubo de cierto en la posibilidad que tuvo de venir a Argentina? - Lo más cerca que tuvo fue Boca. Macri se reunió con él; lo quería traer sí o sí. Es más, salió en una tapa de El Gráfico, un fotoshop de Iván con la camiseta de Boca. Era el club justo para él. - ¿Te genera algún tipo de presión tener en tus manos la continuidad deportiva de un jugador? - Lo peor que le puede pasar a un jugador es no jugar. Hoy es tan vertiginoso esto, que no jugás seis meses y ya te miran feo. Si a los 18 no jugás, ya parecés viejo. Y si llevás a un jugador al exterior y con 20 años les decís que no jugó en primera ya te miran mal. - ¿Cuál fue el lugar más exótico en el que te ha tocado hacer una transferencia? - Al “Chamagol” González lo llevé a Chipre. Estuvo un año allá, en el Apop Kyniras, en una ciudad sobre el mar. Un paraíso. Además, el equipo jugaba Copa UEFA (hoy Europa League). A él le fue bien. Al club mal, porque no terminó bien. 17 Lo de siempre: no pagaron. Pero pudo jugar Copa UEFA y en total hizo 12 ó 14 goles en todo el año. De todos modos, lo más exótico que me tocó fue Irán con el “Gatito” Leeb. - ¿Una experiencia bastante traumática también para el entrenador? Tampoco le pagaron. - Algunas cosas las vamos a obviar. Lo que te puedo decir es que dejó una mala imagen para los argentinos en ese país. - Ante alguna diferencia con un jugador o dirigente, ¿el representante es el malo de la película para el público? - Puede ser. Pero lo mío no está vinculado con el público. Lo mío es del ambiente del fútbol, y en este ambiente todo el mundo sabe quién es quién. - ¿Cómo es la relación de los representantes con los dirigentes? ¿Hay cierto rencor de los directivos hacia ustedes? - En Argentina, recién ahora se le está dando forma a la figura de director deportivo, que es una cosa bárbara. Porque son personas que tienen conocimientos para tomar decisiones sobre un jugador o aconsejar si éste sirve o el otro no sirve. Siempre hay alguno que te mira medio mal, pero no significa que sea mala la relación con los dirigentes. - Pero hay clubes como Vélez, por ejemplo, que profesan la idea de negociar de club a club sin intermediarios. - Pero eso es de la boca para afuera. Porque el jugador tiene un representante. Ellos pueden negociar de club a club los derechos económicos, pero no los federativos. Si los clubes arreglan entre ellos y yo me siento y le digo: “Vos le querés dar diez, pero mi jugador quiere 100...”. Por más que hayan arreglado de club a club, si no arreglamos eso no va. La última decisión siempre la tiene el jugador. - ¿Cómo es tu trabajo en la búsqueda de nuevos jugadores para representar? - Hoy por hoy no busco, me llegan solos. Yo siempre trabajé mucho mirando páginas de internet, y por ahí encuentro un nueve que hace goles en la segunda de Uruguay que tiene 25 años, buena estatura... Entonces, llamo a algún conocido, le pido el contacto con ese jugador, le hago un seguimiento y lo converso. - ¿Cambió mucho tu trabajo con las nuevas posibilidades tecnológicas? - Hay una página inglesa, Soccer Asociation, en la que trabajan casi todos los clubes del mundo. Hay que estar suscripto. Es un lugar donde tenés la información que pidas. Ponés el nombre de un jugador y te salen los minutos que jugó en el último año, la cantidad de partidos, si fue amonestado y expulsado. No se puede mentir más. Antes te vendían jugadores con la lengua y un papel. 18 - ¿Qué clase de representante sos? - En nuestro trabajo hay tres escalones. Hay cuatro o cinco, arriba, que son reconocidos y manejan todo. En un segundo escalón, en el que estoy yo, están los laburantes de esto que no tienen mucho reconocimiento. Y en un último peldaño, están aquellos a los que les presentan jugadores hasta el carnicero del barrio. - ¿Leíste el libro de Sacheri? - No. - Cuenta la historia de un grupo de amigos que se ven forzados a transformarse en representantes de un jugador y con tal de venderlo lo obligan a cambiar de puesto ¿Has tenido que recurrir a eso alguna vez? - No. Me pasó que lo hagan jugar en otra posición. A “Chamagol” lo llevé al Strongest. Un jugador que estaba por llegar a los 200 goles, que jugó en la selección, medalla de bronce en las Olimpíadas de Sidney, y jugó Europa League. El técnico lo pone de enganche. Yo le digo: “Loco, me pediste que te lo traiga de delantero. Lo ponés de enganche para que la prensa lo mate”. - ¿Es fácil lidiar con el jugador? Porque él está poniendo en tus manos su futuro. - Es cada vez más bravo, porque tienen todo al alcance de la mano. El dinero, la fama, las mujeres. Algunos lo saben manejar, otros no. Te puede ir muy bien en tu trabajo, tener mucho éxito, y si no tenés un buen cimiento tambaleás. Además, hoy hacés dos goles y salís en la tapa. Lo contó Ricky Álvarez cuando llegó al Inter. Le dieron una camioneta, por contrato, que para él era una nave espacial. Pero contaba que a los dos meses la tuvo que cambiar porque el resto de los jugadores caía con unos autos terribles a los entrenamientos, y lo jodieron tanto que tuvo que ir y comprarse un auto. “Lo peor que le puede pasar a un jugador es no jugar. Hoy es tan vertiginoso esto, que no jugás seis meses y ya te miran feo. Si a los 18 no jugás, ya parecés viejo”. Foto: Agencia REUTER El trotador “Sabella es un gran exponente del fútbol argentino” Por Joel Gentil / Fotos: Martín Dutil Desde su ubicación estratégica en la platea, Claudio Gugnali es una de las piezas fundamentales del cuerpo técnico de la Selección Argentina. Visión de un tipo que atravesó todos los peldaños en la carrera de DT y hoy trabaja junto a un plantel de estrellas como Messi, Agüero, Higuaín... 19 Foto: Diario Olé - ¿Tenías en mente que ibas a ser técnico luego de colgar los botines? - No. Mis amigos me decían que sí. Cuando dejé el fútbol hice una especie de rebeldía; me aislé un poco. Un día vino una persona de Ensenada que ha sido muy importante para mí, Aníbal Álvarez, y me dijo: “Vos tenés que dedicarte al fútbol. Tenés criterio, te sabés expresar”. Eso me hizo un click. Hice el curso y comencé mi carrera como entrenador. Sinceramente, no fue un paso rápido el de jugador a técnico. Me costó entender que había dejado de ser jugador. El máximo sueño de cualquier jugador que se inicia en el fútbol es llegar a la selección nacional. El mismo sueño tienen los técnicos. Y a Claudio, se le hizo realidad. Hace casi 15 años debutó como DT en el Fuerte Barragán, un club de la Liga Amateur Platense, que hoy ya no existe. El ex jugador del Estudiantes campeón 82-83, pasó por diferentes entidades: Defensores de Cambaceres, inferiores del “Pincha” y Unión de Santa Fe, donde llegó a conducir la primera división. Tiempo después, lo contactaron con Alejandro Sabella (su compañero en el “León”). Ambos coincidieron en el pensamiento futbolístico y así, Gugnali se convirtió en su ayudante de campo, logrando la Copa Libertadores en el 2009 y el Torneo Apertura 2010, siempre con el conjunto de la ciudad de La Plata. Hoy, forma parte del cuerpo técnico de nuestra Selección Argentina. Al Trote tuvo el privilegio de compartir un gran momento con Claudio Gugnali, quien se mostró amable y con la humildad que lo caracteriza, la misma que tenía cuando dirigía al “Fuerte”. - Cuando se juntaron a hablar con Alejandro, ¿coincidían en la visión sobre el fútbol? - La verdad es que no había hablado nunca de fútbol con él, y cuando lo escuché me impactó. Sabella es un gran exponente del fútbol argentino; sabe mucho. La muestra más evidente fue la final contra el Barcelona en Abu Dabi donde Alejandro armó una estrategia única. Amigos españoles me decían que nunca habían visto a Guardiola tan desencajado dirigiendo al Barcelona, porque no le encontró la vuelta al partido. Y a dos minutos de terminar el encuentro nos empataron, porque ni siquiera nos ganaron. - ¿Fue tan notoria en la cancha la superioridad física del Barcelona en el tiempo suplementario? - Si, muy notoria. En el descanso se notó. Nosotros alentábamos y arengábamos a nuestros jugadores para que no se caigan, y lo veíamos a “Pep” hablando como en una charla de café. Los nuestros estaban todos desparramados, tratando de alargar los músculos y de esquivar los calambres, y Guardiola los tenía a todos parados y parecía que recién iba a empezar el partido. - ¿Qué jugador de ese plantel, excluyendo a Verón, te sorprendió? Antes de la llegada de ustedes, Astrada mencionó que Enzo Pérez era un fuera de serie. 20 - La verdad es que Enzo fue muy importante y desequilibrante en ese equipo. Aunque me gustó muchísimo Juan Manuel Díaz. Cuando llegamos a Estudiantes, él era muy joven y casi llorando nos dijo: “Me quiero ir porque no estoy adaptado”. Nosotros le dijimos que lo veíamos bien y que podíamos darle posibilidades. Juan Manuel terminó tirando el centro para el gol de Boselli contra Barcelona. - Más allá de tu profesionalismo, ¿qué es lo que más sorprende de trabajar en el seleccionado? - La organización. Lo que provoca la selección cuando viaja. Los argentinos somos privilegiados porque en su momento teníamos a Maradona y hoy tenemos a Messi. Es impresionante lo que provoca Lionel en el desembarco en los distintos lugares. Además, para uno que trabajó en Liga, en Cambaceres, hoy en este lugar no te falta nada. No hay excusas, porque tenés los lugares de entrenamiento, los viajes, las concentraciones; todo lo que uno necesita para poder trabajar, lo tenés. - ¿Son conscientes de que han pasado ya varios técnicos con estos jugadores y que ustedes han logrado la aceptación de la mayoría de la gente en estos últimos encuentros? - Si, somos conscientes y nos llena de satisfacción. Creo que vamos por el buen camino. No tenemos que dejar de tener los pies sobre la tierra. No hay que soñar mucho, y ser conscientes como lo somos nosotros. Sabemos que estamos ante una oportunidad única. Que estamos en el lugar que todo aquel que trabaja en fútbol sueña. Por esto, tratamos de ser normales y dar lo mejor de cada uno. - Desde el momento que arribó Sabella a la Selección se especulaba con que la defensa era lo primero que se iba a acomodar ¿Por qué es tan difícil armar una defensa contundente? - Me parece que la Selección está muy desbalanceada. Hay mucho potencial del medio para arriba y no tenés jugadores consolidados abajo. De la mitad para adelante, Messi, Agüero, Higuaín, gozan de otra confianza. Nosotros tenemos muy en claro esto. Además, Alejandro es un tipo al que le gustan los equipos balanceados. - Te reformulo la pregunta: ¿Están conformes con el material que tienen para armar una defensa? - Estamos buscando consolidar una defensa. Seguimos explorando. Le hemos dado continuidad a Fernández y Garay. Hoy, también a Zabaleta y Clemente Rodríguez. Estamos en la búsqueda y lo vamos a seguir haciendo. No te extrañe que en esta próxima convocatoria llamemos a alguno que no hayamos convocado nunca. - ¿Qué le aportás a Sabella mirando los partidos desde la platea? - Una visión distinta sobre cómo se plantea a la distancia. Porque yo dirigí desde abajo, fui técnico. Y, nada que ver. La forma de ver el partido, las posiciones en la cancha, cómo está el color del partido, por qué lado de la cancha se trabaja mejor… Desde allá arriba, es imposible no ver todo eso. En cambio, desde la línea de cal, no sabés que es lo que está pasando del otro lado. Te puedo asegurar que aporta mucho. En el entretiempo, Alejandro está esperando que baje para que le diga lo que vi. La verdad, es un monólogo mío. Y me saco el sombrero porque me escucha y en el 90 por ciento de los casos me da la razón. “Sabella es un gran exponente del fútbol argentino; sabe mucho. La muestra más evidente fue la final contra el Barcelona en Abu Dabi”. “Me parece que la Selección está muy desbalanceada. Hay mucho potencial del medio para arriba y no tenés jugadores consolidados abajo”. - ¿Cómo definís a Messi? - Es hábil en una velocidad en que los otros no lo pueden ser. Acelerando y transportando la pelota es el más rápido de todos. Entre los cracks, él sigue marcando la diferencia. Es mejor que cualquiera. Porque si ves los goles que le hizo a Brasil decís: “¿Son todos pibes los que jugaron en Brasil?”. No, son todos cracks, jugadores 21 consagrados. Y sin embargo, quedan todos en el camino. Los pasa con una simpleza increíble. - ¿Y qué se le dice en la cancha? Porque da la sensación que no se le puede explicar nada que no sepa. - ¿Qué le vas a decir? Nada. La verdad es que Alejandro piensa lo mismo. A lo sumo, cuando no tenemos la pelota, le pide que vuelva por el medio como para decirle algo, ¿no? Bueno, somos diez y él. Uno tiene que darle toda la libertad. - ¿Le hicieron alguna broma o reclamo a Messi por el gol a Estudiantes en el Mundial de Clubes? - Muchos me lo han preguntado, y la verdad es que no. Mirá que Leo es bastante tímido pero de a poco se va sacando esa timidez. Porque para nosotros tampoco es fácil. En un club, vos tenés el día a día. En cambio, en la Selección lo ves salteado, entonces se hace más difícil esa intimidad para que ellos te depositen la confianza y logres que te crean. Nos vamos posicionando ahí en la relación, y Leo se va soltando cada vez más. Pero nunca se me dio por decirle: “Como nos mataste”. Porque en definitiva, para el Barcelona era un título más, mientras que para Estudiantes hubiese sido la máxima hazaña de los últimos 50 años. “En Estudiantes me gustó muchísimo Juan Manuel Díaz, que terminó tirando el centro para el gol de Boselli contra Barcelona”. 22 - ¿Te cambió la vida la Selección? - El fútbol siempre fue determinante en mi vida. Ha sido mi locura. Pero uno va creciendo y tiene una familia. Entonces, también te preocupás porque tu grupo esté bien. Porque los hijos se puedan criar tranquilos. El fútbol me ayudó a darle esa pasividad a mi familia. Me inquieto cuando mis hijas salen y no vuelven. No es que vivo pensando en Messi y en la pelotita. En lo deportivo, sí me cambió mucho. - El día que un nieto te pregunte que clase de jugador fuiste, ¿qué le vas a responder? - Un tipo responsable y aplicado. Que en el barrio no era el mejor, pero que luchó para llegar. Creo que fui un tipo constante. Un pibe al que le gustaba la noche, le gustaba salir. Pero siempre me enfoqué en que lo importante era el descanso y el cuidado. Además, nunca fumé ni tomé. La luché mucho. - ¿Tenés pensado volver a dirigir solo o vas a seguir ligado al cuerpo técnico de Sabella? - Sí, porque me doy cuenta que me gusta dirigir. Tengo que pensar con la cabeza y no con el corazón. Mientras siga ocupando el lugar que ocupo hoy, y Alejandro continúe dándome el espacio donde me sienta útil, voy a seguir con él. El día que vea que el espacio no me alcanza, volveré a renegar desde la línea como lo he hecho siempre. La rompió Lanzamiento a la gloria Brian Toledo volvió a mostrar toda su categoría en la previa de Londres 2012. Obtuvo la medalla de plata en jabalina en el Mundial Juvenil de Atletismo, disputado en España. Así, superó su marca de Guadalajara 2011, con la que había obtenido la clasificación a los Juegos Olímpicos. A veces la aparición esplendorosa de algunos deportistas es tan explosiva y contundente que, además de no admitir discusiones, comienza a dejar cortas las palabras. Tal es el caso de Brian Toledo, quien lanzando su jabalina a 77,09 metros, obtuvo la medalla de plata en el Mundial Juvenil de Atletismo, en Barcelona (cuarta presea argentina en la historia de los mundiales juveniles). Toledo, de apenas 18 años y oriundo de la localidad bonaerense de Marcos Paz, continúa dando que hablar mientras realiza sus primeras armas en las planas mayores del atletismo. En este caso, sólo fue superado por los 78,64 metros lanzados por Keshorn Walcott, de Trinidad y Tobago, quien lidera el ranking 2012 de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF). Walcott, es uno de los grandes favoritos para la cita de Londres. Los especialistas aseguran que el talento de Toledo es inmenso y que su potencial no tiene límites. Algunos se animan a realizar una comparación con Lionel Messi (quien casualmente protagonizó esta sección en nuestra edición anterior) imaginando una proyección implacable en el tiempo, porque él mismo coloca el umbral de sus objetivos cada día unos metros más lejos. Y ante cada nueva competencia, expone sus condiciones de fuera de serie. Toledo no solo la rompió el mes pasado en Barcelona (lo que ameritó nuestro humilde reconocimiento), sino que viene destacándose con creces desde hace un tiempo. En junio se hizo de la medalla de oro en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo, en Barquisimeto, Venezuela, con una marca de 77,33 metros. En mayo, estableció un nuevo récord nacional, lanzando a 79,73 metros en el Grand Prix Sudamericano ”Hugo La Nasa”. Con semejante expulsión, nuestro atleta se posicionó en el primer lugar del ranking juvenil a nivel mundial, y en la décimosexta ubicación entre los mayores. De esta manera, superó por 40 centímetros su propia producción en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (donde ganó la medalla de bronce), la cual le había permitido la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres (en los que estará compitiendo cuando esta publicación esté en la calle). La joya de Marcos Paz asegura que hoy asume los 77 metros como su piso y sueña con los 80 metros como objetivo. Sin embargo, todo indica que su naturaleza consiste en seguir superándose a cada paso, alejando el techo de las utopías hasta el cielo de las hazañas posibles. En una de sus muñecas lleva tatuada una marca, para no perderla de vista y tenerla siempre presente en su cabeza: los 98,48 metros lanzados por el checo Jan Zalezny, en 1996, récord mundial de todos los tiempos en jabalina y el de mayor importancia en la historia del atletismo, según una tabla elaborada por la propia IAAF. En una disciplina deportiva en la que el ideal de rendimiento suele alcanzarse entre los 26 y los 32 años, el vertiginoso recorrido de Brian Toledo, con tantos logros en tan poco tiempo, invita a soñar con una producción deportiva a la altura de los más grandes de la historia argentina. Igualmente, con la medalla de plata en el Mundial Juvenil y toda una carrera por delante, su participación en Londres servirá fundamentalmente para sumar experiencia internacional y empezar a mirar de a poco hacia Río de Janeiro 2016. El pasaje del lanzador por tierras británicas lo coloca como uno de los atletas más joven de la historia en formar parte de un plantel olímpico argentino. Surgido de los Torneos Juveniles Bonaerenses y de origen muy humilde, Toledo es becado (junto a su descubridor, Gustavo Osorio) por la Secretaría de Deportes de la Nación para desarrollarse en esta actividad. En 2006, con sólo 12 años, comenzó a competir con la jabalina y en menos de tres años ya había logrado más de 25 galardones en diferentes competiciones. Su talento y madurez, en combinación con su juventud, lo convierten en uno de los deportistas argentinos de mayor proyección. Su profesionalismo y dedicación lo aproximan a lo más alto de los imposibles posibles. En Londres dará sus primeros pasos olímpicos. Y es probable que, aun sabiendo esto, vuelva a sorprendernos una vez más. 23 De buena fuente Ariel Senosiain “El periodismo no debe perder las ganas de molestar” Por Lucas Mateo / Fotos: Martín Dutil En Al Trote seguimos consultando sobre el trabajo del periodismo. El elegido de hoy es Ariel Senosiain. Un “viejo” periodista, de 32 años, que ha pasado por diversos medios dejando su impronta. Compartimos una deliciosa charla sobre el oficio, los modos de entrevistar y la situación de los clubes. 24 Existen periodistas que se desarrollan y destacan en diferentes formatos y otros que llevan a cabo todos, y los cumplen con creces. En este segundo grupo, para selectos, encontramos a Ariel Senosiain. Un joven trabajador de la información que lleva más de diez años integrando los programas más exitosos del medio. Con un perfil de entrevistador que lo ha destacado sobre el resto, ha podido encumbrarse en las páginas de la revista Un Caño y ser el precursor de un segmento de entrevistas para el diario Olé. Además de esto, escribió un libro biográfico sobre Marcelo Bielsa y procesa en su cabeza un segundo trabajo. Sin embargo, ha encontrado en el éter el espacio donde mejor se expresa. Nos cuenta que “no se imagina sin trabajar en radio”, ya que es el medio donde más adrenalina corre por sus venas. Un pasaje por la profesión, los modos de entrevistar y la actualidad de los clubes del fútbol argentino. Desde Constitución a Colegiales. En una charla propia del frenesí del periodismo deportivo, nos da su palabra Ariel Senosiain a bordo de un auto, yendo de los estudios de TyC Sports a los de Rock and Pop. - ¿Cómo te tengo que presentar?, ¿periodista o escritor? - No. Me queda muy grande la de escritor. Periodista que ha cumplido el sueño de escribir un libro y ojalá pueda escribir alguno más. Pero, hasta periodista llego. - ¿Por qué elegiste a Bielsa para hacer tu primer libro? - Lo que más me interesó de Bielsa fue que era el técnico de la Selección. Un personaje que siempre estaba en el centro de la atención, pero se conocía poco de él. Y dar a conocer a un personaje, sumado a que siempre me gustaron los relatos biográficos, eso fue lo que me atrapó. - ¿Fuiste de los periodistas críticos sobre él o le encontrabas cosas positivas? - Bielsa no se separó de su línea de no dar entrevistas. Incluso, me llegó a decir que no era quién para autorizar el libro cuando se lo pedí. Eso hizo que al no poder hablar con él, tratara de lograr una figura del personaje desde su entorno. En proporción, de diez elogios había una crítica. Sumada también a la percepción que yo ya tenía de él, como un tipo de valores, de principios y sobre todo algo que me parece fundamental para todos que es el sentido de equidad, de igualdad para todos. Volqué en el libro lo que recibí del resto. Y, en general, son opiniones positivas. - ¿Cuánto te llevó hacerlo? - Cuatro o cinco meses. Coincidió con una época en la que tenía poco trabajo y eso fue para mí un impulso importante de motivación. Creo que a todos los periodistas nos ha pasado sentirnos desamparados, incrédulos sobre la posibilidad de conseguir trabajo con continuidad en el periodismo. Y eso me motivó. - ¿Tuviste llamados de Chile y España, en los momentos que Bielsa dirigía a la selección y al Bilbao? - Sí, sobre todo de Chile, donde el libro se vendió muchísimo. En Chile, en proporción, fue donde más se vendió. Cuando hablo de proporción, lo digo en tiempo. - ¿Qué otro personaje te gustaría biografiar? - No tengo en claro un personaje. Quizá me gustaría salir de la biografía para el próximo libro. De hecho, tenía uno bastante encaminado que, ahora, por las horas de trabajo que me faltan, las mismas que antes me sobraban, lo tengo parado. Iba a ser un libro de entrevistas. - Trabajás en radio, televisión y gráfica ¿Cuál es el formato que elegís o el que te da las mejores herramientas? - Siempre me gustó escribir, pero la radio me cautivó. No me imagino sin trabajar en radio. Escribir me sigue gustando mucho. Hoy estoy haciendo entrevistas a dirigentes para el diario Olé. Es un formato que me gusta mucho. Nunca imaginé ni idealicé trabajar en televisión, se fue dando. Tiene el costado de la repercusión. Lo que se dice en televisión tiene mucha más fuerza que lo que se dice en otro lado. Pero sigue estando tercero de tres. - ¿La radio es la que más te exige en el trabajo de pre-producción que debes tener para el día a día? - La cotidianeidad te va llevando a que permanentemente estés en pre-producción. Quizás, la pre-producción de la radio, para mí, es la televisión. Eso hace que la televisión me dé la posibilidad de ya estar informado. La radio es noticia dura, de último momento constante. Es estar “Lo que más me interesó de Bielsa fue que era el técnico de la Selección. Un personaje que siempre estaba en el centro de la atención, pero se conocía poco de él”. Mariano Closs: “Está permanentemente buscando la información. Y coincido plenamente en su tratamiento del periodismo en el sentido de que para poder opinar hay que saber qué pasa”. pendiente de la noticia. Eso hace que los que trabajamos en radio nos exijamos más en la búsqueda de la información. - ¿Hace cuánto que trabajás con Mariano Closs? - Con Mariano empecé en el 2008 cubriendo Racing. Racing ha sido un hilo conductor en mi carrera. - ¿Es una “prueba de fuego” laburar con él? Porque da la sensación de que quienes lo rodean deben 25 amigos. Y muchas veces no son los jugadores los que brindan la información. En materia de receso y libros de pase, son los dirigentes, algún representante o técnico. Como herramienta, lo que muchas veces utilizo es no hablar con la “cabeza”, es decir, no hablar con el presidente de un club, sino con un segundo o tercer escalón. Estos pueden saber un poco menos, pero eso que planteás de la distancia entre el protagonista y el periodista no se pierde. “Un Caño es un lugar donde se juntaron algunas de las mejores plumas del país, muchísima experiencia y algo que no debe perder el periodismo que es las ganas de molestar”. 26 estar muy informados para seguirle el ritmo. - Totalmente. La definición es que él exige desde la auto-exigencia. Es un tren al que hay que subirse. A mí me encanta esa adrenalina, me siento cómodo. Él está permanentemente buscando la información. Y coincido plenamente en su tratamiento del periodismo en el sentido de que para poder opinar hay que saber qué pasa. No me gusta el periodismo que se informa escuchando o leyendo a otros. Me gusta el que mueve sus contactos. Me molesta cuando el periodista dice al aire “Habrá que ver qué pasó entre Riquelme y Falcioni”. No, no, habrá que ver, no. El periodista está obligado a contar qué es lo que pasó. Si no, cualquiera se sienta en una mesa y hace un programa. - Hay una especie de lucha entre dos escuelas o formas de hacer periodismo. Porque está el que te pueda decir que esa información se consigue desde el “amiguismo” con el protagonista, y eso termina generando una traba sobre lo que se cuenta o no. - Hay que asumir el riesgo. Particularmente, tengo muy pocos jugadores - ¿Cómo es la preparación a la hora de hacer una entrevista? - Las mejores entrevistas las hacemos cuanto más sabemos del protagonista. Generalmente tengo un plan B si se cae el que pienso. En segundo lugar, cuando decido el plan A y tengo una respuesta positiva, empiezo a informarme. A veces puede ser una entrevista con un personaje controvertido, como me tocó hacerle a Mario Israel (NdA: tesorero del Club Atlético River Plate en la gestión de José María Aguilar), y tengo que enfocarme mucho en el personaje. En otra oportunidad se puede tomar un personaje para desandar algún tema que esté en la agenda. - ¿Te pasó que luego de hacer una entrevista te cambie tu pensamiento acerca del personaje? - No me ha pasado tener una imagen negativa del entrevistado y que luego se transforme en positiva. Sí me ha pasado que en la entrevista se abre la puerta a un tema que yo no tenía pensado tocar y termina siendo lo más importante. - ¿No creés que muchas veces pasa que el entrevistado dice lo que tiene ganas de decir? - Esto es como la relación de conquista con una mujer. Vos te crees que te levantaste una mina y la mina es la que siempre decide. Acá es lo mismo. Nosotros podemos pedirle a alguien si quiere hablar, insistirlo, convencerlo y buscar que nos diga “la frase”, y en realidad lo que muchas veces sucede es que el entrevistado ya tenía pensado lo que quería decir. No es que nosotros conquistamos. El que decidió es el entrevistado. - ¿Qué te pasó cuando entrevistaste a Israel? Porque el tipo dijo cosas muy chocantes. - Muy chocantes. - ¿Cómo te posicionaste ante esa situación? - Traté de ir los más informado posible, cosa de que no se produjera ningún hueco y tener siempre una repregunta a mano. Imaginando también que él no iba a decir “somos los culpables de”. Ahora, tampoco imaginaba tanta negación. Creo que la nota tuvo más valor por el personaje y por el tiempo que llevaba sin hablar. - Y también desde lo absurdo de las respuestas. - Puede ser. No lo pensé así, pero puede ser. Traté de ponerme en el lugar del hincha de River. Creo que eso es algo que nos falta a los periodistas. Muchas veces, no hace falta hacer la “gran pregunta”, sino la pregunta que al hincha le gustaría hacer. Porque en definitiva somos el vehículo. Como le dijo Bielsa hace poco tiempo a un periodista español: “Yo no estoy hablando con usted, estoy hablando con la gente”. - ¿Es un premio trabajar en Un Caño? - Sí, es un orgullo. - Te lo pregunto teniendo en cuenta que ya casi no hay publicaciones de ese estilo y menos con esa calidad periodística. - La verdad es que a mí me encanta. La revista tuvo distintas etapas. La primera me tuvo como lector frenético, la segunda como colaborador ocasional y esta tercera como colaborador frecuente. Es un lugar donde se juntaron algunas de las mejores plumas del país, muchísima experiencia y ganas de algo que no debe perder el periodismo que es las ganas de molestar. Que el tipo que sale en la tapa no esté tan orgulloso. Y en eso creo que sí cubre un vacío. - Además afronta el desafío de pensar temáticas mensuales con cierta atemporalidad, en un momento donde la actualidad y el día a día te comen. - Totalmente. Por eso hay pocas revistas. La caída de El Gráfico es lógica. Si el frenesí por el último minuto complica a los diarios, imaginate a una revista semanal o mensual. Entonces, se debe buscar un camino paralelo. Ese camino es el de la atemporalidad y la investigación. El tema es que también es muy difícil hacer permanentemente investigaciones duras. - Pasando al plano de la actualidad dura y pura, ¿pensás que puede haber alguna repercusión luego del comunicado que AFA emitió a los clubes exigiéndoles un reajuste de las finanzas? - La repercusión que puede tener, en todo caso, va a ser tardía. Acá lo que hacen falta no son reglas, sino cumplirlas. Apenas salió el comunicado, los clubes más endeudados son los que más se reforzaron. - Hay un vacío muy grande. Parece que no hay quien controle. - Es más de lo mismo con lo que ocurre con los controles en el país. Y más de lo mismo de la actuación de AFA, que tendría que ejercer de supervisor de contralor. Y no lo hace. No lo ha hecho nunca, ni lo va a hacer. Porque la AFA terminan siendo todos ellos. De creer que si no hacen las cosas que él quiere, los va a voltear. Ellos mismos generan toda la sospecha de trampa, porque instalan el “vamos a llevarnos bien con Grondona, por las dudas”. ¿Por las dudas de qué? Se supone que acá hay que fomentar un fútbol limpio. No te podés llevar bien con Grondona por si acaso. Estás alimentando más al monstruo. Hay miedo, hay respeto, hay sumisión. Es un combo de todo. “Los dirigentes instalan el “vamos a llevarnos bien con Grondona, por las dudas”. ¿Por las dudas de qué? Se supone que acá hay que fomentar un fútbol limpio”. “Muchas veces, no hace falta hacer la gran pregunta, sino la pregunta que al hincha le gustaría hacer. Porque en definitiva somos el vehículo”. - ¿Pudiste entrevistar a Grondona? - Lo entrevisté para el diario Perfil, hace seis años. Más allá de alguna otra entrevista en la que participé, haciendo alguna pregunta. - ¿Es tal la omnipotencia ante los demás? - El respeto que genera con los dirigentes creo que en muchos casos es genuino. Realmente lo admiran. Y después, también hay mucho miedo. 27 Paramos la bocha El Apartheid Por Lucas Mateo En un deporte como el básquet, históricamente dominado por jugadores negros, existe todavía un alto grado de intolerancia y segregación. La Liga Nacional es un campo propicio para el estudio del trato que se le brinda a los extranjeros por su condición de “distintos”. 28 “Es un negro de mierda”. Roberto Fontanarrosa decía que una puteada bien utilizada podía ser mucho más hiriente y contundente que un ensayo o un tratado académico. Más allá de su connotación, la importancia de una puteada reside en su forma lacónica y directa de comunicar un sentimiento. Tomando ambas palabras por separado, encontraremos acepciones referidas al color, por un lado, y a la excreción producida por los seres humanos y animales, por el otro. Pero es en su conjugación, donde adquieren un sentido y una alta connotación racista que está de manifiesto en los distintos espacios de la vida cotidiana. El racismo es una problemática social que ha entendido, históricamente, que los seres humanos tienen una posición jerárquica establecida “naturalmente”, que coloca a la raza blanca como la dominadora por su condición de “pureza”. A pesar de que las sociedades han evolucionado y las fronteras se han (simbólicamente) derribado para poner en contacto diferentes culturas, el discurso dominante sigue relegando a las razas mestizas y negras a una condición servil de las actitudes de los blancos. En este sentido, el deporte, como un crisol de razas impresionante, ha sabido acunar las más repudiables situaciones de racismo impregnadas en la conciencia de las diferentes naciones en su enfrentamiento con otras. Sin importar su raíz fundacional, es decir, sin hacer caso a su origen elitista o de clases subalternas, las diferentes disciplinas deportivas se desenvuelven en un contexto en donde predomina un discurso de alto contenido racista. Difundido, principalmente, por el mensaje de los medios de comunicación y el público asistente a los espectáculos. El básquet: un deporte de negros, dirigido por blancos Creado en 1912 por un profesor de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), y popularizado en Estados Unidos por los habitantes del Bronx y los suburbios de las principales ciudades, el básquet ha sido patrimonio innegociable de los jugadores “de color” que brillaron (y lo siguen haciendo) en la NBA. A través de este deporte, los negros vieron una posibilidad de ascenso social y de prestigio tanto en su d nacional país como en el extranjero. De todos modos, el reconocimiento siempre pasó por una cuestión de rendimientos físicos, dejando de lado condiciones humanas vinculadas al raciocinio. Con la creación en 1983 de la Liga Nacional de Básquet Argentino (LNBA), se reglamentaron cupos para la incorporación de refuerzos extranjeros que aportaran para el crecimiento y desarrollo de la misma. Pero su desembarco marcó también la aparición de prejuicios y estereotipos de ese “otro” que llegaba a los equipos locales. Si bien es de público conocimiento el aporte que los extranjeros le dieron a la liga, también es sabido que no les ha sido fácil poder adaptarse a un periodismo y un público por demás exigente y hostil. La aparición de cánticos e insultos por parte del público, haciendo referencia a la situación “de color” del jugador forastero, se vivencia partido tras partido, presentándose como algo naturalizado en el mensaje, a través de la jerga y el “folclore” del deporte. En una encuesta realizada a hinchas de Peñarol de Mar del Plata, durante la disputa de un encuentro oficial frente a Lanús, la mayoría de los interrogados señalaron que los jugadores negros son los blancos principales de insultos, a pesar de negar que exista algún tipo de racismo. En su trabajo Apología, estigma y represión. Los hinchas televisados del fútbol, el investigador Daniel Salerno apunta que la xenofobia y discriminación existentes en los cánticos de las hinchadas se construyen de manera tal que debe ser visto “como parte de un juego con mucho humor”. La internalización del racismo y segregación, han operado de manera tan profunda mediante los discursos, de modo que los insultos y canciones agresivas están totalmente adoptados en la cotidianeidad de los acontecimientos. La prensa como estigmatizadora Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en esta historia por ser los portadores y transmisores de un mensaje que contiene una gran carga ideológica. El investigador español Alonso Ruiz habla de la existencia de una “perpetuación de estereotipos genéticos que vienen a transmitir el aviso de que los blancos no pueden saltar, pero los negros no pueden pensar”. El discurso dominante opera a través de una intencionalidad muy fuerte que intenta dejar en claro las diferencias existentes entre razas. Esta legitimación permite que ese discurso se “naturalice” y, por lo tanto, se reconozca como auténtico. La decodificación de este mensaje dominante ha permitido, a lo largo de la historia, que el racismo pueda ser explicado y justificado por diferentes sociedades como algo natural. Lucas Curra, periodista de Radio LU6 de Mar del Plata, reconoce que “el racismo en el básquet existe, pero a menor escala que en otros deportes como el fútbol. Se manifiesta en los espectadores cuando algunos de los extranjeros, en especial los de raza negra, realizan alguna acción que no les gusta y los insultan”. Nuevamente, la marginalidad se presenta como algo que está latente, pero por contener un tinte humorístico no debe ser repudiado. La gente expresa su descontento con el rendimiento de los extranjeros mediante la segregación y está permitido o, al menos, legitimado. Esta sobreexigencia en el jugador extranjero atenta muchas veces contra el rendimiento y le genera al mismo una carga extra, difícil de soportar. Wilder Auguste, norteamericano que pasó por Quilmes de Mar del Plata, confiesa que “tanto los dirigentes como los hinchas son muy rigurosos con nosotros. Si no les gusta cómo jugás, te cortan muy rápido y traen a otro”. A pesar de esto, la internalización es tan profunda que todos los consultados lo toman como algo natural y lógico. Kyle Lamonte, escolta extranjero de Peñarol, minimiza el tema de la presión del público manifestando que en países como Brasil la situación es más grave: “En Brasil nos tratan peor, nos insultan más, nos gritan y no logramos adaptarnos; te sale una mal y ya recibís mal trato. En Argentina al principio, también es complicado; todos los ojos están puestos sobre nosotros y si el equipo pierde te cortan, aunque juegues bien”. Comprendiendo que el deporte no puede estar ajeno a lo que ocurre en su contexto, el racismo es algo que está presente y totalmente notorio, tanto en la vida cotidiana como en el ámbito del básquet. Como en todo proceso histórico, la segregación ha tenido diferentes estadios por lo que podemos asegurar que hoy atraviesa uno de los momentos de menor belicosidad e intolerancia. De todos modos, no podemos hablar de que esté extinto, sino que circula por canales totalmente diferentes. Abolida la esclavitud y totalmente repudiados y castigados por los actos de violencia racial, el mensaje se ha transformado en la principal vía de transmisión de las actitudes y acciones racistas. 29 A rodar la guitarra “Uno puede perderlo todo por una pelota” El líder de Don Lunfardo y el Señor Otario, Luciano Angeleri, se considera un fanático del fútbol, pero asegura que la adrenalina que genera la pasión te lleva a cometer locuras. Cuenta cómo fue hacer un tema para “La Pasión”, película que narra el sentimiento del hincha tripero 30 Por Joel Gentil / Fotos: Ayelén Lobito Luciano Angeleri, más conocido como “El chino de Don Lunfardo”, es un apasionado del fútbol. Confeso fanático de las aventuras del “Loco” Fierro, ex jefe de la hinchada del “Lobo”, afirma que antes había códigos entre los hinchas, opuesto a lo que ocurre en estos tiempos. Eso llevó a grabar “Fútbol INC”, un tema dedicado al negocio de la pelota, marcando claramente la postura de la banda platense. Respaldado por sus compañeros y respetado por los propios hinchas de Estudiantes, no dudó en aceptar cuando le propusieron hacer la canción para la película La Pasión, que refleja el sentimiento del hincha de Gimnasia. En el año 2009, el Lobo jugó su primera promoción ante Atlético de Rafaela. Sobre este episodio, “El chino” recuerda: “Había pensado en suicidarme si Gimnasia se iba al descenso ese año por el hecho de haber creado la canción”. - ¿Qué influencia tiene tu pasión por el fútbol a la hora de sentarte a escribir? - La relación que tiene es la de inventar. Lo que más me atrapa de la tribuna son los bombos en media. El tiempo es acelerado y tienen un vaivén tradicional, eso de la popularidad. Me queda la imagen cuando tenía 14 años; las dos tribunas del bosque estaban al palo pero por una cuestión de distancia, se producía una voz haciendo la melodía y del otro lado estaban unos tiempos más tarde. Eso pasa en la cancha, en los recitales masivos o en las grandes movilizaciones. Eso influyó en mí a la hora de hacer canciones populares. - ¿En qué te basaste para escribir la letra de Fútbol INC? - Habla del fútbol y de la pasión, del negocio de las barras bravas, de la violencia que hay, que no se haya mejorado nada, que tenemos un muerto por semana. Es una postura muy fuerte de la banda con respecto a lo que es el fútbol. Cuando era chico era fanático de las aventuras del “Loco” Fierro, del “Negro” José Luís, pero eran otros códigos de la llamada “guardia vieja”. Ahora, cualquier pendejo hace cualquiera. La letra de la canción lo dice: “La vas de guapo con un 22 que pesa más que tus brazos”. Hoy un “guachito” de 13 años termina matando. La violencia esta instaurada desde el sistema; el fútbol tapa todo. Me considero un ser súper racional y por momentos me olvido. Uno puede perderlo todo por una pelota. Creo que el fútbol es la peor adicción que atraviesa el pueblo argentino y es grave. - ¿Ese fanatismo te llevó a tener una participación activa en el club de tus amores? - Dejé de ir un tiempo por respeto a la banda y a los seguidores, pero después pensé que era un “careta” si no me mostraba como soy. Hace un tiempo atrás, cuando recién arrancábamos con el grupo, en un recital en Reconquista, me tiraron una camiseta de Gimnasia y la colgué en el micrófono; gente de Estudiantes que nos iban a ver a todos lados, dejaron de ir. Eso me hizo recapacitar, y me asustó tanto que tuve que alejarme de la cancha por un tiempo, o iba disfrazado. Pero mis amigos me dijeron que yo era así, que sobre el escenario soy “El chino de Don Lunfardo”, y debajo soy Luciano Angeleri. Lo entendí. Yo soy así. - ¿Cómo fue que escribiste el tema “El equipo de Jesús” para la película de Gimnasia, La Pasión? - Me llamó “Ale” Encinas, el director de la película, que me conocía de ir a ver a la banda y sabía que yo era hincha de Gimnasia. Me dejó varios mensajes en el contestador sobre una película pero no le di bola porque no creía, no le di “cabida”. Hasta que el rumor empezó a crecer y lo llamé. Me pidió que viera el trailer de la película y cuando lo ví, ya tenia la canción. No la había hecho, pero lo llamé y le dije que sí, porque sabía que esa canción la tenía adentro de mi pecho. La melodía la hice cuando fui con un amigo antes de ensayar a comprar una birra, y la iba tarareando mientras caminaba por la vereda. La letra me llevó toda una noche que no me podía dormir. Y lo llamé para decirle que ya tenía algo preparado para el primer encuentro. - ¿Tuviste miedo que en el momento de esa canción Gimnasia descendiera? - Sí, tuve mucho miedo, a tal punto que juro que estaba seguro que si Gimnasia se iba al descenso, no me lo hubiera perdonado nunca por el hecho de haber creado la canción. LA PASION - ¿Hoy en día qué te pasa con esa canción? - Me piden que la cante, pero ya está. La hice para la película y listo, porque sino queda que “tribuneo” con mi personaje. Pero yo soy así, soy de Gimnasia y no la “careteo”. Incluso, los hinchas de Estudiantes se enojarían si yo la “careteo” para sumar más público, diciendo que está todo bien con Estudiantes. Sí, está todo bien con la gente del “Pincha” que nos sigue, porque la respeto, pero soy hincha del “Lobo”. La gente me tiene que entender así y lo hago con todo respeto. Cuido mucho este tema. Así se denomina el documental de Alejandro Encinas, cuyo eje fundamental es reflejar la pasión del hincha de Gimnasia. La película se rodó durante el 2009, siguiendo la campaña del primer equipo del Lobo en su lucha por permanecer en la máxima categoría del fútbol argentino. El film muestra el sufrimiento, locuras y pasión de los hinchas de Gimnasia. - ¿Qué equipo de fútbol sería Don Lunfardo? - Es difícil la pregunta. Seríamos algún equipo que integrara el “Loco” Houseman, un equipo de borrachos o el Boca del “Bambino”, un equipo “caravanero”. Siento que los mejores jugadores son los que arruinaron su carrera en la locura. O sea, para mi Messi es “Maradona careta”. Es cierto que Maradona fue lo que fue por cómo era él. La cocaína no despertó lo mejor de él como futbolista y así y todo fue Maradona. Don Lunfardo sería cualquier equipo de Maradona. Un “chabón” que fue el mejor del mundo siendo un adicto, de ir a jugar sin dormir. “Orteguita”, Leiva, el “Turco” García, esa clase de jugadores me gustan. Los mejores jugadores son los que se pierden en la noche. - Ya que hablas de Maradona y Messi ¿Quién es mejor? - Siempre digo una frase cuando me preguntan cuál es la mejor canción: la que viene. Pero el mejor maestro es el que hace que sus alumnos lo superen. Por eso, creo que Maradona fue Dios, porque lo de Diego no fue sólo adentro de la cancha; es el filósofo contemporáneo rebelde, político y anárquico más importante de todos los tiempos. FUTBOL INC Desde que andás con la banda y te miran sin mirar, No se les oye una sola palabra. No digas nada, carne, pastas, dama juanas, Si te preocupa saltar. ¿Querés saber quién es el que corre a quien?, ¿Qué aguante querés tener?, Si nunca miraste fijo un horizonte. Desde que andás con la indiada, tu güeiv, Tu nextel, risas de virgas proezas macabras Propios y extraños, berretines por los trapos Siempre en la plaza Matheu. ¿Querés saber quién es el que come a quien?, ¿Qué aguante crees tener?, Si nunca encaraste, pillo, un horizonte. Y el paraíso al que un día trepés, Se escurrirá de tus manos. “Violencia engendra violencia”, Mentís con tus lentes tan John Lennon. Desde que andás con la banda y te gritan sin gritar No se les oye... una sola, boludo, Baja más entradas o tus salidas serán caras, Las de tus hijos también. ¿Querés saber quién es el que corre a quién?, ¿Qué aguante querés tener?, Si nunca miraste fijo un horizonte. La vas de guapo con un veintidós, Que pesa más que tus brazos. Toda la noche jugaste al Black Jack, Y volviste desplumado. 31 El aporte del deporte Una relación incestuosa La histórica vinculación entre el fútbol colombiano y el narcotráfico, durante varias décadas. El “aporte” económico de los carteles de Medellín y Cali, entre un regadero de muertes y amenazas. Las apuestas millonarias y los asesinatos como mecanismo de represalia. Por Víctor Olivera No hay dudas de la emoción que genera el fútbol. Un relator argentino supo bautizarlo como “pasión de multitudes”. En Colombia, llegó por mercaderes británicos que lo canjeaban por frutos tropicales y café en los Puertos de Santa María y Barranquilla. Pero allí, desde los años 70, ha tenido una gran mancha: su vínculo ambivalente con el narcotráfico. Pablo Escobar, jefe en “El Cartel de Medellín”, lideraba una organización delictiva dedicada a la venta de drogas. Sus miembros más conocidos eran Gonzalo Rodríguez Gacha (otrora dueño del club Millonarios), Carlos Lehder, y los Hermanos Ochoa. Así, el narcotráfico irrumpió de lleno en el deporte. Con sus negocios, Escobar fue ganando dinero y poder. A comienzos de la década del 80 comenzaba a hacerse famoso en el país: aumentaba su nivel adquisitivo y su reconocimiento. Uno de sus hombres de confianza fue John Jairo Velásquez, que en el documental Los dos Escobar (2010), aseguró que “el Cartel de Medellín tenía control sobre las autoridades. Era un ejército de ovejas dirigidos por un león, y ése león era Pablo Escobar”. El “Capo” era de Medellín, y con los dineros del narcotráfico benefició a los equipos de su ciudad, (Atlético Nacional e Independien- 32 te). En la inauguración de una de sus canchas, ante el anuncio de la voz del estadio del “mensaje de Escobar”, un periodista en el campo de juego le otorgó la palabra: “Me complace anunciar que hemos vinculado a los equipos Atlético Nacional e Independiente Medellín a esta noble campaña”. Esos dineros exorbitantes provocaron que el fútbol colombiano creciera, gracias a las grandes incorporaciones de jugadores internacionales y los aumentos en los salarios. A esa altura, en el país cafetero, ya se hablaba del “narcofútbol”. En Los dos Escobar, Velásquez cuenta que las rivalidades de los equipos se trasladaron a los narcotraficantes, quienes manejaban las finanzas de los clubes: “Hubo un tire y afloje entre ellos porque el ‘Mexicano’ (Gonzalo Rodríguez Gacha) pasó a Millonarios, Pablo Escobar estaba con Independiente Medellín y Atlético Nacional, y Miguel Rodríguez con América de Cali”. Los grandes dividendos del negocio de la droga saturaban las casas de apuestas, y los narcos apostaban de a millones. Fernando Rodríguez Mondragón (sobrino de Miguel Rodríguez) rememoró una anécdota de cómo eran las reglas para los árbitros: “Le mandábamos dinero y le decíamos: ‘disfruta, pero recuerda que América tiene que ganar’”. Un partido emblemático fue el clásico de 1989 entre el América y el DIM, lo que era igual a decir el “Patrón” Escobar versus el “Mexicano” Rodríguez. Las apuestas eran a favor del DIM 3 a 1; había mucho dinero apostado en Medellín. Pero a pesar de esa influencia, el equipo favorito perdió con un error del juez Álvaro Ortega que lo perjudicó: América se consagró campeón. Esto enfureció a Escobar que tomó una drástica medida. “Ese día yo estaba al lado del ‘Patrón’ y América de Cali le ganó al Medellín con la mano del árbitro. Pablo quedó muy ofendido y le ordenó a ‘Choco’ (uno de sus sicarios) que buscara al árbitro para matarlo”, contó Velásquez. Dicho y hecho: finalmente el juez fue asesinado. “Mi tío -se jactó Mondragón- no mataría por ganar un partido de fútbol. Escobar, si. Esa era la diferencia entre los carteles de Cali y Medellín”. La muerte de Ortega recorrió la primera plana de los diarios colombianos. Los árbitros tenían miedo. Su colega Jesús Díaz, que se salvó milagrosamente del ataque a Ortega, dimitió como árbitro FIFA. El ente mundial se mostró preocupado por la situación y junto con la Conmebol presionaron a la Federación Colombiana para que suspendiera su liga. Finalmente, se anuló la competencia y quedó un vacío en el historial. Ese mismo año, Atlético Nacional se había adjudicado la Copa Libertadores y debía disputar la Copa Intercontinental con el Milan. Los episodios de violencia que se vivían en el país generaban el repudio internacional, sobre todo en Italia. Un periodista, previo a la final, generó polémica cuando le aseguró al presidente del club rossonero que si jugaban ese encuentro “... sería apoyar la mafia. Significaría que se está ayudando al narcotráfico”. El mandatario le respondió: “Milan jugará y ganará para derrotar a la parte sucia del mundo”. Finalmente, el equipo italiano se quedó con el título, ganando uno a cero. El fútbol sin Escobar Escobar era una ambigua figura pública que despertaba odio y amor. Por un lado, con su séquito y sus formas sembró el pánico en la sociedad. Por el otro, su estatus pletórico de dinero ayudó a la formación de jugadores y a la creación de nuevos estadios, inclusive a algunos de los más necesitados. En 1982 se metió en política: fue elegido senador suplente por el partido “Alternativa Liberal”, lo que le permitía gozar de inmunidad parlamentaria. Otro de los motivos tuvo que ver con Estados Unidos, que en 1979 comenzó a extraditar a los “capos” más importantes. Aunque en la arena política pagó caro su pasión por el fútbol: luego de la muerte del árbitro Ortega, salieron a luz varias ilegalidades cometidas. El Ministro de Justicia, Rodrigo Lara ordenó su expulsión de la Cámara. Al tiempo, fueron asesinados el ministro y Guillermo Cano, director del periódico El Espectador, que venía publicando sus “asuntos”. Escobar se entregó en 1991. El “Capo” falleció en diciembre de 1993. El narcotráfico local decayó, perdiendo a su máximo exponente; y el estallido social que vivió Colombia cuatro años antes, empezó a revertirse. Pero a nivel deportivo, empezó a decrecer: las estrellas empezaban a emigrar (los salarios ya no eran los mismos sin el dinero “fresco” que aportaba el narcotráfico) y la liga perdió protagonismo durante un tiempo. Los casos de Andrés Escobar y Albeiro Usuriaga Un hecho tristemente célebre sucedió poco después de finalizada la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994: el asesinato de Andrés Escobar, defensor central de la Selección de Colombia, quien tuvo el infortunio de convertir un gol en contra frente al equipo local. Luego, de vacaciones en su país, fue increpado por Humberto Muñoz Castro que le disparó seis tiros al grito de: “golazo, golazo” y “gracias por el autogol”. Escobar falleció en el trayecto al hospital. Castro, era empleado del empresario Santiago Gallón Henao, cuyas vinculaciones con el narcotráfico y las casas de apuestas fueron luego de dominio público, por lo que se cree que ese gol le hizo perder mucho dinero. Más de 20 mil personas despidieron al jugador en su entierro. Pero no fue el último episodio de esas características. Una década después fue asesinado Albeiro “Palomo” Usuriaga (ex jugador de Independiente de Avellaneda). En septiembre de 2010, en Valencia, fueron detenidos el “Ronco” y el “Pollo”, dos experimentados sicarios del Cartel de Cali, a quienes se los acusa como presuntos culpables del homicidio. 33 Futuro trotador Nerina López, la “Estrella veloz” Por Héctor Escobar Con apenas 14 años, la joven rompe los moldes de un automovilismo sin espacio para mujeres. Desde el barrio platense “La Loma”, esta corredora de karting continúa acumulando talento y experiencia. Lleva disputadas más de 130 carreras y, en diversas pistas, ya alcanzó las 22 victorias. 34 Es una una deportista de “Edición limitada”, y por eso fuimos a ver de quién se trataba. Llegamos al Barrio “La Loma” con la expectativa que nos generó conocerla y saber cómo es su historia con los fierros. Correr en autos no es para cualquiera, es para entendidos. La materia requiere de entrenamientos y sabiduría, por lo que implica asumir peligros. Con ella, queda descartada la idea que correr en autos es “cosa de hombres”. Ella, desmitifica una idea instalada. Se trata de Nerina López, una joven de 14 años apasionada por el automovilismo. Su mejor aliado es un karting, y juntos van escribiendo una crónica para el asombro de muchos. Julio, su padre, es parte de este proyecto. La sangre tira y parece que en este caso el corazón también. La herencia pasional por los fierros comenzó cuando la niña tenía cuatro años. Al principio se trató de una diversión. El hombre la subió por primera vez en un karting para que de vueltas en una plaza. Y como muchas historias de grandes figuras deportivas, la pequeña no dudó, no se negó. Allí, sonó un ruidito y nació la “Estrella veloz”. Los días pasaron y claro, Julio padre comenzó a mostrarle el “runrun” de lo que significa una carrera de karting. Un evento que no se trata de una exhibición; ahí se compite, se corre por los puntos. “Fuimos a ver una carrera de karting en Brandsen y le dije a mi papá que quería correr. Al mes, cumplí cinco años y debute en la categoría Estándar Escuelita”, cuenta la joven piloto. Pronto, varios kartódromos presenciaron la imagen de una chiquilla que se calzaba el buzo antiflama y se subía al “cuatro ruedas” furioso. Zárate, Saladillo, Roque Pérez y el Internacional de Buenos Aires, fueron algunos de los escenarios. Y un clásico de la especialidad, Ciudad Evita, circuito famoso en el ambiente del Kart. De allí, es oriundo Gabriel Furlán, multicampeón de la F3 Sudamericana y ex TC 2000, Top Race y muy conocedor del Kartódromo. Otro que inició sus primeras armas con un Karting y en Ciudad Evita, fue Diego Aventín, hoy piloto de Turismo Carretera. El crecimiento de Nerina López empezó a tomar vuelo deportivo cuando a los seis años, pasó a una categoría de más potencia; fue la 50 Estándar. A los nueve, y como era de esperar, continuó avanzando. Esta vez, se colocó en una categoría denominada 50 Libre. Más tarde, a los diez, participó de la 55 Libre. Un año después, la potencia del Karting aumentó y las ganas de Nerina también: pasó a correr en la 80 Limitada. En la actualidad, la audaz corredora participa de una categoría aún más intensa: la 80 Super A, que se disputa sobre asfalto. Cabe aclarar, que en los anteriores grupos mencionados, se compite sobre tierra. Son desafíos organizados por la Asociación Pilotos Agrupados de Karting (APAK). La carrera deportiva de López como piloto se encaminó. Definitivamente, encontró su profesión y vocación dentro de lo fierros. El automovilismo como deporte se empareja con el resto de las disciplinas: se comienza de menor a mayor hasta llegar a las máximas categorías. Y Nerina viene cumpliendo a “rajatabla” su trayecto. La escala es progresiva; ella, sin problemas, sube y se anuncia para más. Campeona de la categoría 80 Limitada Bonaerense del Centro, Subcampeona en la Estándar, y ganadora del Premio Pista en el 2006, la joven piloto se transformó en la corredora de autos en la historia de la ciudad de La Plata que ganó más de una carrera en el segmento zonal. La labor de Julio no quedó sólo en aquella visita a los autódromos. También se suma al proyecto Lilian, madre de la deportista, y su hermano José María López; “Pechito”, para los conocidos y en homenaje al piloto de idéntico nombre, campeón y participante de varias categorías nacionales. Ellos, como ejecutantes y acompañantes de Nerina, son los que la guían, la ayudan, la preparan. El taller está instalado en el garaje de la casa de los López. En ese lugar, Al Trote encontró el corazón de la vertiginosa vida de la juvenil. “Mi papá es el que nos arma y prepara el motor del karting en el taller que tiene delante de nuestra casa. Mi mamá lo ayuda en la mayoría de las tareas”, señala la kartista. En los entrenamientos físicos y deportivos, la familia cumple un rol determinado. Cada uno hace su trabajo: Julio y su hijo “Pechito” con los detalles y puesta a punto del karting. “Mi hermano siempre está con nosotros. Él me acompaña y me hace el aguante”, expresa la conductora. En tanto que Lilian, se cuelga el cronómetro y toma los tiempos de vuelta. Por su lado, la impetuosa adolescente busca la adaptación al circuito y los radios de giro ideales teniendo en cuenta varios factores como el clima, la temperatura, gomas del karting y demás detalles que hacen a la práctica del automovilismo y la puesta a punto del auto. Hasta el momento, participó en un total de 135 carreras, 22 victorias y 60 podios. Sus números están a la vista. La “Estrella veloz” deja en claro su espíritu deportivo sobre un auto de carreras. Teniendo en cuenta su corta edad, Nerina muestra a la sociedad que no importa la práctica deportiva a ejecutar. Solo hay que tener valor para alcanzar los medios necesarios y competir. Ella nos redobla la apuesta: no trota, corre. No pasó de un susto Competir con autos significa asumir riesgos. El peligro es una instancia permanente dentro de una práctica que lo trae consigo. Muchos pilotos han sufrido infinidad de accidentes. Nerina López tiene encima uno propio que será recordado por todos. Fue en La Plata Karting Club, en 2004, cuando en una de las vueltas de la serie (etapa clasificatoria para participar de la final), una de la ruedas del auto de López se montó sobre un “pianito”. El karting tomó vuelo y empezó a dar vueltas. “Fue un día de carrera, en la serie. Venía muy bien, pero en uno de los últimos giros, la goma se enganchó en una de las cunetas y empecé a dar vueltas”, dice la piloto. Sin embargo, la cosa no terminó ahí; el karting quedó volcado en la pista, dado vuelta, lo que provocó que la nafta del depósito se empezara a desparramar. Inmediatamente, el tanque explotó y parte de la nafta se metió dentro del casco de la conductora. “No veía nada”, confieza la joven. Al instante, fue trasladada en ambulancia para el control de su salud. Más tarde, el asombro de los espectadores se hizo presente, porque López salió nuevamente a pista y terminó tercera. “Fuimos a ver una carrera de karting en Brandsen y le dije a mi papá que quería correr. Al mes cumplí los 5 años y debuté” A lo Traverso Los que siguen este deporte tienen muy presente la recordada hazaña en la carrera TC 2000 de Juan María Traverso en el circuito de General Roca de 1988. El “Flaco” ganó sobre el Silvio Oltra con la cupé Fuego, justamente, encendida en llamas. Apenas cruzó la línea de llegada, Traverso paró a un costado y se bajó inmediatamente saludando al público presente. Nerina López también nos presenta su proeza. En 2010, en el circuito El Orejano, en la anteúltima competencia de la categoría 80 Limitada, largó en primera posición. Tras un toque con un compañero, se le desprendió un pontón (parte lateral del karting) y quedó en el último lugar. Reglamentariamente, el karting debe finalizar la carrera con un peso determinado. Sin ese pontón, López quedaría descalificada automáticamente. La “Estrella veloz” no paró. Al contrario, decidió seguir de forma heroica. Con una mano, sostuvo el pontón, con la otra condujo. Fue impresionante el andar y la habilidad para pasar uno a uno a los otros pilotos. Lamentablemente, en la última vuelta, por un error a la entrada de una curva se le escapó el lateral, lo que provocó que terminara descalificada por falta de peso del karting. 35 Pluma y pelota Por Héctor Escobar / Ilustración: MEM Constantini Sur era una fábrica de colchones ubicada en la calle Mariano Acosta, detrás de la Plaza Barracas Iglesia, Avellaneda. Allí, trabajó mucho tiempo Enrique, un tipo acosado eternamente por un sabor agridulce. El agri desembocaba por sus problemas de salud; el dulce venía por su locura “albiceleste”. Día por medio, por escribir una estadística equilibrada y no decir casi toda la semana, Enrique discutía con Graciela, su esposa. Ella necesitaba más tiempo con él. Siempre entendió el amor de Enrique por ”La Academia”, pero la sensibilidad femenina y el reclamo de una madre, muchas veces no es comprendida. La razón de ese continuo enojo, fue la presencia de Enrique hasta el hartazgo en las inferiores del club, donde ayudaba en un sin fin de tareas. Racing fue su vida, al igual que Graciela y su hijo, también llamado Enrique de apenas seis años. El niño tenía que mamar fútbol y ser inculcado con esos colores. Enrique se tenía mucha fe; lo iba sacar bueno. En enero de 2002 una carta golpeó la puerta de la familia. Acusó el papel el despido de la fábrica de colchones, lo cual era algo que se pensaba, que no se quería, pero llegó. Algo común por esos vertiginosos días desde el paraíso reinante de conductores maquiavélicos. De punta a punta, el territorio conoció la derrota. El hostigamiento llegó a Enrique, a Graciela y a “Quiquito”, por supuesto. No así, a los ansiosos de la materialidad y el ventajismo elitista. 36 -¡Enrique! ¿Qué te pasa? ¡Respondeme! Dale vida, no me hagas esto, no me asustes. ¡Enrique, Enrique!, le dijo Graciela a su esposo, que tras leer el documento, cayó fulminado al piso y con una mano en el pecho. A un costado estaba Quiquito, que no paró de llorar silenciosamente. Los mocos tendidos llegaron hasta la pera. Fue un hecho que marcó al niño; su susto lo condenó para siempre. Graciela, abrazada a Enrique, acompañó en el llanto. Ni los médicos de la ambulancia, ni los del Fiorito pudieron reanimar al despedido. En el velatorio llovieron las críticas corrientes y las miserias de la ocasión para con la flamante viuda de parte de lechuzas y cuervos (y no es solo por la vestimenta de color negro). Esa manía del ser humano que no puede evitar ser egoísta y perfecto ante los demás una vez consumado el hecho, donde en vez de acompañar, resurge de las tinieblas más personales el “Yo hubiera hecho esto”, o “Ella no lo cuidó”; cosas por el estilo. No fue así lo de Lucía, amiga de Graciela, que inmediatamente, se vino de Santa Fe al funeral y en el medio del cortejo le propuso que deje Buenos Aires, que se mude con ella. Lucía tenía espacio para ambos y la parte económica no iba ser un problema; donde come uno, comen tres. Además, serviría de compañía tener a Graciela y a Quiquito, su sobrino postizo, así lo consideró. Graciela no dudó y allá fue. El acostumbramiento a la nueva ciudad no resultó fácil. Sin embrago, la mujer supo acomodarse con los años. Nunca bajó los brazos, ni planchando ropa, ni llevando al niño al club del barrio para que juegue a la pelota. No importó lo que traía su hijo desde aquella carta leída y muerte de su esposo, que afectó a Quiquito. Sí al colegio, sobre todo en los recreos, y a los compañeros futbolistas que no pararon de acosarlo y reírse. Enrique fue objeto de todo tipo de aberraciones, chistes, cargadas y demás estupideces de estúpidos. Ahora, ¡qué bien juega Enrique! Pasaron los años y la mamá del jugador encontró una parálisis de mitad de cuerpo para abajo; los médicos diagnosticaron por presión alta. Es que no aguantó más lo que le pasaba a Quiquito en su cotidianidad: burlas y destrozos orales vulgares lo rodeaban. Pero llegó un momento, en el que el ahora adolescente, tuvo razones para abandonar el pueblo santafecino de Cañada de Gómez, con experiencia similar a la de su padre, agridulce. Porque también conoció a gente que lo acompañó y ayudó en su dilema, por ejemplo Don Fermín, propietario de un mercadito, de esos que tienen de todo. Su habilidad y el amor por la redonda tenían que ser desparramados en las grandes ligas. Con sus cortos 15 años se dio tiempo para la escuela y de vez en cuando alguna changa; más que nada en lo de Don Fermín, cuando lo llamaba para acomodar los artículos del almacén. ¡Como hace gambetas Enrique! Por las dificultades de Graciela, en la casa los ayudaba con los quehaceres Lucía, que ya era parte de la familia en esta etapa. Siempre compañera de su amiga Graciela y de su hábil y castigado sobrino. ¡Como la pisa Enrique! Con los ahorros que juntó el joven, más lo que colaboraron algunos vecinos del pueblo con el boca a boca que generó Lucía, Quiquito iba a empezar a caminar por la senda del sueño de cualquier pibe que juega algo más que bien a la pelota. - Hijo, ¡cuidate mucho! No olvides que te quiero. Por favor, haceme saber cuando llegues, le dijo la mamá. - Quiquito, no te preocupes, yo la voy a cuidar bien, convenció Lucía. El joven, con la cabeza asintió. Al momento, se emprendió el viaje a Avellaneda. Otra vez en ese barrio, donde nació y supo estar, donde el recuerdo vago del llanto que no se escuchó es una de las cosas que llevó; lo otro fue la ilusión. Allí lo estaba esperando Ricardo, un entrenador de inferiores de Racing, que conoció muy bien a Enrique padre. Quiquito iba ser probado. Su mente y el nerviosismo propio por la situación eran más fuertes que él. ¡Cómo lee el juego Enrique! Con algo de miedo y haciéndose entender, el joven preguntó en Retiro a un policía como llegar a la sede ubicada en Mitre 934. Estaba perdido, tembló. Un susto lo envolvió al ver tanta gente y ruido junto. Pronto, con papel y lapicera en mano, Quiquito indicó al chofer del colectivo hasta donde quería ir. ¡Impresiona la velocidad y pausa de Enrique! Cuando llegó a la sede, buscó a Ricardo. Samuel, quien lo entrenó desde pequeño y hasta hace unos meses, allá en Santa Fe, hizo el contacto. Le dijo que se trataba de un hombre alto, con un poco de barba y que siempre estaba vestido con equipo de gimnasia; ese era Ricardo. El sueño, de a poco se transformaba en una realidad. Y tenía razón Quiquito en tener esperanzas; su capacidad como jugador de fútbol era asombrosa. Al pasar un par de puertas y después de esperar casi una hora, apareció un hombre vestido con equipo de gimnasia y el logo de Racing en el pecho; era alto y tenía algo de barba. Los latidos del corazón del futbolista aumentaron y la piel de la cara se tornó colorada. ¡Se cansó de hacer goles Enrique! Quiquito no dudó, se paró de la silla y encaró al señor, lo frenó y Ricardo tomó el papel del muchacho que decía: “Hola, vengo de parte de Samuel. Él me dijo que usted me está esperando y que me va probar. Soy hijo de Enrique Carranza”. Sin disimular, Ricardo tiró un gesto de desagrado. - Pero como, ¿no hablás, sos mudo? Asintiéndole con la cabeza, Quiquito le respondió. - Mirá, disculpame pero yo no soy Ricardo. A lo que el entrenador le entregó el escrito y se fue a una de las oficinas. Tomó el teléfono y muy ofuscado llamó a Samuel. - ¡Nunca me dijiste que era mudo! ¿Sabes lo que significa eso? ¡No me sirve! Luego, el hombre encaró a la entrada del edificio, habló con el empleado de mesa de informes y por delante de Quiquito, sentado a la espera de su sueño hecho realidad, con carpeta en mano salió raudamente sin mirarlo, totalmente convencido e ignorante al pibe encantado. El empleado, mientras miraba al joven desconocido que no entendía que estaba sucediendo, marcó un número. -Hola, buenos días. Necesito un remís para retiro, ¿puede ser? 37 El polifuncional Camino al cielo Federer ganó su séptimo título de Wimbledon, recuperó el uno y se transformó en el jugador con más semanas al tope del ranking mundial. Semblanza de un deportista que trasciende el tenis y se posiciona en lo más alto del deporte mundial. Por Lucas Mateo Y llegó el día que Roger soñó. Porque ese partido frente a Andy Murray no era uno más. A pesar de los seis títulos obtenidos en Wimbledon, este tenía una significación especial. Una sumatoria de cosas, ponía todo nuevamente en su lugar y engrandecía (aún más) la figura de semejante genio del tenis. Porque Federer no necesitaba volver a ser Número 1 para confirmar algo. Su impronta en el circuito es insoslayable. Cuando Murray se percató que el que estaba del otro lado de la red no era un rival, sino una leyenda, cedió el partido, el título y la gloria. Resulta muy difícil enfrentar a ese fenómeno que seguramente haya tenido en su pieza colgando de la pared en algún poster. El 6-4 de ese cuarto set desencadenó la euforia de propios y extraños. Miles de ingleses veían como un suizo, nacido un 8 de agosto de 1981 en Basilea, se subía a lo más alto de la historia del tenis y borraba, de un raquetazo, todos los récords que quedaban por alcanzar. Roger Federer se volvía a poner la pilcha del Número 1. Para que no sonase a poco, alcanzó a Pete Sampras como máximo ganador de Wimbledon, con siete títulos, e igualó las 286 semanas estando en lo más alto del ranking. Pero más allá de todo lo alcanzado, lo que se festeja es el regreso. Volvió el tenis a posarse sobre el césped. Esa misma superficie que lo tendrá como máximo candidato a colgarse la medalla dorada de los Juegos 38 Olímpicos. Porque lo que destaca al suizo del resto de sus rivales, es la perfección técnica con la que desarrolla su juego. Ese mote facilista de asemejarlo con el funcionamiento de un reloj fabricado en sus tierras le sienta como traje de sastre. Federer es un manual viviente del tenis. La excelencia de cada movimiento, cada golpe, cada empuñadura, lo transforman en una belleza deportiva. Eso es jugar lindo. Y el contexto logra magnificarlo. Porque enfrente tiene tipos que lo engrandecen, que lo obligan a ser más grande y más jugador. Perder contra Djokovic y Nadal no ha significado una mancha en su carrera. Todo lo contrario. Le ha permitido pulir los defectos (¿los tiene?) de su juego y su temperamento. Y lo ha superado contrarrestando la potencia con la técnica y su impronta. Lo ha obligado a entender que el tenis no se gana sólo con la raqueta, sino que en muchas ocasiones es más importante la cabeza. Hoy, lo vemos como una persona que no transpira, que no se inmuta ni transmite sentimientos dentro de una cancha. Aunque en su infancia, su posibilidad de transformarse en profesional se vio afectada por su temperamento. El pequeño Roger era conocido en el circuito de juniors como un jugador irascible. Lo que se dice un “calentón”. En varias de las biografías realizadas sobre su vida, se comenta que sus padres preferían no ir a verlo jugar por la vergüenza que les significaba mostrarse como los responsables de semejante de- monio. Sin dudas que el tiempo le tenía preparado otro destino. Nos encontramos ante el mejor jugador de tenis de todos los tiempos. Un deportista completo por donde se lo mire. Que destila calidad por todos sus poros pero que, ante todo, es el mejor estratega. Por su cabeza pasa esa segunda fórmula para el éxito. Es la aleación de estas dos virtudes la que lo catapultó a ser RF o, mejor dicho, una marca registrada. Cuando la mano se le suelta, expone la mejor versión de un tenis prolífico, exquisito y sin fisuras. Cuando viene cambiada, conoce a la perfección las apetencias de su rival. Su cabeza se asemeja a un gran fichero que reúne los perfiles de todos sus adversarios. Es consciente de los recursos que posee, como así también de las posibilidades y falencias del que está enfrente. Un señor jugador que está tocado por la varita. Una estrella que alumbra y deslumbra desde el circuito. Game a game. Set a set. Camino al cielo.