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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES
Salón “Arturo Illia” — H. Senado de la Nación
Martes 21 de junio de 2005
Presidencia de la señora senadora Cristina Fernández de Kirchner
21 de junio de 2005
Comisión de Asuntos Constitucionales
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En el salón Arturo U. Illia del H. Senado de la Nación, a las
16 y 35 del martes 21 de junio de 2005:
Sra. Fernández de Kirchner.— Teniendo quórum reglamentario, damos comienzo
a esta reunión, que tiene por objeto recibir declaraciones testimoniales en relación al
proyecto por el cual se solicita la intervención del Poder Judicial de la provincia de
San Luis.
En primer término va a declarar el doctor Alberto Ítalo Balladini, presidente
de la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias
Argentinas, a quien invitamos a pasar a esta sala de reuniones.
— Ingresa en el salón el señor Alberto Ítalo Balladini ocupa el
lugar reservado para los declarantes.
Sra. Fernández de Kirchner.— Buenas tardes, doctor.
Le pido por favor que acredite su identidad con cualquier tipo de documento
que tenga ante la secretaria de la comisión, la doctora Valeria Loira.
— El doctor Alberto Ítalo Balladini exhibe documentación a la
secretaria de la comisión.
Sra. Fernández de Kirchner.— La mecánica será la siguiente: tal cual hemos
acordado en las reuniones anteriores, los miembros de la subcomisión comenzarán
con las preguntas. Durante el momento en el cual está desarrollando su exposición la
persona que viene a prestar testimonio, cualquiera de los señores senadores puede
pedir una interrupción para hacer una aclaración o para formular alguna pregunta
sobre lo que se está manifestando y, una vez que la comisión formule las preguntas
que ya están integradas, el resto de los señores senadores podrán formular las
preguntas que estimen convenientes.
Doctor Balladini: Será el doctor Guinle, miembro de la subcomisión, quien
comenzará a formular las preguntas.
Se aclara que las preguntas que se le van a formular no es que hayan sido
hechas por miembros de la subcomisión sino que se trata de las preguntas que los
distintos señores senadores y señoras senadoras acompañaron en los pliegos de
interrogatorio cuando se ofreció la prueba.
Digo esto para que quede claro.
Adelante, doctor Guinle.
Sr. Guinle.— Doctor Balladini: inicialmente, le formularé las preguntas que realizó
la señora senadora Negre de Alonso, la primera de las cuales se refiere a las
generales de la ley. En realidad usted ya se ha identificado, pero si quiere aclarar
algunos otros aspectos relacionados con esta cuestión, con todo gusto lo
escucharemos.
Sr. Balladini.— Bueno, no me comprenden las generales de la ley.
Yo soy presidente de la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de
Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, a su
vez, presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Río Negro, cargo
—el de la Presidencia de la Junta Federal— que desempeño hace tres años.
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Con respecto a la provincia de San Luis y a su Poder Judicial, los miembros
del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de San Luis son asociados a la
institución que presido y no me encuentro inhabilitado para declarar en estas
circunstancias.
Sr. Guinle.— La segunda pregunta formulada por escrito es si conoce la declaración
de fecha 11 de abril de 2005 de la Junta Federale de Cortes y Superiores Tribunales
de Justicia de las Provincias Argentinas, en la cual dicha Junta fija su posición sobre
la situación del Poder Judicial de San Luis; en su caso, si puede decir en qué
consiste la mencionada posición.
Sr. Balladini.— Yo no la traje. ¿Quiere que la reconozca?
Sr. Guinle.— No. Fundamentalmente, si puede decir en esencia qué es lo que trata.
Obviamente, nosotros la tenemos agregada a las actuaciones.
Sr. Balladini.— Efectivamente, este tema ha sido una constante preocupación de la
Comisión Directiva de la Junta Federal de Cortes; tal es así que, de acuerdo a los
antecedentes, nosotros nos reunimos mensualmente y precisamente uno de los temas
que nos ocupa en dichas reuniones es el de la situación en la provincia de San Luis y
el pedido de intervención parcial a su Poder Judicial.
Efectivamente, nosotros, con fecha 11 de abril, emitimos una declaración en
donde dejamos sentada en términos generales nuestra total discrepancia con la
intervención parcial al Poder Judicial de San Luis o a cualquier estado provincial.
Esto surge del propio estatuto que rige a la Junta Federal de Cortes que, en
líneas generales, sostiene la necesidad de preservar y consolidar la independencia de
los poderes judiciales provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
defender rigurosamente el estado de derecho y la división de poderes, oponerse a la
puesta en comisión de los jueces, la intervención autónoma del Poder Judicial y
demás medidas análogas que afecten la independencia y la garantía del debido
proceso resguardadas por la Constitución. Y, cuando se produzca la intervención
federal de una provincia o de su Poder Judicial, quedará suspendida durante el lapso
que dure la misma la participación como miembro titular en la asamblea y/o
Comisión Directiva de la Corte o superior tribunal respectivo.
Es decir que estoy obligado estatutariamente a defender la oposición a
cualquier forma de intervención autónoma de los poderes judiciales.
Y quizás en esta audiencia me pueda explayar más sobre el tema, porque
nuestra postura no es solamente la intervención al Poder Judicial. Entendemos que si
se dan las condiciones y el Congreso de la Nación hace uso de las facultades que le
otorga el artículo 6° de la Constitución Nacional y dispone la intervención federal a
un estado provincial, entendemos que se debe omitir al Poder Judicial y que la
intervención que se ordene debe recurrir al sistema normativo vigente en la
provincia en ese momento, para poder solucionar los problemas que pueda presentar
el Poder Judicial.
Sr. Guinle.— En realidad creo que la siguiente pregunta está respondida con su
intervención anterior, ya que refiere lo siguiente: ¿qué opinión tiene la Junta Federal
de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas sobre las
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intervenciones a los poderes judiciales provinciales? Obviamente la ha contestado
con la aseveración posterior.
Sr. Balladini.— Pero podría agregar algo más, si usted me permite, señor senador.
Sr. Guinle.— Con todo gusto.
Sr. Balladini.— La República Argentina, desde su constitucionalización —desde el
año 1853—, registra el triste récord de más de 175 intervenciones federales a lo
largo de su historia. Esto, por supuesto, creemos que va en menoscabo del sistema y
ha provocado esta expedición de la Junta Federal, que ha sostenido también que a
partir de la Reforma Constitucional de 1994 y la adhesión a los pactos
internacionales, no es posible desde un punto de vista jurídico la intervención
federal a los poderes judiciales provinciales en su doble variante: cuando recae sobre
el Poder Judicial autónomamente y cuando se interviene a los otros poderes de la
provincia. Esto es a lo que hacía referencia en mi introducción.
También nosotros entendemos que la Constitución está construida con
preceptos o principios constitucionales y se deben tratar por todos los medios que no
colisionen. Y cuando están en tela de juicio varios preceptos constitucionales a la
vez, por ejemplo el sistema republicano, amenazado por el pedido de una
intervención al Poder Judicial, o el sistema federal, porque se afecta la autonomía
provincial, el federalismo que asegura a cada provincia y el goce pleno de sus
instituciones, cuando dicha amenaza se prolonga sobre los jueces naturales, que
serán sustituidos por otros sin ningún control, cuando se amenaza la validez de los
procesos judiciales y las garantías del artículo 18 de la Constitución Nacional, es
decir, cuando —como dijera el maestro Pedro frías— reaparece la leyenda negra de
la intervención federal, en estos casos debemos acudir a los instrumentos
internacionales que hoy poseen supremacía constitucional respecto de la
Constitución literal.
Yo hago esta referencia en función de las definiciones que nos da la
Constitución Nacional pero, si este honorable Congreso lo requiere, también podré
hacer referencia a las cuestiones fácticas de las intervenciones y de las
consecuencias que han traído para los estados provinciales las experiencias que
hemos tenido en los últimos años.
Sr. Guinle.— Se le van a realizar una serie de preguntas y luego cada uno de los
senadores va a poder intervenir para preguntar o repreguntar en consecuencia.
¿Conoce cómo era la situación del Poder Judicial de la provincia de San Luis
desde el año 1995 hasta fines del año 2004?
Sr. Balladini.— Conozco la realidad en su conjunto de la provincia de San Luis y,
por supuesto, la situación de su Poder Judicial.
Nosotros, desde la Junta Federal de Cortes, hemos marcado en forma
permanente la necesidad de darle sustento a la independencia del Poder Judicial
como elemento esencial para recrear el sistema tripartito de poderes.
La realidad que nos mostraba aquel entonces era que ha existido una fuerte
intromisión del poder político dentro de la esfera judicial. Nosotros, con
declaraciones en reuniones de carácter institucionales, hemos tratado
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permanentemente de persuadir y lograr el encauzamiento del Sistema Judicial de la
provincia de San Luis y el no apartamiento de las prescripciones constitucionales.
Sr. Guinle.— ¿Considera que afecta las garantías constitucionales una ley que
dispone que los jueces deben someterse a un examen de idoneidad cada cuatro años
ante una comisión de evaluación técnica?
Sr. Balladini.— Este es un tema que está en discusión en distintos ámbitos, no
solamente propios del Poder Judicial sino en la esfera de la sociedad.
En principio, considero que los jueces rinden examen cotidianamente a través
de sus sentencias, y que su cargo dependa de un examen de idoneidad cada cuatro
años entiendo que puede restringir la garantía de la inamovilidad que marca la
Constitución Nacional y las constituciones provinciales.
Entiendo que existen otros procedimientos para evaluar la condición en la
cual se encuentra un juez en su función; no descarto exámenes psicofísicos.
Y, en cuanto a la idoneidad, vuelvo a repetir que considero que la función y la
permanente expedición de las resoluciones que dicta un juez son suficientes para
evaluar su contracción al trabajo, su capacidad y su imparcialidad y existen los
remedios legales para someterlo, en el caso de algún desvío, a juicio político.
Sr. Guinle.— ¿Considera, doctor Balladini, que la reducción de los salarios de los
magistrados judiciales afecta alguna garantía constitucional?
Sr. Balladini.— Este es otro tema también muy álgido y que ha merecido una
permanente discusión que va más allá del ámbito meramente judicial; es decir, la
sociedad argentina se ha interiorizado de este problema, máxime por las crisis que
nos han envuelto desde hace mucho tiempo a esta parte y por el estado de
emergencia.
La Constitución Nacional, en su artículo 110, define que los jueces no pueden
ver disminuidas bajo ningún caso sus remuneraciones; y las constituciones
provinciales también establecen este principio de la intangibilidad.
Yo, en honor a la verdad, hace doce años que pertenezco al Poder Judicial de
la provincia de Río Negro, siempre en la función de vocal del Superior Tribunal de
Justicia de dicha provincia — antes había ejercido durante 21 años la profesión—, y
ante una grave crisis que se suscitó allá por el año 1995 o 1996 en mi provincia, yo
pregoné una rebaja salarial en el sector del Poder Judicial en contribución
conjuntamente con todos los sectores de la comunidad.
Pero considero que, salvo una cuestión muy especial, de una grave
trascendencia, me defino por la intangibilidad, no como un privilegio para los jueces
sino como un principio que le da sustento, junto a la estabilidad, para el ejercicio de
la magistratura.
Sr. Guinle.— ¿Considera, doctor Balladini, ajustado a derecho las leyes que
suspenden el dictado de medidas cautelares con efecto retroactivo y la suspensión de
la ejecución de sentencia contra el Estado resguardando la inembargabilidad de sus
bienes?
Sr. Balladini.— En tanto y en cuanto esos bienes del Estado estén dentro del
esquema del servicio público.
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Cuando se trata de los bienes del Estado como persona privada creo que es
factible el dictado de medidas cautelares.
Sr. Guinle. — ¿Considera que la reelección indefinida del presidente del Superior
Tribunal de Justicia viola la disposición constitucional del artículo 206 de la
Constitución de la provincia de San Luis?
Sr. Balladini. — ¿Me podría dar la Constitución, por favor?
Sr. Guinle. — Le leo el artículo: “El cargo de presidente del Superior Tribunal se
turna anualmente entre sus miembros comenzando por el de mayor edad”.
Sr. Balladini. — ¿Eso es todo?
Sr. Guinle. — Sí. La pregunta es si la reelección indefinida del presidente del
Superior Tribunal de Justicia viola la disposición que le leí.
Sr. Balladini. — Creo que si existe unanimidad dentro de sus miembros,
formalmente podría darse la reelección. Pero considero que no es sano
institucionalmente permanecer mucho tiempo en el cargo de presidente de un
tribunal.
En la provincia de Río Negro, por mandato constitucional está establecido
que el presidente dura un año en sus funciones y debe ser renovable cada año en el
mismo. Y salvo por una cuestión muy excepcional puede repetir. Pero no se ha dado
aún en estos doce años en que estoy como integrante de ese Superior Tribunal.
Pero creo que —vuelvo a repetir— el sistema democrático, la transparencia,
determinan que los miembros que ejercen la Presidencia deben renovarse
anualmente o cada dos años, pero debe haber una renovación.
Sr. Guinle. — Tiene la palabra la senadora Ibarra.
Sra. Ibarra. — Sólo para ver si es un tema de comprensión.
El artículo 206 de la Constitución de San Luis dice específicamente: “El
cargo de presidente del Superior Tribunal se turna anualmente entre sus miembros
comenzando por el de mayor edad”. Es una disposición constitucional. La pregunta
era si usted cree que viola o no la Constitución la reelección continuada del
presidente. Y yo probablemente no le entendí bien su contestación. Por eso le pedía
una reiteración específica hacia mí.
Sr. Balladini. — En principio, el mandato constitucional es la renovación. Y dice
expresamente “anualmente”. Podría caber, en un caso muy excepcional, que repita la
Presidencia. Pero creo que no es aconsejable —tengo una experiencia de muchos
años en esto— la reiteración de las presidencias, porque hace a la transparencia de la
función también el no repetir.
Sr. Guinle. — Doctor Balladini: ¿considera que una ley que dispone la caducidad
de los mandatos de los miembros del tribunal de enjuiciamiento y le sustrae de su
conocimiento las causas y denuncias en trámite viola alguna garantía de raigambre
constitucional?
Sr. Balladini. — Senador: no tengo la Constitución de San Luis presente en su
integridad; si no, tendría que conocer las de los veintitrés Estados provinciales.
Sr. Guinle. — En realidad, doctor, se refiere a pactos internacionales, es decir, a
garantías constitucionales en general.
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Sr. Balladini. — ¿A qué artículo se refiere?
Sr. Guinle. — A ninguno. Se refiere, en general, a garantías constitucionales, pactos
internacionales. Es decir, a si en realidad una ley que dispone la caducidad de los
mandatos de los miembros del tribunal de enjuiciamiento y sustrae de su
conocimiento las causas y denuncias en trámite está violando o no alguna garantía
de raigambre constitucional.
Sr. Balladini. — Yo creo que, si bien es en la faz administrativa, está sustrayendo el
proceso de sus jueces naturales, y considero que no es posible que una ley posterior
determine el no funcionamiento de un tribunal de enjuiciamiento cuando existen
causas pendientes, como lo señala la pregunta.
Sr. Guinle. — ¿Conoce si en San Luis se ha dictado una ley de esas características?
Sr. Balladini. — No la recuerdo, señor senador; no lo tengo presente.
Sr. Guinle. — ¿Conoce sobre la presunta existencia de renuncias anticipadas por
parte de los jueces a requerimiento de funcionarios del Poder Ejecutivo provincial de
San Luis?
Sr. Balladini. — Conozco esta circunstancia que usted me señala, señor senador, a
través de los medios periodísticos, y que luego recabara, en mi condición de
presidente de la Junta Federal, al único miembro en aquel entonces en funciones del
Superior Tribunal de Justicia de San Luis, sobre la realidad de la versión que los
medios me habían suministrado, de esta cuestión de la firma anticipada de renuncias.
Pero yo no lo conozco en forma directa sino a través de la información periodística y
la confirmación del único miembro en aquel momento del Superior Tribunal de
Justicia de San Luis.
Sr. Guinle. — Si algún señor senador quiere preguntar, pedir alguna aclaración.
Tiene la palabra el senador Massoni.
Sr. Massoni. — ¿Conoce usted si en el pasado han ocurrido intervenciones parciales
al Poder Judicial?
Sr. Balladini. — Sí, señor senador. En la provincia de Corrientes se dio un caso
donde hubo el dictado de la intervención federal a la provincia de Corrientes. Y
posteriormente rehabilitados los poderes ejecutivo y legislativo, solamente la
intervención recayó sobre el Poder Judicial de Corrientes. Y sé también de las
consecuencias, porque una vez que se normalizó la provincia de Corrientes, el
ochenta por ciento de aquellos jueces destituidos por la intervención, reingresó por
concurso al Poder Judicial de Corrientes.
Sr. Massoni. — ¿Cuál es la causa real, en cuanto a la intervención, atento que es un
poder independiente, y que una vez efectivizada la intervención, las normas internas
de cada Estado federal procederán a designar los jueces como corresponde?
Sr. Balladini. — No le entendí la pregunta, señor senador.
Sr. Massoni. — En determinado momento usted dijo que es un poder
independiente. En su independencia, ese poder, y con algunos antecedentes, si es
independiente no afectaría de alguna manera a los otros poderes. Y una vez
efectivizada la intervención, es lógico que la provincia proceda, dentro del marco de
sus propias normas, a designar los nuevos jueces.
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Sr. Balladini. — Porque entiendo —si es que le entendí bien la pregunta— que la
inamovilidad de los jueces es un mandato constitucional, motivo por el cual
consideramos que una intervención federal no puede hacer cesar la función en la
magistratura de un juez.
Porque nosotros hemos sostenido y nos hemos preguntado hasta qué límite la
intervención federal puede restringir otros principios constitucionales de la misma
jerarquía, cuya supremacía se ha fortalecido por la ampliación del bloque de
constitucionalidad, a partir de la incorporación de los tratados a los que se refiere el
artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional. Es decir, Declaración de los
Derechos Humanos de 1948, Convención Americana sobre Derechos Humanos de
San José de Costa Rica de 1969 y Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966.
Lo que sucede es que la intervención federal está contenida dentro de la
Constitución, en el artículo 6°. El Congreso de la Nación hace uso de esa facultad,
pero, a su vez, hay que ser muy cuidadoso de que no colisione esta intervención
federal con otros principios que contiene la Constitución, como ser, por ejemplo, la
inamovilidad de los jueces.
Entonces, si se decreta la intervención federal, que esa intervención, con
respecto al Poder Judicial, utilice los mecanismos institucionales que rigen en esa
provincia para remover o designar nuevos jueces. Esta es la postura.
Sr. Massoni. - En consecuencia, ¿usted piensa que cuando existe un problema en el
Poder Judicial de una provincia la que incumple es la totalidad de la provincia y, por
lo tanto, habría que intervenirla, atento que no garantiza la existencia de un Poder
Judicial independiente?
Sr. Balladini. - Lo que nosotros sostenemos es que se debe intervenir a los restantes
poderes porque ellos tienen que generar todas aquellas normativas tendientes a
procurar que el Poder Judicial se mantenga dentro del ámbito institucional.
Con esto quiero significar que una intervención cuenta con la herramienta
legal para poder disponer la remoción -como dije- de los miembros del Poder
Judicial, o bien la designación. Pero no puede quedar a capricho de la intervención
de turno.
Y usted tiene cabalmente demostrado esto con la expedición de la actual
Corte Suprema de Justicia. Porque cuando la intervención de Santiago del Estero
quiso modificar, a través de una constituyente, el artículo 14 de la Constitución de
esa provincia, la Corte Suprema le negó esa posibilidad y no tuvo facultades para
convocarla.
Sr. Massoni. - ¿Conoce usted las resoluciones del Colegio de Abogados de
Mercedes y de San Luis capital?
Sr. Balladini. - No conozco su contenido exacto. Sé que se han emitido distintas
resoluciones. Inclusive, se ha institucionalizado la colegiación. Y los que estaban en
el mandato desde el año anterior van a proseguir hasta la finalización del mismo.
Sr. Massoni. - Senador Guinle: ¿puedo pedir la lectura de las dos resoluciones, para
conocimiento del testigo?
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Sr. Guinle. - Está bien.
Por Secretaría se dará lectura.
Sra. Secretaria. - (Lee:)
[Incorporar texto]
Sr. Massoni. - Pido la palabra.
Sr. Guinle. - Señor senador: falta otro pronunciamiento. Pero le concedo el uso de
la palabra, por si quiere acotar algo.
Sr. Massoni. - La otra resolución es similar a esta.
Le formulo una pregunta al señor testigo.
En un contexto fáctico como el que se ha relatado en los fundamentos, ¿cuál
es, para usted, la solución?
Sr. Balladini. - La declaración emitida por el Colegio de Abogados de Mercedes,
provincia de San Luis, ofrece algunas contradicciones. En un comienzo parece que
atribuye toda la deficiencia del sistema al Poder Judicial. Y posteriormente también
señala el papel que le corresponde a los otros poderes del Estado.
Nosotros estamos en una sociedad en crisis. Toda la sociedad argentina está
en crisis. Y muchas veces pretendemos que el Poder Judicial -cuando nos toca
acudir a él- esté integrado por gente que se encuentre fuera del contexto de crisis al
cual hice mención.
Creo que nosotros debemos tener presente la realidad de nuestra Argentina.
Porque si no asumimos los errores que tenemos cotidianamente cada uno de
nosotros y, a su vez, no tratamos de mejorar individualmente para después extender
esa mejora en el conjunto, seguramente no vamos a encontrar el camino que nos
lleve a cumplir con los objetivos de tener un país mejor.
Creo que los males del Poder Judicial de San Luis no se los podemos achacar
solamente a los que integran dicho poder. Por ejemplo, la firma anticipada de las
renuncias de funcionarios o magistrados a designar es achacable a quienes tienen el
poder de designar, pero también es imputable a quienes van a asumir una función de
tanta envergadura, como la de un juez, y hacen esto.
Por lo tanto, evidentemente todo el sistema tiene responsabilidad. ¿Y cómo se
arregla esto? En San Luis existen normativas. Existe un Consejo de la Magistratura
para la proposición de ternas y un Tribunal de Enjuiciamiento que integran inclusive- los abogados. Y me pregunto: ¿es necesario y los resultados van a ser
positivos si arrasamos con todo el sistema judicial de San Luis? ¿No existen
muestras, ya, de otras intervenciones federales en la Argentina donde las
consecuencias fueron peores que las situaciones que se estaban viviendo antes de
ellas? ¿No sería necesario tratar de concientizar a los puntanos para que modifiquen
su estructura mental frente a esta problemática y que asuman la responsabilidad,
desde cada sector, para que el Poder Judicial sea realmente independiente?
En el Poder Judicial de San Luis debe haber mucha gente capacitada, con
idoneidad para la función, pero que esté envuelta en todo este torbellino de
deficiencias. Y creo que son rescatables.
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Por eso, ¿por qué no se busca, en primer lugar, aplicar las normativas para los
jueces morosos, como se denuncia a través de los abogados -y no me caben dudas de
que debe ser así-; sustituirlos por otros jueces -más aún ahora que tienen la
posibilidad de integrar el Consejo de la Magistratura y de proponer elecciones-;
monitorear las ternas que se envíen y simplificar el funcionamiento del tribunal de
universitarios que debe tomar la oposición a los postulantes, hacer una calificación
adecuada de su rendimiento académico y no declarar, simplemente, si es apto o no y
evaluar todos sus antecedentes y demás?
Porque creo que si se arrasa con el Poder Judicial de San Luis y quedan todas
las otras estructuras institucionales vigentes no se va a solucionar absolutamente
nada; vamos a tener, dentro de muy poco tiempo, más de lo mismo. Motivo por el
cual esto es una problemática institucional muy seria y hay que evaluarla con el
conjunto de todos los que estamos preocupados por esta situación. Hay que hacer un
aporte: ir a San Luis, hablar con sus autoridades, modificar estructuras mentales.
Tengo la experiencia reciente de Santiago del Estero. Allí, una vez que se
produjo la solución institucional con las elecciones y la designación del nuevo
gobernador y demás autoridades de dicha provincia, ahora se han propuesto iniciar
el camino de la reforma constitucional. La Junta Federal de Cortes, a través de
distintos representantes, ha concurrido y hemos sido anoticiados de que todos los
sectores políticos de Santiago del Estero han formado una lista única para presentar
candidatos a constituyentes, porque los propios santiagueños han comprendido la
necesidad de los cambios. Y ellos han tenido recientemente la experiencia de una
intervención federal.
Sr. Massoni. - Estoy convencido de que son opiniones y respecto de ellas puede
haber diferencias.
Sr. Guinle. - Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. - Voy a empezar con algunas repreguntas. En primer lugar,
con respecto al último tema, que es el de Santiago del Estero.
Leí en un artículo de “La Nación” que creo que fue publicado el 18 de mayo
del corriente año, que las nuevas autoridades constitucionales de Santiago del Estero
habían dejado afuera aun a los jueces que venían con acuerdo -no nombrados por la
intervención-, no tocados por la intervención.
¿Me puede corroborar esa información?
Sr. Balladini. - Veintiocho jueces.
Sra. Negre de Alonso. - Fueron veintiocho jueces con acuerdo del gobierno
constitucional, no tocados por la intervención. No obstante eso se les desconoció el
acuerdo después de la intervención.
Otra pregunta. Usted dijo que el Poder Judicial de San Luis no estaba ajeno a
la crisis generalizada que había en el país, de muchos poderes policiales. ¿Está
involucrando la noticia que da el diario “La Nación” hoy acerca del
pronunciamiento de la Corte Suprema de la provincia Buenos Aires, respecto de las
veinticinco mil personas detenidas sin proceso, y la presentación del mismo diario
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sobre la gravedad de la situación del poder Judicial de la provincia Buenos Aires,
que denuncia la propia Corte?
Sr. Balladini. - La Corte de la provincia de Buenos Aires integra la Junta Federal.
Por lo tanto, estamos anoticiados de la gravedad institucional que refleja esta
situación que usted describe y de otras cuestiones que también hay en su seno.
Sra. Negre de Alonso. - Como le han leído la declaración del Colegio de Abogados
de Villa Mercedes y el senador por el Chubut le ha pedido una opinión sobre eso, le
quiero preguntar, puntualmente, respecto del primer punto -la morosidad-, si usted
tiene conocimiento de que ha habido jueces destituidos a pedido del Colegio de
Abogados de Villa Mercedes por morosidad hace ya unos años.
Sr. Balladini. - Sí, efectivamente.
Sra. Negre de Alonso. - Con respecto al punto “b”, si usted tiene conocimiento de
que el Consejo de la Magistratura ha llamado a concurso para trece de los veintiún
cargos que dice el Colegio de Abogados de la ciudad de Villa Mercedes que se
encuentran vacantes.
Sr. Balladini. - No tengo presente la cantidad, pero sí que ha llamado a concurso. Y
también, que se han propuesto tres nuevos miembros para el Superior Tribunal de
Justicia.
Sra. Negre de Alonso. — Cuatro.
Sr. Balladini. — ¿Cuatro nuevos miembros?
Sra. Negre de Alonso. — Disculpe, tiene razón, tres miembros superiores. Y se ha
nominado también una magistrada para ocupar el cargo de Procuradora General de
la provincia.
Sr. Balladini. — Eso aparte, sí.
Sra. Negre de Alonso. — Con respecto al punto c) del Colegio de Abogados de
Villa Mercedes que ha hecho leer el senador Massoni, ¿tiene conocimiento que el
Superior Tribunal de Justicia de la provincia está siendo ejercido por los jueces
subrogantes?
Sr. Balladini. — Hay un juez titular y hay tres jueces subrogantes que pertenecen al
ámbito judicial, sí.
Sra. Negre de Alonso. — ¿Tiene conocimiento, doctor, como presidente de Junta,
que este Superior Tribunal subrogante ha dictado una acordada dando aumento a los
empleados judiciales y acordando, y que los empleados judiciales han levantado el
paro, del que da cuenta esta declaración? Le aclaro que no se la leímos, pero la
declaración es del 22 de abril.
Sr. Balladini. — Efectivamente. Yo tengo un informe presentado por...
Sr. Guinle. — Le leyeron la fecha del pronunciamiento, señora senadora. Se lo
leyeron.
Sr. Balladini. — Sí. El doctor Eduardo Gatica, que es el miembro titular vigente en
el Superior de Justicia de San Luis, ha informado a la Junta que se ha llegado a un
acuerdo con el gremio SIJUPU, quien mantenía un largo conflicto desde el año
anterior, desde noviembre, y que había afectado principalmente a la circunscripción
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de Villa Mercedes. Y en el mes de abril, al principio, se normalizó totalmente la
situación gremial.
Sr. Negre de Alonso. — Gracias, doctor.
Con respecto al punto d), e), ¿usted tiene conocimiento que con respecto a las
denuncias, a los supuestos pedidos de renuncias anticipadas denunciados por la
doctora Gretel Diamante de Ponce, existe un expediente que tramita en la Justicia
Federal de la provincia de San Luis?
Sr. Balladini. — Por medios de comunicación nada más. No he tenido acceso a
ningún otra información al respecto.
Sra. Negre de Alonso. — Gracias doctor.
¿Usted tiene conocimiento que el Colegio de Abogados de Villa Mercedes
presentó a la Cámara de Diputados de la provincia, el 18 de mayo, una propuesta de
modificación de la ley del Consejo de la Magistratura, presentación que ha realizado
el día viernes 17 de junio al Senado de la provincia de San Luis, proponiendo una
serie de modificaciones a la Legislatura provincial para mejorar el sistema del
Consejo de la Magistratura?
Sr. Balladini. — Tengo una información general suministrada por la persona a
quien señalé, y quien a su vez ha manifestado a la Junta Federal, que el Jurado de
Enjuiciamiento se normalizaría cuando el Colegio Forense remita tres abogados de
la matrícula, conforme a lo previsto en el artículo 224 de la Constitución de la
provincia de San Luis y lo prescripto en la reciente ley de colegiación de abogados y
procuradores 0457 de 2005.
Sra. Negre de Alonso. — Gracias doctor.
Quería hacerle otra preguntita, ya saliendo de esto de lo que dijo el Colegio
de Abogados de la provincia, que veo que está bien informado respecto a la
actualidad de mi provincia.
¿Qué opina usted respecto a las audiencias públicas para los miembros del
Poder Judicial? Es decir, que la comunidad participe, como el sistema que tenemos a
nivel federal, para la Corte y para los jueces federales.
Sr. Balladini. — En un proyecto que presenté en mi provincia, Río Negro,
precisamente en uno de sus artículos incluía las audiencias públicas, porque las
considero sumamente necesarias para que el ciudadano común tenga el
conocimiento de quienes han de ocupar cargos en la magistratura.
Bien se sabe que para postularse a un cargo político se debe intervenir en una
elección, y que queda a consideración del ciudadano votar el día de las elecciones y
demás.
Cuando se elige a un juez, en mi caso, en mi provincia, a un funcionario que
tiene estabilidad también por el artículo 199 de la Constitución de Río Negro, bien
se sabe que es de por vida, salvo que haya una disfuncionalidad, ocurra muerte o una
cuestión de discapacidad. Motivo por el cual, creo que el ciudadano, y más en
comunidades chicas como son en general en todas las provincias, sepa quién va a
ocupar tan importante cargo y pueda opinar referente al postulante. Me parece muy
positiva esa circunstancia.
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Sra. Negre de Alonso. — Muy bien, doctor.
Cuando el senador Massoni recién le planteó cuál es su visión, qué opina
usted, cómo se podría sanear la crisis del Poder Judicial de la provincia de San Luis,
usted dijo —o a lo mejor lo entendí así—: mejorar el nivel académico de quienes se
llama para tomar examen a los jueces... No, mejor dicho, no a los jueces: a quienes
intentan ingresar u ocupar un cargo. ¿Lo interpreté bien?
Sr. Balladini. — No, creo que es un conjunto de medidas. Justamente, lo que usted
menciona es en lo que respecta al examen de oposición. Creo que debe ser un
tribunal de universitarios reconocidos. No deben estar ajenos en la designación de
estos miembros del jurado los colegios de abogados; las universidades también
deben aportar lo suyo. Y lo que señalé es que el resultado de ese examen tiene que
hacer una evaluación; no solamente como es en la actualidad: “apto o no apto”. No
sé cuál es el término que se utiliza en San Luis, pero creo que es así.
Sra. Negre de Alonso. — Son dos cosas distintas, pero ahora lo aclaramos.
¿Usted conoce las personalidades académicas que han ido a tomar examen en
la provincia de San Luis?
Sr. Balladini. — Lo que sí sé es que han sido designados solamente por el Superior
Tribunal de Justicia.
Sra. Negre de Alonso. — Han sido convocados.
¿Usted tiene conocimiento de los convenios que tiene firmados el Poder
Judicial de la provincia de San Luis con la Universidad de Córdoba o la de Santa
Fe?
Sr. Balladini. — No conozco, senadora.
Sra. Negre de Alonso. — Con respecto a los integrantes del Poder Judicial, aunque
no influya en el mantenimiento de sus cargos, porque la ley de concursos de la
provincia dice “apto” o “no apto”, pero no influye en una causal de destitución, no
es causal de destitución: ¿usted considera que los jueces no deben mantenerse
actualizados? Digamos, los mismos requerimientos que tiene un profesor
universitario cada cuatro años, o el abogado de la profesión en el día a día. ¿No tiene
que haber un sistema que yo no digo que obligue, pero que incentive al juez a
mantenerse actualizado, estar con las últimas normas, hacer cursos, etcétera?
Sr. Balladini. — Esa incentivación a la cual usted se refiere entra en el ámbito de lo
que es la capacitación judicial. Y la promoción de la capacitación judicial no sólo
depende de la actitud que tome la persona involucrada —en este caso, un
magistrado— sino también de los planes de capacitación que plantee la conducción
del Poder Judicial.
Yo creo que en todos los poderes judiciales debe existir una escuela de
capacitación judicial, y además concientizar a los miembros del Poder Judicial para
que contribuyan con su aporte a la capacitación, e incluso ordenando cursos en
forma obligatoria. Pero de lo que hice mención fue de que la ameritación de un juez
no solamente dependería de una evaluación que se haga cada cuatro años, porque
esto crea incertidumbre, sino que la evaluación de un juez se debe hacer en forma
permanente a través de sus sentencias. Porque yo le digo lo siguiente, señora
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senadora: si un juez es ameritado cada cuatro años —y usted sabe muy bien que
muchas veces existen factores que distorsionan la evaluación—, me pregunto qué
postulante vamos a tener para cargos judiciales si sabe que a los cuatro años, por
esta contienda evaluadora a la cual se debe someter, va a quedar fuera del sistema y
tiene que volver a su estudio y empezar totalmente de nuevo. Lógicamente esto va a
traer incertidumbre y las propuestas de postulantes se van a resentir.
Yo sostengo que los jueces deben ser ameritados en función de lo que
cumplen en su función de jueces o funcionarios y no agregándole otros elementos,
aunque no dejo de lado —porque nosotros así lo hemos estatuido para personas de
determinada edad en mi provincia— el tema de la evaluación psicofísica cada dos
años, porque esto también nos permite tener una idea de dónde está ubicado ese juez
frente a la problemática actual e, inclusive, en lo personal.
Sra. Negre de Alonso.— Está bien, doctor, lo que pasa es que usted me responde
partiendo de un supuesto fáctico de que el examen de idoneidad significa la
destitución, y no es.
Le quiero decir que me parece muy bien el tema del psicofísico porque,
además, hace poco vimos que no sé en qué provincia se le había hecho un examen a
un juez y no pasó el examen psíquico.
Lo que usted dice, doctor, es que el juez se evalúa exclusivamente por su
sentencia; entonces, ¿usted está de acuerdo en que el juez puede ser sometido al
Jurado de Enjuiciamiento y ser destituido por el contenido de su sentencia?
Sr. Balladini.— No; a lo que yo me refiero es no solamente al trabajo de su
sentencia sino a todo un conjunto de actividades de su Juzgado. Por ejemplo, no
estoy de acuerdo en que el juez sea sometido a enjuiciamiento por el contenido de su
sentencia, pero si un juez es moroso en dictar sentencia sí se produce la
disfuncionalidad y puede ser sometido, e inclusive le digo más, destituido por no
dictar sentencias en término. Porque un juez que ha perdido la jurisdicción debido a
su morosidad permanente sin justificar es pasible de una sanción de esa naturaleza.
Sra. Negre de Alonso.— Muy bien. Por mí nada más.
Muchas gracias, doctor
Sr. Guinle.— ¿Algún otro senador desea preguntar?
Sr. Menem.— Sí; yo.
Sr. Guinle.— Tiene la palabra el señor senador Menem.
Sr. Menem.— Buenas tardes.
Sr. Balladini.— Buenas tardes, senador.
Sr. Menem.— Quiero hacer una valoración integral de su testimonio rescatando
algunos de sus conceptos. Usted ha hablado sobre el respeto a la independencia del
Poder Judicial sobre principios constitucionales básico, como lo son la inamovilidad
de los jueces y las garantías del artículo 5°de la Constitución.
Tenemos los cargos que se hacen en virtud de las notas que se han leído acá.
Entre esos cargos hay una ley respecto al Jurado de Enjuiciamiento, que por
supuesto no tiene nada que ver con el Poder Judicial, porque las leyes no las
sanciona el Poder Judicial sino la Legislatura; está el tema de las vacancias de
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cargos, que tampoco es problema del Poder Judicial, porque no los designa el Poder
Judicial sino otros poderes del Estado; se ha hablado del pedido anticipado de
renuncias, que, en todo caso, los que presentan la renuncia no podrían alegarla
porque estarían alegando su propia torpeza, que es un principio elemental del
Derecho.
De todos los cargos, el que parece como propio del Poder Judicial
propiamente dicho sería el de la morosidad. Yo no quiero ofender a los jueces, pero
como integrante de la Corte usted sabe que la morosidad es un cargo común que se
hace en prácticamente todo el país y, si tuviéramos que intervenir por morosidad,
creo que no muy pocos poderes judiciales cerrarían.
Entonces, haciendo una valoración de su testimonio debo concluir que lo que
usted sostiene es que los problemas que puede tener el Poder Judicial de San Luis no
son atribuibles al Poder Judicial sino a otros poderes del Estado, y que, en todo caso,
la intervención del Poder Judicial no solucionaría absolutamente nada.
Sr. Balladini.— Efectivamente, señor senador.
Sr. Menem.— ¿Esa es su posición?
Sr. Balladini.— Sí; y, además, que es inconstitucional.
Sr. Menem.— Gracias, doctor.
Sra. Ibarra.— Pido la palabra.
Sr. Guinle.— Tiene la palabra la señora senadora Ibarra.
Sra. Ibarra.— ¿Cuándo se integró la Junta Federal de Cortes y Tribunales
Superiores de Justicia?
Sr. Balladini.— ¿Cuándo fue fundada?
Sra. Ibarra.— Sí.
Sr. Balladini.— Bueno, mire, comenzó a funcionar a partir del año 1992, y a partir
del año 1994 se institucionalizó.
Sra. Ibarra.— ¿Desde cuándo la integra usted?
Sr. Balladini.— Y, yo la integro desde el año 1995, si mal no recuerdo.
Sra. Ibarra.— ¿La integran todos los presidentes de los tribunales superiores?
Sr. Balladini.— No, no...
Sra. Ibarra.— ¿Por quiénes está integrada?
Sr. Balladini.— Está integrada por todos los miembros de los superiores tribunales
y cortes de las provincias argentinas y la Ciudad Autónoma. Y mi presidencia no es
con motivo de ejercer la presidencia en mi provincia sino que la presidencia puede
recaer en cualquier miembro de cualquier corte o superior tribunal de justicia.
Sra. Ibarra.— ¿Cómo funciona? ¿Cómo toma sus decisiones la Junta Federal de
Cortes?
Sr. Balladini.— En reuniones de Comisión Directiva, con quórum.
Sra. Ibarra.— ¿Quiénes integran la Comisión Directiva?
Sr. Balladini.— Hay un comité directivo de ocho miembros, y después vocales,
uno por cada estado provincial, y las decisiones se toman por mayoría.
Sra. Ibarra.— Por mayoría de los ocho miembros que la integran...
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Sr. Balladini.— No. El Comité Ejecutivo es para determinadas funciones. Cuando
se hace reunión de Comisión Directiva, para el quórum se contabiliza también a
todos los socios miembros, que es uno por tribunal que integra como vocal...
Sra. Ibarra.— Uno por tribunal; o sea que hay un representante por provincia en la
Comisión Directiva.
Sr. Balladini.— Sí; un representante por provincia.
Sra. Ibarra.— Motivo por el cual el quórum es la mitad más uno de la presencia de
las provincias, y todos tienen que ser miembros de los tribunales superiores
provinciales.
Sr. Balladini.— Sí; y todos tienen que ser miembros de las cortes o superiores
tribunales provinciales o de la Ciudad Autónoma.
Sra. Ibarra.— O sea que esta declaración del 11 de abril de 2005 fue tomada en
Comisión Directiva, con la mitad más uno...
Sr. Balladini.— Sí; está en la respectiva acta, señora senadora. Si usted quiere le
puedo acercar...
Sra. Ibarra.— No; aquí dice “Comisión Directiva”, pero no tenemos las firmas; por
eso mi pregunta.
Sr. Balladini.— El acta está firmada y se la puedo acercar, si usted así lo prefiere.
Sra. Ibarra.— No, no hace falta.
Dos preguntas más y termino.
La Constitución de San Luis, en el artículo 193, establece: “Prohíbese a los
jueces y demás miembros del Poder Judicial intervenir en política de cualquier
modo, salvo en la emisión del voto”.
Sr. Balladini.— Sí.
Sra. Ibarra.— ¿Usted cree que para poder cumplir con este precepto constitucional
una persona que fue apoderada de un partido, que fue congresal del partido, que fue
diputado del partido y demás, con el sólo hecho de renunciar un día antes....
Sr. Balladini.— Y fue senador también...
Sra. Ibarra.— ...a integrar un tribunal superior puede integrar el Poder Judicial?
¿Usted cree que se cumple el precepto constitucional?
Sr. Balladini.— Mire, el precepto constitucional, de una lectura en su mayor
extensión, creo que sostiene que al momento de asumir o en el momento de ser
propuesto no debe pertenecer ni realizar ningún tipo de actividad política.
Sra. Ibarra.— No; se lo leo. Dice: “Prohíbese a los jueces y demás miembros del
Poder Judicial intervenir en política de cualquier modo, salvo en la emisión del
voto”.
La pregunta es concreta: una persona que es apoderada de un partido,
congresal de un partido político, diputado de un partido político y afiliado a un
partido político durante 10 o 15 años puede renunciar a la afiliación de ese partido,
integrarse como juez al tribunal y luego renunciar y volver a afiliarse al partido;
entonces, le pregunto: ¿se cumple el precepto constitucional?
Sr. Balladini.— Y, éticamente, no.
Sra. Ibarra.— Gracias.
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Sra. Negre de Alonso.— ¿Podría hacer una pregunta?
Sr. Guinle.— Sí, señora senadora.
Sra. Negre de Alonso.— Doctor: si mal no recuerdo, porque no la encuentro entre
todos los papeles que tengo acá, el lunes pasado vimos una declaración de ustedes...
Sr. Balladini.— Sí; con respecto a la situación emergente en la provincia de
Mendoza.
Sra. Negre de Alonso.— Oponiéndose también a la intervención...
Sr. Balladini.— No. En la provincia de Mendoza existe un, yo no sé si llamarlo "
conflicto", entre el Poder Ejecutivo de dicha provincia y el Poder Judicial, por
cuanto se pretende reformular el artículo 151 de la Constitución de dicha provincia
en lo que se refiere a la actualización de las remuneraciones de los jueces.
Sra. Negre de Alonso.— Ah, está bien.
Gracias doctor.
Sr. Guinle.— Doctor Balladini: muchas gracias por su presencia.
Sr. Balladini.— Señor senador: si usted me permite, lo que yo he manifestado lo
tengo acá escrito en una presentación que voy a firmar delante de ustedes y la dejaré
para que sea agregada al acta. ¿Puede ser?
Sr. Guinle.— Sí, cómo no.
Sr. Massoni.— Pido la palabra
Sr. Guinle.— Tiene la palabra el señor senador Massoni.
Sr. Massoni.— No sé si corresponde, porque se está ofreciendo una opinión escrita
que posiblemente no tenga nada que ver o amplíe lo que se ha manifestado
personalmente; por lo tanto, creo que es inconveniente su agregación.
Nada más.
Sr. Guinle.— Doctor Massoni: le voy a dar mi opinión. En realidad, yo creo que se
va a resguardar la bilateralidad a partir de que todos vamos a tomar nota de todo lo
que se agregue; es decir, va a haber control por parte de todos.
Creo que hemos sido lo suficientemente flexibles para escuchar algunas cosas
que poco tenían que ver con la cuestión real, porque inclusive se ha intentado hasta
interpretar los dichos del testigo y hemos dejado que todos pregunten y hablen.
Entonces, nos manejamos con la mayor amplitud posible tratando de que, en
definitiva, cada uno diga lo que desee. Obviamente habrá un control de cada uno de
nosotros de absolutamente todas las argumentaciones que se agreguen y que sean
materia y constancia del expediente.
Sr. Massoni.— Está bien, lo acepto.
Sr. Guinle.— Gracias, señor senador.
Sr. Balladini.— También dejo una copia del Estatuto de la entidad también, y acabo
de firmar.
— El doctor Balladini entrega material escrito a la secretaria
de la comisión, Valeria Loira, y se retira del salón.
Sr. Guinle.— Gracias, doctor Balladini.
Vamos a hacer pasar a la doctora Alegre, quien debe retirarse temprano para
no perder un vuelo.
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— Ingresa al salón la doctora Patricia Alegre, presidenta del
Colegio de Abogados de Villa Mercedes, y ocupa el lugar
reservado para los declarantes.
Sr. Guinle.— Tenemos entendido que tiene un problema de horario con un vuelo.
Sra. Alegre.— Tengo que llegar temprano. Gracias por la deferencia.
Sr. Guinle.— No, por favor.
Inicialmente le vamos a hacer las preguntas que ha formulado por escrito la
señora senadora Negre, la primera de las cuales se refiere a las generales de la ley. Si
bien obviamente los testigos no prestan juramento sino que han sido invitados a
declarar, creo que cuando se pregunta por las generales de la ley en realidad se está
preguntando por sus datos, los cuales ya ha acreditado en la mesa de la comisión, y
si tiene interés en este juicio.
Sra. Alegre.— No tengo interés en el resultado de este juicio.
Sr. Guinle.— Seguimos con la pregunta siguiente.
¿Ha participado del proceso de acuerdos y saneamiento del Poder Judicial de
la provincia de San Luis?
Sra. Alegre.— No sé a qué se refiere la pregunta con respecto a acuerdos y
saneamientos; es muy abarcativa de muchos conceptos.
He participado concretamente, junto a la Federación Argentina del Colegio de
Abogados y al Colegio de Abogados de la Ciudad de San Luis — yo represento al
Colegio de Abogados de Villa Mercedes— en una reunión con el señor gobernador
de la provincia, en la cual le manifestamos la necesidad imperiosa de retomar la
colegiación legal en la provincia de San Luis, conjuntamente con el Gobierno, de la
matrícula a cargo de los colegios de abogados de ambas circunscripciones judiciales.
Esa fue la problemática que le planteamos al señor gobernador. Y,
concretamente, en esa reunión el señor gobernador se manifestó favorable a nuestras
propuestas.
De alguna manera esta fue una exigencia de los colegios de abogados, porque
durante diez años los colegios de abogados de ambas circunscripciones lucharon por
esta desintegración de los colegios de abogados.
Concretamente esa es la participación.
En cuanto al saneamiento del Poder Judicial, no sé a qué se refiere
concretamente la pregunta.
Sr. Guinle.— Le aclaro que la tesitura ha sido leer las preguntas tal cual han sido
formuladas, obviamente entendiendo que los testigos, sobre todo al ser calificados,
al ser abogados, van a poder adecuar su pregunta y, obviamente, no se puede hacer
una corrección a la formulación por parte de esta mesa.
¿Sabe qué medidas se están tomando para superar la crisis judicial en la
provincia de San Luis?
Sra. Alegre.— Concretamente, el mismo día que tuvimos la reunión con el señor
gobernador, la Federación Argentina del Colegio de Abogados le solicitó que se
autolimitara, dada la renuncia de cuatro miembros del Superior Tribunal de Justicia
de la provincia — el cual está integrado por cinco miembros constitucionalmente—.
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Hasta ese entonces habían renunciado cuatro miembros del Superior Tribunal de
Justicia y uno solo se mantenía en el cargo.
Frente a esto y a que la Constitución provincial prevé la designación
directamente por parte del Ejecutivo provincial de los miembros del Superior
Tribunal de Justicia con acuerdo del Senado, teniendo claro que el Senado de la
provincia tiene nueve miembros con posición mayoritaria del partido político del
señor gobernador, la Federación Argentina de Colegios de Abogados, en esa misma
reunión, le solicitó que dictara un decreto por el cual se autolimitara en la
designación solicitando, de alguna manera, la participación ciudadana en las
denominadas audiencias públicas que fueron instaladas a nivel nacional.
Bueno, el gobernador no dictó ese decreto y el Poder Legislativo creó
conveniente dictar una ley que limitara al Ejecutivo provincial. O sea que las
facultades constitucionales se limitaron con una ley provincial, con lo cual nosotros
no estuvimos de acuerdo, porque considerábamos que tenía que ser una limitación
del mismo poder que tenía esas facultades constitucionales. No obstante ello, sí se
limitó y, a través de esa ley, se ha puesto en marcha el proceso de designación de
miembros del Superior Tribunal de Justicia.
Actualmente hay dos nominaciones, las cuales han pasado la etapa de apoyos
u oposición.
Los pliegos están en el Senado de la provincia.
No reconozco ni conozco otra medida con respecto a la proyección de la
provincia de superar la crisis por la cual está atravesando el Poder Judicial.
Por lo contrario, hay dos leyes que, de alguna manera, fueron ingresadas al
Poder Legislativo de la provincia. Una de ellas es la denominada ley de Jurado de
Enjuiciamiento, la cual tiene media sanción de Cámara de Diputados, lo cual
consideramos que no reúne para nada las garantías constitucionales ni respeta la
Constitución provincial. Es una latente imagen de la ley de Jurado de
Enjuiciamiento anterior, con lo cual de alguna manera se vulneran normas
constitucionales.
Otra de las leyes que tiene media sanción, como sostenimiento de esto, es la
del Consejo de la Magistratura, que tiene media sanción de la Cámara de Diputados
también. Y consideramos que de ninguna manera “transparentiza” el proceso de
designación de jueces en la provincia.
Nosotros, concretamente, el Colegio de Abogados de Villa Mercedes,
elevamos una propuesta desde el entendimiento de que los abogados debemos
colaborar institucionalmente, y debemos ser quienes tengamos garantizada opinión
sobre el proceso de creación de leyes. Concretamente, Jurado de Enjuiciamiento y
Consejo de la Magistratura. Porque tenemos participación en la Constitución de la
provincia y creemos que somos las personas que institucionalmente debemos opinar
en el proceso.
El Colegio de Abogados de Villa Mercedes presentó un proyecto en la
Cámara de Diputados. Actualmente lo hemos presentado en la Cámara de
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Senadores, en tanto ha avanzado esa ley con media sanción, y no hemos tenido
respuesta.
Sr. Guinle. — ¿En qué reuniones tendientes a solucionar la crisis del Poder Judicial
provincial ha participado?
Sra. Negre de Alonso. — El 1.6 ya lo explicó la doctora.
Sr. Guinle. — Yo tengo 2.6, 2.7. y, obviamente, el 2.8. ¿Se llegó a algún acuerdo de
todos estos sectores reunidos tendientes a superar la crisis judicial de la provincia de
San Luis?
Sra. Negre de Alonso. — Desisto. Si usted me da la palabra, reformulo.
Sr. Guinle. — ¿Va a reformular alguna de las preguntas, senadora?
Sra. Negre de Alonso. — Sí, gracias, presidente.
Doctora: usted dijo que había dos propuestas que no habían recibido
objeciones para el Superior Tribunal. ¿Alguna de ellas tuvo un apoyo del Colegio de
Abogados de Villa Mercedes?
Sra. Alegre. — Sí, concretamente nos expedimos porque creíamos que era nuestra
obligación, en tanto uno de los nominados para el Superior Tribunal de Justicia es
colega y asociado de nuestro Colegio, y fue una nota de apoyo al mismo, por sus
características profesionales, antecedentes personales y demás.
Sra. Negre de Alonso. — Gracias.
Otra preguntita más. Usted habló recién de una propuesta que han hecho de
ley del Consejo de la Magistratura, que efectivamente acá está, y que no han tenido
respuesta. La reunión con el senador provincial —corríjame si estoy equivocada—,
¿no fue este viernes pasado?
Sra. Alegre. — Sí, fue este viernes pasado, pero quedaba en estudio.
Sra. Negre de Alonso. — Está bien, pero fueron recibidos por el senador provincial,
donde ustedes presentaron esta propuesta de proyecto.
Sra. Alegre. — Sí, fuimos recibidos. De todas maneras, nosotros el proyecto lo
ingresamos en Cámara de Diputados con anterioridad a la media sanción, y en
Cámara de Diputados no tuvimos ningún tipo de recepción. Por el contrario, se votó
el proyecto de la Comisión, despacho por mayoría, que en definitiva mantiene
algunos aspectos que nosotros consideramos que en la ley no tienen que existir.
Como por ejemplo reválidas para los jueces, dado que hay otro instituto que lo
sostiene; ternas vinculantes para la designación del Poder Ejecutivo. Análisis de la
ley, concretamente, del Consejo de la Magistratura.
Sra. Negre de Alonso. — ¿Eso es lo que han planteado este viernes en el Senado de
la provincia?
Sra. Alegre. — Volvimos a reingresar el proyecto que ya habíamos ingresado en
Diputados.
Sra. Negre de Alonso. — Otra pregunta más. ¿Para cuándo está fijada o cómo está
el proceso? Usted dijo recién que hay dos postulaciones que no tuvieron
observaciones de miembros del Superior Tribunal y que ya están en el Senado.
¿Tienen fijado proceso de audiencia pública?
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Sra. Alegre. — Sí, tienen fijada una audiencia pública en el Senado de la provincia
para el día 29 de junio del corriente año.
Sra. Negre de Alonso. — A contrario sensu, como los miembros son tres y una
camarista que está propuesta para ocupar el cargo de procuradora, ¿el Colegio de
Abogados de Villa Mercedes ha realizado o ha recibido algún pedido de
impugnación o ha realizado alguna objeción, aparte del apoyo en este proceso?
Sra. Alegre. — No hemos recepcionado, nosotros como institución, ningún pedido
de impugnación ni ningún pedido de apoyo. Creemos que nosotros no tenemos que
expedirnos, inclusive, porque podríamos recepcionarlo de algún asociado
únicamente de nuestra institución. Sí lo recibimos del doctor Rubio, porque es
asociado nuestro. Los otros tres no son asociados.
Sr. Guinle. — ¿Me perdona senadora? Continuamos con la pregunta de la Comisión
y luego le permitimos ampliar, ¿sí?
Sra. Negre de Alonso. — Ah, no, está bien, porque eran estas nada más las mías.
Yo las había reducido. Como eran muchas...
Sr. Guinle. — ¿Ya está terminando?
Sra. Negre de Alonso. — No, no estoy terminando. Pero en realidad había
presentado muchas —como cuarenta—, y las he reducido; las demás las descartaba.
Por eso...
Sr. Guinle. — Las que reformule, con todo gusto.
Sra. Negre de Alonso. —Bueno, sigamos. Entonces voy desistiendo a medida que
usted vaya... ¿Le parece mejor?
Sr. Guinle. — Me parece bien.
Sra. Negre de Alonso. — Perfecto.
Sr. Guinle. — Yo terminé con las que tenía acá realizadas con la doctora. ¿Tiene
usted más allí?
Sra. Negre de Alonso. — Yo presenté, sí, un pliego amplísimo.
Sr. Guinle. — ¿Está reformulando ese pliego? Porque en realidad acá están las
preguntas que fueron admitidas.
Sra. Negre de Alonso. — Bueno, eso no lo tengo. Perfecto. Entonces, cuando usted
me dé la palabra yo amplío.
Sr. Guinle. — Con todo gusto.
Hay una pregunta del doctor Agúndez, también formulada por escrito, pero
en realidad creo que ha sido ya contestada: “Para que declare ante esta Comisión
acerca de la crisis judicial de la provincia de San Luis, atento el carácter público de
las instituciones que representan y en la incumbencia directa que tiene con el
servicio de justicia”. ¿Algo más quiere agregar sobre esto?
Sra. Alegre. — Concretamente, nosotros, en la segunda circunscripción judicial, la
cual es sede de nuestro Colegio de Abogados, venimos sosteniendo en diferentes
comunicados —los cuales he traído para acercárselos a la Comisión, si ustedes lo
recepcionan en esta audiencia—, acuerdo al quehacer diario del ejercicio profesional
y del servicio de justicia —si se puede llamar servicio—.
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Desde este lugar, nosotros tenemos en cuenta las vacancias que se han
producido, la morosidad en el trámite de algunas causas y resoluciones pendientes;
hay procesos abiertos con sentencias pendientes de hace más de dos años, juzgados
con vacancias. Actualmente se han designado algunos jueces provisorios y algunos
secretarios provisorios por el Superior Tribunal de Justicia subrogante. Pero,
concretamente, nosotros entendemos que la crisis es abarcativa, fundamentalmente y
más latente, en la morosidad de los procesos judiciales. Justamente esto se ve por la
cantidad de vacancias que existen en la segunda circunscripción al menos.
Sr. Guinle. — ¿Reconoce y ratifica el pronunciamiento del directorio del Colegio
de Abogados de Villa Mercedes de fecha 22 de abril de 2005 que en este acto se le
exhibe?
— Se le exhibe un escrito.
Sra. Alegre. — Sí, ratifico el contenido y las firmas del mismo. Y lo tengo acá para
acompañárselos en este acto.
Sr. Guinle. — Se lo vamos a recibir al finalizar la audiencia.
¿Existe alguna diferencia con lo que sucedió entre los años 1995 y fines de
2004?
Sra. Alegre. — ¿Diferencia en qué sentido? No le entiendo la pregunta.
Sr. Guinle. — En realidad, si existe alguna diferencia entre la situación del Poder
Judicial en 1995, y la que se suscita a fines de 2004. ¿Son similares las situaciones?
Sra. Alegre. — Las situaciones fácticas y de ejercicio profesional son similares.
Hay algunas situaciones institucionales agravadas. Concretamente, este
agravamiento se produce por algunos miembros del Poder Judicial sospechados.
Hay una causa abierta en este sentido, que es la denuncia de la fiscal de la segunda
circunscripción de la provincia de San Luis, que es la fiscal Gretel Diamante.
También, con este manejo que se ha hecho del Jurado de Enjuiciamiento, que
es uno de los pilares fundamentales de la justicia, en función del proceso de
remoción de jueces.
Hay causas abiertas desde hace cinco años que todavía no tienen una
resolución. Con lo cual, se coloca en un estado de incertidumbre absoluto tanto al
funcionario que está observado como al ciudadano o al colega que hizo la denuncia.
Y esto demuestra que la institución Jurado de Enjuiciamiento no funciona.
Con respecto al Consejo de la Magistratura, que es el órgano de designación
de miembros del Poder Judicial, concretamente, entendemos que todos los llamados
tienen algunas irregularidades en cuanto a que terminan siendo ternas no vinculantes
para el Poder Ejecutivo.
Justamente son esos los ítems que nosotros planteamos en el proyecto de
modificación de la Ley del Consejo de la Magistratura. Y obviamente, los colegas
no se presentan a los llamados a concursos, en tanto hay un descreimiento absoluto
de la justicia en la provincia de San Luis.
Sr. Guinle. - ¿Puede informarnos los motivos por los cuales se disolvieron los
Colegios de Abogados de la provincia de San Luis en el año 1997 y de qué forma se
tomó tal decisión?
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Sra. Alegre. - Los motivos por los cuales se disuelven son netamente de corte
político.
Se disuelven a través de un proceso de leyes.
En el 97 o en el 98 una catarata de leyes son designadas inconstitucionales
por el Superior Tribunal de Justicia. Y una nueva constitución de ese Tribunal
deroga estas acordadas donde se reconocen como inconstitucionales y, de alguna
manera, después se ponen en vigencia nuevamente.
En realidad, el proceso de desintegración de los Colegios de Abogados
deviene de una posición absolutamente política de la provincia, desintegrando los
Colegios y atomizando, formando asociaciones que debían cubrir un mínimo de
treinta colegiados. Pero en la práctica nunca se pusieron en vigencia.
Eso fue en el año 1997.
Sr. Guinle. - La pregunta siguiente creo que está contestada, porque es acerca de si
consideraba que esta medida violaba alguna disposición constitucional provincial.
Sra. Alegre. - Por supuesto. Justamente, en los dos pilares que acabo de mencionar,
que son el Jurado de Enjuiciamiento y el Consejo de la Magistratura, sin perjuicio
del reconocimiento, como institución, del Colegio de Abogados.
Sr. Guinle. - ¿Considera que afecta garantías constitucionales una ley que dispone
que los jueces deben someterse a un examen de idoneidad cada cuatro años ante una
Comisión de Evaluación Técnica?
Sra. Alegre. - Nosotros institucionalmente tenemos la posición marcada de que esa
ley es absolutamente inconstitucional. Para eso existe el proceso de remoción de
jueces designado por la Constitución de la provincia de San Luis, que es a través del
Jurado de Enjuiciamiento.
Sobre eso es, justamente, el proyecto que nosotros habíamos ingresado en el
Poder Legislativo como modificatorio del anterior.
Sr. Guinle. - ¿Considera que la reducción de los salarios de los magistrados
judiciales afecta alguna garantía constitucional?
Sra. Alegre. - Sí, absolutamente: la intangibilidad de los salarios de los magistrados.
Inclusive, con respecto a eso en su momento se plantearon, por parte de la mayoría
de los magistrados y funcionarios de la justicia de la provincia, recursos de amparo
en contra de la provincia.
Sr. Guinle. - La pregunta número ocho está contestada con esta respuesta.
En caso afirmativo, ¿se dictó alguna medida tendiente a frenar las demandas?
Sra. Alegre. - Sí, concretamente se dictó una ley en la cual se disponía la
imposibilidad de iniciar juicios en contra del gobierno de la provincia y amparos y
medidas cautelares en contra de los órganos estatales, órganos centralizados y
descentralizados de la provincia.
Sr. Guinle. - ¿Considera que la reelección indefinida del presidente del Superior
Tribunal de Justicia viola la disposición constitucional, teniendo en cuenta que el
artículo 206 de la Constitución de San Luis dice que para el cargo de presidente del
Superior Tribunal se turnan anualmente entre sus miembros, comenzando por el de
mayor edad?
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Sra. Alegre. - Sí, absolutamente; es inconstitucional. Es una práctica de la provincia
de San Luis en donde se dictan leyes que reglamentan la Constitución de la
provincia.
Es un avance legislativo sobre la Constitución de la provincia, por lo cual
consideramos absolutamente inconstitucionales este tipo de leyes como la que
acaban de mencionar.
Sra. Fernández de Kirchner. - Me pareció escuchar que se sancionó una ley que
prohibía demandar a la provincia. ¿Es así?
Sra. Alegre. - Se prohibía hacer recursos de amparo y medidas cautelares contra la
provincia. Está en el Digesto. Es la ley provincial 5.054.
Sr. Guinle. - La siguiente pregunta creo que también está contestada; es sobre la
caducidad de los mandatos de los miembros del Tribunal de Enjuiciamiento y
sustrae de su conocimiento las causas y denuncias en trámite: si ese procedimiento
viola alguna garantía de raigambre constitucional o estipulada en los tratados
internacionales.
Sra. Alegre. - Sí, absolutamente. El período de caducidad reglamenta la
Constitución de la provincia nuevamente.
Sr. Guinle. - ¿Conoce si se dictó alguna ley de esta naturaleza en la provincia San
Luis?
Sra. Alegre. - Sí, la ley de prescripción de las causas del Jurado de Enjuiciamiento.
También se encuentra en el Digesto de la provincia de San Luis.
Sr. Guinle. - En caso afirmativo, ¿conoce algún caso que haya sido juzgado por ese
Jurado? Y de ser así, ¿puede decirnos cuanto sepa al respecto?
Sra. Alegre. - Concretamente, en este momento no me acuerdo de ningún caso
como para hacer referencia a alguno en concreto.
Sr. Guinle. - ¿Conoce sobre la presunta existencia de renuncias anticipadas, por
parte de los jueces, a requerimiento de funcionarios del Poder Ejecutivo provincial?
En su caso, ¿cómo le consta?
Sra. Alegre. - Lo conozco a través de los medios periodísticos.
Como hice referencia recientemente, conocemos la denuncia de la fiscal de la
Segunda Circunscripción de la provincia de San Luis, Gretel Diamante, de que un
ministro del Poder Ejecutivo de la provincia recepciona renuncias anticipadas a las
designaciones de los cargos de los miembros del Poder Judicial.
O sea, por comunicaciones públicas.
Sr. Guinle. - Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. - Doctora: ¿me puede decir si el Superior Tribunal de
Justicia se encuentra actualmente integrado por jueces subrogantes?
Sra. Alegre. - Sí; en la actualidad, sí.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Me puede decir si el Superior Tribunal de Justicia,
integrado por jueces subrogantes, en uso de las facultades del artículo 214, inciso 6°
de la Constitución, ha procedido a designar provisoriamente jueces, defensores,
secretarios, defensores de pobres y encausados, defensores de menores?
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Sra. Alegre. - Concretamente, recién hice referencia a este punto. El Superior
Tribunal de Justicia subrogante ha designado, en la Segunda Circunscripción, jueces
provisorios del Juzgado de Paz Letrado y del Juzgado de Familia y secretarios
provisorios, también del Juzgado de Familia.
Sra. Negre de Alonso. - ¿El Tribunal Superior subrogante ha procedido a conformar
el cuerpo profesional auxiliar del Juzgado de Familia y Menores?
Sra. Alegre. - Sí, lo ha integrado hace aproximadamente una semana, a través de
una acordada.
Sra. Negre de Alonso. - ¿El Colegio de Abogados de Villa Mercedes ha promovido
actualmente -aparte del antecedente que va desde hace diez años, aproximadamentealguna denuncia por morosidad a los jueces de la Segunda Circunscripción?
Sra. Alegre. - Nosotros no hemos hecho concretamente denuncias a los miembros
del Poder Judicial. Sí hemos estado, de alguna manera, dictando comunicados.
El Colegio de Abogados, al menos desde que he asumido en mi gestión desde agosto de 2004 hasta la fecha-, en cada uno de los comunicados ha hecho
referencia a la morosidad de las resoluciones de las causas judiciales.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Tiene conocimiento de que haya suscripto el gremio que
representa a los empleados del Poder Judicial un acuerdo con el Superior Tribunal
por el que el Superior Tribunal subrogante le haya dado un aumento de sueldo?
Sra. Alegre. - Concretamente, los empleados judiciales en la Primera
Circunscripción están representados por tres instituciones diferentes. En la Segunda
Circunscripción, a la cual pertenezco, hay un sólo gremio, que es el SIJUPU, el cual
representa a la totalidad de los empleados judiciales. Y sí, ha suscripto un acuerdo
con el Superior Tribunal de Justicia, provisorio, con un aumento salarial.
Ellos tenían trece puntos de petición -si quieren se los hago llegar-, de los
cuales únicamente han suscripto el aumento de salario hasta tanto se integre el
Superior Tribunal de Justicia definitivo.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Han levantado la huelga?
Sra. Alegre. - Sí. En los meses de marzo y abril de 2005 hemos tenido de cuarenta
días hábiles, aproximadamente, veinticinco de paro judicial absoluto, con suspensión
de términos. Lo cual ha paralizado a la justicia de la Segunda Circunscripción dos
meses aproximadamente. Pero en la actualidad se ha levantado el paro por este
acuerdo provisorio.
Sra. Negre de Alonso. - Recién usted mencionó un comunicado, que tiene varios
puntos, algunos de los cuales ya contestó.
Hay exactamente trece cargos sobre los veintiuno -a los que ustedes hacen
referencia- que han sido llamados a concurso.
¿Reconocen ustedes que se está tratando de normalizar y de cubrir las
vacantes?
Sra. Alegre. - Reconocemos que hay llamados a concurso, algunos de los cuales
devienen en abstractos porque no hay inscriptos suficientes. Inclusive, la semana
pasada se ha cubierto al menos el llamado a concurso con tres miembros para que
puedan, después, rendir su oposición y demás para ser designados.
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Sra. Negre de Alonso. - ¿Ustedes están representados en el Consejo de la
Magistratura? ¿Hay un abogado de la Segunda Circunscripción judicial?
Sra. Alegre. - Sí. Hay un abogado que representa a la Segunda Circunscripción y
hay uno que representa a la Primera Circunscripción judicial de la provincia. No
como Colegio de Abogados.
Sra. Negre de Alonso. - ¿El que representa a la Segunda Circunscripción es un ex
presidente del Colegio de Abogados?
Sra. Alegre. - Sí.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Es integrante de la Comisión Directiva de FACA?
Sra. Alegre. - Sí, es el doctor Osvaldo Batallar.
Sra. Negre de Alonso. - Las leyes que usted mencionó que considera
inconstitucionales, ¿están actualmente derogadas?
Sra. Alegre. - No.
Sra. Negre de Alonso. - ¿La 5.054 no?
Sra. Alegre. - Sí, esa ley está derogada. Pero no todas las que he mencionado. Hice
referencia a varias leyes.
Sra. Negre de Alonso. - Las del Consejo y las del Jurado, que ustedes están
haciendo una moción distinta...
Sra. Alegre. - Las del Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento no
están derogadas. Tienen tratamiento parlamentario y cuentan con sanción de la
Cámara de Diputados. Y con respecto a la del Jurado de Enjuiciamiento, hay un
entendimiento de que fue votada sin quórum. O sea que no sé si decirle que tiene
sanción. Ambos proyectos están en la Cámara de Senadores.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Eso motivó la reunión del día viernes?
Sra. Alegre. - Concretamente, la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado
de la provincia nos invitó a concurrir a una audiencia con ellos a los fines de rever
las leyes de Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento. Las hemos
tratado y les manifestamos nuestra inquietud para que sean revisadas y no sean
sancionadas por la Cámara alta, y que se adecuen a la Constitución provincial.
Sra. Negre de Alonso. - Usted habló de supuestas renuncias anticipadas. ¿Tiene
conocimiento de si esto está siendo investigado por la justicia?
Sra. Alegre. - Sí, está siendo investigado por la justicia federal en la provincia San
Luis.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Tiene conocimiento de que se hayan dictado resoluciones
por parte del Jurado de Enjuiciamiento últimamente?
Sra. Alegre. - Sí, se han dictado resoluciones y vistas de causa a las partes
interesadas.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Qué opina, como presidente del Colegio de Abogados, de
que los jueces abonen el Impuesto a las Ganancias?
Sra. Alegre. - No tenemos una posición institucional con respecto a eso.
Sra. Negre de Alonso. - ¿Recuerda usted si la ley 5.054 tuvo correlación con una
ley nacional cuando fue dictada?
Sra. Alegre. - Sí; concretamente, sí.
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Sr. Guinle. - ¿Algún otro señor senador quiere formular alguna pregunta?
Gracias, doctora, muy amable.
Sra. Alegre. - Gracias a ustedes.
Les acompaño las actas de los comunicados del Colegio de Abogados.
- Se retira la señora Patricia Alegre.
Sr. Guinle. - Se han recibido dos comunicaciones excusando las presencias de la
doctora Rocha y el señor Sergio Freixes.
Por Secretaria, y previo a recibir al doctor Víctor Abramovich, se va a dar
lectura a las dos presentaciones que excusan...
Sra. Fernández de Kirchner. - Hoy a las 15 horas se presentó a la comisión el
senador Agúndez, quien integra el Jurado de Enjuiciamiento que en este momento
está funcionando por el caso del doctor Galeano. Y dijo que hoy no podía estar
presente aquí, justamente por eso.
Pidió que se aclarara esto porque él era, precisamente, quien había presentado
el proyecto de intervención al Poder Judicial de la provincia de San Luis. Así que
cumplo con lo que solicitara oportunamente el senador.
Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. - Quiero decir que se quede tranquilo el senador Agúndez,
porque está muy bien representado por el senador Sanz, quien también pidió la
intervención al Poder Judicial de la provincia de San Luis.
Sr. Sanz. - Gracias, senadora.
Sr. Guinle. - Por Secretaria se leerán las dos presentaciones.
Sra. Secretaria. - (Lee:)
[Incorporar texto]
— Finalizada la lectura:
Sr. Guinle. — Luego de la lectura de esas dos presentaciones, hacemos ingresar al
doctor Víctor Abramovich.
— Así se hace.
Sr. Guinle. — Doctor Abramovich: vamos inicialmente a hacerle las preguntas que
por escrito arrimó a esta mesa el senador Jorge Agúndez: Si conoce acerca de la
crisis del Poder Judicial de San Luis. En caso afirmativo, cómo lo conoce y si sabe
cuáles son las causas que han llevado a esta situación.
Sr. Abramovich. — Bueno, sí, el Centro de Estudios Legales y Sociales tomó
conocimiento de la situación en San Luis ya desde los primeros hechos vinculados
con la reducción de salarios de magistrados en el año 95 en adelante. Nosotros
hicimos sucesivos informes sobre la situación en nuestro informe anual del año
2002, 2003, 2004 y en el reciente informe del año 2005 que hemos enviado a la
Comisión.
Al mismo tiempo, también presentamos ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos una denuncia por violación de garantías judiciales ante la
destitución, que consideramos ilegítima e ilegal, de tres juezas: Gallo, Ana María
Careaga y Silvia Maluf de Christin.
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Ese es nuestro conocimiento de la situación. Si quiere, puedo profundizar
sobre algunos de estos hechos.
Sr. Guinle. — Seguramente en las preguntas, doctor. Si conoce cuál es la relación
entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo en la provincia de San Luis.
Sr. Abramovich. — Básicamente, lo que nosotros planteamos, tanto en nuestros
informes como en las denuncias a la Comisión, era la falta de independencia e
imparcialidad del Poder Judicial y la actitud de manipulación por parte del poder
político de la justicia de San Luis, a partir de una serie de hechos que ahí
denunciábamos. No sólo mediante la actuación del Poder Ejecutivo sino también
mediante una serie de leyes que fueron dictadas por la Legislatura provincial.
Sr. Guinle. — La primera pregunta que ha redactado la subcomisión está contestada
sobradamente. Funde con mayor precisión por qué en el informe elaborado por el
CELS se sostiene que la ley 5093 —actual 5523— de autonomía judicial, en
definitiva, menoscaba la independencia del Poder Judicial de la provincia de San
Luis.
Sr. Abramovich. — No recuerdo por el número la ley, creo que se está refiriendo a
la ley de autonomía financiera...
Sr. Guinle. — Efectivamente.
Sr. Abramovich. — Nosotros lo que planteamos en el informe era que, más allá de
la sanción de la ley, el procedimiento de asignación de presupuesto al Poder
Judicial, que dependía fundamentalmente de asignaciones mensuales por parte del
Poder Ejecutivo, era una forma de retención del control de las asignaciones
presupuestarias y no era una auténtica ley de autarquía financiera.
Sr. Guinle. — Relate en qué forma y con qué elementos trabajó el CELS para
elaborar el informe sobre la situación de la justicia en la provincia de San Luis.
Sr. Abramovich. — La mayoría de la información que nosotros volcamos en el
informe tiene que ver con información que relevamos en el marco de los procesos
judiciales en los cuales participamos en la defensa de las juezas destituidas, acceso a
esos procedimientos judiciales ante los tribunales locales y también entrevistas con
actores locales e informantes en la provincia. Esa es básicamente nuestra fuente de
información.
Sr. Guinle. — ¿Considera que afecta garantías constitucionales una ley que dispone
que los jueces deben someterse a un examen de idoneidad cada cuatro años ante una
comisión de evaluación técnica?
Sr. Abramovich. — Nosotros planteamos que la forma en que está presentada esa
evaluación técnica puede ser utilizada como una nueva causal de destitución, sin las
garantías adecuadas para la destitución de magistrados.
En ese sentido, si bien no estamos en contra de procedimientos de evaluación,
y mucho menos de capacitación del Poder Judicial, hacíamos alusión a esa ley en
concreto de la provincia como un posible instrumento para la remoción de
magistrados, sin las garantías de debido proceso adecuado.
Sr. Guinle. — ¿Considera que la reducción de los salarios de los magistrados
judiciales afecta alguna garantía constitucional?
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Sr. Abramovich. — Sin duda creo que la reducción de salarios en la provincia de
San Luis en el año 95, a partir de la ley 5062 y luego la 5067, afectaba la garantía de
intangibilidad de las remuneraciones de los jueces. Este creo que fue el principio del
conflicto judicial en la provincia.
Si uno ve las sucesivas leyes que se fueron dictando, precisamente apuntaron
a bloquear la posibilidad de que los propios magistrados demandaran ante los
tribunales de la provincia la restitución de sus haberes.
Luego de la sanción de esa ley —5062—, se modifica el sistema de
apelaciones de medidas cautelares en el marco de la ley de amparo, para impedir que
las medidas cautelares que obtenían los jueces tuvieran efecto directo y poder seguir
haciendo las deducciones.
Con posterioridad también se modifica el sistema de designación de
conjueces. Esto era un tema central en el trámite judicial por los amparos. Porque,
precisamente, entre los jueces recusados y los que se excusaban, eran conjueces los
que en definitiva iban a resolver la cuestión. Se dicta una ley específica para
modificar el sistema de conjueces.
Luego, en febrero del 96 se dicta una ley que suspende la ejecución de
sentencias contra el Estado. Y al mismo tiempo se establece la caducidad de
derechos en demandas contra el Estado cuando transcurrieran cinco años de la
promoción de la demanda. Esto también está pensado, más allá del efecto en otros
casos, para las causas iniciadas por los magistrados. Porque bastaba con que el
Superior Tribunal no decidiera las causas, para poder luego invocarse la caducidad
de derechos.
Finalmente, ya para que no quedara duda de cuál era la pretensión de la
Legislatura y del Poder Ejecutivo en ese entonces, se dicta una ley donde se declara
la improcedencia de medidas cautelares contra el Estado.
Al mismo tiempo, a fines del año 96 y 97 se producen maniobras que
nosotros consideramos, en nuestros informes, de ahogo financiero sobre el Poder
Judicial. Porque el Poder Ejecutivo solamente envía el presupuesto del Poder
Judicial para pagar los sueldos con el descuento que había hecho la ley, sin
considerar el efecto de las medidas cautelares. Como el Superior Tribunal venía
distribuyendo y pagando sueldos de acuerdo a las decisiones de las medidas
cautelares se queda sin presupuesto, y esto es parte de las maniobras de presión
sobre el Poder Judicial entonces.
La presión política que también se hace en ese momento origina también la
renuncia de cuatro de los magistrados del Superior Tribunal. O sea, para plantear un
poco el proceso: no es la ley en sí solamente sino el proceso que se origina a partir
del conflicto entre el poder político y el poder judicial a raíz de la reducción de
salarios, lo que consideramos que es la raíz del problema de funcionamiento de la
administración de justicia en San Luis y que es lo que nosotros denunciamos en los
informes.
Sr. Guinle. — ¿Considera que la reelección indefinida del presidente del Superior
Tribunal de Justicia viola la disposición constitucional del artículo 206 de la
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Constitución de San Luis? Dicho artículo dice: “El cargo de presidente del Superior
Tribunal se turna anualmente entre sus miembros comenzando por el de mayor
edad”.
Sr. Abramovich. — Esa reforma se estableció en la ley 5106 de mayo del 97, que
es una nueva ley orgánica. Básicamente lo que se establece es la posibilidad de
reelección indefinida del presidente, y consideramos que es contrario a la
Constitución de San Luis.
Hay que considerar que el de presidente del Superior Tribunal es un cargo
muy importante, porque también es el que preside el Jurado de Enjuiciamiento, y
esta ley se sanciona en mayo del 97, cuando se estaban preparando los procesos
para la destitución de algunos de los magistrados a los que hacía referencia con
anterioridad.
Sr. Guinle. — ¿Considera que una ley que dispone la caducidad de los mandatos de
los miembros del Tribunal de Enjuiciamiento y le sustrae de su conocimiento las
causas y denuncias en trámite viola alguna garantía de raigambre constitucional?
Sr. Abramovich. — Nosotros lo que planteamos en las causas, es que la ley 5102,
que es la ley que genera este efecto sobre el Jurado de Enjuiciamiento, viola la
garantía de juez natural. Porque lo que está haciendo es impedir a los jueces que
habían intervenido en la tramitación de la acusación seguir con el proceso. O sea,
establece la posibilidad de que un nuevo Jurado de Enjuiciamiento intervenga en
causas que ya estaban en curso, y por lo tanto consideramos que viola la garantía de
juez natural y así lo planteamos. Y es uno de los temas por los cuales se ha hecho la
denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como violación
de garantías judiciales.
Sr. Guinle. — La siete está contestada.
En caso afirmativo, ¿conoce algún caso que haya sido juzgado por ese
Jurado? De ser así, ¿puede decirnos cuanto sepa al respecto?
Sr. Abramovich. — El caso de la jueza Adriana Gallo tuvo este inconveniente. O
sea, uno de los planteos fue la violación de la garantía de juez natural, por el efecto
de la ley 5102, que estableció la caducidad del Jurado de Enjuiciamiento que venía
actuando con anterioridad.
Ese Jurado de Enjuiciamiento había analizado algunas de las denuncias que
se habían presentado contra ella. Eran dos denuncias por irregularidades
administrativas en causas y, según la información que nosotros tenemos, había ya un
dictamen de ese Jurado de Enjuiciamiento que establecía desechar o rechazar in
limine las denuncias.
De manera que la actuación de un nuevo Jurado de Enjuiciamiento a la luz de
una legislación dictada con posterioridad al hecho por el cual se lo investigaba, tuvo
un efecto directo en el resultado del proceso y nosotros consideramos que violó una
garantía clara que debe regir aún en los procesos de juicio político como en el juez
natural.
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Sr. Guinle.— ¿Conoce, doctor Abramovich, los motivos por los cuales se
disolvieron los colegios de abogados en la provincia de San Luis en el año 1997 y de
qué forma se tomó la resolución?
Sr. Abramovich.— En febrero del año 1997 se publica un comunicado del Colegio
de Abogados de Villa Mercedes y se hace una crítica muy dura del funcionamiento
de la administración de Justicia en San Luis. Se plantea la existencia de un proceso
de manipulación política sobre el Poder Judicial y, al mismo tiempo, se sugiere —
entre otras medidas— la posibilidad de la intervención federal en la provincia.
Algunos jueces y funcionarios adhieren a esa solicitada, no en cuanto a la
intervención federal pero sí en cuanto a la descripción crítica que se hacía del
funcionamiento de la administración del Poder Judicial. Y, en octubre del año 1997,
la Ley 5123 disuelve los colegios de abogados. Este es un tema muy importante
porque, de acuerdo a las previsiones de la Constitución de San Luis, los colegios de
abogados participan, tanto del Consejo de la Magistratura como del Jurado de
Enjuiciamiento, y también de los procedimientos de designación de conjueces, que
claramente eran muy importantes en los procedimientos de amparo que tramitaban
en ese momento.
La disolución de los colegios de abogados, indudablemente, estaba vinculada
con la necesidad de controlar los jurados de enjuiciamiento. Luego de la disolución
de algunos colegios entra a regir un nuevo procedimiento para la integración de los
abogados al Jurado de Enjuiciamiento.
La Constitución de San Luis establece que tiene que haber una representación
de tres abogados en el Jurado de Enjuiciamiento y, con anterioridad, se sorteaban
entre los abogados de la matrícula. La Ley 5102 lo que establece es que los
abogados que van a integrar el Jurado de Enjuiciamiento van a ser designados entre
aquellos abogados que estén designados como conjueces del Poder Judicial.
Paradójicamente, los conjueces abogados son designados por el Poder
Ejecutivo, en algunos casos por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado. Hay
diez conjueces en la Corte y cinco en cada una de las cámaras; y es de esos veinte
abogados conjueces de los cuales se van a tomar los abogados que van a integrar el
Jurado de Enjuiciamiento. Lo cual hace que los colegios profesionales pierdan su
representación en el Jurado de Enjuiciamiento, y este es un paso central para el
control del jurado y para restringir los mecanismos de equilibrio del poder que
básicamente tenía el sistema institucional.
Entonces, la disolución de los colegios es un punto clave en todo el proceso.
Sr. Guinle.— La décima ha sido respondida.
¿Conoce sobre la presunta existencia de renuncias anticipadas por parte de los
jueces a requerimiento de funcionarios del Poder Ejecutivo provincial? En su caso,
¿cómo le consta?
Sr. Abramovich.— No; no tenemos información propia. Lo único que tenemos es
la información que fue publicada en los medios.
Sr. Guinle.— ¿Conoce la situación actual del Poder Judicial de San Luis?
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Sr. Abramovich.— Más allá de que hay detalles que no conocemos, por ejemplo,
sabemos que hay discusiones a nivel de la Legislatura sobre un nuevo proyecto de
ley de Jurado de Enjuiciamiento y que se están discutiendo también reformas al
Consejo de la Magistratura —proyectos que todavía no fueron aprobados—, lo
cierto es que los procedimientos institucionales que nosotros impugnábamos
entonces, básicamente los vinculados con la actuación del Jurado de Enjuiciamiento,
la falta de protección de la intangibilidad de las remuneraciones, los problemas
vinculados con la autonomía financiera y la falta de representación de los colegios
de abogados siguen actualmente vigente; no han sido modificados.
Sr. Guinle.— La número trece también parece contestada en esta respuesta.
Si algún señor senador o señora senadora quiere preguntar puede hacerlo.
Sra. Negre de Alonso.— Pido la palabra.
Sr. Guinle.— Tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso.— Buenas tardes, doctor.
Sr. Abramovich.— Buenas tardes.
Sra. Negre de Alonso.— Creo que escuché que al principio usted dijo que conocía
el tema por las defensas que había hecho a alguna de las jueces sometidas a proceso
sobre el tema de la provincia de San Luis. ¿Dijo eso?
Sr. Abramovich.— Lo que dije es que el CELS, como tal, participó en la defensa
de la jueza Ana María Careaga. Un abogado de la institución, Alberto Bovino,
participó en la defensa de la última jueza cesanteada, que es Silvia Maluf y, en mi
caso particular, como abogado patrociné a las tres en el caso que se tramita ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la OEA.
Sra. Negre de Alonso.— Claro, porque no sé si está notificado de que a la doctora
Careaga se le había declarado la caducidad por inacción de la defensa, que a la
doctora Gallo también se le vencieron los plazos para deducir los recursos.
Sabíamos que usted es el que está patrocinando, pero la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ha pedido informes y se sabe que existe un
abandono de la defensa, de parte de sus profesionales, en el caso de las juezas.
Doctor: usted dijo que había....
Sr. Abramovich.— ¿Le puedo contestar?
Sra. Negre de Alonso.— No; tome nota...
Sr. Guinle.— Perdón, senadora; le va a poder contestar.
Adelante, doctor.
Sr. Abramovich.— Bueno, para que usted tenga una idea, no sé si ha visto el
expediente, pero más de setenta testigos que nosotros presentamos en uno de los
casos fueron desechados. Si esas decisiones fueron tomadas por un Jurado de
Enjuiciamiento que nosotros impugnamos en cuanto a su independencia e
imparcialidad, me parece que no hace falta decir mucho más.
En defensa de la jueza nosotros presentamos, además de los recursos locales,
quejas por denegatorias de los recursos provinciales, recursos extraordinarios
federales que fueron denegados, quejas por denegatorias de recursos extraordinarios
federales denegados y la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos
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Humanos. Y vamos a seguir el caso; no es mi caso, pero los abogados seguirán el
caso hasta la Corte Interamericana.
O sea que no veo en dónde hay negligencia en la defensa.
Sra. Negre de Alonso.— También hay vencimiento de términos.
Doctor: ¿usted ha ido a la provincia de San Luis a hacer un trabajo de campo
como ha hecho el FORES?
Sr. Abramovich.— No he sido yo el que hizo los informes, pero la doctora Andrea
Pochat, el doctor Gastón Chillier, el doctor Alberto Bovino y otros miembros del
CELS han ido a la provincia para la elaboración del informe.
Sra. Negre de Alonso.— A hacer trabajo de campo.
Sr. Abramovich.— Sí; mire, no sé si usted ha leído el informe sobre esta
investigación...
Sra. Negre de Alonso.— Lo he leído completo.
Sr. Abramovich.— Bueno, una parte central es el análisis de las normas legales, y
no se requiere ir a la provincia para saber si una ley que dicta la Legislatura es
constitucional o no.
Sra. Negre de Alonso.— El FORES fue a la provincia, por eso le pregunto si el
CELS fue. El FORES fue e hizo un trabajo de campo.
Sr. Abramovich.— Mire, nosotros fuimos a la provincia a defender los casos que se
tramitaron en la provincia.
Sra. Negre de Alonso.— Muy bien.
Doctor: le hago otra aclaración más. Usted habló de falta de autarquía del
Poder Judicial y dijo que la ley que usted mencionó no garantiza la autarquía del
Poder Judicial; sin embargo, establece el 50 por ciento de la totalidad del Impuesto
Inmobiliario para el Poder Judicial, el 30 por ciento de la totalidad de los impuestos
de sellos, la totalidad de las locaciones y venta de muebles o inmuebles del Poder
Judicial. Y, además, usted tenía conocimiento que cuando se decretó el “corralón”
por parte del ministro Cavallo el Poder Judicial de la provincia de San Luis tenía
tanto superávit que tenía dinero a plazo fijo?
Sr. Abramovich.— No veo qué tiene que ver con el tema de la autarquía. O sea, lo
que habría que preguntar —si hay información directa del Poder Judicial— es cuál
es la situación financiera del Poder Judicial en el día de hoy, si tiene déficit, cómo lo
va a financiar y, por otra parte, lo que hay que investigar es cómo el Poder Ejecutivo
asigna en lo cotidiano, más allá del marco legislativo, las partidas presupuestarias
para el Poder Judicial.
Lo que nosotros planteamos es que el mecanismo de asignación mensual, que
depende de un pedido del Poder Judicial al Poder Ejecutivo para que le libere las
partidas mensualmente, puede ser utilizado como una herramienta más de presión
política sobre el Poder Judicial. Eso es lo que decimos en el informe.
Sra. Negre de Alonso.— Tiene su cuenta propia, es Presupuesto por programa, es
automático y, además, está autorizado a que en el caso de aquellos fondos que no
tienen un destino de plazo fijo por parte de los jueces, el agente financiero del banco
le produzca intereses al Poder Judicial.
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Usted dijo concretamente que no tenía dinero gracias a esta ley que usted
ataca, y yo le digo, doctor, que está mal informado, porque al Poder Judicial de San
Luis el “corralón” le tomó los fondos que, como tenía superávit, tenía a plazo fijo.
Sr. Abramovich.— Yo sugiero que ustedes pidan un informe al Poder Judicial de la
provincia...
Sra. Negre de Alonso.— Está pedido, doctor; no se preocupe.
Sr. Guinle.— ¿Me permite, señora senadora? Le pido que haga la pregunta para que
el testigo responda, porque usted está haciendo afirmaciones...
Sra. Negre de Alonso.— Es que el testigo está afirmando situaciones falsas.
Sr. Guinle.— Se le dará la amplitud necesaria para que haga la pregunta de la
manera que quiera, pero hágala para que luego el testigo pueda deponer.
Sra. Negre de Alonso.— Hemos leído un artículo que salió publicado en el diario
La Nación recientemente en relación a un informe del CELS, entre otros, porque
también está el FORES, dice que los poderes judiciales en crisis, en principio, son
Neuquén, Santiago del Estero, Mendoza, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Tucumán,
Chubut y San Luis. ¿Ratifica eso, doctor?
Sr. Abramovich.— No todas las provincias que aparecen en el diario La Nación
tienen que ver con el informe del CELS, porque el diario La Nación hace
conclusiones sobre la base del informe del CELS, del FORES y de entrevistas con
otras personas que aparecen mencionadas en la nota.
En los informes anuales del CELS hay información sobre muchas de esas
provincias pero no sobre todas las que ustede menciona.
Sra. Negre de Alonso.— El 19 de mayo de 2005, entre comillas, en un informe del
CELS dice que para el CELS lo importante es que el Poder Judicial no tome
decisiones sobre la base de presiones del poder político, una práctica reiterada en los
últimos quince años que generó el desprestigio de la Justicia. La recuperación de la
legitimidad de la Justicia implica el cambio de prácticas por parte de los poderes
políticos, pero también reformas profundas en sistema judicial vinculadas con la
transparencia, la igualdad en el acceso a Justicia, el fortalecimiento de las garantías
judiciales. También es preciso que los propios operadores abandonen prácticas
corporativas que alejan a la Justicia de la sociedad. Y el informe del CELS termina
nombrando a toda esa serie de provincias.
Doctor: ¿qué opina usted de las audiencias públicas?
Sr. Abramovich.— Estamos de acuerdo.
Sra. Negre de Alonso.— ¿Está de acuerdo con el sistema que se ha implementado
en la provincia de San Luis?
Sr. Abramovich.— Estamos de acuerdo, y lo dijimos. Nos pareció un paso positivo
pero insuficiente.
Sra. Negre de Alonso.— ¿Está de acuerdo con el sistema de audiencias públicas, no
únicamente del Superior Tribunal sino también para los tribunales inferiores?
Sr. Abramovich.— También lo planteamos. O sea, la decisión de abrir a una
audiencia pública o a una consulta abierta, como es para los jueces inferiores, nos
parece un paso positivo pero insuficiente.
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Hay problemas muy profundos vinculados con diseño institucional, además
de práctica política en la provincia de San Luis, que creo que son los que deben ser
considerados.
Si el Consejo de la Magistratura no funciona como un auténtico Consejo de la
Magistratura, si el Poder Ejecutivo no se encuentra en cierta medida atado a la terna
que el Consejo le presenta, si al mismo tiempo el Jurado de Enjuiciamiento no
termina de conformarse conforme a la Constitución establece, si no hay protección
de la intangibilidad, pueden ser éstos avances, pero claramente insuficientes y no
van a revertir la situación, que es mucho más profunda.
Sra. Negre de Alonso.— Doctor: usted habló de la ley que no garantizaba la
intangibilidad. ¿Tiene conocimiento de que la ley ha sido derogada?
Sr. Abramovich.— No.
Sra. Negre de Alonso.— Con respecto a las medidas cautelares a las que usted hizo
referencia, ¿la ley dictada en la provincia de San Luis tiene su correlato o fue copia
o adaptación de la dictada a nivel nacional?
Sr. Abramovich.— La verdad es que no sé qué la inspiró, pero cuando se dictó una
ley para frenar las medidas cautelares a nivel nacional el CELS emitió un dictamen
diciendo que era inconstitucional; lo mismo hicimos con respecto a la ley de San
Luis.
Las medidas cautelares, si no se logra que tengan efecto, sobre todo en casos
en los que están en juego remuneraciones o derechos que tienen carácter
alimentario, pueden implicar una violación de garantías procesales graves.
Sra. Negre de Alonso.— Doctor: ¿qué opina de que los jueces paguen Impuesto a
las Ganancias?
Sr. Abramovich.— Estamos de acuerdo en la medida en que se trate de normas de
alcance general.
Sra. Negre de Alonso.— Muy bien, nada más.
Sr. Guinle. — ¿Algún otro señor senador desea preguntar?
Sr. Menem.— Pido la palabra.
Sr. Guinle.— Tiene la palabra el señor senador Menem.
Sr. Menem.— Buenas tardes, doctor.
Sr. Abramovich.— Buenas tardes.
Sr. Menem.— ¿Usted manifestó que era defensor de alguna de las juezas?
Sr. Abramovich.— No; lo que dije es que no fui defensor en los jurados de
enjuiciamiento pero sí patrocinante en la denuncia que presentaron ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. Esa denuncia se presentó en junio del año
2003 y se le corrió traslado al Estado en diciembre del año 2004. Como la senadora
dijo, está pendiente la contestación que tiene que hacer el Estado nacional, porque es
interesante mencionar que en esa denuncia no se denuncia al Estado provincial
exclusivamente sino que en la instancia internacional es el Estado federal el que
tiene que responder por la falta de independencia funcional en la provincia.
Sr. Menem.— ¿Ese patrocinio es a título personal o como presidente del CELS?
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Sr. Abramovich.— Es en ambos sentidos: como patrocinio jurídico y, al mismo
tiempo, el CELS es copeticionario en esa denuncia ante la comisión.
Sr. Menem.— O sea que usted tiene interés en el resultado de la causa.
Sr. Abramovich.— El que se deriva de los hechos que estoy describiendo.
Sr. Menem.— Doctor: de acuerdo a todo lo que se manifiesta, se habla de la crisis
del Poder Judicial de San Luis; ¿usted está de acuerdo en eso?
Sr. Abramovich.— Lo que nosotros planteamos es la falta de independencia e
imparcialidad del Poder Judicial en la provincia.
Sr. Menem.— Claro, porque usted está declarando en un expediente en el cual hay
una petición respecto a la intervención del Poder Judicial de San Luis. Ahora, la
mayoría de los hechos a los cuales usted hace referencia no provienen del Poder
Judicial de San Luis sino de la Legislatura o del Poder Ejecutivo de San Luis.
¿Estamos de acuerdo en eso?
Sr. Abramovich.— Lo que nosotros planteamos es que hay un sistema institucional
que permite la manipulación política de la Justicia en San Luis, y esto creo que atañe
a los tres poderes del Estado.
Sr. Menem.— Claro, porque cuando hablamos, por ejemplo, del tema de las
remuneraciones, de las leyes que modifican el Jurado de Enjuiciamiento, todos son
hechos que provienen de otro poder del Estado, no son propiamente del Poder
Judicial de San Luis.
Sr. Abramovich.— Son decisiones de la Legislatura o del Poder Ejecutivo, lo que
determina que es el Poder Judicial que actualmente existe en San Luis el que no
puede dar garantía de independencia.
Sr. Menem.— ¿Usted cree que la intervención federal al Poder Judicial de San Luis
es la solución?
Sr. Abramovich.— Nosotros no tenemos una posición sobre el tema de la
intervención federal; lo único que planteamos es que en la provincia no está
garantizada la independencia e imparcialidad del sistema de administración de
Justicia, tal como establece el artículo 5° de la Constitución Nacional.
No tenemos posición tomada. El alcance que puede tener la intervención
federal excede lo que nosotros podemos llegar a saber. Lo único que analizamos es
cómo está funcionando en la actualidad el Poder Judicial.
Lo que está claro es que, de alguna manera, el Estado federal ya tiene
intervención en el conflicto que usted mencionaba de la administración de Justicia
en San Luis, porque ha sido demandado ante un tribunal internacional por la
destitución de estas tres juezas y el tema está siendo considerado en un ámbito
internacional; al igual que como tiene intervención en lo que ocurre con las cárceles
en Mendoza, precisamente, porque ha sido demandado ante un tribunal internacional
por esa cuestión.
Sr. Menem.— Hace referencia a las demandas en la que usted es patrocinante.
Sr. Abramovich.— Exactamente.
Sr. Menem.— Gracias.
Sr. Guinle. — ¿Algún otro señor senador desea preguntar?
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Sra. Ibarra.— Pido la palabra.
Sr. Guinle.— Tiene la palabra la señora senadora Ibarra.
Sra. Ibarra.— Respecto de la Ley 5102, que dispone la caducidad de los mandatos
de los miembros del Tribunal de Enjuiciamiento; ¿además del Caso Gallo hay algún
otro caso que haya sido tratado en estas condiciones por este tribunal?
Sr. Abramovich.— Los otros dos casos fueron tratados también en función de esa
ley; digamos, tanto Careaga como Maluf.
Sra. Ibarra.— En los casos Gallo, Careaga y Maluf; ¿usted considera que fueron
violentados los principios de debido proceso, juez imparcial, juez natural, derecho a
defensa, protección judicial y el derecho a recurrir del decisorio?
Sr. Abramovich.— Sí, básicamente esos fueron los alegatos que planteamos ante la
comisión.
Sra. Ibarra.— ¿Las tres juezas de este caso eran amparistas? ¿Habían planteado
amparo contra la reducción salarial dispuesta por la ley?
Sr. Abramovich.— En los tres casos eran juezas que habían presentado amparos.
Sra. Ibarra.— ¿Las tres habían adherido a la solicitada del Colegio Público de
Abogados de Villa Mercedes?
Sr. Abramovich.— Sí, habían adherido a la descripción que en esa solicitada se
hacía del funcionamiento del sistema de administración de Justicia; no habían sido
firmantes de la solicitada. Porque hay que recordar que la solicitada también
planteaba la intervención federal. Ellas lo que mandan es una nota de adhesión a los
fundamentos y a la descripción que en esa solicitada se hacía de la situación del
Poder Judicial en la provincia.
Sra. Ibarra. — ¿A alguna de estas juezas se le imputa como causal de destitución
haber adherido a los fundamentos de esa solicitada?
Sr. Abramovich. — En el caso de Careaga se incorpora una causal que realmente se
introduce con posterioridad al hecho en esta ley 5102, que es la de participación
política. Por lo menos en la descripción que se establece. Porque es verdad que la
Constitución de San Luis tiene una causal similar, pero se precisa en una ley
posterior y se le aplica a Ana María Careaga, como si una manifestación de un juez
sobre la situación del Poder Judicial en la provincia fuera un acto de participación
política.
Nuestra lectura es que la Constitución de San Luis solamente hace referencia
a participación partidaria y no a manifestación política. Nosotros, todos los días, y
mucho más en los últimos tiempos, los jueces de la Corte Suprema se pronuncian...
Sra. Ibarra. — ¿Fue causal de destitución?
Sr. Abramovich. — Fue una de las causales de destitución en el caso de Careaga y
fue exclusivamente la causal de destitución en el tercer caso de Maluf.
En el caso de Careaga, además de esa causal se agregan otras causales.
Sra. Negre de Alonso. — Le quería pedir una aclaración al doctor. Respecto del
caso Careaga, está entre las causales que recuerdo, por lo que fue paradigmático, el
caso Bravo, del inspector con prisión preventiva ordenada por la jueza Careaga.
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¿Usted tomó conocimiento de que después salió una sentencia del Tribunal
Oral declarando que no había conducta punible; que no existía la tipicidad?
Sr. Abramovich. — No tomé conocimiento, pero en todo caso la decisión de la
jueza era una citación a proceso, no era una decisión definitiva.
Sra. Negre de Alonso. — Era una prisión preventiva.
Sr. Abramovich. — No era una decisión definitiva, y en cualquier proceso una
persona que es indagada, cuando se obtienen las pruebas y se acredita el hecho, se
puede llegar a una decisión contraria a la inicial.
Sra. Negre de Alonso. — No era el llamado a indagatoria, era prisión preventiva.
Sr. Guinle. — Doctor Abramovich, muchas gracias.
Sr. Abramovich. — Muchas gracias.
— Se retira del salón el doctor Víctor Abramovich.
Sr. Guinle. — Llamamos entonces al doctor Mario Zavala, por favor.
— Luego de unos minutos, ingresa al salón el doctor Mario
Zavala.
Sr. Guinle. — Doctor Mario Zavala: vamos a preguntar inicialmente en base a
preguntas arrimadas a la mesa, por escrito, de la senadora Negre. Está preguntando
inicialmente por las generales de la ley. ¿Mantiene esta pregunta, señora senadora?
Sra. Negre de Alonso. — No, la desisto.
Sr. Guinle. — ¿Ha participado del proceso de acuerdos y saneamiento del Poder
Judicial de la provincia de San Luis?
Sr. Zavala. — Perdón, ¿tengo que prestar juramento?
Sr. Guinle. — No. Han sido invitados a prestar declaración sin juramento de decir
verdad.
Sr. Zavala. — ¿Me la puede repetir a la pregunta?
Sr. Guinle. — ¿Ha participado del proceso de acuerdos y saneamiento del Poder
Judicial de la provincia de San Luis?
Sr. Zavala. — Sí.
Sr. Guinle. — ¿En qué consiste la crisis del Poder Judicial de la provincia de San
Luis?
Sr. Zavala. — En primer lugar, si usted me permite, creo que tenemos que señalar
que la justicia argentina está en crisis. Creo que a diario vemos nosotros, a través de
los distintos organismos que se dedican a hacer este tipo de estudios, informes con
respecto a los distintos problemas que tiene la justicia en nuestro país.
Por ejemplo, si nosotros ingresamos a cualquiera de las páginas de Internet,
podemos ver que la FAM, por ejemplo, —Federación Argentina de la
Magistratura—, permanentemente hace referencia a los problemas que tienen los
poderes judiciales de todo el país: Tucumán, Neuquén, la provincia de Mendoza, por
supuesto que está San Luis también.
Mientras declaraba creo que es Abramovich, el señor que estuvo antes que
yo, ojeaba un libro del CELS, que es creo la institución a la cual él representa, en el
cual hay un capítulo que hace referencia a las transformaciones urgentes hacia una
justicia democrática. Y ahí se mencionan a las distintas provincias, los distintos
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problemas que tienen las provincias, y obviamente que están casi todas las
provincias, entre las cuales también está San Luis.
En ese contexto entonces de crisis generalizada por la que podemos decir que
atraviesa la justicia argentina, obviamente la justicia de mi provincia no será la
mejor pero tampoco creo que es la peor. Y está en crisis. Creo que se están haciendo
los esfuerzos necesarios para salir de esa crisis.
Usted, señor, me preguntaba cuáles eran los acuerdos —creo que decía su
pregunta— en los cuales habíamos participado. Yo recuerdo, porque me desempeño
como viceministro de la Legalidad y Relaciones Institucionales del gobierno de la
provincia de San Luis, haber participado creo que fue a principios de este año, en
una audiencia que solicitó el doctor Andreucci, presidente de la Federación
Argentina de Colegios de Abogados, conjuntamente con la doctora Claudia Rocha,
que -creo- es la presidenta del Colegio de Abogados de San Luis, y la doctora
Patricia Alegre, que es la presidenta del Colegio de Abogados de Villa Mercedes,
una ciudad también de San Luis.
Ellos, precisamente, solicitaron esa audiencia con el señor gobernador, en la
cual también estuvimos presentes junto con el señor ministro de la Legalidad, señor
Sergio Freixes. Y en esa oportunidad, tanto las presidentas de los Colegios como el
presidente de la FACA nos hicieron conocer la posición de las instituciones a las
cuales ellos representaban con respecto a esta crisis que está viviendo la justicia en
la Argentina.
Justamente, creo que hablamos un poco acerca de la justicia en el mundo y de
qué pasa en otros países con la justicia. Y el reclamo principal estaba orientado a la
temática de la colegiación por parte de los Colegios de Abogados. Era el tema casi
más importante.
Otro de los ítems acerca del cual en ese momento estaba hablando casi toda la
comunidad jurídica era concerniente a las audiencias públicas, siguiendo el modelo
que el presidente Kirchner había hecho para la Nación, para los jueces de nuestra
Corte. Y creo que también ellos hicieron referencia a que era necesario hacer
algunas reformas con respecto al tema del Consejo de la Magistratura.
Si usted me permite, señor, le quiero hacer notar que en mi provincia desde el
año 86, cuando se reformó la Constitución provincial, los jueces son seleccionados a
través de un Consejo de la Magistratura que está representado, en su mayoría, por
jueces.
Nosotros tenemos tres circunscripciones judiciales: San Luis, Villa Mercedes
y Concarán. Y cada una de ellas elige, en votación secreta y directa, a sus
representantes.
También está integrado por un representante de los Colegios de Abogados.
En este momento están representados el de San Luis y el de Villa Mercedes.
El Poder Ejecutivo tiene un representante y también existe uno de la
Legislatura.
Este organismo, que tiene rango constitucional, tiene a su cargo la selección.
Pero previamente a este proceso que hace el Consejo de la Magistratura el
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postulante tiene que aprobar un examen o una evaluación técnica, la cual es tomada
por los más prestigiosos catedráticos que existen en nuestro país. Generalmente se
trata de buscar a los profesores de acuerdo al fuero o a la materia en la cual tenga
que rendir el postulante. Y son designados por el Superior Tribunal de Justicia.
Las doctoras de los Colegios querían proponer algunas modificaciones a este
tema del Consejo de la Magistratura. Y creo que también nos dijeron que querían
proponer algunas al actual régimen del Jurado de Enjuiciamiento, que también es un
organismo que en mi provincia tiene rango constitucional y está representado por
jueces, abogados y diputados. Nosotros, los representantes del Poder Ejecutivo, no
tenemos ninguna representación en este Jurado de Enjuiciamiento.
Seguimos conversando de temas inherentes a la justicia y el señor gobernador
creo que le manifestó no sé si al doctor Andreucci o a las doctoras presidentas de los
Colegios, cuáles eran las propuestas concretas que ellos tenían. Insistieron con el
tema de la colegiación obligatoria y las audiencias públicas como dos hechos
puntuales. Consideraban que era lo de mayor urgencia, sin perjuicio de que en
reuniones futuras pudiésemos elaborar algunos anteproyectos de reformas a estos
dos institutos a los que me referí anteriormente -el Consejo de la Magistratura y el
Jurado de Enjuiciamiento-.
El señor gobernador les preguntó si habían traído el proyecto de reforma que
ellos proponían y como no lo habían hecho arreglamos para juntarnos en una
reunión, que luego pasamos para el día siguiente o subsiguiente, en la cual los
Colegios, junto con el doctor Andreucci -de la FACA-, nos presentaron el proyecto
de colegiación.
Con el señor ministro evaluamos el proyecto uno o dos días y luego lo
remitimos a las Cámaras legislativas a los efectos de que éstas hiciesen todo el
tratamiento que se debe realizar, de acuerdo con lo que establece la Constitución
provincial.
Junto con este proyecto de colegiación obligatoria también se trató otro sobre
el tema de audiencias públicas, al que me referí anteriormente. Lo evaluamos
durante casi medio día o un día, pero también seguía casi textualmente el modelo
que había tomado nuestro presidente, Kirchner, para elegir a los miembros de la
actual Corte Suprema de Justicia de la Nación, que han sido recientemente
designados.
Luego se remitieron a las Cámaras. Al poco tiempo tuvieron el debido
tratamiento legislativo que establece nuestra Constitución y hoy son leyes.
Es más, si usted me permite, señor, quiero decirle que en mi provincia ya se
han propuesto, por parte del Poder Ejecutivo, dos abogados. Uno es el doctor
Florencio Rubio, que es de Villa Mercedes. Es un prestigioso abogado que siempre
ha estado ejerciendo la profesión; tiene casi treinta años de profesión. Y el Poder
Ejecutivo lo ha propuesto para integrar el Superior Tribunal de Justicia.
Se estableció casi el mismo mecanismo que a nivel nacional. Es decir que la
propuesta del postulante, con su nombre y sus antecedentes curriculares, se tiene que
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publicar por tres días en los periódicos, en el Boletín Oficial y en la página que la
provincia tiene en internet. Y ya se cumplió con esos pasos.
También se establece un período de quince días para que los postulantes
puedan recoger adhesiones o, eventualmente, impugnaciones u observaciones. Es
decir, lo que cualquier ciudadano, institución, asociación u organismo de derechos
humanos quiera hacer con respecto a los postulantes.
Ya se venció ese plazo. Y en el caso del doctor Florencio Rubio creo que
recibió más de doscientas adhesiones, muchas de ellas de la comunidad jurídica de
Villa Mercedes. Recuerdo en este momento que recibió también una nota muy linda,
muy fundada, apoyando esta designación, por parte de la gente del Colegio de
Abogados de Villa Mercedes, cuya presidenta creo es la doctora Patricia Alegre.
Y lo mismo sucede con el doctor Omar Esteban Uría, que es otro abogado,
también de casi treinta años de profesión, que no tiene ninguna vinculación política,
quien también recibió muchas adhesiones.
Es profesor en la Universidad Católica de Cuyo, que es una universidad en la
que en mi provincia se dicta la carrera de Abogacía. Y también recibió un fuerte
apoyo por parte del organismo directivo de dicha universidad.
En el caso de estas dos personas se ha fijado para el 29 de junio la audiencia
pública que se va a realizar en el Honorable Senado provincial, donde los señores
senadores decidirán si le van a prestar acuerdo o no a estas dos personas que han
sido propuestas por el Poder Ejecutivo provincial.
Con posterioridad el Poder Ejecutivo ha propuesto a dos doctoras más. Una
de ellas, María Eugenia Bona, es una magistrada de una larguísima carrera judicial,
también con veinticinco o treinta años en el Poder Judicial, que ha ocupado
diferentes cargos.
Y como procuradora general de la provincia el Poder Ejecutivo ha propuesto
a una magistrada actualmente presidenta de la Cámara del Crimen de la localidad de
Concarán, que es la Tercera Circunscripción Judicial de la provincia de San Luis. Es
una abogada muy joven pero muy capaz, que tiene varios títulos de posgrado y es
especialista en derecho penal.
En este momento se está cumpliendo este período de quince días en el cual se
pueden hacer observaciones.
Eso sería un poco en lo referido a audiencias públicas, a colegiación
obligatoria.
Otro de los temas sobre el que los colegas abogados proponían hacer
reformas era en el concerniente al Consejo de la Magistratura y al Jurado de
Enjuiciamiento, al cual también los señores legisladores han introducido reformas a
través de los proyectos que obran en las respectivas Cámaras.
Tengo entendido -es un dato que se puede ver en la Cámara de Senadores de
mi provincia- que el viernes pasado ha habido una reunión de los señores senadores,
en la cual han recibido a los señores integrantes de los Colegios de Abogados de San
Luis y de Villa Mercedes, a los efectos de tratar de consensuar cuáles serían las
modificaciones. Es decir que a nivel de Colegios de Abogados, con la participación
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de la FACA, de los cuatro puntos que ellos nos propiciaron como para salir de esta
crisis -audiencias públicas, colegiación obligatoria, Consejo de la Magistratura y
Honorable Jurado de Enjuiciamiento-, dos ya son leyes y los otros dos están
próximos de convertirse en leyes.
Creo que también tuvimos reuniones con los trabajadores judiciales.
El Sindicato Judicial Puntano, que es el que nuclea a los trabajadores
judiciales -SIJUPU- y del cual en el orden nacional su referente es el señor Julio
Piumato, también solicitó, en el marco de esta crisis judicial a la cual usted estaba
haciendo referencia, una audiencia con el señor gobernador para tratar todos estos
temas. Y también nos hizo conocer su punto de vista sobre la justicia en general, la
crisis y cuáles eran los pasos para salir.
Permítame, señor, que le diga que me quedó muy grabada una frase de Julio
Piumato, refiriéndose a la crisis que vivía la justicia en nuestra provincia, cuando los
periodistas le preguntaron qué opinaba acerca del pedido de intervención federal que
había hecho el senador de la Unión Cívica Radical por mi provincia, Jorge Agúndez.
Dijo que si había que intervenir alguna provincia porque tenía una crisis o algún
problema judicial, había que intervenir todos los poderes judiciales de todas las
provincias. Incluso, que había que empezar por la justicia nacional, que tenía
bastantes problemas.
También dijeron que necesitaban la aprobación de una cuestión
presupuestaria a los efectos de tener un aumento en sus haberes. Y ese aumento
también se hizo viable, por lo que se logró un compromiso de los trabajadores
judiciales -los cuales a principios de año estaban en paro judicial- de levantar sus
medidas de fuerza, con lo cual se permitió la normalización de las tareas judiciales.
También fue, a raíz de esta crisis, otro representante de los gremios judiciales.
Creo que era Roberto Izquierdo, representante de otro sector judicial, el cual
también hizo notar que más allá de los problemas locales que pudiese tener
cualquier justicia de provincia, la intervención federal al Poder Judicial no era
ningún tipo de solución.
Creo que eso es lo más importante. Hemos mantenido numerosas reuniones.
Prácticamente hemos tratado de consensuar ideas, proyectos y propuestas con
prácticamente todos los operadores del sistema judicial.
Si usted me quiere hacer alguna pregunta puntual, estoy dispuesto a
respondérsela.
Sr. Guinle. - Senadora Negre de Alonso: creo que llegó, al menos, hasta la 3.8, ¿no?
Sra. Negre de Alonso. - Sí, efectivamente.
La 3.0 también está contestada. Ya explicó cómo era el sistema de audiencias
públicas.
La 3.9 creo que también está contestada. Es acerca de cuál es el fruto de ese
acuerdo. Y él ha dicho que ya hay dos leyes, que hay algunos miembros, que hay
apoyos, etcétera.
La 3.12...
Sr. Guinle. - Le formulamos, entonces, la siguiente.
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¿Considera que se están saliendo de la crisis del Poder Judicial de la
provincia de San Luis?
Sr. Zavala. - Por las razones que he puesto precedentemente, entiendo que sí.
Sr. Guinle. - ¿Cree que un camino correcto para salir de la pasada crisis del Poder
Judicial de la provincia de San Luis es la aplicación de las recientes leyes
provinciales de colegiación obligatoria y de audiencias públicas para la designación
de magistrados?
Sr. Zavala. - Sí. Y si me permite, quisiera hacer notar que en el caso de las
audiencias públicas nosotros habíamos tenido un pedido. Creo que fue a fines de año
que hicimos en San Luis, por una ley provincial, un foro para la reforma judicial,
cuyo por principal objetivo era receptar las distintas propuestas que tenía la
comunidad con respecto a los temas inherentes a la justicia.
Entre los proyectos que se habían receptado había uno presentado por la
Fundación Crecer, que preside el doctor Enrique Ponce, que precisamente contaba
con el apoyo, por ejemplo, de Cels, de Poder Ciudadano y de numerosas
instituciones que se dedican a hacer este tipo de estudios. En él proponían que en mi
provincia se tomase un poco el modelo que había seguido el presidente Kirchner
para elegir recientemente a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
Por lo cual, personalmente como abogado, que tengo muchos años de
profesión, entiendo que este sistema de audiencias públicas -que es la primera vez
que se da en mi provincia- le va a permitir conocer a la ciudadanía quiénes son los
jueces que los van a juzgar cuando, eventualmente, tengan algún problema judicial.
Y eventualmente, si alguno tiene alguna impugnación que hacer, la puede
hacer en un período de quince días. Creo que es el mecanismo correcto.
Sr. Guinle. — ¿Usted decía, doctor Zavala, que había escuchado el testimonio
prestado por el doctor Abramovich?
Sr. Zavala. — No, dije que me parece que lo vi al señor Abramovich.
Sra. Ibarra. — ¿No escuchó el testimonio del doctor Abramovich?
Sr. Zavala. — No, porque yo venía entrando recién.
Sra. Ibarra. — Por eso le pregunto. ¿No lo escuchó?
Sr. Zavala. — Me parece que es del CELS. Tengo entendido que es el presidente
del CELS.
Sra. Ibarra. — Le pregunto si usted lo escuchó el testimonio de él.
Sr. Zavala. — No, porque yo venía entrando recién.
Sr. Guinle. — Vamos a hacer una de las preguntas.
¿Considera que la reelección indefinida del presidente del Superior Tribunal
de Justicia viola la disposición constitucional de la Constitución de San Luis —el
artículo 206—: “El cargo de presidente del Superior Tribunal se turna anualmente
entre sus miembros comenzando por el de mayor edad”?
Sr. Zavala. — Yo he integrado la justicia. He integrado una Cámara del Crimen, y
le puedo decir, con conocimiento, que nosotros en la Cámara del Crimen —yo
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estuve muchos años— casi siempre elegíamos al mismo presidente. Por cuanto
considero que generalmente uno trata de elegir a aquella persona...
Sra. Ibarra. — Perdón, disculpe que lo interrumpa. Hay un artículo de la
Constitución de su provincia que dice: “El cargo de presidente del Superior Tribunal
se turna anualmente entre sus miembros comenzando por el de mayor edad”. Ésta es
la disposición constitucional.
La pregunta que se le está formulando es si usted considera que reelegir
indefinidamente un presidente del Tribunal Superior viola este artículo de la
Constitución.
Sr. Zavala. — Por eso, yo entiendo...
Sra. Ibarra. — No es un problema de las Cámaras o de opinión. Hay un artículo.
¿Usted cree que este artículo, ante una reelección indefinida de un presidente de un
Tribunal Superior, viola la Constitución o no viola la Constitución?
Sr. Zavala. — Por eso, entiendo su pregunta, señora, yo le doy mi opinión personal.
Yo considero que en determinadas circunstancias, hay casos excepcionales...
Sra. Ibarra. — ¿En que se puede violar la Constitución...?
Sr. Zavala. — No, señora, no le estoy diciendo que se puede violar la Constitución,
y como abogado —yo he sido juez— jamás consentiría que se pueda violar la
Constitución. Yo le doy mi opinión personal, que en determinadas circunstancias, y
nos sucedía a nosotros en la Cámara donde trabajábamos, por determinada
experiencia uno reconoce quién es la persona que tiene el mejor manejo del
organismo colegiado, se puede reelegir. Eso un poco de acuerdo a la...
Sra. Ibarra. — Sí, a ver, señor, usted puede decir que no contesta. Y,
efectivamente, si usted no quiere contestar, usted está acá invitado y no está
prestando una declaración testimonial, motivo por el cual puede decidir no contestar.
Ahora, la pregunta es tan sencilla, que dice que el artículo 206 establece lo
siguiente: “El cargo de presidente del Superior Tribunal se turna anualmente entre
sus miembros comenzando por el de mayor edad”. Atento este precepto
constitucional, si se reelige indefinidamente un presidente del Superior Tribunal,
¿usted considera que se violenta este artículo constitucional o no?
Sr. Zavala. — Me remito a mi respuesta anterior, señora.
Sr. Guinle. — ¿Conoce los motivos por los cuales se disolvieron los Colegios de
Abogados de la provincia de San Luis en el año 1997?
Sr. Zavala. — ¿Los motivos?
Sr. Guinle. — Sí.
Sr. Zavala. — Tengo entendido que ha sido por alguna ley provincial, señor.
Sr. Guinle. — ¿Sabe por qué?
Sr. Zavala. — Puntualmente, no. Tendríamos que remitirnos a la ley. Me remito a
la ley.
Sr. Guinle. — El artículo 38 de la ley orgánica de la administración de justicia dice:
“El presidente del Superior Tribunal será elegido por votación de sus miembros por
mayoría simple. Durará un año en sus funciones y podrá ser reelecto”.
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¿Considera que es contradictorio con la disposición constitucional que le leía
la senadora Ibarra?
Sr. Zavala. — Es un poco lo que le decía recién. Yo considero que en determinadas
circunstancias se hace necesaria esa reelección en determinados organismos
colegiados.
Sr. Guinle. — ¿Algún señor senador va a preguntar?
Tiene la palabra la senadora Negre.
Sra. Negre de Alonso. — Gracias, presidente.
Doctor Zavala: quisiera hacerle algunas preguntas respecto de la declaración
que hizo la doctora Ziliotto en esta misma Comisión.
En primer lugar, la doctora Ziliotto ha afirmado que se reunió con usted allá
por el mes de octubre del año pasado, que fue llamada en el mes de octubre del año
pasado por usted a su despacho. Y que cuando llegó a su despacho, usted le
comunicó que iba a ser propuesta por el Poder Ejecutivo para ejercer el cargo de
camarista, pero que debía firmar previamente una renuncia.
Quiero saber si es verdad que se reunió, si es verdad que esa fue la propuesta,
aproximadamente en el mes de octubre.
Sr. Zavala. — Perdón, senador: ¿me tengo que dirigir a usted o a la señora
senadora?
Sr. Guinle. — Al presidente, si es tan amable.
Sr. Zavala. — En primer lugar, senador, quisiera que la senadora nos precise a qué
relato se refiere de la doctora Ziliotto.
Sr. Guinle. — Senadora: ¿le puede aclarar eso al testigo?
Sra. Negre de Alonso. — Sí, presidente.
Viceministro: la doctora Ziliotto se presentó a hacer una declaración acá, y
usted después presentó una nota pidiendo ser escuchado, que la mandó a la
Comisión o al despacho de la presidenta, no me acuerdo.
En esa declaración la doctora Ziliotto le imputa que usted la citó a su
despacho para comunicarle que, de la terna, ella había salido designada, o que se la
iba a elegir a ella para ocupar el cargo de camarista, aproximadamente en el mes de
octubre de 2004, y que usted le requirió su renuncia anticipada para pasarle el
pliego al Senado de la provincia.
Sr. Zavala. — Con respecto a la declaración a que alude la señora senadora que ha
prestado en este recinto la doctora Marina Ziliotto, yo quisiera que usted me permita
dividir esa declaración en dos planos.
Sra. Ibarra. — Perdón, hay una pregunta que le hizo el senador, que es si se hizo
esa reunión o no se hizo esa reunión.
Sr. Zavala. — Sí, por eso, señora, le estoy pidiendo al señor presidente si me
permite dividirla en dos planos, para hacer una respuesta.
Sr. Guinle. — Usted puede expresarse como quiera; contestar si quiere. Así que
adelante.
Sr. Zavala. — ¿Puedo responder entonces?
Sr. Guinle. — Por supuesto.
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Sr. Zavala. — Yo le decía que la teníamos que dividir a esa declaración de la
doctora Ziliotto en dos planos. En un plano institucional, y a los fines por los cuales
se está tratando en esta Honorable Comisión del Honorable Senado de la Nación, un
plano netamente institucional, de esa declaración de la doctora Ziliotto hay dos
cosas que son absolutamente ciertas. La primera, que la doctora Ziliotto fue elegida
a través de un Consejo de la Magistratura, como ella lo había dicho aquí, lo cual
prueba evidentemente lo que yo le decía. Es decir, que en mi provincia funciona
muy bien el Consejo de la Magistratura, que tiene rango constitucional y que es el
organismo encargado del proceso de selección de jueces —jueces de primera y de
segunda instancia, fiscales y defensores—.
Y lo otro que también dijo la doctora Ziliotto, que es una gran verdad, es que
jamás recibió algún pedido, alguna injerencia por parte del Poder Ejecutivo hacia
ella, en los dos cargos que ocupó; es decir, en el cargo de defensora oficial, que
estuvo creo que como siete años, y después como camarista. Esas son las dos cosas
que constituyen una verdad absoluta.
El segundo plano de la declaración de la doctora Ziliotto, señor, refiere casi a
algo que apunta a lo estrictamente personal; es decir, la propia doctora lo ha
reconocido en este honorable recinto...
Sra. Ibarra.— Perdón. Yo voy a hacer una petición a la Presidencia.
Realmente creo que acá no estamos interesados en temas personales, no sólo
en el trabajo de la subcomisión sino en todo el debate que hicimos en el marco de la
Comisión de Asuntos Constitucionales, y con el aporte de la directora de la
Comisión y demás quedaron muy claros los planos institucionales que nos
interesaban a fin de determinar si estaba o no en juego la división de poderes y el
sometimiento de un poder a otro.
En este punto sólo estamos juntando pruebas y evaluando los testimonios.
Creo que los temas de índole personal están afuera del interés del Senado.
Por eso, si usted se va a referir a temas personales, le aclaro que los mismos
no nos interesan, porque en este Senado estamos en función de temas institucionales.
Sr. Zavala.— ¿Tengo que responder?
Sra. Ibarra.— No; solamente quería hacer la aclaración de que no nos interesa el
tema personal.
Sr. Zavala.— ¿La señora presidenta es la que me concede la palabra?
Sra. Fernández de Kirchner.— Tiene el uso de la palabra.
Sr. Zavala.— Sí, señora; si usted me permite, para poder llegar a responder la
pregunta de la senadora forzosamente tenía que hacer referencia a ese tema, porque
está íntimamente vinculado. Y, por otra parte, señora, fue la propia doctora Ziliotto
la que trajo este tema a este honorable recinto.
Sra. Fernández de Kirchner.— Mire; en aquella oportunidad yo interrumpí el
intercambio de palabras que se había hecho a raíz de una pregunta de la senadora
Negre de Alonso. Sinceramente, la referencia no tiene absolutamente nada que ver
en lo institucional; y, ¿quiere que le diga una cosa?: en lo personal hasta me parece
de muy mal gusto que usted haga referencia a eso.
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Sr. Zavala.— No, señora; lo que pasa es que la doctora ha hecho referencia a ese
tema, y es un tema que se publicitó por todo el país. Entonces, creo que por aquel
elemental principio de que “todos somos iguales ante la ley”, así como se le permitió
a la doctora en este Honorable Senado, con cámaras de TN y para todo el país, creo
que por lo menos puedo expresar mi opinión.
Sra. Fernández de Kirchner.— No, perdón. No es que se le permitió nada; se le
hizo una pregunta y ella respondió.
Sr. Zavala.— Señora: salió por todo el país.
Sra. Fernández de Kirchner.— Que usted ratifique ahora la cuestión, como en ella
intervienen factores personales, me parece —reitero— de absoluto mal gusto.
Sra. Negre de Alonso.— Pido la palabra.
Sra. Fernández de Kirchner.— Tiene la palabra la señora senadora Negre de
Alonso.
Sra. Negre de Alonso.— Creo que estamos yéndonos del objetivo. Yo le pregunté
al viceministro concretamente si la citó a la doctora Ziliotto ese día. O sea, no creo
que queramos invadir un tema personal.
Concretamente lo hago porque ella ha dicho en una de las ampliaciones que
ha habido con respecto al pedido de intervención que el señor viceministro le pidió
la renuncia anticipada a la doctora Ziliotto cuando la llamó para comunicarle que iba
a ser camarista.
Era eso lo que yo había preguntado.
Sra. Fernández de Kirchner.— Eso está claro. El que hizo referencia a la cuestión
personal fue precisamente el señor viceministro, y por eso la señora senadora lo
interrumpió, precisamente para que no volviéramos a abordar temas estrictamente
personales. Nada más.
Sr. Zavala.— ¿Puedo responder?
Sra. Fernández de Kirchner.— ¿A qué responder?
Sr. Zavala.— A lo que dice la senadora.
Sra. Fernández de Kirchner.— Responda a las preguntas que tengan que ver con
lo institucional funcional. Toda otra referencia a su vida personal le importará a
usted y a su familia, pero no a este Senado.
Sr. Zavala.— Bien.
Sra. Fernández de Kirchner.— Adelante.
Sr. Zavala.— Bueno, concretando lo que ha preguntado la señora senadora, debo
decirle que con la doctora Marina Ziliotto, como ella reconoció en este Senado, he
tenido una relación sentimental años atrás. Luego hemos seguido teniendo una
relación de amistad, una relación de absoluta cordialidad, de familiaridad de trato y,
a raíz de eso, la doctora Ziliotto iba habitualmente a mi despacho en el Ministerio de
la Legalidad y, precisamente, en función de esa confianza, de esa amistad, tomaba
mate permanentemente conmigo...
Sr. Massoni.— Solicito una interrupción.
Sra. Fernández de Kirchner.— Discúlpeme. Tiene la palabra el señor senador
Massoni.
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Sr. Massoni.— Pido que no se deje constancia de las manifestaciones relacionadas
con lo actuado por...
Sra. Fernández de Kirchner.— ¿Por lo de tomar mate dice usted?
Sr. Massoni.— Se está refiriendo a una relación que es particularísima, y lo mismo
ocurrió cuando declaró la otra parte. Entonces, pido que en lo posible se deje sin
efecto la manifestación.
Sra. Fernández de Kirchner.— Oportunamente se va a considerar lo peticionado
por el señor senador Massoni.
Adelante, señor viceministro.
Sr. Zavala.— Gracias, señora senadora.
Con todo el respeto que me merece el señor senador, creo que decir que la
doctora iba a mi despacho permanentemente a tomar mate no tiene absolutamente
nada que ver con invadir la privacidad ni la intimidad de la persona sino que estoy
contando un hecho de la realidad.
Y, a raíz de eso, iba permanentemente a mi despacho, pero niego expresa y
categóricamente que en algún momento me haya referido al tema de su renuncia o,
eventualmente, que le hubiese hecho firmar alguna renuncia en blanco, que
generalmente no lo hago con nadie y mucho menos — esta es una cuestión de puro
sentido común— lo podría haber hecho con una persona con la cual tengo una
excelente relación desde el año 1992. Es decir, son trece años de relación de
amistad, de una situación de permanente familiaridad y trato, lo cual me impide
realizar una conducta de esa naturaleza.
No sé si está contestada la pregunta.
Sra. Negre de Alonso.— señor viceministro: en una palabra, usted no le pidió la
renuncia anticipada ni a la doctora Ziliotto, ni —voy a agregar dos nombres más— a
los doctores Lútens, Vallica San Martin y Leonhardt; involucro a los cuatro.
Le pido que me responda si les ha pedido renuncia anticipada para acceder a
los cargos o para ascender a los doctores Ziliotto, Vallica San Martin, Leonhardt o
Lútens.
Sr. Zavala.— ¿Puedo responder, señora?
Sra. Fernández de Kirchner.— Claro; tiene que responder.
Sr. Zavala.— Bien.
La denuncia de la doctora Ziliotto fue tomada por la doctora Gretel Diamante
de Ponce a los efectos de iniciar una investigación en el fuero federal, en la Justicia
Federal de mi provincia, por cuanto —según ellas decían— no tenían garantías en la
Justicia provincial. Es más, es casi la única vez en la historia de mi provincia que a
una persona que hace una denuncia por un hecho cometido en San Luis su denuncia
le es recepcionada en Buenos Aires. La Justicia federal, insólitamente, por un hecho
presuntamente cometido en la provincia de San Luis, recibe la denuncia de la
doctora Ziliotto aquí, en Buenos Aires.
Se inician las investigaciones en el fuero federal, señora, y yo he traído una
copia, pero el Honorable Senado puede recabar esta información en el Juzgado
Federal de San Luis, a fojas 298.
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Y, respondiendo concretamente la pregunta de la señora senadora, el señor
juez federal de San Luis, en una resolución de fecha 23 de mayo de 2005 —yo he
traído una copia, y si usted quiere se la dejo— a foja 298 dice que en el marco de la
actividad instructora desarrollada por el Ministerio Fiscal, testimonia a foja 83 el
doctor Humberto Emiliano Agúndez, quien brinda las razones de la presentación de
su renuncia en cuestión para el cargo concursado, negando haberse sentido
coaccionado o amenazado y/o haber presentado una renuncia sin fecha o con fecha
anticipada, desconociendo algún hecho como los denunciados. Declararon en
similares términos el doctor Néstor Alejandro Spagnuolo, el doctor Gabriel Marcelo
Leonhardt, la doctora Viviana Elizabeth Oste, la doctora Verónica Daniela Alonso
Ernst, la doctora Marta Vallica San Martin de Figari, la doctora Alejandra Martín,
la doctora Mónica Corvalán, el doctor Ernesto Gabriel Lútens y el doctor Víctor
Endeiza, en cuanto todos justifican las presentaciones de sus respectivas renuncias,
negando haber sido amenazados y/o coaccionados para ello.
Esta es una resolución judicial, señora; con lo cual creo haber dado respuesta
a la pregunta de la senadora.
Sr. Guinle. — Una pregunta más.
Un párrafo de un mensaje del señor gobernador de San Luis al abrir el
período legislativo, que en realidad fue acercado por la doctora Negre, dice así: “A
esta Legislatura le pido que revisemos la legislación sobre la colegiación obligatoria.
Si la Legislatura está de acuerdo sobre la colegiación obligatoria volvamos a poner
la colegiación obligatoria en la provincia de San Luis”.
¿Usted considera que la colegiación en la provincia de San Luis es una
facultad para el legislador o es un imperativo constitucional?
Sr. Zavala.— El legislador considero que tiene...
Sr. Guinle.— No. Le pregunto qué considera usted: ¿que es un imperativo
constitucional o, en realidad, que es una potestad que tiene el legislador?
Sr. Zavala.— Más allá del texto expreso de la Constitución provincial, los señores
legisladores, al igual que los señores senadores, tienen el más absoluto derecho de
proponer cualquier proyecto de ley referido a temas inherentes a la colegiación. Esa
es mi opinión personal.
Sr. Guinle.— Usted conoce el artículo 22 de la Constitución de la provincia de San
Luis...
Sr. Zavala.— Sí.
Sr. Guinle.— Se lo leo: “Queda asegurada en la provincia la constitución de
asociaciones que no contraríen el bien común, el orden público o la moral. Ninguna
asociación es disuelta en forma compulsiva sino en virtud de sentencia judicial en
los casos y los modos que la ley establece.”
Obviamente, de acuerdo al contenido del artículo 22, con la disolución de los
colegios se ha afectado un imperativo constitucional, al margen de las otras
connotaciones que pudo haber tenido. ¿Esto es así? ¿Usted con acuerda con esta
apreciación que yo hago o cree que no?
Sr. Zavala.— ¿Quiere que le diga la verdad? No concuerdo.
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Sr. Guinle.— Usted cree que es constitucional hacerlo por ley, más allá de lo que
diga la Constitución.
Sr. Zavala.— No, no. Como recién le dije a la señora, yo soy absolutamente
respetuoso de la Constitución; sin perjuicio de ello, entiendo que los señores
senadores...
Sra. Negre de Alonso.— Solicito una interrupción.
Sra. Fernández de Kirchner.— Tiene la palabra la señora senadora Negre de
Alonso.
Sra. Negre de Alonso.— Creo que el senador Guinle tiene, con todo respeto, una
confusión entre lo que es la colegiación obligatoria impuesta por las constituciones
provinciales —que algunos la tienen, el como derecho público—, y la colegiación
obligatoria por ley.
Hay algunas constituciones provinciales, si mal no recuerdo la de Tucumán,
que tiene colegiación obligatoria de derecho público...
Sra. Fernández de Kirchner.— Perdón; vamos por partes.
La interrupción siempre es para los dichos del testigo, no para interrumpir a
otro senador.
El señor es el viceministro de la Legalidad de la provincia de San Luis. Y lo
que entiendo que el senador quiere saber a través de su pregunta es qué opinión
tiene, nada más y nada menos, que el viceministro de la Legalidad acerca de los
roles constitucionales.
Usted no puede interrumpirlo para contestarle al senador Guinle acerca de la
interpretación de la Constitución...
Sra. Negre de Alonso.— Es que está mal hecha la pregunta; por eso lo interrumpo.
Sra. Fernández de Kirchner.— No; permítame. Usted no puede calificar la
pregunta de otro senador.
Las interrupciones de los senadores son a los dichos de los testigos, para
repreguntar al testigo o para hacer una aclaración sobre lo que está manifestando el
testigo. En este caso hay un senador de la Nación que, con el mismo derecho que
usted ha hecho todas las preguntas que le han parecido, está preguntándole al
viceministro de la Legalidad —no es casual el título que detenta— qué opinión tiene
acerca de la interpretación de un texto constitucional o de un texto legal.
Con lo cual, las manifestaciones que usted tenga acerca de cómo es la
interpretación del texto legal o a lo que se refiere, aun cuando no concuerden con el
senador Guinle, no son para formularlas en esta oportunidad.
Así que, le pido que, en todo caso, luego haga otro tipo de pregunta o
repregunte lo que usted quiera al viceministro.
Por lo tanto; no ha lugar a la interrupción.
Señor viceministro: usted siga contestando acerca de la pregunta que le
formuló el señor senador Guinle en cuanto a su opinión como viceministro de la
Legalidad sobre la cuestión planteada.
Sr. Zavala.— Sí; me remito a las respuestas dadas anteriormente.
Sra. Ibarra.— Pido la palabra.
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Sr. Guinle.— Tiene la palabra la señora senadora Ibarra.
Sra. Ibarra.— Señor: ¿cuándo asumió su cargo como viceministro de la Legalidad?
Sr. Zavala.— En enero de 2005.
Sra. Ibarra.— ¿Tenía algún cargo en la función pública anteriormente a eso?
Sr. Zavala.— ¡Uy! ¡Muchísimos!
Sra. Ibarra.— No, no; el anterior.
Sr. Zavala.— Ah, ¿anterior a ese?
Sra. Ibarra.— Sí.
Sr. Zavala.— Estuve trabajando en un proyecto de revisión de leyes.
Nosotros —como usted sabe o por lo menos creo que habrá escuchado— en
San Luis tenemos un digesto muy lindo. Se trata de un digesto de leyes que consta
de dos tomos, que me parece que son los que andan por acá...
Sra. Fernández de Kirchner.— Sí, lo tenemos aquí.
Sr. Zavala.— Ah, lo tienen; perfecto.
Es un digesto muy lindo en donde, de casi 7.000 leyes que se revisaron, han
quedado aproximadamente unas 400.
Sra. Ibarra.— ¿Usted qué cargo tenía?
Sr. Zavala.— Si usted me permite, yo le respondo.
Sra. Ibarra.— Sí.
Sr. Zavala.— Yo en ese momento estaba trabajando por parte del Poder Ejecutivo
en ese proceso de revisión de leyes. Ah, y posteriormente, cuando terminó el tema
del digesto, a fines del año 2004, por disposición del señor gobernador pasé a ser
viceministro de la Legalidad y Relaciones Institucionales, señora.
Sra. Ibarra.— ¿Qué cargo tenía antes de ser viceministro de la Legalidad?
Sr. Zavala.— Vuelvo a reiterarle: estaba trabajando en este proyecto...
Sra. Ibarra.— ¿Pero era empleado, funcionario jerárquico, asesor, jefe de
departamento, director general? Usted debía cobrar un sueldo de fondos públicos...
Sr. Zavala.— Sí.
Sra. Ibarra.— Bueno, ¿en qué carácter cobraba el sueldo? ¿Qué cargo tenía? ¿Qué
designación tenía? Entendí las funciones, pero quiero saber el cargo.
Sr. Zavala.— Mire; yo era coordinador del Foro de Notables; así creo que era el
cargo.
Precisamente, cuando se crea esta ley en la cual se dispuso la realización de
ese digesto también se creó en mi provincia un Foro de Notables, que tenía por
principal objetivo reunir a todas aquellas personalidades del mundo del Derecho, de
las distintas especialidades a las cuales estaban referidas las leyes. En ese Foro de
Notables creo que mi cargo era coordinador ejecutivo...
Sra. Ibarra.— Era de índole legal académico el trabajo.
Sr. Zavala.— Exactamente. Digamos que en su mayoría trabajaban conmigo
abogados.
Sra. Ibarra.— ¿Y tenían la sede en un ámbito académico o trabajaban en la Casa de
Gobierno?
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Sr. Zavala.— No. Por un lado estaba la magnífica tarea que hicieron diputados y
senadores provinciales que tuvo como fruto este digesto, que es un orgullo para
nosotros, los puntanos; y, por otro lado, estaba la tarea que hacíamos desde el Poder
Ejecutivo enmarcada en el Ministerio de la Legalidad y Relaciones Institucionales,
que era a la cual yo pertenecía...
Sra. Ibarra.— ¿Usted dónde tenía su despacho u oficina?
Sr. Zavala.— Por eso digo: estábamos en el Ministerio de la Legalidad. O sea, le
explico cómo es: el Ministerio de la Legalidad funciona en la Casa de Gobierno.
Uno de esos, llamémosle programas —así podría decirse— era el referido al tema de
las leyes.
Sra. Ibarra. — ¿Aproximadamente cuántos magistrados renunciaron a su cargo
desde el 1° de diciembre de 2004 a la actualidad? Aproximadamente, así, un
número: uno, cuatro, ocho, veinte, cien...
Sr. Zavala. — Yo no sé con exactitud, pero eso está todo instrumentado en decretos
del Poder Ejecutivo, con lo cual, si pedimos...
Sr. Ibarra. — Pero usted es viceministro de la Legalidad. ¿Nos puede dar una
aproximación? Porque yo entiendo que es una aproximación; no tenemos los
números. ¿Estamos hablando de números de un dígito, dos dígitos? ¿Setenta,
ochenta, cuatro, veinte? Alrededor. Asumiendo que estamos yendo al bulto.
Sr. Zavala. — Bien. Los primeros que renuncian —así, recientes, ¿no cierto? de los
que me recuerdo— son los miembros del Superior Tribunal de Justicia, que creo que
son tres miembros. Con posterioridad tengo entendido que lo hizo el procurador
general de la provincia. Y luego lo hicieron también varios jueces de primera y de
segunda instancia. Yo no le quiero decir un número exacto por temor a brindarle una
información errónea...
Sra. Ibarra. — No, si no le pido exacto...
Sr. Zavala. — Porque esos cargos se cubren a través del Consejo de la
Magistratura. Y quizás me esté equivocando, pero creo que he visto algún edicto.
Porque cuando se hacen las convocatorias para cubrir los cargos se publican edictos
en el Boletín Oficial y en los diarios, en los periódicos locales.
Como esa no es una tarea que la hace el Ministerio de la Legalidad sino que
es una tarea que la hace el Consejo de la Magistratura que, como yo le decía
recientemente, es un organismo que tiene raigambre constitucional en mi provincia y
nosotros no tenemos ninguna injerencia... Pero, para dar un número, deben ser más
de diez.
Sra. Ibarra. — Cuando se recibe una terna del Consejo de la Magistratura en el
Poder Ejecutivo, ¿algún organismo del Ministerio se encuentra con necesidad de
convocar previamente al Ministerio a las personas ternadas? O sea, ¿es de uso y
costumbre en el Ministerio convocar a las personas ternadas a la sede del
Ministerio?
Sr. Zavala. — Depende. Porque puede suceder que el Consejo de la Magistratura...;
el mecanismo en mi provincia es así: el Consejo de la Magistratura, una vez que
toma el examen, dice qué personas, qué postulantes son aptos y cuáles son no aptos.
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Con ellos forma una terna. Esa terna la remite al Poder Ejecutivo, quien tiene la
obligación de prestarle el acuerdo...
Sra. Ibarra. — ¿Cómo “el acuerdo”?
Sr. Zavala. — La obligación de pedir el acuerdo al Senado, y el Senado, si le da el
acuerdo, luego se hace la designación a través de un decreto.
Sra. Ibarra. — Sí, el mecanismo lo conozco. La pregunta es, desde el Ministerio de
la Legalidad, ¿suelen convocar a los ternados por el Consejo de la Magistratura?
Sr. Zavala. — Por eso, yo le dije y usted no me dejó terminar. Depende. ¿Por qué?
Porque en algunas oportunidades, el Consejo de la Magistratura suele remitir los
pedidos, o sea, dice: “que se ha tomado examen para el cargo de juez de la Cámara
del Crimen; las personas ternadas son: Juan, Pedro y Mario”. Y han omitido, en
algunas oportunidades, remitir la carpeta de antecedentes. ¿Me entiende?
Sra. Ibarra. — ¿Y en ese caso?
Sr. Zavala. — Entonces, en ese caso, si no se consigue la carpeta de antecedentes
en el Consejo de la Magistratura, porque a veces, por algún trámite administrativo
puede haber quedado en alguna mesa de entrada, se le suele pedir al postulante que
presente, supóngase, para darle un ejemplo, cualquiera de las chicas de ahí, de las
empleadas administrativas, le suele decir qué necesita; que le traiga una fotocopia
del DNI, o una fotocopia de un título. ¿Me entiende?
Sr. Guinle. — Parte del legajo.
Sr. Zavala. — Parte del legajo, exactamente.
Sra. Ibarra. — ¿Cuánto tiempo tiene el Poder Ejecutivo desde que le manda la
terna el Consejo de la Magistratura? Entiendo que son treinta días. ¿No es cierto?
Sr. Zavala. — Creo que ahora son treinta días. Se han modificado un poquito las
leyes, pero creo que son treinta días.
Sra. Ibarra. — Cree.
Sr. Zavala. — Sí, pero con precisión, me remitiría al digesto que usted tiene.
Sra. Ibarra. — No, pero usted es el viceministro de la Legalidad, si no lo sabe
usted, estamos en un problema. Yo seguro que no lo sé.
Sr. Zavala. — No, no. Sí lo sé. ¿Pero sabe qué pasa? Son muchas leyes y así, un
poco, el número exacto, en este momento por ahí a veces me olvido. Pero son treinta
días, señora.
Sra. Ibarra. — Es decir que en treinta días ustedes piden los antecedentes al
Consejo de la Magistratura o convocan al ternado.
Sr. Zavala. — Sí, son treinta días.
Sra. Ibarra. — No ocurría en todos los casos. O sea, ¿convocaban algunas veces a
los ternados o siempre se convocaba a los ternados al Poder Ejecutivo?
Sr. Zavala. — Por eso yo le dije que depende. Si la carpeta del Consejo de la
Magistratura venía completa, no había necesidad de convocarlo o de hacerle saber al
postulante; no era que se lo convocaba, como usted dice, sino que se le hacía saber
al postulante que debía presentar la fotocopia de un determinado título.
Sra. Ibarra. — En esos casos, que se le pedía por ejemplo, la fotocopia, algunas de
esas cosas, ¿quién los convocaba? ¿A través de qué mecanismos se los convocaba?
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Sr. Zavala. — Generalmente, los empleados que se dedican a hacer ese tipo de
notas para pedir los acuerdos. Por la función que cumplo en este momento, esa tarea
no la hago yo.
Sra. Ibarra. — Y antes de ser viceministro de la Legalidad, ¿la hacía?
Sr. Zavala. — Estaba trabajando en el tema de revisión de las leyes, que le decía
recientemente, con lo cual todo el tema inherente a designaciones, un poco que
escapaba a mi competencia.
Sra. Ibarra. — ¿O sea que usted no participó en ningún caso de encuentros con
postulantes del Consejo de la Magistratura?
Sr. Zavala. — Mire, por el tema específicamente del Consejo de la Magistratura...
Sra. Ibarra. — De designación.
Sr. Zavala. — Por eso, le tengo que decir habría que saber a qué personas
concretamente se refiere, y le voy a explicar por qué...
Sra. Fernández de Kirchner. — A los propuestos le está diciendo, a los ternados.
Sra. Ibarra. — Le estoy preguntando si usted participó de reuniones, en su
condición de funcionario, con los ternados por el Consejo de la Magistratura. Usted
era funcionario del Poder Ejecutivo; si usted participó en algunas ocasiones con
ternados del Consejo de la Magistratura.
Sr. Zavala. — ¿Por qué tema?
Sra. Ibarra. — No sé, por el que le parezca.
Sra. Fernández de Kirchner. — Por cualquiera. ¿Participó en reuniones? Eso es lo
que le está preguntando.
Sra. Ibarra. — ¿Tuvo reuniones con ternados del Consejo de la Magistratura?
Sr. Zavala. — No les entendí, porque me hablaron las dos a la vez.
Sra. Fernández de Kirchner. — Espere, senadora Ibarra, yo le voy a preguntar.
Le está preguntando la senadora si usted, en su carácter de viceministro de la
Legalidad de San Luis, o previamente a desempeñar ese cargo, usted mantuvo
reuniones con algunos de los ternados por el Consejo de la Magistratura para ser
magistrados, para ocupar cargos judiciales.
Sr. Zavala. — Por eso yo le decía, por ejemplo, si usted me dice, concretamente,
referido a Juan o a Pedro, yo se lo contesto.
Sra. Fernández de Kirchner. — No, perdón, olvídese, yo no le pido con quién...
Sr. Zavala. — No es menor el dato; no es menor.
Sra. Fernández de Kirchner. — No, mire, no le está preguntando con quiénes; le
está preguntando una cosa mucho más simple. Porque, es más, fíjese que si le
preguntáramos con quién, por allí usted podría no recordar si fue con Juan, con
Pedro o con Diego. En realidad, lo que le estamos preguntando es si alguna vez
mantuvo reuniones, en su carácter de viceministro de la Legalidad, o previamente a
desempeñar el cargo, con miembros que hayan sido ternados, propuestos, por el
Consejo de la Magistratura para ocupar el cargo de funcionarios, magistrados.
¿Usted tuvo alguna reunión con alguien? No importa el motivo o con quién. ¿Tuvo
reuniones?
Sr. Zavala. — No, señora, en mi carácter de viceministro, no.
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Sra. Ibarra. — ¿Antes, cuando era del grupo de notables?
Sra. Fernández de Kirchner. — Cuando era el coordinador del foro de notables.
Sr. Zavala. — Por el tema del Consejo de la Magistratura, no, señora.
Sra. Fernández de Kirchner. — Perdón, eso se llama, en materia judicial —usted
es abogado—...
Sr. Zavala. — Abogado, exacto.
Sra. Fernández de Kirchner. — Bien, eso se llama “reticencia”.
Sr. Zavala. — No, señora, porque yo le estoy diciendo la verdad.
— La senadora Negre de Alonso pronuncia palabras fuera de
micrófono.
Sra. Fernández de Kirchner. — Perdón, senadora: ¿para qué está pidiendo la
interrupción?
Sra. Negre de Alonso. — Si usted me permite, le preguntaría al viceministro que
diga con todos los que ha tenido reuniones de los ternados.
Sra. Fernández de Kirchner. — Perdón, me parece que la pregunta que le estamos
haciendo es mucho más simple. No le estamos pidiendo que nos diga con quiénes ha
mantenido reuniones, senadora. Le estamos preguntando que nos diga si ha
mantenido reuniones.
Sr. Zavala. — En mi carácter de viceministro, por temas del Consejo de la
Magistratura, no.
Simplemente quería pedirle que me permita decir, respondiendo al señor, que
no estoy reticente. Me he tomado el trabajo de viajar desde San Luis para estar
presente el día de hoy para contestar todas las preguntas que ustedes deseen
hacerme. Desde ningún punto de vista -les pido disculpas si así lo han entendidosoy reticente.
Sra. Ibarra. - Usted, como viceministro y miembro de un poder, sabe de la
importancia de la división de poderes.
Hay una terna, que es elegida por un órgano como el Consejo de la
Magistratura y elevada al Poder Ejecutivo. Y éste debe elegir un candidato y
enviarlo al Senado para su acuerdo. Este es el trámite normal: mira la terna,
selecciona un candidato y envía el pliego al Senado.
En el ínterin en que esa terna está en el Poder Ejecutivo -que se supone que
evalúa entre tres candidatos a quién va a elevar primero-, usted, en su carácter de
funcionario de ese poder, ¿mantuvo alguna vez reuniones con alguno de los
ternados? La pregunta es por sí o por no. Si no, la damos por no contestada y avanzo
en alguna otra cosa.
Sr. Zavala. - No, no la dé por no contestada. Es no.
Sra. Fernández de Kirchner. - Para que usted tenga una idea. ¿Sabe cuál es el
problema y por qué no es que uno sea insistente con las preguntas? Porque la
denuncia que hay es que precisamente a los miembros del Poder Judicial se les pedía
la renuncia por anticipado. No es por el hecho de que un funcionario del Poder
Judicial o alguien propuesto tenga una reunión con alguien del Poder Ejecutivo o no.
La importancia de la pregunta y de la respuesta no radica -a mi criterio- en que una
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reunión suya con un miembro del Poder Judicial obstaculice la división de poderes.
Lo que sucede es que la denuncia por la que se pide la intervención del Poder
Judicial, entre otras cosas fue hecha porque a todos los funcionarios se les exigía,
antes de ser nombrados en el cargo, que presentaran la renuncia.
Que quede claro cuál es la orientación de la pregunta. Porque si no, parecería
que cada vez que un miembro del Poder Legislativo o del Poder Judicial re reúne
con alguien del Poder Ejecutivo, o viceversa, estaría afectando la división de
poderes. No es por eso. Es porque, precisamente, la denuncia que existe es que se
reunían con los ternados para exigirles que antes de ser nombrados presentaran las
renuncias a sus cargos.
Por eso, la insistencia en la pregunta y la importancia de la respuesta.
Sr. Zavala. - Entiendo y le reitero, señora. Y por eso me permití leer este párrafo del
señor juez federal, en donde expresamente afirma lo contrario. Es decir, para que
quede bien en claro, por si no se entendió, mi respuesta es no. Es decir, no se
mantenían reuniones. No he mantenido reuniones en mi carácter de viceministro.
Jamás hemos tenido alguna injerencia.
Sr. Guinle. - Creo que la confusión viene porque en una de sus respuestas anteriores
dijo que generalmente no ha pedido renuncia anticipada.
Sr. Zavala. - Jamás he pedido renuncia anticipada.
Sr. Guinle. - Posiblemente. En la versión taquigráfica va a quedar muy claro. Dijo
generalmente. Creo que la confusión surge de ahí y por eso vuelven sobre la
pregunta. Porque cuando expresó que generalmente no pedía renuncia anticipada,
obviamente ha generado una confusión.
Sr. Zavala. - Por eso, señor, si me permite, quisiera corregir que se ponga que jamás
he pedido o hemos pedido alguna reunión similar.
Sra. Ibarra. - ¿Usted vio las renuncias de la doctora Ziliotto, del doctor Lútens o
del doctor Spagnuolo? Como viceministro, ¿la las tuvo ante su vista?
Sr. Zavala. - En este momento no le podría decir, porque son muchas. Si tienen la
firma mía, sí.
Sra. Ibarra. - No, yo no las vi. Le pregunto a usted: ¿alguna vez vio la renuncia de
la doctora Ziliotto?
Sr. Zavala. - Por eso le digo. Si tiene la firma mía, sí. Si está como que la he
recepcionado yo, sí.
Sra. Ibarra. - ¿No se acuerda si usted vio la renuncia de la doctora Ziliotto?
Sr. Zavala. - Que ha renunciado le puedo decir que sí.
Sra. Ibarra. - Pero yo le pregunto: el texto, el papel donde dice “renuncio”, ¿usted
lo vio?
Sr. Zavala. - Yo le puedo decir lo que le dije recién: que ha presentado su renuncia,
sí. Pero por la cantidad de trabajo que tenemos en el Ministerio no podría precisarlo.
Sra. Fernández de Kirchner. - Quiero decirle algo. Usted no ha prestado
juramento, pero usted mismo dijo que vino de San Luis a presentarse. Sabía más o
menos que le íbamos a preguntar acerca de...
Sr. Zavala. - No, pensé que me iban a preguntar sobre la intervención federal.
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Sra. Fernández de Kirchner. - Como se ve que siguió por “TN” la declaración de
la doctora Ziliotto, cuesta creer que no se acuerde, siendo viceministro de la
Legalidad, si vio la renuncia o no.
No le estamos preguntando acerca de qué decía la foja número veinte del
expediente número tal. Estamos hablando precisamente de los casos emblemáticos y
puntuales que han dado motivo al proyecto de algunos señores senadores y,
precisamente, a su citación el día de la fecha aquí. Por eso las preguntas que le hacen
son gruesas respecto de la cuestión que estamos tratando. No son excesivamente
finitas -si se me permite el neologismo- para poder abordar el tema.
Tiene la palabra la senadora Negre de Alonso.
Sra. Negre de Alonso. - No es que quiera aclarar su pregunta. No quiero pasar por
encima de usted.
Doctor Zavala: le han preguntado sobre tres renuncias. ¿Usted recuerda haber
tenido en sus manos los expedientes que tramitaron esas renuncias para el decreto de
aceptación?
Sr. Zavala. - Recuerdo que esas tres personas que la señora ha mencionado han
presentado sus renuncias. Si usted me pide precisión acerca del número de
expediente...
Sra. Ibarra. - No, si vio el texto de la renuncia.
Sr. Zavala. - Me remito a lo que recién le decía. Han presentado su renuncia.
Sra. Fernández de Kirchner. - Recién recibió una ayuda de su comprovinciana. Le
preguntó si había visto el expediente. ¿Tampoco lo vio? ¿Tampoco se acuerda? Si ya
con ayuda tampoco la contesta...
Sr. Zavala. - El decreto de renuncia sí me acuerdo que lo he visto.
Sra. Fernández de Kirchner. - ¿Del expediente se acuerda?
Sr. Zavala. - Del decreto donde sale aceptando la renuncia, sí.
Sra. Fernández de Kirchner. - ¿Y el decreto dónde lo vio?
Sr. Zavala. - Lo había visto en el Ministerio.
Sra. Fernández de Kirchner. - ¿Pero en su Ministerio andan los decretos así? ¿No
andan en expedientes?
Sr. Zavala. - No. Los he visto porque creo que fue el señor juez federal quien
mandó a pedir los decretos. Y en esa oportunidad remitimos a la justicia federal
todas las copias de decretos de las personas que habían presentado su renuncia.
Si me pide precisiones, no lo puedo hacer.
Sra. Ibarra. - ¿Hubo una conferencia de prensa dada por el ministro de la Legalidad
-en ese caso le pregunto si usted participó o no- el 16 de marzo, donde se anunció
que había renunciado la doctora Ziliotto?
Sr. Zavala. - No recuerdo, pero puede ser.
Sra. Ibarra. - ¿Usted recuerda cuándo salió en el diario el anuncio de que había
presentado la renuncia la doctora Ziliotto?
Sr. Zavala. - No.
Sra. Ibarra. - Porque aparentemente fue portada del diario el 17 de marzo.
Sr. Zavala. - ¿De qué diario?
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Sra. Ibarra. - “El diario de la República”.
Sr. Zavala. - No.
Sra. Ibarra. - ¿Usted se acuerda de qué fecha tenía la renuncia de la doctora
Ziliotto?
Sr. Zavala. - Me remito a lo que decía recién. Del decreto de aceptación, sí puedo
dar fe de que lo ha presentado.
Sra. Negre de Alonso. - No quiero que se malinterprete.
El viceministro y el ministro de la Legalidad han sido llamados a prestar
declaración indagatoria para esta semana en el expediente federal, donde van a hacer
su defensa. Entonces, no quiero que quede la sensación, como escuché que se
insinuaba, de una falta respeto o que se niega a contestar. Puede ser perfectamente
que el señor viceministro tenga una estrategia personal.
Quiero aclarar que le dije que no viniera, que declarara después, y él dijo que
quería venir y tener la oportunidad.
No quiero hacer una defensa del viceministro, pero es una situación objetiva
que puede influir en este tema.
Sra. Fernández de Kirchner. - Sin lugar a dudas. Pero para eso es de buen criterio
que, además de tener criterio de legalidad, tenga también criterio de respeto al
propio Senado. Si no estaba dispuesto a contestar porque complicaba su situación,
me parece lógico. Fíjese que absolutamente nadie ha objetado la decisión de no
venir del ministro de la Legalidad, porque somos concientes, como abogados, de que
complica su situación procesal el hecho de que venga.
Pero en todo caso, lo que debería hacer el viceministro de la Legalidad es,
además, tener el criterio de no venir al Senado sabiendo que no va a poder responder
las preguntas. Porque, en realidad, el que se está colocando en la situación es él y no
el Senado. Con lo cual, sinceramente, está bien la aclaración.
Sra. Ibarra. - Al principio le dije que efectivamente no prestaba juramento -que
había sido invitado- y que podía, además, negarse a contestar y decir que no quería
contestar una pregunta. Lo que no podemos hacer es dejar de preguntar o preguntar
sólo lo que él quiere que le pregunten.
En estas condiciones no es bajo juramento. Esto no es un proceso judicial.
Estamos tratando de determinar cuestiones institucionales.
Sra. Negre de Alonso. - Está bien, senadora. Cuando la vez pasada alguien me
preguntó dije que el viceministro estaba dispuesto a venir a contestar sobre todo.
Además, he sido la primera que le ha preguntado sobre las supuestas renuncias
anticipadas. Porque soy consciente de que es uno de los temas que tanto se está
debatiendo que hay un proceso federal abierto por el juez federal. El juez se declaró
incompetente y la Cámara ha revocado la incompetencia y ha llamado a audiencia
para que ejerza su defensa.
No quiero que se tome como una falta de respeto institucional ni de mi
provincia, ni del viceministro, ni de la posición mía que, en definitiva, soy la única
que está defendiendo la institucionalidad de mi provincia.
Quiero que se deje constancia de eso.
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No voy a hacer más preguntas, pero quiero dejar constancia de lo siguiente.
Con todo respeto, senador Guinle, hay una diferencia entre colegiación y no
colegiación, pero queda para después entre los dos.
Sr. Guinle. - No, no va a quedar para después. Porque la pregunta fue muy clara.
Hay una disposición en la Constitución de San Luis. Entonces, lo que se le
preguntaba era muy claro y creo que la interrupción suya fue destinada a confundir
lo que era muy claro.
Hay una disposición constitucional y lo que se preguntaba al testigo era si el
legislador tenía posibilidades, por ley, de modificarla. Entonces, usted interrumpió y
genero una confusión a partir de la cual, obviamente, el testigo quedó con las
respuestas -a mi juicio- sin contestar.
Sra. Negre de Alonso. - Le podemos dar la oportunidad de nuevo.
Sr. Guinle. - Señora senadora: es suficiente, por lo menos para mí.
Sra. Fernández de Kirchner. - ¿Algún otro señor senador o senadora va a formular
alguna otra pregunta al señor viceministro de la Legalidad?
Entonces, puede retirarse.
- Se retira el señor Mario Zavala.
- Ingresa la señora Estela A. Aragón.
Sra. Fernández de Kirchner. - Le va a hacer las preguntas uno de los miembros de
la subcomisión: el doctor Sanz.
Sr. Sanz. - Ha sido citada usted a declarar a tenor de interrogatorios que han
ofrecido las partes.
En este caso, hay un interrogatorio ofrecido por el senador Agúndez, que
comienza con la siguiente pregunta: si conoce acerca de la crisis del Poder Judicial
de San Luis. Y en caso afirmativo, cómo lo conoce y si sabe cuáles son las causas
que han llevado a esa situación.
Sra. Aragón. - Conozco la crisis del Poder Judicial de San Luis. No es una situación
actual -si se puede denominar crisis-; es una situación coyuntural.
En realidad, esta es una situación de larga data que ha comenzado a fines del
año 95, con un avance sostenido y metódico por parte del Poder Ejecutivo sobre el
Poder Judicial. Esto ha desencadenado distintos episodios de crisis coyunturales, en
los cuales hace eclosión cada tanto una situación permanente de sometimiento del
Poder Judicial por parte del Poder Ejecutivo.
Un primer avance sobre el Poder Judicial fue una ley que reformó la que
reglamenta el Consejo de la Magistratura y estableció el rechazo ficto de las ternas
para ocupar cargos en el Poder Judicial. Esto es, transcurridos treinta días, si el
gobernador no elegía de la terna propuesta por el Consejo de la Magistratura a uno
de los candidatos, se consideraba automáticamente rechazados a los tres. Y así
sucesivamente ocurría que se dejaban caer las ternas hasta que aparecía, en una de
ellas, alguien que era finalmente aceptado y designado.
Después se comenzó a armar una arquitectura legal reformando distintas
leyes estratégicas vinculadas a la independencia del Poder Judicial.
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Se reformó la ley de amparo. Se hicieron ciertas modificaciones pero hubo
una que fue sustancial, porque en el veto del Poder Ejecutivo se incluyó el efecto
suspensivo a las apelaciones, lo que desnaturalizaba totalmente la figura del amparo.
Después esto fue superado, pero el avance sobre el Poder Judicial sobre los
derechos de lo justiciable no terminó ahí porque empezaron a dictarse leyes que
afectaban la intangibilidad de las remuneraciones del Poder Judicial.
Sobre esto tuve mucho conocimiento porque fui secretaria durante nueve años
en el Poder Judicial -en distintos fueros- y he estado en la Comisión del Colegio de
Magistrados del Poder Judicial de San Luis. Incluso, fui designada representante de
todas las secretarias y participamos de las primeras negociaciones con el Poder
Ejecutivo para intentar detener el dictado de estas leyes inconstitucionales.
A fines del 95 se dictó la ley 5.062 que redujo drásticamente los sueldos de
los magistrados y funcionarios del Poder Judicial de San Luis y afectó el principio
de intangibilidad. Y vino una catarata de amparos -por supuesto, con algunas
exclusiones- de casi la totalidad de miembros del Poder Judicial de San Luis,
defendiendo la intangibilidad de los sueldos, que recibieron sentencias favorables en
primera y segunda instancia.
En mi caso, como secretaria, tengo -incluso- sentencia favorable de segunda
instancia también. No por el lado de la intangibilidad -porque no era magistradapero sí por el de los derechos adquiridos.
Un grupo de magistrados y funcionarios decidimos hacer una donación
voluntaria para no consentir la afectación de la intangibilidad, la que consideramos
uno de los pilares de la independencia del Poder Judicial.
Y el Poder Ejecutivo, al aceptar esa donación voluntaria, no aceptó lo que
estábamos donando sino que dijo que se aceptaba la donación voluntaria y se
establecían los sueldos que estaban fijados en la ley que nos reducía los salarios. Esa
ley es la que permanece hasta la actualidad vigente.
Los juicios de amparo iniciados por la casi totalidad de magistrados y
funcionarios fueron contestados por la Fiscalía de Estado, en ese momento a cargo
de la senadora Negre de Alonso.
Ella debió ausentarse del país —por el caso (Drexler)—, pero el fiscal de
Estado tutor, que era el doctor Zavala, contestó todos esos amparos por la parte
demandada, el gobierno de la provincia.
Y después, el doctor Mario Zavala, habiendo asumido ya como camarista
laboral, transó esos amparos por la parte actora, representando a la parte actora
desde el Colegio de Magistrados y Funcionarios de San Luis, como presidente del
Colegio de Magistrados de San Luis.
Esto, en derecho, acá vemos varios abogados, sabemos que es un claro caso
de representación de intereses en conflicto, y mereció por parte de una camarista
actuante una vista al Juzgado de Instrucción y a la Fiscalía en turno por esta
actuación, prima facie encuadrada en el delito de prevaricato del doctor Zavala.
Pero de esa forma se puso fin, por parte de numerosos magistrados y
funcionarios, en esta transacción vergonzosa con Fiscalía de Estado, a los amparos
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por el principio de intangibilidad.
Muchos no desistimos ni participamos de
esa transacción. La mayoría fuimos después cesanteados, destituídos, etcétera, del
Poder Judicial. Pero así terminó la historia de la afectación de la intangibilidad del
Poder Judicial.
Esa ley de salarios se mantiene hasta la actualidad...
Sra. Fernández de Kirchner. — Doctora, yo le voy a hacer una pregunta respecto
del concepto de intangibilidad, que es lo que estoy escuchando.
En la oportunidad en que se le hizo un descuento, ¿fue únicamente para el
Poder Judicial o fue para todos los empleados del sector público, o sea, en los tres
poderes del Estado? —Todos sabemos que el Estado tiene tres poderes: Ejecutivo,
Judicial y Legislativo—. En esa oportunidad en la cual se ampararon los jueces y
consideraron que se afectaba su derecho, ¿fue únicamente a los jueces que se les
hizo el descuento?
Sra. Aragón. — Sí, la ley 5062 se refería exclusivamente a magistrados y
funcionarios del Poder Judicial. Porque, por su parte, los legisladores, en uso de sus
facultades, habían establecido sus propias dietas, y el Poder Ejecutivo, por su lado,
había hecho su propia fijación salarial.
Esa ley fue dirigida exclusivamente a magistrados y funcionarios del Poder
Judicial. Fue un proyecto del Poder Ejecutivo aprobado por el Poder Legislativo.
Sra. Fernández de Kirchner. — La pregunta es la siguiente. Porque esto ha
sucedido en muchísimas provincias argentinas, el tema del descuento salarial por
cuestiones presupuestarias, obviamente, de financiamiento estatal...
Sra. Aragón. — Por supuesto, o cuestiones de emergencia...
Sra. Fernández de Kirchner. — Obviamente.
Cuando se hizo la ley, ¿había habido previamente un descuento de los
empleados del sector legislativo y del sector ejecutivo? Eso es lo que quiero
preguntarle. ¿Se entiende? ¿Usted entiende la pregunta, no?
Sra. Aragón. — Sí, la entiendo. Sí, cada uno había dispuesto ciertas rebajas
salariales.
Sra. Fernández de Kirchner. — Salvo ustedes, el Poder Judicial...
Sra. Aragón. — No, el Poder Judicial lo había ofrecido, sí. Habíamos ofrecido estas
rebajas voluntarias todos los miembros del Poder Judicial.
Sra. Fernández de Kirchner. — ¿Que eran similares a las que había dispuesto el
Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo?
Sra. Aragón. — Exactamente. Lo que rechazábamos era que fuese una imposición
desde el Poder Legislativo por un proyecto del Poder Ejecutivo, porque
considerábamos que ese era un avance sobre la independencia del Poder Judicial.
Sra. Fernández de Kirchner. — O sea que ustedes, mediante una acordada,
mediante un instrumento propio del poder, habían acordado el descuento de salarios
en forma similar a la que había hecho el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
¿Esa fue la situación?
Sra. Aragón. — No, acordada no, porque no teníamos autarquía en ese momento.
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Sra. Fernández de Kirchner. — No importa. Cualquiera fuera el instrumento de
decisión de política judicial que empleaba en ese momento el poder, si el poder
había acompañado lo resuelto por los otros dos poderes del Estado, por una cuestión
de financiamiento, descontando...
Sra. Aragón. — Así es.
Sra. Fernández de Kirchner. — Y entonces, a su criterio, ¿a qué obedece la
sanción de la ley posterior, si ya el Poder Judicial había acompañado la política
salarial. Está claro que la política salarial en las provincias las fija el Poder
Ejecutivo, más allá de la independencia de los poderes y demás. Pero en definitiva,
constitucionalmente, es el que normalmente atiende al financiamiento del Estado o a
la administración de las cuentas del Estado y del presupuesto provincial.
¿Me entiende a dónde voy?
Sra. Aragón. — Supongo que habrán considerado insuficiente la reducción salarial
que se había propuesto por parte de los miembros del Poder Judicial.
Sra. Fernández de Kirchner. — Pero usted me dijo que era la misma que se
habían...
Sra. Aragón. — Es que los sueldos no eran los mismos. Nosotros habíamos
ofrecido una reducción en porcentajes, que iban de mayor a menor según los
sueldos: a mayor sueldo, mayor porcentaje; a menor sueldo, menor porcentaje.
Sra. Fernández de Kirchner. — Sí, es lógico.
Sra. Aragón. — Así, siguiendo la escalera judicial, desde ministros del Superior
Tribunal hasta secretarios de Primera Instancia. Los empleados estaban excluidos,
porque esta era una cuestión estrictamente dirigida a magistrados y funcionarios.
Sra. Fernández de Kirchner. — Y los empleados de los otros poderes, los
empleados públicos del Poder Ejecutivo y los empleados públicos del Poder
Legislativo, ¿habían sufrido descuento de salarios?
Sra. Aragón. — No recuerdo si habían sufrido descuento de salarios.
Probablemente era una política nacional en ese momento por una situación de
emergencia. Pero en la provincia de San Luis no existía declarada la emergencia
económica; se declaró después y se aplicó retroactivamente para justificar esta
reducción de salarios. Por el contrario, teníamos un presupuesto superavitario.
O sea que la política de reducción salarial dentro de la provincia de San Luis
no tenía mucha justificación, dentro del marco estrictamente provincial.
Sra. Fernández de Kirchner. — La entiendo. Prosiga, por favor.
Sra. Aragón. — Después de la ley de reducción de remuneraciones, de estos juicios
y el colofón de estos juicios, se reformó la ley de Fiscalía de Estado. Fiscalía de
Estado concentró todas las funciones que antes estaban repartidas en distintas
asesorías del Estado. Se decretó la ley de emergencia económica y social que, como
le dije, tiene el número 5067, y nuestras reducciones eran ley 5062. O sea, fue
posterior y se aplicó retroactivamente. Y fue declarada inconstitucional esta
aplicación retroactiva en los amparos que nosotros hicimos por nuestras
reducciones.
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Otra modificación sustancial, que hasta el día de hoy se mantiene tal cual, fue
la forma de designar a los conjueces, y que es de trascendental importancia en lo que
hace a la actuación independiente de quienes deben administrar justicia. Porque
siempre los conjueces fueron designados por sorteo público practicado en el
Superior Tribunal, de la lista en relación a los conjueces de cada categoría, de los
abogados que reunían los requisitos constitucionales para cada cargo.
A partir de esta reforma de la ley de conjueces, los conjueces eran designados
por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, de la lista de abogados que se le
remitía.
Y nos encontramos con la situación de que la mayoría de los conjueces
designados eran miembros del Poder Ejecutivo. En concreto, y lo grave de esto es
que, por lo general, los juicios en los que toca intervenir a conjueces no suelen ser
litigios entre particulares. Por lo general, las causales de apartamiento de jueces
suelen producirse, en la mayoría —en el noventa y nueve por ciento de los casos—
en juicios contra el Estado provincial. Y nos encontramos con conjueces que eran
funcionarios del Estado provincial, senadores provinciales en actividad, en
funciones. Debíamos recusarlos porque no se apartaban, se avocaban.
Concretamente, en mi causa, por mi cesantía, tengo esta situación en repetidas
ocasiones, hasta el día de la fecha, en que acaban de designar de nuevo conjuez a un
funcionario del Poder Ejecutivo.
Entonces, terminábamos entrampados en un sistema prácticamente de
negación de justicia, porque no teníamos jueces independientes que se avoquen a
nuestras causas.
Esta situación se mantiene hasta la actualidad. La gravedad de la forma de
designación de conjueces se traducía en las causas judiciales a estos niveles que les
estoy relatando.
Y en los organismos que debían integrar los abogados, también se traducía de
otra manera. Porque, por ejemplo, en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados,
los abogados eran elegidos en sorteo público por una lista por el Colegio Forense. Y
a partir de la ley que modificó la forma de designar los conjueces, los integrantes de
este organismo constitucional, que es el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados,
también salía de esta misma lista de conjueces designados por el Poder Ejecutivo
con acuerdo del Senado. Con lo que los abogados perdían su representatividad y los
abogados eran elegidos de los abogados conjueces, que también elegía el Poder
Ejecutivo, que de esa manera tenía prácticamente el control, salvo el diputado de la
oposición, de la casi totalidad del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados; lo que
permitió que se concretasen después las destituciones y los juicios políticos que se
llevaron a cabo en el año 1998 y, posteriormente, de las doctoras Gallo, Careaga y
demás, con las connotaciones públicas que todos conocemos y que han motivado la
intervención de organismos internacionales.
Hasta el día de hoy esto sigue intacto.
Esta forma de designar conjueces no ha sufrido modificación y está
consagrada en la Ley Orgánica provincial. Así que, hasta el día de hoy yo me veo
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enfrentada, por ejemplo, en mi juicio por cesantía y en los de todas las secretarias
que represento, más en el de la doctora Maluf, más en el de una jueza y un secretario
destituidos, por el cierre de su Juzgado.
Tengo que enfrentar esta situación. Tenemos un Superior Tribunal acéfalo y
los conjueces que tengo para que me designen son funcionarios del Poder Ejecutivo,
senadores provinciales, etcétera. Entonces, virtualmente nos encontramos ante una
situación de denegación de Justicia.
Y si admitimos que se conforme de esa forma el tribunal, obviamente,
estamos siendo juzgados por la parte demandada; con el agravante de que, por
ejemplo, el Superior Tribunal que actúa en la órbita administrativa después no se
excusaba cuando actuaba en la órbita jurisdiccional, y cuando se excusaba teníamos
estos conjueces para actuar. No teníamos nunca jueces imparciales independientes
para que administren Justicia en los casos en los que el Estado provincial es parte.
Agravado esto porque, cuando en el año 1997, luego de una terrible campaña
de desprestigio, se logró el descabezamiento del Superior Tribunal de Justicia, el
Superior Tribunal que asumió, presidido por el doctor Sergnese, dictó una
jurisprudencia que consideró de aplicación obligatoria en todas las instancias y
fueros en el caso Nuñez; jurisprudencia obtenida a instancias de la Fiscalía de
Estado también, por la cual se determinó que ningún juez, magistrado, secretario o
funcionario que tuviese causa pendiente con el Estado provincial, aun cuando fuese
por cuestiones salariales, que uniformemente en toda la geografía del país pueden
seguir actuando válidamente en contra del Estado, en la provincia de San Luis no
pueden intervenir en causas contra el Estado provincial. Con lo cual, jueces
independientes que pretenden defender sus derechos frente al Estado provincial no
pueden intervenir después en el resto de las causas contra el Estado provincial; lo
cual queda limitado a aquellos que, por razones obvias, no hacen ningún tipo de
reclamo de inconstitucionalidad, etcétera.
Esta jurisprudencia se mantiene hasta la actualidad; intentó revertirla una
cámara y el Superior Tribunal volvió a revocarle la sentencia a la cámara y a
convalidar esta jurisprudencia que impide intervenir a los jueces que tienen algún
juicio pendiente contra el Estado, de naturaleza personal, por supuesto.
Después se dictaron otras leyes que fueron también declaradas
inconstitucionales por un superior tribunal subrogante que debió asumir cuando el
Superior Tribunal fue descabezado en esa primera crisis —no en esta segunda del
año 1996, 1997—.
Una ley prohibía las medidas cautelares en los amparos; otra ley prohibió
todas las medidas cautelares y preliminares en todos los juicios contra la
administración pública directamente. O sea, fue declarada inconstitucional en
primera instancia, fue declarada inconstitucional por el Superior Tribunal de oficio,
porque era como si directamente se privase al Poder Judicial del imperium, de la
herramienta para asegurar la eficacia de sus sentencias, porque de eso se tratan las
medidas cautelares.
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Entonces, era aberrante: cuando alguien tenía un juicio contra el Estado
provincial no podía asegurar la eficacia de su sentencia por ninguna medida cautelar
o preliminar.
Esto fue declarado inconstitucional en primera instancia y fue declarado
inconstitucional por el Superior Tribunal en acordada con efecto ergo omnes.
Y la declaración en primera instancia que ocurrió en el Juzgado Civil N° 1
debió hacerla la jueza de oficio porque a ese Juzgado se presentaron los amparos de
los tres abogados cuyos mandatos se declararon caducos en el Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados cuando se dictó la primera ley del Jurado, que
modificó la forma de integración del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Cuando fueron reemplazados por los conjueces elegidos por el Poder
Ejecutivo y se declaró automáticamente la caducidad de sus mandatos, antes de
fenecido el plazo legal, los tres abogados hicieron amparos. Para poder hacer lugar a
los amparos debimos —digo “debimos” porque era la secretaria de ese Juzgado—
declarar la inconstitucionalidad de la ley que prohibía las medidas cautelares contra
el Estado. Y, de esa manera, se dictó una medida de no innovar para que se altere el
mandato de esos tres abogados que estaban integrando el Jurado de Enjuiciamiento
porque, además, paralelamente, se estaba violando a las juezas enjuiciadas su
derecho al juez natural.
Esto fue lo que ocurrió en los casos de las doctoras Gallo y Careaga: se les
cambió la composición de sus jurados de enjuiciamiento en pleno transcurso de su
juicio, y de esta manera: declarándose la caducidad de los mandatos de los abogados
y asumiendo el nuevo Jurado de Enjuiciamiento, ignorando abiertamente todas estas
medidas cautelares.
Contra todas estas declaraciones de inconstitucionalidad, sobre todo contra
las que fueron dictadas de oficio por el Superior Tribunal, la Fiscalía de Estado
inició una acción de nulidad que mereció una sentencia del Superior Tribunal, en la
que directamente se considera la actuación de la Fiscalía de Estado a cargo de la
señora senadora Negre de Alonso como un alzamiento contra las instituciones
republicanas, un alzamiento contra el Poder Judicial, y que desnaturalizaba la
esencia e incumplía sus funciones constitucionales; porque en vez de estar pugnando
por la defensa de la constitucionalidad de las leyes estaba pretendiendo anular
aquellas sentencias que las declaraban a las inconstitucionalidades, cuando su
misión constitucional primordial era justamente defender la constitucionalidad de las
leyes.
En esa oportunidad, que fue en una sentencia del 5 de febrero de 1997, el
Superior Tribunal subrogante de San Luis hizo saber al pueblo de San Luis que su
voluntad soberana de mantener la división de poderes había sido conculcada porque
el Poder Judicial estaba sometido.
Todas estas a acordadas de inconstitucionalidad fueron derogadas por el
Superior Tribunal que asumió en mayo del año 1997. Fueron anuladas en una sola
acordada, la Acordada 279, con lo que restablecieron plena vigencia todas estas
leyes inconstitucionales.
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Otra ley que se dictó en esta época y que ha contribuido a agravar la crisis,
que es de singular importancia para la independencia del Poder Judicial, es la Ley de
Autarquía.
La autarquía en San Luis no es tal. No existe tal autarquía.
Por ese motivo, en su oportunidad, desde el Poder Judicial y con un grupo de
magistrados y funcionarios hicimos una demanda de inconstitucionalidad. Sin
perjuicio de ello, el Superior Tribunal también declaró la inconstitucionalidad
sosteniendo que, primero, no era tal la autarquía porque el Poder Judicial podía fijar
su régimen salarial siempre que se sometiese a los lineamientos fijados por los otros
poderes de política salarial; y, en segundo lugar, porque se comprometía a asegurar
el funcionamiento del Poder Judicial durante nada más que tres años, al cabo de los
cuales se desentendía de las obligaciones.
La situación, a lo largo de los años, fue provocando el desfinanciamiento del
Poder Judicial; y, en la actualidad, el Poder Judicial tiene recursos para funcionar
hasta mayo del año que viene. En mayo del año que viene va a quedar totalmente
desfinanciado en base a una proyección que ha hecho la actual Secretaría Contable
del Superior Tribunal, porque los recursos asignados en un principio, y en
porcentajes importantes, a lo largo de los años se fueron recortando drásticamente.
Por ejemplo, del 85 por ciento del Impuesto de Sellos se redujo la participación
correspondiente al Poder Judicial para su financiamiento a un 30 por ciento y el
porcentaje correspondiente al Impuesto Inmobiliario también se redujo.
Ya pasaron tres años desde que se dictó esta ley, de manera que el Poder
Ejecutivo, si el Poder Judicial necesita más fondos para funcionar, no se hace cargo
de las diferencias que se necesiten.
Se creó paralelamente un fondo de reserva al que van destinados los fondos
que exceden lo que presupuestariamente necesita todos los meses el Poder Judicial,
pero ese fondo de reserva va a ser consumido este año. El año que viene, en mayo,
el Poder Judicial va a quedar totalmente desfinanciado y el Poder Ejecutivo no tiene
obligación de contribuir a solucionar este desfinanciamiento del Poder Judicial, que
es una obligación dispuesta constitucionalmente: la de garantizar el funcionamiento
del Poder Judicial.
De manera que en mayo del año que viene el Poder Judicial no va a tener
fondos para hacer frente ni siquiera a sus gastos más elementales de funcionamiento.
Además, digo que no hay tal autarquía porque es manejada desde Tesorería
General del Poder Ejecutivo y no desde el Superior Tribunal del Poder Judicial de
San Luis.
El Superior Tribunal remite todos los meses al Poder Ejecutivo los fondos
que necesita y el Poder Ejecutivo le destina de los ingresos el porcentaje que
necesita, el resto va a esa cuenta recaudadora. Pero todos los meses han debido sacar
de esa cuenta recaudadora, porque los ingresos genuinos nunca han alcanzado para
cubrir las necesidades presupuestarias del Poder Judicial.
Esa cuenta recaudadora se va a consumir, como dije, y en base al informe del
secretario contable del Superior Tribunal, este año.
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De manera que por ejemplo, el impass que se ha producido ahora con los
empleados judiciales en espera de que asuman los ministros definitivos designados
por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado en el Superior Tribunal es una
situación que va a volver a hacer eclosión a corto plazo, porque no va a haber cómo
hacer frente a sus reclamos salariales de aumentos.
Este año, ante el primer pedido de aumento, el Poder Ejecutivo giró las
partidas necesarias, pero ya van cursándose dos notas para hacer lugar a una cifra
muy baja de aumento y el Poder Ejecutivo no ha dado respuesta. De manera que los
empleados están a punto de comenzar a hacer nuevamente acciones de fuerza.
Esto no sé cómo se va a solucionar el año que viene si a partir de mayo el
Poder Judicial no cuenta con recursos suficientes para hacer frente, ni con genuinos
ni con fondo de reserva.
De manera que la Ley de Autarquía fue justamente declarada
inconstitucional, porque realmente esta situación que se advertía en el texto de la ley
se está produciendo y concretando en la realidad.
Entre todo este listado entramado de leyes, también se reformó el orden de
subrogaciones de la Ley Orgánica, la forma de designar a las presidencias,
dejándose de lado la rotación de las presidencias, por ejemplo en el Superior
Tribunal, pudiendo reelegirse indefinidamente a su presidente, con lo que no se
cumple el principio de rotación constitucional, lo mismo que en las cámaras.
También se dictó una Ley de Emergencia Judicial, en el año 1997, que contradice
totalmente los fundamentos con la parte dispositiva. Porque los fundamentos de la
Ley de Emergencia Judicial fueron: falta de recursos presupuestarios, mala
asignación de personal, mora en el dictado de sentencias, sospechas generalizadas de
corrupción estructural, déficit de recursos humanos, etcétera; todas cuestiones que,
en ese momento, sobre todo porque además la jueza no dependía del Poder Judicial
sino de los otros poderes, o en todo caso exclusivamente del Superior Tribunal.
Se puso en comisión a todos los secretarios del Poder Judicial. No se advierte
la relación entre los fundamentos de la declaración de emergencia y la puesta en
comisión de los secretarios.
Sra. Ibarra.— ¿Era la Ley 51.113?
Sra. Aragón.— Sí, la Ley 51.113. En base a la Ley 51.113 en una mañana se
cesantearon diez secretarios —entre los que me cuento—, sin sumario previo, con la
sola invocación de la ley y alegando simplemente que eso propendía a un
reestructuramiento de las estructuras básicas del Poder Judicial para hacer más
eficaz y eficiente el servicio de Justicia. Eso es todo. Y a los tres días se cesanteó a
otra secretaria más; el año anterior se había cesanteado a una más.
Fuimos doce en total las secretarias cesanteadas, pero el 9 de febrero fuimos
diez en una sola mañana aleganado una reestructuración del Poder Judicial que no se
produjo, porque paralelamente a nuestras cesantías se estaban designando a nuestros
reemplazantes; y, en mi caso concreto, hasta tuvieron que esperar que asuma mi
reemplazante porque yo ni siquiera estaba en la provincia y no me podían notificar
que había sido cesanteada. Estaba de licencia.
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Sra. Ibarra.— ¿Quién dispuso las cesantías?
Sra. Aragón.— El Superior Tribunal de Justicia, por acordada, invocando la ley de
emergencia que nos había colocado en comisión y que había suprimido nuestra
garantía constitucional de estabilidad.
Sra. Ibarra.— ¿En qué año?
Sra. Aragón.— ¿De qué año es la Ley de Emergencia o en qué año nos
cesantearon?
Sra. Ibarra.— En qué año los cesantearon.
Sra. Aragón.— Nos cesantearon en febrero de 1998.
Esas cesantías provocaron, lógicamente, la movilización de la FAM. La
Federación Argentina de la Magistratura cursó cartas documento a los tres poderes
provinciales, también cursó cartas documento haciendo conocer su postura de
repudio a la violación de los principios constitucionales, porque nuestra estabilidad
estaba consagrada constitucionalmente, al Ministerio del Interior de la Nación, al
Ministerio de Justicia de la Nación, al Congreso de la Nación y al Instituto Nacional
contra la Discriminación, porque se consideró un acto de discriminación, ya que casi
la totalidad de las secretarias cesanteadas manteníamos nuestros reclamos judiciales
contra el Poder Ejecutivo provincial y éramos mujeres que habíamos manifestado
una clara postura de independencia frente al Poder Ejecutivo.
Nunca se fundamentó por qué sí a este grupo y por qué no a otro, ni tampoco
por qué con estas cesantías se hacía más eficaz o eficiente el servicio de Justicia,
cuando inmediatamente se designaban a otras personas sin ningún tipo de concurso
de antecedentes y oposición ni método que garantizase que se estaba superando una
situación que era deficiente.
Nuestros juicios están en la órbita del Superior Tribunal de Justicia de San
Luis. Todavía no podemos salir de allí a pesar de ser juicios de instancia originaria,
por esas situaciones que les mencioné. Tardamos un año en tener el Superior
Tribunal integrado y la Fiscalía de Estado puso todo tipo de argucias al progreso de
nuestras acciones; por ejemplo, una excepción de falta de legitimación pasiva,
diciendo que no podíamos demandar al Estado provincial porque el que nos había
echado era el Superior Tribunal de Justicia, como si el Superior Tribunal de Justicia
no fuese parte del Estado provincial de San Luis —que fue rechazada—; se oponían
a que pidiésemos informes, por ejemplo, al Colegio de Abogados de San Luis,
porque sostenían que el Colegio estaba disuelto y que no se podían pedir informes a
organizaciones que estaban disueltas. En fin, nos costó avanzar en los procesos.
De todas formas, la defensa frente a nuestras demandas contenciosas
administrativas y de inconstitucionalidad fue que éramos funcionarios políticos, que
no teníamos estabilidad, que los magistrados tenían inamovilidad y los empleados
estabilidad, pero que los secretarios estábamos en una categoría intermedia
equiparable a los funcionarios de los poderes políticos y que había emergencia
económica en la provincia...
Sra. Ibarra.— ¿Que los equiparaban a funcionarios políticos fue el argumento de
quién?
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Sra. Aragón.— De la Fiscalía de Estado.
Entonces, en los alegatos la pregunta se impuso: ¿si no teníamos estabilidad
por qué debieron ponernos en comisión para cesantearnos? Tenemos estabilidad
consagrada constitucionalmente; eso está en el artículo 234 de la Constitución
provincial. No se nos podía remover sin sumario; era indudable.
En dos o tres juicios hemos tenido sentencia desfavorable, hasta ahora
respetando las argumentaciones de la Fiscalía de Estado. El Superior Tribunal ha
dicho, incluso, que no pueden pronunciarse sobre nuestras cesantías en el marco
contencioso administrativo porque deberían declarar la inconstitucionalidad de una
ley y que las inconstitucionalidades no pueden declararse en el marco de las
acciones contenciosas administrativas.
Sin perjuicio de que es un error jurídico bastante importante, porque en el
marco de cualquier acción judicial se impone, no sólo puede sino que debe
declararse la inconstitucionalidad —es una obligación legal consagrada, es una
obligación constitucional para todo magistrado, y especialmente en la provincia de
San Luis está consagrado en su Constitución—, nosotros hicimos una demanda de
inconstitucionalidad autónoma paralela al contencioso administrativo, cuya
acumulación pedimos y nos denegaron.
Así que, bueno, suponemos que vamos a llegar a la Corte Suprema y que
vamos a obtener la reinstauración de nuestros derechos.
Otro caso muy grave que también sucedió en el año 1998 fue la supresión de
un juzgado.
El Superior Tribunal dijo que el Juzgado de Paz del letrado de Justo Daract
consumía dinero, que era innecesario, que el número de causas que atendía no
justificaba su existencia; entonces, el Poder Legislativo dictó una ley que suprimió a
ese Juzgado.
Hasta aquí está todo bien, porque está dentro del marco de política legislativa
de cualquier Estado provincial determinar la existencia, supresión o creación de
juzgados. El problema es que existe una norma constitucional que dice que no se
puede aplicar ninguna ley que suprima juzgados mientras no estén vacantes, porque
si no es muy fácil pasar por arriba el principio de inamovilidad de los magistrados
simplemente suprimiendo sus juzgados.
Entonces, esta cláusula es totalmente coherente con el principio de
inamovilidad de los magistrados.
El Superior Tribunal la aplicó inmediatamente de dictada; con un camión de
mudanzas se presentaron al Juzgado de Paz letrado de Justo Daract, desalojaron a la
jueza, al secretario, repartieron los empleados, los muebles y los expedientes por
juzgados de Villa Mercedes.
Y en el mismo día quedaron cesanteados juez y secretario en funciones, en
actividad. Esto lo conozco bien porque soy abogada de la jueza y del secretario
cesanteados: la doctora Galiano de Luchetta y el doctor González. El doctor
González falleció, como lamentablemente también ya van falleciendo dos de las
secretarias cesanteadas junto conmigo. Una incluso estaba tramitando su jubilación
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por invalidez cuando fue cesanteada, porque padecía de una grave enfermedad —
lupus—, la doctora Carranza de Carrió. Y otra secretaria estaba afectada del corazón
y murió en lista de espera para trasplantes el año pasado, sin ver que se haga justicia
en su caso.
A todas estas cesantías, cierre de juzgados, etcétera, el 98 terminó con las
destituciones de las doctoras Gallo y Careaga. Son de público conocimiento las
causas por las que fueron enjuiciadas y también las repercusiones que han tenido.
Porque fundamentalmente el problema se inició también a partir de la actuación de
la Fiscalía de Estado, ya que un grupo de funcionarias y de magistrados de Villa
Mercedes creyó —lo que comparto— que como juezas y funcionarias del Poder
Judicial debían pronunciarse en defensa de la independencia del Poder Judicial. Y
adhirieron, en el año 97, a un diagnóstico de la situación de crisis y de sometimiento
del Poder Judicial que había efectuado el Colegio de Abogados de Villa Mercedes.
Esto mereció que la senadora Negre de Alonso les cursase cartas documento
intimándolas a que se rectificasen bajo apercibimiento de iniciarles acciones, por
considerarlos actos de política. A una de ellas le aplicaron hasta la ley de defensa de
la democracia, por considerar prácticamente una actividad subversiva esa adhesión,
esa defensa de la independencia del Poder Judicial.
Ellas contestaron las intimaciones de la doctora Negre de Alonso
rechazándolas, por supuesto, y reivindicando su libertad de expresión. No sólo como
ciudadanas sino además su obligación de hacerlo como magistradas y funcionarias
del Poder Judicial, cuando en sus expresiones estaba nada menos que comprometida
la independencia del Poder Judicial.
Pero a raíz de estas actuaciones fueron enjuiciadas políticamente por
considerar que su actividad, junto a otras causas, había sido política, y destituidas de
sus cargos, en juicios políticos en los que se violaron todos sus derechos
constitucionales. Desde la composición del Jurado de Enjuiciamiento que fue —
como dije— cambiado en la mitad de su transcurso y reemplazados los jueces
naturales, o sea que se crearon comisiones especiales para ellas, hasta su derecho de
defensa en el transcurso del juicio, el derecho al juez natural, el derecho a un juez
imparcial.
En el caso de la doctora Maluf, inclusive el derecho a un juicio durante un
plazo razonable, porque se la enjuició cinco años y siete meses después de estos
hechos.
Todavía está en el Jurado de Enjuiciamiento en trámite la última de las juezas
que queda acusada por esta misma causa, que es la doctora Neirotti de Lucero, jueza
en actividad de la ciudad de Villa Mercedes.
Con todo este grupo de juezas, en realidad el verdadero motivo de sus
destituciones fue que constituíamos un grupo de magistrados y funcionarios que
luchábamos fervientemente por la defensa de la independencia del Poder Judicial.
Nosotras hicimos numerosas demandas de inconstitucionalidad en contra de
todas estas leyes que se dictaron en esta época. Hicimos demandas de
inconstitucionalidad contra las reformas de la ley orgánica, contra la ley que
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afectaba las remuneraciones, contra la ley de autarquía tal como había sido
concebida. Participábamos activamente, desde los colegios de magistrados, en la
defensa de la independencia del Poder Judicial, y jamás desistimos de esas acciones.
Ese fue el motivo real de nuestras cesantías y destituciones.
Yo tuve una carrera como secretaria impecable. De hecho, tenía nueve años
de antigüedad en mi función. Me cesantearon por “ineficaz e ineficiente”. El año
anterior a mi cesantía la senadora Negre de Alonso me había invitado desde la
Fiscalía de Estado a dar charlas, porque tengo cursos de posgrado en materia
especialmente de medidas cautelares. Estaban haciendo talleres de capacitación en la
Fiscalía de Estado para jóvenes profesionales y fui una de las invitadas por la fiscal
de Estado para dar esas charlas, justamente sobre medidas cautelares contra la
administración publica. Era un tema que me apasionaba y en el que estaba empapada
por estas leyes inconstitucionales que se estaban dictando.
Después la Fiscalía de Estado defendió, por supuesto, la legalidad de nuestras
cesantías y justificó nuestras cesantías, considerando que con ellas se mejoraba y se
tornaba más eficiente el servicio de justicia.
Esta crisis no se superó porque esta arquitectura, esta ingeniería legal, se
mantuvo intacta hasta nuestros días.
Tengo acá a disposición —si gustan— las acordadas que nos cesantearon, las
acordadas que declararon la inconstitucionalidad, los numerosos pronunciamientos
de la Federación Argentina de la Magistratura reclamando por las cesantías. Lo que
incluso provocó la expulsión, la separación del Colegio de Magistrados de San
Luis, que en ese momento estaba presidido por el doctor Mario Zavala, actual
viceministro de la Legalidad. Porque no dijo un palabra respecto a las cesantías
masivas nuestras, a los enjuiciamientos inconstitucionales y violatorios de sus
derechos, de las doctoras Gallo, Careaga.
A pesar de que la Federación Argentina de la Magistratura los instó en un par
de oportunidades, incluso por escrito, a que se pronuncien en coherencia con los
fines estatutarios de la Federación Argentina de la Magistratura de defender la
independencia del Poder Judicial, el Colegio de Magistrados de San Luis
permaneció callado e impasible frente a este avasallamiento de la independencia del
Poder Judicial. Y esto provocó su separación, su expulsión de la Federación
Argentina de Magistrados, en un hecho que yo considero inédito en la provincia,
porque no registraba antecedentes que un Colegio haya merecido una sanción de tal
naturaleza por parte de la Federación de Magistrados.
El doctor Zavala, como se ha visto, ha tenido un papel preponderante —y, a
mi entender, no ha defendido, por el contrario— en cuanto acto de avasallamiento
de la Constitución y de violación de la independencia del Poder Judicial ha existido
en la provincia de San Luis, desde que integraba la Fiscalía de Estado, junto con la
doctora Negre de Alonso. Porque defendieron cada ley inconstitucional que se dictó
y atacaron a quienes pretendimos defender la Constitución y la independencia del
Poder Judicial.
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Después, cuando pasó a ocupar un cargo dentro del Poder Judicial, de
camarista, su actuación desde el Colegio de Magistrados de San Luis mereció su
expulsión de la Federación Argentina de Magistrados.
Su actuación judicial en la transacción, en el juicio por las remuneraciones,
mereció que fuese remitida su actuación a la justicia penal por estar prima facie
incurso en el delito de prevaricato.
Actualmente tengo conocimiento de esta causa porque he sido designada por
el observatorio de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación como veedora de la causa. Y nos hemos presentado con el doctor Daniel
Sieza, coordinador de Derechos Humanos de la Nación. Yo me he presentado
patrocinándolo como amigos del tribunal. Él está en la Cámara Federal donde se está
sustanciando la investigación de las renuncias firmadas en blanco a la totalidad de
jueces, magistrados, camaristas, funcionarios que fueron designados el año pasado,
según denuncia de la doctora Gretel Diamante, a pedido del doctor Mario Zavala.
He tenido acceso a las declaraciones testimoniales obrantes en la causa.
Primero, el juez federal se declaró incompetente, y la Cámara Federal revocó esa
sentencia y declaró la competencia federal por considerar que se está investigando el
delito de coacción agravada. Porque el sujeto activo y pasivo son miembros de los
poderes públicos —el Ejecutivo y el Judicial, respectivamente—.
He tenido acceso a las declaraciones testimoniales, y todas las declaraciones
testimoniales dan cuenta de las reuniones mantenidas con el doctor Mario Zavala
previo a sus nombramientos, en su despacho. Él los llamaba personalmente por
teléfono. Están también ofrecidas como pruebas las llamadas telefónicas y los
números de teléfonos.
Las declaraciones de la totalidad de los testigos, aun los que negaron haber
firmado las renuncias en blanco, dan cuenta de que estas reuniones en el despacho
del doctor Zavala existieron. Los que negaron que las renuncias fueron hechas
firmar en blanco dijeron que los llamaba para informarles que los iba a proponer.
Pero sí los llamaba y los convocaba personalmente por teléfono.
Las renuncias se llevaban a cabo en horas de la tarde en su despacho, a veces
con presencia del ministro de la Legalidad y otras, no.
Existen, además, agregadas en la causa -a las que también he tenido acceso-,
tres renuncias idénticas, tal cual las denuncia la doctora Diamante: hechas con el
mismo texto, la misma redacción, la misma computadora y con la fecha de la
renuncia colocada con un sello de agua, de los fechadores que se utilizan en la
administración pública.
Las firmas de los renunciantes no tienen abajo los sellos de los cargos a los
que están renunciado, que es lo que se acostumbra. Cuando uno renuncia a un cargo,
firma y pone el sello. Cualquier magistrado o funcionario que actúa en carácter de
tal, aun para presentar su renuncia, lo hace. Estas están si sin sello.
Sus textos son absolutamente idénticos. Y en el caso de la doctora Ziliotto,
está comprobada la grave discordancia que existe entre la fecha en la que fue
anunciada su renuncia y la fecha en la que fue presentada, efectivamente, en el
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Viceministerio de la Legalidad. Porque “El diario de la República” anunció el 17 de
marzo que la doctora Ziliotto había presentado su renuncia al cargo. Y la doctora
Ziliotto ha denunciado acá públicamente -y lo ha vuelto a declarar en sede judicialque fue coaccionada para firmar su renuncia en blanco como condición para ser
designada camarista, cuando el doctor Zavala la convocó en octubre del año 94 en
su despacho.
La renuncia de la doctora Ziliotto tiene el texto idéntico a las de otros dos
magistrados: la doctora Oste y el fiscal Lútens -las tres, con el mismo sello de agua
y sin sus sellos-. Y fue anunciado el 17 de marzo en el diario de San Luis que había
sido presentada.
El cargo de presentación que tiene la renuncia en Casa de Gobierno es del 21
de marzo; en el libro de notas del Ministerio de la Legalidad figura como ingresada
el 21 de marzo; en el decreto de aceptación el gobernador dice que acepta la
renuncia presentada en el día de la fecha y ese decreto tiene fecha 21 de marzo.
Estos son indicios o presunciones graves, precisas, concordantes que obran en
la causa judicial.
Todavía se están estudiando, sin perjuicio de esta prueba documental, las
testimoniales de la doctora Ziliotto, de la doctora Diamante y de las secretarias -por
ejemplo, las de Villa Mercedes- que presenciaron cuando la doctora Alonso, al salir
su renuncia en el diario, dijo: “yo no renuncié”, “esto no es así”, “debe haber una
confusión”. Se enteró que había renunciado por el diario, de manera que es otra
presunción grave de que tal vez la renuncia no obraba en su poder.
Nunca apareció hasta ahora, a pesar de haber sido requerida por la fiscal
instructora en la justicia federal, la renuncia de la doctora Alonso. Aparece el
decreto de aceptación pero no está su renuncia.
Están todavía por determinarse varias cámaras ocultas que se realizaron a
jueces que después desdijeron lo que manifestaron en esa oportunidad
espontáneamente, como son los casos de la doctora Vallica de San Martín y del
doctor Leonhardt. Y esto ha motivado que el pasado viernes el juez federal actuante
haya llamado a prestar declaración indagatoria a los doctores Freixes y Zavala, por
considerarlos prima facie incursos en el delito de coacción agravada con relación a
la doctora Ziliotto, que es con relación a quien consideran que existe semi plena
prueba de este delito.
De los demás todavía resta producir prueba. Está en plena etapa de
instrucción.
Esto, en cuanto a los últimos sucesos de las renuncias anticipadas.
Al mismo tiempo, en el año 97 se habían disuelto los dos Colegios de
Abogados, confiscados sus bienes y previamente se les había sustraído el control de
la matrícula. Este año se les devolvió el control de la matrícula y la personería.
Sobre sus bienes nunca pudieron efectivizar la confiscación porque jamás salimos de
nuestro edificio y seguimos trabajando desde allí, a pesar de que el Superior
Tribunal desconocía las demandas de inconstitucionalidad que desde el Colegio de
Abogados se promovieron, diciendo que no existía porque había sido disuelto. Y,
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justamente, las demandas tendían a cuestionar la ley de disolución hasta que la Corte
Suprema debió ordenarles que provean, que den traslado a las demandas, que
provean como tales, porque el meollo del juicio era si existían o no.
Esta actuación del Superior Tribunal saliente, renunciante, que se produjo
casi en forma concomitante con las otras diez renuncias -en total han sido catorce las
que se han dado en el Poder Judicial de San Luis en el término de veinte días- se
produjo luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia en el conflicto municipal.
En San Luis los ciudadanos padecimos una doble Municipalidad por haberse
ignorado las leyes electorales, haberse declarado la caducidad de los mandatos y
haberse convocado a elecciones al margen de las disposiciones legales vigentes. Y la
Corte Suprema debió declarar cuál era la Municipalidad legítima este año, lo que
desencadenó esta crisis del Poder Judicial. Porque el Superior Tribunal en pleno, que
fue el principal autor del sostenimiento del doble régimen municipal, renunció, salvo
un ministro -el doctor Gatica-, que permanece en su puesto desde hace muchos años.
Y luego de los severos cuestionamientos que en el fallo de la Corte Suprema
se cursaron al Superior Tribunal de Justicia de San Luis, diciendo que no era la
primera vez que desconocía principios que regían en la civilización occidental desde
hacía dos siglos, desde el Poder Ejecutivo se impulsó una campaña de prensa
tendiente a producir un saneamiento del Poder Judicial, que se evidenció en estas
renuncias masivas, publicitadas desde la prensa oficial y desde el diario propiedad
de la familia Rodríguez Saá.
Actualmente, los Colegios de Abogados participaron, con el viceministro de
la Legalidad y con el gobernador, en algunas reuniones para recuperar la
colegiación. Pero después, como si existiese algún tipo de voluntad de revertir esta
situación -porque se planteaba la posibilidad de autodepuración de las instituciones
desde San Luis y lo innecesario de la intervención federal- y cuando les devolvieron
la colegiación -después siguieron una serie de sucesos que demostraron que tal
vocación de sanear las instituciones de San Luis no existía-, ambos Colegios de
Abogados dictaron duros pronunciamientos haciendo referencia a todas las leyes y
actos de afectación de las instituciones republicanas en San Luis. Y el Colegio de
Abogados de San Luis, en concreto, sostuvo que el único camino para sanear las
institucionales y devolver la vigencia del Estado de Derecho a las instituciones
republicanas de San Luis era el camino del artículo 5° de la Constitución Nacional.
Por ejemplo: ¿qué actos se han sucedido, que han motivado estas
declaraciones de los Colegios de Abogados? La ley de transparencia de las
designaciones de los ministros es de relativa transparencia. Porque en uno de sus
artículos las opciones hay que presentarlas en el Viceministerio de la Legalidad actualmente ocupado por el doctor Mario Zavala-, donde se elevan al Poder
Ejecutivo, al gobernador, estrictamente las que consideran relevantes. De manera
que queda a criterio nuevamente del Poder Ejecutivo la determinación de cuáles
objeciones, de las que presentan los ciudadanos, las ONG o las asociaciones, son
relevantes. Con lo que no es tan transparente esta ley de transparencia.
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Y recientemente se está intentando reformar la ley de Jurado de
Enjuiciamiento. Se le dio sanción en la Cámara de Diputados sin el quórum
necesario -faltando dos votos-, habiendo violado la forma de tratamiento de la ley, lo
que motivó que se retire el bloque de la minoría. Y de todas formas se sancionó. A
pesar de que el diputado Alume, del bloque del PJ, advirtió al presidente de la
Cámara de Diputados que no había quórum, que faltaban dos votos, se le dio sanción
a la ley que pretende reformar la actual ley que rige el Jurado de Enjuiciamiento.
Entonces, los recientes nombramientos de ministros del Superior Tribunal salvo el del doctor Rubio, que viene de una larga trayectoria en la carrera
profesional- son de personas que vienen de ocupar cargos de relevancia en
organismos del Estado provincial. El doctor Uría, por ejemplo, era el jefe de la Sala
Penal de la Fiscalía de Estado. Fue uno de los impulsores de las denuncias contra los
miembros de la multisectorial y de las denuncias penales que se llevaron a cabo en
contra de quienes se manifestaron el año pasado -y continuaron haciéndolo- a través
de una multisectorial que representa a distintos sectores de la comunidad de San
Luis. De manera que no se considera una designación de mucha transparencia.
Lo mismo sucede con la de la de la doctora Bona -que ha merecido
numerosas impugnaciones-, actualmente propuesta para ocupar el cargo de ministro
del Superior Tribunal. Porque cuando el Colegio de Magistrados de San Luis
actualmente se ha dispuesto no pronunciarse en contra de la intervención federal,
como le era solicitado, la doctora Bona se negó a firmar ese pronunciamiento. Y su
nombramiento apareció casi simultáneamente con esta ausencia de acompañamiento
y de cumplimiento de su cargo desde el Colegio de Magistrados de San Luis.
La otra candidata propuesta actualmente -no para el Superior Tribunal pero sí
para la Procuración General, que es un cargo de suma relevancia porque es nada
menos que el jefe de los Ministerios Públicos, órgano acusador en los Jurados de
Enjuiciamiento de magistrados y funcionarios- es una funcionaria que tiene una
larga trayectoria política. Fue apoderada del Partido Unión y Libertad, formado por
el actual gobernador de San Luis. De ese cargo pasó directamente a ocupar uno de
fiscal en el Poder Judicial. De ese, a uno de jueza en lo penal.
Ha recibido numerosas impugnaciones y tiene pedidos de jury por graves
irregularidades cometidas en el ejercicio de sus funciones, no obstante las cuales
asumió como camarista actualmente en la Tercera Circunscripción Judicial sin tener
los años de matrícula exigidos para acceder a tal cargo. Y ahora es propuesta para
procuradora general.
Ha recibido numerosas impugnaciones de diversas ONG y de asociaciones de
particulares y además ha sido denunciada. En este momento tiene -por lo menos, que
yo conozca- un par de denuncias en el Jurado de Enjuiciamiento de magistrados.
Allí la crisis institucional se ha agravado porque se ha producido un
entrecruzamiento de denuncias, dado que la procuradora general subrogante, doctora
Diana Bernal, ha denunciado a cuatro magistrados por haber suscripto renuncias en
blanco, para que se investigue si lo han hecho. Ellos son: la doctora Vallica, el
doctor Spagnuolo, el doctor Agúndez y el doctor Lútens. Y ha ampliado su denuncia
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ante el Jurado de Enjuiciamiento porque estos funcionarios y magistrados al mes de
renunciar se estaban presentando nuevamente a concurso para los mismos cargos.
Además, se ha cuestionado la presencia del doctor Mario Zavala en el
Consejo de la Magistratura porque la Constitución dice que tiene que estar un
ministro y él es viceministro. Y a esto se le suma el hecho de que está siendo
denunciado e investigado en este momento por su actuación en la designación de
magistrados, por lo que se consideró poco prolijo, por parte del Poder Ejecutivo,
designarlo para que participe nada menos que en el proceso de selección de jueces.
Esta actuación de la procuradora general subrogante, actual fiscal de Cámara,
le ha valido, por parte de una de las denunciadas -la doctora Martha Vallica, una de
las personas que aparecen en los videos de las cámaras ocultas-, a su vez, un pedido
de jury por no haber denunciado a la doctora Diamante, que es quien la denuncia a
ella, por considerar que la doctora Diamante está realizando actividad política al
denunciar a quienes firman renuncias anticipadas en blanco.
La doctora Vallica denunció también a la doctora Diamante por considerar
que haberla denunciado a ella por haber firmado renuncias anticipadas en blanco
constituye una actividad política partidaria, utilizando los mismos argumentos que
empleó la Fiscalía de Estado cuando cursó las cartas documentos a las doctoras
Gallo, Careaga, Maluf, Carranza de Carrió y Neirotti de Lucero, cuando defendieron
la independencia del Poder Judicial.
Estas denuncias de la doctora Gretel Diamante han sido realizadas en
cumplimiento de sus funciones como fiscal, porque ella tiene como obligación
mantener la inviolabilidad funcional y velar por la recta administración de justicia.
De manera que mal puede considerarse -a mi criterio- cumplimiento de su función
específica, el desarrollo de la actividad política partidaria. Pero será una cuestión
que el Jurado de Enjuiciamiento deberá determinar.
Lo preocupante sería si ese Jurado de Enjuiciamiento siguiera constituido por
conjueces designados por el Poder Ejecutivo y el órgano acusador fuese la ex
apoderada del PUL, con una breve pero meteórica carrera judicial dentro de las
estructuras del Poder Judicial de San Luis.
Como ciudadana espero que los resortes constitucionales funcionen antes de
que se sigan avasallando los derechos humanos y los derechos constitucionales en
San Luis y que el Estado argentino no deba verse expuesto nuevamente a denuncias
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que el Estado de San Luis
ni siquiera contesta cuando se le corre la correspondiente vista, como es el caso de
las recientes denuncias de las doctoras Careaga, Gallo y Maluf, de la que fui
codefensora junto con el representante del Cels, doctor Alberto Bovino.
Quedo a disposición para que me pregunten sobre el resto de las cuestiones.
Del porqué de mi conocimiento, lo dije. Dije todo lo que hice desde mi función de
secretaria; desde mi rol de abogada, trabajando como abogada defensora de todos
los secretarios y jueces ilegalmente destituidos, cesanteados; actualmente también
colaborando como veedora con el coordinador de derechos humanos de la Nación en
la investigación federal; y como ciudadana y abogada, además, porque considero
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que la defensa de la Constitución es inclaudicable. O sea que desde cualquier lugar
en el que esté voy a persistir en su defensa y en la lucha por mantener sus principios.
Sra. Negre de Alonso. - La ley provincial de autolimitación al Ejecutivo es copia
del decreto 22 del Ejecutivo Nacional.
Lo que yo le pregunto: usted dijo algo que no garantizaba el sistema de
audiencias. No entendí lo que quiso decir; que creía que no garantizaba el sistema
éste...
Sra. Aragón. — No es una idéntica copia del decreto nacional.
Sra. Negre de Alonso. — Tiene dos agregaditos más.
Sra. Aragón. — Sí, justamente los agregaditos son los que no garantizan la
transparencia. Porque esos agregaditos son los que determinan que un órgano del
Poder Ejecutivo va a ser el que va a determinar qué objeciones van a ser relevantes y
cuáles no.
Sra. Negre de Alonso. — Para el Ejecutivo, dice usted.
Sra. Aragón. — A criterio del Ejecutivo, exacto.
Sra. Negre de Alonso. — Disculpe doctora. Acá hay dos pasos, ¿no? Primero el
Ejecutivo pone a disposición los nombramientos, hay objeciones, inclusive usted acá
ha nombrado que hay dos magistradas que tienen muchas objeciones.
Sra. Aragón. — Así es.
Sra. Negre de Alonso. — Como que el doctor Rubio tuvo más de doscientas
adhesiones.
Sra. Aragón. — Sí, no lo cuestionan.
Sra. Negre de Alonso. — Entonces, supongamos que hay objeciones. Ahí el
Ejecutivo decide si acepta o no las objeciones, ¿verdad?
Sra. Aragón. — Determina cuáles son relevantes y cuáles no, para ser elevadas. No
el Ejecutivo: el Ministerio de la Legalidad.
Sra. Negre de Alonso. — Ah, está bien. Ahí está, perfecto; ahora me cierra.
Sra. Aragón. — Determina cuáles son relevantes y cuáles no. De manera que en el
debate público se van a tratar las que este órgano del Poder Ejecutivo —porque el
Ministerio es un órgano del Poder Ejecutivo— determinó era relevante tratar.
Sra. Negre de Alonso. — Está bien. Pero después hay una nueva oportunidad de
impugnar en el Senado de la provincia.
Sra. Aragón. — No, no hay una nueva oportunidad. El plazo de impugnación
vence, es treinta días a partir de la designación aparecida en la publicación en el
Boletín Oficial.
Sra. Negre de Alonso. — Pero cuando se va a la audiencia pública, las ONG, en el
Senado, pueden presentar preguntas, etcétera.
Sra. Aragón. — No, el plazo vence a los treinta días y deben presentarse ante el
Ministerio de la Legalidad. Así dice la ley que reglamenta la ley de audiencias
públicas.
Sra. Negre de Alonso. — Entonces lo que usted dice que no está claro es porque no
todas las impugnaciones pasan al Senado.
21 de junio de 2005
Comisión de Asuntos Constitucionales
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Sra. Aragón. — Ah, no sé. Eso va a depender del doctor Zavala y del doctor
Freixes.
Sra. Negre de Alonso. — Está bien. Pero, digamos, quiero que quede claro en qué
dice usted que puede fallar. Puede fallar en eso.
Sra. Aragón. — Puede fallar en que el Poder Ejecutivo puede determinar: “No me
parece relevante la impugnación que le hizo tal ONG, y sí me parece relevante, por
ejemplo, que reprobó primer grado o repitió en primer grado”.
Sra. Negre de Alonso. — Está bien, perfecto.
Sr. Guinle. — ¿Alguna otra pregunta, señora senadora? ¿Algún senador va a
preguntar?
Muchas gracias, doctora, le agradecemos su presencia.
La doctora Aragón va a hacer entrega de una documentación a la comisión.
-Así se hace.
Sr. Guinle.- Queda levantada la reunión, agotado el temario.
— Es la hora 21 y 28.
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