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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN CONJUNTA DE LAS COMISIONES DE ASUNTOS
CONSTITUCIONALES Y DE JUSTICIA Y ASUNTOS PENALES
Salón “Illia” — H. Senado de la Nación
15 de noviembre de 2006
Presidencia de la señora senadora Fernández de Kirchner
15/11/2006
Reunión Conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales
y de Justicia y Asuntos Penales
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–– En el salón “Illia” del H. Senado de la Nación, a las 18 y 22 del
miércoles 15 de noviembre de 2006:
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner). –– Buenas tardes. Damos inicio al plenario de
comisiones.
En primer término, de acuerdo con el orden del día, trataremos el proyecto de jurados. En
realidad, lo que vamos a hacer con ese proyecto es distribuir todas las observaciones que hayan
presentado los senadores y senadoras. Se acuerdan que habíamos convenido que se fijaba un
plazo de recepción de todas las observaciones, modificaciones, anexos y agregados que se
quisieran hacer al proyecto. Sé que entró hoy uno del senador Celso Jaque fuera de término. Por
eso es que no lo van a encontrar en el cuadro comparativo que la Comisión hizo con cada uno de
los proyectos, modificaciones y observaciones que integraron, de modo tal que sea más fácil su
observación y comparación para los señores senadores y senadoras.
Hoy distribuimos el texto de las modificaciones, observaciones propuestas y, al mismo
tiempo, un cuadro comparativo, suficientemente explícito, que grafica perfectamente cuáles son
las diferentes modificaciones, propuestas y posiciones de los señores senadores y senadoras con
respecto al juicio por jurados.
Hago la aclaración que falta en este cuadro las observaciones del senador Celso Jaque
porque, les reitero, ingresaron recién ayer y el cuadro ya lo habíamos hecho, entonces no tuvimos
tiempo de incluirlas. Pero como es un solo caso el que no está incluido en el cuadro comparativo,
va a ser muy fácil poder comparar el último trabajo
La idea, si no hay ninguna otra propuesta o alternativa, sería que nos tomemos el tiempo
necesario para comparar estos cuadros y poder emitir dictamen en la próxima reunión de
comisión respecto al tema de jurados.
Creo que ha habido un lapso importante. Si mal no recuerdo, el 7 de noviembre era la
fecha que habíamos puesto como plazo definitivo para la recepción de modificaciones. Estamos
fuera del plazo previsto y acordado por todos los miembros de las comisiones del plenario.
Entiendo que perfectamente en la próxima reunión de comisión podremos emitir dictamen, que
esperamos sea por unanimidad. Si no es posible, habrá tantos dictámenes como posturas haya,
como es de costumbre.
En base a esto, la idea es hacer lo que siempre hemos hecho durante el desarrollo de la
comisión: telefónicamente nos vamos comunicando a partir de esto si podemos consensuar el
dictamen. De lo contrario, habrá dos dictámenes, en mayoría y en minoría.
¿Hay alguna observación respecto de esta cuestión de jurados por parte de los señores
senadores y senadoras?...
Entonces, estamos de acuerdo para que en la próxima reunión podríamos estar emitiendo
dictamen respecto del proyecto de juicio por jurados.
–– Asentimiento
Sra. Presidenta. –– Pasamos al segundo tema del orden de día, que es el tratamiento de distintos
proyectos algunos de modificación y otros de restitución de lo que fue el viejo número de
integrantes de la Corte desde su fundación.
En los proyectos que se han presentado hay dos posturas centrales. Una de ellas es hacer
una modificación, tal como se ha hecho en distintas oportunidades, del número de miembros de la
Corte. La otra postura es restituir al número originario de integrantes que tuvo la Suprema Corte
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de Justicia de la Nación durante casi cien años en la República Argentina.
Ustedes saben que la Constitución de 1853 preveía la existencia de nueve miembros. Pero
esto en realidad nunca se tornó operativo y cuando se produjo el ingreso de la Provincia de
Buenos Aires y la reforma de 1860, las condiciones que puso la provincia de Buenos Aires
establecían, precisamente, la reducción a cinco miembros y que, además, no fuera un número
clausus, o sea, que no sea número cerrado establecido en el texto constitucional, sino que
precisamente fuera un número que quede sujeto a la reglamentación de una ley.
La ley posterior, la número 27, receptaba esta modificación de la Constitución y se
establecieron cinco miembros, que se mantuvo hasta 1958, cuando se modificó el número de
miembros de la Corte y se llevó al número de siete.
Hubo dos modificaciones: la de1958 y la otra de1990 operada durante la presidencia de
Menem.
El proyecto que presenté proponía cinco miembros para restituir al número originario de
integrantes. También había un proyecto presentado por la senadora Colombo, que ingresó en la
comisión el viernes 13, también cinco miembros; y había un proyecto del senador Falcó que
proponía la misma cantidad de miembros.
La idea es entonces no ya la modificación una vez más del número de integrantes de la
Corte, sino retomar el camino que se mantuvo durante cien años en la República Argentina y que
establecía que el número de miembros de la Corte era de cinco.
Estos son los planteos. Tienen la palabra los señores senadores y senadoras ya que
entramos en la consideración de los distintos proyectos.
Tiene la palabra el senador Pichetto.
Sr. Pichetto. –– Vamos a acompañar esta propuesta. No desconocemos la importancia
institucional que tiene ni tampoco la importancia de la firma. Consideramos que este es un
proyecto que, indudablemente, conlleva una decisión política del presidente de la Nación y de
usted para impulsar esta reducción.
Entendemos que es un tema también de autolimitación, tal como lo fue el decreto 222, de
apertura a la sociedad, de convocar a las organizaciones no gubernamentales, de poner en la
superficie, en el conocimiento público las propuestas de los en ese momento futuros integrantes
de la Corte y el análisis que en audiencia pública este Senado desarrolló de cada una de esas
propuestas. Creo que fue un avance importante en el marco de la tan declamada calidad
institucional de la Argentina.
Consideramos que en lo que hace a la jerarquía de la cabeza del poder, de la Corte
Suprema de Justicia, se avanzó de manera extraordinaria en la designación de los jueces en
reemplazo de aquellos que renunciaron o de los que por juicio político el Congreso desplazó de la
anterior Corte que presidía el doctor Nazareno, la Corte de la década del 90.
Jueces con una trayectoria importante en materia judicial y académica y con un criterio de
autonomía y decisión, que lo marcan, incluso, sus propios fallos, o una ejercitación muchas veces
de ratificación, de decir de manera reiterada, y de hacer propio el sentido de autonomía e
independencia que debe tener el Poder Judicial.
Digo que es una autolimitación porque el Gobierno nacional, el presidente, en uso de sus
facultades y en el marco de la ley vigente que establece un número de nueve miembros, podría
haber designado a los dos jueces que faltan. Indudablemente, fue una decisión que llevó un
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tiempo de análisis porque muchas veces no es fácil dar con la persona indicada.
Lógicamente, también fue un proceso de maduración de ideas y de comprensión de una
sociedad compleja como es la Argentina. Esto lo digo porque si el presidente hubiera hecho uso
de esa facultad, seguramente se le hubiera reprochado que estaba designando a gran parte de la
Corte, pasando de esta manera a ser un instrumento dependiente del Poder Ejecutivo nacional; le
hubieran reprochado seguramente que había designado una Corte con mayoría automática, que
fue un concepto utilizado con anterioridad. Pero quizás nadie hubiera mirado el perfil ni el
prestigio de los integrantes.
Creo que esto no es así con los que se han designado y mucho menos frente a esta decisión
de política institucional que vuelve a la Corte originaria de 1860, a la Corte pensada por los
constituyentes de este país cuando se incorpora la provincia de Buenos Aires a la Confederación y
se lleva adelante la reforma de la Constitución de 1853. Esta Corte luego fue modificada por la
dictadura de Onganía y también por el gobierno del presidente Menem.
Consideramos, indudablemente, que se trata de una medida acertada que ratifica la
independencia del máximo tribunal de la Nación.
Me parece que con esto también se acaban todo tipo de argumentaciones tendientes a
afirmar por parte de algunos jueces de que podía existir un bloqueo, que había necesidad de
completar la Corte porque si no los fallos no se podían dar por el principio de la mayoría.
Creo que el proyecto también resuelve criteriosamente esta decisión de mayoría mientras
dure la transición de los siete miembros. La Corte pasará a estar constituida por cinco miembros
cuando ocurran hechos como la renuncia de algunos de sus miembros, por jubilación o cuando lo
inexorable del tiempo lleve adelante lo que ocurre con los seres humanos, que es un hecho
inevitable, final, definitivo. Pero esto nos va a pasar a todos y no sólo a los jueces de la Corte. Es
un destino cierto el que tenemos.
Mientras sean siete los miembros de la Corte, la mayoría se conformará con cuatro votos.
Es decir que para ser mayoría en un fallo se necesitan cuatro votos. Y cuando sean seis
miembros, también la mayoría será de cuatro; y cuando sean cinco, indudablemente es simple
mayoría de tres. De esta manera se destraba el funcionamiento de la Corte y la obliga a resolver
cuestiones institucionales de envergadura que se encontraban pendientes, que quita argumentos,
que aliviana la tarea y que profundiza un proceso de reformas realmente importantísimo en
materia judicial que se viene llevando adelante en la Argentina desde 2003.
Por estas razones, desde el oficialismo estamos dispuestos a firmar este dictamen con la
idea de tratarlo la semana próxima, para que antes de que finalice el año esta iniciativa se
convierta en ley.
Sra. Presidenta.— Tiene la palabra el senador Falcó.
Sr. Falcó.— Señora presidenta y señores senadores: aunque no sea integrante de las dos
comisiones que conforman este plenario, concurrí a esta reunión porque soy autor de uno de los
proyectos, que es igual al que ingresara la semana pasada, con la diferencia que desde mi bloque
fue presentado en 2003, caducó por falta de tratamiento y nuevamente volvimos a presentarlo en
2005 y nuevamente está por caducar en febrero de 2007.
Se trata de un proyecto que tiene igual tenor, el mismo tono, pero cuya única diferencia es
respecto de los procedimientos en cuanto a la votación de las causas. Nosotros sugerimos la
nominación de un conjuez en el caso de un número par, mientras que en esta otra iniciativa es de
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cuatro a dos. Esta no me parece una diferencia sustancial, pero sí importante porque los conjueces
son nombrados por concurso, lo que le agrega algún tipo de transparencia a la cuestión.
De todas maneras, por el informe del senador Pichetto, presidente de la bancada
justicialista, veo con satisfacción que hoy se esté pensando parecido a como lo hacíamos nosotros
hace cuatro años atrás.
Desde mi bancada, voy a apoyar la reforma de este proyecto y solicitarle respetuosamente
a la Presidencia que en el dictamen de comisión figure el análisis del proyecto de mi autoría.
Sra. Presidenta.— De todos, como siempre.
Sr. Falcó.— El análisis de todos los proyectos que han sido tratados en este plenario de
comisiones.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra el senador Sanz.
Sr. Sánz.— Desde nuestro bloque, adelantamos que vamos a apoyar el dictamen que surja de este
plenario, ya sea que se tome como base el proyecto del oficialismo o el del senador Falcó
vinculado con el número de miembros de la Corte.
Si bien es cierto que habíamos presentado este año un proyecto de reducción de los
miembros de la Corte, no a cinco sino a siete, vamos a apoyar esta iniciativa porque hoy, en estas
circunstancias especiales que vive la operatividad de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
cuya ley de conformación señala que deben ser nueve los miembros pero que en la realidad son
siete, lo que los obliga a contar con una mayoría de cinco, lo más importante no es discutir el
número de miembros, si bien es cierto que hay razones para defender una u otra posición. Lo más
importante para nosotros, y así lo expresamos públicamente y durante el informe del jefe de
Gabinete la semana pasada, es resolver un problema de operatividad que los propios miembros de
la Corte han hecho público, y que a nuestro juicio se transforma hoy en la situación más urgente y
más importante.
Por lo tanto, vamos a sumarnos con nuestra firma al despacho de mayoría que pueda
surgir y vamos a solicitar que se analice la posibilidad de que en ese dictamen se contemple algo
que habíamos incluido en el proyecto que presentáramos, vinculado con lo que es el actual
artículo 22 del Decreto-Ley 1285/58, que en definitiva era el que se refería al número de
miembros de la Corte, y que se vincula con los casos de recusación, excusación, vacancia o
licencia de algunos de los miembros de la Corte Suprema.
Nosotros hemos propuesto que en estos casos se eliminen a los presidentes de las Cámaras
Nacionales de Apelaciones en lo Federal de la Capital Federal y de las Cámaras Federales con
asiento en las provincias, para que en los casos de recusación y demás cuestiones conexas, los
miembros de la Corte sean reemplazados por la lista de conjueces designados por el Poder
Ejecutivo nacional, con acuerdo del Senado por los dos tercios de sus miembros presentes en
sesión pública convocada al efecto.
Nos parece que la presencia en el Decreto de 1958 de los presidentes de las Cámaras
Nacionales de Apelaciones en lo Federal de la Capital y de las provincias, era una fórmula que se
correspondía con la composición del Poder Judicial de aquella época. Como han pasado muchos
años, nos parece que hoy en día el sistema más adecuado, el que produce una verdadera dinámica
y agilización de los procesos judiciales, es el de la designación de una lista de conjueces que
posean los mismos requisitos que hoy se les exige a los miembros de la Corte, que sean
designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado.
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Esta propuesta la dejamos como un pedido a la comisión. Si es posible, deberíamos
incorporarla al despacho definitivo que, reitero, va a contar con nuestro apoyo.
Sra. Presidenta.— Tiene la palabra el senador Gómez Diez.
Sr. Gómez Diez.— En el mismo sentido, quiero apoyar este proyecto por el cual se reduce el
número de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Como bien aquí se ha apuntado, hay un problema de carácter operativo que es necesario
solucionar. Tanto es así, que a lo largo del tiempo se fueron generando distintas iniciativas desde
todos los sectores políticos, algunas que proponían siete integrantes y otras cinco. Lo importante
es avanzar en esta cuestión.
Debemos recordar también que en octubre del año pasado la Comisión de Justicia de la
Cámara de Diputados de la Nación emitió un dictamen también de reducción de la cantidad de
integrantes de la Corte. En esa oportunidad también se debatió acerca de la necesidad de avanzar
en el tratamiento de algunas iniciativas legislativas que permitan disminuir el número de causas
que llegan a consideración de nuestro más alto tribunal de justicia, en virtud del excesivo número
de expedientes que están a su consideración.
Está cuestión está incluida en este dictamen de la Cámara de Diputados, al igual que en el
dictamen en disidencia total que en su momento suscribieron el diputado Juan Manuel Urtubey y
la diputada Romero, entre otros legisladores. Allí se señala claramente que no toda la cuestión
pasa por ––decían ellos–– disminuir el número de miembros con el argumento de darle agilidad a
la Corte, criterio que no es compartido por los firmantes ––señalaban ellos–– puesto que creemos
—y nosotros compartimos esa idea— que se debe pensar en un proyecto global de reforma que
contemple el marco de competencia y los modos de tramitación.
El diputado Vanossi, en una disidencia parcial, particulariza acerca de la necesidad de
avanzar en este aspecto.
Hay varias iniciativas presentadas en el Congreso sobre esta materia. Yo presenté una
sobre creación de un tribunal intermedio de control de sentencias arbitrarias, que permitiría
reducir de manera sustancial la cantidad de causas que llegan a la Corte. Aproximadamente un 70
por ciento de esas causas están relacionada con un tema de arbitrariedad. Desde luego, puede
haber otras soluciones o iniciativas.
De todas formas, me permitiría sugerir que el paso que demos hoy en la reducción de la
cantidad de integrantes sea un camino que luego podamos continuar con el análisis de otras
iniciativas que apunten a solucionar la situación que he descripto.
Sra. Presidenta.— Tiene la palabra el senador Guinle.
Sr. Guinle.— Señora presidenta: en realidad, el tratamiento de los proyectos en el día de hoy
resulta tempestivo. Y pasan a solucionar una cuestión de desenvolvimiento de una Corte prevista
para nueve miembros que obviamente exhibía dificultades para hacerlo. Por lo tanto, se revela
como preciso el hecho de poder avanzar en la definición de este tema.
La reseña histórica que hizo la presidenta marca algún sendero para que la reducción sea
al número de cinco integrantes, más allá de antecedentes aun anteriores a los de 1860, a la
Constitución del 19 ó del 26. Pero el más alto tribunal transcurrió larga vida con esta vigencia de
cinco miembros. Incluso, la Constitución de 1949 receptó, con la ley de ese período, el número de
cinco miembros.
No sólo la reseña histórica empuja hacia una definición de ese tipo, sino también lo que
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aparece como principios fundamentales. En realidad, se señala que una Corte Suprema de
Justicia es la intérprete de la constitucionalidad de los actos de los otros poderes; y al hablar de
una Corte Suprema de Justicia, en realidad está marcando lo que fue recibido de forma pacífica
como el impedimento de dividir en salas a la Corte Suprema de Justicia.
El número de cinco miembros haría ágil el desenvolvimiento del más alto tribunal; podría
interpretar la cuestión constitucional que es, de alguna manera, el objetivo fundamental de su
existencia.
Es cierto que por vía de la doctrina de la arbitrariedad y el recurso extraordinario por
arbitrariedad, el más alto tribunal se ha abierto a pronunciamientos que han sido importantes, pero
varios de sus integrantes han marcado la necesidad de eliminar o rechazar liminarmente causas
que son extrañas a la competencia originaria de la Corte.
Obviamente, apoyamos la resolución de llevar la Corte a cinco miembros, las
disposiciones transitorias que están previstas en general. Cuando la Corte quede con cinco
integrantes, como lo dice el proyecto que firma la senadora Fernández, habría que señalar que la
mayoría absoluta se alcanzará con el número de tres, para evitar cualquier interpretación distinta.
Respaldo la decisión. Considero que es tempestiva la resolución de un problema que evite
el desenvolvimiento complicado que tiene una Corte prevista para nueve miembros pero que está
funcionando con siete.
Sra. Presidenta.— Tiene la palabra el senador Rossi.
Sr. Rossi.— Adelanto el voto afirmativo al proyecto en tratamiento. Creo que era un debate que
nos debíamos. La Corte venía trabajando con alguna dificultad, que fue hecha pública, porque
aunque estaba conformada por nueve miembros sólo la integraban siete.
Coincido con lo que expresaba el senador Pichetto en que el Poder Ejecutivo pudiendo
proponer dos miembros para completar la integración de la Corte, mediante el procedimiento
inédito que marca el artículo 222 por el cual se designaron los últimos miembros de la Corte, ha
optado por este otro camino, el de la reducción de sus miembros.
Antes presentamos un proyecto para que la Corte se conformara con siete miembros
porque entendíamos que de alguna manera coincidía con la actual realidad y zanjaba las
diferencias de la provisoriedad.
De cualquier manera, es muy importante saber que la Corte va a tener la posibilidad real
de sesionar con absoluta normalidad y sin dificultades. Este proyecto es un avance hacia la
institucionalidad, con un claro mensaje a todas aquellas dobles interpretaciones que se daban, con
lo que ha sido la tentación frecuente de los gobiernos de turno de manejar la Corte.
Este es un sendero totalmente opuesto que fortalece la transparencia, el sistema
republicano, la independencia del Poder Judicial y que sabemos que fortalece la fuerza de las
instituciones.
Es en este marco adelanto que acompaño la firma del dictamen. De esta manera
terminamos el año con el fortalecimiento de las instituciones, que es uno de los mayores esfuerzos
que nos corresponde a todos.
Sra. Presidenta.— Tiene la palabra la senadora Viudes.
Sra. Viudes.— Señora presidenta, señores senadores: en el día de la fecha emití mi opinión por
escrito pero, como soy abogada, no puedo dejar de emitir mi opinión.
Cuando se apruebe este proyecto habremos resuelto el problema de la Corte Suprema, el
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máximo órgano judicial. Esta situación afligía a muchos argentinos, porque la Corte no
funcionaba como debía. El proyecto establece el número con el que se va a conformar la mayoría,
y aunque la reducción del número de miembros actual sea paulatina, porque nadie va a quedar
afuera, salvo las circunstancias naturales —como bien lo dijera el senador Pichetto— , por
renuncia o jubilación, vamos a tener una Corte como nos merecemos los argentinos. No creo que
ningún miembro de este Senado se va a oponer a que tengamos en regla a un poder de la Nación.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra el senador Bussi.
Sr. Bussi. –– En agosto de 2005 presentamos un proyecto de reducción del número de miembros
de la Corte, entendiendo que se estaba avanzando hacia la composición de una nueva mayoría
automática, tantas veces denostada por distintos sectores de la República Argentina. Vemos que
este proyecto frena también dicha cuestión, así que adelantamos desde ya nuestro voto positivo.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra el senador Giustiniani.
Sr.Giustiniani. –– Adelanto el apoyo al proyecto en tratamiento. Creo que con esto se cierra un
ciclo traumático en la República Argentina, de uno de los poderes de la República ––su cabeza, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación––, por la crisis que se inició en 1989 con la ampliación de
la Corte.
Es muy ilustrativa e histórica la acordada número 44, del 22 de septiembre de 1989, de la
Corte de cinco miembros. En esa acordada ellos explicaban lo negativo que iba a ser la
ampliación de la Corte a nueve miembros. Es ilustrativo volver a leer esa acordada de 1989.
Este proceso empezó a saldarse con los juicios políticos a los presidentes de la Corte.
Después tuvo otro paso adelante con las designaciones, con un nuevo aporte que fueron las
audiencias públicas, y que significó que llegaran cuatro miembros de una gran independencia y
con antecedentes intachables. Hoy se puede hablar de la nueva Corte.
Este proyecto resuelve inteligentemente la coyuntura, dando la mayoría de cuatro, que era
lo reclamado para poder funcionar correctamente. Pero sobre todo, en un país acostumbrado a
resolver las coyunturas nada más, creo que desde el punto de vista institucional significa dar un
paso adelante, volviendo a la Corte de cinco miembros. Creo que a futuro la Corte de cinco
miembros es volver a una Corte Suprema que se merece ser la cabeza del Poder Judicial de la
Nación.
Por estas consideraciones, voy a apoyar el proyecto en tratamiento.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra la senadora Ibarra.
Sra. Ibarra. –– Señora presidenta: si uno repasa las versiones taquigráficas, sobre todo del debate
del año 90 sobre la ampliación de la Corte a nueve miembros, pero también algunas tentativas de
otros momentos en que se pretendió modificar esto, fueron debates crispados, de acusaciones de
manipulación de la justicia, de tentativas de dejar sin quórum las sesiones, de empantanamiento
de los debates en las comisiones. De alguna u otra forma, el debate sobre la cantidad de
integrantes de la Corte siempre estuvo claramente vinculado a la percepción de que había una
vocación de manipulación de la cabeza del Poder Judicial por parte del poder político.
Creo que esta reunión de hoy, con una amplísima gama de amplitud ideológica de los
distintos bloques, de organizaciones sociales que acompañan la propuesta, está demostrando un
altísimo consenso en cuanto a que estamos haciendo algo para reforzar la calidad institucional, en
un camino que se inició allá por la nueva integración de la Corte, después de procesos de juicios
políticos y de la nueva forma de nominar a sus integrantes, a través de audiencias públicas y de
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las propias nominaciones hechas por el Poder Ejecutivo y aprobadas acá por el Senado.
Creo que hoy todos tenemos la percepción de que estamos haciendo algo bueno para las
instituciones, saludable para el manejo del Poder Ejecutivo por su máxima cabeza; y que aquello
que se había dicho ––todos supimos que no era así, por cierto–– de que se ampliaba el número de
miembros para mejorar el funcionamiento y agilizar las causas, terminó siendo en realidad algo
que empeoró el sistema de funcionamiento de la Corte, terminó claramente siendo una Corte muy
manipulada por el poder político.
Hoy sentimos que volvemos a un camino de normalización, a un camino histórico, donde
el número de cinco funcionó institucionalmente, más allá de que en un momento los integrantes
hayan tomado posiciones vinculadas a la doctrina de facto u otras que uno no comparta. Pero la
idea del número de cinco histórico funcionó en la Argentina.
En lo demás, se han dado argumentaciones. Creo que esto ayuda, es bueno; el amplio
consenso lo demuestra.
Quería sí referirme al planteo que había hecho el senador Sanz vinculado a la nominación
de conjueces. No sé si es el momento de tratarlo hoy. En algún momento, con la presidenta de la
Comisión y con algunos otros senadores hablamos en el recinto acerca de esta percepción de que,
si alguien va a ser conjuez de la Corte y va a funcionar como tal, como miembro del máximo
Tribunal, tenía que cumplir los mismos requisitos que cumple cualquier miembro de la Corte.
Entonces, un camarista que cumple su función como miembro de la Corte, quien en una sentencia
––en dos o en tres–– va a asumir la máxima responsabilidad de la Corte, también tiene que pasar
por las audiencias públicas.
No sé si es momento de tratarlo en este proyecto que está hablando de la integración y de
desandar una situación histórica planteada. Pero sí es un debate que todos teníamos y hemos
hablado con la presidenta la vocación de darlo. Hay algunos proyectos en ese sentido.
De manera que es un tema que nos queda pendiente, así como también esto de poder
delimitar que en la Corte tratemos de dejarle el máximo de control de constitucionalidad, el
máximo de competencia originaria y menos de aquellas competencias que van agrandando ese
enorme cúmulo de trabajo y que, en definitiva, desmerece el trabajo final de la Corte, que tiene
que ser el control de constitucionalidad y la competencia originaria.
En eso ya hemos dado un paso con el tema de las causas previsionales. Hay otros trabajos
que legislativamente podemos hacer para poder seguir avanzando en este sentido.
Así que, con la convicción de que estamos haciendo algo muy importante para la salud de
la República y de nuestra justicia, acompaño el proyecto de integración de cinco miembros, con
los votos indicados en el procedimiento del artículo 2º.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra el senador Basualdo.
Sr. Basualdo. –– Señora presidenta: creo que hoy le estamos poniendo el broche de oro al tema
de la Corte. Porque teníamos primero una materia pendiente, que era una Corte cuestionada.
Gracias a Dios, ahora tenemos una Corte que nos da orgullo a todos, sobre todo a los
legisladores, porque cuando los jueces fueron elegidos, se lo hizo de una forma que nunca se
había hecho en la Argentina, donde toda la sociedad admiró a los senadores, a todos los que
podíamos tener injerencia, al Poder Ejecutivo, y es como que se decía: hoy realmente se está
eligiendo como se tiene que elegir. Todos pudieron opinar.
La última parte era ésta. Realmente es el broche de oro que nos permite decir: señores,
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nuevamente tenemos la Corte con la cantidad de miembros que tenía que tener; es decir, cinco.
Además, resulta importante la forma de hacerlo, esto es, cómo de siete van a llegar a cinco, y no
diciendo que mañana vamos a pedir juicio político a alguien ni mucho menos.
De esta forma creo que estamos cerrando un capítulo que a la Argentina le hacía falta
cerrarlo Por eso, estoy orgulloso de poder firmar hoy este dictamen ––si podemos firmarlo hoy––
para que se trate lo más pronto posible.
Sra. Presidenta. –– Tiene la palabra la senadora Colombo.
Sra.Colombo. –– Señora presidenta: quiero manifestar que yo también soy autora de un proyecto
de ley por el que se postula reducir el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación a cinco integrantes. Por supuesto, con respeto al principio de inamovilidad de los jueces
que establece el artículo 110 de la Constitución Nacional, estableciéndose que el diseño para
llegar a este número de integrantes es por vía de la no cobertura de las vacantes que naturalmente
se vayan generando. Esto coincide con los demás proyectos presentados.
Quería señalar que en el artículo 2º, a los efectos de no soslayar lo que es una demanda no
solamente de la sociedad sino que es la propia percepción de los integrantes del Poder Judicial
está marcando esta necesidad, se propone que el Consejo de la Magistratura se aboque a diseñar
un proyecto de reformulación del funcionamiento integral del Poder Judicial de la Nación,
situación que a mi criterio debiera considerarse porque no solamente debe discutir el número de
integrantes del organismo que es cabeza el Poder Judicial, sino también el funcionamiento de todo
el sistema judicial.
Recientemente, en declaraciones incluso de ministros de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación se planteaba esta necesidad. También se plantea la necesidad de racionalizar el
funcionamiento de la Justicia Federal.
A toda idea le llega su tiempo y evidentemente esta es una idea que le llevó su tiempo,
esto es, reducir el número de integrantes de la Corte. Espero también le llegue su tiempo a la
reformulación del funcionamiento del sistema judicial argentino lo antes posible a los efectos de
poder contar con el servicio de justicia que realmente nuestra sociedad está reclamando.
Esto era todo los que quería señalar. Por supuesto, acompaño la iniciativa con esta
solicitud en cuanto a que se considere aquello que en mi proyecto se plantea en el artículo 2º.
Sra. Presidenta. –– ¿Algún señor senador o senadora quiere agregar algo más?
Creo que hay tres planteos básicos. Uno es respecto a los conjueces, que formulara el
senador Falcó, el senador Sanz y sobre el que también hiciera una reseña la senadora Ibarra. Es
cierto que habíamos discutido esto en otras oportunidades cuando advertíamos que quienes eran
designados conjueces no contaban con los dos tercios, o sea, una mayoría calificada y, además, de
un control parlamentario, si se quiere, de quienes deciden en el máximo nivel.
También está el planteo del senador Gómez Diez en cuanto a una modificación de modo
tal que se reduzca el número de casos que llega a la Corte y se adopte el modelo americano donde
llegan cien o ciento cincuenta casos, o tal vez menos, al cabo de un año.
Finalmente, tenemos la propuesta de la senadora Colombo en cuanto a que el Consejo de
la Magistratura elabore un proyecto de reformulación del sistema judicial argentino.
Creo que el dictamen debería retomar el número de cinco miembros, y en todo caso, el
tema de la conjueces, que es cierto que lo veníamos discutiendo, ver si podemos discutirlo
durante la semana e incluirlo, después que hayamos emitido este dictamen, para encontrar una
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fórmula adecuada. Si no es posible, que se lo trate con posterioridad en una ley específica de
conjueces. Es cierto que el tema lo abordamos en reiteradas oportunidades y veíamos como muy
conveniente que el hecho que quienes integran la lista de conjueces no sea gente que no haya
pasado por el control parlamentario porque, en cierta manera, resulta incoherente para el sistema
que se exija un procedimiento sumamente meticuloso para decidir quienes son los miembros de la
Corte y luego por vía de la recusación o por vía de la excusación entren a tallar el voto de
magistrados que tienen un determinado consenso, máxime si han estado durante el ejercicio del
Consejo de la Magistratura, pero que en realidad no tiene la envergadura que se requiere para ser
un ministro de la Corte.
Me parece que es importante y lo podemos abordar en el curso de la semana. Si no es
posible, lo haremos con una ley específica en la cual también se pudiera tratar el número de
reducción de causas. Este punto me parece más complejo porque exige un análisis de todo el
sistema en general para la creación de otro organismo que sustituya el rol que viene cumpliendo
la Corte, con lo cual me parece mucho más complejo aun que el tema de los conjueces, que dentro
de todo es más simple.
Vamos a intentar hacerlo y en todo caso contemplar la necesidad de reformulación del
sistema judicial. Coincido con la senadora Colombo en cuanto a la reformulación del sistema
judicial. Creo que hay una demanda muy fuerte. Siempre se vincula la demanda con casos
resonantes que aparecen en los diarios, pero cuando vemos las cosas que suceden en materia de
fallos y de demandas que la sociedad tiene, muchas veces existe una incoherencia entre las
demandas de la sociedad, lo necesario y lo que sucede en el ámbito de la justicia. Por lo tanto,
considero necesaria una reformulación que podría ser un impulso por parte del Consejo de la
Magistratura, pero que necesariamente también debería pasar por el Parlamento Argentino, que
no puede renunciar a su vocación constitucional de ser autor de un proyecto de reforma de cómo
se maneja el sistema judicial de la República Argentina.
Con estas salvedades, lo que podríamos hacer es emitir un dictamen de comisión en el
cual se contemple el tema de los cinco miembros, con las mayorías, de modo tal que no haya
ninguna interpretación errónea.
Creo que tal cual está redactado el proyecto tampoco habría posibilidades de interpretar
una cosa diferente en cuanto ala mayoría absoluta. De nueve miembros, no hay forma de
interpretar que sean cuatro la mayoría absoluta. La mayoría absoluta siempre, por principio, es la
mitad más uno. Es como si mañana alguien dijera que la mayoría absoluta para el quórum del
Senado no son treinta y siete. Mientras seamos setenta y dos senadores, es treinta y siete el
número del quórum.
Lo que se quiere hacer en este proyecto, para evitar cualquier tipo de interpretación, es
reafirmar ––a mi criterio ya estaba, pero creo que es importante hacerlo–– que la mitad más uno
es la mayoría absoluta ––esto es una cuestión matemática–– y que en el caso de siete y seis
miembros la mayoría es cuatro, y en el caso de cinco miembros, la mayoría es de tres.
Tiene la palabra el senador Guinle.
Sr. Guinle. –– Si se toma el texto del proyecto de la señora presidenta, se viene marcando el
número de miembros con el cual se toma el voto mayoritario, por el método que viene trayendo.
En realidad es la mitad más uno o más de la mitad.
Por el método que trae el propio texto del proyecto, convendría poner que el voto de la
15/11/2006
Reunión Conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales
y de Justicia y Asuntos Penales
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mayoría o el voto mayoritario con el número de cinco es de tres miembros.
Sra. Presidenta. –– La idea es retomar lo que se había abandonado, tal cual estaba en la ley
originaria, que era la mayoría absoluta. En aquella época la gente interpretaba que la mayoría
absoluta era tres, sin necesidad de que hubiera una aclaración.
Pero la Argentina es un país donde hay que aclarar lo obvio, como dice el presidente de mi
bloque muchas veces cuando se enoja. Entonces, lo que se hizo fue retomar el sistema totalmente
como cuando estaba la ley vigente de cinco miembros, que establecía mayoría absoluta sin
necesidad que se ponga el número, porque además no es de estilo poner el número. Van a ver que
en la Constitución no dice que la mayoría en el Senado es de treinta y siete, sino que se establece
mayoría absoluta.
Pero como en esta Argentina tenemos que estar explicando lo obvio y explicando lo que es
matemático, se puso eso. Pero se va a retomar la fórmula originaria donde decía mayoría
absoluta, tal cual lo marca la Constitución, que no necesita que sea interpretada. La mayoría
absoluta es la mitad más uno. Pero en el caso de siete, como parece ser que hay interpretaciones
un tanto disímiles acerca de cuál es la mayoría absoluta, hemos fijado el número. Creímos
conveniente, como fuerza simbólica muy fuerte, retomar la redacción originaria como fue hace
ya más de cien años y que estuvo vigente durante casi cien años, noventa y ocho para ser exactos.
Tiene la palabra la senadora Colombo
Sra. Colombo. –– En mi proyecto propongo que el Consejo de la Magistratura, en el plenario o a
través de la comisión especial, se aboque a elaborar el proyecto de reforma integral del
funcionamiento del Poder Judicial, que luego debe ser enviado al Congreso de la Nación en un
plazo de 180 días.
Quería hacer esa aclaración porque desde ningún punto de vista quiero que el Congreso
renuncie a sus atribuciones.
Sra. Presidenta.— Es una materia propia del Congreso de la Nación establecida taxativamente
por la Constitución, cuando señala en la parte funcional del Poder Legislativo que es obligación
del Congreso organizar la ley del servicio de Justicia.
De cualquier manera, una virtual reformulación del sistema judicial por parte del
Congreso, debido a una cuestión de complementariedad, por lo menos exigiría la necesaria
opinión de los miembros del Consejo de la Magistratura, habida cuenta de que hay zonas grises
de competencia entre la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el Consejo de la Magistratura,
como así también de la propia Corte, que es la cabeza del Poder. Pero, en definitiva, hay que dejar
aclarado que esta es una facultad excluyente del Congreso de la Nación.
Si no hay ninguna otra cuestión que tratar, se da por finalizada la reunión de Comisión y
pasamos a someter a la firma de los señores senadores y senadoras el despacho de comisión.
— Son las 19 y 11.
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