Responsa in a Moment” pgs.25- responsa

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La siguiente responsa está traducida del libro “Responsa in a Moment” pgs.2527, del Rabino Prof. David Golinkin y se encuentra en el sitio web:
http://www.responsafortoday.com/eng_index.html bajo Responsa related
to: ORAH HAYYIM. (OH 48 en Rema)
PREGUNTA: ¿Por qué se balancean los judíos cuando rezan?
RESPONSUM: Al igual que muchas costumbres judías, los orígenes de schucklen – una
palabra común in idish que quiere decir sacudirse o balancearse – están velados por el
misterio.[1] Podemos decir cuando y donde se hacía pero no por qué. Esto es porque
muchas costumbres fueron incorporadas por el pueblo judío como una expresión
espontánea de su judaísmo; la explicación erudita vino después.
Shucklen no es mencionado explícitamente en el Talmud.[2] Es interesante el hecho de que
sea primeramente mencionado en varias fuentes islámicas. Se supone que Mahoma dijo
“No seáis como los judíos que siempre que leen la Torá en público se mueven de un lado al
otro.” El poeta Labid (m. 660) contemporáneo del anterior, escribe acerca de una persona
tanteando con las manos en busca de un objeto, moviendo sus mano de un lado al otro
“como un judío rezando.”[3]
Las fuentes judías también mencionan schucklen dentro del contexto del estudio
de la Torá y de la plegaria. El Rabino Samuel Hanaguid de Granada (m. 1056) es el
primero que menciona el balanceo durante el estudio de la Torá en una de sus poesías:
Y llegamos enojados a la Casa de Dios
y ojalá hubiéramos equivocado el camino,
porque hete aquí que el rabino y a sus estudiantes estaban balanceando
sus cabezas como un tamarindo en el desierto.[4]
A través del tiempo se han dado varios motivos para esta práctica.
El Rabino Judá Halevi de España (m. 1141) da dos explicaciones en su libro, Los Kuzari,
un dialogo imaginario entre el rey de los Kazares y un rabino. El rey le pregunta por qué
los judíos se mueven de un lado a otro cuando leen la Biblia. El rabino contesta:
Se dice que lo hacen para despertar el calor natural [entrar en calor] Mi opinión
personal [es la siguiente]…Como pasaba a menudo que muchas personas leían al
mismo tiempo, era posible que diez o más leyeran del mismo volumen. Cada uno
estaba obligado a inclinarse por turno para poder leer un pasaje, y volver hacia
arriba otra vez. Esto tenía como resultado un continuo inclinarse y erguirse [estaban
sentados en el suelo], estando el libro en el suelo. Ésta era una de las razones.
Después se convirtió en hábito debido al continuo ver, observar e imitar, lo cual está
dentro de la naturaleza del hombre.[5]
El Rabino Simja de Vitry (Francia, m. 1105) da una tercera explicación. Dice que a los
niños se les enseña a balancearse cuando estudian la Torá, “porque así fue
cuando la Torá nos fue dada’ ‘Y viéndoloel pueblo, temblaron…’ (Ex. 20: 15)[6]
Por último, el Zohar, que fue escrito en la España del siglo XIII, pregunta:
¿Por qué es que todos los pueblos del mundo no se balancean, pero son solamente
los judíos que lo hacen cuando estudian Torá? Las almas de Israel provienen de la
Santa Lámpara [de Dios]…cuando un judío pronuncia una sola palabra de Torá, la
luz [en su alma] es encendida…y se balancea de una lado al otro como la llama de
una vela.[7]
Por otro lado había una costumbre común de balancearse durante la plegaria. Esta
costumbre fue explicada en por lo menos tres formas distintas.
El Rabino Abraham de Lunel (Toledo, m. 1215) y muchos otros citan
un midrash desconocido:
Una persona debe balancearse durante la plegaria, como está escrito: “Todos mis
huesos dirán: ¡Oh Señor! ¿Quién hay como Tú…” (Salmos 35:10)…y ésta es la
costumbre de los Rabinos de Francia y de los piadosos.[8]
El testamento atribuido al Rabino Israel Baal Shem tov (m. 1760) da una explicación
diferente de Shucklen:
Cuando una persona se está ahogando en un río y hace movimientos para escapar
del agua, aquellos que lo ven sin duda ser reirán de él y de sus movimientos. Por lo
tanto cuando una persona reza y hace movimientos, no debemos reírnos porque se
está salvando de las aguas maliciosas que lo son…los pensamientos ajenos
a la oración que vienen a distraerlo durante la plegaria.[9]
En otras palabras, shucklen nos ayuda a concentrarnos en las oraciones y decirlas
con kavaná [con la intención apropiada].
Por último, dos autores del siglo XIX tuvieron una ocurrencia realmente original para
explicar el Shucklen. Los estudiantes y rabinos judíos no hacen bastante ejercicio. Por lo
tanto ¡se balancean cuando estudian y rezan para hacer un poco del ejercicio que tanto
necesitan![10]
Sorprendentemente, cierto número de prominentes rabinos se opusieron al shucklen durante
la oración. Sostenían que era una falta de respeto[11] o que impedía la kavaná necesaria
para la Amidá [la oración silenciosa].[12]
En conclusión, los judíos se han balanceado durante la oración y el estudio durante por lo
menos 1.400 años. La razón original no se conoce, pero la mayoría de los judíos parecen
sentir que los ayuda a concentrarse durante la plegaria y el estudio. Por otro lado, por
cierto que no hay ninguna obligación de balancearse. La mejor regla general es
probablemente la enunciada por R. Iehiel Misal Epstein (d. 1906):
Y durante la Amidá están aquellos que se balancean y algunos que no lo hacen y
depende de la naturaleza de la persona. Si al balancearse,
su kavaná mejora entonces debe balancearse; y la persona cuya kavaná es más
clara cuando está perfectamente quieta no debería balancearse – y [cualquiera de las
dos opciones] debe hacerse por amor al cielo…[13]
[1] Hay una vasta literatura acerca de shucklen.
En inglés, véase The Jewish Encyclopedia, Vol. 11, Nueva
York, 1905, p. 607. En hebreo véase, Senior Sachs, Hamizpah ¼ (1885), pp. 9-12 y el muy completo análisis
de Itzhak Zimmer, quien cita más de cincuenta fuentes, en Sidra 5 (1989), pp. 116-127 = idem. , Olam
K’minhao Noheig, Jerusalem, 1996, pp. 97-108.
[2] Puede haber una alusión indirecta en Eruvin 53b y en Shabat 104a.
[3] Para ésta y otras fuentes árabes véase Ignaz Goldziher, MGWJ 20 (1871), pp. 178-183 (en alemán)
[4] Dow Yarden, ed., The Diwan of R. Samuel Hanagid, Jerusalem, 1966, p. 229.
[5] El Kuzri, traducido por H. Hirschfeld, Nueva York, 1964, p. 128. Respecto a la escasez de libros en
hebreo durante la Edad Media, véase mi artículo en Kiriat Sefer 62(5748-5749) pp. 435-436.
[6] S. Hurwitz, ed. Majzor Vitry, Berlín, 1893, pp. 628-630. Esta explicación es repetida en muchas fuentes
posteriores.
[7] Zohar para Números, Fol.. 218b-219a.
[8] Itzjak Refael, ed., Sefer Hamanjig, Jerusalem, 1978, p. 85.
[9] Citado por Zimmer, Sidra, p. 124
[10] Dr. Simón Brainin, Orah Lhayyim, Vilna, 1883 p. 126 and R. Haim Aryeh Leib Fenster, Sha’ar Bat
Rabbim to Genesis, New York, 1953, fol. 7b.
[11] R. Jacob Anatoli (d. 1256), Malmad Hatlmidim, Lyck, 1866, fol. 159a.
[12] R. Menahem Azariah of Fano (d. 1620), R. Menahem de Lonzano (d. 1624) y R. Isaiah Horwitz (d.
1630) entre otros – véase Zimmer Sidra, pp. 121-122 y véase p. 127 para la oposición Sefaradí.
[13] Arukh Hashuljan, Ora Haim 48:3.
Traducido por Ría Okret
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