Conceptos y nociones de Platón por Manuel Fernández Soria 1. LOS PRISIONEROS Y LAS SOMBRAS parece estar encadenado a su ignorancia y a sus prejuicios y ser incapaz de acceder a la verdadera realidad. Sin embargo, el mito de la caverna es una espléndida metáfora de la liberación que supone el saber y el conocimiento, pues romper con las cadenas supone romper con nuestra ignorancia común. La diversidad de opiniones que existe entre los prisioneros al observar las sombras refleja el concepto de doxa (opinión) y hace referencia crítica a los que creen que los sentidos nos dan la verdadera realidad y también al relativismo sofista (los prisioneros tienen opiniones sobre las sombras). La variedad de figuras y de sus correspondientes sombras "inanes" refleja la pluralidad, la diferencia y la diversidad que posee el mundo aparente de los sentidos, cuyo continuo y constante cambio está influenciado por el concepto de devenir de la physis de Heráclito de Éfeso ("Todo cambia, nada permanece"). 1.1. PRISIONEROS Representan la mayoría de las personas, el "pueblo", es decir, todos aquellos que creen que el mundo de los sentidos es el verdadero mundo, son aquellos que identifican la realidad con la pura apariencia sensible. Ejemplifican la ignorancia común. Entre éstos hay algunos que disciernen las sombras y las voces con mayor precisión: los presuntos "sabios". Para Platón sólo son maestros de la apariencia, (refiriéndose probablemente a los sofistas) pero igualmente ignorantes del mundo verdadero de afuera. 1.2. SOMBRAS: Representa el conocimiento sensitivo, la más profunda ignorancia, la apariencia que se presenta como lo real y verdadero, las imágenes y las representaciones humanas de las cosas, la imaginación (eikasia). Las sombras en el mito platónico poseen un doble sentido: uno general y otro específico. En general, las sombras son la clave de la relación entre los dos mundos pues el mundo sensible es una mera sombra o copia devaluada del mundo de las Ideas o mundo Inteligible. Y específicamente, como las sombras son menos reales que las figuras, y éstas son copias de los objetos exteriores, las sombras serían "copias de copias": ontológicamente no son los objetos físicos sino sus imágenes y representaciones humanas, el nivel más bajo de realidad y, epistemológicamente, se accede a estas imágenes con la imaginación y no con la creencia (eikasia, no pistis), aunque ambas forman parte del conocimiento sensible: la opinión (doxa). 2. LA SUBIDA AL MUNDO DE ARRIBA Y EL SOL 2.1. MUNDO DE ARRIBA (o Mundo exterior a la caverna): Representa desde un punto de vista ontológico: el Mundo Inteligible o Mundo de las Ideas. Representa desde un punto de vista epistemológico: las verdades de la razón o verdadero conocimiento (ciencia o episteme). La huida de la caverna simboliza desde un punto de vista antropológico: el alma racional del ser humano liberada de las cadenas del cuerpo y la materia. Y, finalmente, desde un punto de vista pedagógico, la subida a este mundo representa, en suma, la educación, el abandono paulatino y gradual de la ignorancia para llegar a la sabiduría. 2.2. SOL Explicación En el texto de Platón, se habla de "los prisioneros" encadenados frente a la pared de la caverna y de "las sombras" que desfilan ante ellos. Puesto que se trata de un mito, su significado es alegórico. Lo que hay que explicar entonces es a qué se refiere realmente Platón con esos términos. Los prisioneros simbolizan la situación de ignorancia en la que se encuentra el ser humano antes de iniciar el proceso de educación y de adquisición de conocimientos. Cuando Platón afirma que tales prisioneros sólo conocen "sombras" quiere dar a entender que sus conocimientos son muy limitados y confusos. Por otro lado, el contenido de ese conocimiento son "sombras" porque el ser humano que todavía no ha comenzado el proceso de educación ni siquiera ve la realidad bajo su auténtica apariencia, sino que los verdaderos objetos de los que está compuesta la realidad (las Ideas) están fuera de su alcance. En su lugar, capta una imagen distorsionada o una copia defectuosa (los objetos del mundo sensible) de la auténtica realidad. Hay que fijarse en la connotación negativa que Platón da a estos términos: los hombres que no tienen conocimientos son "prisioneros", cabría decir incluso esclavos de su propia ignorancia; y los objetos que perciben son "sombras" de realidades, lo que significa que nada está tan lejos del alcance del hombre común como la propia realidad. Representa la Idea de Bien, que es la cúspide de todas las Ideas del mundo inteligible, por encima de la Idea de Justicia y la Idea de Belleza. La luz del sol representa la cualidad de lo bueno y esto es lo que ilumina los objetos exteriores (las demás Ideas) y posibilita su conocimiento. La Idea de Bien posee tres significados. Desde un punto de vista ontológico, es la causa última de todo lo real; desde un punto de vista epistemológico es lo que hace posible cualquier conocimiento; y desde un punto de vista teleológico es el fin último hacia el que tienden todas las cosas. Explicación El significado de estas dos nociones es simbólico. "Ascenso" hace referencia claramente al proceso de educación del filósofo, mediante el cual pasará por los cuatro grados de conocimiento (eikasía, pistis, diánoia y nóesis) y llegará a conocer la Idea suprema de Bien (sol exterior). En el mito de la caverna, Platón narra este proceso de conocimiento como una simbólica ascensión desde el interior de la caverna hasta el mundo exterior que hay fuera de ella, situado "más arriba". Una vez en el "mundo de arriba", es decir, en el exterior de la caverna, que simboliza el mundo inteligible de las Ideas, el prisionero será capaz de mirar directamente al "sol", esto es, a la Idea de Bien, que dentro de la teoría de las Ideas de Platón es considerada la Idea suprema, la que da realidad a todas las demás, la que "gobierna todo lo de la región visible". El "ascenso" pasa por varias etapas antes de llegar a la contemplación final del "sol". La primera es cuando el prisionero es liberado y consigue mirar las estatuas que transportan los porteadores que hay tras ellos y la hoguera ante la que desfilan. Si la situación original de En el mito de la caverna Platón explica cómo el prisionero o, como nosotros sabemos, el hombre sin conocimientos, está convencido de que las sombras que ve son la auténtica realidad, con lo que acentúa todavía más la patética situación a la se hallan sometidos los prisioneros en la caverna. Platón ofrece aquí una imagen pesimista del ser humano, quien 1 Conceptos y nociones de Platón por Manuel Fernández Soria los prisioneros simboliza el grado de conocimiento de la imaginación (eikasía), esta primera etapa simboliza el segundo grado, la creencia (pistis). Después, se lleva al prisionero fuera de la caverna al mundo exterior, pero al principio sólo puede percibir la sombras de los objetos (no hay que confundir con las sombras del interior de la caverna) y sus reflejos en las aguas, así como la noche con la luna y las estrellas. Esta etapa simboliza el razonamiento deductivo (dianoia) propio de las matemáticas y la geometría. Sólo cuando su vista se haya acostumbrado por completo al mundo y la luz exterior, podrá ver los objetos a la luz del día (las Ideas) y podrá al final mirar directamente al Sol (la Idea de Bien). Sabemos dónde debemos ir, pero ¿cómo? ¿Cómo rompemos nuestras cadenas y escalamos al exterior? ¿Cómo acostumbrar la mirada a la nueva luz? ¿Cómo mirar al sol de frente? La capacidad que lo permite la llama Platón: Inteligencia o Sabiduría (noesis) la que debe entrenar y ejercitar aquel que quiera dedicarse al gobierno de la polis. Esta última etapa, como decimos, simboliza la intuición intelectual (nóesis) del filósofo, el conocimiento de las Ideas del mundo inteligible y, sobre todo, de la Idea de Bien. Como decíamos, en la alegoría de la caverna las Ideas son representadas mediante los seres que hay en el exterior de la caverna, destacando EL SOL como lo último que se puede contemplar y que para Platón simboliza la Idea de Bien, la idea suprema, sin la cual el resto de las ideas se mostrarían insuficientes. Gracias a la Idea de Bien podemos, mediante su iluminación, comprender el lugar que ocupan el resto de las Ideas y que éstas alcancen su plenitud. La copia imperfecta de la Idea de Bien es el fuego u hoguera que proyecta las sombras de las figurillas y las ilumina dentro de la caverna. El fuego representaría entonces nuestro sol sensible, al cual se refiere Platón como "el hijo del Bien". La Idea de Bien, si bien es la cima de toda la jerarquía platónica su significado no queda completamente claro en los textos platónicos. Platón la define como "aquello que causa todo lo bello y recto". La Idea de Bien posee tres significados. Desde un punto de vista ontológico, es la causa última de todo lo real; desde un punto de vista epistemológico es lo que hace posible cualquier conocimiento; y desde un punto de vista teleológico es el fin hacia el que tienden todas las cosas. las Ideas y la Idea de Bien no puede guardarse esos conocimientos para él mismo y disfrutar de su propia felicidad, sino que tiene la obligación de utilizar esos conocimientos para organizar la ciudad, de manera que todos los ciudadanos puedan alcanzar también la felicidad. En los términos del mito de la caverna, el prisionero liberado debe regresar al interior de la caverna y contar a los demás prisioneros lo que ha visto en el exterior. Es en este momento cuando nos encontramos con la idea clave de La República de Platón: son los filósofos los que deben gobernar la ciudad porque son los únicos que poseen los conocimientos necesarios para organizar correctamente la sociedad. Ésta debe reflejar en su estructura interna el orden que existe en el mundo de las Ideas y que el filósofo conoce. El sabio, el filósofo es aquel que conoce la verdadera naturaleza, esencia y finalidad de las cosas. Es por ello que Platón defiende la necesidad de que los filósofos, los únicos que aspiran llegar a este conocimiento supremo, sean los gobernantes de esa polis ideal que sueña Platón, puesto un verdadero conocimiento del Bien en sí, la Justicia en sí y la Belleza en sí, garantizarán (influencia directa del intelectualismo moral de Sócrates) el gobierno bueno y justo de la polis y, por tanto, la felicidad individual y colectiva de sus ciudadanos. La Dialéctica es la ciencia suprema en la que el sabio o filósofo debe estar instruido y donde ejercita su inteligencia o noesis para captar las Ideas. La dialéctica en la filosofía platónica es el método, camino o disciplina que se requiere para captar las Ideas y, finalmente, la Idea de Bien. La dialéctica, a diferencia de la retórica sofística cuyo objetivo es persuadir y convencer al interlocutor, tiene como objetivo llegar a la Verdad. Para ello es necesario rechazar lo sensible, lo particular, para aprehender lo inteligible, las Ideas (que son la contrapartida real de las definiciones universales de la mayeútica de Sócrates) y volver a lo sensible y concreto para darle razón de ser desde lo inteligible. El camino dialéctico es, por tanto, doble. Ascendente, en primer lugar, pasando de lo sensible a lo inteligible. Pero también es descendente (y aquí nos referimos al retorno a la cueva), pues el filósofo debe volver a la caverna y entender las sombras y las figuras desde lo inteligible (o sea, como copia imperfectas de lo que hay fuera de la caverna), aunque, como dice el texto, una vez captada la auténtica realidad a uno no le agrada regresar a la oscuridad. Sin embargo, es la obligación moral del sabio. De nada nos sirve conocer si no podemos transmitir dicho conocimiento. Sin embargo, Platón da una imagen muy negativa de ese retorno a la caverna, es decir, del trato que recibe el filósofo cuando intenta gobernar la ciudad. El liberado que regresa a la caverna, acostumbrado a la luz del mundo exterior, es incapaz de reconocer nada en medio de las tinieblas de la caverna, que representan la profunda ignorancia que domina la vida política de la polis. El filósofo que ha conocido las Ideas no puede volver a acostumbrar la mirada de nuevo a la oscuridad, por eso parece como extraviado y torpe, y los demás se ríen de él. Esto hace referencia a la figura de su maestro Sócrates, como un sabio incomprendido que por ir buscando la verdad lo condenaron a muerte por la ignorancia de la política ateniense ("intentarían-matarlo si pudieran"). El problema es que los que se han quedado en la caverna -los miembros de la ciudad-, consideran que las falsas creencias que tienen son verdaderas y por eso se burlan de los conocimientos que el prisionero liberado -el filósofo- intenta comunicarles. Lo que éste afirma les parecen disparates y cosas sin sentido debido a que están cegados por la ignorancia de las sombras. Como afirma Platón en el texto, no es de extrañar que el filósofo se muestre torpe y ridículo tras "pasar de las contemplaciones divinas a las miserias humanas". 3. EL REGRESO A LA CAVERNA Y LAS TINIEBLAS 3.1. REGRESO A LA CAVERNA: Representa la obligación dolorosa del sabio (el liberado) de curar a los prisioneros de su ignorancia. El sabio que conoce la verdadera realidad, a pesar de la inclinación natural del alma racional a permanecer contemplando las Ideas, debe volver al interior de la cueva para liberar a "sus antiguos compañeros de prisión". 3.2. TINIEBLAS: La contraposición que realiza el mito de la caverna entre las tinieblas cavernosas y la luz exterior es la contraposición epistemológica entre la opinión de los sentidos y la verdad del conocimiento racional. A su vez responde también y fundamentalmente a la contraposición pedagógica entre la ignorancia (tinieblas) y la educación o sabiduría (luz). Explicación Después de que el prisionero haya logrado contemplar el mundo exterior e incluso mirar al sol, se le obliga a regresar a la caverna y a volver a conformarse con las tinieblas. Lo que Platón quiere simbolizar con esto es que el filósofo que ha conseguido conocer el mundo de 2