EL DÉBITO DEL RESUMEN DE TARJETA DE CRÉDITO DE UNA CUENTA CORRIENTE, E INCLUSO SU EJECUCIÓN, ES LÍCITO. Sebastián Scoccia (Instituto de Derecho Comercial de Bahía Blanca) Sumario: Si el certificado de saldo deudor en cuenta corriente bancaria reúne los requisitos del 3er. párrafo del art. 793 del Código de Comercio, tiene fuerza ejecutiva en los términos del art. 521 inc. 5to. del Código Procesal y la habilidad de dicho título debe surgir de sus formas extrínsecas, encontrándose vedado incursionar dentro del juicio ejecutivo en el debate causal que significaría la indagación de cómo esta compuesto el saldo deudor certificado por un banco, el que se encuentra reservado para el juicio ordinario posterior que prevé y autoriza el art. 551 del código de forma. No obstante este principio general, encontrándose fuera de debate que el certificado está compuesto por débitos de tarjetas de crédito, es una irregular inclusión que el juzgador no puede obviar en razón de que dichos débitos no tienen por sí mismos fuerza ejecutiva y porque, además, existe una expresa prohibición establecida por la Comunicación "A" 2.334 del Banco Central de la República Argentina que en su apartado 1.1.1.1.4, párrafo segundo establece que "no podrá generar saldo deudor -aún cuando el cliente hubiera prestado su conformidad- el débito de importes correspondientes a operaciones instrumentadas mediante títulos que en sí mismos no posean fuerza ejecutiva". Tribunal: Cámara en lo Civil y Comercial Sala I de B. Blanca Expte./Año: 94949; 1996 Fecha: 22/08/96 Carátula: "Bco. de la Provincia de Buenos Aires c/ López Peiton de A., Marta G. s/ Cobro Ejecutivo" Mag. votantes: Vazquez; García Festa; Viglizzo; SD Sin vigencia : Cambio de criterio en el Expte. 113.431 -L.Interl.89- del 05/02/02 caratulado: "Banco Río de la Plata c/ Busetti, Raúl Jorge s/ Cobro Ejecutivo" Nota Sumario: integraron la Sala I para dictar sentencia en la causa los Sres. Jueces de la Sala II, Dres. Hilda Selva Vazquez, Osvaldo García Festa y Horacio C. Viglizzo Reitera doctr.: En igual sentido ver Expte. 111.128, Nro. de orden 131, L.Int.88, (27/2/01) en autos "Banco de la Provincia de Buenos Aires c/ Ulovec de Lamoth, Liliana G. s/ Cobro Ejecutivo" - Integración: Salvatori Reviriego - Cervin i- Diez – SUMARIO RELACIONADO: 446"Banco Río de la Plata c/ Busetti, Raúl Jorge s/ Cobro Ejecutivo" Sumario: El BCRA a través de la Comunicación A 2547 del 30 de mayo de 1997 (B.O. del 13 de junio del mismo año), dejó sin efecto la prohibición contenida en el segundo párrafo del punto 1.1.1.4. de la OPASI II, que establecía la imposibilidad de que generaran saldo deudor aún cuando el cliente hubiere prestado su conformidad-, el débito de importes correspondientes a operaciones instrumentadas mediante títulos que en sí mismos no posean fuerza ejecutiva, siempre que medie autorización expresa del cliente y se encuentre asegurado el conocimiento por el cliente con una antelación mínima de cinco días hábiles respecto de la fecha fijada para el débito que el cuentacorrentista haya contratado (v. punto 1.5.4.2. del texto ordenado de la Reglamentación de la Cuenta Corriente Bancaria emitida el 30 de marzo de 2.001 y publicada en el B.O. el 20 de abril del mismo año) Ref. normativa: BCRA Comunicación A – 2547 Tribunal: Cámara en lo Civil y Comercial Sala I de B. Blanca Expte./Año: 113.431; 2002 – R Fecha: 05/02/02 Carátula: "Banco Río de la Plata c/ Busetti, Raúl Jorge s/ Cobro Ejecutivo" Nota Sumario: Se rechazó la defensa de inhabilidad de título fundada en la inclusión de débitos por tarjeta de crédito Este tema es altamente discutido al día de la fecha y viene de vieja data de las famosas cuentas corrientes no operativas, y las cuentas corrientes instantáneas, que la jurisprudencia a nivel nacional ya ha pacificado. Sin embargo, y luego de la nueva normativa reglamentaria que rige para las cuentas corrientes por parte del BCRA, la Com A 3244 modificada, en su apartado 1.5.4.2 pareciera que el tema vuelve a ponerse sobre el tapete para su discusión sobretodo teniendo en cuenta las disposiciones de orden público de la ley de tarjeta de crédito 25.065. Reza la normativa bancaria: 1.5.4. Los conceptos que se debitarán de la cuenta corriente, siempre que medie autorización expresa del cliente, por: 1.5.4.1. Operaciones propias de la entidad (pago de préstamos, alquiler de cajas de seguridad, etc.). 1.5.4.2. Servicios de cobranza por cuenta de terceros, concertados directamente con el banco o a través de dichos terceros (débitos automáticos o directos) para el pago de impuestos, tasas, contribuciones y aportes, facturas de servicios públicos o privados, resúmenes de tarjetas de crédito, etc., cuando se encuentre asegurado el conocimiento por el cliente con una antelación mínima de 5 días hábiles respecto de la fecha fijada para el débito que el cuentacorrentista haya contratado. En tal sentido, no pareciera haber dudas sobre la posibilidad de debitar en la cuenta corriente los resúmenes de tarjeta de crédito. Sin embargo, el problema surge cuando ante el saldo deudor de la mencionada cuenta corriente, la misma se cierra generando el certificado de saldo deudor, conteniendo entre sus asientos, el pago del resumen de tarjeta de crédito. En este caso, entran a colisionar algunas normas, cuáles son las que conforman el certificado de saldo deudor, su ejecutabilidad y su posibilidad de capitalizar intereses y algunos artículos de la ley 25.065, puntualmente los arts. 14 y 23 inc ñ en lo que hace a la capitalización de intereses y su expresa prohibición. Según parte de la doctrina (Muguillo Roberto, “Manual de Operaciones Bancarias y Financieras”, Ed. Jurídicas Cuyo, pag ), “los consumos efectuados y liquidados en el resumen del art. 23 de la ley 25.065, no podrán generar los intereses propios de la cuenta corriente bancaria que alteran los límites de la propia ley 25.065, pues de lo contrario se violaría un régimen de orden público por la simple via de la contabilización común de los débitos, pudiendo dejarse de lado la expresa prohibición de capitalizar intereses o los plazos y condiciones de impugnar de las respectivas liquidaciones” (confirmada mediante ponencia en el “I Congreso Argentino e Iberoamericano de Derceho Bancario y V Congreso de Aspectos Legales de las Entidades Financieras” de Lomas de Zamora, Tomo I, pag. 221). En sentido opuesto, menciona Carlos G. Villegas que “la medida más acertada ha sido sin duda alguna la vinculación de la tarjeta de crédito con una cuenta corriente por el cliente en el banco, o sea con anterioridad al inicio del servicio de tarjeta o contemporáneamente a éste. De esta forma, el Banco tiene la via operativa contable apta para efectuar los débitos y créditos resultantes de la relación operativa con el usuario de tarjeta de crédito. Inclusive esto le permite pactar el débito automático del total o del pago mínimo que se compromete a realizar el usuario. Pero fundamentalmente este mecanismo le permitirá que en el caso de no pago, cuando deba proceder a la ejecución judicial, tenga a mano una vía apta para generar un título ejecutivo mediante la expedición del certificado de saldo deudor, de conformidad con la regla del artículo 793 del Cod Com.” (Carlos Gilberto Villegas, “Tarjeta de Crédito Ley N° 25.065”, Editorial Ediciones Jurídicas Cuyo, pag. 468 y ss). En conclusión, tenemos las siguientes posturas: no hay oposición alguna en que los resúmenes de tarjeta de crédito puedan ser debitados de una cuenta corriente. La discusión estriba en saber si el saldo deudor final de una cuenta corriente, que incluye estos débitos de tarjetas de crédito, pueden ser ejecutados conforme la metodología clásica para este tipo de institutos. Proponemos que sí. La razón es que es imposible proceder a “descuartizar” el certificado de saldo deudor para ver qué asientos son pasibles ejecutar con esta forma procesal y pueden ser afectados por las normas de la cuenta corriente, y cuáles no. Villegas dice que “en la cuenta corriente bancaria, la compensación opera automáticamente, en forma inmediata ni bien una partida determinada, del debe o del haber, ingresa en la cuenta. En un instituto fundamental de la operación y del contrato de cuenta corriente bancaria, y por él las partes evitan tener que ajustar periódicamente sus cuentas como ocurre en la cuenta corriente mercantil donde ella no opera automáticamente. Este es el instituto jurídico de la compensación, que junto con el del soporte contable, son los elementos operativos indispensables para que exista la cuenta corriente”. (Carlos G. Villegas, “Teoría y Práctica el Cheque y la Cuenta Corriente Bancaria”, Grupo Editor Villegas, pags. 35 y ss). No debemos olvidar que también una obligación de la entidad financiera es acreditar o debitar en el día los créditos o débitos que se generen en el ámbito de la cuenta corriente para disponer automáticamente de un saldo. Y ese saldo, cuando por ejemplo hay descubierto aunque sea por unos pocos días, genera intereses. ¿Cómo se podría generar un saldo cierto para que el cuentacorrentista pueda impugnarlo de ser necesario si ese saldo puede llegar a ser desmembrado en un futuro? Pareciera que de mantener la teoría de la imposibilidad de ejecutar el saldo deudor de cuenta corriente bancaria cuando esté conformado por asientos que se correspondan a débitos de resúmenes de tarjetas de crédito, desnaturalizaría este instituto bancario. Si bien es cierto que indirectamente se podría violar disposiciones de orden público de la Ley 25.065, no olvidemos que esta misma normativa prevé en su artículo 42 que no podrán ser ejecutados por la vía ejecutiva los saldos de tarjetas de crédito cuando los mismos se debiten de cuentas corrientes abiertas a ese sólo efecto. Es decir, las viejas cuentas instantáneas que ya toda la jurisprudencia se encargó de desterrar. Es decir, que si la misma normativa no hubiera querido que los resúmenes deudores de tarjetas de crédito fueran debitados de las cuentas corrientes bancarias, o no hubiera querido su ejecución judicial ante el cierre de la mencionada cuenta, expresamente lo habría dicho. No olvidemos que también el BCRA al reglamentar la operatoria de las cuentas corrientes, permite esta facultad. Por lo expuesto, no vayamos más allá de lo que la ley no quizo prever y permitamos que el instituto de la cuenta corriente bancaria pueda seguir existiendo tal como está regulado.