Concepto 2009051225-003 del 21 de septiembre de 2009. ELECTRÓNICAS

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TARJETA DE CRÉDITO, RELACIÓN CONTRACTUAL, TRANSACCIONES
ELECTRÓNICAS
Concepto 2009051225-003 del 21 de septiembre de 2009.
Síntesis: Consideraciones sobre las relaciones contractuales originadas por el uso de la
tarjeta de crédito entre el establecimiento de crédito y los tarjetahabientes. Normatividad
sobre transacciones electrónicas. Los incumplimientos contractuales por parte de
establecimientos comerciales con ocasión del uso de las tarjetas de crédito son
competencia de la justicia ordinaria. Se advierte en la consulta formulada que el posible
incumplimiento en la prestación del servicio indicado deviene de un establecimiento de
comercio y no del ejercicio de actividades de una entidad administradora de un sistema de
pago de bajo valor o de un establecimiento de crédito, motivo por el cual se sugiere poner
de presente la reclamación ante la SIC.
«(…) solicita el pronunciamiento de esta Superintendencia frente a las siguientes
inquietudes:
“a) Si esa Superintendencia tiene alguna ingerencia (sic) o requisito para que por ejemplo,
el sistema bancario de tarjetas de crédito de (…), al establecerse en Colombia el sistema
de compra por vía telefónica a través de establecimientos de comercio, tal entidad deba o
esté obligada y haya presentado ante ustedes algún proyecto o minuta de contrato de
manejo de tarjeta de crédito para firme el usuario o tarjeta- habiente, para su aprobación?
En caso positivo, indicar en qué época ocurrió y, si del proyecto de ese contrato existe
depósito en esa Superintendencia o en otro lugar, donde pueda obtenerse.
“b) Si existe alguna directiva de esa entidad a nivel bancario, en la que se indiquen los
requisitos que los bancos deben exigir a los proveedores o intermediarios del sistema de
compra vía telefónica, para hacer efectivos los comprobantes elaborados unilateralmente,
sin la firma del usuario de la tarjeta de crédito, sin que se haya realizado previamente la
entrega del producto ofrecido? En caso positivo, favor indicar en qué época y las
pertinentes indicaciones de la o las directivas que se hayan dado.
“c) Cualesquiera otra información que su despacho tenga a bien suministrar con miras a
conocer muy específicamente el modus operandi con que se inició y funciona el sistema de
ventas o compras vía telefónica, a través de cargos en la tarjeta de crédito, a través de
terceras personas proveedoras y/o intermediarias cobradoras de las facturas y que se han
afiliado al sistema (…)”.
Sobre el particular proceden los siguientes comentarios:
En primer lugar resulta procedente destacar que de la consulta planteada se desprenden tres
conductas que dan lugar a diferentes relaciones jurídicas, la primera la surgida entre el
comprador y usuario de la tarjeta de crédito con el establecimiento de comercio, la segunda
la originada entre el tarjeta habiente y el establecimiento de crédito y la tercera, en la cual
no tiene una participación activa el tarjetahabiente o usuario de la tarjeta de crédito, pues es
la que tiene lugar entre el establecimiento de crédito que expide la tarjeta de crédito y la
entidad administradora de un sistema de pago de bajo valor, encargada del proceso de
compensación y pago, tal y como se explica más adelante.
I. Relación Contractual entre el Tarjetahabiente y el Establecimiento de Comercio
La relación existente entre el tarjetahabiente y el establecimiento de comercio, implica que
este último se obliga a suministrar los bienes y/o servicios que requiera el primero, y a
recibir de éste como medio de pago por dichos conceptos, la tarjeta de crédito expedida por
el correspondiente establecimiento de crédito.
Dichas relaciones, se rigen por las normas contractuales y en virtud de las mismas, las
partes estarán obligadas a lo por ellas pactado.
Sobre el particular, le informo esta Superintendencia por su carácter de autoridad
administrativa, no es competente para dirimir conflictos surgidos con ocasión de la
celebración de acuerdos o contratos, siendo la jurisdicción ordinaria la autoridad
competente para resolver esta clase de controversias.
Adicional a lo anterior, le informo que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)
cuenta con una dependencia destinada a la protección al consumidor, la cual tiene
facultades legales para conocer acerca de incumplimientos como los planteados en su
consulta. Así las cosas, lo procedente en este caso, tratándose de una inconformidad frente
a la prestación de un servicio por parte de un establecimiento de comercio, es necesario que
se formule su reclamación ante la SIC.
II. Sistemas de Pago de Bajo Valor
Respecto a la supervisión de este Organismo sobre los sistemas de pago de bajo valor,
resulta preciso aclarar que el literal o) del artículo primero del Decreto 1400 del 2005
define el sistema de pago de bajo valor, como un conjunto organizado de políticas, reglas,
acuerdos, instrumentos de pago, entidades y componentes tecnológicos, tales como
equipos, software y sistemas de comunicación, que permiten la transferencia de fondos
entre los participantes, mediante la recepción, el procesamiento, la transmisión, la
compensación y/o la liquidación de órdenes de transferencia y recaudo.
Adicional a lo anterior, estos sistemas se encuentran autorizados para procesar órdenes de
transferencia o recaudo, incluyendo aquellas derivadas de la utilización de tarjetas crédito o
débito, por un valor promedio diario.
En este orden de ideas, en la actualidad ostentan la calidad de entidades administradoras de
sistemas de pago de bajo valor, las siguientes: Asociación Gremial de Instituciones
Financieras "Credibanco", ACH Colombia S.A., Servibanca S.A., A Toda Hora S.A.,
Redeban Multicolor S.A. y la Central Cooperativa y Solidaria de Servicios Múltiples "Visionamos".
Bajo los anteriores supuestos, resulta pertinente precisar que las marcas “Visa” y
“MasterCard”, son franquicias internacionales, cuya representación en el país la ostentan
Credibanco y Redeban Multicolor S.A., respectivamente, pero respecto de dichas
franquicias esta Superintendencia no ejerce inspección, vigilancia y control en tanto no son
sistemas de pago de bajo valor.
III. De las relaciones contractuales originadas por el uso de la tarjeta de crédito entre
el establecimiento de crédito y los tarjetahabientes
En cuanto al tema de las relaciones contractuales originadas con la ocasión del uso de las
tarjetas de crédito, esta Superintendencia en concepto 2006045350 del 10 de octubre del
2006 manifestó:
“Respecto de las tarjetas de crédito valga recordar que su emisión obedece a la
celebración del contrato mercantil de apertura de crédito, el cual se encuentra regulado en
el artículo 1400 del Código de Comercio como “el acuerdo en virtud del cual un
establecimiento bancario se obliga a tener a disposición de una persona sumas de dinero,
dentro del límite pactado y por un tiempo fijo o indeterminado”.
“Es de destacar que en virtud de dicho acuerdo, se crea una relación entre el
establecimiento de crédito y el tarjetahabiente, el cual se rige por las normas
contractuales, que constituyen ley para las partes de conformidad con lo señalado por el
artículo 1602 del Código Civil, según el cual, los contratantes se obligan a lo pactado y no
podrán invalidar dicho acuerdo sino por su consentimiento o por causas legales.
“Así mismo, debe indicarse que en virtud de dicho contrato surgen otras relaciones
contractuales a saber: Entre el establecimiento bancario y el establecimiento de comercio
y, entre el tarjetahabiente y el establecimiento de comercio.
“La existente entre el establecimiento de crédito emisor de la tarjeta y el establecimiento
de comercio, generalmente llamada de afiliación, implica que éste último se obliga a
recibir como medio de pago por la compra de sus mercancías o la prestación de sus
servicios, la tarjeta de crédito expedida por el correspondiente establecimiento de crédito,
y éste a su vez a pagar las facturas suscritas por su tarjetahabiente.
“(…)
“Lo anterior para precisar que la tarjeta de crédito es simplemente un medio de pago,
como lo puede ser el dinero o el cheque, que emplean los clientes de los establecimientos
de crédito1 a efectos de pagar los consumos que hubieren efectuado para la adquisición de
bienes y/o prestación de servicios en los diferentes establecimientos comerciales afiliados
(v.gr. las agencias de viaje), y como quiera que dichas relaciones se rigen por normas
1
Si bien existen otras entidades que emiten tarjetas de crédito, nos referimos sólo a aquellas que corresponden
a nuestro ámbito de competencia.
contractuales y por el principio de la autonomía de la voluntad, en ello no tiene injerencia
ni competencia esta Entidad”.
Ahora bien, para que se efectúen las transferencias de los fondos de las operaciones
derivadas de tarjetas de crédito o débito, es preciso aludir a la relación existente entre los
establecimientos de crédito y las Entidades Administradoras de Sistemas de Pago de Bajo
Valor, como “Credibanco Visa” , en virtud de la cual, éstas últimas permiten el acceso y
uso del sistema a los establecimientos de crédito (en calidad de participantes2) para permitir
la transferencia de fondos entre los mismos, mediante la recepción, transmisión,
procesamiento, compensación y/o liquidación de las órdenes de transferencia o recaudo.
Dichos acuerdos, al igual que los anteriormente enunciados, se encuentran sujetos a lo
estipulado por ellos en el contrato, en virtud de los principios de la libertad contractual y
autonomía de la voluntad, anteriormente referidos, y por consiguiente, lo relacionado con
las tarifas y condiciones económicas bajo las cuales se adelantan las operaciones propias de
esta actividad, son igualmente de libre determinación por las partes contratantes, y sobre los
cuales la Superintendencia Financiera de Colombia no tiene competencia para
pronunciarse, motivo por el cual no existe normatividad que establezca la obligación por
parte de esta Superintendencia para impartir aprobación o reglamentar el sistema de
compras vía telefónica.
Lo anterior no constituye óbice para que esta Superintendencia cumpla con el deber de de
supervisar el cumplimiento estricto de las obligaciones que deben acatar las sociedades
administradoras de bajo valor y los establecimientos de crédito en ejercicio de su actividad.
IV. Normatividad sobre transacciones electrónicas
Sobre el tema esta Superintendencia por medio de concepto 2007026466 del 8 de junio del
2007 señaló:
“Sobre el particular, tenemos que la Ley 527 de 1999, “por medio de la cual se define y
reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las
firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se dictan otras
disposiciones”, fue expedida con el ánimo de otorgar un ambiente jurídico que de
confianza y seguridad a las relaciones que se desarrollan en el marco de un entorno
tecnológico, como es el Internet. Se trata entonces de una norma de alcance general
respecto de las diferentes actividades que puedan adelantarse en el Internet en un ámbito
comercial.
“Resulta pertinente recordar que la Honorable Corte Constitucional declaró la
exequibilidad de la norma mencionada en Sentencia C – 662 del 8 de junio de 2000, con
2
Decreto 1400 de 2005, “Artículo 1, literal h) Participante: Cualquier entidad que haya sido autorizada por
el administrador de un sistema de pago de bajo valor conforme a su reglamento para tramitar órdenes de
transferencia o recaudo en un sistema de pago de bajo valor, y que participa directamente en la
compensación y liquidación de dichas órdenes”.
Magistrado Ponente Fabio Morón Díaz. En términos generales la Corte resaltó la
importancia de este desarrollo legislativo en los siguientes términos:
“La Ley 527 de 1999 es, pues, el resultado de una ardua labor de estudio de temas de
derecho mercantil internacional en el seno de una Comisión Redactora de la que formaron
parte tanto el sector privado como el público bajo cuyo liderazgo se gestó -a iniciativa del
Ministerio de Justicia y con la participación de los Ministerios de Comercio Exterior,
Transporte y Desarrollo.
“Como ya quedó expuesto, obedeció a la necesidad de que existiese en la legislación
colombiana un régimen jurídico consonante con las nuevas realidades en que se
desarrollan las comunicaciones y el comercio, de modo que las herramientas jurídicas y
técnicas dieran un fundamento sólido y seguro a las relaciones y transacciones que se
llevan a cabo por vía electrónica y telemática, al hacer confiable, seguro y válido el
intercambio electrónico de informaciones.”
“Adicionalmente, el Gobierno Nacional reglamentó parcialmente la ley en comento
mediante el Decreto 1747 de 2000 respecto de las entidades de certificación, los
certificados y las firmas digitales.
“Ahora bien, respecto del tema concreto de los pagos electrónicos que pueden efectuarse a
través de las entidades vigiladas por esta Superintendencia, el numeral 8º del Capítulo
Primero del Título Segundo de la Circular Externa 007 de 1996 (Circular Básica Jurídica)
de esta Superintendencia indica las reglas mínimas relativas a las transacciones a través
de tarjetas de crédito y débito, terminales, cajeros automáticos, puntos de servicio en
oficinas y establecimientos comerciales que deben observar los establecimientos de
crédito.
“La finalidad de estas reglas mínimas es la adecuada protección de los derechos de los
consumidores financieros, al impartir instrucciones a las vigiladas sobre la información
que están deben suministrar a sus clientes y usuarios, respecto del funcionamiento y
condiciones de estas operaciones, de manera que estos la conozcan adecuadamente, y
procedan a efectuar las operaciones de manera segura.
“De otra parte, el Capítulo XXIII de la Circular Externa 100 de 1995 (Circular Básica
Contable y Financiera) de esta Superintendencia, adicionado por la Circular Externa 049
de 2006 de esta Entidad, contempla las reglas relativas a la administración del riesgo
operativo al que se enfrentan las entidades sometidas a la vigilancia e inspección de esta
Entidad. Por virtud de este instructivo, dichas entidades deben “desarrollar, establecer,
implementar y mantener un Sistema de Administración de Riesgo Operativo (SARO),
acorde con su estructura, tamaño, objeto social y actividades de apoyo, estas últimas
realizadas directamente o a través de terceros, que les permita identificar, medir, controlar
y monitorear eficazmente este riesgo”.
“El numeral 2.7 del mencionado Capítulo define el SARO como el “conjunto de elementos
tales como políticas, procedimientos, documentación, estructura organizacional, registro
de eventos de riesgo operativo, órganos de control, plataforma tecnológica, divulgación de
información y capacitación, mediante los cuales las entidades vigiladas identifican, miden,
controlan y monitorean el riesgo operativo”.
“Dentro de los factores que componen este tipo de riesgo, mencionados en la Circular en
comento, se encuentra la tecnología, entendida como el “conjunto de herramientas
empleadas para soportar los procesos de la entidad. Incluye: hardware, software y
telecomunicaciones”. Y, las fallas tecnológicas son reconocidas como eventos de riesgo
operativo que pueden generar pérdidas a los clientes y/o a la entidad respectiva”.
Posteriormente a través de la Circular 052 del 2007 expedida por esta Superintendencia, la
cual adicionó el Capítulo Décimo Segundo al Título Primero de la Circular Básica Jurídica
(Circular Externa 007 de 1996) y derogó el numeral 8 del Capítulo Primero, Título II de la
Circular Externa 007 de 1996 (Circular Básica Jurídica) y el Anexo Técnico “Estándares
mínimos de seguridad que deben observarse en la realización de algunas operaciones a
través de terminales, cajeros automáticos, puntos de servicio en oficinas y establecimientos
comerciales y tarjetas débito o crédito”, se establecieron los requerimientos mínimos de
seguridad y calidad en el manejo de la información a través de medios y canales de
distribución de productos y servicios.
En efecto en el citado instructivo, se dispuso que todas las entidades sometidas a la
inspección y vigilancia de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), debían
acatar lo allí dispuesto con excepción del Fondo de Garantías de Instituciones Financieras
“Fogafín”, el Fondo de Garantías de Entidades Cooperativas “Fogacoop”, el Fondo
Nacional de Garantías S.A. “F.N.G. S.A.”, el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo
“Fonade”, los Almacenes Generales de Depósito, los Fondos de Garantía que se
constituyan en el mercado público de valores, los Fondos Mutuos de Inversión, los Fondos
Ganaderos, las Sociedades Calificadoras de Valores y/o Riesgo, las Oficinas de
Representación de Instituciones Financieras y de Reaseguros del Exterior, los Corredores
de Seguros y de Reaseguros, los Comisionistas Independientes de Valores, las Sociedades
Comisionistas de Bolsas Agropecuarias y los Organismos de Autorregulación.
En consecuencia, los establecimientos bancarios, son destinatarios directos de tales
instrucciones y deben cumplir en forma estricta con las mismas, en la medida que son
entidades encargadas de la expedición del medio de pago de tarjetas débito y crédito,
respecto del cual el numeral 6 del citado instructivo señalo las siguientes obligaciones:
“Establecer y documentar los procedimientos, controles y medidas de seguridad
necesarias para la emisión, transporte, recepción, custodia, entrega, devolución y
destrucción de las tarjetas. Se debe estipular el tiempo máximo de permanencia de las
tarjetas en cada una de estas etapas.
“Cifrar la información de los clientes que sea remitida a los proveedores y fabricantes
de tarjetas, para mantener la confidencialidad de la misma.
“Velar porque los centros de operación en donde se realizan procesos tales como:
realce, estampado, grabado y magnetización de las tarjetas, entre otros, así como de la
impresión del sobreflex, mantengan procedimientos, controles y medidas de seguridad
orientadas a evitar que la información relacionada pueda ser copiada, modificada o
utilizada con fines diferentes a los de la fabricación de la misma.
“Velar porque en los centros donde se realicen los procesos citados en el numeral
anterior, apliquen procedimientos y controles que garanticen la destrucción de aquellas
tarjetas que no superen las pruebas de calidad establecidas para su elaboración, así como
la información de los clientes utilizada durante el proceso. Iguales medidas se deberán
aplicar a los sobreflex.
“Establecer los procedimientos, controles y medidas de seguridad necesarias para la
creación, asignación y entrega de las claves a los clientes.
“Cuando la clave (PIN) asociada a una tarjeta débito haya sido asignada por la entidad
vigilada, esta deberá ser cambiada por el cliente antes de realizar su primera operación.
“Ofrecer a sus clientes mecanismos que brinden la posibilidad inmediata de cambiar la
clave de la tarjeta débito en el momento que estos lo consideren necesario.
“Establecer en los convenios que se suscriben con los establecimientos de comercio la
obligación de verificar la firma y exigir la presentación del documento de identidad del
cliente para las operaciones que se realicen con tarjeta de crédito.
“Emitir tarjetas personalizadas que contengan al menos la siguiente información:
nombre del cliente, indicación de si es crédito o débito, nombre de la entidad emisora,
fecha de expiración, espacio para la firma del cliente y número telefónico de atención al
cliente.
“Al momento de la entrega de la tarjeta a los clientes, ésta deberá estar inactiva. Las
entidades deberán definir un procedimiento para su respectiva activación, el cual
contemple al menos dos de tres factores de autenticación: algo que se sabe, algo que se
tiene, algo que se es. En cualquier caso, se deberán entregar las tarjetas exclusivamente al
cliente o a quien este autorice.
“Ofrecer a sus clientes tarjetas débito y/o tarjetas crédito que manejen internamente
cualquiera de los mecanismos fuertes de autenticación tales como: OTP (One Time
Password), biometría, etc.; dichas tarjetas deberán servir indistintamente para realizar
transacciones en cajeros automáticos (ATM), en puntos de pago (POS), en Internet y en
sistemas de audio respuesta (IVR)”.
En razón de lo expuesto, debe concluirse que los incumplimientos contractuales por parte
de establecimientos comerciales con ocasión del uso de las tarjetas de crédito son
competencia de la justicia ordinaria.
En todo caso, lo que se advierte por esta Entidad en la consulta por usted formulada es que
el posible incumplimiento en la prestación del servicio que usted indica deviene de un
establecimiento de comercio y no del ejercicio de actividades de una entidad
administradora de un sistema de pago de bajo valor o de un establecimiento de crédito,
motivo por el cual le sugerimos poner de presente su reclamación ante la SIC.
(…).»
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