Como dejar de pelearse con su hijo adolescente; Don Fleming

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La adolescencia es un período difícil y delicado que a veces provoca serios
problemas en el seno de la familia, es un periodo de transición entre la niñez y la
etapa adulta. En la cual se utiliza el termino ADOLECE y esto significa que existe
una carencia de madurez emocional en los jóvenes para resolver los problemas
cotidianos tanto sociales como familiares.
Este libro aborda diversos temas tales como son:
Las diversiones, la libertad de movimiento y la sexualidad.
La vida en casa, las tareas domésticas y las llamadas telefónicas.
El uso del dinero, las drogas y el alcohol.
El autor trata de ofrecer una orientación clara y concisa, que a su vez completa
con ejemplos en forma de diálogos, sobre algunas de las dificultades más
comunes de la convivencia familiar. Y así, con la ayuda de este libro que yo
considero como si fuese una guía para padres o guía de apoyo, el lector
encontrara diversas técnicas para que de este modo desaparezcan todas sus
angustias relacionadas con el trato hacia su hijo y conseguirá establecer una
relación sana y equilibrada con su hijo adolescente.
Dejar de ser niño o niña para ser adolescente es una etapa de crisis, aceptar la
pérdida de la infancia no es fácil, significa adaptarse a cambios físicos y
psicológicos que confrontan a toda la familia.
A continuación mencionare tres clasificaciones de la adolescencia:
Adolescencia temprana ( 11 a 14 años aprox.)
Adolescencia intermedia (14 a 17 años aprox)
Adolescencia tardía
(17 a 22 años aprox)
Una de las características principales en que se ve involucrado el adolescente, es
que a lo largo de este proceso presenta un duelo que es conformado por cambios
tales como, el cambio por el cuerpo infantil o cuando aparece la menarquía o
espermarquia, por el rol social y sexual que debe de adquirir y otro es la búsqueda
de la identidad, por los padres de la infancia.
El hijo ya no es un niño, pero tampoco es un adulto, pareciera que está peleado
con todo y con todos, se muestra inconforme, está menos tiempo con los padres,
establece nuevas y apasionantes relaciones, se casa con ideas radicales,
comienza a escuchar música de moda, a usar ropa moderna, etcétera. En este
contexto, yo formularia una pregunta que pudiera servir a los padres tal vez como
una herramienta que deba de tomarse en cuenta, la pregunta es ¿cómo se
entiende a un hijo adolescente?
Los jóvenes tienen un lenguaje muy particular para comunicarse con quienes les
rodean, lo que molesta a los padres, aunque en el fondo se debe a que se sienten
excluidos. Los muchachos definen lugares y conceptos de manera distinta a los
adultos. Pondré un ejemplo para ver si de esta manera se puede entender mejor
el tema que estamos tratando. Por ejemplo, hace veinte años al hablar de antro se
referían a un lugar de mala muerte; hoy es una discoteca, un bar, un espacio de
diversión que trasciende en la vida de muchos jóvenes y les proporciona un
espacio de identificación.
¿Por qué los amigos son tema de conflicto entre los padres y los hijos.?
Porque los adultos se olvidan de que los jóvenes tienen una gran necesidad de
pertenencia (a una familia, grupo, etcétera), creo que es una de las causas entre
las relaciones sociales y amorosas que llegan a ser más importantes que los
mismos padres, situaciones que provocan celos o incomodidad
Los sentimientos por los amigos son más intensos que en ninguna otra etapa de la
vida, los pares constituyen un modelo fundamental de identificación indispensable
para el desarrollo de todo adolescente, es tal su necesidad de identificación y
aceptación en el grupo de amigos que participar en actividades que impliquen
riesgo puede ser un medio para alcanzar su aprobación. El adolescente vive el
riesgo como una fuente de placer, porque traspasa el límite de lo permitido. Este
coqueteo con las situaciones riesgosas da a su conducta características de
omnipotencia que preocupan y atemorizan a los padres, por que como se dice
coloquialmente se quieren comer el mundo de un solo bocado y esto considero
que es generado por la gran energía que predomina en los jóvenes, llevando con
esto a que tengan conductas fuera de lo común y que estas se realicen sin tener
un claro conocimiento sobre los riesgos o consecuencias que estas podrían
traerle.
Los riesgos que más preocupan a los padres son:
Despertar sexual. Se da de manera intempestiva, brusca y acelerada, y no
contempla una madurez psicológica, sino solamente de una madurez sexual en
donde cada individuo esta listo para poder reproducirse. Asumir la sexualidad, en
ocasiones sin un lazo afectivo, es un riesgo carente de responsabilidad sobre las
repercusiones y riesgos de su práctica sin protección, creyendo que no les pasará
nada.
Uso y abuso del alcohol y las drogas.
De acuerdo con lo visto en clase mencionare los tipos de consumidores de estas
sustancias.
Experimental: Este es caracterizado por el consumo de sustancias toxicas en
donde solo se consume para saber o conocer algo nuevo, y regularmente solo se
hace una sola vez.
Social: En este se puede observar que los chicos solo consumen cuando están
con un cierto grupo de amigos y en esta etapa podría mencionar que se tiene un
control moderado.
Funcional: Aquí es en donde empiezan los primeros signos de alarma ya que el
joven consume para sentirse útil en sus diversas actividades.
Disfuncional: Totalmente el joven se vuelve adicto a dichas sustancias.
Mencionare dos puntos importantes que considero las principales motivos por el
cual los jóvenes consumen drogas o alcohol.
Experimentar con la velocidad al estar drogados.
·Desafiar la autoridad, llegando tarde o yéndose de casa.
¿Son la música y la moda lenguajes significativos para los jóvenes?
Por su propio desarrollo, los adolescentes pasan de un pensamiento concreto a
uno abstracto (Piaget). Este proceso no se define por el tamaño físico sino por su
madurez cerebral, por ello les gusta enfrascarse en su música, lo que muestra su
necesidad de tiempo para elaborar emociones, ansiedades, cambios y nuevas
necesidades de esta etapa.
Es importante aceptar las expresiones musicales actuales para explicarse el
comportamiento de los jóvenes y poder entablar comunicación con ellos, si los
adultos se estacionan en el dicho de que todo tiempo pasado fue mejor lo único
que lograrán serán continuos enfrentamientos y, por consiguiente, fomentan el
cultivo para la rebeldía.
Moda
Para un adolescente, vestir un atuendo extravagante o fachoso es una de las
maneras más inocentes para diferenciarse de los padres e identificarse con su
generación. Por lo regular estos atuendos cambian con frecuencia, así, un cabello
teñido puede durar unos cuantos meses, a menos que por la prohibición de los
padres el hijo lo lleve por más tiempo.
La moda es un punto de confrontación entre adolescentes y padres que les
remueve su propia sexualidad, y más si la consideran provocativa, en el caso de
las mujeres. Al ver que su hijo crece, lo padres probablemente se depriman
porque les recuerda que están envejeciendo y que es hora de reorganizar la vida.
Cuando se juntan las crisis de los 40y de la adolescencia en donde los padres
también presentan un cambio emocional al presentarse la menopausia o la
andropausia, el resultado de ambas puede ser explosivo, entonces ambos
requerirán paciencia.
Ante este panorama, surgen cantidad de interrogantes, lo importante es
comprender que el adolescente necesita consolidar su identidad (entendida como
la sensación de ser uno mismo y que le permite diferenciarse de los demás) y se
quiera o no, en esta continua búsqueda de querer ser, sus pares, la música y la
moda son elementos que le ayudan a estructurarla por lo que sus gustos
empiezan a tener una dirección específica.
Es vital que los padres comprendan que la cultura y la identidad no se aprenden
en aislamiento.
Sugeriría que conozcan el tipo de personas con quienes se relacionan sus hijos y
no se limiten a catalogar a los amigos por su aspecto exterior sin llegar a
satanizarlo. Exigir respeto es darlo y para ello deben conocer los lugares,
actividades y el mundo que los rodea, es como involucrase en el mundo de los
chavos en donde los padres se integren y muestren interés por las actividades de
sus hijos y si los padres consideran que es algo que este siendo mal empleado
pues busquen la manera de tener una conexión mas precisa con su hijo, esto no
quiere decir que se cumplan todos los deseos de los jóvenes, sino que el joven
vea asu padre como una amigo, claro que para que esto suceda también deben
de existir ciertos limites.
Asuman que el adolescente tiene la imperiosa necesidad de separarse de ellos y
en su intento utiliza ropa diferente, estilos de peinado, escucha música intolerable
para el padre, es desordenado, se duerme tarde, pasa horas en el baño, conversa
mucho tiempo por teléfono, no es colaborador, duerme demasiado, está pendiente
de alimentos y dietas (en el caso de las jóvenes), no estudia lo suficiente, no
respeta horarios y discute por todo; es decir, para separarse necesita transgredir
las reglas y creo que debería de existir un equilibrio entre ambos para que exista
una relación armoniosa en donde los padres sean flexibles y no autoritarios pero
claro que debe de respetar ciertas normas o criterios que ambos conformen.
El autor don fleming sugiere que con los hijos adolescentes hay que aprender a
leer entre líneas y estar atentos a las señales, parte fundamental de la
comunicación. Los adolescentes expresan lo que sucede dentro de ellos a través
de sus actos y gestos, es decir, hablan con sus síntomas, que si se consigue
interpretar, permite descubrir su trascendencia. Cuando los síntomas se fijan,
podrían ser indicio de que muchas señales previas se escaparon a la
comprensión.
Así, el momento óptimo para buscar los mejores recursos de la comunicación y
crear buenos encuentros, es cuando los hijos no transmiten señales de alarma.
Para iniciar, esto es muy complicado ya que por lo general la comunicación se
limita a buenos días o cómo te fue, o en otros casos sólo se da mediante el enfado
o a gritos porque se piensa que al haber perdido la batalla lo que queda es gritar
es un mecanismo de defensa que emplean los jóvenes para imponerse, sin
embargo, nada está más fuera lejos de la realidad. Asimismo, son muy comunes
las actitudes de aparente desinterés hacia el hijo, por ejemplo, dirigirse a él
cuando se está viendo el televisor o realizando otras actividades. En este
contexto, cuando la comunicación no es clara y directa el proceso se fractura y se
termina sermoneando y recriminando los errores del pasado, coloquialmente es
cuando los padres les leen la cartilla a los hijos con lo que la autoestima del joven
se daña sin necesidad.
La más importante de la comunicación es escuchar, lo cual significa entender lo
que está diciendo y tener la capacidad de comunicarle que se le entiende.
Si los padres hablan con el hijo de sus experiencias de modo que éste pueda
identificarse con una situación similar y sienta a sus progenitores como seres que
entienden sus sentimientos porque en algún momento de sus vidas también los
vivieron, ello facilitará la posibilidad de que también él pueda contar sus
dificultades.
No hay que olvidar que ante una mala comunicación se involucra con frecuencia,
el retiro del afecto y, de hecho, esta es una forma de rechazo que trae graves
repercusiones en la conducta del hijo adolescente. Creo que la base de toda una
buena relación es la COMUNICACIÓN pieza clave en el desarrollo de los seres
humanos.
Un padre debe dejar claro a su hijo que lo ama y respeta como persona, aun
cuando en ese momento no esté de acuerdo con su conducta, debe de sentirse
importante y además de ser querido creo que como todo ser humano necesita
muestras de afecto y apego para crecer de una manera sana.
Como padres el trabajo más importante es dar seguridad a los hijos y esto sólo se
logra a través de límites claros bien definidos e implementados entre padre y
madre como pareja. Cuando los adolescentes se sienten queridos, valorados y
aceptados sin condiciones, aceptan con mayor facilidad la dirección de los adultos.
Lo que necesitan son adultos en quienes confiar. La libertad, aunque no lo
parezca, la quieren vigilada; ponen a prueba sistemáticamente los límites que los
adultos les imponen, pero los desean y necesitan.
De acuerdo con el autor mencionare algunas sugerencias que considero
importantes para los padres.
Ser coherente entre lo que se hace y se dice, es decir, educar con el ejemplo.
Pondré un ejemplo para ser mas preciso, como cuando un padre le dice a su hijo
que no beba ni fume cuando el padre el mayor consumidor de ambas.
Proporcionar afecto sin reservas, sin condicionarlo esto aumenta o fomenta la
autoestima del joven.
Dar razones y no órdenes. Dar un consejo o una indicación sin explicar las
razones es hacer que se rebelen y en el mejor de los casos obedezcan sólo por
amor o por miedo. Educar con razones genera autoridad y si los padres no actúan
por capricho, el adolescente puede encontrar en ellos, lo que más busca en esta
etapa, alguien que le ayude a poner orden a su vida.
Tener confianza en el hijo. Apoyar a los jóvenes, dándoles una razonable
confianza y proporcionándoles una libertad controlada y monitoreada para su
edad, a través de la lectura que se pueda hacer de su conducta, les permite
asumir el compromiso de su propio cuidado.
Ser flexibles. El ejercicio de la autoridad significa tolerar el error. Dar oportunidad
a que el adolescente aprenda de sus errores, es decir los padres deben permitirles
experimentar el fracaso ya que de lo contrario se les niega la posibilidad de
aprender a dominar las destrezas sociales necesarias para desarrollo, hacer
amigos, contender en el mundo del trabajo y desenvolverse socialmente.
Hablamos de debe de existir una tolerancia a la frustración en donde no todos los
deseos del joven puedan ser cumplidos es parte del crecimiento, para mi punto de
vista muy particular creo que en esta vida aprendemos por ensayo y por error pero
lo principal el darnos cuenta en que estamos fallando y modificar todo aquello que
nos cause un conflicto.
Fomentar la responsabilidad de los propios actos. El adolescente debe aprender
que todo acto sea positivo o negativo conlleva una consecuencia y por lo tanto hay
que asumirla.
Negociar. En las etapas de crisis, cuando los adolescentes y sus padres discuten
constantemente y se encuentran resentidos, la negociación suele ofrecer la
oportunidad de que la familia haga una evaluación y termine con el círculo vicioso
que se genera por la lucha de poder, la no aceptación de las reglas por parte del
adolescente, debe llevar a una posible negociación a fin de evitar conflictos que se
agudicen y se corra el riesgo de romper por completo la comunicación, a fin de
evitar conductas autodestructivas y/o antisociales.
La línea para rebasar los límites impuestos por los padres suele ser muy sutil y
volverse invisible por ello es importante tener presente que un padre es una figura
de autoridad y aunque vista como el hijo o se exprese como él nunca podrá ser su
igual.
CONCLUSIONES
Este libro es excelente ya que sirve a los padres como una guía, en donde se
muestran diversos diálogos y riñas que los padres mantienen con los jóvenes
adolescentes en las cuales el autor da herramientas para que exista una buena
comunicación y se entable una confianza entre padres e hijos y que esto sirva
para que tengan una vida en armonía, sin duda la adolescencia es una etapa
sumamente difícil que sufre todo ser humano.
Puedo decir que es una guía para padres y ojala y exitiera una gran difusión
acerca de este tema, ya que si esto fuera posible creo que una gran cantidad de
padres tendrían herramientas para solucionar los conflictos que se presentan en
esta etapa con los hijos.
Un punto que mencionare que considero de vital importancia es que la mayoría de
los padres educan a sus hijos de la misma forma en que fueron educados ello, son
patrones que ya están establecidos y que perduran hasta que los padres se dan
cuenta de que su educación no fue lo suficientemente buena y aquí es en donde
no encuentran la manera de poder ayudar a sus hijos, considero que para que
estos patrones de conducta no perduren, es romper cadenas y buscar nuevas
alternativas que permitan relacionarse bien con ellos, debe de existir una buena
salud mental entre ambos y en el caso de que los padres consideren que no son
capaces para resolver los conflictos con su hijo, pues creo que la mejor manera es
asistir a terapia como lo menciona el autor siempre y cuando no se lo impongan a
los jóvenes o lo amenacen con que si no van a terapia no obtendrán ciertas cosas.
Recomiendo ampliamente este libro a los padres y comenzare por recomendarlo
con las personas que están allegadas a mi familia para que de esta manera sepan
manejar las circunstancias que se presenten con sus hijos.
Bibliografia.
Titulo de libro: Como dejar de pelearse con su hijo adolescente.
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