Reproduciendo el título original del famoso libro biográfico, escrito

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HOMENAJE EN LA FRATERNIDAD
VÍCTOR RAÚL
Por: Víctor Manuel Ibáñez Avalos.
Reproduciendo el título original del famoso libro biográfico, escrito por el piurano, Felipe
Cossío del Pomar, en 1961, rendimos homenaje al Maestro Indoamericano, Jefe y Fundador
del APRA, refiriéndose básicamente a sus años iniciales.
En la ciudad de Trujillo, nació un 22 de febrero de 1895. A lo largo de sus 84 años de vida
fecunda y lúcida longevidad, de generar el movimiento político más importante del Perú y
América, y además, de dejar un legado de integridad y moralidad reconocidos por todos,
falleció en la ciudad de Lima, el 2 de Agosto de 1979.
LA FAMILIA HAYA DE LA TORRE
El hogar conformado por don Raúl Edmundo Haya y Cárdenas, natural de Cajabamba
(Cajamarca) de 32 años de edad y doña Zoila Victoria de la Torre y Urraca de Cárdenas
Carrillo, de 30 años de edad, natural de Trujillo, se vio conmovido por el nacimiento del
primogénito, que bautizaron con el nombre de Víctor Raúl; Víctor, por el segundo nombre
de su madre Victoria, y Raúl, por el primer nombre de su padre, finiquitando la disputa
familiar-que era común-, por el nombre del futuro revolucionario, según lo manifiesta Luis
Alberto Sánchez en su obra:"Haya de la Torre o el Político" publicada, por primera vez,
en Santiago de Chile en 1934, cuando el líder aún no cumplía los cuarenta años, por lo
general las biografías se escriben y publican cuando los personajes han muerto y después de
varios años.
Los datos biográficos del líder aprista, nos enseñan que nació en la casona, de propiedad de
su abuelo materno, Agustín de la Torre y Urraca - Sáenz, ubicada cerca de la Plazuela
SAN AGUSTIN, en la actual calle Mariscal de Orbegozo Nº 652 y al cumplir los trece
meses de nacido, en julio de 1896, la Familia Haya de la Torre se trasladó a la casa
heredada por la madre, ubicada en la calle Ayacucho Nº 852, antiguo barrio de San
Lorenzo. Sin embargo, en su Partida de Nacimiento Nº 108 que se conserva en los
Registros Civiles de la Municipalidad Provincial de Trujillo se lee que "el día 20 de Julio
de 1895 a las 12 del día se presentó Don Raúl E. Haya, domiciliado en la calle Libertad
Nº 140 y manifestó un varón nacido el 22 de Febrero del año en curso a las 02.04 p.m. en
el domicilio indicado". Para no entrar en contradicción o polémica con los ilustres
biógrafos del líder Trujillano, cabe recordar que la antigua calle Libertad, cambió de
nomenclatura por el de Mariscal de Orbegozo en años posteriores.
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Es indudable que su nacimiento, significó una nueva etapa en la historia del país. Su cuna
fue hogar de clase media acomodada, aun cuando por esa fecha, Don Raúl Edmundo había
perdido capacidad de ingreso económico, sin embargo, mantenía su status social, como
familia de viejo abolengo.
Su padre había sido contador, profesor, en alguna oportunidad diputado y periodista, fue
co-fundador del diario La Industria junto con el comerciante salpino Don Teófilo S.
Vergel, que el 8 de Noviembre de 1895 apareció por primera vez en las calles trujillanas, y
según se afirma, con la esperanza de que su vástago mayor, alguna vez, ejerciera la labor
periodística. Don Raúl Edmundo, fue su director entre 1895 y 1900, descendía de don José
de la Haya y doña Jacoba de Cárdenas y Urdapilleta de Haya, maestros de escuela. En
edad madura, contrajo matrimonio con Zoila Victoria, el 28 de Abril de 1894 en la Iglesia
San Agustín de Trujillo. Esta hermosa señorita tenía como padres a Don Agustín de la
Torre y Urraca-Sáenz de Zárate, hijo del prócer de la Independencia, Don Jerónimo de
la Torre y Gonzáles de Noriega, uno de los firmantes del Acta de la Independencia de
Trujillo, ocurrido el 24 de diciembre de 1820 y como madre a Doña Francisca de Paula de
Cárdenas y Carrillo, conforme se pude apreciar en sus ascendientes más cercanos, la
pareja resultaba ser primos hermanos terceros entroncados por la familia de Cárdenas,
descendientes de prominentes familias de terratenientes trujillanos, por esta razón es que
Don Raúl Edmundo, tuvo que batallar duro para conseguir la aprobación de la familia y
poder desposar a Zoila Victoria.
En la familia Haya de la Torre al año siguiente nació José Agustín mas conocido como
“CUCHO”, su hermano de lucha y compañero de mil jornadas, que en julio de 1932, en
plena Revolución de Trujillo, asumió el cargo de Prefecto de la Revolución y después en
1934, durante la primavera política impuesta por el Mariscal Oscar R. Benavides fue
director del Diario El Norte, incluso llegó a ser Diputado por la Libertad.
Poco después la familia aumentaría con el nacimiento de sus dos hermanas, primero Zoila
Victoria y luego Lucía y finalmente Edmundo Jesús “PIÑO”. Económicamente el
matrimonio Haya de la Torre tuvo serias dificultades, a tal punto que el 20 de noviembre de
1900 en acuerdo con Teofilo Vergel, su socio comercial vendieron el periódico La Industria
a don Miguel F. Cerro. Poco después, al morir su suegro su economía se agudizó aún más,
como era tradicional la herencia fue para el hijo mayor y la de Zoila Victoria era muy
pequeña. Con Teofilo Vergel por los años de 1909 fundaron una compañía pequeña
dedicada a impresiones, un año después la firma quebró y Raúl Edmundo tuvo que
emplearse como contador del rico hacendado azucarero Víctor Larco Herrera.
LA INFANCIA DE VICTOR RAUL
En las biografías oficiales del gran líder Indoamericano, escritas especialmente por Felipe
Cossío de Pomar y Luis Alberto Sánchez, no se mencionan, que el niño Víctor Raúl realizó
sus estudios iniciales en la preparatoria antes de ingresar al Seminario de San Carlos y San
Marcelo, en el antiguo local que hoy es el Colegio Santa Rosa de Trujillo, bajo
responsabilidad de las madres dominicas, (entre los 4,5 y 6 años de edad
aproximadamente), y allí asistían los hijos de las familias de rango aristocrático del Trujillo
señorial de esa época. La religiosa y profesora Ana María Bueno Rojas, recuerda que
“Raulito” – así lo llamaban- “sacaba las mejores calificaciones y era un niño virtuoso
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que participaba en todo lo que era justo, era disciplinado, travieso, pero no malcriado. Su
profesora fue la madre francesa Pier”.
LA INFLUENCIA TELÚRICA DE MOCHE
Como un aporte a la investigación biográfica del fundador del APRA, debemos indicar,
pocos lo saben, que en su primera niñez Víctor Raúl frecuentaba permanentemente los
pueblos aledaños a su ciudad como Moche, Huanchaco y Salaverry. El propio Víctor Raúl
cuenta que el único hermano de su padre Don Samuel Octavio Haya, llegó a ser cura del
distrito de Moche, mas conocido entonces como “Villa de Santa Lucía”, por ese parentesco
y por el atractivo telúrico que ejercía la tierra mochense entre los seis y ocho años de edad
pernoctaba en el convento parroquial, que por esa fecha estaba ubicado a un costado de la
iglesia, junto a la antigua escuela primaria de mujeres N° 260 en plena Plaza de Armas.
El niño Víctor Raúl era llevado por su familia a pasar las temporadas veraniegas, desde
diciembre hasta marzo, en que generalmente duraba la estación por el fuerte calor
imperante, cuando no podía ir a Huanchaco o Salaverry. Los viejos mocheros
contemporáneos suyo, lo recuerdan que acostumbraba a jugar “las Cintas”, con el que se
iniciaba las fiestas carnavalescas y en donde las familias, amigos, hombres y mujeres del
pueblo, se reunían portando cintas de colores distintos y la pareja que resultada con igual
color, resultaban compadres, Así fue que tuvo “numerosos compadres y comadres”, como
Don Paulino Azabache, Rosa y Zoila Ñique, Alejandro Asmat, Francisco Azabache, su
amigo mas cercano le decía Gringo, así como Eugenio de la Cruz Rosales, Pedro
Fernández, Isidro Ñique y muchos más.
En Moche al niño Víctor Raúl, le gustaba jugar a los “Botecitos de Papel”, en la acequia
principal que cruzaba el pueblo, así como jugar a “las pocitas” y en alguna oportunidad
hizo de “juez de aguas”, distribuyendo el agua a los surcos que construían los niños.
Don Francisco Azabache Ñique ha relatado, que cuando él tenía de 4 a 5 años había
nacido Víctor Raúl en Trujillo y recién nacido su familia lo trasladaba a Moche y su mamá
Rosa Ñique, le servia de nodriza, amamantando al bebe Víctor Raúl, pues Doña Zoila
Victoria tenía dificultades para darle de lactar y por el especial cariño que le tenia la familia
Haya de la Torre, le solicitaban para suplir esta función maternal
SAN ISIDRO “EL LABRADOR” EL PATRON DEL PUEBLO.
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En Moche, también fortalecería su fe católica, el mismo Víctor Raúl cuenta que, sentía gran
devoción por “San Isidro Labrador”, santo español, que según cuentan, era agricultor y su
fe en Dios le permitía mejorar sus siembras y cosechas, que ha inspirando al pueblo
mochense el amor al suelo, al terruño, a la siembra y que jubiloso esperaba la llegada del 15
de mayo, para celebrar su fiesta, participando en la colorida procesión acompañada de la
tradicional “Danzas de los Diablicos” y regalaba la fruta, que los agricultores
proporcionaban para esa fecha, en agradecimiento por las buenas cosechas realizadas, que
el pueblo le atribuía a la bendición del santo español. Incluso le gustaba degustar el plato
de liturgia, típico de moche, llamado “BODA”, que era una sopa teóloga hecha a base de
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pan y caldo de gallina o pavo, acompañado de una gran rosca de manteca, elaborada en el
propio pueblo.
EL PRIMER AMOR DE VICTOR RAUL
Finalmente pocos conocen que los primeros sentimientos amorosos hacia el sexo opuesto
surgieron en este pueblo; y que sentía una gran admiración por Marcela Espíritu, de quien
dicen sus contemporáneas se había quedado prendado, atraído por su belleza, a pesar de
tener unos años más que él, el propio Haya, en recuerdos nostálgicos lo ha referido, en
varias oportunidades, como la mochera buenamoza, de igual modo pocos años después, en
plena juventud, estuvo a punto de casarse con una joven mochera, que por razones de
estudio emigro a la Argentina y Víctor Raúl, por esos años, 1917, viajo a Lima a continuar
estudios universitarios y marcar su rumbo ideopolitico.
FINAL
Escribir la biografía completa del gran ideólogo del aprismo es realmente casi imposible,
por la secuencia de hechos inéditos que se desarrollaron a lo largo de su fructífera
existencia, sin embargo, en esta fecha tradicional y en homenaje a los mocheros
contemporáneos de Víctor Raúl y a u propio pueblo, siempre leal a su doctrina, he querido
recordar alguno hechos de su niñez pocos conocidos, que no se encuentran en sus
biografías oficiales y que quizás pronto pueda publicarse un libro, con el detalle mas
acucioso de la relación de Haya de la Torre y el pueblo mochero, cabe recordar que siendo
Presidente de la Asamblea Constituyente en 1978, hizo su ultima visita al pueblo de
Moche, inclusive, recibiendo la bendición del padre Emilio Lefevre, entonces párroco del
distrito, así como pronuncio un esclarecedor discurso en el local del núcleo educativo, que
próximamente lo publicaremos íntegramente, como testimonio de su cariño por el pueblo
mochero. En los ultimas horas de sus existencia física del 02 de agosto de 1979, Haya, al
borde la muerte exclamaba, a su secretario personal que lo asistía, Jorge Idiaquez, ¡ Pronto
estaré en Moche!. ¡Pronto estaré en Moche!. ¡Pronto estaré en Moche!...
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