ORACION PARA DEPOSITAR LAS CENIZAS EN EL CINERARIO “PUERTA DEL CIELO” PARROQUIA SAN LUIS GONZAGA CHUAO - CARACAS S. El Señor, que es la Resurrección y la Vida este con todos ustedes. T. Y con tu espíritu. Queremos en este momento cumplir con el cristiano deber de dar reposo a nuestro(s) hermano(s)................................................ El Génesis, ya desde el momento de la creación nos recuerda: "eres polvo y en polvo te convertirás". Pero la misma Biblia, ya por boca de Jesús nos dice: "Yo soy la Resurrección y la Vida, el que crea en mi, aunque haya muerto, vivirá”, confirmando de esta forma nuestra esperanza. Por eso, con fe, depositamos a nuestro(s) hermano(s) en una pequeña casita, con la expectación y el deseo de que sea acogido por Dios en las moradas celestiales. Jesús nos dijo: "en la casa de mi padre hay muchas estancias", pedimos, pues, por nuestro(s) hermano(s), de acuerdo a la costumbre cristiana, a fin de que, por nuestra intercesión y con nuestras oraciones, sea(n) purificado(s), de todas las manchas que pudieran impedirle(s) el encuentro cara a cara con Dios. Que el Señor bendiga + estos restos humanos que con fe y devoción, y animados de la caridad cristiana, depositamos tan cerca de la iglesia, de la Cruz y de la imagen protectora de la Virgen. Y que a su vez, nuestro(s) hermano(s) interceda(n) por nosotros en el cielo. Lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén 1 Salmo 26: [Para escoger, mientras de colocan las cenizas] S.T.: El Señor es mi luz y mi salvación. El señor es mi luz y mi salvación, ¿ a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? T. El Señor es mi luz y mi salvación. S. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: Habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. T. El Señor es mi luz y mi salvación. S. Escúchame Señor, que te llamo, ten piedad respóndeme. Tu rostro buscaré, Señor no me escondas tu rostro. T. El Señor es mi luz y mi salvación. S. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. T. El Señor es mi luz y mi salvación. 2 Salmo 41 [Para escoger] S. T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti Dios mío. T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Y desahogo mi alma: Pues yo marchaba a la cabeza del grupo Hacia la casa de Dios, Entre cantos de júbilo y alabanza, En el bullicio de la fiesta. T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te de gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. S. Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: "Salud de mi rostro, Dios mío". T. Mi alma tiene sed del Dios vivo. 3 EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA. Salmo 22 V./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. R./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. V./ El Señor es mi pastor, nada me falta, me hace reposar en prados de hierba fresca, me conduce junto a aguas tranquilas, y repone mis fuerzas. R./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. V./ Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Y aunque camine por un valle tenebroso, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me dan seguridad. R./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. V./ Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas mi cabeza con las mejores colonias, y mi copa rebosa. R./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. V./ Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida y habitaré en la casa del Señor por días sin término. R./ El Señor es mi Pastor, nada me falta. 4 Coplas por la muerte de su padre. (Jorge Manrique). [Para escoger] Recuerde el alma dormida avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando; Cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor. "No gastemos tiempo ya en esta vida mezquina por tal modo, que mi voluntad está conforme con la divina para todo; y consiento en mi morir con voluntad placentera clara y pura, que querer hombre vivir cuando Dios quiere que muera es locura...". Así, con tal entender, todos los sentidos humanos conservados, cercado de su mujer, de sus hijos y hermanos y criados, dio el alma a quien la creó, el cual la ponga en el cielo en su gloria, y aunque la vida murió nos dejó harto consuelo su memoria. 5 Oración a la Virgen María. [Para escoger] Todas las personas mueren buscando tu mirada. ¿No te han citado todos, muchas veces, para esa hora tan oscura, cuando te rezaban el Ave María? Humana como nosotros y vencedora de la muerte, apoyo de los que llegan agotados del trajín de cada día... Si Tú nos esperas cuando nos vaya a llegar la muerte… morir ya no es hundirse de bruces en las sombras, pues desde tus brazos apenas hay un paso al abrazo del Padre. Morir bajo tu manto, es encontrar, de pronto, detrás de las cortinas, la Fiesta preparada... La muerte a tu lado, Madre nuestra, se enfrenta con esperanza. Al irte, Tú dejaste de este lado del tiempo una estrella, una puerta, un manto, una mirada para los que te buscan, a la hora de su muerte, pues esperan ser redimidos. Y aunque moriste, como el sol, intacta, vestida de promesas, tú sabes qué es morir al modo humano; habías muerto antes, muchas veces, a espada y a suspiros y en silencio ante las dificultades de la vida y las cruces que, ni siendo Madre de Dios, te fueron ahorradas... La muerte se hizo carne en tus entrañas, muy especialmente, con la muerte del Hijo, como siempre ocurre en toda madre. Tú sabes qué es la muerte, tú conoces las muertes, una a una, como las caras mismas de tus hijos pequeños. Señora de la muerte y de la vida, puerta grande del cielo, ¡Vida, dulzura y esperanza nuestra! Cuando nos llegue aquella hora incierta y cuando busquemos tu mirada, al caer, despojados de todo... ¡vuelve a nosotros esos tuyos ojos, misericordiosos, como un beso de Dios, por fin logrado! Amén. 6 RESPONSO FINAL: PARA REAVIVAR LA ESPERANZA: Es una obligación seguir amando al hermano que se marchó adelante. Ahora, con un amor más generoso, que no espera retribución a corto plazo. Con un amor más excelente, que ya no exige signos materiales. Este hermano distante proyecta su amor hacia nosotros desde otra dimensión, desde la vida perfecta. Lo podremos sentir a nuestro lado dándonos de mañana los buenos días. Lo descubriremos a cada rato, en la intimidad de los recuerdos. Adivinaremos su presencia junto a la mesa familiar. Contaremos con su compañía en las incertidumbres y en los peligros. Él ya goza de Dios y tiene facultades para apoyar nuestros esfuerzos. Porque él ya alcanzó la plenitud, y ahora nos prepara un lugar en donde gozaremos todos juntos de la familia inmortal de los cielos. PADRE NUESTRO... V/. Dale, Señor, el descanso eterno. R/. Y brille para él (ella) la luz perpetua. V/. Descanse en paz. V/. Nuestro(a) hermano(a) y todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios descansen en paz. R/. Amén. V/. Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén 7 ADAPTACIÓN, SI SE VIERTEN EN VEZ DE COLOCARSE EN UN NIÑO Y LAS CENIZAS SON DEVUELTAS A LA TIERRA EN EL LUGAR SAGRADO DESTINADO A ELLO: S. El Señor, que es la Resurrección y la Vida este con todos ustedes. T. Y con tu espíritu. Queremos en este momento cumplir con el cristiano deber de dar reposo a nuestro(s) hermano(s)................................................ El Génesis, ya desde el momento de la creación nos recuerda: "eres polvo y en polvo te convertirás". Pero la misma Biblia, ya por boca de Jesús nos dice: "Yo soy la Resurrección y la Vida, el que crea en mi, aunque haya muerto, vivirá”, confirmando de esta forma nuestra esperanza. Con gran fe y respeto, devolvemos los restos mortales de nuestro(a) hermano(a) la tierra de donde proceden, confiando en la enseñanza de que nos asemejamos a Cristo en la muerte, también seremos semejantes a El en la resurrección. Igualmente somos conscientes de que nada de lo que hagamos se perderá, ni siquiera un vasito de agua ofrecido con caridad a cualquiera de nuestros hermanos. A la vez que rociamos estas cenizas en un lugar sagrado, en medio de la naturaleza, encomendamos a nuestro hermano(s) a fin de que, por nuestra intercesión y con nuestras oraciones, sea(n) purificado(s), de todas las manchas que pudieran impedirle(s) el encuentro cara a cara con Dios. Que el Señor bendiga + estos restos humanos que con fe y devoción, y animados por la caridad cristiana, esparcimos tan cerca de la iglesia, de la Cruz y de la imagen protectora de la Virgen. Y que a su vez, nuestro(s) hermano(s) interceda(n) por nosotros en el cielo. Lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén 8