LA HIGIENE PSÍQUICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX: LA APORTACIÓN DEL BIEDERMEIERZEIT AUSTRÍACO Ángel González de Pablo Unidad de Historia de la Medicina, Departamento de Salud Pública e Historia de la Ciencia, Facultad de Medicina, Universidad Complutense de Madrid. EL BIEDERMEIER AUSTRIACO Y LA OBRA DE ERNST VON FEUCHTERSLEBEN Entre las figuras más representativas del período Biedemeier austriaco, época entre el romanticismo y el naturalismo que se extendió de 1830 a 1850, la del barón Ernst von Feuchtersleben (1806-1849) ocupa un lugar señero. La presente comunicación analiza las aportaciones fundamentales de Feuchtersleben en el terreno de la higiene psíquica -especialmente su Zur Diätetik der Seele [La dietética del alma], una de las obras dedicadas a la higiene psíquica más influyentes en la Europa de los años cuarenta del siglo XIX- en el contexto médico, social y cultural del Biedemeierzeit. Feuchtersleben, hombre de pensamiento profundamente liberal y vehemente admirador de José II, tuvo una considerable significación, tanto en el orden intelectual como político, en la Viena de las dos últimas décadas de la primera mitad del XIX. A lo largo de su existencia, no excesivamente dilatada, desarrolló una actividad polifacética: fue poeta, ensayista, pedagogo y ,además, médico del alma. Sus trabajos no médicos -que abarcan desde la poesía hasta diversas contribuciones en el campo filosófico, pedagógico y político- están reunidos en 7 volúmenes1. Pero sus escritos médicos se encuentran todavía sin recopilar. Entre ellos, los más importantes son: la Doctrina de las indicaciones terapéuticas (1833)2, Sobre el primer libro del Régimen hipocrático (1835)3, Intento de comprobación de la consideración de la enfermedad como 1 Feuchtersleben, E.v. (1851-1853). Sämtliche Werke, 7 vols., ed. de F. Hebbel. Viena: Gerold. 2 Feuchtersleben, E.v. (1833). Lineamenta isagoges in doctrinam de indicationibus. Tesis doctoral. Viena: Beck. 3 Feuchtersleben, E.v. (1835). Über das erste hippokratische Buch von der Diät. Viena: Gerold. pseudoorganismo (1837)4, la Dietética del alma (1838)5, La certidumbre y dignidad de la medicina (1839)6, Las corrientes de la medicina actual (1841)7 y su Manual de psicología médica (1845)8. Sus datos biográficos son bien conocidos gracias, entre otras de menor extensión, a las obras de Neuburger9, Eltz-Hoffmann10 y Gorceix11. El joven Feuchtersleben realizó sus estudios de bachillerato en el Instituto Imperial María Teresa (el famoso Theresianum), reservado para los hijos de la nobleza y que constituía el semillero de donde salían los oficiales superiores y los altos funcionarios del Imperio Austrohúngaro. Los 12 años pasados en la academia, de 1813 a 1825, marcaron profundamente su carácter12. El rechazo a los métodos educativos disciplinarios y autoritarios tradicionales en el Instituto labraron una personalidad que se distinguió siempre por aborrecer cualquier forma de fanatismo y dogmatismo. 4 Feuchtersleben, E.v. (1837). 'Versuch einer Prüfung der Ansicht von Krankheit als Afterorganismus'. Medizinische Jahrbücher des k.k. österrreichischen Staates, 23, 180-217. 5 Feuchtersleben, E.v. (1838), Zur Diätetik der Seele. Viena: Armbruster 6 Feuchtersleben, E.v. (1839). Die Gewissheit und Würde der Heilkunst. Viena: Gerold. La segunda edición de 1848 apareció ya con el título de Ärzte und Publikum (Los médicos y el público). 7 Feuchtersleben, E.v. (1941). 'Die Richtungen der jeztigen Medizin'. Medizinische Jahrbücher des k.k. österrreichischen Staates, 34, 129-142, 257-267. 8 Feuchtersleben, E.v. (1845). Lehrbuch der ärztlichen Seelenkunde. Viena: Gerold. 9 Neuburger, M. (1906). Der Arzt Ernst Freiherr v. Feuchtersleben. Viena: Braumüller. 10 Eltz-Hoffmann, L. (1956). Feuchtersleben. Viena: Österreichischer Kulturverlag. 11 Gorceix, P. (1976). Ernst von Feuctersleben. Moraliste et pédagogue (1806-1849). París: Preses Universitaires de France, pp. 11-25. 12 Eltz-Hoffmann (1956), pp. 19-25. 2 Esta orientación marcadamente liberal de su carácter, unida a una débil salud desde la infancia, fueron decisivas a la hora de escoger la medicina como profesión, actividad por entonces casi inconcebible para un noble y cuya elección generó un verdadero escándalo familiar. La época en la que Feuchtersleben emprendió los estudios médicos en Viena se corresponde con la última parte del período llamado por Lesky 'Stifft-Zeit' (1803-1836), a causa del por entonces protomédico y director de la facultad de Medicina Joseph Andreas von Stifft13. Stifft, hombre de mentalidad conservadora, no pudo evitar que la corriente empírico-humoral, domimada por el hipocratismo de Stoll y Hildenbrand14, característica hasta entonces de la escuela vienesa, sufriese el influjo de las nuevas corrientes como el brownismo y la doctrina filosoficonatural schellingiana15. La impregnación por las ideas románticas se produjo tanto en las materias prácticas -especialmente en cirugía, oftalmología y pediatría- como en las más teóricas, cual fue el caso de la patología general. 13 Sobre la visión programática de Stifft y sobre la situación de la escuela médica vienesa en este período, véase Lesky, E, (1965). Die Wiener medizinische Schule im 19. Jahrhundert. Graz: Böhlaus, pp. 32-118. 14 Sobre la orientación de medicina vienesa durante la llamada 'Stoll-Hildenbrand-Aera', véase Lesky (1965), pp. 39-49. 15 El brownismo se derrumbó en Viena, como en tantos otros lugares, a partirde de 1804, pero posteriormente, al igual que en tantos otros sitios, fue rescatado allí por los sistemas filosoficonaturales. Lesky (1955), p. 101. 3 La cátedra de Patología General, Terapéutica y Materia Médica, por la propia naturaleza de los conocimientos que abordaba, estaba predestinada, junto con la de fisiología, a ser el receptáculo obligado de las teorías filosoficonaturales. Según Lesky16, fue la intención de mitigar este asentamiento lo que llevó a Stifft a elegir a Philipp Carl Hartmann (1773-1830) como titular de la cátedra. Hartmann compartía, en gran medida, las ideas filosoficonaturales, pero paralelamente se había mostrado también muy crítico frente al brownismo17, había atacado la carencia de fundamentos empíricos de algunos postulados apriorísticos de los filósofos naturales18 y había desarrollado además una importante actividad clínico-empírica, especialmente en la lucha contra la fiebre tifoidea durante las guerras napoleónicas19. Con todo, cuando en 1811 tomó posesión de la cátedra, Hartmann puso en práctica un programa científico perfectamente acorde con la medicina romántica. No concibió nunca la práctica médica como algo que tenía que ver únicamente con la recogida de síntomas y signos y con la mera recopilación de experiencias individuales más o menos disconexas entre sí. Para él, la actividad del médico no podía entenderse sino desde el contexto de una totalidad que abarcara todos los aspectos del hombre en su relación con el mundo20. Desde el comienzo de sus estudios, Feuchtersleben se convirtió en un ferviente discípulo de Hartmann. De él se serviría como modelo principal en esa combinación, constante a lo largo de toda su obra médica y muy característica de la medicina del Biedermeier21, entre empirismo y teorizaciones más o menos globalizantes tomadas del pensamiento romántico, auque siempre situando la experiencia práctica como paso previo de la teoría y no a la inversa: 'la teoría no es la 16 Lesky (1955), pp. 101-102. 17 Su postura en contra del brownismo se presenta muy claramente en una publicación de 1902 que lleva por título Analyse der neueren Heilkunde (Análisis de la medicina más novedosa). 18 Esta crítica constituye el motivo central de su artículo de 1805 'Über den Einfluss der Philosophie auf die Theorie der Heilkunde, eine Kritik des gegenwärtigen Zeitgeistes in der Heilkunde'('La influencia de la filosofía sobre la teoría de medicina. Una crítica del actual espíritu dominante en la medicina'). 19 Los resultados de esta experiencia se plasmaron, entre otras publicaciones, en Die Theorie des ansteckenden Typhus und seiner Behandlung (La teoría de la fiebre tifoidea contagiosa y su tratamiento) (1812). 20 Lesky (1955), pp. 102-103. 21 Rothschuh, K.E. (1968). 'Deutsche Biedermeiermedizin. Epoche zwischen Romantik und Naturalismus (1830-1850)'. Gesnerus, 25, 167-187, p. 178. 4 raíz sino la floración de la praxis'22. Los estudios de Feuchtersleben no se limitaron a la medicina, también abarcaron la orientalística, la filología y la filosofía23. Esta amplitud de campos de formación originó que pensadores como Platón, Pascal, Spinoza, Kant, Herbart, Goethe, Bolzano y Jacobi fueran dejando en él su impronta en su mente. Durante la década que duró su época estudiantil (18251834) su interés por las diversas facetas del arte le llevó también a trabar contacto con los círculos artísticos del Biedermeier vienés. Frecuentaba asiduamente el Silbernes Kaffeehaus, reuniéndose allí con el músico Franz Schubert, los poetas Bauernfeld, Mayrhofer y Schober y el pintor Moritz von Schwind. Fue en este círculo, agrupado en torno a Bauernfeld, donde Feuchtersleben se impregnó de las ideas liberales y reformadoras en contra del régimen policial de Metternich. Con estos fundamentos fue elaborando su obra. En 1834 presentó su tesis, Lineamenta isagoges in doctrinam de indicationibus, concebida como un intento de reglar los procederes clínicos del hipocratismo mediante bases racionales elaboradas a partir de nociones de la Naturphilosophie. Esta tendencia ecléctica -la renovación del hipocratismo con hipótesis inspiradas en la filosofía natural- se sigue manteniendo claramente en su segundo escrito médico, Über das erste hippokratische Buch von der Diät (1835). 22 Feuchtersleben (1937), p. 217. 23 Eltz-Hoffmann (1956), pp. 26-32. 5 Feuchtersleben utilizó siempre las nociones filosoficonaturales desde una perspectiva crítica, intentando liberarlas de todos aquellos aspectos que más flagrantemente se contradecían con su experiencia clínica. Esta actitud le llevó a la publicación de su tercera contribución médica, Versuch einer Prüfung der Ansicht von Krankheit als Afterorganismus (1837). Rechazó aquí, siguiendo la opinión por entonces mayoritaria, la teoría del ontologismo nosológico, mantenida entre otros -aunque en desigual medida- por Kieser, Stark, Schönlein, Hoffmann, Ringseis y Jahn, que dotaba al proceso patológico de una individualidad propia y un proceso vital diferente de aquel del organismo que la sufría, comparándolo con formas de vida vegetales o animales. La enfermedad en esta teoría -la llamada Parasitenlehre- era concebida como un pseudoroganismo (Afterorganismus) parásito del organismo afecto que, en muchos casos, suponía una regresión filogenética de aquel24. Feuchtersleben aprovechó de paso la argumentación de este rechazo para apoyar su concepción de la enfermedad dentro del llamado por Rothschuh 'Reiz-Reaktion-Denken' (pensamiento del estímulo-reacción)25. Tras su doctorado, Feuchtersleben se estableció a las afueras de Viena, atendiendo a una clientela mayoritariamente de origen humilde. En los años siguientes iría verificando allí con su experiencia clínica su presunción acerca de la importancia de la sugestión en el campo terapéutico, a consecuencia de lo cual la necesidad de perfilar una medicina del alma fue tomando forma. El resultado fue la publicación de su Zur Diätetik der Seele en 1838, obra que gozó de un más que considerable éxito de público, pues se hicieron rápidamente varias ediciones (1841, 1845, 1846, 1848) y se tradujo a los principales idiomas europeos. Su autor se convirtió a partir de entonces en un personaje conocido. Siguiendo la estela de su maestro Hartmann y de su Glückseligkeitslehre für das physische Leben des Menschen (Preceptos de felicidad para la vida física del hombre) de 1808, Feuchtersleben buscó con esta pequeña obra no tanto la postulación de una macrobiótica, a la forma de Hufeland, cuanto una kalobiótica, esto es, una forma de 24 Como ha estudiado Blecker, durante el Biedermeierzeit, de forma acorde con el espíritu que caracterizó a este período, se realizaron varios intentos de dotar a la teoría del Afterorganismus o Parasitenlehre de una base empírica [Blecker, J. (1981). Die Naturhistorische Schule 1825-1845. Ein Beitrag zur Geschichte der klinischen Medizin in Deutschland. Stuttgart: Fischer, p. 39]. Una de las tentativas más tardías fue la de Jahn (cf.: Montiel, L. (1988). 'El ontologismo nosológico de Ferdinand Jahn en la historia de la patología'. Actas del VIII Congreso Nacional de Historia de la Medicina, 3 vols., Murcia: Universidad de Murcia, III, 1.448-1.459. Sobre el concepto de enfermedad como pseudoorganismo en Kieser, véase Montiel, L. (1993). 'El orto de la teoría médica contemporánea. Patología general en el romanticismo alemán'. Asclepio, 45, 249-268, pp. 264-265. 25 Rothschuh (1968), p. 179. 6 alcanzar una vida más hermosa, perfecta y verdadera. Al año siguiente, 1839, escribió una pequeña disquisición sobre Die Gewissheit und Würde der Heilkunst. Allí quedó expuesta su visión de cómo debía llevarse a cabo la popularización de las nociones y aplicaciones médicas, especialmente en el terreno de la higiene y en el de los accidentes, a fin de mejorar la salud de la población y aligerar la tarea del médico.Este período de su producción médica se completaría en 1841 con la publicación de Die Richtungen der jetztigen Medizin. Feuchtersleben resaltaba en este trabajo la importancia de la investigación analítica, en especial en relación con las prácticas disectivas y microscópicas, pero sin dejar de señalar la ineludible necesidad de organizar de forma efectiva las diversas corrientes presentes en la medicina -la anatómica, la microscópica, la química, la física, la fisiológica- para ponerlas al servicio de un todo mediante la guía del pensamiento filosófico. Su nombramiento como profesor de la Facultad de Medicina, a resultas de la fama alcanzada por sus obras, se produjo en 1844. Emprendió ese año un serie de lecciones sobre la ciencia del alma desde el punto de vista médico, al objeto de formar futuros especialistas en la 'ciencia del alma'. Las conferencias alcanzaron un considerable éxito y fueron publicadas en forma de libro en 1845 con el título de Lehrbuch der ärztlichen Seelenkunde. El texto fue traducido dos años más tarde al inglés con el título de The Principles of the Medical Psychology y fue utilizado por las facultades inglesas como libro de texto para la formación de estudiantes. En este manual Feuchtersleben se propuso superar la dicotomía existente en la patología mental entre somáticos y psíquicos, situando su interés prioritario no en el hallazgo de las causas o las sedes de las enfermedades mentales sino en la delimitación de los mecanismos de interrelación entre el cuerpo y la mente. Su Lehrbuch fue, según Lesky: 'una síntesis del concepto romántico de totalidad y el método de investigación científico-natural dentro de una sinopsis psicosomática fundamentada en la inducción'26. La popularidad que alcanzó el Lehrbuch fue uno de los factores determinantes para su nombramiento como decano de la Facultad de Medicina en 1845. A partir de entonces las tareas de orden político y pedagógico pasaron a situarse en el primer plano de su actividad. Sus ideas políticas liberales le llevaron a exigir en su época de decano ante el canciller Metternich la reforma universitaria y la total libertad de enseñanza (en un momento en el que los profesores debían someter a censura los contenidos de sus cursos al comienzo de cada semestre) y le 26 Lesky (1975), p. 183. 7 llevaron también a intervenir activamente en los acontecimientos revolucionarios del 48. Los sucesos de marzo de 1848 provocaron la huida de Mettenich y la proclamación de la Constitución. En esos momentos Feuchtersleben se convirtió en el mediador de los estudiantes y en el portavoz de las reivindicaciones de la Universidad. Rechazó el cargo ofrecido por el gabinete liberal de ministro de Instrucción Pública, pero aceptó el de subsecretario de estado para la educación, emprendiendo desde él la reforma de la enseñanza27. Dicha reforma se quedó sólo en proyectos e intenciones. Tras la radicalización de los acontecimientos en octubre de ese mismo año que ocasionaron la huida del Emperador y el asesinato del ministro de la Guerra, Feuchtersleben abandonó también la capital refugiándose en casa de su hermano. Calmados los ánimos, intentó volver a la capital para reiniciar sus actividades. Pero las enemistades generadas por su reforma educativa inacabada le pasaron factura y le fue impedido reintegrarse en la facultad. Desengañado y moralmente hundido, empeoró de su transtorno digestivo crónico que además se vio complicado con un grave desorden nervioso. Afecto de parálisis, murió en 1849. LA REPERCUSION DE LA OBRA DE FEUCHTERSLEBEN 27 Sobre la actividad de Feuchtersleben durante la Revolución, véase Eltz-Hoffmann (1956), pp. 129- 138. 8 La obra de Feuchtersleben gozó en la década de los 40 de una enorme popularidad. Las reediciones y las diversas traducciones de la Diätetik y del Lehrbuch así lo atestiguan. A partir de mediados de siglo, sin embargo, su influencia en la medicina universitaria se apaga rápidamente y sus concepciones pasaron a servir de inspiración y modelo sobre todo a obras de carácter divulgativo o de orientación metafísica. Un ejemplo en el contexto español de este acontecer lo tenemos en el libro de Call, aparecido en 1888, más de treinta años después de la traducción castellana de la Diätetik realizada por Monlau en 185528, y que muestra, tanto en los contenidos como en la forma de ordenación de los mismos, amplias huellas de los conceptos del médico vienés, aderezados con frecuentes citas de Victor Hugo29. En la psiquiatría universitaria, debido a la mutación de problemas tenidos por fundamentales para su desarrollo, la obra de Feuchtersleben, como se acaba de decir, entró en un rápido olvido. El cambio de expectativas psiquiátricas se mostró abiertamente con la aparición, en el mismo año que el Lehrbuch de Feuchtersleben, de la Pathologie und Therapie der psychischen Krankheiten (La patología y la terapéutica de las enfermedades psíquicas) de W. Griesinger. En él Griesinger, como es sabido, buscaba equiparar la patología psíquica a la cerebral, aceptando la primacía de las aproximaciones psicológicas sólo cunado los abordajes fisiológicos o patológicos no fueran todavía posibles30. La sede de las enfermedades mentales, dejada por Feuchtersleben al margen de sus preocupaciones, pasaba así al primer plano. En el caso concreto vienés, el dominio del nuevo rumbo psiquiátrico lo marca la aparición de la Anatomische Klinik der Gehirnkrankheiten (La clínica anatómica de las enfermedades cerebrales) de Joseph Dietl un año después de la del Lehrbuch de Feuchtersleben. Con él la orientación psiquiátrica antropológico-psicológica dejó paso en Viena a la de carácter anatómico- 28 Feuchtersleben, E.v. (1955). Higiene del alma o arte de emplear las fuerzas del espíritu en beneficio de la propia salud. Madrid: M. Rivadeneyra. (La traducción había aparecido por entregas un año antes en la Revista española de ambos mundos). 29 Call, J. (1988). Higiene del alma y de sus relaciones con el organismo. Barcelona: Sucesores de N. Ramírez. Sobre esta obra: Perellada i Feliu, D. (1987). 'Comentaris al llibre "Higiene del alma" del doctor Josep Call i Morros (editat a Barcelona l'any 1888)'. En: Domenech, E.; Corbella, J.; y Parellada, D. (eds.), Bases históricas de la psiquiatría catalana moderna, Barcelona: P.P.U., pp. 295-303. 30 Sobre la ambigua posición de Griesinger en relación con los acercamientos somaticistas y psicológicos, véase Richards, G. (1992). Mental Machinery. Part 1: The Origins and Consequences of Psychological Ideas from 1600 to 1850. Londres: Athlone, pp. 316-320. 9 mecaniscista31. Tampoco en el campo de la higiene Feuchtersleben tuvo una presencia preponderante a partir de la década de los 50. Si en psiquiatría, el pujante positivismo había dado al traste con su actualidad, en higiene la sustitución del simple empirismo y de la higiene individual por las observaciones basadas en la estadística y el predominio de la higiene colectiva, como ejemplifican el Traité de l´hygiène publique et privée (1845) de Michel Lévy en Francia y el Handbuch der Hygiene für den Einzelnen und für die Bevolkerung (1851) de Friedrich Oesterlen en Alemania32, condujeron la obra de Feuchtersleben a un progresivo ostracismo en los círculos universitarios. 31 Lesky (1965), p. 184. Véase también: Postel, J.; y Quétel, Cl. (1983). Nouvelle histoire de la psychiatrie. Toulouse: Privat, p. 204. 32 Rothschuh (1968), p. 183. 10 A finales de siglo, la obra médica de Feuchtersleben había caído ya en la sima del olvido33. Incluso en los tratados psiquiátricos vieneses en donde se tratan cuestiones presentes en los trabajos de Feuchtersleben (p. ej., la sugestión), como es el caso de La psiquiatría como ciencia empírica pura de Moritz Benedikt, sus aportaciones fueron completamente omitidas34. No resulta extraño, pues, que tampoco apareciera siquiera mencionado en los Hundert Jahre Psychiatrie (1918) de Kraepelin35. A partir de entonces las diversas historias de la psiquiatría han mostrado un interés bastante escaso por la obra de Feuchtersleben. Su presencia en los libros de Ackerknecht36, Ellenberger37 y Howells38 no pasa de ser meramente testimonial. Un poco más de espacio se le dedica en el de Zilboorg39 y en de Postel y Quétel40. Pero su total ausencia resulta especialmente conspicua en los trabajos en torno a los fundamentos filosóficos de la medicina psicosomática41 y en las historias de la medicina psicosomática, incluso en las más recientes como las de Shorter42 o Kamieniecki43. 33 Laor, N. (1984). 'The myth of mental illness: the Feuchtersleben version'. Gesnerus, 41, 3-32, p. 5. 34 Benedikt, M. (1895). Seelenkunde des Menschen als reine Erfahrungswissenschaft. Leipzig: Reisland. Tampoco aparecen en su obra anterior Hynotismus und Sugestion (1894). 35 Kraepelin, E. (1962). One Hundert Years of Psychiatry [1818]. Trad. ingl., New York: Philosophical Library. 36 Ackerknecht, E.H. (1967). Kurze Geschichte der Psychiatrie. Stuttgart: F. Enke, pp. 61 y 71. 37 Ellenberger, H.F. (1976). El descubrimiento del inconsciente. Historia y evolución de la psiquiatría dinámica [1970]. Trad. esp., Madrid: Gredos, pp. 248. 38 Howells, J.G. (1975). World History of Psychiatry. New York: Brunner/Mazel, pp. 70 y 272. 39 Zilboorg, G.; y Henry, G.H. (1941), A History of Medical Psychology. New York: Norton, pp. 477- 478. 40 Postel y Quétel (1983), pp. 204 y 627. 41 Mucchielli, R. (1961). Philosophie de la médecine psychosomatique. París: Aubier. 42 Shorter, E. (1992). From Paralysis to Fatigue. A History of Psychosomatic Illness in the Modern Era. New York: The Free Press. 43 Kamieniecki, H. (1994). Histoire de la psychosomatique. París: P.U.F. 11 Dejando aparte los libros generales o de consulta y algunas contadas excepciones44, una relativa atención por Feuchtersleben sólo comienza a despertarse en los años 50 de la actual centuria. En esta década aparecieron la monografía ya citada de Eltz-Hoffmann y algunos breves trabajos, como los de Creuz45 y Burns46 sobre la significación de sus aportaciones en el campo psiquiátrico. Pero es sobre todo a partir de los 60, y especialmente a raíz de su cita por Thomas Szasz en el prefacio a la edición alemana de 1972 de su libro The Myth of Mental Illness (1961)47, en donde le sitúa como un predecesor de su conocida tesis de que la llamada enfermedad mental no es un problema médico sino moral48, cuando la figura del médico y poeta vienés adquiere un renovado interés. La consideración de Feuchtersleben por parte de Szasz, aunque sea muy discutible la adscripción de aquél como un antecesor de sus ideas49, actuó directa o indirectamente como un acicate para la toma en cuenta del Dichterarzt en lo tocante a su clasificación de las enfermedades mentales50, su concepción global de la psiquiatría51, la influencia de su teoría de los sueños sobre la de Freud52 o su noción de enfermedad mental53. 44 Neuburger (1906), op. cit.; y Neuburger, M. (1933). 'Feuchtersleben als Psychiater und Psychoterapeut'. Wiener Medizinische Wochenschrift, 83, 662-664. 45 Creuz, W. (1951). 'Der Dichterarzt Ernst Freiherr von Feuchtersleben und die psychosomatische Medizin'. Zeitschrift für Allgemeine Medizin und Therapie, 5, 286-289. 46 Burns, Ch.L.C. (1954). 'A forgotten psychiatrist - Baron Ernst von Feuchtersleben, M.D., 1833'. Proceedings of the Royal Society of Medicine, 47, 190-194. 47 Szasz, Th.S. (1974). 'The mith of mental illness. Three addenda'. Journal of Humanistic Phychology, 14, 11-19. 48 Szasz, Th. (1974). The Myth of Mental Illness. Foundation of a Theory of Personal Conduct [1961]. New York: Harper and Row, pp. 250 y ss. 49 Laor, N. (1984). 'The mith of mental illness: the Feuchtersleben version'. Gesnerus, 41, 3-32, pp. 3-4. 50 Parkin, A. (1965). 'Neurosis and schizophrenia: historical review'. Psychiatric Quaterly, 40. 203-206. 51 Ehrentheil, O.F. (1975). 'The almost forgotten Feuchtersleben: poet, ensayist, popular philosopher and psychiatrist'. Journal of the History of the Behavioral Sciences, 11, 82-86. 52 Parkin, A. (1975). 'Feuchtersleben: a forerunner to Freud'. Canadian Psychiatric Association Journal, 20, 477-481. 53 Laor (1984), pp. 9-15. 12 Por último, si a estos trabajos les sumamos los de Lesky en relación con su contextualización dentro de la psiquiatría vienesa del periodo prerrevolucionario y de la Escuela Médica Vienesa54 y el de Marx sobre su relación con la psiquiatría romántica alemana55, tendremos ante los ojos el panorama completo de la evolución de la repercusión de Feuchtersleben. LA HIGIENE PSIQUICA DE FEUCHTERSLEBEN Una vez situada su obra en el contexto social y médico del Biedermeierzeit y perfilada su repercusión, vamos a ver ahora el pensamiento de Feuchtersleben en relación con la higiene mental, principalmente a través de su Diätetik der Seele, tomando como hilo conductor el análisis de tres de las nociones nucleares que sirvieron para su configuración: la de organismo, la de totalidad y la de oscilación. La utilidad del seguimiento de estos conceptos, procedentes del aparato teórico romántico, reside en que Feuchtersleben, adoptando un pauta habitual entre sus contemporáneos, llevó a cabo todo un proceso de reelaboración de los mismos, intentando de esta manera liberarlos de aquellos aspectos que contradecían su experiencia clínica. A través de este proceso adaptativo fue tomando cuerpo su higiene psíquica. 54 Lesky, E. (1963). 'Wiener Psychiatrie im Vormärz'. Gesnerus, 19, 119-129; y Lesky (1965), pp. 177- 184; 55 Marx, O. (1990). 'German romantic psychiatry (part 1)'. Hystory of Psychiatry, 1, 352-381; y Marx, O. (1991). 'German romantic psychiatry (part 2)'. Hystory of Psychiatry, 2, 1-25. 13 Por otro lado, en el estudio de estas nociones se pondrá también de manifiesto que la Diätetik der Seele no puede ser vista tan sólo como un mero epígono de la 'tradición dietética de la medicina' (consistente en la reglamentación de la vida humana en función de las seis cosas no naturales), tal y como se ha sostenido por algunos autores56. Cierto es que recoge toda una tradición 'dietética', en especial la de la consideración de la influencia del cuerpo sobre el espíritu y del espíritu sobre el cuerpo57. Pero además esta obra -junto con otras de Killian58, Hartmann59, Burdach60, Heinroth61 e Ideler62- ofreció una nueva aproximación global a la persona humana y una consideración sintética de la enfermedad en donde se apuntan ya una serie de vías de superación del abordaje tradicional de la cuestión mente-cuerpo y se ofrecen los primeros esbozos de lo que casi un siglo después empezaría a recibir el nombre de medicina psicosomática. La noción de organismo (Organismus) La delimitación de la higiene mental como cuestión científica a resolver va muy ligada al 56 López Piñero, J.Mª; y Morales Meseguer, J.Mª (1970). Neurosis y psicoterapia. Un estudio histórico. Madrid: Espasa-Calpe, pp. 106-107. 57 Sobre la forma en que se muestra esta influencia recíproca en las obras higiénico-ditéticas y en las dedicadas al cuidado de sí, véase: Aziza-Shuster, E. (1972). La médecin de soi-même. París: P.U.F.; Wear, A. (1983). 'The history of personal hygiene'. En: Bynum, W.F.; y Porter, R. (eds.), Companion Encyclopedia of the History of Medicine, 2 vols., Londres: Routledge, II, 1283-1308; y González de Pablo, A. (1993). 'La imagen del hombre y su cuidado en los tratados higiénico-dietéticos tradicionales de los siglos XVII y XVIII'. En: González de Pablo, A. (coord.), Enfermedad, clínica y patología. Estudios sobre el origen y desarrollo de la medicina contemporánea, Madrid: Editorial Complutense, 37-61. 58 Killian, C.J. (1800). Lebensordnung zur Erhaltung und Verbesserung der Gesundheit. Leipzig: G.J. Goschen. 59 Hartmann, Ph.K. (1865). Glückseligkeitslehre für das physische Leben des Menschen oder die Kunst das Leben zu benutzen und dabei Gesundheit, Schönheit, Körper und Geistesstärke zu erhalten und zu vervollkommen [1808]. Leipzig: Geisel. 60 Burdach, K.F. (1811). Diätetik für Gesunde wissenschaftlich gearbeitet. Leipzig: J.C. Heinrichs. 61 Heinroth, J.Ch.A. (1839). Orthobiotik oder die Lehre vom richtigen Leben. Leipzig: K. Zauchniss. 62 Ideler, C.W. (1846). Die allgemeine Diätetik für Gebildete wissenschaftlich gearbeitet. Halle: C.A. Schwetschke u. Sohn. 14 desarrollo de la noción de organismo, uno de los conceptos centrales en la medicina romántica y del período Biedermeier. La consideración de los seres vivos como organismos quedó establecida nítidamente por Kant a partir de la publicación de la Crítica del juicio (1790). Los seres vivos, en tanto organismos, pasaron entonces a ser vistos como un todo formado por un conjunto de partes interrelacionadas, pero cuya naturaleza era cualitativamente superior a la de la mera suma de las partes y qu estaba dotado de una finalidad natural (Naturzweck)63. 63 Canguilhem, G. (1976). El conocimiento de la vida [1971]. Trad. esp., Barcelona: Anagrama, pp. 141-142. 15 El concepto de organismo, perfilado a continuación Schelling, Hegel y Goethe, entre otros64, se incorporó rápidamente a la medicina, convirtiéndose en uno de los puntos de referencia obligada en la delimitación de las cuestiones teóricas sobre la salud, la enfermedad o la terapéutica. La discusión en torno a esta cuestión presente en las obras de Reil, Röschlaub y Kieser ofrece un buen ejemplo de dicha implantación65. No resulta extraño, por tanto, que la noción de organismo pasara a ser también una de los conceptos programáticos de las obras de carácter higiénico-dietético escritas por autores afines a la Naturphilosophie, como es el caso de la Glückseligkeitslehre für das physische Leben des Menschen (1808) de Hartmann66 o de la Diätekik für Gesunde (1811) de Burdach, en donde se define de la siguiente manera: 'El hombre es un ser orgánico, esto es, un todo, cuya actividad en su conjunto se determina mediante la continua interacción entre las distintas actividades parciales, de tal manera que cada una es medio y al mismo tiempo fin de todas las demás, manteniéndose en su integridad la actividad total mediante dicha interacción'67. 64 Sobre la evolución del pensamiento filosófico en torno a la noción de organismo, dos trabajos provechosos son los de Ewers, M. (1986). Philosophie des Organismus in teleologischer und dialektischer Sicht. Münster: Lit; y Küppers, B.-O. (1992). Natur als Organismus. Schellings frühe Naturphilosophie und ihre Bedeutung für die moderne Biologie. Frankfurt: Klostermann. 65 Sobre la incorporación del concepto de organismo a la medicina, véase: Arquiola, E.; Montiel, L. (1993). La corona de las ciencias naturales. La medicina en el tránsito del siglo XVIII al XIX. Madrid: C.S.I.C., pp. 179-194. 66 Hartmann (1865), pp. 10-12. 67 Burdach (1811), pp. 5-6. 16 La consideración del cuerpo desde la perspectiva del organismo desembocó en la del ser humano mismo como una unidad psico-física: 'Por eso -afirmaba también Burdach-, no puede considerarse sólo el cuerpo humano como orgánico, sino que el hombre en su conjunto es esencialmente un todo y su organismo abarca tanto la actividad inmaterial como la material. Injustamente se han desgajado hasta ahora las actividades mentales de la noción de organismo. Que esto ocurriera entre los antiguos fisiólogos era completamente normal porque no poseían la correcta noción de lo que es un organismo (...) Dado que nosotros contemplamos actualmente el organismo desde una perspectiva dinámica, la cual también abarca simultáneamente la mecánica, hay que dejar definitivamente de lado aquella unilateralidad. El hombre es un todo, cuyas actividades conjuntas, materiales e inmateriales, se encuentran en incesante interrelación. El alma determina el cuerpo, pues la agudeza o la torpeza del espíritu, la pureza o la impureza del ánimo, dejan su impronta externa en el cuerpo. El cuerpo, a su vez, determina el alma, puesto que las influencias mecánicas o químicas favorecen o impiden la formación y el desarrollo de las facultades anímicas'68. Esta precisión de considerar al organismo humano en particular no sólo como un todo teleológicamente orientado sino también como una completa unidad psicofísica es una de las premisas fundamentales de la obra de Feuchtersleben, tal y como se encuentra señalado en su Lehrbuch: 'la idea de un organismo en general consiste en esto, en que puede ser entendido teleológicamente, esto es con referencia a un objetivo al cual todas las partes están supeditadas; mientras que la idea del organismo humano en particular sólo puede ser correctamente entendida en relación con el destino más alto del hombre y de su naturaleza espiritual. Incluso su naturaleza material no es totalmente material ya que su misma organización esta pensada para un destino más elevado (...) El cuerpo y la mente están entrelazados íntimamente en cada una de las partes de la estructura del individuo viviente. Así, de la misma manera que los desórdenes mentales son sanados a menudo mediante remedios farmacéuticos, de idéntico modo las enfermedades del cuerpo requieren con frecuencia la ayuda del médico psicólogo'69. 68 Burdach (1811), pp. 7-8. 69 Feuchtersleben, E.v. (1847). The Priciples of the Medical Psychology [1845]. Trad. ingl., Londres: Sydenham Society, pp. 9-10.n 17 La conceptuación del ser humano desde la perspectiva del organismo posibilitó un cambio considerable en la configuración de las obras higiénico-dietéticas. La disposición de sus contenidos dejó de hacerse a la forma tradicional, en función de las seis cosas no naturales más o menos modificadas, para pasar a realizarse en función de dos apartados íntimamente entrelazados: uno dedicado al cuerpo y otro dedicado a la mente, tal y como se ejemplifica en las de Hartmann y Burdach. Con lo cual, la importancia de la mente en estas dietéticas creció considerablemente en comparación con el carácter secundario que tenía, por ejemplo, en la Makrobiotik de Hufeland, aparecida a finales del XVIII,70 y ello no sólo cuantitativamente71 sino también y sobre todo cualitativamente, pues la mente se convirtió en el aspecto principal a tener en cuenta en la conservación y mejora de la salud del hombre, ya que se partía de la idea de que determinadas enfermedades no podían afectar al cuerpo si la mente las rechazaba. La significación que alcanzó por entonces el cuidado de la mente se potenció por la aparición simultánea de una serie de obras dedicadas de forma específica al estudio de la mente. Las más influyentes fueron la del propio Hartmann, Der Geist des Menschen in seinen Verhältnissen zum physischen Leben oder Grundzüge zu eiener Physiologie des Denkens (La mente del hombre en su relación con la vida física o principios fundamentales para un fisiología del pensamiento) (1820), y la de Michael Lenhossék, otro representante de la filosofía natural en Viena, Darstellung des menschlichen Gemüthes in seinem Beziehungen zum geistigen und leiblichen Leben (Descripción de la mente humana en relación con la vida espiritual y corporal) (1824-25), con las que propiamente se inició de hecho la psicología y la psiquiatría austriaca. La creciente consideración de la mente desembocó, finalmente, en la aparición de una obra higiénico-dietética dedicada específicamente a la mente, como fue el caso de la Dietética del alma de Feuchtersleben, consagrada a servir de guía en el manejo del poder de las fuerzas del propio psiquismo para la evitación de las enfermedades. Esta higiene mental, aun manteniendo cuantiosos aspectos tradicionales propios de la literatura dietética, no estaba ya concebida, al modo de las obras anteriores dedicadas a este campo, como mero recetario dirigido a corregir los 70 Hufeland, Chr.W. (1839). La macrobiótica o arte de prolongar la vida del hombre [1796]. Trad. esp., Madrid: Boix. 71 Los temas en relación con la mente en la Makrobiotik se abordan en el cap. VII de la primera parte; en los caps. VII, VII, IX, X de la primera sección de la segunda parte; y en los caps. XII y XIII de la segunda sección de la segunda parte. En total, menos de 70 págs. De las 438 de que consta la ed. esp. En la Glükseligkeitslehere de Hartmann se dedica a las cuestiones en relación con la mente toda la segunda parte de la obra, mas de 100 págs de las 358 de las que se compone la ed. de 1865. 18 malos efectos de las pasiones, cual era, por ejemplo, el caso de la escrita por Clément-Joseph Tissot de finales del XVIII72. La obra de Feuchtersleben tenía una mayor ambición intelectual y propiciaba la utilización unitaria y conjunta de todas las potencias del alma en el objetivo de la conservación de la salud. Desde esta concepción, la higiene del alma quedaba definida por nuestro autor como 'la doctrina en torno a la facultad que tiene el espíritu para conjurar los males que amenazan al cuerpo'73 o como 'el arte de emplear el poder que tiene el alma para preservar, mediante su acción, la salud del cuerpo'74. 72 Tissot, Cl.-J. (1798). Del influjo de las pasiones del alma en las enfermedades, y de los medios propios para corregir sus malos efectos [1798]. Trad. esp., Madrid: Cano. 73 Feuchtersleben (1838), p. 1. 74 Feuchtersleben (1838), pp. 1-2. 19 Partiendo de perspectivas kantianas, como es la del organismo, Feuchtersleben intentó ir con su higiene mental un paso más allá de donde había ido el propio Kant en su opúsculo titulado 'Sobre el poder del ánimo para hacerse dueño, mediante el simple propósito, de sus sentimientos morbosos', escrito como respuesta a la Makrobiotik de Hufeland. Kant trató aquí de poner de relieve únicamente, basándose en su propia experiencia, el arte de dominar la sensación de enfermedad,75 Feuchtersleben busca ahora atajar no solamente la sensación sino también, en donde es posible, la enfermedad misma76. A partir de estos objetivos, tres son las fuentes fundamentales que se pueden detectar en la elaboración de los principales contenidos de su higiene mental y que posteriormente, en su Lehrbuch, alcanzarían una expresión más visible: Der Geist des Menschen de Hartmann, en relación con la fisiología del sistema nervioso; Darstellung des menschlichen Gemüths de Lenhossék, en referencia a la interacción psicofísica; y Vom Baue und Leben des Gehirns (Sobre la estructura y vida del cerebro) (1818-1819) de Burdach, en lo tocante a la acción del cerebro y de los nervios. La noción de totalidad (Totalität) Una segunda noción primordial en el pensamiento de Feuchtersleben, y en gran medida derivada de la de organismo, es la de totalidad, cuya presencia se deja sentir a todo lo largo de su obra. La totalidad se sitúa en el fundamento de su concepción antropológica. Para Feuchtersleben, 'el cuerpo (Leib) es la sustancia material animada (der begeisterte Körper) y el alma (Seele) el espíritu corporizado (der verkörperte Geist)'77. El hombre era visto así, con una perspectiva unitaria e indivisible, desde la interrelación entre cuerpo y el espíritu. 75 'Me ha quedado la opresión (del pecho), pues sus causas se encuentran en mi constitución corporal. Pero, mediante la retirada de la atención sobre estos sentimientos, me he convertido en dueño de su influencia sobre mis pensamientos y acciones, como si no fueran conmigo'. Kant, I. (1798) 'Von der Macht des Gemüths durch den blossen Vorsazt seinen Krankhaften Gefühle Meister zu seyn'. Journal der praktischen Arzneykunde und Wundarneykunst, 5, 701-751, p. 720. 76 Feuchtersleben (1838), p. 2. 77 Feuchtersleben (1847), p. 78. 20 La totalidad aparece también en su conceptuación holística de la enfermedad: 'debemos considerar la enfermedad como una reacción de la fuerza vital (Lebenskraft) frente a los estímulos morbosos (Krankheitsreize) externos; los cuales (...) determinan las distintas manifestaciones'78. Esta alteración integral del organismo en el proceso morboso llevaba también aparejada su especificidad personal, pues todo estímulo daría lugar siempre a una respuesta específica en función de las peculiaridades de los distintos organismos vivos afectados79. Esta concepción de la enfermedad, a la que Rothschuh ha denominado genéricamente, como se ha señalado más arriba, con el nombre de Reiz-Reaktion-Denken, había sido sostenida previamente, con distintos matices, por Haller, Brown, Schelling y v. Walther, y fue el modo de pensamiento habitual en el período Biedermeier80, sobre todo a raíz de su defensa por algunos de sus principales representantes, como fue el caso de J. Müller81. De igual forma, la noción de totalidad se muestra en la concepción de la enfermedad mental, a la que Feuchtersleben, denominaba con los términos de psicosis o psicopatía82, concebida como un defecto de la totalidad psicofísica del hombre: 'las psicopatías (...) o enfermedades de la personalidad (locura, en su sentido más abarcativo) es el nombre que damos a esas condiciones complejas, en las cuales la interrelación psicofísica enferma en varias direcciones, de tal forma que la personalidad empírica del individuo aparece desordenada'83. No resulta extraño, por tanto, que la noción de totalidad también dejara su impronta en la forma misma de proyectar sus obras más enjundiosas, como es el caso del Lehrbuch, pensado como una sinopsis completa del conocimiento del momento en torno a la mutua relación entre la psique y el soma. 78 Feuchtersleben (1837), p. 213. 79 Feuchtersleben (1837), p. 216. 80 Rothschuh (1968), p. 179. 81 Müller, J. (1946). Tratado de fisiología [3ª ed. alemana 1837], 8 vols., Trad. esp., Madrid: Boix, I, pp. 71-73. 82 Con el término 'psicosis' Feuchtersleben indica cualquier patología mental y con el de 'neurosis' señala cualquier tipo de patología orgánica (por neural). Para Feuchtersleben, además, 'Cada psicosis es al mismo tiempo una neurosis, porque sin la intervención de la acción nerviosa ningún cambió de la acción psíquica se hace manifiesto; pero, sin embargo, no todas las neurosis son psicosis, como lo ejemplifican los casos de convulsiones y del dolor'. Feuchtersleben (1847), p. 246. 83 Feuchtersleben (1847), p. 244. 21 La visión totalizadora tuvo igualmente su expresión en la Diätetik der Seele, especialmente cuando, en su aseveración sobre la acción configuradora del espíritu sobre el cuerpo, mantiene que ésta siempre debe considerarse como un todo conjunto. En su defensa de la capacidad modulativa del espíritu, en tanto unidad, sobre el cuerpo, Feuchtersleben utilizó dos argumentos analógicos muy característicos de la orientación filosoficonatural: el paralelismo macro-microcosmos y las conclusiones de la fisiognomónica. En relación con el primero, Feuchtersleben postulaba la supeditación a nivel macrocósmico de la materia (el mundo) a la idea como referente para mantener una similar supeditación del cuerpo frente al espíritu. Señalaba, así, la existencia de una 'atmósfera moral' que circundaría la tierra de la misma manera que la atmósfera material. En esta atmósfera inmaterial habría un flujo y reflujo de ideas y sentimientos que el hombre respiraría, asimilaría y trasmitiría sin ser consciente de ello. Ninguna esfera social se libraría de los efectos del secreto influjo de este 'alma exterior del mundo', que tendría su reflejo en el llamado 'espíritu del siglo' y su apariencia en la moda, pues 'la naturaleza no es mas que un eco del espíritu, y la ley suprema que la rige es que la idea es la madre del hecho, y la idea amolda al mundo a su imagen y semejanza'84. Este medio moral que obra en los individuos podría además ser modificado por la acción de un fuerza individual85; de ahí la importancia de determinadas actitudes consideradas modélicas, en el sentido amplio del término, y de las obras que, cual era del caso de la Diätetik der Seele, tenían la finalidad de fomentarlos. El otro punto de apoyo analógico para el convencimiento de la influencia de la mente sobre el cuerpo lo constituye la teoría fisonómica de Johann Lavater, un pastor espiritualista suizo que tuvo una significativa implantación en el pensamiento romántico, especialmente a partir de 179086. Lavater había sostenido en los 4 vols. de sus Fisiognomonische Fragmente (1775-1778) que la belleza física era la expresión de una belleza moral subyacente y que, debido al poder formativo del espíritu, se podía conseguir la belleza física mediante el perfeccionamiento moral. 84 Feuchtersleben (1838), pp. 32-33. 85 Feuchtersleben (1838), p. 32. 86 Schaffer, S. (1990). 'Genius in Romantic natural philosophy'. En: Cunningham, A.; y Jardine, N. (eds.), Romanticism and the Sciences. Cambridge: Cambridge University Press, 82-98, p. 88. 22 Feuchtersleben, basándose en estos asertos, llevó la teoría de Lavater a su terreno, de tal manera que lo que el fisonomista dirigía especialmente a la modulación del aspecto físico, él lo hace extensivo a todas las funciones corporales. De esta manera, el perfeccionamiento moral no proporcionaría tan sólo una mayor belleza corporal, sino que además pasaba a ser el condicionante básico de la salud: "No penséis -sostiene el fisonomista- embellecer al hombre sin mejorarlo. Y no penséis, añado yo con total convencimiento, mantenerlo en salud si no lo mejoráis' 87. Sólo dentro de este contexto de la acción de la mente como un todo sobre el cuerpo, Feuchtersleben distinguía las tres facultades anímicas comúnmente mantenidas en la psicología del Biedermeierzeit: la de pensar, la de querer y la de sentir. Entendidas como manifestaciones de una única e indivisible fuerza espiritual, cada una de estas facultades ejercería unas determinadas acciones, siempre vinculadas entre sí, sobre la corporalidad. La primera, la facultad de la sensibilidad, podía expresarse de forma activa (la imaginación o fantasía) o pasiva (el sentimiento).88 De la importancia, cuantitativa y cualitativa, de la imaginación para Feuchtersleben, hablan suficientemente los hechos de haber dedicado un capítulo de su opúsculo a la hipocondría89 y de que sea precisamente allí, en la imaginación, donde, en tanto terreno en donde se entrecruzan y anudan el cuerpo y el espíritu, localizara la sede de las enfermedades mentales (o psicosis)90. 87 Feuchtersleben (1838), p. 23. 88 Feuchtersleben (1838), p. 25. 89 Feuchtersleben (1838), pp. 92-102. A pesar de que la hiponcondría había sido la enfermedad de moda durante el XVII, la extensión de este capítulo es, significativamente, más del doble del que Hufeland había dedicado en su Makrobiotik a la imaginación exaltada y a las enfermedades imaginarias. Cf. Hufeland (1839), pp. 275-278. 90 En la imaginación tendrían su asiento las psicosis propiamente dichas. Si tuvieran su sede en el espíritu, serían errores o vicios, y no enfermedades; y si se localizaran en el cuerpo, no serían enfermedades del alma sino neurosis. Cf. Feuchtersleben (1838), pp. 26-27. Recuérdese a este respecto la distinción, ya comentada, que hace Feuchtersleben entre psicosis y neurosis. 23 Merced a esta importancia, la imaginación, y en general la esfera emocional, adquiría el rango de ser el motor del psiquismo, el 'pulmón del alma'91, pues las otras dos facultades se expresarían a su través. Y, en tanto tal, podría ser, correctamente encauzada por la voluntad y el intelecto, tanto un arma curativa de las distintas afecciones -probado analógicamente con la existencia del efecto placebo y de las curaciones por el magnetismo animal92-, como preventiva, dirigiendo por un lado la imaginación hacia lo bello y lo agradable, y por otro alimentando el sentimiento con lo sereno, lo grande y lo verdadero93. La segunda potencia, la voluntad, también tendría una serie de efectos sobre la salud del cuerpo, ya que para Feuchtersleben la enérgica voluntad de estar sano contribuiría decisivamente a restablecer el equilibrio orgánico propio de la salud94. Esta voluntad es entendida al modo kantiano como la 'facultad práctica del hombre (...) cuyo desenvolvimiento origina el carácter'95. Según la visión unitaria del alma, a la que Feuchtersleben es como sabemos afín, la voluntad sería la potencia intermedia: mueve la imaginación y a su vez es controlada por la razón y la inteligencia. La dietética del alma, en este plano del psiquismo, trataría de combatir los tres males que inhiben el obrar del hombre: la indecisión, la distracción y el mal humor96. Retomando el pensamiento estoico de Zenón, Séneca, y Marco Aurelio, Feuchtersleben sostiene que la forma de luchar contra estas calamidades sería sobre todo el fomento del dominio de sí mismo mediante el establecimiento de una disciplina que mantuviera bajo control las fuerzas más oscuras de la 91 Feuchtersleben (1838), p. 33. 92 Hay que tener en cuenta en relación sobre estas manifestaciones positivas acerca del magnetismo animal que, a pesar de que los informes emitidos por la Academia Francesa entre 1784 y 1825 mostraban la inexistencia del supuesto magnetismo animal, no se había dado ninguna explicación convincente del porqué de las curaciones llevadas a cabo por los mesmeristas. La primera explicación propiamente científica de las curaciones por el magnetismo animal la ofrecería, tan sólo un poco más tarde de la publicación de la Diätetik der Seele, el cirujano inglés James Braid en su Neurypnology de 1843, basándose en el concepto neurofisiológico de 'sueño nervioso'. En otras publicaciones posteriores lo haría ya sobre las teorías de Laycock y Carpenter acerca de la 'función refleja del cerebro' y de la 'cerebración inconsciente'. López Piñero y Morales Meseguer (1970), pp. 129-143. 93 Feuchtersleben (1838), p. 116. 94 Tal es el sentido genérico de las páginas dedicadas a la voluntad en la Diätetik der Seele. Feuchtersleben (1838), pp. 37-47. 95 Feuchtersleben (1838), p. 37. 96 Feuchtersleben (1838), pp. 39. 24 propia naturaleza psíquica97. 97 Gorceix (1976), pp. 70-71. 25 La tercera potencia psíquica, la inteligencia, tendría funciones rectoras de la voluntad y de la imaginación. Sería precisamente con esta actividad dirigente como la inteligencia ejercería su influencia sobre el cuerpo98. La higiene del alma a este nivel psíquico no iba dirigida al estímulo para la adquisición de saber enciclopédico, sino que, sobre todo, debía servir, primero, para que el sujeto descubriera su propia naturaleza y la siguiera o al menos no la hiciera violencia; y, segundo, para que se reconociera como parte de un todo de un orden superior: 'Si el hombre culto llega al conocimiento de sí mismo, es tan sólo porque ha sabido comprenderse como parte del todo, y desenvolver su afinidad con las demás partes del mismo todo. Con esta disposición puede decirse que empieza la verdadera cultura intelectual, a la par que un estado de satisfacción positiva, así en lo físico como en lo moral'99. La consideración teleológica kantiana de la vida no como don recibido pasivamente sino sobre todo como tarea a cumplir y el anhelo de totalidad propio de la Naturphilosophie se conjunta, así, en esta utilización higiénica del pensamiento. La noción de oscilación (Oszillation) La tercera noción tomada del aparato conceptual romántico y que resulta especialmente significativa en el pensamiento higiénico-mental de Feuchtersleben es la de oscilación. Según el médico vienés, para que las recomendaciones generales señaladas en torno a la acción del espíritu y de sus facultades sobre la corporalidad -las cuales adereza con la cuantiosa casuística habitual en la literatura dietética- puedan dar lugar a una auténtica higiene psíquica, tienen que ser modulados por el propio individuo para dotarlas de verdadera efectividad. La importancia de este pensamiento no reside tanto en la enunciación de esta necesidad de personalización, que es un motivo tan antiguo como la literatura dietética100, como en la forma de postular su puesta en práctica. 98 Feuchtersleben (1838), pp. 48-49. 99 Feuchtersleben (1838), pp. 53-54. 100 Véase, por ejemplo, el análisis que hace Foucault de la dietética antigua como técnica de existencia. Foucault, M. (1987). Historia de la sexualidad [1976], 3 vols., Madrid: Siglo XXI, vol. II, El uso de los placeres, pp. 100-101. 26 Esta adaptación personal pasaría, para Feuchtersleben, por el entendimiento de la vida según el 'principio de la oscilación'. Este principio está en estrecha relación con la ley de polarización, uno de los pilares del pensamiento filosóficonatural de Hartmann, autor que se sirvió de esta ley para establecer una considerable cantidad de analogías entre al vida cósmica y la orgánica101. El fundamento de dichas analogías consistía en considerar que, tras las experiencias de Galvani, Ritter, Steffens, A. v. Humboldt, Autenrieth y Reil, estaba demostrado empíricamente que la vida era un proceso galvánico que se mostraba en una continua oscilación entre la tendencia a la expansión (en la electricidad positiva) y la tendencia a la contracción (en la electricidad negativa) o, en otros términos, en un perpetuo círculo entre la 'reproducción' y la 'desorganización'102. Paralelamente, para Feuchtersleben, de la misma forma que el andar es un continuo caer, 'la vida del hombre, como la de la naturaleza toda, consiste en una sucesión de contrastes que se equilibran'103. La apropiación personal de las reglas de la higiene mental debía hacerse, pues, estableciendo un equilibrio personal y siempre oscilante entre los opuestos de nuestra naturaleza. El progreso armonioso de la vida resultaría del equilibrio individual de esos contrastes que se suceden perpetuamente en el seno de las tres potencias104: en la del sentimiento, entre placer y dolor; en la de la voluntad, entre la presteza y el abandono; en la inteligencia, entre la razón y el desvarío: 'La existencia humana es una mezcla de luz y de tinieblas; es una especie de crepúsculo formado por la combinación del día y de la noche. Quien quiera que haya aprendido a conocerse, en vez de meditar sin fruto acerca del origen del mal, se esforzará (...) no sólo por escuchar, sino hasta evocar, voluntariamente y con valor, en medio de sus más plácidas alegrías, la misteriosa y saludable voz del dolor. He aquí el apogeo del arte de vivir, y el punto culminante de la higiene moral'105. Por tanto, para Feuchtersleben, el desarrollo de la personalidad sería el resultado del 101 Las consideraciones de Hartmann sobre la polarización se encuentran explicitados en: Hartmann, Ph.K. (1815). 'Der Lebensprozess'. Medizinische Jahrbücher des k.k. österreichischen Staates, 3, 57-89. 102 Lesky (1965), p. 103. 103 Feuchtersleben (1838), p. 82. 104 Feuchtersleben (1838), pp. 88-91. 105 Feuchtersleben (1838), pp. 87-88. 27 encauzamiento armónico, y siempre específico para cada individuo determinado, de una serie de oscilaciones consustanciales a la propia naturaleza. La noción de oscilación quedaba, así, ligada a otro concepto muy presente en la Naturphilosophie, el de intensificación (Steigerung), entendida como consecución de un progresivo perfeccionamiento derivado del gobierno de una serie de contrastes del dinamismo ciego de su naturaleza. Las nociones de oscilación y de intensificación (muy relacionadas ambas, a su vez, con la de metamorfosis, el concepto posiblemente nuclear de la biología de la Naturphilosophie), tal como las emplea Feuchtersleben, tienen una inspiración clara en la obra de Goethe. En la carta de mayo de 1828 dirigida a von Müller, en la que se extiende en algunos temas presentes en el Himno a la naturaleza, Goethe señalaba muy explícitamente los dos principios motores de la naturaleza: la polaridad y la intensificación, concebidos como la oscilación entre los contrastes más extremos, el primero, y como la continua aspiración hacia cualquier cosa más alta o, más específicamente, como una sublimación que ordena el dinamismo interno de la naturaleza, el segundo106. Contemplada desde la perspectiva que ofrecen estas nociones, la salud buscada por la higiene mental de Feuchtersleben, en tanto 'kalobiótica', consiste en 'la unión de lo bello, lo bueno y lo verdadero'107, pero sin olvidar que bajo esta declaración subyace un cierto sentido trágico que contrasta con la perspectiva optimista de las dietéticas de la Ilustración108, pues la consecución de esta salud pasa por luchar permanente con todas las fuerzas activas para evitar el despertar de la semilla de insania -esto es, lo feo, lo malo y lo falso de la naturaleza- que toda persona alberga en sí y hacia lo que oscila continuamente. CONCLUSIONES La Diätetik der Seele de Feuchtersleben puede verse como un producto característico del Biedermeierzeit, período en el que las tendencias innovadoras del romanticismo pierden, si no en 106 Gusdorf, G.(1993). Le romantisme 2 vols. [1984], París: Payot & Rivages, II, pp. 435-436. 107 Feuchtersleben (1838), p. 120. 108 Ellenberger (1976), p. 248. 28 su totalidad sí al menos en parte, su fuerza reformadora. De hecho, las nociones morales sobre las que reposa la Diätetik, como ha estudiado Gorceix, están muy estrechamente ligadas a la de respeto a la autoridad - a la subordinación a un principio de carácter superior-, lo que conlleva inevitablemente una tendencia a la adecuada conformación dentro de un correcto orden burgués109. La Diätetik der Seele es también un fruto de un período y un lugar muy concretos: la Austria del Vormärz, anterior a los acontecimientos revolucionarios de marzo de 1848, en donde la opresión política del régimen autoritario del canciller Metternich, al cercenar las posibilidades de cambio exterior, habría forzado a la elaboración de una serie de mundos interiores donde expresar esas anhelos de metamorfosis. La Diätetik, siguiendo esta línea de argumentación, sería una expresión más de la imposibilidad de cambiar ese mundo externo con la correspondiente concentración en el ahondamiento en uno mismo. Situada en el contexto del 'nihilismo terapéutico' que forzaba a que los esfuerzos se dirigiesen a la mejora de los procedimientos preventivos dada la carencia de recursos terapéuticos realmente efectivos, la Diätetik der Seele es, asimismo, una expresión de las concepciones higiénico-dietéticas sobre el influjo del espíritu sobre el cuerpo y del cuerpo sobre el espíritu mantenidas tradicionalmente en la literatura en torno al régimen de vida, las cuales Feuchtersleben acicala mejor o peor con una serie de analogías y globalizaciones procedentes del pensamiento filosoficonatural. Pero, además, los contenidos de la Diätetik der Seele -y, en general, el pensamiento de nuestro autor sobre la higiene psíquica presente en el conjunto de su obra médica- suponen, al menos en algunos de sus aspectos, un precedente de la medicina psicosomática. Este carácter precursor se pone de manifiesto si tenemos en cuenta las tres nociones nucleares de su pensamiento estudiadas en las páginas anteriores y las comparamos con algunas aportaciones teóricas fundamentales para la configuración de la medicina psicosomática, surgidas a partir de los años veinte de la actual centuria. En aquellas nociones y en sus desarrollos se atisban ya determinados aspectos de estas teorías posteriores, que, reelaboradas, han ayudado a establecer los cimientos de la medicina psicosomática en sus diversas orientaciones. 109 Gorceix (1976), p. 89. 29 Así, en primer lugar, en el concepto de organismo empleado por Feuchtersleben en donde se entrelazan estrecha e inseparablemente cuerpo y mente, intentado conjuntar el materialismo y el idealismo, se vislumbra la noción de Bertrand Russell (1872-1970) del 'monismo neutral', filosofía de la mente que Russel desarrolló hacia la mitad de su vida y que elaboró en The Analysis of Mind (1921), especialmente, y en The Analysis of Matter (1927) y que partía de la negación de una diferencia irreductible entre lo mental y lo físico, intentando erigir un mundo tanto mental como físico a partir de componentes que no fueran en sí mismos ni físicos ni mentales, sino neutrales110. 110 Sobre el monismo neutral russelliano, véase: Russel, B. (1985). Escritos básicos [1961]. 2 vols., trad. esp., Barcelona: Planeta-Agostini, pp. 557-565; y Pears, D. (1995). 'Filosofía de la mente de Russell: monismo neutral'. En: Gregory, R.L. (dir.), Diccionario Oxford de la mente [1987], trad. esp., Madrid: Alianza, 440-442. 30 Igualmente, en segundo lugar, en su noción de totalidad y en la de enfermedad en ella contenida, incardinada dentro del Reiz-Wirkungs-Denken, se divisa la de 'mutación funcional' (Funktionswandel) de Viktor v. Weizsäcker (1886-1957). Para v. Weizsäcker, el organismo no reaccionaría a la lesión local sólo de forma circunscrita y medible cuantitativamente, sino con un cambio cualitativo conjunto del modo de responder a los estímulos, del cual el déficit o exceso de una determinada función sería únicamente una circunstancia puntual. A esta imagen de la respuesta patológica, v. Weizsäcker la denominó Funktionswandel111. Paralelamente, el concepto de Feuchtersleben de enfermedad mental como enfermedad de la personalidad -o, si se prefiere, de la totalidad psico-física empírica del hombre- deja traslucir otras nociones básicas del entramado conceptual de la medicina antropológica de v. Weizsäcker, como son el 'círculo figural' (Gestaltkreis) y el 'principio de la puerta giratoria' (Drehtürprinzip), según los cuales la psique y el soma no serían dos realidades separadas que actúan recíprocamente de forma causal, sino modos de expresión sucesivos y alternativos de la personalidad del sujeto. En esta personalidad residiría la enfermedad, la cual se mostraría alternativamente desde la perspectiva psíquica o somática112. 111 Una exposición sucinta pero muy aclaradora de esta noción se encuentra en Laín Entralgo, P. (1982). El diagnóstico médico. Historia y teoría. Barcelona: Salvat, p. 163. 112 Weizsäcker desarrollo la noción de Gestaltkreis en el libro del mismo nombre aparecido originariamente en 1940 (una edición en libro de bolsillo ha aparecido recientemente, en 1986, en Suhrkamp. Una explicación y aplicación clínica de este concepto se encuentra en Weizsäcker, V.v. (1956). El hombre enfermo. Una introducción a la antropología médica [1951]. Trad. esp., Barcelona: Luis Miracle, pp. 285-311. Una reciente visión conjunta de sus principales argumentos es la ofrecida por Jacob, W. (1991). 'Viktor von Weizsäcker'. En: Engelhardt, D.v.; y Hartmann, F. (eds.). Klassiker der Medizin, 2 vols., Munich: C.H. Beck, II, 366-387 y 454-456. Sobre la actualidad el pensamiento de este autor, véase: Benzenhöfer, U. (ed.). Antropologische Medizin und Sozialmedizin im Werk Viktor von Weizsäckers. Frankfurt: P. Lang. 31 Por último, en la noción de oscilación de Feuchtersleben, según la cual la vida del hombre, como la de la naturaleza toda, oscilaría permanentemente entre los más agudos contrastes -entre el placer y el dolor, la diligencia y el abandono, la razón y el desvarío- en un ciego dinamismo, en el gobierno del cual, entendido como una continua intensificación o perfeccionamiento, radicaría la salud, puede encontrarse también una primera aproximación al 'Ello' (das Es) de Georg Groddeck (1866-1934). En este Ello se concretaría -tras el desarrollo del inconsciente y la consiguiente conversión del ligero pesimismo de Feuchtersleben sobre la condición humana en sombría desesperanza- esa incesante oscilación de cuyo control dependería que la 'semilla de insania' que todos llevamos dentro no se desarrollara o -empleando la terminología de Groddeck- no se simbolizara en enfermedad.113. A este inconsciente insondable, oscilante entre el dolor y el placer, Groddeck le da el nombre de Ello, del cual el hombre y la enfermedad no serían sino una manifestación, un síntoma114. Así pues, tres son, a mi entender, las formas -complementarias e inseparables- de considerar comprensivamente la psicohigiene de Feuchtersleben: como expresión de un contexto sociopolítico y científico muy determinado (el del Vormärz austriaco y del nihilismo terapéutico) propio de los años 30 y 40 del s. XIX; como epígono de una tradición ancestral higiénicodietética; y como representante de una estación intermedia entre la forma tradicional de entender la relación entre lo psíquico y lo mental (como dos instancias que actúan causalmente una sobre otra) y la propia de la medicina psicosomática (como formas alternativas de una misma realidad). 113 Groddeck, G. (1973). El libro del Ello [1923]. Trad. esp., Madrid: Taurus, p. 296. 114 Groddeck (1973), p. 306. 32