Yo canto al cuerpo eléctrico

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WALT WHITMAN
(Proc.: Javlangar, modif.: JAGF)
TAREA PARA EL ALUMNO
Lee detenidamente los textos de “Yo canto al cuerpo eléctrico” y “Canto del
respondedor” y sus respectivos comentarios. Revisa la diapositiva final, con las notas
principales para comprender a Walt Whitman. Elige un fragmento suficientemente amplio y
representativo de los poemas de Whitman y comenta alguna de las siguientes cuestiones:
 Función de la palabra en el “Canto del respondedor” (el poeta como respondedor, sus
respuestas, el lenguaje sublime y el vulgar, la poesía como comunicación, palabra y
democracia…).
 El cuerpo fértil de la mujer y del esclavo en “Yo canto al cuerpo eléctrico”.
Dignificación del cuerpo físico por el amor. Su relación con los cuerpos de los otros. El
cuerpo y el alma (el neoplatonismo de Whitman, su reacción antipuritana, la
democracia como liberación sexual, el hombre como pequeño dios, el cuerpo sagrado, la
bisexualidad…).
 Las máscaras del respondedor (el protagonista y la voz poética, su identidad) en el
"Canto del respondedor". La voz poética y la polifonía (todas las razas, profesiones,
nacionalidades, el poeta y su identificación con todos, sus transferencias de identidad, su
apertura al otro y la “otridad”).
 El estilo nominal y los verbos copulativos en "Yo canto al cuerpo eléctrico" (las
enumeraciones, los paralelismos, la ausencia de verbos predicativos, la presencia de
verbos copulativos sin carga léxica, la importancia léxica del atributo -somos…
democracia, libertad, fraternida-, la mirada creadora del poeta, etc.).
 La interrogación retórica, las exclamaciones y el diálogo con el otro en "Yo canto al
cuerpo eléctrico" (la poesía democrática, la apertura a todos, el tú whitmaniano –el
pueblo, la nación-, la creación de la identidad nacional…)
 La fraternidad y la excelencia humana en "Canto del respondedor" (los ideales de la
Revolución francesa y la Revolución americana, la “otridad”, la identidad americana
frente a Europa, la fe en el futuro...).
 El principio de repetición y la circularidad en “Yo canto al cuerpo eléctrico” y "Canto
del respondedor" (el verso largo-versículo bíblico de Whitman, la necesidad de construir
el ritmo poético con repeticiones, aliteraciones, anáforas, paralelismos, la circularidad
divina (de Dios venimos y hacia Dios vamos, el hombre hecho a imagen y semejanza de
Dios ), la circularidad democrática (del pueblo, por el pueblo, para el pueblo).
1
1. Comentario de “Yo canto al cuerpo eléctrico”
Texto del poema (versión de Jorge Luis Borges)
(Para leer el poema íntegro, en
http://seriealfa.com/varia/varia1/whitman.htm )
inglés
y
traducción
española,
pulse
este
enlace:
YO CANTO AL CUERPO ELÉCTRICO / I SING THE BODY ELECTRIC
1
Yo canto al cuerpo eléctrico,
Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo,
No han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta que les responda,
Hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi alma.
¿No es sabido que quienes corrompen su cuerpo están ocultándose?
¿Y quienes profanan a los vivos son tan viles como quienes profanan a los muertos?
¿Y que el cuerpo no vale menos que el alma?
¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma?
2
El alma del cuerpo de un hombre o del cuerpo de una mujer no admite explicación,
El cuerpo del hombre es perfecto, y es perfecto el cuerpo de la mujer.
La expresión de la cara no admite explicación,
Pero la expresión de un hombre cabal no sólo está en la cara,
Está en los miembros y en las coyunturas también, está, curiosamente, en las coyunturas de las caderas y de las
muñecas,
Está en su andar, en el porte de su cuello, en la flexión del talle y de las rodillas; la ropa no la oculta;
Su fuerte y dulce identidad se abre paso a través del algodón y la lustrina,
Verlo pasar expresa tanto como el mejor poema, y acaso más,
Os detenéis para mirar su espalda y su nuca y sus hombros.
La negligencia y la redondez de los niños, los senos y las cabezas de las mujeres, los pliegues de sus vestidos, su
andar al cruzarse en la calle con nosotros, el contorno de sus caderas,
El nadador desnudo en la pileta atravesando el transparente resplandor verde y tendido de espaldas y
silenciosamente flotando sobre las agitadas aguas,
El rítmico balanceo de los remeros en los botes de remo, el jinete en su silla
Muchachas, madres, amas de llaves en todas sus tareas,
El grupo de trabajadores sentados al mediodía ante la comida y sus mujeres que les sirven,
La mujer que sosiega al niño, la hija del granjero en el huerto o en el establo,
el peón que está carpiendo el maizal, el conductor del trineo que guía entre la turba a sus seis caballos,
El forcejear de los que luchan, dos aprendices ya crecidos, animosos, afables, americanos, en el baldío al
atardecer después del trabajo,
Los sacos y las gorras tiradas, el abrazo del amor y de la resistencia,
El abrazo de arriba y el de abajo, el pelo revuelto que les enciegue los ojos;
La marcha de los bomberos uniformados, el juego de los músculos varoniles a través de los pantalones ceñidos
y de los cintos,
El cansado regreso desde el incendio, la pausa cuando la campana vuelve a sonar y su llamado los detiene,
Las diversas actitudes, espontáneas, perfectas, la cabeza inclinada, los cuellos encorvados y el contar;
A ellos los quiero, me suelto, paso sin traba y estoy en el regazo de la madre con el pequeño,
Nado con los que nadan, lucho con los que luchan, marcho con los bomberos y me detengo, escucho, cuento.
3
Conocí a un hombre, un sencillo granjero padre de cinco hijos,
2
Y éstos los padres de otros, y éstos los padres de otros hijos.
Este hombre era de una fuerza maravillosa, sereno, hermoso,
La forma de su cabeza, el amarillo claro y la blancura y la blancura de su pelo y su barba, la insondable
profundidad de sus ojos negros, la plenitud y la riqueza de sus modales;
Para ver esas cosas yo solía ir a visitarlo, era sabio también,
Tenía seis pies de estatura y ya había cumplido ochenta años; sus hijos fornidos, puros, barbados, de piel
curtida, hermosos;
Ellos y sus hijas lo querían, todos quienes lo vieron lo querían,
No lo querían por costumbre, lo querían con amor personal,
No bebía más que agua, la roja sangre se traslucía en su piel morena,
Le gustaba cazar y pescar, dirigía él mismo su bote, era dueño de un fuerte bote que un armador le había
regalado, tenía escopetas que hombres que lo querían le habían regalado;
Cuando salía con sus cinco hijos y con sus muchos nietos a cazar o a pescar, lo hubiera señalado como el más
hermoso y el más fuerte de todos,
Habrías deseado quedarte con él mucho tiempo, habrías deseado estar en el bote para poder tocarlo.
4
Me he dado cuenta de que basta estar con los que uno quiere,
Me basta demorarme al atardecer con aquellos que quiero,
Me basta sentir cerca la hermosa carne, la carne que es curiosa, que respira y que ama.
¿Pasar entre la gente y tocar alguno, o rozar con el brazo el cuello de un hombre o de una mujer, no es esto
mucho?
No pido otra alegría, nado en ella como en el mar.
Hay algo en estar cerca del hombre y de mujeres y de mirarlos, y en su contacto y en su olor, que es grato al
alma,
Todas las cosas son gratas al alma, pero esta es la más grata.
5
Esta es la forma femenina
Exhala de pies a cabeza una divina aureola,
Atrae con irresistible atracción,
Me atrae su aliento como si yo no fuera otra cosa que un indefenso vaho, todo desparece salvo ese aliento y
yo,
Los libros, el arte, la religión, el tiempo, la visible y sólida tierra, y lo que del cielo esperábamos y lo que del
infierno temíamos, todo se ha consumido,
Mis frenéticos filamentos, indómitos, brotan de él, a reacción también es indómita,
El pelo, el pecho, las caderas, la curva de las piernas, las negligentes manos que sueltan, las mías que se
sueltan,
La marea aguijoneada por el reflujo, el reflujo por la marea, carne de amor henchida y deliciosamente
doliendo,
Límpidos, ilimitados chorros de amor, calientes y enormes, trémula jalea de amor, zumo espumoso y delirante,
Noche nupcial de amor que se abre camino con delicadeza y demora en el alba yacente,
Penetrando en el día dócil que cede,
Perdida en el abrazo de la profunda y dulce carne del día.
Este es el núcleo - primero el niño nace de la mujer, el hombre nace de la mujer,
Este es el baño del sexo, ésta la fusión de lo grande y de lo pequeño, y otra vez la salida.
No sintáis vergüenza, mujeres, vuestro privilegio incluye a los otros y es el manantial de los otros,
Sois las puertas del cuerpo y también las puertas del alma.
La mujer encierra todas las cualidades y las afina,
Está en su lugar y avanza con equilibrio perfecto,
En todas las cosas debidamente veladas, es a la vez pasiva y activa,
Su destino es concebir hijas e hijos, y asimismo hijos e hijas.
3
Veo mi alma que se refleja en la Naturaleza,
Veo a través de una neblina a la Única, de inexpresable plenitud, cordura y belleza,
Veo la cabeza inclinada y los brazos cruzados sobre el pecho, veo a la Mujer.
6
El varón también es el alma, él también está en su lugar.
El también es todas las cualidades, es acción y poder,
La plenitud del hombre visible está en él,
El desdén le sienta, el deseo y el desafío le sientan,
Las pasiones más impetuosas y más vastas, el ápice del gozo, el mayor pesar le conviene, para él se ha hecho el
orgullo.
El infinito orgullo del hombre sosiega el alma y la enaltece,
El conocimiento le sienta, siempre le agrada, todas las cosas las somete a su propia prueba,
Sea lo que fuere el examen, sean lo que fueren el mar y la nave, sólo arrojará la sonda en sí mismo.
(¿Dónde, sino en sí mismo, podrá arrojar la sonda?)
Sagrado es el cuerpo del hombre y sagrado es el cuerpo de la mujer,
No importa de quién sea, es sagrado -¿es el del peón más despreciable de la cuadrilla?
¿Es el de uno de los inmigrantes más torpes que acaban de desembarcar en el muelle?
Todos, aquí o allá, tienen su lugar, no menos que el más rico, no menos que tú,
Todos, hombre o mujer, tienen su lugar en la procesión.
(Todo es una procesión,
El Universo es una procesión de paso medido y perfecto.)
¿Tan grande es tu saber que puedes llamar ignorante al más bajo?
¿Te crees acaso con derecho a mirar un bello espectáculo, negado a él o a ella?
¿Piensas que la materia se ha congregado desde su vaga nube y que la tierra ocupa la superficie y que el agua
corre y brotan las planteas,
Para ti sólo, y no para él o para ella?
7
Un cuerpo de hombre en el mercado,
(Porque antes de la guerra yo solía concurrir al mercado y mirar la venta),
Ayudo al rematador; el holgazán no sabe su oficio.
Caballeros, atención a esta maravilla,
Por más que pujen los compradores, no ofrecerán bastante,
Sin un animal ni una planta la tierra tardó quintillones de años en engendrarlo,
Para él giraron pacientes e incesantes los ciclos.
Dentro de esta cabeza, el inescrutable cerebro,
En él y abajo, la creación de los héroes.
Ved estos miembros, colorados, negros o blancos, sus tendones y nervios son intricados,
Los desnudarán para que estén bien a la vista.
Sentidos exquisitos, ojos que la vida ilumina, coraje, voluntad,
Láminas de los músculos del pecho, espinazo y cuello flexible, carne tensa, fuertes brazos y piernas,
Y dentro, aún más prodigios.
Adentro la sangre que corre,
¡La misma antigua sangre! ¡La misma sangre roja que corre!
Ahí se dilata y fluye un corazón, ahí están todas las pasiones, deseos, anhelos, aspiraciones.
(¿Crees que no están ahí porque no se expresan en salones o en las aulas?)
4
Este no es sólo un hombre, es el padre de otros, que serán padres a su vez,
En él está el origen de populosos estados y de ricas repúblicas,
En él, innumerables vidas inmortales, innumerables encarnaciones y dichas.
¿Cómo saber quiénes nacerán de su prole a través de los siglos? (¿De quién supones que has nacido tú mismo
si pudieras exhumar los siglos que fueron?)
8
Un cuerpo de mujer en el mercado,
Ella tampoco es sólo ella misma, es la fecunda madre de madres,
Es la que lleva a aquellos que crecerán y serán compañeros de las madres.
¿Amaste alguna vez el cuerpo de una mujer?
¿Amaste alguna vez el cuerpo de un hombre? ¿No ves que son los mismos para todos en todas las naciones y
en todas las épocas de la tierra?
Si algo hay sagrado, el cuerpo humano lo es,
Y el esplendor y la dulzura de un hombre son el sello de su hombría sin mancha,
Y en el hombre o en la mujer, un cuerpo limpio, fuerte, de fibra firme, es más bello que la cara más bella.
¿Has visto al insensato que profanó su propio cuerpo vivo?
No se ocultan, no pueden ocultarse.
9
¡Oh, cuerpo mío!, no me atrevo a abandonar a tus semejantes en otros hombres y otras mujeres, ni a los
semejantes de las partes que te componen;
Creo que tus semejantes perdurarán o morirán con los semejantes del alma (y que son el alma),
Creo que tus semejantes perdurarán o morirán con mis poemas, y que son mis poemas,
Poemas del hombre, de la mujer, del niño, del muchacho, de la esposa, del esposo, de la madre, del padre, del
joven y de la joven,
Cabeza, cuello, pelo, orejas, lóbulo y tímpano de la oreja,
Ojos, pestañas, iris del ojo, cejas y la vigilia o sueño de los párpados,
Boca, lengua, labios, dientes, paladar, mandíbulas y articulaciones de las mandíbulas,
Nariz, aletas de la nariz y tabique, / Mejillas, sienes, frente, mentón, garganta, nuca, forma del cuello,
fuertes hombros, barba viril, omóplatos, espalda, y el ámbito del pecho,
Brazo, axila, junta del codo, antebrazo, músculos del brazo, huesos del brazo,
Muñeca y coyunturas de la muñeca, mano, palma, nudillos, pulgar, índice, articulaciones de los dedos, uñas,
Amplio pecho, rizado vello del pecho, esternón, costados,
Costillas, vientre, espinazo, vértebras,
Caderas, articulaciones de las caderas, fuerzas de las caderas, redondez cóncava y convexa, testículos, raíz del
hombre,
Muslos, que son la firme base del tronco, Músculos de la pierna, rodilla, rótula, piernas,
Tobillos, empeine, planta del pie, dedos del pie, talón,
Todas las actitudes, todas las bellezas, todos los bienes de mi cuerpo o el tuyo, o del cuerpo de cualquier otro,
varón o mujer,
Las celdillas de los pulmones, el estómago, las entrañas dulces y limpias,
El cerebro y sus pliegues dentro del cráneo,
Simpatías, válvulas del corazón, válvulas del paladar, sexo, maternidad,
Lo femenino y todo lo que pertenece a la mujer, y al hombre que nace de la mujer,
El seno, los pechos, los pezones, la leche del pezón, las lágrimas, la risa, el llanto, las miradas de amor, la
amorosa inquietud, las erecciones,
La voz, la articulación, el lenguaje, el susurro, el grito,
El alimento, la bebida, el pulso, la digestión, el sudor, el sueño, caminar, nadar,
Porte de las caderas, saltar, recostarse, abrazarse, brazos que se curvan y aprietan,
El continuo movimiento de las comisuras de los labios y de los ojos,
La piel, la mejilla tostada, las pecas, el pelo,
La sensación curiosa de la mano al rozar la desnuda carne del cuerpo,
5
Los ríos incesantes del aliento, de la inspiración y la exhalación,
La belleza del talle y de las caderas, y más abajo, hasta las rodillas,
Las mínimas partículas rojas que llevo y que tú llevas, los huesos y la médula de los huesos,
La sensación deliciosa de la salud;
Afirmo que estas cosas no sólo son los poemas del cuerpo, sino también del alma,
Afirmo que son el alma.
(Traducción de J. L. Borges, Walt Whitman. Hojas de hierba. Editorial Lumen. Barcelona. 1991)
Comentario del poema
Lo que en la edición de 1867 de Hojas de hierba iría encabezado por el célebre “I sing
the body electric” tuvo una primera versión en 1855 que no incluía dicho arranque ni otros
ajustes posteriores.
Desde el principio de este bloque, aparecen dos elementos que articularán toda la serie
versal: por un lado, la interacción del yo poético con el mundo que lo rodea y, más
concretamente, con los seres humanos que habitan ese mundo dinámico y en construcción
del que Whitman pretende ser nueva voz; por otra parte, aparece el cuerpo como
protagonista absoluto de dicho canto. Este cuerpo que acapara el interés del poeta no se
presenta ya como el inevitable soporte físico del alma, sino que es en sí mismo algo sagrado
y territorio del espíritu por ser precisamente cuerpo. ¿Si el cuerpo no fuera alma, qué podría
ser ésta?
a) Tras esos versos 3-4 que encontrarán eco de cierre al final de la serie, se inicia la
ponderación y descripción sucesiva de los cuerpos masculino y femenino. Ambos son
expresamente juzgados como perfectos (v. 6) antes de que el poeta trate de describirlos
poéticamente. El cuerpo que se describirá corresponde a un ideal armónico y equilibrado en
partes y órganos; y en él la salud física va de la mano de la limpieza moral (de acuerdo al
clásico “Mens sana in corpore sano”).
a1) Se empieza por el cuerpo masculino.
-Del verso 7 al 12, el texto se detiene en la descripción del cuerpo del hombre. En ella,
la enumeración de partes del cuerpo no sigue ningún orden, sino que se mueve de arriba
abajo, de lo particular a lo general, etc., según el caos que mejor convenga a la impresión de
la percepción de ese cuerpo cuya visión sobrepuja el mejor poema.
-A partir del verso 13 se abre paso una de esas enumeraciones tan caras a Whitman con
miembros de esa nueva sociedad democrática que está construyendo la nación americana.
Todos estos personajes (los bebés que se estiran, las mujeres que van por la calle, el
nadador desnudo en la laguna, los constructores manos a la obra, los remeros bogando, las
mujeres en sus quehaceres domésticos, la madre calmando a su hijo, la chica que trabaja con
el ganado o el huerto de la familia, el leñador que tala ágil, el agricultor, el conductor del
trineo, los luchadores, los bomberos que desfilan tras atender un aviso, e incluso los
jornaleros almorzando) están en acción, en ese puro dinamismo cinético (véanse sólo los
tres versos dedicados a los luchadores) que impregna las páginas de Hojas de hierba. Como
en acción está también el poeta, no sólo mediante el canto de su palabra, sino en virtud de su
propia identificación con sus conciudadanos y sus cuerpos hermosos por activos:
“(...) y estoy al pecho de la madre con el niño,/ y nado con el nadador, y lucho con los
luchadores, y desfilo en formación con los bomberos, y me paro y escucho y cuento”.
6
-En este momento, el poeta se detiene en un ejemplo concreto: el de un granjero
corriente. En este caso, se pone ya claramente de manifiesto que la prosopografía (la
descripción física, exterior) y la etopeya (la descripción moral o psicológica) van de la mano,
porque este cuerpo bello de un hombre de generosidad, modales y prudencia genera el amor:
el de su familia, el de otras personas cercanas y hasta el de esa 2ª persona del singular
generalizadora que incluye también al propio poeta:
“hubieras deseado estar con él tiempo y tiempo... hubieras deseado sentarte a su lado en la
barca de manera que vuestros cuerpos se tocaran”.
-Y éste ejemplo permite unos versos de generalización en los que el poeta subraya el
deleite de pasar siquiera entre estos cuerpos bellos:
“estar rodeado por hermosa carne curiosa que respira y que ríe es bastante”.
-Y la satisfacción de ese placer no estriba ya en el goce sensorial, sino en la complacencia
del alma que es cuerpo o no es:
“Hay algo en estar cerca de los hombres y las mujeres y en mirarlos y en su contacto y olor que
complace al alma,/ todas las cosas complacen al alma, pero éstas le complacen en mayor medida”.
a2) Se ocupa ya del cuerpo de la mujer:
En ella corporeidad y misticismo se hacen claramente patentes (“irradia una aureola
divina”), y de ese hálito espiritual que subyuga y todo lo abole y desencadena, surge la
descripción física que ahora sí sigue un orden (del cabello a las manos, de arriba hacia
abajo) y el ámbito de la cópula que deja fluir el espíritu y abre puertas a éste y a la salida de
la vida. La mujer es algo tan físico como la fusión sexual y algo tan etéreo como la aurora;
por ello, el poeta habla a las mujeres para decirles
“sois las puertas del cuerpo y sois las puertas del alma”.
Finalmente, panteísmo, misticismo y fisicidad se funden en acabada comunión: el alma
de Whitman reflejada en la naturaleza, la perfección de la belleza y hasta la inmortalidad
se presentan a la vista en la cabeza y el busto de una mujer.
b) A partir de ahí, el poema recoge las consecuencias de todo ello y se detiene en los
elementos que están en el carácter masculino, señala que el universo y todas sus fuerzas se
comprenden en ese cuerpo. Y el cuerpo, ya sea de hombre o de mujer, es igualmente
sagrado. La firme proclamación de dicha dignidad es lo que permite la transición a otro
segmento del fragmento.
c) Concretamente, en la penúltima parte de este bloque de versos, se muestra ya de
forma dramática la objetivación del cuerpo, relacionada ahora con la idea de esclavitud.
Como se ha visto en los versos anteriores, la identidad de un ser humano depende de su
propio cuerpo, donde se encarna y construye. La identidad del esclavo quedaría totalmente
destruida a la vez que su cuerpo es fragmentado, como si fuera a venderse despiezado en
un mercado, una vez convertido en objeto de puro consumo:
¡Un esclavo a subasta!
Ayudo al subastador... el haragán poco sabe de su oficio. (...)
Examinad estos miembros, rojos negros o blancos... de ingeniosos nervios y tendones;
los descubriremos para que podáis verlos.
Sentidos exquisitos, ojos llenos de vida, arrojo, voluntad,
láminas de músculo pectoral, columna y cuello flexibles, carne musculosa no fláccida, brazos y piernas
de buen tamaño,
y aún más maravillas dentro.
7
Quienes reducen al esclavo a meros trozos de carne le están arrebatando su
subjetividad y su humanidad mismas. La crítica ha venido señalando que el hecho de que el
yo poético auxilie al subastador, como una especie de ventrilocuo, y se apropie del discurso
del vendedor implica una cierta asunción de responsabilidad en esta despreciable orgía de
la carne: cuantos alguna vez han participado, de manera activa o como meros consentidores,
en el mercado de esclavos tienen una responsabilidad por haberlo permitido. Ahora bien,
más allá de eso, lo cierto es que esa voz poética que clama por una humanidad universal
proclama, desde el arranque de esta parte, la dignidad humana del esclavo (no hay dinero que
pueda comprar a ese ser humano que ocupa el lugar central de la creación del mundo y que
posee “los atributos de los héroes”). Ese cuerpo que se contempla fragmentado no se
distingue de los otros cuerpos antes cantados y celebrados (recuérdense los versos anteriores);
en él reverbera igualmente el alma y es capaz de albergar los mismos anhelos que cualquier
otro ser humano. Una vez más, en un elemento físico –la sangre- vive el hálito del espíritu:
“Dentro corre la sangre... la misma sangre de siempre... la misma sangre roja que circula;/
aquí expande y bombea el corazón... aquí todas las pasiones y los deseos... todos los anhelos y
aspiraciones”.
Whitman ha relacionado dos discursos opuestos y, al enfrentarlos, se llega al
reconocimiento de ese lazo que nos une como iguales y, por tanto, nos hace libres. Todo ello
debe conectarse con el papel de Hojas de hierba como canto de esa sociedad norteamericana
en el vigor de su formación (una nueva poética y una nueva poesía –en formas y temas- para
una nueva sociedad) y como utopía poética.
d) Finalmente, el texto se cierra, por un lado, insistiendo en el carácter sagrado del
cuerpo y en cómo la limpieza y firmeza de los cuerpos los dota de belleza, que son los dos
Leitmotive de este fragmento. Además, el poeta vuelve a las cuestiones planteadas en forma
de interrogación en los versos 3 y 4 de la serie y, como si cerrara el círculo poético, las
contesta rotunda e inequívocamente: no cabe escondite para quien deshonra su propio cuerpo
ni hay mayor vileza que incurrir en esa profanación del cuerpo humano vivo.
2. Comentario de “Canto del respondedor”
Texto del poema (versión de Francisco Alexander)
(Puede
verse
otra
versión
en
el
enlace
http://books.google.es/books?id=4cfsoGE974C&pg=PA261&lpg=PA261&dq=canto+del+respondedor&source=bl&ots=dWFkwhuu7G&sig=cGX
EGa8EsaZ7HJzAE-t3EXJj2xM&hl=es&sa=X&ei=9QXUfj2EqKr0QXUw4HgCA&ved=0CDYQ6AEwAQ#v=onepage&q=canto%20del%20respondedor&f=false )
CANTO DEL RESPONDEDOR / SONG OF THE ANSWERER
1
ESCUCHAD mi romanza matinal, revelo el signo del Respondedor,
Canto a las ciudades y granjas que ante mí se extienden a la luz del sol.
Viene a mí un joven que trae un mensaje de su hermano,
¿Cómo sabrá el joven el cómo y el porqué de su hermano?
Dile que envíe el santo y seña.
Y permanezco ante el joven cara a cara, y tomo su mano diestra con mi izquierda, y su izquierda con mi diestra,
Y respondo por su hermano y por los hombres, y respondo por aquel que responde por todos, y envío este
signo.
8
Todos le esperan, todos se someten a él, su palabra es decisiva y definitiva,
A él aceptan, en él se purifican, en él se reconocen como a plena luz,
10 En él se sumergen y es él quien los sumerge en sí.
Las mujeres hermosas, las naciones más altivas, las leyes, el paisaje, las
gentes, los animales,
La tierra profunda y sus atributos, y el océano inquieto (así canto mi
romanza matinal),
Todos los goces y bienes, y el dinero, y todo lo que con él se puede comprar, Las mejores granjas en que los
otros trabajan y siembran, y él
inevitablemente cosecha.
Las ciudades más nobles y preciadas, que otros edifican y él habita,
Ninguna cosa es para nadie si no es para él, lo cercano y lo lejano son
para él, los navios que están mar afuera,
Los espectáculos y procesiones perpetuas de la tierra son para él, si en
verdad son para alguno.
Él da sus actitudes a las cosas,
Él da de sí el día presente con plasticidad y amor,
20 Él dispone sus horas, sus recuerdos, sus padres, sus hermanos y hermanas,
asociaciones, ocupaciones, opiniones políticas, de suerte que las otras cosas y seres no les avergüencen luego
ni quieran dominarlos.
Él es el Respondedor,
Responde lo que se puede responder y muestra por qué no puede ser
respondido lo que no se puede responder.
Un hombre es una conminación y un desafío
(Es en vano acechar —¿escuchas estas burlas y risas?, ¿escuchas estos ecos irónicos?)
Libros, amistades, filósofos, sacerdotes, acción, placer, orgullo, se agitan
de arriba abajo y quieren dar satisfacción,
Él indica la satisfacción e indica también a aquellos que se agitan de
arriba abajo.
Cualquiera que sea el sexo, cualesquiera que sean la estación o el lugar,
él puede andar satisfecho, tranquillo y seguro de día y de noche,
Él posee la llave maestra de los corazones, para él la respuesta de las
manos que buscan los botones de las puertas.
Su acogida es universal, el fluir de la belleza no es mejor acogido ni más
universal que él,
30 Bienaventurada es la persona a quien favorece de día o con quien duerme
por la noche.
Todas las existencias tienen su genio, todas las cosas tienen un genio y
un lenguaje,
Él resuelve todos los lenguajes en el suyo y se lo confiere a los hombres,
y cualquier hombre puede traducirlo, y cualquier hombre se traduce
a sí mismo igualmente,
Ninguna parte contrarresta a otra, él es el ensamblador, él sabe ensamblarlas.
Él le dice con la misma indiferencia: ¿Cómo le va, amigo? al Presidente
en su besamanos,
Y: Buenos días, hermano, al esclavo que azadona en el cañaveral,
Y uno y otro le comprenden y saben que sus palabras son buenas.
Él camina a sus anchas en el Capitolio,
Él camina en el Congreso, y uno de los diputados le dice a otro: He aquí que ha llevado nuestro nuevo igual.
Después, los artesanos le toman por artesano,
40 Y los soldados suponen que es soldado, y los marineros que ha recorrido
los mares,
9
Y los escritores le toman por escritor, y los artistas por artista,
Y los obreros se dan cuenta de que podría trabajar con ellos y amarlos,
Y que, cualquiera que sea la obra, él podrá ejecutarla o la ha ejecutado,
Y que, cualquiera que sea la nación, él encontraría en ella a sus hermanos
y hermanas.
Los ingleses creen que desciende de su tronco inglés,
judío les parece a los judíos, ruso a los rusos, familiar y próximo, de
ninguno alejado.
Todo aquel a quien mira en la posada del camino, lo reclama por suyo,
Lo creen suyo el italiano o el francés, el alemán, el español y el isleño de Cuba,
El maquinista, el estibador de los grandes lagos, o del Misisipí, o del San
Lorenzo, o del Sacramento, o de la bahía de Hudson o de Paumanok,
lo reclaman por suyo.
50 El hidalgo de sangre pura reconoce en él su sangre pura,
El insultador, la prostituta, el colérico, el mendigo, se ven a sí mismos
en los modales de él, él los transmuta extrañamente,
Éstos ya no son viles, apenas si se reconocen a sí mismos, tanto han crecido.
2
Las indicaciones y la adecuación del tiempo,
La sanidad perfecta denota al maestro entre los filósofos,
El tiempo, siempre sin interrupción, se indica a sí mismo en partes,
Lo que siempre indica al poeta es la multitud de la agradable compañía
de cantores, y sus palabras,
Las palabras de los cantores son las horas o minutos de la luz o de la
sombra, pero las palabras del hacedor de poemas son la luz y la
sombra universales,
El hacedor de poemas fija la justicia, la realidad, la inmortalidad,
60 Su penetración y fuerza circundan a las cosas y a la raza humana,
Los cantores no engendran, solo el poeta engendra,
Los cantores son bien acogidos, comprendidos, se muestran con frecuencia, pero ha sido raro el día y ha sido
raro el lugar, del nacimiento del
hacedor de poemas, del Respondedor
(Ni un siglo, ni cinco siglos, han conocido tal día, a despecho de todos
sus nombres).
Los cantores de las horas sucesivas de los siglos, pueden tener nombres
ostensibles, pero el nombre de cada uno de ellos es el nombre de un cantor,
El nombre de cada uno es, cantor de los ojos, cantor del oído, cantor de
la cabeza, cantor de la dulzura, cantor de la noche, cantor de los
salones, cantor del amor, cantor de leyendas, o de cualquiera otra cosa.
Ahora y en todo tiempo, esperad las palabras de los verdaderos poemas,
Las palabras de los verdaderos poemas no son simplemente agradables,
Los verdaderos poetas no son los secuaces de la belleza sino los maestros
augustos de la belleza;
La grandeza de los hijos es la exudación de la grandeza de las madres y
de los padres,
70 Las palabras de los verdaderos poemas son el penacho y el aplauso
definitivo de la ciencia.
Instinto divino, amplitud de visión, la ley de la razón, de la salud,
robustez del cuerpo, recogimiento,
Alegría, caricia fuerte del sol, dulzura del aire, he aquí algunas de las
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palabras de los poemas.
El marinero y el viajero son el sostén del hacedor de poemas, del
Respondedor,
El constructor, geómetra, químico, anatomista, frenólogo, artista, todos
éstos son el sostén del hacedor de poemas, del Respondedor.
Las palabras de los verdaderos poemas nos dan más que los poemas,
Nos dan lo necesario para que nos construyamos por nosotros mismos
poemas, religiones, política, guerra, paz, conducta, historia, ensayos,
vida cotidiana, y todo lo demás,
Ellas equilibran jerarquías, colores, razas, creencias y sexos,
Ellas no buscan la belleza, se las busca,
Tocándolas eternamente, muy cerca de ellas, marcha la belleza, anhelante,
gozosa, enferma de amor.
80 Ellas nos preparan para la muerte, pero no son el fin, sino el principio,
No llevan a hombre alguno ni a mujer alguna a su término, ni al
contento, ni a la satisfacción,
A aquellos a quienes aceptan los transportan al espacio, a fin de que
contemplen el nacimiento de la estrellas, de que aprendan uno de los
significados,
De que se lancen con fe absoluta y se deslicen a través de las órbitas
infinitas sin encontrar el reposo jamás.
Comentario del poema
Si Hojas de hierba supone la fundación de una nueva poesía –en fondo y forma- para
la nueva América que se está construyendo ante los ojos de Whitman, es lógico pensar que
estas novedades formales, temáticas, lingüísticas y de mirada irían de la mano de una
concepción de la poesía y del papel del poeta que se pretendiera distinta. El “Canto del
respondedor” es uno de los textos whitmanianos de los que cabe extraer dicha concepción
poética.
En él, el poeta se presenta como un respondedor, en tanto
en cuanto es capaz de convertirse en voz para esas respuestas que
surgen en forma de señales de la propia realidad circundante:
“Y me quedé ante el joven cara a cara y tomé su mano derecha en mi
mano izquierda y su izquierda en mi derecha,/ y respondí por su hermano y por
los hombres... y respondí por el poeta y envío estas señales”.
Es el contacto directo con el pulso de dicha realidad el que
permite al poeta acceder a este caudal de conocimiento y darle
adecuado eco. El poeta puede absorber esa realidad y el sentido
profundo de la misma porque, al mismo tiempo, dicha realidad lo
absorbe a él; en este sentido, la asimilación mutua constituye un
signo y una consecuencia a la vez del panteísmo místico que
impregna los versos de Whitman.
El poeta puede atribuir “actitudes a las cosas” porque es capaz de mirarlas con una
mirada nueva, de sumergirse y enfangarse en ellas hasta conocerlas. Su verso, además, es
verso en el tiempo, situación, lugar y contexto precisos que le ha tocado vivir; su verso es el
canto del testigo que está elaborando la nueva épica para la nueva América. En la poesía de
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Whitman, el hacedor de poemas es respondedor, y esa voz que responde no elude ningún
aspecto o tema, y da fe incluso de lo que no es capaz de comprender.
El poeta “tiene la llave maestra de los corazones”, de manera que es capaz de acceder al
pulso más íntimo de personas y cosas y recibir y difundir las respuestas que éstas ofrecen.
El abrazo mediante el cual se relaciona con el mundo circundante tiene un carácter
universal, en el vehículo de su expresión y en los temas que aborda. Por un lado, la poesía
incorpora todas las lenguas, no tanto por ser un lenguaje universal, sino por tratarse de un
lenguaje que accede directamente a las propias cosas, tal y como éstas son. También desde
este punto de vista, todos los hombres -de cualquier origen social, cultural, lingüísticopueden identificarse con el poeta, que es quien da voz a esa poesía esencial de la realidad.
Éste es un elemento más que incide en la comunión con el otro y con el mundo. Todos
pueden sentir que en la poesía (en una poesía como la que preconiza Whitman) se cristaliza y
canta su hermanamiento. En este sentido y en lo que se refiere a los temas tratados por
Whitman, no es casualidad que en medio de este metapoético “Canto del respondedor”
vuelva a introducirse una enumeración con todos esos seres de la dinámica y democrática
realidad americana que tanto fascinaron al autor (el esclavo, el alto cargo político, los
obreros, los soldados, los marineros, los escritores, los artistas, emigrantes, ingenieros, el
caballero de impecable linaje, los marginados): la poesía, al cantarlos a todos a un tiempo,
los transforma en héroes de idéntica dignidad.
Para concluir, Whitman hace hincapié en que el verdadero ritmo y la auténtica belleza
de la poesía no habitan en la pura melodía de una forma sólo preocupada por sí misma. La
auténtica música y la excelencia estética de la poesía residen en la nueva forma por la que él
apuesta, en la que no importa el cómputo silábico, ni se hace ascos al neologismo ni a cuanto
sea preciso para mejor reflejar el dinamismo de la sociedad que el poeta quiere cantar.
Whitman sabe que la belleza habita en su poesía: no porque él cree tal hermosura, sino
porque acierta a transmitir las señales de lo bello que está en esos múltiples cuerpos, esas
diversas actividades vitales, esas distintas experiencias y esa naturaleza que lo rodean.
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 Individualismo
 Democracia, capitalismo, progreso, el
ferrocarril, optimismo
 Los trabajadores, los esclavos, las
mujeres, los indios, los viejos…
 Sexo, bisexualidad, el cuerpo y el
 América, nueva nación. El Destino
alma, antipuritanismo
manifiesto (presidente Monroe)
 Lo instintivo e irracional
 Guerra civil, canto al Norte y el Sur
 La naturaleza inmensa
 Escándalo, antieuropeísmo,
antiburgués, antielitista
 Panteísmo, exaltación, misticismo
 Verso libre y largo, casi prosa, sin
rima, versículos “bíblicos”
 Aliteraciones, paralelismos,
enumeraciones, ritmo, musicalidad
 Exclamaciones, preguntas retóricas
 Vitalismo, optimismo, energía vital y  Estilo hímnico, de letanía, solemne
“eléctrica”
 Lengua directa, no retórica
 Presentismo, aquí y ahora, “hic et nunc”
 Poeta nacional, de la colectividad,
del pueblo, profeta, bardo, vate.
 El héroe coral y el yo poético (1ª pers.)
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