Alma en la ciudad sin flores. Alma tenía 8 años y jamás había visto una flor, esa semana, el maestro, les había enseñado muchas fotos, donde salían montones de flores, con colores maravillosos, rojas, blancas, amarillas, violetas, pero en Ciudad Gris, donde vivía Alma, hacia mucho tiempo que nadie había visto una flor, la basura cubría las calles, el cielo era gris , todo era de color marrón y negro, no había ríos de agua clara, su ciudad estaba siempre sucia, todo el mundo contaminaba y nadie reciclaba nada, el papel, las latas y el vidrio estaban tirados en cualquier parte. Por eso. ese mismo día Alma decidió que había que hacer algo, viajaría fuera de Ciudad Gris y encontraría una flor, lo primero sería construir un coche rápido, así que recogió lo que necesitaba de las calles y con unas ruedas de bicicleta, una gran sabana, un asiento de autobús viejo y muchos plásticos, fue a casa de su abuelo y construyeron un maravilloso barco con pedales que se movería con la fuerza del viento, en la vela puso busco flores. A la mañana siguiente Alma salió en busca de su flor, al salir de Ciudad Gris, el cielo poco a poco se fue tiñendo de azul y empezaron a cambiar los marrones de la tierra por el verde, incluso podía respirar mejor. Iba contemplando el paisaje y de pronto había llegado a una nueva ciudad en su letrero se leía Ciudad Azul, era increíble, pensó alma, todo era de papel y cartón, las casas, las aceras, las fuentes y los bancos de los parques todo allí estaba reciclado, que maravilla, en su ciudad tenían que aprender mucho- pensó Alma-, así que fue hasta el ayuntamiento donde le pidió a su alcalde Don Papelón, vestido todo de papel de periódico, que volviese con ella a su ciudad para enseñarles a reciclar el papel y el cartón, Don Papelón acepto encantado pero le aconsejo a Alma que antes visitara las dos ciudades vecinas de Ciudad Azul, y así lo hizo, nuestra amiga. Muy cerca de la ciudad de papel se encontraba Ciudad Amarilla, otra bella ciudad toda entera hecha con latas de refresco, envases de plástico y bolsas, ¡Que imaginación! pensó Alma mientras contemplaba un edificio enorme todo hecho con latas de aluminio y un puente hecho con envases de leche, debo aprender más, visitaré a su alcalde y el vendrá conmigo a mi ciudad para que todo sea más limpio, visitó a Don Latón, y le pidió que volviese con ella a su ciudad para enseñarles a reciclar, este aceptó encantado y le aconsejó a alma que visitará la última ciudad, era Ciudad Verde un maravilloso espectáculo donde todo estaba hecho de vidrio de colores, donde las casas eran transparentes y todo brillaba con el sol, era preciosa, limpia y majestuosa ojalá mi ciudad tuviese este aspecto, dijo Alma en voz alta. Pregunto en la Plaza de la ciudad por el alcalde y dos simpáticos policías con gorros de vidrio azul la invitaron a montarse en su coche y acompañarla hasta el despacho de Don Botellón, alcalde de la ciudad, este la recibió encantado y le explicó como reciclaban el vidrio para que todo estuviese más limpio, Alma le pidió que la acompañase a su ciudad como a los otros dos alcaldes, y así fue recogiendo a los tres dirigentes, que por supuesto ya se conocían, y los tres le explicaron su secreto para tener unas ciudades limpias, llenas de alegría y flores, Don Papelón le contó como los tres compartieron su habilidad para reciclar y propusieron que en las tres ciudades se colocaran contenedores con el color de cada ciudad donde reciclar el papel, los envases, el plástico y el vidrio, la idea le encantó a Alma que volvió a Ciudad Gris con los tres alcaldes y allí le explicaron a su Alcaldesa Doña Contaminación el secreto del reciclaje, y esta encantada con la propuesta les sugirió añadir el contendor gris para el resto de la basura, ese mismo día empezaron a recoger la basura, el cielo volvió a ser azul y el verde apareció en los parques. Alma que se había olvidado de su flor, con tanto viaje, regresó a su casa un poco triste. No había podido ver ninguna flor, entonces la voz de sus papas sonó en el patio llamándola:- Alma corre ven, y al salir al patio no podía creer lo que veían sus ojos debajo de toda aquella basura, había un autentico arco iris de flores, rojas, rosas, blancas, violetas, naranjas, las flores siempre habían estado allí solo hacia falta reciclar y no tirar la basura en cualquier sitio, para que la naturaleza volviese a sonreír, igual que Alma.