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Fundamentos de una gestión sostenible para el manejo de aparatos eléctricos y
electrónicos en el fin de su ciclo de vida.
A. Introducción
Las empresas representadas en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la
República Argentina – Amcham –, que operan tanto a nivel local y mundial, estamos
convencidas de la necesidad del adecuado tratamiento y manejo de los aparatos
eléctricos y electrónicos en desuso (en adelante, “AEE en desuso”) y residuos de
aparatos eléctricos y electrónicos (en adelante, “RAEE”) en su fin de ciclo de vida.
Los aparatos eléctricos y electrónicos (en adelante, “AEE”) son diseñados y fabricados
de acuerdo a las exigencias ambientales del mercado global y los materiales utilizados
reflejan esta situación. Ejemplo de ello es la reducción de ciertas sustancias peligrosas
o la limitación en la utilización de ciertos materiales que componen estos AEE a nivel
mundial. Por esta razón es fundamental que la regulación sobre el manejo de los AEE
no cree barreras comerciales o conlleve a una discriminación de empresas o de
productos teniendo en cuenta la ya existente armonización internacional en la
fabricación/producción de tales AEE.
Los requerimientos para el manejo de los AEE en desuso deben combinar prácticas
marco a nivel mundial con aquellas implementadas localmente, ya que las mejores
prácticas de manejo son uniformes en los distintos países. Por consiguiente, resulta
necesario evaluar la situación local para encontrar los mecanismos más adecuados.
Asimismo, la regulación debe tener en cuenta los programas voluntarios y las políticas
internacionales de las empresas.
Proponemos abordar la gestión post-consumo desde una perspectiva autosustentable,
considerando a los llamados AEE en desuso como lo que verdaderamente son:
materias primas o recursos de nuevos insumos productivos. Esta óptica de solución
significa un cambio de paradigma, del residuo al recurso, permitiendo el desarrollo de
una economía de escala basada en la sustentabilidad de los recursos naturales,
evitando la generación de residuos y permitiendo la reincorporación de materiales
dentro de la cadena de producción de nuevos AEE, cerrando así el ciclo productivo de
una manera sustentable.
Este cambio de paradigma daría la base de sustentación para la creación de una
economía de escala, garantizando el volumen adecuado de materia prima o recurso.
Esto permitirá a mediano y largo plazo poder crear la infraestructura necesaria, a
través de una industria de reciclado autosustentable y/o reutilización, actualmente no
disponible.
B. Alcance del sistema de gestión post-consumo
Es necesario contar con una clara definición de AEE, AEE en desuso, y de RAEE.
De acuerdo al Convenio de Basilea sobre Desechos, por “desechos” se entienden las
sustancias u objetos a cuya eliminación se procede, se propone proceder o se está
obligado a proceder en virtud de lo dispuesto en la legislación nacional (articulo 2). Es
decir, el convenio de Basilea sujeta el concepto de desecho a la legislación interna.
Es importante definir el significado de AEE en desuso (material potencialmente
valorizable) y cuando este último se convierte en RAEE (no valorizable y destinado a su
disposición final).
El concepto de RAEE esta basado en la idea de abandono o descarte por su poseedor
(gestor o consumidor) cuando, desde el punto de vista económico, deja de tener valor
(intención de deshacerse).
Por otra parte una de las características de los AEE en desuso es su potencial de
aprovechamiento y valorización en un ciclo económico, ya sea para su
reacondicionamiento y reuso o para su reciclado, dependiendo de la viabilidad y las
políticas empresariales. El poseedor no lo descarta, sino que lo entrega para que se
transforme en un nuevo bien, es decir que aún tiene un valor y puede formar parte de
un circuito económico, cumpliendo con uno de los fines bajo los cuales el AEE fue
creado considerando el eco-diseño1. La entrega de un AEE en desuso para que vuelva a
formar parte de un bien fomenta la introducción de nuevas características y diseños
sustentables. Un AEE en desuso, concebido bajo el concepto de eco-diseño, no es un
RAEE porque aún no ha perdido su finalidad de ser revalorizado.
Los AEE contienen elementos valiosos que justifican el reciclado de muchos de sus
componentes, evitando así extraer materiales vírgenes y conservando los recursos
naturales. Por este motivo es fundamental que, una vez iniciado el proceso de
transformación, es decir cuando los productos son desensamblados, los distintos
materiales sean clasificados a fin de establecer el manejo adecuado para cada uno de
los distintos tipos de materiales. Los materiales no valorizables formarán parte de los
RAEE, que deberán ser enviados a una disposición final ambientalmente adecuada. Por
otro lado, los materiales valorizables se introducirán en un circuito económico
nuevamente.
Sería un error clasificar la totalidad del AEE en desuso y/o el RAEE como una subcorriente de residuos peligrosos ya que la mayoría de sus componentes no lo son. La
industria, bajo el principio de reducción en la fuente y el eco-diseño, realiza grandes
inversiones en la sustitución de sustancias peligrosas. Por lo expuesto anteriormente,
una clasificación errónea incrementaría innecesariamente los costos de todo el
proceso de gestión impactando en el precio al consumidor.
1
El concepto del eco-diseño es clave en este sentido. En eco-diseño y la introducción progresiva de
materiales reciclados y reciclables en los AEE, ya indica que la finalidad del equipo en su etapa postconsumo es volver a ser introducido en el ciclo económico. Es decir, el fin de un producto diseñado bajo
el concepto del eco-diseño es ser usado y valorizado.
Por consiguiente, siendo inadecuada la aplicación actual del concepto de residuos
peligrosos a todo el proceso de gestión de AEE en desuso y RAEE, se debe definir en
forma primordial este tema. A tal fin, es necesario contar con la participación y
consenso de las autoridades nacionales, provinciales y locales para asegurar el
funcionamiento de la recolección, almacenamiento, tratamiento, disposición final y,
por sobre todo, el transporte interjurisdiccional de los AEE en desuso y RAEE en el país.
Es necesaria la creación de la clasificación de los AEE en desuso y RAEE.
Asimismo, es de suma importancia armonizar la legislación argentina con las normas
internacionales vigentes cuando están pudieran ser implementadas de acuerdo a la
contexto y la infraestructura existente a nivel mundial.
C. Responsabilidades
Cada actor debe hacerse responsable únicamente por la porción de la cadena de valor
que esté directamente bajo su influencia. Tal es así que los fabricantes,
ensambladores, importadores, distribuidores, comercializadores mayoristas y/o
minoristas, gestores (ya sean acopiadores, transportistas, operadores, tratadores y/o
exportadores), usuarios, organizaciones no gubernamentales y/o las autoridades
(nacionales, provinciales o locales), en adelante “Actores de la cadena de valor”, tienen
roles a desempeñar durante el ciclo de vida de los AEE, desde su diseño hasta la
valorización de materiales y/o la disposición final.
Esto requiere un esfuerzo que permita compatibilizar las normas existentes con las
nuevas regulaciones. Asimismo es necesario garantizar la seguridad jurídica de la
industria y su cadena de comercialización mediante una clara definición de
responsabilidades de cada uno de los actores intervinientes en la cadena.
La regulación debe permitir diferentes sistemas de gestión post-consumo y proveer
soluciones del ciclo final de vida de los productos para promover la mejora continua en
temas ambientales y económicos.
La transparencia en este proceso y la necesidad de que todos los actores informen
sobre los productos recolectados, reciclados y revalorizados es importante para la
sustentabilidad del sistema.
Los Actores de la cadena de valor deben participar activamente en la toma de
decisiones, especialmente cuando se evalúan mecanismos de tasas, contribuciones,
impuestos, exenciones y/o normas para solventar el costo de la manipulación del
material recogido.
1.
Responsabilidad Compartida
Uno de los pilares fundamentales para el éxito de un sistema dinámico para la gestión
de los RAEE es la incorporación “entre los objetivos de la regulación” del concepto de
“responsabilidad compartida”, que es la base para la consolidación de las políticas
destinadas a la implementación del principio de “responsabilidad extendida del
productor”.
Como antecedente cabe mencionar el reciente proyecto de ley aprobado por Brasil en
el cual se introduce el concepto de responsabilidad compartida y se asignan
responsabilidades individualizadas a cada uno de los actores. Asimismo, en el
Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos Electrónicos de Costa Rica se
incorpora este concepto como uno de los pilares que sustentará todo el sistema.
Como un primer acercamiento a este concepto, podríamos afirmar que el principio de
responsabilidad compartida señala que la gestión integral de los AEE en desuso implica
corresponsabilidad social que requiere de la participación conjunta, coordinada y
diferenciada de los Actores de la cadena de valor. Siendo responsable cada uno de los
actores involucrados según su rol dentro de la cadena de valor.
2.
Responsabilidad Extendida del Productor (REP)
Dentro del esquema de responsabilidad compartida, la REP es la porción de
responsabilidad que le corresponde a los productores de AEE. Se entiende como
productor de AEE a toda persona física o jurídica que fabrique y/o importe y/o
ensamble aparatos eléctricos y electrónicos, con o sin marca propia, dentro del
territorio nacional.
El principio de “responsabilidad extendida del productor”, es entendido como el
principio de política ambiental mediante el cual la responsabilidad del productor se
extiende a todo el ciclo de vida del producto, desde su diseño hasta su valorización y
disposición final.
Es fundamental mencionar que el alcance de los objetivos de la REP requiere la
colaboración de todos actores involucrados (responsabilidad compartida). Para
que un programa de REP sea exitoso, se requiere la colaboración por parte de
toda la sociedad. Por lo tanto, una iniciativa basada en la REP no es viable sin la
Responsabilidad Compartida y particular de cada uno de los actores intervinientes
en el sistema.
La responsabilidad extendida del productor, para ser efectiva, debe:
- promover la gestión ambientalmente más adecuada de los productos desde su
concepción hasta el fin de su vida útil
- diferenciar los productos nuevos de los históricos
- garantizar la responsabilidad de todos los actores de la cadena de valor,
evitando la aparición de nuevos productos sin marca o destinados a ser
huérfanos
Este principio de responsabilidad extendida del productor se puede materializar en
sistemas individuales o sistemas colectivos de gestión de los AEE en desuso. La
legislación debiera ser flexible en cuanto al tipo de sistema elegido por el productor
para cumplir con su responsabilidad, ya sea individual o colectiva.
D. Principios básicos en la gestión de proveedores de reciclado
Para el reciclado de los AEE en desuso deben seleccionarse empresas que cumplan
adecuadamente con los requerimientos legales y con las buenas prácticas
operacionales. Tales empresas deben también cumplir mínimos estándares de ecoeficiencia respecto de sus procesos para la valorización (reacondicionamiento y reuso)
y/o el reciclado y del flujo de distribución que utiliza.
Al final del ciclo de vida los AEE en desuso deben ser valorizados con prácticas
ambientales reconocidas. El reciclado efectivo completa y cierra el ciclo de vida.
Existen 3 piedras fundamentales importantes que constituyen el cimiento sólido en el
control eficiente del AEE en desuso:
1- Industria del reciclado y de la valorización (reacondicionamiento y reuso)
Requerimientos necesarios:

•
•
•
•
Es conveniente la implementación de una adecuada tecnología de valorización
y reciclado desde el inicio. Esto garantizará resultados de alta calidad desde el
proceso de valorización y/o reciclado hasta la cadena de suministro de los
materiales recuperados.
La competencia abierta en la industria de la valorización y del reciclado nutrirá
la innovación técnica. Esta competencia permitirá libertad de elección a todos
los grupos de interés para seleccionar el mejor valorizador y/o reciclador
posible, dependiendo de los fines y objetivos del negocio, creando economías
de escala adecuada.
El cuidado ambiental y la calidad deben garantizarse con normas ajustadas de
valorización y reciclado que cubran la totalidad del proceso.
A través de un claro y definido marco normativo/legal deben fortalecerse: los
mecanismos de autorización que deben ser transparentes y rigurosos pero no
complejos, los recursos económicos a ser provistos por los estados nacionales,
provinciales y/o locales (subsidios, préstamos, créditos, etc.). Todo ello a fin de
atraer la inversión de capitales nacionales e internacionales y facilitar el acceso
a nuevos emprendedores que alentarían la incorporación de infraestructura y
el alcance en el menor tiempo posible de altos grados de formalidad en el
sistema.
Debe considerarse la vinculación entre el desarrollo de infraestructura y los
movimientos interjurisdiccionales, en cuanto a la rentabilidad económica de los
procesadores locales. La restricción de movimiento de materiales recuperables,
incide en las posibilidades de crecimiento de la industria local. Por
•
consiguiente, se reitera el caso de provincias y países con prohibiciones de
ingreso de residuos peligrosos que debe ser tenido en consideración, atento a
que dificulta la posibilidad de que inversionistas generen mayor infraestructura
local.
Mientras que es posible implementar la infraestructura para el desarmado en
la mayoría de los países, es necesario tener en cuenta que parte del proceso de
reciclado y valorización de materiales requiere de determinadas escalas que
algunos mercados por si solos no pueden proporcionar. Debido a esto, es
imprescindible que los países de la región generen marcos que propicien la
cooperación y se individualicen y promuevan establecimientos especializados
estratégicos regionales (ej, fundiciones de metales), evitando la generación de
mayores impactos, por ejemplo emisiones de CO2.
Es importante resaltar que en la actualidad no existe en la Argentina una industria de
reciclado y valorización capaz de procesar los volúmenes de residuos que varios
proyectos de ley intentan abarcar.
2- Red de recolección e infraestructura
Requerimientos necesarios:
•
•
•
•
La recolección debe ser estructurada para aportar volúmenes e insumos de
materia prima que permitan el proceso de valorización y reciclado.
La recolección separada/diferenciada de AEE en desuso garantizará el volumen
y la calidad de los materiales para los posteriores procesos de reciclado y
valorización de dispositivos electrónicos.
La estructura de soporte básica debe estar constituida por los sitios de
recolección regionales/ municipales.
La recolección complementaria será la operatoria creada a través de iniciativas
que implementen sectores industriales o la de los productores de AEE,
específicos para sus productos.
3 – Otras actividades de respaldo
Requerimientos necesarios:
• La claridad en la legislación relacionada con la recolección, valorización y
reciclado deberá conducir a la división óptima de responsabilidades y nutrir a la
innovación en la cadena de valor.
• Las autoridades deben establecer un sistema de registro, autorización,
fiscalización y certificación de empresas de reciclado que operan en su área.
Esto dará visibilidad y transparencia al sistema y también garantizará a los
diferentes grupos de interés que pueden confiar en la gestión realizada por
esta cadena de suministro.
• La concientización que se crea a través de toda la cadena de valor es
importante para el éxito de cualquier sistema de gestión de AEE en desuso.
• Se necesita un marco de control y lineamientos claros respecto a los
movimientos transfronterizos de AEE en desuso y RAEE, de forma tal de
asegurar movimientos interjurisdiccionales, exportaciones, e importaciones de
manera legal, e interpretando adecuadamente las obligaciones del Convenio
de Basilea y otras normativas que se establezcan tanto a nivel municipal,
provincial, nacional y/o regional.
E. Adopción de estándares técnicos para el manejo de AEE en desuso y RAEE
Es necesaria la elaboración de estándares técnicos mínimos y protocolos de manejo
adecuados para los mecanismos de gestión de AEE en desuso y RAEE, los cuales
deberán ser integrados dentro del marco jurídico y contemplar todas las etapas dentro
del ciclo de transporte, desensamble, valorización, reciclado y disposición final.
F. Necesaria diferenciación de las Pilas y Baterías en desuso
Dada la especificidad propia de las pilas y baterías, determinada por la normativa
vigente, se debe tener en cuenta que las mismas en desuso deben ser gestionadas en
forma autónoma y diferenciada de los AEE en desuso y RAEE.
G. Armonización con normas internacionales y nacionales
Es fundamental la armonización de la legislación nacional con las normas
internacionales, por ejemplo en lo que respecta a la clasificación y control de
sustancias, etiquetado, etc., cuando estas pudieran ser implementadas de acuerdo al
contexto y la infraestructura existente. Lo contrario impedirá disponibilidad de
productos y procesos que siguen criterios globales.
Además es importante que la legislación nacional, provincial y municipal/local estén
armonizadas, por lo que se recomienda la sanción de una ley de presupuestos mínimos
de AEE en desuso y RAEE a fin de facilitar la gestión eficaz de los mismos.
H. Conclusiones
Resulta indispensable al momento de elegir un modelo de gestión:

Clasificar adecuadamente los AEE en desuso y RAEE. Un Aparato Eléctrico y
Electrónico en desuso (AEE en desuso) constituye un material potencialmente
revalorizable en el ciclo económico, ya sea para su valorización
(reacondicionamiento y reuso) o para su reciclado. Un AAE en desuso se
convierte en un RAEE cuando deja de tener valor y es enviado a su disposición
final.

Adecuar los requerimientos a la infraestructura disponible de la industria del
reciclado y de la valorización. El Estado debe fomentar dicha industria en forma
perentoria.

Incorporar los sistemas de gestión voluntarios, permitiendo la autorregulación
de la gestión privada. Cabe destacar que en Argentina se han implementado
varias iniciativas privadas voluntarias.

Tener en cuenta que no todos los AEE son iguales y que los sistemas pueden
ser subdivididos en subsistemas específicos como equipos de tecnología
informática o comunicaciones ya que seguramente cada subsistema tendrá su
industria de reciclado con características propias.

Las pilas y baterías en desuso deben ser legisladas y gestionadas en forma
autónoma y diferenciada de los AEE en desuso y RAEE.

Contar con procesos iniciales que permitan realizar diagnósticos para el
establecimiento de regulaciones exitosas en materia del manejo sustentable de
los AEE en desuso (Pruebas Piloto). Cualquier implementación de Programas de
Gestión debe ser realizada en forma progresiva y escalable, a partir de puntos
de control de los resultados.

Contar con un marco de control y lineamientos claros respecto de los
movimientos interjurisdiccionales y procesamiento de AEE en desuso y RAEE.

Armonizar la legislación nacional, provincial y municipal/local entre si y con
normas internacionales, cuando estas pudieran ser implementadas de acuerdo
al contexto y la infraestructura existente. A tal fin se recomienda la sanción de
una ley de presupuestos mínimos de AEE en desuso y RAEE acorde a los
principios remarcados en el presente documento.
La participación del Estado es importante, aún en los casos de programas voluntarios,
apoyando el desarrollo de soluciones por parte de la industria, diseñando las políticas
adecuadas, estableciendo los lineamientos legales y normativos que el sistema
requiere para su funcionamiento y cumpliendo su rol de educador, fiscalizador y
contralor.
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