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A LOS VEINTISIETE AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SANDINISTA
(1979-2006)
(Homenaje a quienes vivieron el triunfo y a quienes no lo consiguieron)
María Dolores Ferrero Blanco
Universidad de Huelva
Índice:
1. Introducción
2. Los antecedentes: la oposición a los Somoza
3. Pensamiento político e ideología de la revolución
4. El carácter de la revolución
5. Un tema nuclear de la revolución: la propiedad de la tierra y la necesidad de una Reforma
Agraria
5.1. El contexto económico y la estructura de la propiedad
5.2. Los objetivos y la práctica de la Reforma Agraria
5.3. La cuestión de la titulación de las tierras y la participación del campesinado en “la
contra”
5.4. La transición de 1990 y los últimos cambios de los sandinistas: el
controvertido tema de “la piñata”
6. La situación actual y la herencia de la revolución
***
1. Introducción
Las últimas elecciones nicaragüenses, del pasado noviembre, han dado el triunfo, aunque
raquítico, a unas siglas -FSLN- tan cargadas de significado desde la década de 1960 que, sin
embargo, actualmente están desprovistas por completo del contenido que entonces tuvieron. Sólo
representan ahora al actual grupo parlamentario a cuya cabeza sigue el que fuera un líder
emblemático de la revolución, Daniel Ortega1. El nombre del máximo líder de 1979 es el mismo,
pero la persona y los principios del grupo al que representa han cambiado por completo.
El resto de los líderes y compañeros de entonces, que tantos años de dureza y clandestinidad
vivieron, no están ya en ese partido, sino muertos, escépticos o agrupados en el Movimiento
Renovador Sandinista (MRS) que ha quedado en un modesto cuarto lugar en la pasada consulta
electoral. Sería realmente interesante realizar un estudio sobre la “inercia del voto” y la fidelidad
ciega a un partido o a un recuerdo. Quizá el grado de analfabetismo del país, los intereses pactistas
1
Durante la legislatura anterior, Arnoldo Alemán -ex presidente de Nicaragua- fue juzgado y condenado a la cárcel por diferentes
delitos y un desfalco que alcanzó los 100 millones de dólares. En aquellos momentos, Daniel Ortega se valió de su control del poder
judicial para hacer un pacto con Alemán y pactar una reforma constitucional por la cual se reducía el porcentaje electoral del 45% al
35%, para poder pasar a 2ª vuelta en las elecciones Consecuencia de esto ha sido que Ortega ha ganado con el 38% de los votos,
después de la mencionada reforma.
La otra gran causa que ha originado la vuelta de Daniel Ortega al poder ha sido la división de la derecha. La derecha unida
hubiera alcanzado el 55,41%, repartida entre los seguidores de Alemán (27,11%) y los disidentes (28,3). Pero esa unión hubiera
condenado a Alemán a la cárcel por su pérdida de influencia para poder pactar con Ortega sus favores judiciales. Por ello, ahora, el
FSLN -el partido de Ortega- va a necesitar seguir pactando con el partido de Alemán para poder gobernar, a la vez que ese pacto es
el único motivo que mantiene a Alemán fuera de la cárcel por causa de la inmunidad parlamentaria. Estos dos datos son
suficientemente indicativos de la evolución de aquel que luchando antaño por sus ideales, llegó a pasar siete años en las cárceles de
Somoza.
1
liberales del ex-presidente Arnoldo Alemán y el voto cautivo, preso de la memoria de los muertos
de la guerra posterior a la revolución, explicarían una gran parte de esos resultados2.
Los objetivos de aquella revolución hoy apenas se recuerdan. Nicaragua ya no está de
moda, pero su situación no sólo no ha logrado enderezarse, sino que empeora a pasos
agigantados. Por poner un ejemplo, en un aspecto tan fundamental como la alfabetización,
entonces, durante seis meses, más de 100.000 jóvenes abandonaron sus estudios, paralizaron
Nicaragua y se fueron a las montañas y a los más recónditos lugares a enseñar a leer y escribir
a los campesinos. Y se logró reducir el analfabetismo del 51% al 12%, aunque en la
Nicaragua de 2006 se ha vuelto a alcanzar un 35%.
El país, formalmente, goza hoy de una democracia teórica donde en realidad la política y
la empresa se confunden en un juego de prebendas y favores y hasta el narcotráfico empieza a
irrumpir con liberaciones sorprendentes y financiaciones ilegales. Mientras tanto, el 50% de la
población vive con menos de 70 córdobas (menos de un dólar) al día y un 27% padece
desnutrición.
El salario que se cobra en las maquilas va contra el art. 85 del Código del Trabajo que
obliga a pagar cuando menos lo equivalente a lo que se precisa para la supervivencia diaria,
lo que se ha llamado “la canasta básica”3. El número de horas trabajadas y de horas
extraordinarias atentan igualmente contra el art. 51 y contra el 58…pero el principal y más
grave problema es que existen listas negras de empleados que son despedidos por ser
sindicalistas y que son distribuidas entre las empresas de maquilas. La posición de
desconocimiento de sus derechos por una población analfabeta o semianalfabeta es
aprovechada por los empresarios ante los que hacen la vista gorda los gobiernos necesitados
de mantener como sea a su población ocupada.
De los actuales líderes del FSLN, algunos casos concretos bastarán para justificar las
anteriores afirmaciones: Daniel Ortega, Bayardo Arce y Tomás Borge son actualmente la
cúpula sandinista y, resumiendo, esta sería su posición actual: Tomás Borge, el único de los
Comandantes fundadores del FSLN que sobrevivió y pudo disfrutar del triunfo 15 años
después del inicio de su lucha, amigo de poetas, novelistas y él mismo autor de discursos
bellísimos, es hoy uno de los personajes más desprestigiados del país y al que todo el mundo
conoce como “nuevo millonario”. Bayardo Arce Castaño, ex-dirigente de la Revolución como
el anterior, hoy maneja un conjunto de compañías con beneficios incalculables, de acuerdo
con investigaciones del diario La Prensa4. Y, por supuesto, el propio Daniel Ortega -también
en excelente posición económica- y del que ya hemos dado suficientes referencias sólo con
mencionar su pacto con un ex-presidente acusado de apropiarse de 100 millones de dólares y
con haber recordado algunos datos de la actual situación socio-económica de la Nicaragua que
ha venido presidiendo. Como recordó hace poco Alfredo Millá –ex-cooperante en Nicaragua
y actual coordinador de la Casa de las Américas de Alicante- parafraseando el verso de Gil de
Biedma, pero refiriéndose a esos comandantes que luego olvidaron a los nicaragüenses, “ellos
creían querer ser poetas, pero en el fondo querían ser poemas. Poemas de desencanto”5.
2
Se estima que la guerra que aplastó la revolución causó 50.000 muertos, unos 100.000 heridos y 250.000 desplazados. En
los momentos más duros de la misma, se tuvo que dedicar el 60% del presupuesto del país a financiar el gasto militar.
3
Las maquilas son las fábricas que hay en la mayoría de los países de Centroamérica dedicadas a la producción de la mayor
parte de los productos de las grandes marcas norteamericanas. Se calcula que en Nicaragua se ha alcanzado ya la cifra de
80.000 empleados en estas fábricas.
4
Tras la derrota electoral de los sandinistas en 1990, Arce quedó a cargo del llamado patrimonio del Frente Sandinista de
Liberación Nacional (FSLN). El “patrimonio” era para sobrevivir como fuerza política e incluía bienes inmuebles, recursos
financieros, acciones en sociedades, empresas y otros que fueron tomados del Estado como bienes del partido. Pero
actualmente los disfruta como propiedad particular. Tanto Sergio Ramírez Mercado, ex vicepresidente de Nicaragua en
aquella época, como Henry Ruiz, ex miembro de la Dirección Nacional del FSLN, así lo han admitido públicamente. La
Prensa, 16-5-2005.
5
MILLÁ, A.: “Resistiendo...en Nicaragua”, en Malinche, número 01, 2ª época, octubre, 2006. Revista de la Casa
de las Américas. Alicante, 2006.
2
Por todo ello, hoy queremos traer a la memoria una insurrección que conmovió al
mundo y que dio a conocer al planeta entero a un diminuto país que se levantó y se jugó la
vida para recuperar su dignidad. Para ello hemos contado -además de un extenso número de
fuentes documentales y bibliográficas- con otra fuente oral de excepcional importancia: las
entrevistas que generosamente nos concedieron los componentes de los primeros gobiernos
sandinistas, después del triunfo de la revolución6.
2. Los antecedentes: la oposición a los Somoza
La revolución sandinista fue una explosión de rebeldía inevitable en una sociedad
mayoritariamente denigrada por una férrea dictadura. Cuando el 19 de julio de 1979, tras largos y
costosos esfuerzos, el FSLN entra en Managua y toma el poder la Junta de Gobierno, se abre la
esperanza de una nueva vida por estrenar. La revolución había triunfado7. Sin embargo, hablar de
ese día victorioso podría opacar momentáneamente el largo proceso que conduce hasta él, cuyo
conocimiento es tan necesario para la correcta valoración de su significado.
El inicio había sido mucho tiempo atrás. Desde la primera rebelión contra el régimen, en
1944, dio comienzo una fuerte oposición a la dictadura de la familia Somoza (1937-1979). En
1954, surge el primer complot que, descubierto, tendrá como consecuencia la muerte de los
hermanos Báez Bone y Pablo Leal, el exilio o asilo de algunos otros en Embajadas y la condena en
Consejo de Guerra de los restantes. A partir de esa fecha se suceden los atentados e intentos de
derrocar una dictadura que terminó por ser una de las más prolongadas y duras de toda América
Latina.
Las protestas, atentados, movimientos rebeldes o radicalmente revolucionarios que se
produjeron en todo el período fueron conformando unas actitudes de oposición clara a la dictadura
y, más concretamente, al somocismo.
Durante 20 años de manifestaciones de rechazo de los más diversos tipos, fueron
especialmente reseñables dos líneas de oposición: de una parte, la actitud de crítica infatigable de
Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, que había evolucionado desde acciones como la de 1959 de
Olama y Mollejones hasta delimitar su lucha desde el emblemático diario que fue el azote de los
Somoza en aquellos años, La Prensa8. Pedro Joaquín Chamorro fue un conservador atípico, no
identificable con el grupo que negociaba cuotas de poder con los liberales somocistas, sádicamente
6
Estas entrevistas, realizadas en Managua entre 2004 y 2006, fueron las siguientes:
-Entrevista a Roberto Cajina. historiador militar y asesor del Frente Sandinista en el proceso de transición y
desmovilización del ejército.
-Entrevista a Ernesto Castillo. Integrante del grupo de Los Doce. Procurador General de Justicia al triunfo de la
revolución.
-Entrevista a Dora María Téllez. Comandante Dos en el asalto al Palacio Nacional; Comandante Guerrillera.
Vicepresidenta del Consejo de Estado entre 1980-1984. Ministra de Salud entre 1985-1990.
-Entrevista a Ernesto Cardenal. Ministro de Cultura entre 1979-1984.
-Entrevista a Jaime Wheelock. Miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista. Ministro de la Reforma Agraria.
Director del MIDINRA (Ministerio de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria).
-Entrevista a Sergio Ramírez. Escritor e integrante del grupo de Los Doce. Vicepresidente del Gobierno Sandinista entre
1984 y 1990.
-Entrevista a Henry Ruiz, “Comandante Modesto”. Ministro de Planificación entre 1980-1985. Ministro de Cooperación
Externa (de nueva creación) entre 1985-1990.
-Entrevista con Miguel Ernesto Vijil. Ministro de la Vivienda de 1979 a 1988.
-Entrevista al Padre García Laviana, publicada por “Uno más Uno”, 31-12-1978, México, citada por El camino hacia
nuestra liberación. Centro de Investigaciones Históricas UNAN, Ministerio de Cultura, Managua, julio, 1980.
-Entrevista a Antonio Lacayo. Ministro de la Presidencia en el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.
7
La Junta de Gobierno estuvo compuesta por Violeta Barrios de Chamorro, Moisés Hassan Morales (MPU), Alfonso Robelo
(MDN), Sergio Ramírez Mercado (grupo de LOS DOCE) y Daniel Ortega (FSLN).
8
La denominada “invasión de Olama y Mollejones” fue una entrada en avionetas desde el exilio en donde fallaron los contactos
interiores. Desde fechas recientes es posible estudiar el pensamiento político de Pedro Joaquín Chamorro a través de los editoriales
de La Prensa, que escribió durante toda su vida activa, mediante dos CD editados por el Instituto de Historia de Nicaragua y
Centroamérica (IHNCA-UCA). Los CD están organizados como una base de datos en la que se distinguen los artículos referidos a
Política, Historia, Medio Ambiente…etc., lo que facilita sobremanera el conocimiento de las opiniones del autor sobre los más
diversos temas
3
torturado en las cárceles de la dictadura y cuya muerte en diciembre de 1978 fue la señal de salida
del último estallido popular que pondría fin a la tiranía9; de otra parte, la trayectoria
sorprendentemente paciente, cuidadosa, disciplinada y, finalmente, tan eficaz, del FSLN desde su
nacimiento en 1961 hasta que logra encabezar y aglutinar el movimiento de oposición interclasista
que llevará al triunfo de la revolución.
La historia no permitió a Nicaragua configurar una verdadera clase media, tan necesaria
como “colchón” amortiguador de las tensiones entre los que poseían grandes riquezas y los que
apenas cubrían sus necesidades básicas. La continuada intervención de los EE.UU. y el apoyo
tácito a unos grupos que secundaban sus intereses, dio lugar a una firme brecha entre los que
tenían y los que no tenían, aunque un pequeño grupo intermedio sería capaz de concebir a un
personaje como Anastasio Somoza García al que se unieron muy pronto aspirantes a enriquecerse,
por un lado, y obreros y trabajadores asalariados fascinados por su demagogia, por otro10. El
historiador militar Roberto Cajina lo expresa de forma muy ilustrativa:
…“Hubo un grupo intermedio: los que aspiraban a tener, a los que se llamó los ‘mengalos’,
asociados en la historia de Nicaragua a los artesanos, que hubiera sido una posible futura clase media. Se
ponían un sombrero, una chaqueta de fieltro y un bastón, pero no una gabardina como hacía el
aristócrata. Tendrían un club social, pero no con las condiciones de la aristocracia. Somoza irrumpe en
ese contexto, que no es el suyo y en el que se le rechaza, pero algunos ‘mengalos’ se asimilan a esa
propuesta somocista, a esas filas por lo que él los favorece y los convierte en sus apoyos Al final, la
ausencia de un proceso de industrialización real entre los años cincuenta y sesenta en Nicaragua, deja a
la sociedad dividida entre los propietarios y asalariados sin ninguna conciencia del sector al que
pertenecían. No había manera de ubicarse: el aristócrata tenía su club, pero Somoza no era aceptado y
crea el suyo propio para su círculo. A ese club se apegaron obreros que terminarían por distorsionar al
movimiento obrero de Nicaragua”11.
Esa novedad de incorporar -por supuesto a “su manera”- a las masas obreras y campesinas a
la política nicaragüense era una ruptura con la política tradicional y formó parte de los esfuerzos
de Anastasio Somoza García por hacerse un hueco en un mundo en el que le era difícil integrarse y
para lo que necesitó encontrar compañeros, aunque fueran de los más heterodoxos. Realizó una
extravagante mezcolanza algunos “toques de marxismo clásico” que le presentaban como
“protector y aliado estratégico de la clase trabajadora”; parciales discursos del “modelo” fascista,
para atraerse a los criollos familiarizados con el caudillismo y, por último, ciertos rasgos del
liberalismo de corte estadounidense, con el fin de no perder ese respaldo fundamental y ser
reconocido por aquellos a quienes de verdad deseaba beneficiar. En realidad eran las políticas y
orientaciones económicas subsecuentes al “crac de 1929”: el fascismo-nazismo en Italia y
Alemania, el socialismo adoptado por la URSS y algunos otros países centroeuropeos durante el
período de entreguerras y, junto a ellos, la democracia liberal de los EE.UU., con los componentes
adicionales que le imprimió la política de Roosevelt y su New Dealt.
Las tres corrientes tuvieron su representación en Nicaragua y de las tres bebió Somoza.
Hasta el modelo fascista tuvo su versión nicaragüense en el conocido Grupo Reaccionario o
Camisas Azules, encabezado por jóvenes de ilustres de tradicionales familias conservadoras, uno
9
Ver a propósito del tratamiento en la cárcel somocista y las torturas infringidas en dicho régimen penitenciario; CHAMORRO, P.
J.; Estirpe sangrienta: los Somoza. Managua: Fundación Violeta B. de Chamorro, 2001.
10
Fruto de esa demagogia fue la emisión de un Código del Trabajo, lo que no le impidió, sin embargo, actuar siempre en defensa
de los intereses de los empresarios Sólo hostigó a algunos que le incomodaban y expropió a los caficultores alemanes con la excusa
de su posición contraria a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Fue el principio de la acumulación de sus propiedades y de su
fortuna personal. WALTER, K.: The Regime of Anastasio Somoza, 1939-1956. Chapell Hill & London: The University of North
Carolina Press cap. IV, pág. 190. Para mayor información sobre las relaciones e historia de los alemanes, ver: VON HOUWALD,
G.: Los alemanes en Nicaragua. Managua: Fondo de Promoción Cultural del Banco de América. Colección Cultural, Serie
Histórica, nº 2, 1975.
11
Entrevista con Roberto Cajina, historiador militar y asesor del Frente Sandinista en el proceso de desmovilización de 1990,
autor de la obra Transición política y reconversión militar en Nicaragua, 1990-1995. Managua, Ed. CRIES, 1996.
4
de los cuales, Luis Alberto Cabrales, llegó a llamar a Somoza “Ungido de la Providencia”12.
William Krehm relaciona a ese grupo especialmente con España y recuerda que Somoza reconoció
a Franco cuando aún se encontraba en las afueras de Madrid y, de hecho, él denominó al Grupo
Reaccionario “la rama nicaragüense de la Falange española”13.
Del socialismo aprovechó la imagen y el lenguaje que podía aproximarle a los obreros y
ganar adeptos para su causa y, de su particular liberalismo, Knut Walter señala que es en el
Discurso de Horacio Espinosa de 1935, en el Ateneo Militar de Managua, donde se aprecia mejor
esa interpretación personal14. Según su versión, el liberalismo, que había evolucionado tras la
crisis de 1929, del simple reconocimiento del individualismo a la reclamación de los derechos
colectivos, fue hábilmente readaptado por Somoza. El nuevo objetivo de proponer programas
encaminados a la justicia social y al desarrollo de nuevas organizaciones sociales y económicas,
como había hecho Roosevelt en EE.UU -su “moderado socialismo de Estado”- llevó a Somoza a
prometer tierra a los campesinos desheredados, apoyo estatal al comercio y a la industria, y a
procurar ciertas consideraciones especiales a la clase obrera”15. Por descontado, en ese “apoyo
estatal al comercio y a la industria” estaba teniendo muy en cuenta a los propietarios
nicaragüenses, a los que dejaba claro que habría que “lograr una síntesis de ciertos aspectos del
capitalismo imperante, al que no debemos ni queremos eliminar, con ciertos aspectos del
colectivismo”16.
Cada vez más, el somocismo se había ido apoyando en la fuerza represiva de su Guardia
Nacional, junto a esa clase a la que beneficiaba y con la que compartía negocios. Pero después del
terremoto de 1972, la codicia de Anastasio Somoza Debayle le llevó a introducirse en los sectores
financieros y esas actitudes fueron creando un resentimiento y una decisión cada vez más
irreversible de terminar con el régimen al precio que fuera. Miguel Ernesto Vijil, ministro de la
Vivienda entre 1979 y 1988, lo describe sintéticamente:
“Anastasio Somoza fue tan voraz después del terremoto de 1972 que la burguesía nicaragüense,
que antes había convivido con ellos, en aquel “comer y comamos”, empezó a ponérsele en contra porque
ya no daba oportunidades a nadie y quiso acaparar todos los negocios. Y eso hizo que la burguesía
nicaragüense empezara a pensar que cualquier solución era mejor que Somoza. Eso fue lo que provocó
que se diera aquella gran unidad nacional para sacar a Somoza del poder en 1979. Las raíces de la caída
de Somoza están en esa voracidad”17.
Y la misma idea se repite en las reflexiones de Ernesto Castillo, uno de los integrantes del
“Grupo de Los Doce” y Procurador General de Justicia posteriormente18:
…“Cuando el terremoto de 1972, las donaciones liquidables, por supuesto, se las embolsaba
Somoza directamente o las utilizaba para crear sus propias empresas para que hicieran el trabajo de
reconstrucciones Pero el negocio fundamental fue el manejo de la tierra, porque sabía dónde se iba a
impulsar la construcción. Él sabía donde se iba a crear un reparto (barrio, urbanización) nuevo y ahí
obligaba al dueño a venderle eso como fuera y en la cantidad que él fijaba o si no se lo quitaba porque iba
a ser un negocio. Por eso fue con motivo del terremoto cuando pasa a impulsar sus negocios financieros,
sus bancos y sus sociedades. Financia la compra de tierras y la reconstrucción de todo el país. Pasa de ser
12
ESGUEVA, A.: “Conflictos y paz en la Historia de Nicaragua”. Managua: Taller de Historia, nª 7, pág. 53. IHNCA, 1999.
En el despacho oficial de Somoza abundaban las fotografías de Franco, Hitler y Mussolini, aunque, más adelante, serían
sustituidas de modo muy oportuno por las de Roosevelt en exclusiva. KREHM, W-De la SELVA, S.: Nicaragua en la
primera mitad del s XX. Managua: Ed. Populares, 1976. (Originalmente en KREHM, W.: Democracia y tiranías en el
Caribe, 1949, capítulo referido a Nicaragua).
14
WALTER, K., Op. Cit., pp. 79 y ss.
15
Hoja de propaganda titulada “¿Por qué soy somocista?” En la campaña electoral de 1935, citada por WALTER, K., Op.
Cit. Pág. 81.
16
Discurso de Horacio Espinoza en el Ateneo Militar de Managua. Ibidem, pág. 80.
17
Entrevista con Miguel Ernesto Vijil.
18
El Grupo de Los Doce nace en octubre de 1977 y estaba compuesto por personas de reconocido prestigio en Nicaragua y
no militantes de ningún partido político (al menos explícitamente). Se creó por iniciativa de una fracción del FSLN en
septiembre de 1977.
13
5
un capitalista primitivo, acumulador de grandes cantidades de tierras a ser un capitalista moderno con
instrumentos financieros. Ya es otro tipo de negocios que le permiten expandir mejor su capital y ahí
comienza su vinculación con gente que ‘da la cara’, con especialistas en este tipo de negocios. Y ahí es
donde está lo que a veces se nos ha pasado por alto y es que el capital nicaragüense ha aguantado a
Somoza muchos años, pero cuando él entra en lo financiero, ya no. Claro, si uno dice de 1972 a 1979,
¿cómo fue posible que cuatro muchachos locos apoyados por el pueblo lograran expulsar a Somoza?: fue
porque ese capital financiero se empezó a resentir. Esa burguesía tradicional y, sobre todo la burguesía
financiera, se apuntó a regañadientes al FSLN, apoyándose en nosotros -Los Doce-, que no aparecíamos
como FSLN, pero, por supuesto, nos apoyaron pensando en algo coyuntural para ver después cómo
podían sacudirnos. Tanto ellos como nosotros éramos conscientes de que había una tensión que después
tendríamos que resolver y que habría una división”19.
El principio del final del poder de los Somoza lo marcó el asalto del FSLN a la casa de
Chema Castillo en 197420. Al día siguiente tuvo lugar la primera proclamación de lo que sería su
ideario. Así lo expresaba recientemente Henry Ruiz, el Comandante Modesto:
…“Nosotros logramos voltear la ciudad con el asalto a la casa de Chema Castillo y eso sucedió porque
nos estaban presionando ya mucho las condiciones políticas. Algunos considerábamos que era necesario
incidir, ya teníamos la represión encima, se estaba ya preparando una fuerza de elite de la Guardia
Nacional, la famosa EEBI, y en la toma de la casa de Chema Castillo es cuando se plantea por primera
vez en todos los medios de comunicación qué es lo que quiere el FSLN. Ese fue el primer documento
escrito y el resumen sería: queremos derechos humanos, queremos justicia, queremos libertad y
queremos democracia. Así lo podríamos resumir. No una democracia formal, de la cual yo hoy día aún
vengo renegando, sino una democracia donde se participara, pero donde la economía fuera parte de ese
derecho”21.
La consecuencia inmediata fue la Ley Marcial, el Estado de Sitio y recrudecimiento de la
represión hasta tal extremo que el sacerdote Fernando Cardenal emitió en Washington, en 1976,
una denuncia de las atrocidades que estaba llevando a efecto la Guardia Nacional22.
Desde 1974 a 1979, tanto la familia Somoza, como los militares de su entorno y sus
funcionarios comenzaron a frenar las inversiones en el país y a sacar todo el capital posible de
Nicaragua. A la par de ese proceso, y muy motivado por él, se produce un cambio cada vez más
radical entre los capitalistas jóvenes e, incluso, entre los tradicionales, de quien era representativo
el sector de los Pellas, tal vez los más ricos propietarios nicaragüenses. Así, mientras los primeros
se empezaron a situar en las filas de la oposición porque ante el marasmo económico que el
somocismo estaba provocando veían dificultado su proceso hacia el Mercado Común
Centroamericano, los segundos se decidieron a participar cada vez más firmemente en el proceso
de cambio -aún sospechando o sabiendo que el FSLN, que ya lo lideraba, era de tinte marxista- y
hasta un buen número de sus hijos se implicó directamente pasando de una anterior militancia
cristiana a una militancia marxista23.
19
Entrevista con Ernesto Castillo.
Fue la toma de la vivienda de José María Castillo, ex ministro de Agricultura y Ganadería del régimen de Somoza, el 27 de
diciembre de 1974. El FSLN tomó como rehenes a muchos de los allí reunidos que estaban celebrando una fiesta en honor de
Turner Shelton, el embajador de Nixon en Nicaragua.
21
Entrevista con Henry Ruiz. Comandante “Modesto”. Ministro de Planificación entre 1980-1985. Ministro de Cooperación
Externa (de nueva creación) entre 1985 y 1990.
22
CARDENAL, F.: Testimonio sobre Nicaragua, presentado ante el Subcomité de Relaciones Internacionales de la Cámara
de Representantes del Congreso de los EE.UU. de América los días 8 y 9 de junio de 1976. Hasta dos años después (12-101978) no se envió una comisión a investigar sobre el terreno a Nicaragua. La enviaría a la OEA. Fondo M. E. Vijil, Archivo
del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de Managua. Junto a éste hubo otros varios documentos de
denuncia dirigidos a diferentes foros, siempre con la pretensión de incitar a la contestación contra los abusos y atrocidades de
la dictadura. Entre ellos: Documento de exiliados políticos de Nicaragua y exposición ante el Congreso de EE.UU., en
Legajo E-100/C-o16/000474, Archivo del Centro de Historia Militar (ACHM) de Managua, 1976; Denuncias de Amnistía
Internacional, en Legajo E-100/C-o16/000465. ACHM de Managua, 1977; Informe del Padre Miguel D’Escoto, M.M., ante
el Subcomité de Asuntos Exteriores, también en 1977. Legajo E-100/C-016/000476, Archivo del Cetro de Historia Militar
(CHM) de Managua, 1977.
23
CASTILLO, E.: “El problema de la propiedad y el de los propietarios”. Managua: Envío, nº 187, pp. 16-17, 1997.
20
6
La recta final de la lucha y del camino hacia el triunfo de la rebelión se aceleró a partir de
1977. Desde este momento se hizo firme la incorporación de la empresa privada y de la Iglesia
Católica oficial al proceso de oposición frontal contra la dictadura, cuya expresión visible fue la
Comisión Pro-Diálogo24. Simultáneamente, se difundió un comunicado de UDEL (Unión
Democrática de Liberación) que denunciaba públicamente la situación insostenible de violencia y
represión del gobierno contra el pueblo en Nicaragua y así nació el grupo de Los Doce. Tanto Los
Doce, como el FSLN, comunicaron de inmediato a la Comisión Pro-Diálogo que no incluirían en
ese diálogo al somocismo.
Cuando en enero de 1978 fue asesinado Pedro Joaquín Chamorro, el apoyo de esos sectores
empresariales y de la Iglesia, al lado del rechazo más visceral de todo el pueblo, se convirtió en
algo fundamental: el empresariado pidió a Somoza su renuncia y la Iglesia emitió otro importante
documento denunciando la situación de injusticia en el país. A partir de ese momento, todo el
proceso empezó a acelerarse: la represión de la Guardia Nacional se endureció como nunca y la
rebelión se manifestaba en todas partes. Desde febrero a julio pasaron seis meses de lucha en todos
los frentes y tendría lugar la toma de ciudades como Granada, Rivas y Sta. Clara (Nueva Segovia)
por el FSLN; se dieron las primeras insurreciones de Monimbó y Sutiava, las huelgas de hambre
en las cárceles de presos acompañados desde el exterior por familiares y estudiantes, la nueva
petición de cese del terror de Monseñor Obando al gobierno y, finalmente, el día 4 de julio, la
llegada a Nicaragua desde Costa Rica del grupo de Los Doce. Al mes siguiente tendría lugar la
toma del Palacio Nacional y la inmediata convocatoria de huelga desde todos los ámbitos: desde el
FAO (Frente Amplio de Oposición) hasta los sindicatos y los partidos. La respuesta de la
población fue abrumadora: la resistencia se radicalizó y el día 31 el país estaba en huelga general.
Entre septiembre de 1978 y julio de 1979 la situación del país fue de franca guerra abierta y
el día 9 de septiembre comenzó una cadena imparable de insurrecciones populares en las ciudades
de Matagalpa, Masaya, Estelí, Chinandega y León.
El último de los Somoza, Anastasio Somoza Debayle, ya a la desesperada, ordenó
bombardear las ciudades de su propio país y ante esa brutal orden, el pronunciamiento de los
sacerdotes fue unánime25. Ataques, muertes y bombardeos se convirtieron en la vida cotidiana y
las protestas pasaron a ser internacionales: Honduras, México, Panamá, Colombia, Venezuela
condenaron públicamente a Somoza ante la ONU y denunciaron un genocidio en Nicaragua. La
OEA condenó igualmente, sin ningún voto en contra, al régimen de Somoza y en octubre, Los
Doce, radicalizados ante los hechos, renuncian a la “Mediación” que el FAO proponía. El proceso
se cierra en noviembre, cuando el propio presidente de los EE.UU., Jimmy Carter, suspendió por
fin toda ayuda a Somoza.
Todavía, sin embargo, faltaba la masacre final: como desde enero de 1979 se habían
intensificado los combates entre el FSLN y la Guardia Nacional, en junio, Somoza desencadenó la
“operación arrase” con tanques Sherman, aviones y artillería pesada provocando cientos de
muertos. Pero el régimen estaba acorralado y el 17 de julio Somoza se vio obligado a presentar su
renuncia.
Los bombardeos habían dejado a centenares de personas sin hogares y la Cruz Roja calculó
que los muertos en Managua alcanzaron la cifra de 20.000. El día 18 de julio se proclamó la Junta
de Reconstrucción Nacional y el 19 la Junta entraba victoriosa en Managua. La revolución había
triunfado.
24
La “comisión pro-diálogo” estaba formada por el Obispo Manuel Salazar y Espinoza, presidente de la Conferencia
Episcopal de Nicaragua; Monseñor Pablo Vega, Obispo de Juigalpa; Monseñor Miguel Obando y Bravo, arzobispo de
Managua; Alfonso Robelo, presidente de INDE y el jurista Feliz Esteban Guandique.
25
Carta del Consejo Presbiterial de la Archidiócesis de Managua a Carter en defensa de Nicaragua. Archivo del Instituto de
Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA-UCA).
7
3. El pensamiento político y la ideología de los revolucionarios
El desarrollo y delimitación del perfil ideológico de los revolucionarios se fue precisando
lentamente: hubo disidentes desde posiciones nacionalistas, conservadoras, cristianas, marxistas y,
en gran parte de los casos, desde una mezcla entre varias de ellas, siempre dentro del contexto de
un matiz especial aportado por el sandinismo, la identidad propia y específica de la contestación
nicaragüense26.
Asimismo, sectores católicos eclesiásticos se fueron adhiriendo a la disidencia, como
consecuencia de los planteamientos del Concilio Vaticano II, de una nueva lectura de los
Evangelios y del trascendental Encuentro de Obispos latinoamericanos en Medellín, que habían
marcado un cambio de posiciones radical con respecto a los principios imperantes desde 1917.
Pero no se podría entender cuál fue la posición de la Iglesia oficial y no oficial ante la revolución
sin exponer antes la evolución que se había dio dando desde 1917 hasta 1956 en que se empezó a
hablar de la “doctrina social de la Iglesia”.
En aquella primera Conferencia Episcopal, la de 1917, la principal función que la Iglesia
había señalado para los fieles había sido la de santificar los días festivos. En la segunda, en 1923,
se insistió en el mantenimiento del espíritu cristiano dentro de la familia y, en la relación concreta
Iglesia- Estado, la jerarquía aún defendía el origen divino del poder para reconocer al Presidente
de la República como una extensión del derecho divino de los reyes27. Pero la pastoral de mayor
relieve en ese sentido fue la de 1950, en la que se hizo público su rechazo a la Constitución de ese
mismo año porque sostenía que el Estado no debía tener religión oficial, que habría libertad de
cultos y que la enseñanza estatal sería laica. La oposición de la Iglesia a que la enseñanza fuera
laica no se hizo esperar con el argumento de que los fondos estatales los aportaba la nación y la
nación nicaragüense era católica. No obstante, la Iglesia oficial terminó por atenerse a lo que había
sido siempre su función tradicional de apoyar y aliarse con el aparato ideológico del Estado y
legitimó la dictadura política y militar aceptando de que el Estado representaba a la jerarquía civil,
que, a fin de cuentas, “el trono era la autoridad y ésta, en definitiva, procedía del derecho divino”.
Así integrado, el Episcopado asistió a todos los actos oficiales de la dictadura de Anastasio
Somoza García28.
Esta actitud de las iglesias en el contexto de la guerra fría respondía a una suerte de
autoprotección, frente al sector del mundo que se había erigido como secular, cuando no
manifiestamente ateo, y llevó a la Iglesia y a los dictadores latinoamericanos a compartir un
anticomunismo beligerante.29 De hecho, en la Primera Carta Pastoral del Episcopado de
Centroamérica y Panamá, en 1956, la Iglesia Católica declaró expresamente su adhesión política a
la democracia occidental y su posición anticomunista, ya que “para los prelados el comunismo es
el gran conflicto político-religioso de nuestro tiempo”.30 Sin embargo, en esa Pastoral fue cuando
se comenzó a tratar de la doctrina social de la Iglesia y, en otros apartados, se habló ya de la
necesidad de justicia, equidad, reparto de tierras y protección eficaz del obrero, ideas cuyo
desarrollo pleno llegaría bastante más tarde.
26
El término sandinismo procede de la admiración por Augusto C. Sandino, que organizó, en 1926, el primer
ejército de campesinos contra la ocupación norteamericana de Nicaragua. Fue asesinado a traición por orden de
Anastasio Somoza García y es venerado desde entonces como la mayor referencia nacionalista del país.
27
Monseñor Lezcano y Ortega: Carta Pastoral de 1922 con motivo de las elecciones, citado por ARELLANO, J. E., Breve
Historia de la Iglesia en Nicaragua, 1923-1979. Managua: Ed. Manolo Morales, 1986, pág. 88.
28
Esto llegó hasta el extremo de que el Arzobispo Lezcano y Ortega se prestó a coronar a Lilian, la única hija de Somoza
García, como reina del ejército con la corona de oro de la Virgen de Candelaria, en 1942.
29
Esa fue también una misión que se arrogó Franco en España y Pío XII, como en el caso de Franco, también envió su
bendición a Somoza García antes de fallecer e, incluso, en Nicaragua, se concedieron doscientos días de indulgencia a los
fieles que asistieran a los sufragios por el dictador.
30
Ibidem, pág. 91.
8
La alianza estratégica del poder político con la Iglesia para hacer frente al comunismo, no
solo la logró con la Iglesia Católica, sino también con la Bautista que, según J.L. Bardéguez,
alcanzó su punto culminante al estallar la revolución cubana en 195931. Ese anticomunismo, que
fue adoptado por todos los gobiernos de derechas de Latinoamérica, no solo respondía a la defensa
de los pilares de la propiedad privada y comercio libre que tanto beneficiaron especialmente a los
gobernantes más codiciosos -quizá ninguno tanto como los Somoza-, sino que también formaba
parte de una táctica económica irrenunciable si se deseaba obtener el favor de los EE.UU. Así
pues, el respaldo de la Iglesia al régimen tanto por todas las razones expuestas, como por el
acendrado anticomunismo que proclamaba a los cuatro vientos la dinastía, hizo decir a J. E.
Arellano que “el Episcopado nicaragüense tuvo como principal función legitimar la dictadura
somocista, al menos desde 1937 a 1967”32.
Pese a todo, la renovación de la Iglesia no se detuvo. Cada vez más, reclamaba de sus fieles
el deber de llevar a cabo una más justa distribución de la riqueza y ello influyó sobremanera en el
planteamiento de compromiso cristiano de muchos de sus seguidores De hecho, fue algo singular
en la lucha contra el somocismo en Nicaragua hasta el punto de que algunos sectores de la Iglesia,
tras un proceso frecuentemente muy duro de evolución, manifestaron su comprensión incluso de
los métodos de lucha armada y algunos hasta participaron de ellos.
El sacerdote y poeta Ernesto Cardenal protagonizó una de las transformaciones más radicales
desde su entrada en un monasterio trapense hasta su paso a colaborar directamente en la lucha
contra la dictadura junto al FSLN. Así lo manifestó en la entrevista que mantuvimos:
…“Eso fue una evolución a lo largo de toda mi vida. Yo tuve una vocación de monje y eso
significaba encerrarme en un Monasterio para toda mi vida y desinteresarme de todo lo que había sido
anteriormente. A mí me había interesado mucho la política y la rebelión. No era todavía revolucionario
propiamente, pero tenía un espíritu rebelde y era políticamente rebelde y antisomocista. Tenía una gran
preocupación por todo lo social y lo político. Pero cuando llegué allá, poco a poco, Thomas Merton me
empezó a hacer ver que el contemplativo no tenía por qué renunciar a lo que había sido y que yo debía
seguir con las preocupaciones e intereses que había tenido siempre, que Dios no me quería distinto. En la
dirección espiritual que me daba siempre me estaba hablando de Nicaragua, de Somoza y de otros
dictadores de América Latina33. Lo que yo creía que ya no debía ser mi preocupación en un Monasterio
Trapense, era la preocupación de él y, sin que nunca me lo dijera directamente, en la práctica me lo hacía
ver, igual que me hablaba de literatura y de tantas cosas. Finalmente estuve sólo dos años y tres meses y
cuando salí de la Trapa estaba cambiado…
…Otros monjes eran convencionales, pero Merton tenía esa mentalidad y entonces fue cuando
pensamos que yo fundara una comunidad religiosa en mi país y él me aconsejó que tenía que estar
fundamentada en los problemas sociales y políticos porque un contemplativo no podía estar
desinteresado de los problemas de su pueblo y menos en América Latina donde había tantas dictaduras
militares. Él pensaba que no se podía buscar una unión con Dios y estar desinteresado de esas cosas. En
mí eso era una tendencia natural, me supuso volver a lo que yo ya era, nada más Así que cuando fundé
en Solentiname yo leía los periódicos, estaba interesado en el país, hasta que poco a poco, cuando ya
tuvimos la comunidad allí, empezamos a saber del movimiento guerrillero. Al principio yo estaba muy
distanciado de eso, pero poco a poco empezamos a compartir con ellos…
…Yo al principio tampoco quería colaborar por la diferencia que yo sentía que teníamos en
cuanto a los métodos de lucha. Yo tenía la formación de la “no violencia”, la formación Ghandiana y no
quería cooperar en la lucha armada. Poco a poco, a través de varios años, yo fui cambiando en eso y no
solo yo sino el país entero y también muchos otros sacerdotes que al principio eran como yo. Mi
31
BARDÉGUEZ ROMAN, J. L.: Los Evangelios y las cuestiones públicas en el Pacífico Nicaragüense: el caso de la
Convención Bautista de Nicaragua antes de la Revolución Popular Sandinista, 1923-1978. Centro Intereclesial de Estudios
Teológicos y Sociales (CIETTS) y Centro Antonio Valdivieso (CAV), citado por PÉREZ BALTODANO, A., Op. Cit., pág.
786.
32
ARELLANO, J. E., Op. Cit., pág. 87.
33
Ernesto Cardenal entró en el Monasterio Trapense de Kentucky a los 31 años, después de lo que él denomina “mi
conversión” y fue discípulo del conocido contemplativo Thomas Merton. CARDENAL, E.: La revolución Perdida.
Managua: Ed. Anama, 2003.
9
hermano Fernando también34. Nos fuimos dando cuenta, junto con todo el país, de que la única forma de
acabar con la dictadura era como lo estaban haciendo los guerrilleros en la montaña, y, por último, la
gente nuestra empezó también a participar en la guerrilla. El comandante guerrillero Luis Carrión, por
ejemplo, que llegó a ser de la propia Dirección Nacional, era de un grupo cristiano que pasó a la
revolución…
…Hasta el Papa Pablo VI había dicho en Colombia que era lícita la lucha armada contra una
tiranía evidente y prolongada. Y lo de Nicaragua no podía ser más evidente y más prolongada porque
duró casi cincuenta años No hubo otra dictadura más prolongada en toda América Latina. Y eso venía de
Pablo VI, que era muy moderado y hasta conservador, que no era Juan XIII, pero en eso fue bien claro.
Incluso otras declaraciones del Concilio, que llegó a decir que era inmoral confundir la violencia justa
con la violencia injusta: la justa era la que surgía por defenderse de un agresor injusto, y la injusta, la que
ejercía el agresor injusto. Violencia la ejerce una policía armada en un aeropuerto y no pensamos que eso
es inmoral, es una defensa…
…El proceso fue algo completamente natural y, finalmente, tres meses antes del triunfo, hasta los
obispos escribieron una Pastoral diciendo que era lícita la lucha armada, tres meses antes, cuando el
pueblo de Nicaragua ya tenía años de saberlo. Entonces citaban a S. Agustín y a Sto. Tomás diciendo
que era lícita la defensa, el principio de la defensa y de la guerra justa…pero el pueblo ya lo sabía desde
mucho antes sin necesidad de haber leído a Sto. Tomás de Aquino. Esa fue la evolución”35.
También el sacerdote católico, Gaspar García Laviana, que perteneció igualmente al
FSLN y murió en combate en diciembre de 1978, habló de su cambio personal y final
aceptación de la lucha armada en los siguientes términos:
…“Me tocó quizás lo más oprobioso, lo más miserable, lo más oprimido de Nicaragua. Intenté
salvar esa situación de un modo cristiano, en sentido pacifista, de promoción humana, social; buscar,
levantar a esa gente con sus propios medios o con los medios del gobierno. Pero me di cuenta de que todo
era mentira, todo eran engaños…
…me empecé a desalentar al ver que tanto trabajo no servía para nada, que tanta ilusión quedaba en
el aire, porque la gente seguía viviendo igual. Por eso me integré a este movimiento violento, ya que me di
cuenta en ese entonces que nada pacífico era posible…de otro modo hubiera sido deshonesto con todo un
pueblo y conmigo mismo”36.
Otros sectores laicos y comprometidos con la situación del país, provenían de una educación
impregnada de principios tanto nacionalistas, de búsqueda de la propia identidad respecto a la
ancestral dependencia de los EE.UU., como marxistas por formación teórica o cristianos por
tradición y cultura en el más amplio sentido del término. En este contexto, Dora María Téllez, la
jovencísima asaltante del Palacio Nacional, cuando sólo tenía 20 años, habló de cómo fueron sus
comienzos en la oposición y de sus antecedentes familiares o formativos que pudieron dotarla de
aquella determinación y arrojo tan inusuales. Sus palabras fueron esclarecedoras:
…“Fue un poco de todo. En esa época, la década de 1970, la dictadura estaba mostrando sus peores caras.
Cuando se produjo el terremoto de 1972 salió a la luz mucho más la corrupción de la dictadura. Antes era
mucho más lenta, se había producido a lo largo de más de treinta años. Pero a raíz del terremoto se vio
claramente la enorme ambición de los Somoza y de todo su círculo -que era mucha gente más- por apropiarse
de riquezas, de todo lo que podían. Se estaban aprovechando de la ayuda internacional y eso era algo
conocido. Y la represión se desató en esa época y empeoró en los años siguientes. Para la generación nuestra
la dictadura era un asunto pesado. Por otro lado, en mi posición tiene que ver el hecho de mi contexto familiar:
mi padre era antisomocista, antiyanqui y nos educaron tanto mi padre como mi madre en una admiración a
Sandino, nos inculcaron un pensamiento social bastante profundo…
34
Fernando Cardenal fue Ministro de Educación durante la etapa de gobierno del Frente Sandinista. Antes fue coordinador de
la Cruzada Nacional de Alfabetización realizada en cinco meses del año 1980, del 23 de marzo al 23 de agosto. Logró
disminuir la tasa de analfabetismo en Nicaragua del 50,3% al 12,9%. Lamentablemente, no pudo ser entrevistado por causa
de una indisposición personal durante el período en que se realizaron el resto de las entrevistas.
35
Entrevista a Ernesto Cardenal, ministro de Cultura entre 1979-1984.
36
Entrevista publicada por “Uno más Uno”, 31-12-1978, México, citada por El camino hacia nuestra liberación. Centro de
Investigaciones Históricas, UNAN, Ministerio de Cultura, Managua, julio, 1980, pág. 19.
10
…La política era un tema común, natural en mi casa, no era algo excepcional y en esos años arrancaron
varias luchas populares: la de los maestros y la de salud, y fue una época de un movimiento estudiantil muy
dinámico apoyando la liberación de los presos políticos. Yo tenía ahí 14 años y ya estaba involucrada en el
movimiento estudiantil de secundaria, que era de naturaleza política y reivindicativa. Se luchaba porque
salieran los presos políticos sandinistas y respaldando la huelga de los maestros. Y ese ambiente lo va
conectando a uno con el sandinismo porque el resto de los partidos eran el de Somoza y los que pactaban con
Somoza. Después, en la Universidad, tomé contacto rápidamente con el Frente y empecé a trabajar en la
clandestinidad…
… Nosotros sabíamos que para tratar a la dictadura solo se podía con armas y la decisión de militar entonces
era una decisión de vida o muerte. No era pensar en entrar o salir de un partido político, era algo mucho más
radical, una decisión difícil de tomar y de madurar que, quizá, se asimila mejor por la propia juventud”37.
Es evidente que desde esos sectores laicos se concibió la lucha contra la dictadura como un
esfuerzo supremo sustentado en principios cristiano-marxistas, marxistas-cristianos o únicamente
nacionalistas de forma indistinta y sin que la definición o calificación representara ningún
problema ni urgencia. Si fue mayor el peso específico de la formación cristiana o de las teorías
marxistas o del resto de las posiciones como motor de lucha contra la dictadura, no se le concedió
importancia alguna, ni siquiera se lo plantearon. De ello dijo también Dora María Téllez:
…“Éramos cristianos y éramos marxistas. No lo veíamos como algo separado. Esa separación la
hizo después la derecha. Nosotros lo veíamos como algo natural y dentro del proceso de cambio de la
Iglesia: se había convocado el Concilio Vaticano II y había lanzado preguntas claves. Después se habían
celebrado los debates de Puebla, Medellín etc., se habían puesto las bases de la Teología de la Liberación.
Los cambios que se produjeron en la liturgia y en la propia identidad de la Iglesia nos alcanzaron a
nosotros y nos llevaron a cuestionar el papel de la Iglesia anterior, silenciosa, cómplice, jerárquica, que
siempre estaba al lado del poder. Para mí fue algo natural porque también era el cristianismo que me
habían inculcado en casa…
…Aquí ni siquiera se preguntaba la fe religiosa de cada uno para la entrada en el Frente, se decía
que “entre cristianismo y revolución no hay contradicción”. Incluso el rostro estrictamente materialista del
materialismo filosófico, del marxismo, nunca se vivió aquí como una contradicción con el catolicismo. La
derecha si lo planteó: ‘o sois revolucionarios o estáis con la Iglesia’. Ellos sí plantearon esa dicotomía, pero
nosotros no. Mucha gente desde su pensamiento cristiano llegó al sandinismo, que, en nuestro caso
también era un poco diferente del marxismo ortodoxo porque el sandinismo era un pensamiento nacional,
que se alimentaba de distintas corrientes. El sandinismo moderno tenía una vertiente marxista, un
pensamiento socialista, pero también tenía otros componentes, no era la ortodoxia del Partido Comunista,
por ejemplo. Es un pensamiento más nacional, que tiene que ver con Nicaragua, aunque tampoco es
exactamente una interpretación marxista de la historia de Nicaragua. El sandinismo tiene también la
categoría de antiimperialismo -más amplio que antiyanquismo-, tiene que ver con la justicia social, con una
opción política alternativa para obreros, campesinos, artesanos, indios…era y es un pensamiento de clase,
desde luego. Y tiene que ver con todo un planteamiento de reformas económicas, sociales, políticas, etc.,
que no estaba tan apegado a la definición estricta del término marxismo”38.
En otros casos, la opción fue prioritariamente marxista, incluso con formación teórica
durante algún tiempo en la URSS y pasando posteriormente a la guerrilla en la montaña, después
de un entrenamiento en Cuba. Sería el caso de Henry Ruiz, el Comandante
Modesto que, interrogado sobre su concepción de lo que se debió hacer en Nicaragua y sobre su
propia opción política, respondió lo siguiente:
…“lo primero que yo sentí es que se necesitaba un cambio social profundo en el país. La soberanía
nacional era esencial. Yo procedo del Partido Socialista y mi sandinismo está jalado de tratar de entender
lo que es una contribución histórica al proceso. No es como la lucha de un liberal y por eso yo me enamoro
de Sandino y lo tengo como el máximo exponente del siglo XX y hasta remontando un poco el siglo XIX.
Yo me incorporé al Frente Sandinista en 1967, pero no aquí en Nicaragua porque yo estaba estudiando en
Moscú y allí me enteré de que en Nicaragua ha ocurrido lo de Pancasán y estuve esperando la reacción de
37
Entrevista a Dora María Téllez. Comandante Dos en el asalto al Palacio Nacional. Comandante Guerrillera. Vicepresidenta
del Consejo de Estado entre 1980-1984. Ministra de Salud entre 1985-1990.
38
Ibidem.
11
mi partido respecto a ese suceso que marcaría ya el resurgimiento de una fuerza que era guerrillera. Como
nosotros sabíamos que la lucha legal no era posible, las juventudes del partido socialista comenzábamos a
decir que habría que pasar a ‘la forma superior’. Yo me encontré con la forma concreta ‘superior’ en
Moscú, con el Frente Sandinista, y en 1968 yo ya estaba en La Habana, listo para entrenarme. Y desde ese
tiempo fue desde que yo me consideré militante de la lucha armada. Pero para mí la lucha armada era
también una concepción política de doctrina, porque habíamos llegado a la conclusión de que Nicaragua
requería esa forma de lucha. La guerrilla, urbana o rural, no era más que un método. Solo era un método
para enfrentar una fuerza superior…
…El objetivo era cómo hacer que el sandinismo creciera con el menor sacrificio posible de sangre,
de muertos concretamente. No se trataba de prisioneros, sino muertos, evitar muertos. Entonces se
construyeron algunas lógicas: si se asaltaba un banco y hacíamos cuentas, ese dinero era para comprar
armas, para tener casas cuarteles, mantenimiento de los clandestinos, etc. Después discutimos y vimos que
era mejor hacer un trabajo político, reclutar gente y hacer redes, antes que exponerlos a unos bancos que
ya habían empezado a defenderse, que no tenían tampoco grandes cantidades, grandes capitales y el
esfuerzo que hacíamos era muy grande para muy pocos resultados. Llegar a esa conclusión fue una lucha
interna, pero se estableció y a eso se le llamó ‘acumulación de fuerzas en el silencio’ y los que fuimos a la
zona rural pasamos a crear condiciones de tipo militar, logístico, conocimiento del terreno, redes de
población…para el nacimiento de una fuerza guerrillera, alimentada desde la ciudad con cuadros y con un
reclutamiento de campesinos…
…Cuando yo subí al monte, a principio de 1970 se había golpeado en Zinica. Habían matado a una
familia, habían muerto compañeros Había una desmoralización fuerte y nos pidieron refuerzos y ahí fue
cuando yo subí y lo hice con la mentalidad de ser un cuadro político, no un diestro militar ni un Napoleón,
aunque algunos quieren construir un mito de grandes estrategas. Allí se incorporaron algunos jóvenes y
empezamos a hacer un trabajo en el que algunos caían por emboscadas, denuncias…pero lo que había muy
poco en la guerrilla era deserciones Y usted debe decirlo porque eso fue así, esa es la verdad: hubo muy
pocas deserciones…
…La supervivencia en los macizos montañosos, en un país como el nuestro, con pocas vías de
penetración y la población desintegrada era muy difícil. En 1970 éramos 3.400.000 habitantes en 320.000
Km2 y, a pesar de que la Guardia Nacional era pequeña, era lo que se llamaba “el batallón Somoza”, no
más de 500 hombres, tenían aterrorizado al país. Cualquiera podría pensar “ese batalloncito, ¿por qué no lo
sacamos?”, pero nosotros no teníamos armamento, solo teníamos alguna pistola y otras pocas armas
averiadas…hubo compañeros que lo intentaron y murieron en el camino y esos compañeros sí tienen para
mí el absoluto respeto, admiración y cariño. Son mis santos…
…La guerrilla se convirtió en un mito y empezaron a aparecer jóvenes entrenándose por todas partes
hasta que algunos consideramos que era necesario incidir ya políticamente porque teníamos la represión
encima. Eran ya los setenta y se estaba ya preparando una fuerza de élite de la Guardia Nacional, la famosa
EEBI. Y así surgió la decisión de la toma de la casa de Chema Castillo…
…Las armas comenzaron a entrar al país por el Frente Sur, cuando Carlos Andrés Pérez, presidente
entonces de Venezuela, empezó a apoyar, como él dice, a ‘los muchachos’, pero a través de ‘Los Doce’, no
de los radicales. Yo estaba entre los radicales y la ayuda no era por nosotros, sino por los ‘más suaves’,
aunque ellos sabían que nosotros estábamos ahí, pero no les importaba a cambio de tumbar a Somoza.
Aquellos jóvenes pasaron de querer vencer a la dictadura a construir un pensamiento revolucionario y no
era por la vía de la literatura, de leer a los teóricos. Curiosamente, sólo otros como yo que fuimos a estudiar
a Moscú, conocimos mejor a Marx y al mismo Ché39.”
Por lo que respecta a esa formación teórica, esos estudios en Moscú y el impacto que la
sociedad rusa de aquel tiempo produjo en un joven nicaragüense criado en la dictadura somocista,
resulta muy interesante. Mientras la documentación de que se dispone es meridianamente clara en
lo referente a la decadencia económica que se vivía en esos años en la URSS, dictadura política
que había convocado muy poco antes al Pacto de Varsovia para invadir Praga en 1968, cortando
todo intento de reformar democráticamente el sistema en Checoslovaquia, la vivencia del
Comandante Modesto es muy diferente y mucho más positiva, dado que tuvo la inusual suerte de
encontrar maestros que criticaban el inmovilismo económico y político, como se aprecia cuando
dice:
…“Como yo era militante del Partido Socialista me dieron una beca. El Partido le daba estas becas a
simpatizantes del socialismo, a gente pobre, alguna de extracción media, para que fuera a estudiar a Moscú.
39
Entrevista con Henry Ruiz.
12
Estuve solo 14 meses, en 1966-67...Yo allí veía que los trabajadores tenían derechos…había trabajo y en
muy corto tiempo se habían convertido en una potencia a pesar de la presencia de Stalin. Porque a Stalin se
le defendía porque allí había sido un poder…pero, cuando uno lee ahora la historia, todo fue a pesar de
Stalin…Con el poco ruso que aprendí me lograba comunicar con los obreros y los maestros nos señalaban
las dificultades que tenían, nos indicaban que debían reducir la industria militar pesada y pasar a las
industrias ligeras para obtener bienes de consumo. Se hablaba más críticamente de lo que se sabe y, por
ejemplo, con Breznév, había círculos en los que se hablaba de ‘inmovilismo’. Entre los jóvenes más
inquietos se veía a algunos políticos como al mausoleo de Lenin, como personajes de películas…se
criticaba que los jóvenes no tenían acceso a la información, aunque yo creo que tampoco en los países
capitalistas los jóvenes tienen acceso a los lugares donde de verdad se cuecen las grandes discusiones,
donde se puede presionar al sistema…se veía un desarrollo en las ciencias, en las exposiciones…Yo como
iba a estudiar física, matemáticas, todo me interesaba40…”
La diferencia entre esta percepción de Henry Ruiz acerca de contenidos de enseñanza críticos
que se efectuaban en Moscú y la que tuvo Alexander Dubcek, cuando estuvo en la Alta Escuela de
Política en la década de 1950, es digna de mención. Dubcek se lamentaba en sus Memorias, ya en
1992, del dirigismo que él había vivido en ese sentido:
“Todo allí se estudiaba desde el punto de vista de la filosofía marxista-leninista y nuna pudimos
estudiar objetivamente a Trotsky, Kautsky o Rosa Luxemburgo. Ni siquiera se estudiaba el movimiento
cooperativista del siglo XIX en Europa y solo se atribuía a invención y creación rusa. Allí se me ocurió en
el último año comparar a Marx y Lenin y encontré que Marx era democrático y Lenin, no, pero nunca lo
expuse”41.
Es de suponer que la Alta Escuela de Política, el centro oficial de la pureza doctrinaria, no
podía albergar a quienes tildaran a los políticos del régimen de ‘inmovilismo’, pero sí podía darse
en otros ámbitos menos controlados. Y eso, a pesar de que la época de la que habla Dubcek fue la
de Jrushchov -aparentemente de mayor aperturismo- y la de la estancia de Henry Ruiz, la de
Breznév, más cerrada y rígida42.
En definitiva, el análisis de cúal fue la ideología que presidió el impulso revolucionario, qué
componentes culturales o filosóficos tuvo, no es una tarea sencilla. Los que se lanzaron a esa
lucha, fueran líderes o pertenecientes al gran colectivo que decidió emprender un camino sin
retorno -pues eso significaba el grito más compartido ¡Patria libre o morir!- tenían en unos casos
antecedentes de militancia política estudiantil; en otros, sus objetivos reflejaban una educación
familiar con componentes independentistas o una cultura básica de tradición cristiana; y todavía
otros, sin planteamiento alguno consciente, se movieron por necesidades elementales y básicas de
un cambio modernizador y más justo. De este modo, gentes de muy diversa condición y
procedencia ideológica y social, se unieron en un esfuerzo supremo para poner fin a una dictadura
insostenible.
4. El carácter de la revolución
El carácter o “modelo” que definió a la revolución sandinista es uno de los aspectos que
resulta sorprendente a un observador externo, especialmente si se pretende ser fiel reflejo de la
opinión de sus protagonistas y transmitir sus matizaciones y diferencias. La sensación que se
40
Ibidem.
El PCUS enviaba a esta Escuela a un grupo “prometedor” de miembros del partido, tanto rusos como de Europa del Este.
Se admitía a unos 1.000 alumnos, de los que 100 eran de Europa del Este y de Checoslovaquia, cuando fue Dubcek, fueron
12. Dubcek explicaría después que creía que él había estado incluido en la lista de los “prometedores” porque se había
alistado en el partido comunista desde antes de la guerra, porque nunca había sido conflictivo en la fábrica donde trabajaba y
porque hablaba ruso fluido ya que de 3 a 17 años había vivido con su familia en Kirguizistán y Gorka. DUBCEK, A. y
HOCHMAN, J.: Dubcek, autobiografía del lider de la Primavera de Praga. Barcelona: Ed. Prensa Ibérica, 1993, pp. 94.-97.
42
Para mayor información sobre las limitadas reformas de Jrushchov, ver: TAIBO ARIAS, C.: “El deshielo jrushchoviano”,
en La Unión Soviética (1917-1981). Madrid: Ed. Síntesis, 1993.
41
13
percibe al escuchar sus planteamientos, al compararlos con los documentos escritos, al seguir la
evolución del proceso, es que el movimiento tuvo, entre otros muchos componentes, altas dosis de
antiautoritarismo y una ausencia de líneas rígidas que lo calificaran. Todo indica que existieron
diversos “modelos” o “ideales” de cómo organizar la sociedad que por fin tenían ante sí y tanto
esperaba de sus líderes y, aunque no debió ser fácil de poner en práctica, ni siquiera de entender
del todo actualmente, se trató de respetar los numerosos puntos de vista diferentes y hasta
discrepantes. Convivieron varias fórmulas para cada proyecto que se deseaba materializar hasta el
punto de que en determinados momentos se contradijeron claramente, pero coexistieron en un
intento extremo por respetar y tolerar el parecer de todos.
La inexistencia de una definición tajante en los proyectos a realizar se percibe aún hoy desde
los primeros contactos con las personas que vivieron en primera línea aquellos hechos y que
fueron responsables después de llevar a efecto el anhelado cambio en los diferentes departamentos
Al interrogar a algunos de ellos sobre el proyecto de gobierno que tenía el FSLN a su llegada al
poder, sus respuestas, coincidentes en algunos, dan cuenta en otros de esa heterogeneidad. El que
fuera Vicepresidente desde 1984, Sergio Ramírez, lo expresó así:
…“Yo creo que el proyecto real del FSLN tenía dos ejes fundamentales: uno, confiscar el capital de
los Somoza y llevar a cabo la expropiación generalizada de las empresas llamadas estratégicas (bienes de
exportación, la propiedad industrial fundamental, le generación de energía eléctrica y de todos esos
servicios estratégicos dando incluso una participación controlada al capital nacional, aunque fuera al
grande) y, después, desarrollar un tipo de propiedad subalterna en base a cooperativas de pequeña y
mediana producción. Ésa era la pretensión y, por otro lado, una economía que se saliera del mercado
capitalista y que pudiera ingresar en el socialista, en el CAME, aunque ahí nunca nos hicieron caso, al
bloque del Este no le interesaba, era muy complicado...
…el que ahora haya diversidad de opiniones respecto al tema del CAME es debido a que cada uno le vio
unos matices y una posibilidad de aplicación a esas ideas, que fueron muy rápidas muchas veces,
derrotadas por la realidad, otras, y si quisiéramos poner de una forma transparente el proyecto original, las
ideas originales, lo que se pretendió, nunca coincidiríamos todos. De todas formas, lo del CAME nunca se
inició, ellos no querían, era muy complicada la articulación y las circunstancias del contexto internacional.
Hubo muchas cosas en muy poco tiempo y se trató de ejercer la tolerancia política…
…el ‘modelo’ era tipo Europa del Este más que cubano43. El proyecto que el FSLN tenía, si todo
salía bien, cuando estuviera en el poder, era el de ser era un partido hegemónico. Aquí nunca se habló de
partido único, se hablaba de partido hegemónico. Se defendía la tolerancia de agrupaciones subalternas.
Un partido quizá como el de la RDA, pero unido a un deseo de tolerancia, de que hubiera ciertos partidos
tal vez aunque no pudieran desafiar el poder político; medirse con partidos que realmente no tuvieran
posibilidad de ganar en las elecciones, como de hecho ocurrió en 1984. Lo que pasa es que aquí también
otra vez la realidad volvió a hacer presencia. Por ejemplo, en 1984, donde la verdadera oposición no se
presentó por presiones de la CIA, sólo los partidos Liberal y Conservador, que sí fueron a esas elecciones,
sacaron casi el 40% de los votos. Y El FSLN no era un partido que ‘sacara’ el 98% de los votos y el 2% se
repartiera entre otras formaciones, no, Y eso que la UNO no participó, sino yo creo que la oposición
hubiera sacado más del 40%. O sea, que lo del ‘partido hegemónico’ no funcionó ni siquiera en 1984…
…la ley Electoral no estaba hecha para que solo venciera el FSLN. Era una ley tradicional que abría
realmente la posibilidad de que otros partidos pudieran ganar, aunque la confianza absoluta nuestra era de
que ningún partido iba a conseguirlo. Y por esa confianza perdimos las elecciones de 1990, pero el modelo
electoral era un modelo absolutamente abierto”44.
Esa opinión es en gran medida compartida por Ernesto Castillo, Procurador General de
Justicia, que aporta interesantísimos detalles de la gestación de las realizaciones prácticas de la
revolución. Él afirma su filiación marxista, pero también su particularidad e independencia de los
modelos soviético y cubano. Responde a cuál fue el proyecto del FSLN:
43
La cursiva es de la autora.
Entrevista con Sergio Ramírez. Integrante del grupo de Los Doce. Vicepresidente del Gobierno Sandinista entre 1984 y
1990).
44
14
…“La pregunta que nos hicimos fue ¿cómo podríamos nosotros obtener el apoyo de la burguesía
y el capital, sin alarmarlos y que no nos cortaran la iniciativa desde el comienzo? Y tomamos dos
decisiones: una, que no iba a haber fusilamientos, para que lo tuvieran claro los muchachos jóvenes,
militares, que pensaban en fusilamientos, tipo Cuba. Yo estaba empezando a trabajar en los primeros
decretos y la primera reflexión que nos hicimos fue que si había fusilamientos, ahí ya se calificaría la
revolución. Había que buscar algo gráfico para la población nicaragüense y que al mismo tiempo no
polarizara a la revolución hacia la “cubanización” desde el primer día: entonces propusimos la
confiscación de los bienes de Somoza, que eso lo aceptaba todo el mundo. Dos, que no se iba a crear un
Partido Comunista al estilo soviético que fuera el dueño del poder sino otro modelo que mantuviera los
restos de una legislación vieja y atrasada, que era la nuestra, pero que se concentrara en leyes de
emergencia del poder revolucionario. Y eso estaba en las propiedades y en impedir las acciones
contrarrevolucionarias Además, se dejaban los tribunales ordinarios para las cosas comunes, divorcios,
etc...
…cuatro días antes del triunfo revolucionario, pensamos que había que llegar a un acuerdo con la
Guardia y formar un ejército y ya el 17 de julio, cuando aún estaban Sergio y Daniel en León, y aquí en
Managua se estaba esperando en el aeropuerto a Bowdler, nos comunicamos y el Frente analizó con
mucho acierto lo que había y lo que ya se había desmoronado y cómo había que actuar. Yo venía a
entregar el mando a Monseñor Obando (el mediador) según el diseño que habíamos hecho de un Consejo
de Estado con participación mayoritaria de la burguesía, pero empezamos a sentir que nosotros teníamos
todo el poder. No lo podíamos desarrollar por las mismas trabas que nos habíamos impuesto y porque la
burguesía tenía el poder formal ya que les habíamos dejado vivos sus instrumentos, pero no tenía el
poder real. Entonces nos concentramos en Somoza para evitar esas confrontaciones y de ahí vinieron las
prisas de ir a la URSS en el primer viaje que hicimos allá para asegurar la revolución y no me refiero a
un aseguramiento jurídico, que eso lo íbamos a hacer nosotros, sino al aseguramiento militar y al
petróleo. Te estoy explicando esto para que veas que la idea era claramente marxista desde el principio.
Pero no era para tomar el ‘modelo soviético’. Yo, incluso, ni siquiera acepté la participación de los
cubanos ahí45. Fue un movimiento nacional y nadie de fuera lo podía entender como nosotros”46.
Visión muy distinta es la de Roberto Cajina, el asesor militar del Frente. Él sostiene que sí se
dio un mimetismo de los sistemas soviético y cubano, y critica el esquema rígido que, según su
criterio, orientó a la revolución hacia dichos modelos. A diferencia de las afirmaciones vertidas
anteriormente, dice así:
…“Se impuso la versión de los manuales, de la teoría marxista más ortodoxa, de que la propiedad
privada era el pecado original absoluto. No se podía vender, se podía heredar solo el usufructo, pero no
la propiedad. Era la concepción del Estado Padre, que además imponía los modelos de producción, de
comercialización…como los planes quinquenales Era el modelo soviético, pero también era el modelo
cubano y lo fue en todo47: en producción, en educación, en todo, pero no le hecho la culpa al modelo
cubano ni al soviético, sino a la incapacidad de la dirigencia sandinista para ver que esos modelos ya no
estaban funcionando”…
También el mencionado Henry Ruiz resalta aspectos diferentes, desde una posición externa
al grupo que elaboró el Programa de gobierno. Destaca los proyectos inaplazables que se
plantearon y el desbordamiento de todo lo proyectado por la rapidez de los acontecimientos que
apenas permitió desarrollar algo de lo que se habían propuesto:
…“Quienes escribieron el Programa de Reconstrucción Nacional tienen un mérito enorme. Era un
círculo intelectual, pero recogieron lo que buscaba el Frente Sandinista, los que empujaban la guerra
popular. En primer lugar había que confiscar los bienes de Somoza; en segundo lugar, la Banca tenía que
ser nacionalizada porque esa es la palanca que mueve el capital. Pero, además, había que hacer una
Reforma Agraria y abrirse al mercado. No se decía el término ‘abrirse al mercado’ exactamente, se decía
que ‘tenemos el derecho de establecer relaciones comerciales con todo el mundo’, pero quería significar
una apertura. Esas decisiones, en mi opinión, eran y creo ahora que siguen siendo correctas…
45
La cursiva es de la autora.
Entrevista con Ernesto Castillo.
47
La cursiva es de la autora.
46
15
…en el camino se va acuñando un concepto de economía mixta y se instituye un ministerio de
Planificación, que tenía su antecedente en una Secretaría de Somoza, aunque era para hacer estadísticas,
no era para planificar. Alguien dijo por eso que la economía nicaragüense era una economía planificada,
pero esa es una discusión doctrinaria, ideológica y conservadora. Y falsa. Porque entre nosotros había
gente talentosa. Yo sabía solo un poquito de matemáticas, pero entré allí a que me enseñaran y había
gente como un jesuita español, Xabier Gorostiaga, muy amigo mío48.
…Yo opinaba que lo normativo es lo que el Estado le da a las instituciones, y eso se tiene que
devolver. Pero la recaudación fiscal es de todos y ahí puede haber un sector estatal que se ofrezca a quien
quiera participar y donde no hay que estar si no se quiere. Pero no se dio chance. La economía no tuvo su
oportunidad. Pusimos una diana para ver qué se alcanzaba en 1987 y tuvimos unos años buenos hasta
1983. Hubo discusiones y contradicciones entre los que creían que debía haber grandes proyectos estatales
que superaran los privados y los que los veían similares. Yo estuve en contra de los grandes proyectos
estatales, salvo en la energía. Ahí sí y no era porque lo hubiera leído en Lenin, que decía: ‘¿Qué cosa es
comunismo?: Comunismo es esfuerzo ético más electricidad’. No, no era por las lecturas, sino porque
nosotros realmente queríamos que entrara el progreso al campo y, ¿cómo iba a entrar el progreso en el
campo sin electricidad?. Era nuestro compromiso y los que estaban al frente de la industria eléctrica
continuaban investigando, algo que ya había hecho Somoza. Se pensó si podríamos tener petróleo…
…además de la energía, la educación era otro postulado de la revolución, eso no se podía discutir.
En la alfabetización había un millón de personas alfabetizando y éramos tres millones. Y se terminaba con
la etapa de alfabetización y se continuaba con los adultos y al que tenía condiciones, se le mandaba del
campo al instituto, después a estudiar una carrera y hoy son profesionales. Y esa gente cuando le hablas
de la revolución tiene un sentimiento romántico, no demagógico, verdadero…
…En la salud, igual. En la salud íbamos copiando el modelo cubano y como resultado, los
profesionales de la salud se dijo que se sintieron cercados, pero todo eso se hubiera podido ir corrigiendo,
pero no hubo tiempo…
…Algo que surgió es que había que formar cuadros y pedimos becas, cantidades de becas para que
la gente se formara, que todavía están viniendo. La educación y la salud fueron dos postulados de la
revolución, no se cuestionaban.
…Se pensaba en grande y se creía en grande y cometimos fallas y las asumo por los compañeros,
pero siempre fue hecho con las mejores intenciones. Las asumo sobre todo comparando con la decadencia
actual moral y política”49.
Por su parte, Dora María Téllez hace hincapié en la coexistencia de una verdadera vida
parlamentaria con la ausencia de una definición estricta y expresa de pluripartidismo; la
pervivencia paralela de varios proyectos de sociedad, contradictorios a veces, con la necesaria
flexibilidad y facilidad para llegar a un consenso sin grades discusiones Así, explica:
“No hubo nunca un solo partido. El Frente se vivía a sí mismo como partido único, pero no existía
como partido único. En 1983 se hizo la primera ley electoral aquí y en 1984 se hicieron las primeras
elecciones y participaron siete partidos. El Frente se sentía como partido único, pero eso es otra cosa, es un
problema de identidad, podríamos decir. Pero la realidad era el pluripartidismo. Había una vida
parlamentaria. Entre 1980 y 1984 yo fui vicepresidenta del Consejo de Estado y ahí están los debates,
sobre todo los de Reforma Agraria, en los Diarios de Debates de la Asamblea Nacional: el Debate sobre la
ley electoral o el debate sobre la Constitución en 198750. Había de hecho y en la realidad una vida
parlamentaria…
…Tampoco es que fuéramos todos partidarios del pluripartidismo. En el Frente Sandinista no se
encontraba una sola doctrina, había distintas corrientes sobre qué hacer en el país. Había gente que pensaba
en partido único, había otros que pensaban en pluripartidismo -en esta etapa, en la próxima no sabíamos-,
pero en la práctica había pluripartidismo.”
48
Diseñó el primer plan económico del FSLN, publicado como Plan de reactivación económica en beneficio del pueblo.
Managua: Ministerio de Planificación, 1980.
49
Entrevista a Hery Ruiz, Managua, 31-5-2004.
50
La Constitución de 1987, a los tres años del triunfo de Daniel Ortega, fue objeto de mucha polémica y calificada por
muchos críticos de Presidencialista y de subordinar todos los demás poderes al ejecutivo. Ver para más información:
ESGUEVA GÓMEZ, A: Las Constituciones Políticas y sus Reformas en la Historia de Nicaragua (2 tomos). Managua
Managua: Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), 2002 o, en síntesis, sin la reproducción de los textos
constitucionales: Historia Constitucional de Nicaragua, Lea Grupo Editorial, 2003.
16
También respecto a los modelos que se siguieron o a los que admiraban los artífices de la
revolución, Dora María Téllez discrepa de las opiniones que detectan influencias del Este europeo
o de Cuba e insiste en que no hubo acaloradas discusiones, sino que se admitían las sugerencias o
decisiones claras del que las proponía:
…“Habia un mar de contradicciones. Yo nunca he creído, ni lo creí entonces ni ahora que esta revolución
fuera inspirada en los modelos del Este, todo lo contrario. Cuestionó los modelos del Este sin ser explícito,
sin decirlo, buscando un modelo nacional51. ¿En qué se parecía al modelo cubano? En muy pocas cosas, tal
vez en el lenguaje. Como decía Torrijos ‘ustedes hablan duro y actúan suave’. Probablemente en el
lenguaje, un lenguaje hiperagresivo y un lenguaje altisonante. El lenguaje era más socializante que la
realidad. Tú lo puedes ver en cuantos contratos tenían los constructores en las obras, lo puedes ver en casi
toda la realidad y es una particularidad que tenemos nosotros, hablar duro y hacer menos, hablar más de lo
que somos…
…Yo creo que lo primero que habría que tener en cuenta es que no hubo una política, sino que
convivieron varias en paralelo o en contradicción muchas veces, de acuerdo o no, en torno a los mismos
problemas Cada uno tenía un nivel de autonomía alto. Cuando yo llegué al Ministerio de Salud, el sistema
se entendía como un sistema que debía ser estatizado. Pero yo definí un sector privado y otro estatal y
nadie lo discutió. Los debates no eran grandes discusiones y desde 1985 hubo sector estatal y sector
privado. Nosotros no subsidiamos lo privado, sino que coexistió, pero no lo subsidiamos. En ese tema hubo
tres posiciones: todo del Estado; un segmento de sector privado que se subsidiara y una tercera opción, que
consistía en que el sector privado fuera el sector privado y el sector estatal fuera el sector estatal. Ahí están
las tres gamas y ¿Cuánto se discutieron esas tres cosas? Pues apenas, no se discutió…52”
5. Un tema nuclear de la revolución: la propiedad de la tierra y la necesidad de una
Reforma Agraria
Ante el ambicioso programa de reformas emprendido por la Revolución Sandinista (la
campaña de alfabetización, la incentivación de las manifestaciones culturales de todo tipo, la
reforma de la salud, las reformas urbana, legislativa y jurídica, la planificación y la reforma
Agraria, como más significativas) y la imposibilidad de abordar más de uno de sus proyectos en el
espacio disponible, la Reforma Agraria es, tal vez, la más representativa por ser la que provocó
más susceptibilidades, la que fue peor entendida por muchos y la que concitó a parte de los
descontentos -sobre todo a partir de 1983-1984- para llegar a sumarse a la contrarrevolución
gestada por la CIA y la Guardia Nacional. También porque es reseñable la permanencia de sus
efectos, no sólo visibles aún hoy en día, sino con grandes posibilidades de convertirse en uno de
los problemas más serios y difíciles de resolver de Nicaragua: la propiedad de la tierra.
5.1. El contexto económico y la estructura de la propiedad
La Reforma Agraria era un proyecto ineludible y lo hubiera sido en cualquier planteamiento
de cambio profundo que se hubiera emprendido de una forma seria en las circunstancias de la
estructura de la propiedad en Nicaragua. En 1979, una sola familia tenía el 20% de las tierras y el
campesinado más pobre tenía apenas el 3% de las tierras53. Había alrededor de 2.000 propietarios
latifundistas que se repartían el 50% de las tierras de cultivo. El resto lo poseían entre
minifundistas de menos de 7 Has, medianos propietarios muy empobrecidos y “semipropietarios”
que temporalmente trabajaban en las grandes explotaciones de café o de arroz por sueldos
miserables Los latifundistas eran los miembros de la familia Somoza y los que después se
denominaron “allegados” en el Decreto nº 3854.
La propiedad de la tierra había sido un tema clave en la historia de Nicaragua e impregna
todavía sus más grandes conflictos y debates. Ello es producto de dos significativos procesos: de
51
La cursiva es de la autora.
Entrevista a Dora María Téllez, Managua.
53
WHEELOCK, J.: La verdad sobre la piñata. Managua: Ed. IPADE, 1985, pág. 3.
54
WHEELOCK, J.: Entre la crisis y la agresión. La Reforma Agraria Sandinista. Managua: Ed. Nueva Nicaragua, 1985, pp.
34-35.
52
17
un lado, el modo en que se produjo la modernización de la tenencia y explotación de las tierras en
tiempos de Somoza y, de otro, el modelo político que concibió la Reforma Agraria sandinista y la
imposibilidad de introducir los imprescindibles correctivos ante la inminencia de la guerra y la
oposición frontal de los EE.UU. desde 1980.
Como en el resto del mundo hispano, a partir de la década de 1940, comenzó el proceso de
creación de sociedades mercantiles de diverso tipo y se fue dando lentamente una sustitución de la
preeminencia de la propiedad individual por la social en sus primeras formas jurídicas,
comanditarias y limitadas, que, más adelante, se decantarán por la forma universalmente preferida:
la sociedad anónima. Esa evolución se vio acompañada en el caso de Nicaragua por una
transformación de la propiedad agraria que ya no era generalizable al resto de Latinoamérica, sino
propia del sistema de gobierno y control omnímodo de la familia Somoza en Nicaragua. Los
Somoza, sosteniéndose en la fuerza represiva de la Guardia Nacional y apoyados interesadamente
por los pioneros del cultivo de algodón, no dudaron en desplazar no sólo a los dueños de tierras en
el Pacífico, sino también a los colonos que habían trabajado desde generaciones para hacer
posibles las grandes plantaciones de algodón. Desde ahí solo hubo una evolución natural hasta la
creación y proliferación de las modernas empresas de algodón, café, arroz, ganaderas o
comercializadoras, por no mencionar otras de mucha mayor envergadura, como lo serían más
adelante las navieras o de transporte aéreo55.
Pese a todo lo anterior, no hubiera sido suficiente una fuerza represiva que extorsionara a los
antiguos dueños para que el proceso de ventas masivas a los Somoza se hubiera consumado.
Todavía dos elementos más fueron necesarios para hacer posible el enriquecimiento y traspaso de
propiedades. En primer lugar, el capital necesario para efectuar tales compras, aún cuando fuera
evidente que ya se hubiera forzado a los antiguos propietarios a abaratar los precios al máximo. Y
ese capital lo facilitó la banca estatal: el poder político y represivo del régimen logró la
accesibilidad a los fondos de la banca nacional para financiar las inversiones privadas de los
dirigentes, militares y funcionarios del sistema en una suerte de indefinición intencionada de
patrimonio público y privado. En segundo lugar, la connivencia de los EE.UU., especialmente con
Roosevelt, cuando EE.UU. necesitó sucesivamente aliados para la Segunda Guerra Mundial y
proveedores de materias primas esenciales, como el caucho, que podían aportarle países como
Nicaragua. También, y no menos importante, a los EE.UU. les fue imprescindible en los años de
postguerra lograr “apoyos anticomunistas” en la etapa más dura de la guerra fría, por lo que no
dudó en sostener incondicionalmente a los Somoza como gendarmes contra el comunismo en
Centroamérica56.
Con esos comienzos y la carencia de una oposición real, solo se dio una oposición
convencional donde el Partido Conservador se convirtió en el partido tradicional de las minorías
que llegaba a algunos acuerdos puntuales con Somoza (Pacto de los Generales de 1950, o el
Cuadra Pasos-Somoza de 1948 o el Agüero-Somoza de la década de 1970), pero todos asumían
mansamente el rol de minoría y aceptaban su contribución a prestar un cariz democrático al
régimen. La consecuencia inmediata fue la permanente intervención nortemericana por esa falta de
55
CASTILLO, E., Ob. Cit. pp. 16-24
Esa era la “doctrina oficial”, aunque no siempre fue real la excusa para intervenir. Se ha comprobado con frecuencia que
los EE.UU. no temieron tanto una expansión del comunismo -sobre todo antes de 1959 en que se dio la revolución cubana-,
como un perjuicio para sus intereses económicos en cualquier país en que se produjera un estallido nacionalista. Ello se
puede ilustrar con ejemplos como el de la destitución de Jacobo Arbenz en Guatemala con el apoyo de Eisenhower al golpe
de Castillo Armas o la negativa a aprobar un préstamo del Banco Mundial para Nasser en Egipto cuando quiso construir su
presa de Assuan. CHOMSKY, N.: “El gran premio de la Historia”, en El nuevo orden mundial (y el viejo). Barcelona: Ed.
Crítica, 1996, pp. 257-259. En otros casos, sí podríamos señalar los apoyos explícitos a quienes eran indudables
colaboradores, como Franco en España, por considerarlo un bastión importante en la puerta de Europa contra la URSS y sus
satélites para la “cruzada anticomunista”, como era denominada por el propio dictador.; EIROA SANFRANCISCO, M.: Las
relaciones de Franco con Europa Centro-Oriental, 1939-1955. Ed. Ariel, Madrid, 2000; FERRERO BLANCO, M. D.: “La
versión española de los hechos de Hungría y la ayuda prestada por España”, en La revolución húngara de 1956. El despertar
democrático de Europa del Este. Huelva: Universidad de Huelva, 2002 y “Franco y la revolución húngara de 1956: la
contribución de España en la resistencia frente a la URSS”. Madrid, Papeles del Este, nº 7, 2003.
56
18
liderazgo en los partidos. Washington impuso un modelo financiero, militar y económico en
Nicaragua que nadie se atrevía a retar porque si se cuestionaba, no se estaba cuestionando a
Somoza, se estaba cuestionando a Washington. Por eso la oposición se inicio finalmente por parte
del sector económico, el COSIP (Consejo Superior de la Iniciativa Privada) que después pasó a ser
el COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada), ciertos sectores de la Iglesia Católica y el
protagonismo indiscutible del FSLN, cuya aparición y desarrollo, paradógicamente, es atribuida
por Roberto Cajina, en gran parte, a la intervención norteamericana:
…“A mi juicio, la intervención norteamericana castró el desarrollo de una clase política beligerante
nicaragüense, porque estaba claro que oponerse a Somoza era oponerse a Washington. Tal vez hubiera
sido viable una opción de transición a la democracia sin el FSLN, pero ni Washington ni esa débil e
incipiente oposición captó en su momento el desarrollo y el crecimiento importantísimo que se estaba
produciendo. Nadie supo percatarse del cambio que se iba dando en un movimiento de jóvenes que hasta
ese momento no eran más que un grupo guerrillero que andaba ‘comiendo monos en las montañas’, como
decía Henry Ruiz. (La vida que llevaban se muestra muy claramente en Rumbo Norte, libro de Hugo
Torres, un general retirado que estuvo también en la montaña y que cuenta ahí toda su odisea saliendo de
las montañas de Nicaragua hasta llegar a Cuba)…
…A todo el mundo se le escapó el cambio que se produce en el Frente Sandinista: de su posición
ortodoxa, foquista, guerrillera, guevarista y castrista pasa a concebir un segmento insurreccional que se da
cuenta de que no hay que llevar la guerra a la montaña, sino llevar la guerrilla a la ciudad, la opción de los
terceristas. Y eso con una visión pragmática y aceptando las alianzas que fueran necesarias: con Felipe
González, con Ernesto Cardenal, con Sergio Ramírez, con el padre de Joaquín Cuadra…con lo más rancio
de la burguesía, con quien hiciera falta. Y se traslada la guerra de lugares inhóspitos en las montañas a la
ciudad y ahí es donde crece abrumadoramente, donde la gente les sigue, y se les escapa a Carter, a la
burguesía y a todos los demás sectores el protagonismo del derrocamiento de Somoza. No es que fuera
solo el Frente andinista, pero el Frente sí fue el que condujo y lideró todo ese proceso porque la gente
confiaba en ellos, los seguía y tenían siempre el mayor poder de convocatoria”57.
Con esos tres puntos de apoyo -propietarios interesados, fuerzas represivas y los EE.UU.- la
dinastía de los Somoza tuvo luz verde para gobernar sin límites y para enriquecerse también sin
límites Y mediatizó para el futuro del país la estructura de la propiedad, a la vez que dejaba crecer
bajo su sombra el motor de la revolución que terminaría con él: el FSLN.
En 1979, cuando uno de los más básicos objetivos de la revolución fue la Reforma Agraria,
las tierras de los Somoza alcanzaban un millón de Has., la vigésima parte de Nicaragua58. Si se
añadían las de los denominados “somocistas”, se incrementaba hasta un 30%. Ello motivaría de un
modo sustancial los más importantes decretos referidos a la propiedad: el Decreto nº 3, el Decreto
nº 38 y las leyes de Reforma Agraria.
5.2. Los objetivos y la práctica de la Reforma Agraria
Para tratar con la mayor objetividad posible la ambiciosa empresa que fue la Reforma
Agraria, es preciso contrastar la parte legislativa, determinante y fija, clara y escrita, con la
interpretación y opiniones de los protagonistas de la revolución. Tal vez sea tan necesaria la
lectura atenta de los documentos, de las leyes y decretos, como la concepción que tuvieron
aquellos que protagonizaron el cambio; sus metas, ideales, aspiraciones. El fundamento, en
definitiva, para hacer lo que hicieron.
En un principio, tanto el FSLN como los propietarios entendieron que “a los guerrilleros les
tocaba combatir a Somoza, pero que la reconstrucción del país recaería en quienes tenían
experiencia política y capacidad administrativa para hacerlo”59. Ernesto Castillo señala con
precisión el cambio que se produjo en los planteamientos del FSLN desde el objetivo inicial a las
57
Entrevista a Roberto Cajina, Managua, 20-5-2004.
Dato aportado por cálculo de Jaime Wheelock, miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista. Director del
MIDINRA (Ministerio de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria).
59
CASTILLO, E:, Op. Cit., pág. 17.
58
19
realizaciones posteriores. Él sostiene que si se analizan detenidamente los textos del Programa de
Gobierno de la Junta de Reconstrucción Nacional, del Estatuto Fundamental y del Estatuto de
Derechos y Garantías, nada hacía pensar en un proceso inmediato de socialización de la propiedad.
El giro fundamental se produce en el paso del Decreto nº 3 al Decreto nº 38.
El Decreto nº 3 hablaba literalmente de la “Intervención, requisición y confiscación de todos
los bienes de la familia Somoza, militares y funcionarios del régimen, que hayan abandonado el
país desde diciembre de 1977”60.
El Decreto nº 38, sin embargo, ampliaba sus objetivos y determinaba: “La facultad de
congelar o intervenir preventivamente cualquier transacción, bien o empresa de personas
allegadas al somocismo, de quienes se haya recibido denuncia o que la Procuradoría considere,
según sus informaciones. Quedaron a salvo los derechos de las personas no incluidas ni en este
Decreto ni en el Decreto nº 3”61.
A la vista de ambas disposiciones se hace evidente que en el Decreto 38 está el cambio
esencial que se percibió: desde una reforma en la que existía un acuerdo unánime de la Junta de
Reconstrucción Nacional y que entendía que solo había que confiscar los bienes de la Familia
Somoza y sus colaboradores en el gobierno, a la extensión de esas intervenciones a muchos otros
propietarios, “los allegados” -ya con la aprobación sólo de algunos miembros de la Junta originalque terminaría por sembrar el pánico del mediano campesinado.
Estos Decretos se completaron con el 782 de la Ley de Reforma Agraria, del 2 de mayo de
1981, con el que se pretendió atender mejor las reivindicaciones del campesinado.
La motivación por la que se legislaba en forma de decretos fue justificada por sus autores por
la forma en que estaba estructurado el capital de los Somoza: la utilización de sociedades
anónimas y testaferros, junto al sistema procesal de Nicaragua y su lentitud impidió la aplicación
estricta de las medidas contenidas en el programa de gobierno, que habían sido respaldadas por la
mayoría de los nicaragüenses y hasta por el sector privado no somocista. Pero, dadas las
características antes señaladas del capital somocista, no era posible confiscar por medio de
tribunales de justicia ordinarios por la infinidad de años que hubieran sido necesarios para llevarlo
a efecto. Hubo que legislar mediante decretos y ese fue uno de los principales cambios posteriores
a 1979, cuya aplicación generaría poco después grandes problemas.
Los reformistas se plantearon superar las formas de explotación de las tierras rentistas
extensivas e ineficientes; eliminar la explotación del trabajo campesino en las modalidades de
mediería, aparcería y colonato; seguir las recomendaciones de las Naciones Unidas en cuanto a
eliminar el latifundismo, la ociosidad y la marginación del campesinado, recuperar las tierras en
abandono…como causas más importantes que frenaban el desarrollo. Todos estos principios
generales iban acompañados de múltiples precisiones respecto a la extensión que se debía
considerar excesiva, la definición de propiedad abandonada o los ingresos a partir de los cuales se
consideraban incluidas las personas afectadas62.
Con este marco teórico general, que pretendió abarcar un contenido tanto técnico como
social, hubo en cambio resquicios legales por los que después se podía concretar su aplicación de
diferentes formas y las que se eligieron fueron agravando el malestar de muchos y alimentando a
una inicial oposición. Por ejemplo, pese a que el texto decía “se asignarán las tierras a medieros,
aparceros, colonos, precaristas o campesinos sin tierras que se organicen en cooperativas y a
productores individuales o unidades familiares”, también continuaba diciendo que se daría
60
Vigente desde el 20-7-1979. Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Intendencia de la propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
61
Vigente desde el 8-8-1979. Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Intendencia de la propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
62
Ley de Reforma Agraria. Decreto 782 de 2-5-1981. Cap. I, arts 2 y 3; Cap. II, art. 9; Cap. IV, arts 17 y 19. Leyes y
Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Intendencia de la propiedad. Managua, 7 de
junio de 2001.
20
prioridad a combatientes, familias de héroes y mártires “procurando el establecimiento de formas
asociativas de producción” 63.
En síntesis: se hizo lo imposible por solucionar una serie de problemas acuciantes, pero se
generaron otros. Con las tierras de los Somoza y de sus allegados se organizaron las Áreas de
Producción del Pueblo (APP) bajo control estatal. La expropiación a los Somoza era aceptada por
la inmensa mayoría de la población, pero cuando se amplió la expropiación a “los allegados de
Somoza”, el campesinado medio se sintió inseguro. No sabía en qué límite se iba a parar la
expropiación y poco a poco se fueron convirtiendo en una oposición a la reforma. Y a ellos se unió
después otro grupo, los afectados por el Decreto 760 de Ley de Ausentes, que establecía “la
pérdida de la propiedad de la tierra si se permanecía fuera del país seis meses sin justificar”64.
Algunas opiniones defienden el cooperativismo elegido por razones puramente técnicas: esas
tierras de Somoza y “allegados” eran las del área del Pacífico, las grandes explotaciones
agroexportadoras de café, tabaco, arroz o ganadería extensiva, muy avanzadas técnicamente y que
no se podían repartir por sus características peculiares de explotación. Allí, agricultores,
transportistas y obreros de las fábricas formaban parte de un mismo complejo. Con esa decisión de
crear las APP se desatendía una ancestral reivindicación del campesinado y uno de los grandes
postulados del FSLN de la década de 1960: el reparto de tierras. Pero, según los diseñadores de la
reforma fue por conveniencia técnica y “nunca se hizo por proletarizar al campesinado”65. Roberto
Cajina, sin embargo, cree que sí se pretendió “proletarizar al campo” y afirma que él, como asesor
militar del FSLN, tuvo que tratar con los afectados de la Reforma Agraria y conoció perfectamente
los problemas del reasentamiento de ex-militares en esas tierras. Según su percepción personal, la
reforma se hizo “bajo un modelo soviético” y el descontento del campesinado medio aunque no
fue el que inició “la contra” -sería más adelante caldo de cultivo para su crecimiento. Dice al
respecto:
…“La Reforma Agraria en Nicaragua era muy necesaria. Nicaragua era una sociedad rural y en el
campo la estratificación social pertenece a patrones absolutamente diferentes a los patrones de
estratificación social de la ciudad: hay campesinos, pequeños propietarios, medianos propietarios y grandes
propietarios. El gran propietario es favorecido por el Banco Nacional para habilitarle su producción de
café, de ganado, de lo que sea; el mediano, todavía conseguía algo, pero el pequeño ya no conseguía nada.
Sin embargo, quien abastecía todo el mercado interior de Nicaragua era el pequeño, el que producía maíz,
frijoles, arroz, etc., y ése tenía que producir ‘a la buena de Dios’, sin recursos pues los grandes, que eran
los que los conseguían, solo producían para la exportación: café, carne, azúcar o algodón. Esa sociedad
eminentemente agraria, sin industrialización, se queda rezagada y estancada en el proceso de integración
centroamericano del que salen absolutamente beneficiados Guatemala, El Salvador y Costa Rica, y no
porque ellos fueran malos, sino porque nosotros no éramos buenos Por eso la revolución sandinista tendría
en el campo uno de sus focos fundamentales
Por todo eso era un acierto el proyecto sandinista de ‘democratización de la propiedad agraria’, pero
después se hizo bajo el modelo soviético y eso fue un error no solo porque en Europa del Este se hubiera
demostrado ya que ese esquema no funcionaba, sino porque no tuvieron en cuenta en absoluto la
idiosincrasia del campesino nicaragüense. Si se observa a los campesinos de Carazo, Masaya, Granada…se
está hablando de personas que quieren que la tierra sea suya, poca o mucha, pero que les dé seguridad. Y
aquí se obvió eso por completo. Se violó por ignorancia o por prepotencia el hacer al campesino dueño de
su tierra y eso viene del ‘encomendero’ de época española que no era dueño de la tierra, sólo del usufructo
y recibía anualmente parte de la cosecha, o si estaban cerca del mar, de la sal, o si estaban en una zona de
producción artesana, recibían artesanía que después comercializaban etc., pero siempre el usufructo. Ellos
parecía que seguían ese sistema66”...
Consideró un gran error la elección prioritaria del cooperativismo para la organización de la
propiedad porque, en su opinión, es una organización contraria a la naturaleza del campesinado:
63
Cap. II, art. 9 de la Ley de Reforma Agraria. Ibidem.
Decreto 760 de 19 de julio de 1981.
65
WHEELOCK, J., Op. Cit., pp. 25-26.
66
Entrevista con Roberto Cajina.
64
21
…“El proceso de reacumulación de tierras tiene su origen, desde luego, en la voracidad del
terrateniente, pero también en las debilidades estructurales que la revolución le dejó a un sistema de
propiedad absolutamente débil, frágil e incapaz de ser debidamente explotado. Fue la imposición de un
modelo cooperativo, cuando, curiosamente, en Nicaragua, las cooperativas que han funcionado han sido
urbanas: de transportes, de producción de confección…son pequeñas y no implican la idiosincrasia del
campesino que siempres ha necesitado sentir y saber que alguna tierra es suya. Y ahí, en esa violación de
ese sentimiento, hay que incluir a toda la gente que fue organizada en cooperativas, no sólo al ejército y
a la contra, a todo el sector campesino....
…Yo recuerdo, viajando por el centro del país, en aquella época, que si hubiera tenido “vocación
agrícola”, hubiera encontrado oportunidades increíbles de comprar a precios irrisorios. Los
cooperativistas vendían su trozo por nada porque al no tener ayudas, créditos ni forma de explotarlo
realmente, sólo querían deshacerse de ello. Calculaban la extensión de las tierras en cooperativa y según
el número de los que la conformaban, se sabía cuánto correspondía a cada uno y lo vendían en cuanto
podían...
…A esas consecuencias negativas sociales se unieron otras colaterales como lo fue la destrucción
del medio ambiente: la deforestación. Como esos campesinos no tenían de qué vivir, una forma era
aprovechar los árboles y se comenzó a talar de forma masiva, a vender leña, que, en Nicaragua supone la
fuente energética de casi el 60% de la población. Ahora se pueden ver también circular camiones
cargados de troncos de árboles en todo el país Y eso tiene su consecuencia ecológica: deforestación y
pérdida de especies”67.
También Henry Ruiz considera que se debió crear una clase campesina y no se hizo y hasta
recuerda que fueron prevenidos respecto a tomar el modelo cubano:
…”Yo pienso que los obreros agrícolas deben de ser propietarios. El campesino tenía un sentido
de la renta, una propiedad y una ideología y se le miró a veces como un peligro para la revolución. Por
otra parte, aquí se cometieron errores como que en vez de pagar el salario por jornal, se pagó por día.
Antes se pagaba por ‘tarea’ hecha -25 varas por 25 varas- y dependiendo de la calidad de la tierra había
alguna diferencia. Pero después se le decía que se le iba a pagar como al obrero de la industria, por los
días empleados, no por la tarea hecha y eso fue un fracaso porque se pasaban con esa ‘tarea’ un mes. Yo
recuerdo incluso que estando Rafael Rodrigo, un patriota cubano, un talento latinoamericano, que decía
que si tomábamos un modelo como el cubano, la gente no trabaja y se te viene abajo la economía”68…
Ernesto Castillo afirma sin titubeos, tantos años después de la Reforma Agraria, que sí tuvo
un claro perfil marxista -aunque no soviético ni cubano- y que hubo quienes pensaron que era una
masa de propiedad que podía haber sido distribuida entre los sin tierra para crear una clase
campesina, pero que “el propósito de la reforma no fue nunca crear una pequeña propiedad
individual, sino establecer grandes cooperativas”69. Él confirma la versión de Sergio Ramírez
respecto a los intentos del gobierno nicaragüense de entrar a formar parte del CAME. Dice así:
…“Cuando hicimos la primera lista de las propiedades de Somoza, se hizo un análisis en la
Dirección del FSLN, dentro de un marco claro de esquema marxista. Nosotros nos fijamos en la estrategia
y en la práctica a seguir y fuimos muy pocos por una serie de circunstancias los que lo teníamos claro,
entre otros Sergio y yo y el primer paso fue hacer el inventario…
…Después vino el pensar ¿cómo aseguramos esto? Y de ahí salió el Decreto 38, el de los
somocistas, que se hizo ambiguo y vago, a propósito porque se quería ver la respuesta y, según fuera esa
respuesta, actuar. Y eso se prestó a abusos y hubo cosas injustas evidentemente. Pero también es
entendible: en un pueblito, el que era dueño de una pulpería, y era del Partido Liberal, que tenía algo más
que los demás, para el pueblo ya era un burgués, un rico. Y nosotros no podíamos decirles ‘no, ese no’. Si,
además, muchos tenían la fuerza de las armas, también por ese lado hubo abusos, aunque menos de lo que
se pudo abusar con las armas: si se decía ‘esto lo necesita el ejército para la revolución’…ahí no se discutía
nada…
67
Ibidem.
Entrevista a Henry Ruiz, Managua, 31-5-2004.
69
CASTILLO, E., Op. Cit., pág 19.
68
22
…Por todo eso no se puede rastrear el problema de la propiedad en Nicaragua a través de los
mecanismos meramente jurídicos. Incluso, para que tengas una idea gráfica de cómo fue el problema,
cuando ya se desmantela el Consejo de Estado y ya había conversaciones sobre si había que entrar en el
CAME, nosotros empezamos a rebasar el tema de las propiedades de Somoza y pensamos ya en la
socialización de la producción y en un programa marxista. Es cuando la empresa privada se da cuenta que
no es contra el somocismo, sino que es ya contra el capital y empieza a responder y a vincularse con los
norteamericanos. Llega un momento en que la dirección decide dar una muestra pública de confrontación y
se cogen cinco o seis nombres representativos del capital, aunque a los ojos de la gente no tuvieran una
imagen de somocistas, y en la plaza pública se dice ‘la revolución confisca a fulano, zutano’…con nombres
y eso se reproduce en los mandos políticos, en los mandos militares etc. y de ahí empieza todo el
resquemor y ya se pierde el control”70.
En ciertas ocasiones no se expropiaba porque el beneficio que se podía obtener se calculaba
inferior al daño colectivo y de apoyo a la reforma que se iba a ocasionar. Por ejemplo, Sergio
Ramírez recuerda uno de los casos emblemáticos de gran propietario no expropiado, así como otro
que sí fue afectado por la ley de Ausentes:
…“En el ingenio S. Antonio se producía el 80% del azúcar del país, melaza etc., pero no pudo ser
expropiado por razones políticas, porque expropiar a Pellas significaba aquí anunciar la muerte del
empresariado. El era el empresario insigne y era capitalista, pero tampoco era somocista y nunca llegó ese
momento (…) se expropiaba tanto a los “somocistas” como a las empresas estratégicas…
…Cuando se dio la “Ley de Ausentes”, a los que se hubieran ido del país y estuvieran seis meses sin
volver se les expropiaba su empresa. Así se expropió la cervecería Victoria, todos los bienes de la familia
González, que era una familia muy importante aquí, que tenían intereses en la agricultura, comerciales,
financieros, etc. Si se comprobaba por la documentación que estaba ausente los seis meses seguidos ya se
expropiaba. Alguno volvió y en algunos casos también se pactó con ellos”71.
La opinión de Dora María Téllez pone el acento en la existencia de diversas corrientes, en la
existencia de un sector -ya mencionado por ella en anteriores ocasiones- que no miró en absoluto a
Europa del Este, que no copió modelos preexistentes ni hubo una intencionalidad premeditada de
apostar por la nacionalización total ni por las formas cooperativas:
…“El proyecto no era de una estatización general. Se estatizó lo de Somoza y los somocistas, pero
eso era bastante. Era más del 30% de la tierra. Eso se convirtió en propiedad del Estado, naturalmente, y se
mantuvo también como propiedad del Estado lo que tradicionalmente en América Latina era propiedad del
Estado: la telefonía, la electricidad, el agua. Eso no eran novedades. El Banco Nacional era propiedad del
Estado. Pero otra parte quedó como propiedad privada y la industrial, también…
…La asignación de propiedades individuales o en cooperativas fue algo circunstancial: dependía del
lugar, del momento…Hubo varias leyes de Reforma Agraria: una temprana de 1982, otra más tardía, otra
ley que prohibía la venta… Yo diría que el patrón respondió más a realidades regionales y políticas que
técnicas, aunque algunas pudieron ser técnicas. De hecho, también había aquí corrientes: estaba la corriente
que apostaba por los grandes proyectos agropecuarios y esa corriente sigue existiendo, no en el
sandinismo, sino en el país. Y la apoyan y la apoyaban también otros partidos políticos que creen que los
grandes proyectos agropecuarios son el gran motor del desarrollo en Nicaragua. Había otro grupo que se
llamó de ‘campesinización’, de otorgar tierras individuales o cooperativas con trabajadores agrícolas que
no lo habían sido antes…y todos tenían una cierta influencia. La gente de grandes proyectos hizo grandes
proyectos. Tuvo contradicciones y, a veces, enfrentó propiedad campesina, como en Chiltepe, donde hubo
un gran proyecto lechero y había una propiedad campesina que no se tocó y después, sin embargo, esos
campesinos se incorporaron a ese proyecto. La cooperativa se fortaleció también más durante la guerra y
después ya vino una propiedad individual más generalizada: mediana y pequeña propiedad.
Lo que yo te diría es lo siguiente: no se puede analizar la revolución sandinista como que hubiera
una sola política. Aquí no había ni siquiera el sistema de decisiones centralizado que existía en los países
socialistas. Había múltiples iniciativas…yo diría que había más autonomía que en los países socialistas, un
mar de autonomías, de planteamientos que podían caminar a la vez y hasta ser contradictorios y podían ir
en paralelo. La toma de decisiones podía ser que había que ir en paralelo, pero no necesariamente ‘esto o
70
71
Entrevista a Ernesto Castillo, Managua, 9-6-2004.
Entrevista a Sergio Ramírez, Managua, 25-5-2004.
23
esto’. Siempre te vas a encontrar una pugna entre distintas corrientes de pensamiento en torno a lo que la
revolución tenía que hacer en ese momento y en cada cosa...
…Esto no era Europa. Nosotros tampoco teníamos gran dominio de lo que pasaba ahí. Eran
realidades muy lejanas El socialismo de los Paises del Este era más una aspiración, pero no era una
realidad. Algunos sí hubieran querido el modelo del Este, era una de las corrientes pero otros no lo
pensaron siquiera. Es normal que se rechazara en Europa del Este porque en la mayor parte de los países
fue impuesto, pero aquí hubo una revolución y de masas. Eso te determina que hay un campesinado que
tiene una voluntad política también de buscar un modelo de trabajo cooperativo. Y ahí siguen estando y
son un modelo exitoso. Hay actualmente cooperativas de café, de mujeres, y siguen siendo modelos
exitosos y ¿cómo empezaron? Pues empezaron inducidas, pero tuvieron éxito”72.
5.3. La cuestión de la titulación de las tierras y la participación del campesinado en “la
contra”
Cuando por la Ley de Reforma Agraria, Decreto 782, se llevó a la práctica la organización de
las expropiaciones y se evaluó y evaluó la masa estatal de tierras, la asignación de las mismas
estuvo inspirada fundamentalmente en la eliminación del latifundio y del abandono; en no permitir
el arriendo y en que fuera obligado trabajar personalmente o en cooperativas. Se asignaron ante
todo a campesinos sin tierras, o a los que tenían tierras de mala calidad para que se organizaran en
cooperativas o se integraran en otras ya constituidas, pero que poseyeran igualmente tierras
insuficientes o de mala calidad. Se proyectó asignar suficiente superficie como para que se lograra
un nivel de ingresos equivalente al menos al salario mínimo establecido, pero de nuevo se presentó
un problema no previsto: cómo entregar títulos de propiedad. La Ley ordenaba “entregar Títulos
de Reforma Agraria” que no podían ser enajenados, ni heredados sino de forma indivisa. Ese era el
modo en que consideraba que sería una garantía para la consecución de las habilitaciones
agropecuarias73.
El asunto de las titulaciones de las tierras fue uno de los más controvertidos y al que se hizo
responsable en numerosas ocasiones del malestar que causó más tarde la indefinición e
incertidumbre a que dio lugar el no haber repartido títulos jurídicamente reconocidos. Sin
embargo, cuando se lee la evolución de la diversa documentación, de los decretos, leyes y
reformas de las leyes que se fueron emitiendo, es justo decir que hay pruebas sobradas de que el
gobierno siempre pensó que esos títulos serían un aval seguro y valioso y una prueba fehaciente de
que se le había entregado una tierra a quien los poseyera hasta poder legalizarlos y registrarlos
para lo que habría tiempo, porque el Frente jamás tuvo en cuenta la eventualidad de perder las
elecciones en 1990. Hubo, de hecho, tres fases: la de las Unidades de Producción Estatal, la de la
entrega de Títulos y la de después de la derrota de 1990, en que se entregaron de manera masiva.
Roberto Cajina pone el énfasis en que la principal consecuencia de no tener títulos registrados
oficialmente fue el no conseguir subvenciones de los bancos para explotar las tierras. También
aporta datos esenciales sobre el proceso de formación de la “contra” y de la realidad, muy
posterior a los inicios, de la aproximación de los desmovilizados del ejército esa “contra”.
Finalmente, considera que el problema actual de la propiedad en Nicaragua es producto de todo
aquel proceso:
…“La falta de títulos o escrituras fue un serio problema y la responsabilidad fue compartida entre la
incapacidad de los sandinistas respecto a promover algo ya desfasado como las colectivizaciones y el
gobierno de Dña. Violeta, que tampoco tenía recursos. Los bancos no se arriesgaban y si hacían un
préstamo para poner en funcionamiento una tierra, lo menos que pedían para pignorar esa deuda era la
escritura de la propiedad y ahí no había escrituras…
…Lógicamente había muchos campesinos y oficiales y tropa del ejército descontentos, pero ese
descontento interior es muy posterior. La “contra” en Nicaragua comienza con un reagrupamiento natural
de los antiguos Guardias Nacionales que llegan hasta El Salvador, a Guatemala, incluso algunos a los
72
73
Entrevista a Dora María Téllez.
Cap. II, art. 9 de la Ley de Reforma Agraria, Decreto 782, vigente desde el 2-5-1981.
24
EE.UU. Ese sería el embrión y a partir de ahí, la CIA encuentra un terreno fértil para ofrecer su apoyo,
asistencia técnica, organización, armamento, entrenamiento, etc. Y tan es así que la CIA inicialmente no
se involucra personalmente sino que contrata a ex militares de la dictadura argentina, que viajan de
Argentina a Honduras y son los que reorganizan a esos G. N. -por supuesto en términos militares, en
términos políticos es la CIA- y se crea la llamada ‘Legión 15 de septiembre’, que es el primer embrión de
la “contra” y que estuvo formada exclusivamente por ex Guardias Nacionales…
…El proceso de reagrupamiento de la ‘contra’ se da entre 1980-1981 y los primeros campamentos
son de oficiales de la dictadura militar argentina que están entrenando, capacitando, con las mismas
tácticas de contrainsurgencia que ellos habían aprendido en el Comando Sur de los EE.UU. Esa es la
primera etapa de lo que la revolución sandinista denomina ‘lucha contra bandas’, porque empiezan a hacer
pequeñas incursiones a poblados fronterizos, sobre todo en Honduras Y luego, a ese fenómeno organizado
por EE.UU. a través de la CIA, con el apoyo del ejército argentino se le van acumulando valores
agregados que ya los pone la revolución sandinista con sus errores: con las persecuciones a campesinos
que supuestamente estaban apoyando a estos primeros grupos, a estas ‘bandas’. De repente, el campesino
nicaragüense, sobre todo en la Zona Norte inicialmente, se encuentra entre dos fuegos: la revolución y el
embrión de la ‘contra’ y llega un momento en que ahí están todos metidos. Se siguen cometiendo errores
y llega un momento en que no puede distinguirse lo que es Guardia Nacional y lo que son campesinos
descontentos…
…Después, con Dña. Violeta, llegó la ‘contrarreforma agraria’, que, en el caso específico del
ejército, tiene su origen en el proceso de licenciamiento y de desmovilización, pero también en que se
quedaron sin títulos de propiedad, sin seguridad jurídica todos los campesinos que fueron obligados a
pertenecer a cooperativas y eso fue un error. Fue un error grande ocasionado porque la revolución nunca
pensó que iba a fracasar y siguió el modelo rígido ‘de manual marxista-leninista’ de la demonización
absoluta del concepto de propiedad privada. El actual problema de la propiedad en Nicaragua es heredero
de aquello: de la concepción de que el Estado es dueño de todo y el campesino es usufructuario y además
se le establece cuánto tiene que producir y a cómo lo tiene que vender. Llegaba a tal extremo el control
que si un campesino llevaba unos cuantos productos del campo para sus hijos que estudiaban en Managua
y se cruzaba con una patrulla a la entrada de la ciudad, se le interceptaba el regalo para sus hijos como
contrabando porque la norma era que todo se tenía que vender exactamente en los centros de acopio
destinados al efecto. Es decir, no solamente había un control de la propiedad sino de la producción y de la
comercialización”74...
Sergio Ramírez, sin embargo, recuerda que entre 1985 y 1990 se entregaron muchísimos
Títulos de Reforma Agraria y eso se hizo en una segunda fase porque se iba evolucionando. El
problema fue la clase de títulos que eran. También responde a las críticas que se hicieron al control
de la producción y la comercialización, que, en su opinión, fueron imprescindibles porque todo se
precipitó con la oposición de la ‘contra’ y la inminencia de la guerra:
…”El problema estuvo en que los Títulos de Reforma Agraria no eran títulos de calidad registral
ordinaria, eran títulos especiales, pues no daban derecho a vender la tierra ni a heredarla. Hubo muchas
propiedades que estuvieron en manos del Estado y otras, que estaban en un limbo jurídico, fueron
distribuidas también. El problema real fue que estas propiedades se inscribieron con unos antecedentes
registrales bastante confusos porque cuando la revolución expropió no inscribió las expropiaciones. Las
propiedades siempre aparecían a nombre de los antiguos dueños, no aparecía nunca el Estado como dueño
por eso hubo tanto juicio complicado, muchísimos juicios
…La ‘contra’ tuvo mucha propaganda por muchas razones. Al principio, en 1980 era la Guardia
Nacional, pero desde 1983, 1984 se unieron ya muchos pequeños propietarios, campesinos que pensaban
que podían ser expropiados…
…También se criticó el que se dirigía igualmente la comercialización y la producción, pero eso fue
debido mucho más a las necesidades de la guerra. Eso fue lo que complicó el libre mercado. No hubo una
voluntad de hacerlo, sino que la guerra imponía la necesidad de distribución y del control de los precios
por la especulación, acaparamiento de mercancías, etc. Con tantos problemas, yo creo que la revolución en
el campo tenía apoyos y tenía adversarios, hubo de todo”75...
Pero hubo siempre grandes condicionantes que explicaban realmente esa decisión de
entregar títulos no reconocidos jurídicamente, como lo fueron la lentitud de dichas
74
75
Entrevista a Roberto Cajina, Managua, 20-5-2004.
Entrevista a Sergio Ramírez, Managua, 25-5-2004.
25
tramitaciones en Managua y el costo que suponía (y todavía supone). Por ello, confiaron en
que los gobernantes los reconocían como válidos en esos momentos y se modificaría y
regularizaría más adelante cuando hubiera tiempo material para atender a tantas cuestiones
que se paralizaron por la guerra y la necesidad urgente de organizar la defensa y dejar de
lado los temas burocráticos.
Así lo expone Miguel Ernesto Vijil:
…“Se trataba de que la gente tenía su parcela, pero no tenían los títulos porque la legislación
nicaragüense es tan complicada y el sistema registral tan obsoleto que, aún ahora, es más caro lo que
cuesta la legalización del título que lo que cuesta la propiedad que le estás dando a la gente. También en
los temas urbanos, todavía ahora, una compraventa actual va al registro público y con suerte sale dentro
de seis meses. Incluso ahora es caro. Se le ha dado mucho dinero al gobierno de Nicaragua para que
titule, hay que hacer unos levantamientos topográficos, abogados por todos lados, muy caro…y eso ha
habido que hacerlo siempre desde que comenzó el sistema registral hacia 1893-4. Pero nosotros, ante
esas dificultades, y confiando en que seguiríamos en el gobierno, dábamos unas ‘Hojas de Asignación’
que después se suponía que se cambiarían por un título y ahora se está haciendo. Hay unas oficinas en el
Ministerio de la Vivienda que se llaman precisamente ‘Oficinas de titulación de tierras urbanas’ y hay
otras para las rurales”76.
Esa opinión es compartida por Dora María Téllez. Desde su punto de vista, en el tema de las
titulaciones, hubo una absoluta necesidad de actuar al hilo de las circunstancias que fueron
apremiantes y contando con las limitaciones que se tenían de recursos, de presupuesto y de medios
técnicos. Siempre confiando en el soñado arreglo final, después de las elecciones, que ya no llegó.
En lo concerniente a la participación del campesinado en “la contra”, distingue muy nítidamente
trabajadores del campo y campesinos y sostiene que éstos últimos fueron los que se atemorizaron.
También es del parecer de que al campo se le relegó bastante porque la revolución tuvo un origen
urbano. Su análisis es el siguiente:
…“El gran problema de la revolución fue que entregó tierras, pero nunca llegamos a hacer
masivamente titulaciones por una razón muy simple: porque nunca hubo ni tiempo, ni recursos, ni
posibilidades No había GPS77. No hubo tiempo de topógrafos, mediciones y hacerlo todo correcto. Se
entregaba la tierra, se les daba un certificado y quedaba así, pero no eran realmente títulos de propiedad.
Una parte de esas tierras se entregó en cooperativas y otra parte en tierras individuales…
…Nosotros dimos el primer título en León el 17 de julio de 1979. Expropiamos la propiedad La
Máquina, de 500 manzanas de Ramiro Sacasa, y se distribuyó en propiedades individuales Y ya había
entonces en el propio León una corriente que abogaba por la propiedad colectiva. Había distintas opciones:
cooperativas de producción (la tierra junta y todo junto). Otras, cooperativas de crédito y servicios (la tierra
separada y el crédito y los tractores juntos). Hubo distintos modelos pero nunca se hizo una cooperativa
sobre propietarios que ya eran individuales No se le obligó a nadie a compartir su tierra con otro”...
…‘La contra’ no estuvo formada nunca por el campesinado obrero, asalariado, sino por el
campesinado medio, que tenía su propiedad y tenía temor de que se la expropiaran. Ese fue el segmento
clave, el miedo a que si habían expropiado a otro que estaba por encima de él, era normal que le diera
miedo porque él se veía menos poderoso que el ya expropiado, menos protegido. Pero apoyó a la ‘contra’
por miedo a que le fueran a quitar la tierra no porque no le daban tierra o porque se la daban junto a otros.
Nadie obligaba a recibir tierra. Si no querían recibir tierra, no la recibían.
…En la URSS, en las colectivizaciones forzosas, el que quiso colectivizarse se colectivizó, pero el
que no quiso también. Pero aquí no, aunque el campesino prefiriera la tierra individual. Pero yo creo que
las cooperativas no fueron la base de la oposición, porque además esa gente terminó después con tierras
individuales. La base de la oposición fue el campesinado medio que era un sector enorme. Aquí se puede
consultar en NITLAPÁN en la UCA. Ellos tiene un estudio de ese finquero medio que tuvo miedo y que en
eso tenía toda la razón: su pensamiento era que si se había podido expropiar al más grande ¿por qué lo iban
a dejar estar a él?. Es decir, el concepto de que solo se fuera a expropiar a los grandes terratenientes en
beneficio de los menores es algo que el campesinado medio no entendió porque el gran terrateniente era el
que había tenido las ventajas siempre, era lo que él había visto toda su vida y no se podía cambiar
76
77
Entrevista a Miguel Ernesto Vijil, Managua, 27-5-2004.
GPS: Global Positional System (marcar coordenadas). No había topógrafos.
26
fácilmente ese esquema. Lo que no podía entender era que la reforma fuera a perjudicar al terrateniente y a
beneficiarle a él. Y ese sector estuvo aterrorizado y tuvo un peso enorme en la economía del país. Todavía
hoy la tiene. Si te fijas en los líderes principales de la ‘contra’ son finqueritos medios. Una vez que salió la
Guardia, fueron los finqueritos medios, pero no fue porque se opusieron a que se les diera la tierra en
cooperativa y no en propiedad individual. Muchos que querían propiedad individual y no cooperativa
acabaron distribuyéndose la parcela, aunque no había títulos. Pero no fue una razón para irse a la
‘contra’…
Dora María da mucha importancia al hecho de que la dirigencia sandinista era una elite
urbana y, a su juicio, esa característica influyó mucho en la toma de decisiones. Continúa diciendo
al respecto:
… Para mí el problema principal no fue la Reforma Agraria. Para mí el problema fue no haber
distribuido la tierra tan rápidamente como se debió hacer para haber afianzado el apoyo de ese sector. Yo
hoy creo que hubiera sido mejor una opción individual, sino haber entregado más tierra individual primero
y después, en un segundo paso, un modelo cooperativo. Pero era complicado, dependía mucho de sectores,
personas, etc. Además, el problema del campesinado fue otro: como yo lo veo es que la revolución fue una
revolución de base urbana y se expresó en forma urbana. Los que estábamos o estaban en el monte, las
guerrillas rurales, tuvieron muy poco impacto. Las columnas guerrilleras jugaron un papel de respaldo,
pero la fase decisiva de la revolución fue fundamentalmente urbana. Y el sandinismo de esa época
estructura su compromiso, su alianza con los sectores pobres urbanos. El Frente quiso favorecer a los
pobres de la ciudad, lo que era más su entorno, lo que más conocía y si subsidiaba los frijoles, el arroz y el
maíz para que se alimentaran mejor en la ciudad, tenía que controlar los precios en el campo o no podía
abaratarlos en la ciudad. Y si controlaba los precios en el campo…los campesinos se ponían en contra.
Mientras el de la ciudad compraba barato, aquel estaba obligado a vender barato o a no vender muy caro y
el campesino se molestaba. Políticamente ese proceder del Frente fue afianzar su alianza en las ciudades y
se desatendió el campo. Eso fue lo que pasó…
…A los campesinos que estaban en las tierras de los grandes terratenientes, que habían estado
explotados les mejoraba la vida después de las confiscaciones, pero esa gente no afectaba a la ciudad, no
cultivaba frijoles, ni maíz, ni arroz, que era la comida cotidiana. Eran obreros de grandes haciendas de café
y de algodón y esa gente, los que eran solo trabajadores agrícolas, sí mejoraron y sí apoyaban la
revolución. Pero los de los frijoles, el campesinado pequeño y mediano propietario que vendían por su
cuenta, fueron perjudicados con los controles para poder abastecer a precios bajos a la ciudad. Eso fue una
realidad, se optó por la otra alianza, la urbana y el campo quedó debilitado…
…Si se hubiera dejado libre el precio del maíz y el frijol, eso hubiera encarecido enormemente el
precio para los pobres urbanos. Nosotros, los dirigentes, éramos una elite intelectual evidentemente urbana,
no procedente del área rural y nuestra sensibilidad ante el pobre urbano era mayor que al pobre rural y aún
ocurre en el país. El país es más sensible a lo que pasa aquí, en la ciudad. Hoy hay una inundación en la
ciudad y tiene tres días de titulares de periódicos, pero no lo tienen los problemas del campo. El país sigue
teniendo el problema de que el poder político es fundamentalmente urbano. Y así fue el sandinismo
también, dominantemente urbano…
…La política en el campo fue compleja, fue contradictoria, se complicó más con la guerra e hizo
que la revolución llegara al campo por varios brazos: el de la Reforma Agraria, el del reclutamiento, el del
ministerio del Interior, el de la policía, el del ministerio de Salud, el del de la Infraestructura…todo eso
llegaba al campo, unas veces para bien y otras para mal. Y en medio, el escenario de la guerra. La situación
del campo fue tan compleja que incluso influyó mucho allí la presencia de fuerzas militares urbanas.
Cuando nosotros enviamos reservistas que eran obreros de fábricas, el obrero de fábrica veía a un
campesino propietario como un patrón, y eso generó más problemas. Pero ¿qué reservistas podíamos
enviar?, solo los que había78.
Ernesto Castillo considera de igual modo que fue un error no entregar propiedad individual y
que se agravó de un modo extremo con las exigencias de la guerra. Pero cree que el malestar y el
desarraigo fueron tan grandes que colocaron al lado de ‘la contra’ no solo a muchos pequeños
propietarios, sino incluso a una parte de los trabajadores del campo. Dice así:
78
Entrevista a Dora María Téllez.
27
…“Nosotros nunca entendimos que el campesino nuestro no estaba preparado para aceptar títulos
de propiedad colectiva. Creamos unas cooperativas, pero el campesino llegó un momento con la guerra
que, muy inteligentemente, dice: ‘nos sacan de la tierra que estamos trabajando para ir a morir con el fusil
defendiendo una tierra que no es nuestra, que es del Estado’. Ese campesino se siente despojado de su
tierra y, además, obligado a defender por medio del servicio militar una tierra que no es de él y empieza a
engrosar la ‘contra’ y nosotros no nos damos cuenta de eso o no nos queremos dar cuenta…
…Se pone en contra el que tenía antes tierra como el que no tenía, porque el que estaba en una
cooperativa también había sembrado y como le mandaban al servicio militar lejos, pierde su siembra. Eso
se mezcló mucho con el servicio militar obligatorio y con la guerra. Probablemente si el campesino se
hubiera podido quedar tranquilo en su cooperativa, no hubiera habido rechazo. La prueba está en que, al
principio, ellos voluntariamente defienden su tierra, porque creían que era su tierra cuando estaban en su
parcela, pero cuando ya se les dice ‘zona de guerra, dejen su tierra, tomen su fusil y vénganse para
acá’…entonces el campesino se desarraiga y no le importa el lugar nuevo al que va...
…Los primeros que se fueron con la ‘contra’ fueron los que eran pequeños propietarios, los que
antes de las confiscaciones-expropiaciones habían tenido su tierrita y ahora tenían un título de Reforma
Agraria que no sabían muy bien para qué servía, que no podían vender, que no se podía heredar, etc. Pero
después se les unieron los otros, los que nunca habían sido propietarios porque ya en la época de la guerra
se les distribuye por zonas de guerra, ya no se siembra, se les lleva a combatir y ya ellos no saben qué
están defendiendo. Y la mentalidad nuestra era que no había que dar en propiedad esas tierras porque se
volverían de nuevo ‘pequeños burgueses”79.
Jaime Wheelock asume que los organizadores y gestores de la Reforma Agraria cometieron
serios errores en el campo y que, ya desde antes, el campesinado nunca apoyó totalmente a la
revolución. Aunque existió siempre un sector a favor, no había una aceptación generalizada:
“Creo que se dieron sobre todo tres factores que hicieron mucho daño. El primero fue el hecho de
que la revolución tocó a una sociedad tradicional, donde existía una cultura patriarcal y católica muy
tradicional. Cuando nosotros llegamos queriendo organizar asociaciones de mujeres en el campo, hubo una
gran inconformidad, un rechazo ante esa iniciativa. Se vivió por aquellos hombres como si estuviéramos
intentando violentar lazos absolutamente naturales de dependencia por parte de la mujer. Cuando
entrábamos en una casa de campo, las mujeres nunca estaban. Permanecían en el interior de la casa y
servían, pero quienes recibían a los que llegaban eran los hombres. El que llegáramos organizando algo por
lo que las mujeres debían salir de su casa e ir a otra, era casi como si las quisieran violar, o si las
pervirtieran, y la revolución lo hizo de manera generalizada porque se organizaban asociaciones para todo.
Los hombres decían que era ‘una violación de la neutralidad natural del campo’…
…nosotros introdujimos el liderazgo de personas que ellos veían ilegítimas, porque los liderazgos
legítimos allí los tienen los patriarcas. A veces pusimos a personas incluso mal vistas por esos patriarcas o
por la comunidad en general. Nosotros tratábamos de elegir a la gente que supiera explicarse mejor, que
pudiera hablar, que, a veces, ni siquiera eran campesinos y eran los que daban las órdenes…
…la Reforma Agraria, a pesar de que afectó principalmente a la familia Somoza, provocó un rumor
que se corrió en toda la sociedad de que se iba a confiscar a todos los propietarios. Eso dio lugar a que se
levantaran, en primer lugar, familiares de la Guardia Nacional y, más tarde, todos los que se sintieron
hostigados y amenazados por las expropiaciones. Hubo mucha desorganización al menos hasta 1985 y de
todos esos malestares se alimentó ‘la contra’…
…Los trabajadores del campo, no propietarios, sí apoyaron. Se les proporcionaba trabajo todo el
año, cuando antes sólo lo tenían temporal en las grandes explotaciones Después se les entregaron tierras
para trabajar en cooperativas porque en esas explotaciones no se podía de otro modo. Ahí lo que hicimos
fue garantizar una administración estatal con participación de los trabajadores y con los recursos que se
obtenían se hicieron viviendas y todo tipo de mejoras Se invirtieron 1.000.000 de Has de los Somoza y el
Estado se quedó con 800.000, con las corporaciones industriales, lo que no se podía dividir. El resto se
entregó a particulares.80 ”
Finalmente, Henry Ruiz pone el acento no solo en el descontento de los pequeños
propietarios, sino también de los que recibieron tierras. La falta de control y medios para explotar
esas tierras, las continuas demandas de dinero que se hacían desde los frentes de batalla, puesto
que la URSS y Cuba apenas podían ya ayudar, impidieron todo desarrollo. Por último achaca a las
79
80
Entrevista a Ernesto Castillo, Managua, 9-6-2004.
Entrevista a Jaime Wheelock. Managua, 22-6-2004.
28
levas obligatorias del servicio militar otro de los elementos más importantes de la pérdida de los
apoyos a la revolución:
…“La ‘contra’ se engrosó con los pequeños productores que estaban temiendo que les fueran a
expropiar también a ellos. Hubo una organización que empezó a crecer, la UNAG (Unión Nacional de
Agricultores y Ganaderos), y a uno que conocimos más, cuando le preguntamos porqué se había ido dijo
que tenía 80 manzanas (muy pequeño productor) y solo con eso creía que las podía perder, que le podían
confiscar…Pero es que lo otro (los que trabajaban en tierras del Estado) tampoco podía salir bien porque
les dábamos el dinero y ni siquiera se les pedían después cuentas y esas no son medidas buenas a la larga.
Ellos debieron adquirir un compromiso. Tú les prestas, pero tienes que exigir unos resultados. Y luego
todavía fue peor con los “bancos aéreos”: como no había bancos en el campo, se llevaban los préstamos
en helicóptero a la costa atlántica. Se dejaba pasar y se iba acumulando y eso así no podía ser...
…otro punto fue quizás, que la economía en este país era y sigue siendo agropecuaria y a mí me
dio la impresión que se dio una excesiva modernización no tomó muy en cuenta lo que era el campo. Sin
embargo, yo pensaba, y pienso todavía, que todas esas cosas eran corregibles, pero no nos dio tiempo a
nada por la dedicación a la guerra. Los ‘señores de la guerra’ se servían con cuchara hermosa, esos no
tenían en cuenta la economía y pedían lo que necesitaban, y nosotros estábamos atados a esa voluntad. Y
en los momentos más duros, en 1988, Cuba ya no nos podía ayudar. Yo era amigo personal de hacía
muchos años de Nicolás Richkov, desde 1979, y me tenía cariño, y él me decía: ‘no podemos, no
podemos, nosotros ya no podemos ni con nosotros mismos. Somos un país del tercer Mundo exportador
de materias primas y por eso Mijail Gorvachov quiere hacer el cambio, porque no podemos’. Y aquí
algunos decían que era una falta de coherencia, no se daban cuenta de que ellos no podían ya ayudar…
…en Cuba empezaron incluso a prepararse para un “comunismo de guerra”, se hablaba de ahorrar
energía, de preparar medio millón de yuntas de bueyes…en la época en que todo el mundo sustituía
bueyes por tractores…y nosotros pidiéndoles aviones MIX. Los llegamos a pedir y eran impresionantes.
Yo fui a ver una base aérea y al despegar las turbinas se le ponían coloradas coloradas y a mí me
recordaba la boca de los sacos de café. Los cubanos nos advirtieron realistamente que tendríamos
problemas con el combustible, con el mantenimiento, pero como los muchachos los querían, a pesar de
todo, se pidieron y se aprobó. Y se llegaron a mandar 18 y 2 aviones de entrenamiento de la URSS…
…Otra cosa que afectó al campo también fue el servicio militar. Se le llamó voluntario, patriótico
y así debió ser. Yo creo que la voluntariedad es esencial para defender una causa y muchos jóvenes
incluso repetían. Pero llegó un momento en que como la situación no se resolvía, cada año se llamaba a 20
ó 25.000 jóvenes y muy jóvenes, desde 16 ó 17 años. Eso comenzó a crear un temor tan grande que los
padres se iban del país para que no fueran a la guerra los hijos y se llegó a tener que poner obligatorio.. A
eso se ha atribuido mucho la derrota, pero yo tampoco creo fuera lo decisivo. Yo lo atribuyo a la mezcla
de todas las circunstancias de las que hemos hablado y, aún así, hubo muchos votos, aunque se perdió. Y
se dijo también que no nos habíamos preparado para la derrota, y era verdad, pero sí nos habíamos
preparado para respetar la decisión que saliera81…
Desde la óptica concreta del finquero medio que se sintió prioritariamente afectado por la
expropiación de sus tierras y que pasó finalmente a la contra, existe el testimonio de varios de
ellos a los que se entrevistó A. Bendaña y que relatan sus experiencias. La lectura de estas
narraciones aporta una información interesante como punto de contraste con los defensores a
ultranza de los decretos y leyes de la Reforma Agraria82.
5.4. La transición de 1990 y los últimos cambios de los sandinistas: el controvertido
tema de “la piñata”
Las propiedades confiscadas por los Decreto nº 3 y nº 38 fueron la base de la
reestructuración de la propiedad que reorganizó la Reforma Agraria bajo el ministerio denominado
MIDIMRA (Ministerio de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria), a cuyo frente estuvo el
comandante Jaime Wheelock. Había en esa masa de tierras fincas ganaderas que pertenecían a la
corporación ATONIT, fincas cafetaleras, que pertenecían a la corporación CAFENIT, fincas o
81
82
Entrevista a Henry Ruiz, 31-5-2004.
BENDAÑA, A.: Una tragedia campesina. Managua: Edit. Arte. CEI, 1981.
29
ingenios azucareros que pertenecían a CONAZUCAR, la corporación del azúcar y fincas
algodoneras.
Cuando llegaron las elecciones de 1990, vence Violeta Barrios de Chamorro, y se lleva a
efecto el Programa de la Unión Nacional Opositora (UNO), constituida por los 14 partidos de la
oposición, en él se dice claramente que “se mantendrán las confiscaciones del decreto nº 3, pero
las demás confiscaciones, expropiaciones, afectaciones, etc. podrán ser realizadas a solicitud de
los perjudicados para proceder a su restitución o compensación cuando aquella no fuere posible”:
"A los campesinos se les garantizará la propiedad legítima de la tierra que tienen en posesión de la
forma siguiente: a) A los que en virtud de la Reforma Agraria sandinista se les han otorgado títulos de uso
de la tierra que tienen en posesión, se les otorgarán de inmediato títulos de propiedad. b) En el caso de los
que de hecho hubieren ocupado tierras, se les convertirá en sujetos de Reforma Agraria, sin perjuicio de
los fallos de los Tribunales Agrarios y Judiciales, y del derecho de indemnización de los dueños afectados
Se mantendrán las confiscaciones llevadas a cabo en virtud del Decreto No. 3, garantizando revisión para
los casos que la ameriten.
Las afectaciones a propiedades de particulares por la vía de las confiscaciones, expropiaciones,
invasiones de tierras e intervenciones al margen de la Ley o con base en leyes violatorias de los derechos
humanos, podrán ser revisadas a instancia de los perjudicados para demandar su restitución o
compensación cuando aquella no fuere posible".83
Es decir, que lo que era de Somoza se queda para el Estado, no se va a revisar, pero el resto
sí se revisaría porque consideraban que no estaba definido quien era “allegado” ni tenía
justificación la “Ley de Ausentes”. Todo eso es lo que el nuevo gobierno promete que “podrá ser
revisado a solicitud de los interesados, con los que se procederá a la restitución o compensación
cuando aquella no fuere posible”.
Asimismo, el Protocolo de Transición, que completaba las declaraciones de la UNO, lo que
decía básicamente era que en lo que se podían poner de acuerdo todos era en el respeto a la ley;
que el gobierno entrante estaba dispuesto a respetar la institucionalidad de las fuerzas armadas, las
asignaciones de tierras que se habían hecho a los beneficiarios de Reforma Agraria, etc., los
poderes del Estado, pero que, a cambio, los sandinistas debían aceptar y respetar la autoridad del
nuevo presidente como mandatario supremo de la Nación y como Jefe Supremo de las fuerzas
armadas84.
Antonio Lacayo, ministro de la Presidencia, cuya misión era coordinar todos los ministerios,
explica cuál fue su punto de vista acerca de los objetivos que el nuevo gobierno debía cumplir con
respecto al problema de la tierra:
“Nuestro objetivo fue que las tierras de los Somoza del decreto 3, o quedaran en manos de los
beneficiados en esa fecha o sirvieran para pacificar el país y poder cumplir con el mandato de restitución y
de desmovilización. Había que desmovilizar y pacificar y había que tratar de reubicar gente, aumentar la
restitución física y reducir la compensación económica que se pudiera porque todo lo que se compensara
económicamente era por medio de bonos que era emisión de Deuda Pública. Claro en aquel tiempo se
decía que no importaba porque ya había llegado el momento en que el Estado tenía que pagar esos bonos
Ya se habían pagado los intereses, porque había diez años de gracia, pero nuestra obligación era que esa
deuda pública se mantuviera lo más baja posible y por eso había que aumentar la restitución. Esa fue la
filosofía que nosotros pretendimos…
…Prácticamente todo lo que era legalmente del Estado nosotros lo utilizamos con ese propósito,
fundamentalmente las tierras de Somoza o las de alguna gente que las había perdido con bancos Y eso se
hizo de tal manera que hoy en día es difícil encontrar (excepto en los ingenios azucareros que son
unidades de producción que se tienen que mantener vinculadas a la fábrica) una propiedad de Somoza que
no esté en manos de beneficiarios de Reforma Agraria. Las cafetaleras, las ganaderas…les pusieron
primero nombres de héroes…pero con el tiempo han vuelto casi todas a sus denominaciones tradicionales
83
Programa de la UNO, facilitado por Antonio Lacayo, ministro de la Presidencia del gobierno de Dña. Violeta Barrios de
Chamorro.
84
Protocolo de Transición, publicado en La prensa, 28-3-1990
30
…Lo que sí ocurre es que muchos han vendido esas propiedades y en algunos lugares hubo
personas con alguna capacidad económica sobre todo personas retiradas del ejército de altos rangos que
fueron recomprando y se pueden encontrar ahora como una unidad productora ya no tan parcelada y en
manos de alguien que la compró ya a los primeros beneficiarios. Pero sí sirvieron fundamentalmente para
lograr el propósito de desmovilización y de justicia en las otras tierras que no debían haber sido jamás
afectadas...
…lo que tenía que estar claro es que cuando se podía se haría restitución física de la propiedad,
pero, cuando no, se haría con compensación económica. Y podemos preguntarnos ¿por qué no todo se
pudo restituir?: porque a lo largo del gobierno revolucionario, hubo leyes como la Ley de Reforma
Agraria que le entregó a algunos nicaragüenses tierras que en parte provenían de las fincas de Somoza,
pero otras provenían de afectados injustamente. Pero como ya habían pasado a manos de otros
nicaragüenses, esas ya no se le podían quitar, ya no se podían restituir físicamente. Ya habían sido
parceladas y entregadas con ‘Títulos de Reforma Agraria’ y amparadas por la Ley de Reforma Agraria.
En esos casos, el Programa de Gobierno estipulaba con toda claridad que esos campesinos las
mantendrían, incluso se les iban a titular, porque muchas de ellas no tenían títulos. Luego ahí no se podía
llevar a cabo la restitución, había que ir por la vía de la compensación…
…Sin embargo, si había alguna propiedad, casas o fincas que todavía no hubieran sido entregadas a
nadie y se mantuvieran como ‘corporaciones estatales’, esas no había ningún inconveniente en
devolvérselas a sus antiguos dueños porque eran del Estado y como lo eran por una confiscación indebida,
el Estado podía restituirlas. Esa fue la gran filosofía de nuestro gobierno…
…Nos encontramos con una serie de propiedades entregadas a campesinos, pero nosotros, por otro
lado, en 1990 y 1991, por los acuerdos llamados ‘de concertación’ entre los distintos sectores de la vida
nacional, fundamentalmente sectores empresarial-productivo y sector sindical, y con el Estado (es decir,
la tripartita: Estado, empresarios y trabajadores), habíamos decidido que las propiedades de Somoza no
repartidas en Reforma Agraria, que eran del Estado, no serían devueltas físicamente, sino que las
utilizaríamos para tres propósitos:
1. Ubicar en ellas a personas que estaban -sobre todo por la vía de hecho- instaladas en fincas
injustamente confiscadas para poder devolver esas fincas. Sobre todo donde había habido tomas de hecho
o reparticiones muy recientes donde no había prácticamente ningún documento. Es decir, a ellos se les
daba otra finca y a los legítimos dueños de las ‘tomadas de hecho’, se les devolvían.
2. Asentar desmovilizados de la Resistencia nicaragüense (la ‘contra’), que pedían tierras porque
eran campesinos
3. Asentar desmovilizados del ejército popular sandinista.
Eso fue lo que consideramos justo. Era imposible hacer lo que proponían los sandinistas. Con la
deuda per cápita más grande del mundo que habían dejado en el año 1990, ellos tenían la pretensión de
que no se tocara nada y que todo se compensara, pero eso era imposible. Eso hubiera elevado la deuda a
unos niveles que hubieran sofocado eternamente la economía nacional. Había que restituir todo lo que se
pudiera, siempre y cuando se respetaran las asignaciones de Reforma Agraria que se habían hecho. Y en
ese propósito avanzamos mucho y el sistema de compensaciones llegó a tener credibilidad porque se
emitieron bonos con garantía del Estado y se logró que el FMI y el Banco Mundial vieran que esto no era
papel mojado y muchos confiscados, incluso los nortemericanos, lo empezaron a aceptar…
…El sistema era que al recibir un bono, tú renunciabas a la propiedad que se te estaba
compensando. Entonces el Estado, siendo ya dueño legítimo de esa propiedad que se te había
compensado, podía titularla a favor de beneficiarios que estaban ahí, que eran beneficiarios según la ley
de Reforma Agraria, pero a los que no se había otorgado el título y ahora, esa compensación iba unida a la
titulación. Después de nuestro Gobierno vino otro quiso comenzar de nuevo todo esto y aún se sigue con
el problema.”85...
Ante estas decisiones, los sandinistas temieron perder todo lo que habían transformado. Sin
títulos registrales que pudieran justificar las posesiones de las instituciones sandinistas, bienes
muebles e inmuebles que eran el patrimonio del partido, que ya inevitablemente iba a pasar a la
oposición, no se tenía nada verdaderamente asegurado. Todo era incierto. Y, en los meses que
restaban de gobierno en funciones, comenzaron a realizar nuevas atribuciones a campesinos,
múltiples titulaciones a particulares, que ellos justificaban como una necesidad de amarrar lo que
85
Entrevista a Antonio Lacayo, ministro de la Presidencia en el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro. Para más datos
sobre este período ver: BARRIOS DE CHAMORRO, V.: Sueños del Corazón. Autobiografía de una mujer excepcional.
Madrid: Edit. Acento, 1997. y LACAYO OYANGUREN, A.: La difícil transición nicaragüense en el gobierno de doña
Violeta. Colección cultural de Centroamérica. Serie Ciencias Humanas, nº 12. Fundación UNO, Managua, 2005.
31
había quedado “en el aire”, pero que levantaron sospechas y todo tipo de comentarios. Fue lo que
se dio en llamar despectiva y expresivamente “la piñata”. De ello da su versión Miguel Ernesto
Vijil:
“En el período de Transición hubo una serie de transferencias irregulares que no se correspondían
con la filosofía de cómo había empezado aquello. Fue ‘la piñata’. Hubo casos en que sí fueron
distribuciones entre campesinos que trabajaban en las fincas Pero en otros casos, hubo cuadros del Frente
Sandinista que se quedaron con muchas propiedades. La pena fue que no se hizo el cambio estructural de la
propiedad en manos de los campesinos, que hubiera sido ya más irreversible, pero como se pensaba que la
revolución se iba a ganar seguro…no hubo prisa. Yo fui ministro de la Vivienda hasta 1988 y entonces me
trasladaron a otra función: me nombraron presidente ejecutivo de la comisión nacional del algodón, una
entidad del Estado que era para promover el cultivo del algodón, del que había tierras estatales, tierras de
particulares que nunca se habían ido de Nicaragua y cooperativas Había de todo. Pero como no había nadie
en el sector de la vivienda, me encomendaron a título personal que me siguiera ocupando de la vivienda
porque allí había muchos cabos sueltos que había que solucionar. Yo presidí entonces una comisión que se
llamó ‘comisión de legalización de inmuebles’ y eso me daba más trabajo que mi trabajo oficial. Fuimos
trabajando y en noviembre de 1989 teníamos un plan de regularizar todo lo que pudiéramos y en una
reunión que tuve con Sergio Ramírez -entonces vicepresidente de la República- en la que le pedí que nos
autorizaran a preparar los proyectos de ley para ir agilizando todo aquello, para que se llevara a la
Asamblea Nacional y se aprobara, él me dijo: ‘Mira Ernesto, es que con esto de la campaña electoral
estamos muy ocupados. Dejémoslo así y lo vemos después de las elecciones’. Y, efectivamente, lo vimos
después de las elecciones, pero no como él había pensado. Lo vimos después de haber perdido a toda
velocidad en el período de transición. Porque hasta la toma de posesión del nuevo gobierno es
absolutamente legal terminar con lo que no se ha podido antes del programa que uno tenía. Y nosotros
quisimos dejar ese tema un poco más arreglado. Pero aquí todo el mundo estaba convencido de que se iba a
ganar y no se tuvo prisa. De todos modos fue de lo que más sólidamente organizado quedó86”.
En 1999, Sergio Ramírez explicaba de un modo preciso y sencillo el proceso en su hermoso
libro Adios Muchachos. Una memoria de la revolución sandinista, en el que es muy crítico con las
transferencias que se llevaron a cabo: “La operación que habría de demoler el código de reglas
estrictas empezó bajo el amparo de una justificación estrictamente política, que fue la primera
carga explosiva colocada en la base del muro de contención: el sandinismo no podía irse del
gobierno sin medios materiales porque significaba su aniquilamiento. El FSLN necesitaba bienes,
rentas y había que tomarlos del Estado antes de que se cumplieran los tres meses de la transición.
Se dio entonces una transferencia apresurada y caótica de edificios, empresas, haciendas,
participación de acciones, a manos de terceros que quedaban en custodia de esos bienes para
pasarlos luego al FSLN, que terminó recibiendo casi nada. Muchas nuevas y grandes fortunas,
muchas de ellas tan odiosas como las que por rechazo inspiraron el código de conducta de las
catacumbas, nacieron de todo lo que se quedó en el camino. Y cuando se firmaron los acuerdos de
Concertación Económica con el nuevo gobierno, en agosto de 1991, a cambio de consentir el plan
de ajuste monetario y la privatización de las empresas del Estado, el FSLN obtuvo que una cuarta
parte de esas empresas pasara a ser propiedad de los sindicatos sandinistas. Pero fueron los
dirigentes de esos sindicatos los que vinieron a quedarse con todo, y entraron también en la lista de
nuevos ricos. Todo esto fue la piñata, un término que matriculamos en el mundo, para desgracia
nuestra, junto al término contra, los dos que mejor han sobrevivido al sandinismo” (…) “Mil
veces peor que la derrota electoral fue la piñata. Esa operación de demolición que hundió, antes
que nada, una opción de conducta frente a la vida, aún no ha terminado. Porque quienes lejos de
las catacumbas defienden ahora una cuota de poder político dentro del sistema que de nuevo se
reconstituye como fue antes, cada vez encuentran más difícil renunciar al poder económico o dejar
de multiplicarlo. Ésa ha sido la verdadera pérdida de la santidad”87.
En su respuesta actual, añade otros aspectos sin contradecir lo anterior:
86
87
Entrevista a Miguel Ernesto Vijil.
RAMÍREZ, S.: Adiós Muchachos. Una memoria de la revolución sandinista. México: ed. Aguilar, 1999, pp. 55-57.
32
…“Después de perder las elecciones en 1990, se perdieran importantes conquistas logradas por el
Frente, como las de sanidad, educación y otras. Hubo personas que opinaban que, sólo con que el Frente lo
hubiera solicitado, la gente hubiera reivindicado que no se perdiera eso, pero quienes lo hubieran
reivindicado hubieran sido los partidarios de lo que Daniel intentó con su famosa tesis de ‘gobernar desde
abajo’ y eso no era posible. El nuevo gobierno pactó con Humberto Ortega porque era imprescindible una
transición en el ejército, pero en otros aspectos no se veía tan claro…
…yo no llamaría ‘contrarreforma agraria’ a lo que vino después, fue más bien una continuación. En
primer lugar, las propiedades que se pudieron legitimar, se legitimaron y no solo ya propiedades de
campesinos sino de personas de la cúpula del Frente Sandinista que tenían bastantes medios, intereses
económicos fuertes. Esa fue la ‘piñata’ y realmente esa se hizo ya en el nuevo gobierno, pero no porque el
nuevo gobierno quisiera hacer algo ilícito, sino porque legitimó lo que el Frente Sandinista le demandaba
legitimar…
…como se decidió privatizar todo, lo que el Frente exigió fue el 30% de todas las empresas ‘para los
sindicatos, para los trabajadores’, y esa ‘piñata’ fue más grande que la que se hizo antes de la transición y
se argumentaba que era par los sindicatos, pero después no fue exactamente para los sindicatos… más bien
quedó en manos de los dirigentes sindicales. Otra parte fue a los oficiales desmovilizados del ejército y
otra, empezaron a negociarla …era mucho dinero, era el 30% de todo. También se le dio a la ‘contra’,
claro, fue equilibrado. Pero hay que tener en cuenta que en el ejército se desmovilizaron unos 7.000
oficiales y esos pasaban al retiro y tenían que tener por lo menos un camión, algo. La gente de tropa eran
voluntarios, eran del servicio militar, no eran como los oficiales que eran de planta. Los oficiales, incluso
ahora, siguen queriendo legitimar sus títulos, todavía están peleando por eso”88.
Roberto Cajina sostiene que el principal problema fue la falta de tiempo para poder
solucionar tantos cabos sueltos como había dejado la Reforma Agraria y eso fue lo que dio lugar a
gran cantidad de abusos:
“Otra consecuencia del modelo de Reforma Agraria y del concepto global de propiedad fue la
llamada ‘piñata’ que se dio al final del mandato sandinista y en el traspaso de poderes a Violeta
Chamorro. En el momento de la derrota del Frente fue cuando los sandinistas fueron conscientes de que la
revolución -que había querido sinceramente democratizar la propiedad, urbana y rural- no había creado
los instrumentos que pudieran garantizar a la gente lo que se le había asignado. Entre febrero y abril de
1990, el gobierno saliente se da cuenta de que no tiene ningún instrumento jurídico para consolidar lo que
ha creado, su Reforma Agraria. Entonces se aprueban una serie de leyes, a las que llamaron ‘de la piñata’
a través de las cuales se pretendió resolver el problema que no se había resuelto antes. Y eso está en dos
leyes diferentes: la ley para las propiedades urbanas y la ley para las propiedades rurales, pero eso no
funciona porque el espacio de tiempo entre los dos gobiernos es muy pequeño y al final todo son
problemas. Debía darse ahora un proceso de privatización, pero ¿cómo se resolvía entonces qué
confiscación fue justa, qué confiscación fue injusta, qué propiedad estaba justamente poseída, cuál no, qué
se iba a hacer con la gente que estaba reclamando y, especialmente, la gente que se había marchado a vivir
a EE.UU., que se habían convertido en ciudadanos americanos?. A. Lacayo les llamó gringos ‘caitudos’ los nicas con zapatos de suelas de neumáticos- nicas, pero ya con la ciudadanía norteamericana…
…El gobierno de EE.UU. le impuso a Nicaragua la resolución de todos esos problemas de
propiedad a los ciudadanos norteamericanos que habían llegado de Nicaragua (porque en EE.UU. en eso
no hay distinción, sean ciudadanos desde hace un año o de siempre o nacidos allá, si tiene la ciudadanía
son ciudadanos de la misma clase. La única restricción que tiene el no nacido en EE.UU. es que no podría
ser presidente). Todo eso generó un problema que todavía no se ha resuelto porque no era exclusivamente
de propiedad, sino un problema político. En esa ‘piñata’, en el tiempo que hubo entre la derrota del Frente
y la toma de posesión de Dña. Violeta, hubo una gran cantidad de abusos: gente que no había sido sujeto
de Reforma Agraria aparecieron con propiedades agrarias y eso, aunque ya había habido muchos motivos
para desengañarse, ya fue el desengaño total para la gente. Personas que no habían sido campesinas
nunca, que no tenía lo que el Frente había llamado ‘vocación’ agrícola, aparecían reivindicando y
obteniendo propiedades rurales. Aparte del problema moral, eso generó un problema de resentimiento de
la gente más pobre. Esos no tuvieron ningún resarcimiento después de lo que se habían sufrido y después
de la guerra. Fue una de las grandes tragedias…
…Esos hechos y la reivindicación de la tierra, todo lo que ocurrió en esta revolución, me hace a mí
recordar la propuesta ética de Sandino: ‘Quien no tiene ni un palmo de tierra donde ser enterrado merece
88
Entrevista con Sergio Ramírez, Managua, 25-5-2004.
33
ser oído, pero además, creído’. El no haber ‘oído’ a esa gente fue una auténtica traición y la parte más
ortodoxa del Frente todavía es algo que no entiende: la traición a los principios morales que fue todo eso,
que era una de las grandes propuestas de Sandino”89.
Ernesto Castillo, por su parte, rememora la crisis que supuso a los sandinistas aceptar la
derrota, la resistencia a traspasar el poder y la realidad posterior de “la piñata”.
”En 1990, cuando nosotros perdimos las elecciones, estábamos dispuestos a no entregar el poder y
se estuvo reteniendo lo que se pudo. Pasamos una crisis hasta que se decidió gracias a los buenos oficios
de Carter. Me pregunto dónde estaría hoy Nicaragua si no hubiera estado allí Carter de mediador…
…perdimos las elecciones, se toma la decisión de entregar el poder después de la crisis y se hace
un esfuerzo de análisis en El Crucero donde estuvimos unas 80 personas para tratar de analizar y
fundamentalmente para hacer una autocrítica, pensar en lo que había ocurrido… llega un momento en que
algunos dirigentes del Frente se dan cuenta de que el poder del Frente ya no está en el Frente, sino en el
poder que éste tenga y, como ya no se podía recurrir a la revolución, se recurre a la legislación, y
empiezan a legislar para amarrar una serie de propiedades como sea. Esa fueron la ‘Leyes de la piñata90”.
La “piñata” fue un tema muy polémico. Jaime Wheelock admite que pudo haber abusos, pero
afirma la existencia de los datos que prueban todas las privatizaciones y así lo publicó en su libro
La verdad sobre la piñata91.
La Reforma Agraria, en definitiva, debía hacerse y todo parece indicar que se hizo tan
acertadamente como aconsejaron y permitieron las circunstancias. Sería fácil criticar desde lejos,
tantos años después, pero, sin lugar a dudas, no fue igualmente fácil responder entonces a tantas
dificultades. De cualquier modo, todos los protagonistas son autocríticos, todos señalan unos u
otros fallos por desconocimiento, improvisación o el gran obstáculo de materializar sus proyectos
en medio de la guerra.
Algo común en la actitud de los entrevistados para este artículo ha sido la excepcional
sinceridad y la admisión de sus errores, que no han escondido, junto a su defensa de una voluntad
política y personal evidentemente deseosa de un cambio justo que beneficiara a la mayoría de la
población rural empobrecida y vilipendiada.
6. La situación actual y la herencia de la revolución
Después de 27 años, cuando se pregunta a quienes la vivieron qué ha quedado de la
revolución sandinista en la actualidad, cuál o cuáles son las principales herencias de entonces, hay
un tema común a todas las respuestas, que es la valoración unánime del ejército. Igualmente
general es la afirmación de que se ha logrado un sistema democrático por encima de todos los
avatares transcurridos. Incluso, desde el punto de vista de un ministro de la Presidencia del nuevo
gobierno, una vez que el sandinismo pierde las elecciones, Antonio Lacayo, reconoce esos logros,
aunque rechaza otra serie de actuaciones y critica duramente muchas de las consecuencias del
programa del Frente y de la guerra. Este es su juicio de la revolución:
“La revolución no pudo ser un error porque se dio y si se dio fue por algo, como yo le digo a
muchas personas que me dicen que en tiempos de Somoza la economía crecía, etc. etc., yo les contesto
siempre que si era tan bueno el sistema por qué cayó. Obviamente, no era un sistema que hoy pudiéramos
llamar ‘sostenible’ porque no era democrático, ni respetaba los derechos humanos, ni las libertades
públicas y, aunque la economía creció mucho en la década de 1950 y 1960, colapsó porque era como si un
hombre pretendiera caminar con una sola pierna. La economía no lo es todo, aunque sea importante.
La revolución se dio, fue un hecho, luego no se puede decir que fuera un error. Ahora, qué hizo el
gobierno revolucionario en esos 10 años, eso ya sí creo que el balance es bastante negativo. Si uno lo ve
desapasionadamente, al final de los 10 años, lo que había aquí era un país en guerra contra la potencia más
89
Entrevista a Roberto Cajina, Managua, 20-5-2004.
90
Entrevista con Ernesto Castillo, Managua, 9-6-2004.
91
WHEELOCK, J: La verdad sobre la piñata. Managua: Instituto para el desarrollo de la democracia (IPADE), 1991
34
grande del mundo, una guerra imposible de ganar. Un país destruido por la guerra, miles de muertos e
impedidos. El costo humano fue inmenso, como nunca en la historia de este país y una economía que
había caído, en términos absolutos, casi un 35% en términos de producto y como en esos 10 años la
población creció alrededor de un 30%, el producto per cápita quedó en menos de la mitad de lo que era al
comienzo de la revolución. Eso significaba que de comer tres veces al día, se pasó a comer una y media.
Por otra parte, al final de los 10 años, se había acumulado la deuda externa más grande del mundo,
alrededor de 3.000$ por habitante, más grande que la deuda de Brasil o México o cualquier otro país. Y
una hiperinflación que en nuestro primer año de gobierno fue de 55.000%, muchísimos nicaragüenses en
el exilio, muchísimos nicaragüenses con sus propiedades afectadas, sin libertad de expresión -aunque
después por los Acuerdos de Esquipulas se recompuso algo-, sin libertad de comercio…incluso llevar un
trozo de queso de un lugar a otro estaba prohibido…¿Cómo puede ser que una revolución que empezó con
tales intenciones terminó con esos resultados? ¿Cómo se puede valorar eso? ¿Cuánto de eso fue
responsabilidad extrajera?... ¿Por qué Dña. Violeta no tuvo guerra? Yo creo que para pelearse hacen falta
dos y por más que se quiera culpar a EE.UU., a Ronald Reagan, que no deja de tener mucha culpa en
nuestra desventura, ¿Por qué Costa Rica no tuvo guerra con Ronald Reagan? ¿Por qué tampoco
Honduras?. Evidentemente parte de las autoridades revolucionarias nos metió en problemas ¿Valía la
pena haberse metido en esos problemas en Nicaragua?...
…El país tuvo un retroceso enorme. Claro que durante esos años se hizo un cierto énfasis en
educación básica, alfabetización, ampliación de las escuelas, un poco de ampliación también en la salud
básica, participación de las mujeres en actividades que antes estaban muy poco abiertas a esa
participación…Yo diría que sí, son aspectos positivos, pero el balance para mí es terrible y
lamentablemente esa revolución no se puede desvincular de lo que ha sido el Frente Sandinista desde
1990 a esta parte, que, aunque ya no son gobiernos revolucionarios, este partido está ahora en la oposición
y gran parte de los que estaban se han ido y sigue el partido hacia abajo. No ha habido un corte entre lo
que fue la revolución sandinista y lo que es hoy el partido sandinista porque, a pesar de que se ha ido
gente valiosísima que había ahí, pasaron a institucionalizarse como fuerza política y son ahora los que
siguen representando al FSLN. Y es muy lamentable porque, por otro lado, las fuerzas democráticas están
plegadas al hombre más corrupto que ha tenido el país, Arnoldo Alemán, pero lo apoyan porque son la
oposición a los otros y porque la percepción es con frecuencia mucho más poderosa que la realidad…
… la percepción de la gente es que Alemán es el gran defensor de las libertades porque ya desde la
alcaldía comienza a dar la imagen de que él es capaz de ser verdugo de los sandinistas y va ganando ese
caudal y llega a presidente. Y esto le favorece porque cuando gana Dña. Violeta, la gente quería que
alguien fuera el verdugo de los sandinistas y nosotros tuvimos una posición de centro, no una posición de
verdugos. Pero un 50 ó 55% quería castigar a los sandinistas, porque eso es aquí cultural, castigar al
vencido. Alemán, aún ahora, mantiene esa imagen, aunque después pacte lo que le convenga. Y Ortega,
en el sentido contrario, mantiene la suya: es el que habla mal de los ricos, el que habla mal de EE.UU., el
que supuestamente es el defensor de los pobres…
…Esta democracia nuestra está anclada en el siglo XIX y es una mentalidad que permanece
también en otros círculos de empresarios, eclesiásticos, etc. Aquí se luchó cincuenta años contra Somoza,
consigue la democracia la viuda de un popularísimo y respetadísimo periodista, Pedro Joaquín Chamorro,
y el propio diario La Prensa no lo entiende, actúa sabiendo que si no se critica al gobierno no se vende el
periódico y de criticar lo que realmente se criticaba a criticar cualquier cosa hay un paso nada más. Si
Dña. Violeta hacía un viaje afuera y volvía con apoyo internacional, salía en tercera página, pero si
cualquiera protestaba por algo, eso sí salía en primera página. Se criticó hasta lo imposible...
…EE.UU. nos cortó la ayuda a los dos años porque así lo decide la derecha norteamericana, el
Senado. Nos corta los fondos y nos deja en una situación increíble ¿Qué empresarios van a invertir aquí si
EE.UU. corta la ayuda porque dice que ‘hay mucha influencia sandinista’ en este gobierno?. Cuando lo
que estábamos haciendo era devolver las propiedades a la gente y reduciendo el ejército. Todo eso ha
desembocado en la situación actual92…
Roberto Cajina valora de modo muy distinto los logros de entonces y explica con mayor
detalle la transformación del ejército -tema en el que actuó en primera fila- y los aciertos de la
transición de esa institución desde ser un ejército del Frente a un ejército del Estado. Asimismo
apunta como algo muy positivo de la revolución el haber tratado de aportar a la vida pública los
principios morales y éticos del sandinismo:
92
Entrevista a Antonio Lacayo.
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…“Yo te diría que ha dejado dos herencias fundamentales, aunque no para todo el mundo. Una es
el actual ejército. Otra, el haber partido de los principios de Sandino.
El ejército es un ejército que nace con la pureza de la revolución, politizado en aquel momento, por
supuesto -era el ejército de la revolución-, pero un ejército que en cuanto se da la derrota de la revolución,
entiende claramente cuál es el nuevo escenario y regresa a ser la institución de todos los nicaragüenses.
Un ejército como el que hizo en España Gutiérrez Mellado. No te voy a comparar a Humberto Ortega con
Gutiérrez Mellado, pero creo que este ejército no hubiera sido igual sin Humberto Ortega. Hace muy poco
hubo una encuesta en la que se vio que la institución más valorada en Nicaragua es el ejército. ¿Cómo
puede suceder eso a la vuelta de la guerra? Ya en 1997, poquísimo después de la guerra, el 67% de los
nicaragüenses reconocía la legitimidad del ejército. Y ahora igual…
…Creo que el ejército tuvo varias capacidades: primero el reconocer el nuevo escenario; segundo,
reconocer que si no se ubicaba en el nuevo escenario no tenía sentido. Hoy, en Guatemala, todavía están
peleando con el rol del ejército y en El Salvador o en Honduras, igual…
…Este ejército tuvo con esos otros dos países dos grandes diferencias: una, que en Nicaragua no
hubo un acuerdo de paz, como en los otros países, sino un acuerdo político absolutamente pragmático y el
acuerdo fue conducido por el Jefe del Ejército, como institución saliente y el gobierno entrante. La
diferencia entre un acuerdo político y un acuerdo de paz es muy importante. Para empezar en Nicaragua el
acuerdo se hizo en un mes y hubo un pragmatismo absoluto. En El Salvador hubo reuniones en Europa, en
EE.UU., en la República Dominicana, en México…y todavía se siguen malmatando con la creación de un
Consejo de Seguridad y con un montón de aspectos que lo hacen muy complicado.
La otra diferencia de este ejército con los del resto de nuestro entorno, aparte del ‘acuerdo político’
en lugar del ‘acuerdo de paz’, fue que se llegó a decisiones simples y sencillas: redimensionamiento de
efectivos, redimensionamiento de presupuesto, subordinación al poder civil, respeto del escalafón
militar…y todo eso se hizo por ambas partes. En Guatemala y El Salvador, con el Acuerdo de Paz, tiene
tantos apartados, tantos puntos, tantas matizaciones… que aún los están discutiendo…
…Fue también un acierto que Antonio Lacayo entendiera como era el asunto, que no era un
ejército derrotado sino un ejército triunfador y que era preferible trabajar con ese ejército
institucionalizado que generar otro que hubiera podido traer otra guerra u otro conflicto del tipo que fuera.
Igual que fue admirable la capacidad del ejército para entender que después de Humberto Ortega, con el
que habían tenido un perfil político muy alto se lo bajaron. Mi tesis, aún en los años duros, era que los
cuarteles no podían ser los focos de tensiones. El foco de tensiones es la Asamblea Nacional, la Corte
Suprema, el Poder Ejecutivo, los partidos políticos, pero no es el ejército y eso se aceptó. Sea por
compromiso moral, sea por sentido corporativo de supervivencia, por lo que sea, la realidad es que
supieron adaptarse y yo que conozco al ejército creo que tiene un compromiso con la democracia, además
de que estén defendiendo la supervivencia corporativa de la institución militar…
La segunda herencia fundamental fue la propuesta de Sandino, como propuesta ética y moral.
Sandino tuvo tres grandes propuestas: la independencia nacional, la justicia social y la propuesta moral.
Ahora se sigue manejando anacrónicamente la independencia nacional, populistamente la justicia social y
se olvidaron absolutamente de la propuesta ética, moral. Este ha sido uno de los grandes fracasos del
Frente actual, aunque yo no tengo claro si toda la gente en Nicaragua entiende esa traición a los
principios éticos y morales porque el Frente sandinista tiene hoy todavía un porcentaje importante de
votos…
…En la revolución se aspiró a una democracia popular: la democratización de la propiedad rural,
urbana, de la educación…se aspiró a abrir las puertas a todo el mundo. Después hubo errores internos, la
guerra…pero el proyecto original era extraordinario y ahí nos apuntamos muchos Fue la última
revolución frustrada, excepto ahora lo de Chávez. Esto fue muy serio93…”
El balance de Sergio Ramírez destaca la libertad en que actualmente se puede vivir en
Nicaragua, la situación de democracia existente y, por supuesto, vuelve a mencionar la institución
del ejército:
“Hubo una suma de errores, por supuesto, pero otra parte fueron decisiones que no se hubieran
tomado de no ser por la guerra. Al menos un 60% del presupuesto se lo llevaba la guerra. La inflación, el
cambio de moneda, la carestía, después la guerra. Si el proyecto que nosotros teníamos era válido, no era
válido, si el socialismo que pretendíamos no era natural a esta región, si eso de todos modos iba a provocar
la reacción de EE.UU., si la guerra fue evitable, fue inevitable, eso ya sería hacer hipótesis en el viento.
93
Entrevista a Roberto Cajina. Managua, 20-5-2004. Para mayor información sobre este tema, ver: Transición política y
reconversión militar en Nicaragua, 1990-1995. Managua: Ed. CRIES, 1996
36
Pero no tuvimos la experiencia de saber cómo hubiera sido gobernar sin la guerra, como hubieran
transcurrido la sanidad, la salud…
Yo creo que la mejor manera de ver los resultados es por eliminación, es decir, ver en el momento
en que estamos hoy. Sin la revolución no hubiéramos podido estar hoy aquí conversando. Aquí ahora no
hay cárceles secretas, ni policía secreta, no hay policía del presidente, el ejército no interviene en política.
Hay una policía que se manifiesta en las calles por la paz, como el día de ayer, por ejemplo. Aquí no se
espían los teléfonos, de aquí salió la democracia. Después si se vota a Bolaños o a Alemán o a Daniel
Ortega…nadie puede ser tan arrogante como para descalificar la democracia, pero aquí los votos se
cuentan correctamente…el sistema judicial funciona muy mal, pero eso no es culpa de la democracia y
ganamos un Estado democrático, un Estado civil democrático…quizá tenemos el mejor ejército de
América Latina en términos políticos o apolíticos, más respetuoso, profesional, la policía hace lo que
puede…una policía muy pobre, muy mal pagada, pero que también hace lo que puede, con mucha dignidad
94
profesional. Y todo eso es, en mi opinión, fruto de la revolución… ”
Ernesto Castillo y Ernesto Cardenal, coinciden en valorar especialmente la confianza que el
pueblo pudo sentir al haber sido capaces de cambiar su vida, de derrocar a un régimen que tanto
les había humillado y secuestrado la dignidad como personas. Estas son las palabras de Ernesto
Castillo:
“Yo creo que herencia material queda muy poca, tanto como nada, no, pero muy poca. En cambio,
sí creo que se sembró una confianza infinita -aunque esté reducida a un grupo que no sabemos donde está
ahora- en el pueblo. El pueblo nicaragüense sabe que es capaz de resurgir de sus cenizas y volver a luchar
por lo que quiera. Ese pueblo logró una autoestima y en cualquier momento puede decidir que va a actuar
de otra forma. Es un proceso y un proceso difícil, que está retardado por una conciencia de generosidad de
la población por tantos muertos, por la guerra…pero se podría producir un estallido de esta situación.”95.
Ernesto Cardenal se extiende más en lo lamentable que es, a su criterio, la situación política
actual y destaca como uno de los elementos más valiosos, la posibilidad de que algún día surja
nuevamente una rebelión, como ha surgido, de otro modo, en Venezuela.
…“Actualmente el Frente está corrompido completamente. Todos los que éramos de otra manera, todos
salimos del Frente. Algunos se quedaron, como el Padre Escoto que es un servil de Daniel y de Rosario
Murillo, su desastrosa esposa, pero el resto nos fuimos. Intentamos formar otra cosa con el partido de
Sergio Ramírez, pero no se pudo. Dentro del Frente es imposible porque Daniel no permite ningún
candidato que no sea él. Por ejemplo, Herty Lewites, que ha sido un buen alcalde y buena persona, ha
intentado que le nombren candidato a la vicepresidencia y le están haciendo la vida imposible. Por ahora
no podemos hacer nada porque hay muchos obstáculos para eso. Joaquín Cuadra, Comandante Guerrillero,
Jefe del ejército después de Humberto Ortega, intentó también un partido, que ya no era el partido
sandinista y no pudo. Ahora recientemente logró, con mucho esfuerzo, la personalidad jurídica para
participar en elecciones y ahora está teniendo que renunciar a la personalidad jurídica. O sea, suicidándose
como partido para poder hacer unas alianzas con otros y conseguir algo positivo. Para no tener una guerra
ha tenido que renunciar a ser partido. Yo estaría en ese partido porque creo en él y también con Herty
Lewites lo haría y con Henry Ruiz y con Dora María96…
…La corrupción de Daniel Ortega es que ha llegado a hacer alianzas con Alemán, al que hay
posibilidades de que liberen porque el poder judicial está bajo Daniel y los alemanistas. Eso es por
intereses de Daniel: para que le den algo, tiene que dar otra cosa y así lo hace. Es completamente inmoral,
por eso nosotros no podemos estar en ese partido. Ha retrocedido la educación, la salud, no hay maestros…
…No digo que para el futuro no haya esperanza para Nicaragua, y para la humanidad entera
también. La esperanza que nos presenta Cristo de una meta final en una sociedad perfecta, pero por ahora
94
95
Entrevista a Sergio Ramírez, Managua, 25-5-2004.
Entrevista con Ernesto Castillo, Managua, 9-6-2004.
96
Herty Lewites había sido alcalde de Managua y tenía una aceptación altísima entre la población. Fue el
presidente propuesto para la candidatura del MRS en las últimas elecciones, pero sufrió un infarto en plena
campaña electoral y falleció. Fue sustituido en la misma por el candidato a vicepresidente, Edmundo Jarquín,
mucho más desconocido por haber vivido años en EE.UU.y, pese a la permanencia del programa elaborado entre
él y Lewites, muy centrado en resolver los graves problemas de Nicaragua, aquella muerte restó muchos votos
sin duda al MRS.
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no vemos una esperanza inmediata, por el momento no la hay. Lo que debe surgir es una nueva generación.
Así estábamos con Somoza, que no se veía la esperanza, y, de repente, surgió la revolución. Así pasó
también en Cuba. Nadie se lo esperaba y de repente surgió la revolución. Y también en China. China era
peor que la India, la pobreza que había en China, ¡y lo que es China ahora!, con todo los errores que haya
podido tener, pero a lo que ha llegado…
…La última revolución se está dando en Venezuela. Yo estuve allí y en Venezuela no hay un solo
preso político, no se ha cerrado una radio ni un periódico aunque critican a Chávez inmisericordemente
todos los medios de comunicación. Sus enemigos son los medios de comunicación, que son todos de la
clase alta, de la oposición, y no ha censurado a uno solo. De Chávez se dice que es un dictador porque el
80% de Venezuela son pobres en un país que tiene las segundas reservas mundiales de petróleo después de
Irak. Él tiene una popularidad enorme entre ese 80%, pero el 20% restante, los privilegiados del país, están
en contra frontalmente de él. Muchos de ellos estuvieron hasta hace poco enriqueciéndose con el petróleo
hasta que él terminó con eso y estatizó la explotación del petróleo porque es la principal riqueza del país
Lo presentan como dictador porque está con los pobres y los medios de comunicación extranjeros siguen lo
que dicen los de Venezuela y tienen intereses parecidos o son los mismos, pero, por tantas reticencias ha
terminado siendo el presidente más refrendado de la historia latinoamericana.
…Allá se está terminando una desconocida gran campaña de alfabetización. Además, ya en una
ocasión anterior que le dieron un golpe de Estado, el pueblo lo arropó de tal modo que en menos de 48
horas estaba otra vez en su puesto. Todo esto está deformado en los medios, en Europa y en EE.UU. y en
todas partes…
…Respecto a Nicaragua, la más importante herencia ha sido la democracia. Porque aquí, aunque
haya una democracia corrompida hay democracia. Antes había una tiranía de 50 años y antes de eso
tampoco hubo democracia. No hay presos políticos, no hay ninguna represión militar ni policial. Después
de la democracia, yo diría el ejército. El ejército de Nicaragua fue un ejército especial porque fue un
ejército guerrillero, el ejército sandinista, que ahora no se llama sandinista, pero sigue siéndolo. Y la misma
policía también es bastante honesta. Aquí el pueblo no le tiene temor al uniforme militar como en tantos
otros países Y ciertos aspectos de la cultura, artesanía, folclor…todo eso sigue. Y el recuerdo de lo que
hubo que yo creo que puede servir para una nueva revolución97.
Por último, Dora María Téllez, señala lo limitado del período en el que se trató de hacer
muchas cosas y valora especialmente la dinámica que se generó con la transformación de la
propiedad agraria, por encima de las deficiencias que pudiera haber.
…“Se habla mucho de los errores que se cometieron, pero lo primero que yo tendría en cuenta sería
el período de tiempo. Estamos hablando de diez años, que es lo que se puede hacer en dos períodos de
gobierno, no de cien años. Yo creo que desde esa perspectiva la revolución hizo el veinte mil por ciento y,
si va a ese ritmo, tiene también un porcentaje de errores alto porque va a gran velocidad. Tal vez se podía
haber hecho de otra forma, por ejemplo en el tema de la relación campo-ciudad, pero había que haber
cambiado la cabeza de los líderes, que hubieran estado más tiempo en el campo, por ejemplo. Si nosotros
hubiéramos sido otra realidad como fue la revolución China, probablemente, hubiéramos estado en otra
alianza con los campesinos, pero nosotros fuimos producto de una revolución urbana…
…La revolución inició la dinámica del derecho a la tierra. Evidentemente, cuando se perdieron las
elecciones, hubo una especie de “contrarreforma” agraria desde 1990, pero avanzas diez, te regresas dos,
pero has avanzado ocho. El nuevo gobierno tuvo que seguir entregando tierras y éste actual ha tenido que
seguir haciéndolo también y hay una disputa por la tierra todavía. Lo que te quiero decir es que la dinámica
estructural del derecho a la tierra fue algo que no quedó en el Parlamento, sino que salió a la calles…
…Yo creo que de aquella lucha quedaron muchas cosas. El propio tema de la tierra, el que la gente
asimilara su derecho a la tierra fue algo de lo más exitoso que hay en materia de la revolución. No importa
si se hizo mal, si fue colectivo, si fue individual, lo importante es que la dinámica que se generó sigue hoy
y la gente está pidiendo sus tierras en la carretera. El gobierno contesta que está buscando las propiedades,
que están localizando las fincas, viendo cómo se puede hacer. Pero no se discute el derecho a la tierra. Yo
creo que la revolución fue exitosísima, no tengo frustración por la revolución…98”
Es cierto que no se detecta una frustración por la revolución. Desde el personal punto de
vista de una historiadora foránea, que no vivió aquel tiempo y ha convivido ya en cuatro años
diferentes durante unos meses con los nicaragüenses, la revolución dejó en la sociedad un interés
97
98
Entrevista a Ernesto Cardenal,
Entrevista a Dora María Téllez.
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inusitado por la política, que es tema de trato cotidiano en muchos círculos, no solo intelectuales,
lo que constituye una diferencia notable con la realidad española. Amplios sectores laicos y
eclesiásticos, que se reconocen rápidamente al llegar al país, enfocan su práctica cristiana o de
compromiso vital trabajando activamente a favor de la población más pobre, de las familias más
desestructuradas. Existe un interés e inquietud en las instituciones culturales por introducir
mejoras en su funcionamiento, establecer contactos con todo ámbito externo que pueda aportarles
cualquier innovación o complementariedad y un ansia de superación que resulta realmente
llamativo por la escasez de medios con que generalmente se encuentran y por la precariedad de
personal de que disponen. También se ofrece una ayuda al investigador y se trasmite una
preocupación porque aproveche su tiempo, que es de justicia resaltar.
Junto a todo lo anterior, es posible percibir en muchas personas una nostalgia de la época
sandinista, especialmente en las carencias actuales de cobertura sanitaria y en la reducción
progresiva de becas y otras oportunidades de estudios. Pero, a la vez, se detecta un recuerdo
durísimo y doloroso de los tiempos de la guerra y se tiene claro que hoy los métodos deben ser
diferentes, aunque se venera el sacrifico de tantos de los de entonces que logró derrotar a los
Somoza. En cualquier caso, la historia que protagonizaron sigue estando muy presente. La
decepción del actual FSLN es total entre aquellos que protagonizaron la revolución, aunque existe
entre el pueblo una tradicional fidelidad que sigue otorgando sus votos a tan simbólicas siglas.
Todos los aquí entrevistados abandonaron el FSLN hace años. Pero todos han apostado por volver
a trabajar por su país y lo siguen haciendo apoyando o militando directamente en el MRS, que
esperan vaya creciendo en el futuro como real alternativa a la corrupción generalizada.
***
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
1. Entrevistas
*Entrevista a Roberto Cajina. Historiador militar y Asesor del Frente Sandinista en el proceso
de transición y desmovilización del ejército.
*Entrevista a Ernesto Castillo. Integrante del grupo de Los Doce. Procurador General de
Justicia al triunfo de la revolución.
*Entrevista a Dora María Téllez. Comandante Dos en el asalto al Palacio Nacional;
Comandante Guerrillera. Vicepresidenta del Consejo de Estado entre 1980-1984. Ministra
de Salud entre 1985-1990.
*Entrevista a Ernesto Cardenal. Ministro de Cultura entre 1979-1984.
*Entrevista a Jaime Wheelock. Miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista.
Ministro de la Reforma Agraria. Director del MIDINRA (Ministerio de Desarrollo
Agropecuario y Reforma Agraria).
*Entrevista a Sergio Ramírez. Integrante del grupo de Los Doce. Vicepresidente del Gobierno
Sandinista entre 1984 y 1990.
*Entrevista con Henry Ruiz. Comandante Modesto. Ministro de Planificación entre 19801985. Ministro de Cooperación Externa (de nueva creación) entre 1985-1990.
* Entrevista con Miguel Ernesto Vijil. Ministro de la Vivienda de 1979 a 1988.
*Entrevista al Padre García Laviana, publicada por “Uno más Uno”, 31-12-1978, México,
citada por El camino hacia nuestra liberación. Centro de Investigaciones Históricas
UNAN, Ministerio de Cultura, Managua, julio, 1980.
39
*Entrevista a Antonio Lacayo. Ministro de la Presidencia en el gobierno de Violeta Barrios de
Chamorro.
2. Documentos
-Testimonio sobre Nicaragua, presentado por el Padre Fernando Cardenal ante el Subcomité
de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes del Congreso de los
EE.UU. de América. Fondo M. E. Vijil, Archivo del Instituto Histórico de Nicaragua y
Centroamérica (IHNCA) de Managua.
-Documento de exiliados políticos de Nicaragua y exposición ante el Congreso de EE.UU., en
Legajo E-100/C-o16/000474, Archivo del Centro de Historia Militar (CHM) de Managua,
1976, Denuncias de Amnistía Internacional, en Legajo E-100/C-016/000465. Archivo del
CHM de Managua, 1977.
-Informe del Padre Miguel D’Escoto, M.M., ante el Subcomité de Asuntos Exteriores,
también en 1977. Legajo E-100/C-o16/000476, Archivo del CHM de Managua, 1977.
-Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Intendencia de la propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
-Decreto nº 3, en Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y crédito
público. Intendencia de la Propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
-Decreto nº 38, en Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y
Crédito Público. Intendencia de la Propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
-Ley de Reforma Agraria. Decreto 782 de 2-5-1981. Cap. I, arts 2 y 3; Cap. II, art. 9; Cap. IV,
arts 17 y 19 en Leyes y Decretos en materia de propiedad. Ministerio de Hacienda y
crédito público. Intendencia de la Propiedad. Managua, 7 de junio de 2001.
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-WHEELOCK, J: La verdad sobre la piñata. Managua: Instituto para el Desarrollo de la
Democracia (IPADE), 1991.
41
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