C.E.U.P.O. Comunidad Estudiantil Universitaria de Pueblos Originarios La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Universidad Nacional de Salta Bergagna, María Alejandra La inmortalidad de nuestras culturas milenarias. – 1ª ed. – Salta: CEUPO, 2013. E-Book. ISBN 978-987-33-4192-2 1. Relatos. 2. Pueblos Originarios. I. Título CDD A863 Fecha de catalogación: 03/12/2013 Este libro fue realizado con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio De Educación de la Nación, en el marco del Proyecto: Interculturalidad e inclusión en contextos regionales. Un análisis de las dimensiones vinculadas al ingreso a la universidad en estudiantes indígenas. IV Convocatoria de Redes Interuniversitarias Secretaría de Políticas Universitarias (RED UNCuyo, UNsa, UNco y Universidad Católica de Temuco, Chile). Res. SPU Nº 1492-10. Participaron estudiantes universitarios provenientes de los pueblos Colla, Wikyi y Guaraní. La inmortalidad de nuestras culturas milenarias ESCRITORES ORIGINARIOS: LA PROPIA VOZ “la palabra escrita es el mundo contado por otros (con ciertas visiones, con ciertos poderes)” Didier Álvarez Zapata, Exploración de las relaciones entre lectura, formación ciudadana y cultura política. Hospitalidad y diferencia: uno colectivo En el actual escenario social argentino, el ingreso masivo de estudiantes a la Educación Superior Universitaria adquiere singular importancia, sobre todo por el advenimiento de sectores de la población antes excluidos. El acceso a la educación de los grupos subalternos implicó hasta 1983 un fuerte proceso de desestructuración étnica, pérdida de la lengua y negación identitaria. Es a partir del regreso de la democracia al país que la lucha por reivindicaciones políticas y legales de los pueblos indígenas y el resurgimiento de sus organizaciones, donde comienza a plantearse la necesidad de implementar una educación intercultural bilingüe que incluya las necesidades educativas de un 5 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias alumnado cultural y lingüísticamente diverso. En este sentido resulta indispensable volver la mirada hacia los conocimientos y destrezas de la cultura enseñados fuera del contexto en que surgieron. En la escuela este proceso tiene lugar a partir de la utilización de la abstracción, el lenguaje hablado y escrito, en forma descontextualizada. Este tipo de pensamiento abstracto, sin embargo, es una exigencia crucial, como lo demuestran diferentes estudios al comprobar que la variable escolar introduce diferencias cualitativas importantes en el desarrollo del estudiante. De allí que partimos de pensar que el ingresante originario, por su mismo contexto socio-cultural de formación previo al ingreso a la universidad, necesita un apoyo diferente para alcanzar equitativamente las condiciones que tiene el resto de los estudiantes ingresantes. La complejidad y la lógica disciplinar de los textos académicos se constituye así como una barrera para todos los ingresantes, aunque la misma adquiere mayor significatividad si tenemos en cuenta el lenguaje, las creencias, las características del sistema de educación en escuelas con población bilingüe y la cosmovisión propia 6 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias de los pueblos originarios. El cursado de un estudio superior supone saberes previos y disposiciones moldeadas culturalmente. Si bien se registran en la provincia diferentes experiencias relacionadas con conceptos cercanos a educación intercultural bilingüe, a pesar del tiempo transcurrido desde la aprobación del marco normativo a la actualidad, el proceso ha sido muy lento y la política de estado respecto a la educación intercultural bilingüe se ubica en el terreno de las políticas compensatorias y focalizadas. En la Universidad Nacional de Salta, ubicada en la provincia con mayor diversidad étnica de nuestro país, el ingreso sostenido, desde el año 2008, de jóvenes pertenecientes a pueblos originarios de la región, constituye un desafío que no sólo interpela las formas de enseñanza, permanencia y titulación de los estudiantes, sino también impone la obligación de volver a pensar y apreciar los parámetros que sostienen la generación de los contenidos académicos. Con este propósito, la universidad ha desarrollado políticas de inclusión a través del proyecto de Tutorías para Estudiantes de Pueblos Originarios, cuyo dispositivo fundamental es el tutorial, merced a la incorporación de la figura de 7 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias tutores pares 1. En este sentido, la función tutorial en el contexto universitario entraña la posibilidad de desplegar una serie de estrategias tendientes a consolidar el sostén, orientación, acompañamiento y afirmación de los procesos de aprendizaje. Para lograr este objetivo, el reconocimiento y la revalorización de las pautas culturales de origen de los estudiantes se vuelve imperativo. Ahora bien, la acción del tutor se integra, por un lado, a un proyecto educativo específico y, por otro, a una red de relaciones que promueve acciones compartidas y acordadas entre los diferentes actores institucionales. De esta manera, el desarrollo de su función tutorial no es una intervención o una respuesta individual sino, por el contrario, constituye un accionar colectivo. En este sentido la tutoría se ubica en el marco de una intervención orientadora que posibilita comprender la dimensión cultural del grupo, esto es, el reconocimiento de su historicidad, la aproximación a los códigos locales, el reconocimiento de las representaciones y 1 Proyecto aprobado por Res N° 174/09 del consejo directivo de la Facultad de Ciencias de la Salud y por la Res. N° 196/10 del consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta. 8 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias estilos de intercambio y, fundamentalmente, no perder de vista su propio protagonismo. El presente libro muestra la sistematización de la experiencia del Taller de Comprensión y Producción de Textos, coordinada por el Servicio de Orientación y Tutoría de la Facultad de Ciencias de la Salud que, de manera colectiva, pretende construir conocimiento, ampliando los escenarios de intervención, concepciones y prácticas. Antes de continuar, es preciso reseñar que esta ampliación de espacios y prácticas se han conseguido gracias al esfuerzo colectivo y a la apelación a la creatividad de los participantes. Aquí mencionaremos dos experiencias. Al mismo tiempo que se desarrollaba el taller de Comprensión y producción de textos, en el colegio secundario de la Universidad Ervis Díaz y Osvaldo Villagra, pertenecientes a la comunidad de La Puntana 2, dictaban los talleres de idioma y cultura wicky. Tal como lo indica su nombre, estos estudiantes originarios enseñaban a un grupo de adolescentes las características particulares de la identidad de su pueblo al 2 El taller fue dictado para los estudiantes del último año del Instituto de Educación Media Dr. Arturo Oñativia, de la UNSa. 9 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias mismo tiempo que aportaban profundas reflexiones acerca del sistema de su lengua, la importancia de su preservación y las relaciones diferenciales con las estructuras educativas más occidentales. Un aspecto importante de esta experiencia fue la realización de un viaje de intercambio entre estudiantes de la Puntana y de Salta. De esta manera, el conocimiento teórico puesto a consideración en las clases de lengua y cultura adquirió una fisonomía humana y vivencial que fortalece esos saberes y enriquece las perspectivas de los participantes. La otra experiencia a reseñar es la primera Feria de los Pueblos Originarios, Diversidad en la universidad. Esta acción surgió en el marco del taller de Comprensión y producción de textos como una idea que permitiera encauzar los deseos, las propuestas y la energía del grupo para establecer vínculos de solidaridad más fortalecidos. Cabe destacar que además de los participantes más activos del taller, la actividad sirvió para acercar y estimular a otros estudiantes de Pueblos originarios que hasta entonces no habían sido muy activos en este tipo de eventos. Asimismo, permitió entablar un diálogo fructífero con estudiantes 10 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias originarios de las sedes regionales que fueron invitados a todas las actividades pero especialmente a un Encuentro intersedes que tuvo lugar después de la Feria. Entre las actividades hubieron exposición de fotografías de las comunidades, muestra de artesanías, exhibición de documentales y ficciones con la temática, presentación de los textos producidos en el taller de comprensión y producción, venta de material bibliográfico y degustación de comidas típicas. Entre los resultados de estas movilizaciones colectivas debemos mencionar, en la actualidad, la conformación de la Comunidad Estudiantil Universitaria de Pueblos Originarios (CEUPO) que, entendemos, significa un gran avance en el camino hacia la consolidación de acciones afirmativas más allá del reconocimiento. Álvaro García Linera, en La potencia plebeya, sostiene que los procesos de cambio social no deben detenerse cuando se logra el reconocimiento de la diversidad, por el contrario, este es el punto de partida para la profundización de las transformaciones. El taller de comprensión y producción de textos El taller de escritura (como lo llamábamos informalmente) fue un espacio 11 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias de trabajo semanal cuyo objetivo fue elaborar una publicación de experiencias de los estudiantes originarios en el marco del Proyecto Fortalecimiento de Redes IV de la Secretaría de Políticas Universitarias. El libro constituye, junto a las otras experiencias mencionadas, un punto crucial en el proceso de transformación de la vida ciudadana de los estudiantes de pueblos originarios. En su conjunto, no significa una exhibición de una realidad diferente, sino el acceso y la gestión por parte de ellos de las estrategias de la escritura en cuanto dispositivo de subjetivación, de elaboración de la propia identidad y de reflexión crítica acerca de los procesos de poder involucrados en el acto de escribir. Participaron de la experiencia estudiantes pertenecientes a los pueblos wicky, guaraní y kolla. Los primeros usan de forma dominante su lengua materna; los últimos, si bien se comunican cotidianamente en castellano, lo hacen en una variedad regional con características muy particulares que demandan su reconocimiento. Uno de los aspectos que más entusiasman del trabajo fue la oportunidad que tuvimos todos los participantes para ‘extrañarnos’ y escuchar las voces 12 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias originarias en su propia lengua. Así pues, asistimos a la escucha de textos en wicky y guaraní, además de conocer una amplia variedad de léxico y usos por parte de kollas que alteran el castellano tal y como lo pensamos desde un registro estándar. “El escuchar la lengua desempeña un aspecto fundamental, porque al escucharla desde la perspectiva de ellos, no sólo nos interpela y nos cuestiona, sino que problematiza nuestra cultura. Otras culturas son interrogatorios para nosotros si nos abrimos a escuchar sus preguntas. Dejar entrar pero también entrar, estar dispuestos a participar de otros saberes y formas de ver el mundo. No se trata entonces, de conocer teóricamente otros mundos; es la enriquecedora posibilidad de participar de sus ritmos, de sus silencios y sus voces, de sus labores y tiempo libre”. (Rocha Vivas, Interacciones multiculturales ) Asimismo, otra cuestión relevante y conflictiva la constituyen los modos de comunicación oral y escrita de su cultura de procedencia, puesto que se tratan de usos con propósitos diversos, además de que las mediaciones tienen lugar en un 13 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias espacio discursivo más influenciado por valores afectivos como la presencia, los gestos, las entonaciones y la proximidad. En donde las culturas escritas tienen, por el contrario, una gran potencia, lo que prima es la distancia y una exasperación ostensiva de la impersonalidad: un mismo mensaje puede repetirse hasta el infinito sin importar quién lo dijo ni para qué destinatarios, por ejemplo una tarjeta de cumpleaños donde el acontecimiento del que se trata, una ocasión especial, es sin embargo conmemorado con una frase impresa de producción masiva. Por otro lado, al inicio del taller se hizo patente que habían diferentes formas en que las culturas orales y escritas promovían la educación, el aprendizaje y la generación de saberes, más situados en una, más abstractos en otra. Debemos anotar, entonces, que en sus comunidades usan el lenguaje de un modo que no resulta eficaz para la comunicación en el aula ya que no comparten con el docente las mismas normas comunicativas. Asimismo, no dominan aún el estilo de lenguaje que requiere el aprendizaje y uso de la escritura de acuerdo a las exigencias de la universidad. Todo lo cual suma, al conflicto cognitivo, un conflicto social que 14 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias vuelve desigualitaria la relación entre quien enseña y quien aprende. Admitir al otro como diferente y como igual, como diverso y como actor de un diálogo, conformar un nosotros intercultural, es un reto en las instituciones educativas; de allí que toda política a encarar necesariamente debiera enfocarse en la aceptación de la diversidad como un derecho legítimo y no como algo a compensar o asimilar. Proceso cooperativo: los vínculos El proceso de conformación del grupo de jóvenes con los que trabajamos varió a lo largo del taller, llegando a contar con veinte participantes. La participación de los jóvenes fue variando a lo largo de los talleres, siendo un espacio que brindaba la posibilidad del flujo de personas, ya que las actividades seguían un eje pero era posible integrarse en diferentes momentos. De esta manera, se inició un proceso de construcción de un espacio colectivo, convocado a partir de la escritura, dónde comenzaron a desplegarse subjetividades y, con estas, la posibilidad de vincularse con otros a partir de la palabra, la escucha y la potencia. El capitalismo (modelo económico que organiza las vidas cotidianas) no es solo un 15 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias modo de producción, sino una institución de ciertos modos de subjetivación y los efectos que conlleva es la destrucción de la potencia de creación y reproducción de singularidades individuales y colectivas. Las lógicas del capitalismo han sido eficaces en separar a los productores no solo de sus productos sino del registro de sus potencias. Es así que, partiendo de estas premisas, se puede considerar que el trabajo mediante el encuentro con otros y el establecimiento de vínculos genera la potencia para las transformaciones no solo de los sujetos particulares y sus realidades particulares, sino la transformación social a partir de los lazos que se establecen. Esta vinculación fue generando un tipo de dinámica de trabajo característica de un espacio común y significado por sus integrantes. Otra variación corresponde a las temáticas abordadas, que fueron pensadas en función de un ejercicio de problematización y compromiso desde un posicionamiento de los que allí discutiéramos. Un tema importante fue el de las representaciones de género y su incidencia en las prácticas comunitarias desde la perspectiva femenina. Las mujeres reflexionaron sobre todo en relación a sus madres y a sus abuelas; cuáles eran las 16 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias características de la vida cotidiana que ellas transitaron y cuáles son las oportunidades y las vivencias que tienen ellas hoy siendo estudiantes universitarias. Por ejemplo, observamos en las siguientes citas una valorización de sus madres y una continuidad en las proyecciones de las mismas en ellas, es decir como si el hecho de estar en la ciudad, en una carrera universitaria, significara la posibilidad de modificar el rumbo de la historia familiar, por un lado, y de las mujeres de la comunidad, por otro. “Ellas soñaban con otras cosas y nosotras estamos cumpliendo esos sueños.” “Mi mamá me llevaba para que anote a las reuniones.” También trabajamos las diferentes percepciones de los pueblos originarios a lo largo de la historia, desde las versiones etnocéntricas hasta las perspectivas de antropólogos recientes; sus propias percepciones e identificaciones; el valor de las comidas y la soberanía alimentaria; la importancia de la memoria cultural y el rol de los ancianos en la configuración de los relatos comunitarios; los lugares importantes para cada uno (el río, los cerros, el monte); los efectos del viaje y la 17 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias migración hacia la ciudad en la conformación de la identidad; el poder, la tierra y el territorio; los debates en torno de la literatura originaria contemporánea y la inclusión de los propios participantes en ella. La otra variación se refiere a la forma de participar de los jóvenes, de acuerdo a experiencias previas de intervención como así también a la confianza que iban desarrollando en cada encuentro. A nivel de la dinámica de los encuentros, en un primer momento estuvo muy apegada a la tradicional manera de desarrollo de una clase expositiva: el coordinador proponía un tema, llevaba material sobre el mismo y, desde su rol, propiciaba la participación y un pensamiento crítico en relación a los textos; los jóvenes tímidamente enunciaban sus pensamientos, otorgaban el saber al coordinador. Podemos pensar esta situación como una reproducción en los estudiantes de los espacios educativos en los que están acostumbrados a transitar, donde el tipo de educación que se sostiene es de tipo bancaria, al decir de Freire. Allí la intencionalidad era lograr que los jóvenes fueran enunciando sus realidades a partir del manejo de la escritura como así 18 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias también una mirada crítica en relación a los textos presentados, por lo cual se trabajó intensamente en esta propuesta. Este tipo de dinámica se sostuvo durante los primeros encuentros, luego, de a poco, al ser la propuesta de un espacio participativo y en función de las inquietudes que surgían, se favoreció más la oralidad y los jóvenes comenzaron a participar con mayor confianza, aportando y compartiendo sus análisis y opiniones acerca de los temas. Asimismo, el tenor de muchos intercambios adquirió la forma de argumentaciones desde lugares de enunciación propios y de narraciones de experiencias personales que ilustraban y profundizaban los temas discutidos, sabiendo que su palabra y las significaciones acerca de lo trabajado eran valoradas y escuchadas por otros, es decir un espacio donde su voz era legitimada. Fue así que las participaciones adquirieron diversas características en función a la diversidad de sujetos que allí se encontraban. Es posible pensar que las trayectorias participativas en otros espacios, como así también las trayectorias educativas, plasmaron en ellos algunas marcas en cuanto a las modalidades de participar. Algunos de ellos solo lo hacían escuchando, otros se interesaban en lo 19 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias específico de la escritura, otros se comprometían en las discusiones, proponiendo, cuestionando y realizaban todas las actividades. De esta manera, a medida que se fueron consolidando los lazos entre los jóvenes y el coordinador, las problematizaciones comenzaron a tomar protagonismo en los encuentros. La modalidad de participación de los integrantes del taller tomó características activas, donde la discusión y la expresión de sus pensamientos eran lo fundamental. La posibilidad de discutir, de encontrarse en un intercambio horizontal entre los participantes permitió que la escritura y la lectura fueran disparadores del pensamiento crítico. En síntesis, se generaron procesos de reconstrucción de la memoria cultural, por ejemplo a partir del rescate de relatos y de juegos infantiles; de resignificación de la propia identidad y de legitimación de la cultura originaria. El objetivo fue construir un espacio en el que se escuchara lo que cada uno tuviera para expresar, como así también posibilitar la expresión de todos los participantes sin distinciones jerárquicas sino más bien como una asamblea donde se comparten saberes. 20 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Así pues, el taller fue un espacio en el que los participantes comenzaron a debatir y analizar los discursos de poder que circulan en la sociedad. La posibilidad del intercambio de saberes permitió ir construyendo un rol activo frente a sus realidades cotidianas. Por otra parte, fue un espacio valorado debido a la importancia de la escritura como un factor de poder con una doble funcionalidad, el medio a través del cual se expresan los grupos de élite y el dispositivo que les permite controlar a los grupos dominados. Es decir que la palabra transmite más que palabras. Por eso, la escritura de relatos propicia procesos de vinculación con la propia identidad, de aceptación de la diversidad, de construcción de la subjetividad, de desarrollo de la autoestima, de creación y preservación de la memoria colectiva. La participación: hablar en la lengua de uno Las palabras aproximan a las personas. De diversas maneras las palabras atraen nuestra atención, demandan algo que, en nuestros días, vamos olvidando de a poco: la escucha y la demora. Los estímulos de la vida en las 21 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias ciudades modifican nuestros sentidos, nuestros cuerpos, para conducirlos a sitios que no existen, rodeados de múltiples prótesis: auriculares, micrófonos, internet, cámaras, celulares que incluyen todo lo anterior, zapatos lujosos, motocicletas, ómnibus, radares, monitoreo policíaco, caos de cuerpos, personas libradas a la intemperie y la indiferencia pública. Velocidad y poca demora, la atención es sometida a una fluidez plasmática. En algún momento hemos dejado de sentir al otro, primero lo hemos dejado de tocar, luego hemos apartado nuestros ojos y ya no parece posible recibirlo, sobre todo cuando viene sin invitación. Precisamente, lo otro de su venida es que nadie lo espera y por eso constituye un desafío. Nuestra actitud, entonces, es la de buscar otros sentidos que nos permitan reconocernos en las diferencias: la voz de cada uno convirtiéndose en oído, en una propiedad compartida. Pensamos, pues, que las palabras podían producir esas diferencias y orientarlas hacia una donación incalculable: importa lanzarla al mundo, que se haga realidad en la realidad de los que la escuchen. Al mismo tiempo, hemos creído que la escritura es un poder cuya distribución 22 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias es necesario compartir con la mayor cantidad posible de personas porque es una tecnología que sirve a los fines de participar en los debates de la sociedad. A continuación, a modo de invitación y escucha, hemos introducido las palabras de algunos de los participantes acerca de temas como la Pachamama, el valor que le atribuyen a la educación, cómo piensan la participación política, el saber ancestral de las mujeres mayores, las prácticas culturales para el parto, los sueños de las mujeres y hasta una escena mínima en donde una niña que sabe escribir acompaña a su madre para que tome nota de las reuniones de su comunidad: “La tierra no es de uno, uno es de la tierra.” “Uno se siente parte de la tierra, no es el dueño.” “La educación es un medio para poder luchar por nuestros derechos.” “Hay que estar dentro del sistema porque todos queremos conocer su lógica para poder pelear.” 23 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias “Por más que ellas no han estudiado saben muchas cosas” “Las mujeres indígenas usaban el calendario lunar para el parto.” “Ellas soñaban con otras cosas y nosotras estamos cumpliendo esos sueños.” “Mi mamá me llevaba para que anote a las reuniones.” Escritura y poder: la apropiación insumisa La relevancia que tienen las prácticas de lectura y de escritura para los estudiantes universitarios de pueblos originarios que cursan sus carreras en las diversas facultades resulta un factor desequilibrante. A menudo suele considerarse que estas prácticas cumplen, cuando menos, dos propósitos bien definidos, por un lado, permiten la adquisición del conocimiento y, por otro, dificultan los procesos de aprendizaje. 24 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias En este sentido los estudiantes deben enfrentarse al lenguaje especializado de las disciplinas cuando aún no han podido desarrollar plenamente las competencias de escritura necesarias. A grandes rasgos puede decirse que las principales dificultades guardan relación con la mayor complejidad y abstracción que requiere el aprendizaje de los lenguajes disciplinares, debido, entre otras cosas, a la presencia de nuevos conceptos, al uso de una nueva gramática y a las mayores o menores dificultades del estudiante para establecer relaciones entre estos nuevos conocimientos y la realidad cotidiana. Con el propósito de ofrecer experiencias de aprendizaje cooperativo para los estudiantes de pueblos originarios que les permitieran desarrollar competencias de comprensión y producción de textos, de tal modo que fueran capaces de superar sus dificultades académicas, se propuso la realización de un taller de lectura y escritura utilizando como objeto el lenguaje científico. Sin embargo, al poco tiempo de haber comenzado con las actividades, una situación emergente hizo patente la necesidad de un giro de ciento ochenta grados: el objetivo de plasmar en un libro las experiencias de los estudiantes de 25 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias pueblos originarios en la universidad y en el ámbito urbano en general y las transformaciones que esas experiencias producían en ellos. Este fue el detonante para que se decidiera dejar la escritura académica y optar por la escritura creativa. Producto de esta decisión han surgido interesantes reflexiones acerca de los vínculos entre la escritura, particularmente narrativa, y las realidades sociales que cada uno experimenta. Ahora esbozaremos una hipótesis cardinal en la implementación del taller. Cuando nos referimos hace un momento a la escritura académica mencionamos que representaba una dificultad. Ahora avanzaremos y diremos que la escritura en general, la escritura que produce una sociedad, no requiere competencias que involucran únicamente aspectos lingüísticos sino también aptitudes cognitivas y sociales. Más aun, la escritura puede concebirse como una tecnología de poder. El grado de especialización del discurso académico es un índice de ese poder, cuyo ejemplo más palpable es que no todos tienen acceso a él, tanto para leerlo como para escribirlo. Si consideramos que una de las formas de construir ciudadanía consiste en participar 26 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias de los procesos que dan sentido y plausibilidad a las prácticas sociales, a las relaciones entre los individuos de una comunidad y a los saberes compartidos, podemos decir que en nuestras sociedades urbanas la escritura representa la tecnología mediante la cual se distribuye de manera asimétrica e inequitativa las posibilidades de participación social. Si avanzamos un poco más, podemos agregar que, más allá del carácter conservador de las instituciones, en muchas ocasiones la distribución de esta tecnología adquiere las características de una estrategia de exclusión social más o menos evidente, más o menos formulada como proyecto. Es así como acontece en las escuelas rurales o en zonas de pueblos originarios, donde los conocimientos escolares (como los incluidos en una orientación agronómica) están planteados para un destinatario que no saldrá de su comunidad y hace referencia antes a sus habilidades y destrezas manuales que al desarrollo de competencias cognitivas que le permitan producir conocimiento de manera autónoma. Para decirlo en otras palabras, la escritura permite a los grupos de poder segmentar, distribuir y jerarquizar a los ciudadanos según sus competencias. Así 27 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias pues, en ocasiones la escritura llega a convertirse en un factor de exclusión social, por cuanto deniega o lesiona, con mayor o menor severidad y contundencia, los derechos de los ciudadanos a participar en la construcción de los sentidos socialmente disponibles en una comunidad y una época determinadas, especialmente cuando esos sentidos refieren a la representación de identidades masivas, a la gestión de demandas sociales, a la difusión de pensamiento crítico, a la construcción de discursos diferenciados como la ‘literatura’ o la ‘medicina ancestral’, a la realización de trámites que requieren experticia (por ejemplo, la escrituración de tierras), al acceso a información verdadera y, aunque no hemos agotado las posibilidades, cuando la escritura refiere a una lengua nacional que sirve de vehículo ideológico para interferir con la autonomía de las comunidades (tal y como sucede con la relación entre el castellano que se enseña en las escuelas primarias donde la lengua materna es otra). Ahora bien, para dejarlo todavía más claro, en este país, en esta época, no basta con enseñar a ‘comprender’ (es decir a leer, a consumir) los sentidos elaborados por otros, es necesario colaborar para que 28 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias todos o muchos más accedan a ‘producir’ esos sentidos, a formularlos con su propia voz, en sus propios términos, según su propio ritmo, con el estilo de una lengua que los identifique con aquello que dicen. Las palabras escritas portan sentidos que no somos capaces de medir: cuando lanzamos un texto al mundo, producimos una donación que es también un poco un sacrificio y un poco una demanda en dirección al otro. Escribimos para buscar, primero, y presentar, luego, nuestro verdadero rostro a los demás. Por lo tanto, presuponemos que los escritores 3 pueden alcanzar ciertos grados de experticia siempre y cuando existan los estímulos, el contexto y los objetivos pertinentes. La idea de escribir narrativa y dejar a un lado la escritura académica condujo entonces a replantearnos entre todos cuáles podían ser los vínculos políticos entre la escritura y la realidad de quienes escriben. Estas reflexiones permitieron avanzar sobre las 3 Llamamos escritores a aquellos que establecen una relación con la escritura, de cualquier tipo de texto, y se muestran competentes, eficaces, adecuados y conscientes. O sea los que manipulan la escritura de manera voluntaria tomando en cuenta sus intenciones, el contexto, los destinatarios, las metas y los objetivos del texto. 29 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias representaciones de los estudiantes originarios acerca de sus prácticas sociales, la calidad de sus relaciones con los otros y sus saberes de una forma que no hubiese resultado posible sin la decisión de trabajar la escritura creativa. La escritura literaria puede definirse como un registro dentro de la producción escrita en general, es decir la forma en que la escritura circula en el ámbito de la literatura y que luego se comprende como la formulación específica de cada texto (un cuento, una novela, un soneto, etcétera). A continuación podemos deslindar diferentes tipos textuales con los que los estudiantes entablaron una relación progresiva de autoconciencia lingüística: los relatos de experiencias personales, las leyendas de sus comunidades de origen, los cuentos realistas, la narración oral. En este punto deberíamos detenernos un segundo a reflexionar un tema de suma relevancia: el de la literatura indígena contemporánea. A este respecto, nos cabe sostener un primer punto de discusión que atañe a la relación entre las diversas formas de oralidad mayoritaria en las comunidades, y las formas en que circulan los textos literarios en nuestra sociedad letrada. A este respecto, algunos críticos, como Rocha Vivas, hablan de 30 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias ‘oralitura’, algo así como la puesta en escritura de unos discursos que son fundamentalmente propios del habla. Por otra parte, unas versiones más conservadoras o bien no le otorgan el estatuto literario (o artístico) a esas producciones sino como expresiones cercanas a la etnografía, o bien sostienen que la ‘literatura indígena’ remite a un proceso cuya finalización coincide con la llegada de los españoles a nuestro continente. Ahora bien, con estos argumentos a la vista, se nos hizo urgente pensar acerca de cuál era la importancia de producir relatos siendo quienes eran los autores. Es decir, qué nos permite reconocer una literatura indígena, si el tema del cual trata o el autor que la produce. Este debate aun está por desarrollarse en Salta, donde, fuera del trabajo de Julia Zigarán, Laureano Segovia y otros, entre los que debemos contar antropólogos, esta cuestión no genera la necesidad de reflexionar ni mucho menos de producir un discurso crítico que pudiera hacernos advertir las maneras en que estas escrituras producen una diferencia sustancial con lo que entendemos mayoritariamente por literatura. 31 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Con la publicación del libro La inmortalidad de nuestras culturas milenarias, fruto de las experiencias de escritura en el taller, abrigamos la expectativa de poder avanzar en este tema y generar un debate en el seno de los espacios disciplinares de los estudios literarios que permita ampliar las perspectivas en las que se encuentran limitados en la UNSa. Tampoco debemos olvidar que la escritura funciona, además de como vehículo de circulación de los sentidos socialmente disponibles, como el medio a través del cual los estudiantes entablan vínculos con los otros y, de manera fundamental, con sus propias experiencias del mundo. Ahora bien, debemos tener presente que la posibilidad/ imposibilidad para resolver las demandas escriturarias no pueden ser observadas bajo una óptica deficitaria, es decir en donde resulte primordial la fase evaluativa de un proceso complejo. En este sentido eludimos las nociones de aprobado/ desaprobado y preferimos operar con el concepto de edición, es decir con un trabajo de sugerencias sobre el texto en busca de su reformulación más adecuada. Lo anterior resultaba más coherente con el objetivo del taller, que consistía en 32 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias fomentar el acercamiento de los estudiantes a las diversas prácticas de escritura desde un enfoque político que pusiera en cuestión las representaciones sociales dominantes acerca de las realidades de los pueblos originarios. De este modo, la escritura dejaba de ser algo más que un instrumento de expresión para convertirse en un territorio propicio para abordar la intimidad, la memoria cultural, las experiencias personales en la ciudad y en las comunidades, los lazos sociales y las transformaciones que los estudiantes padecen en sus periplos vitales cuando deben migrar en busca de oportunidades de inclusión y desarrollo. Por este motivo, cualquier tarea abordada desde presupuestos deficitarios no podría garantizar la detección y trabajo sobre las dificultades reales de escritura. Por lo tanto, una fase importante en la consecución de este objetivo fue el análisis de los textos escritos que efectivamente producían los estudiantes. Con esto en mente, se utilizaban continuamente conceptos como paráfrasis, reelaboración o reescritura, con el significado de elaboración de estrategias de adecuación discursiva al contexto de participación, a los objetivos perseguidos por los participantes, a las representaciones 33 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias mentales de los eventos de escritura y a las intenciones puestas en juego. De este modo, el eje principal de un taller con las características del que llevamos a cabo (tres horas semanales de trabajo, ejecución de actividades específicas de escritura de relatos con restricción temática y de reflexión metalingüística) debería ser el de observar la relación de los estudiantes con su propia producción escrita, es decir cuál es la forma en que, en definitiva, se vinculan con los sentidos sociales disponibles en nuestra sociedad, si los producen o los reproducen. Fuerza es sostener la hipótesis de que cuanto más cercana a la reproducción se encuentre la palabra escrita del estudiante, más altos resultan los índices de fracaso. En estos casos se trabaja con el presupuesto de que el estudiante somete su escritura a pactos semióticos en virtud de los cuales debe cubrir las expectativas y demandas sociales y no sus propias necesidades de re-conocimiento. En consecuencia, una propuesta central fue la de abordar las distintas estrategias de reelaboración de textos ajenos, como la leyenda del Quirquincho o noticias periodísticas sobre violencia de género o fragmentos de la novela En 34 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias tiempos de Magú Pelá, y observar cómo los participantes reformulaban, en sus propios términos (es decir con su propia voz, utilizando la lengua tal y como ellos la conocen) los sentidos socialmente disponibles. En esta instancia fue muy importante, además, el diálogo sobre la relevancia que dichos sentidos tenían en sus percepciones de la realidad y cuáles eran las incidencias en la formación de representaciones, de qué manera advertían el entramado con sus propios proyectos personales de realización y cuál era la manera en que ellos se representaban su paso por la universidad. Por este motivo resulta factible sostener que el lenguaje no es uno más entre los recursos del aprendizaje sino el primer contacto con el saber y, en este sentido, un vehículo importante de producción de conocimiento. En virtud de esta aseveración nos permitimos argumentar en favor de organizar este tipo de talleres pensados a largo plazo. En esta época, en este país, resulta primordial activar y generar vínculos comunitarios que permitan desarrollar y fortalecer la ciudadanía, especialmente de aquellos sujetos más explícita y arbitrariamente excluidos de los procesos decisivos que 35 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias afectan y repercuten en toda la sociedad. El presente es un tiempo para producir diferencias en el seno de la diversidad. Estas acciones, surgidas del espacio grupal acercan a la comprensión de la diversidad cultural, como un modo de abordaje de las relaciones sociales más amplias que permitan una interdependencia de diversos grupos con capacidad de confrontar e intercambiar normas, valores y modos de comportamiento, lo que implica “hacer visible la presencia de otros diferentes” en la universidad, al reconocimiento por parte de las mayorías del pleno derecho a la participación de las minorías. No buscábamos, entonces, la integración asimilacionista y con ello eludir el conflicto, por el contrario pretendimos asumir que nuestras diferencias hacen posible el diálogo, la valoración, el reconocimiento y el respeto del otro. Y, finalmente, procuramos que la vía para conseguir una escritura de calidad, en el sentido de participación conciente en los procesos cruciales de producción de sentido (como el sentido de qué es ser kolla, qué es ser wicky o guaraní en la universidad nacional de Salta a principios del siglo XXI, como el sentido de la vida, de lo que es digno aceptar como vida para mí 36 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias y para los otros), fuera la práctica constante de un discurso crítico que no diera nada por sentado y que colaborase a formular pensamientos propios, sin temores y en el marco de la mayor libertad posible. La nuestra fue, entonces, una labor más próxima a la escucha que a la enseñanza magistral. Una tarea, además, para abrir espacios intensos de debate y reflexión. Es por eso que defendemos la escritura como una acción sobre el mundo. La escritura, el lenguaje, no son apenas instrumentos para decir las cosas de una forma elegante, son las oportunidades que tenemos quienes (según algunos, desde hace mucho tiempo) no tenemos oportunidades para hacer que el mundo que vivimos sea el mundo que deseamos. Alejandra Bergagna4, Juan M. Díaz Pas6. 4 Verónica Vila5, Licenciada en Trabajo Social y Especialista en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales. Profesora adjunta regular y responsable del Servicio de Orientación y Tutoría de la Facultad de Ciencias de la Salud. Coordinadora del Proyecto de Trabajo con estudiantes originarios de la Universidad Nacional de Salta. 37 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias PENSANDO, LLEVANDO Y CONVOCANDO JUNTOS EL ESPACIO DE TUTORÍA “Para el que mira sin ver, la tierra es tierra nomás”. Atahualpa Yupanqui Existen variados artículos, fotos, libros, relatos por escrito, videos, sectores preocupados por discutir, analizar, valorizar y difundir cuestiones vinculadas a los pueblos originarios, que han provocado una suerte de invasión de información que interpela nuestras pupilas. Esto a su vez es acompañado por una formación formal a través del recorrido permanente por el sistema educativo. Todo esto ha forjado juicios de valor, y podemos decir que dicha construcción se modificó de alguna manera por la experiencia vivida a lo largo del trabajo como tutores del Proyecto de Tutoría con Estudiantes de Pueblos Originarios. Inquietudes, dudas, miedos, ganas de trabajar y formar parte de una beca de 5 Psicóloga de la Residencia en Psicología Comunitaria. Realiza rotación institucional en el Servicio de Orientación y Tutoría. 6 Escritor y estudiante avanzado de la Carrera de Letras, coordinó los encuentros semanales con los estudiantes originarios. 38 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias formación y numerosos sentimientos que cada uno de los tutores tenían en su interior, se han hecho presentes en las primeras reuniones de trabajo. La labor primaria que hemos desempeñado entre seis tutores representantes de las distintas facultades de la universidad de sede central, consistió en convocar a los estudiantes que se autoidentificaban como descendientes o pertenecientes a alguna comunidad. Iban apareciendo interrogantes: ¿cómo?, ¿qué les digo?, ¿qué dirán?, ¿vendrán a nuestras reuniones? También otros desafíos se presentaron: hacer visible el proyecto en las respectivas Facultades y lograr una comunicación y relación con los Servicios de Orientación y Tutoría. Estas preguntas y acciones se hacían recurrentes en el camino de este nuevo trabajo de acuerdo al tiempo, orientación, formación y responsabilidades de cada tutor. A pesar de las tareas, actividades, acciones y funciones que se debían llevar a cabo, el equipo de tutores coincide en la idea de que lo más significativo es el vínculo generado con los estudiantes originarios y también el hecho de poder acercar a la realidad universitaria la necesidad de conformar un grupo que se sostenga y continúe en el tiempo. Son numerosas las inquietudes, dificultades, necesidades, 39 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias prioridades, emociones, etcétera, relacionadas con la con sus historias, cultura y vida que se evidencian en tutoría y en cada uno de grupales que organizamos. conocimientos, vida académica, experiencias de los espacios de los encuentros Es un continuo aprendizaje no prescripto, con el objetivo de presentar y revalorizar aquello que muchos estudiantes originarios tienen en sus vidas como lo más vivo o como alguna anécdota narrada por sus padres o sus abuelos. No siempre es fácil, ya que este espacio continúa en construcción, y sus integrantes lo vamos protagonizando con sus declives, vaivenes, contrapiés y éxitos. Las estrategias pueden resultar difusas si no se cuenta con verdaderos apoyos, coordinación del grupo, asistencia de los estudiantes a cada encuentro y, sobre todo, el respaldo institucional que demuestre interés válido en incorporar de a poco la noción de interculturalidad a su seno, dando apertura a conocimientos, valores y cultura negadas a través de los años por la sociedad. Entendemos que en la actualidad esta negación muestra su cara con otras máscaras, tales como la discriminación, la violencia simbólica y otras tantas acciones que forman parte de la idiosincrasia del común de las personas e invitan a seguir dejando en el olvido estas preocupaciones. 40 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Hoy nosotros, mañana serán otros, la idea es que el hacer se transforme y permanezca con diferencias o similitudes en el trabajo, que no se olvide el compromiso y la responsabilidad con nuestros pares, para que el resultado de la transformación sea mutuo. Aún queda mucho camino por andar, es cierto, pero sin importar que sea de tierra, que esté de frente el pedregal o que el barrial nos llegue a la cintura, estamos dispuestos a continuar caminando, porque en cada recorrido nos encontramos con personas dispuestas a enseñarnos aquello que no vemos y no sentimos. Esa tierra sin nombre que se pierde en el horizonte, hoy sabemos que está llena de valores, de cultura y, sobre todo, de vida. Daniela Santillán, Natalia Aguirre, Emanuel Tapia, Hugo Marcanthony y Federico Rodríguez, Tutores de Ciencias Naturales, Exactas, Humanidades, Económicas y Salud respectivamente. 41 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Nazareno, Salta Salinas Grandes, Jujuy Pim Pim La Puntana, Salta El Condor, Jujuy Susques, Jujuy 42 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias HISTORIA DE VIDA OSVALDO “CHIQUI” VILLAGRA 43 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EN UN LUGAR MUY LEJOS DE MI CASA7 Mi nombre es Osvaldo Villagra, soy de la comunidad Wikyi de La Puntana (departamento Rivadavia, provincia de Salta), desde el año 2008 estoy acá en Salta estudiando el Profesorado en Ciencias de la Educación. Cuando llegué a la ciudad noté que al pasar el tiempo cambié un poco mi forma de ser, pero aun no puedo ni podré olvidar las cosas que aprendí y practiqué en la comunidad desde mi infancia, lo aprendido permanecerá intacto en mí con el paso del tiempo; debido a que son los [conocimientos] que resaltan nuestra cultura Wikyi como un pueblo que todavía mantiene sus costumbres y creencias. 7 La siguiente es una entrevista en tres etapas realizada por los estudiantes Nicolás Parra y Agustina Castillo, del Instituto de Educación Media “Dr. Arturo Oñativia” de la Universidad Nacional de Salta, a Osvaldo Villagra a propósito de sus experiencias como estudiante universitario y de los contrastes con la vida que llevaba en su comunidad. Nos ha parecido la mejor forma de comenzar con los relatos porque narra con detalles algunos aspectos que también aparecen con frecuencia en las historias de vida de los jóvenes originarios cuando deben tomar la difícil decisión de migrar para realizar estudios superiores. Por otro lado, también representa un uso del español que difiere de la norma estándar debido a que su lengua materna es el wikyi. 44 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Como práctica de actividades más comunes dentro de la comunidad puedo mencionar la caza, la pesca, la recolección de frutos. Son actividades en las cuales participan personas adultas y niños. La participación de los niños en estas actividades es muy importante, ya que a través de la observación y su participación directa van aprendiendo, de hecho cuando yo era niño me gustaba mucho ir al monte a jugar, subir a los árboles más altos para ver qué había en la distancia o para hacer caer los frutos de los algarrobos, mistol o chañar, como así también cazar pajaritos, acompañar a mi mamá a recolectar algarroba (el fruto) e ir al río con mi papá a pescar. Las enseñanzas que nacen de estas actividades quedaron impresas en mí, que aunque me encuentre lejos de casa, de mi comunidad, no las olvido jamás, estos trabajos son los que recalcan la particularidad del niño Wikyi viviendo en una comunidad donde su desarrollo va en torno a su cultura desde la cotidianidad colectiva hasta lo particular. Ahora estoy en la ciudad de Salta estudiando el profesorado en Ciencias de la Educación, lejos de mi familia, conociendo nuevas personas con realidades distintas, a la vez que aprendiendo nuevas cosas que son propias de esta otra sociedad muy distinta de la que provengo. Esta experiencia de vida que llevo es muy productiva para mí, porque las 45 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias cosas que voy aprendiendo en la universidad y fuera de ella son las que alimentan mi conocimiento día a día. UNO SIGUE LOS PASOS DEL PADRE O DE CÓMO EL FUEGO NO SE APAGA NUNCA Osvaldo: Como bien dije anteriormente, soy de la comunidad Wikyi de La Puntana. En esta ocasión les contaré un poco de mi infancia, comenzando desde aquel momento antes de ingresar a la escuela, donde recibí la primera educación que es propia de la cultura, esa educación centrada en la práctica de actividades realizadas dentro de la colectividad, las que mencioné anteriormente. Es decir que los quehaceres de los padres se imprimen en la vida de los niños desde muy temprana edad, los padres llevan consigo sus hijos para que aprendan los secretos del monte, desde cazar animales, ir al río, buscar miel, como así también ubicarse en los montes para no perderse. Estas cosas es fundamental apreciarlas para asegurar la supervivencia en esta región del Chaco salteño que nos tocó vivir y construir nuestra cultura viviendo en las riberas de un río, el Pilcomayo, que es la fuente de vida más importante en este lugar, que con sus ricos pescados alimentó y alimenta todos los pueblos durante 46 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias muchísimos años ofreciendo día a día el pan de la mesa. No es fácil aprender las técnicas o las maneras de cómo obtener las cosas, lleva tiempo y se necesita mucha voluntad y dedicación, en este sentido se aprecia que el desarrollo del aprendizaje psicológico del niño sucede junto con el desarrollo biológico. Desde cómo reconocer un mejor lugar para pescar, cómo saber si los frutos están ya listos para consumir, cómo reconocer el lugar donde está la miel y mucho más, todo esto con mucho entusiasmo en aprender. Uno va encontrando la manera de hacerlas cada vez más sencillas a medida que uno va creciendo, siempre a la par de los maestros de la comunidad que son los padres. Dentro de la comunidad la enseñanza suele dividirse según el género, siendo un varón es enseñado por el padre, es decir que el niño aprenderá en forma exclusiva los trabajos de su papá, y su crecimiento se moldearía con la sabiduría ancestral proveniente de tiempos remotos mediante las actividades y conocimientos de los abuelos, para así ayudar a afrontar su supervivencia dentro de la comunidad. En el caso de la mujer, recibe la enseñanza de la madre, que tras los pasos de ella va construyendo su dignidad de ser una mujer Wikyi. Tendrá la oportunidad de aprender como base principal de sus 47 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias actividades las artesanías, como así también ir al monte a recolectar frutos silvestres y preparar los alimentos en el hogar. Todas estas actividades también la mujer va a ir aprendiendo a medida que va creciendo. Uno de mis grandes desafíos cuando tenía apenas 6 años de edad era aprender a nadar, junto con otros chicos de la comunidad lo hacíamos en “pelhat´ilis” que en español seria lagunas- aguas estancadas dejadas por las lluvias o el río-, y siempre con la presencia de una persona mayor, como primera regla; aprender a nadar a la perfección y luego sumergirse dentro del agua sin abrir los ojos ya que el agua es turbia, solo hay que guiarse con las manos y brazos. Antes de ir al río tenía que recibir una aprobación para poder hacer la otra parte más difícil, la de nadar en el río, y conocer los secretos del agua, es decir, reconocer su movimiento para detectar las partes profundas y menos profundas, así poder atravesarla hasta el otro lado, cruzar y nadar por la noche. Todo esto es para luego no tener tanta dificultad a la hora de aprender a pescar. El aprendizaje de técnicas de pesca es a través de la observación y la práctica directa y los encargados de enseñar son los padres de la comunidad, es decir que si quiero aprender a pescar no necesariamente debe ser mi padre quien me enseñe si no que puede ser cualquier 48 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias otra persona con experiencia, pero como niños siempre preferimos andar tras los pasos de nuestros padres para estar más seguros. Lo mismo pasa cuando se aprende a cazar animales del monte, yo puedo ir con mis tíos o mis hermanos sin necesidad de que esté mi padre. Con ellos aprendo lo que ya aprendieron. Lo único que logré aprender fue cómo entrenar a un perro para que sea un buen cazador, cómo preparar trampas para atrapar animales y utilizar las hondas (de goma) para cazar aves. Lo que no logré aprender es cómo cazar con flechas y el arco, solo vi una vez debido a que estaba en desuso. Agustina: ¿Qué cazabas? Osvaldo: Pájaros como charatas, loros, palomas, chajá, etcétera. Aves como el suri. Y de los animales hay muchos, en mi comunidad cazaba con los perros, corzuelas, liebres, conejos, iguanas, etcétera. Y con las trampas se caza cualquier animal desde tigres hasta los más pequeños, como las vizcachas y muchos más. Agustina: ¿Suris? ¿Hay suris en esa zona? Osvaldo: Sí, sí hay pero ya muy poco, hasta que podría decir que se están extendiendo en la zona del Pilcomayo, se cazan muchísimo por la venta de las plumas y lo más triste es que se venden solamente las plumas y su carne se las 49 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias tira, esto hace gente que viene de otros lugares siempre con otras intenciones. Una de las cosas fundamentales que hay que tener en cuenta para ir a cazar es conocer cada camino en el monte para no perderse, hay casos de personas de la comunidad que se desorientan en el monte y no vuelven a casa durante varios días, es por eso que siempre hay que estar listo para cualquier cosa y lo importante es siempre no andar solo en el campo. Otra de las cosas que me fascinan en los montes es reconocer el lugar donde está la miel. Cuando se está en el monte hay que andar con mucho cuidado y prestar la mayor atención. Desde lo lejos se puede observar abejas y otros insectos que vuelan. El secreto de cómo reconocer las abejas está en el sonido que hacen al levantar vuelo y si hay enjambre en poco distancia en donde estoy ubicado, se escucha, pero la dificultad está en precisar la dirección del sonido, es más cuando hay viento. Si esto ocurriera lo mejor que se puede hacer es pararse y hacer un círculo de 360 grados alrededor por donde escuché el eco, solo así puedo encontrar la miel, pero lo más sencillo es cuando se las divisan con la vista a las abejas entrar en el lugar preciso donde está la miel. Si simplemente escuchas el enjambre, perderás tiempo en encontrar y muchas veces cuando encuentres el punto de donde viene el 50 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias sonido te podés llevar una sorpresa, puede que sea miel u otra cosa, como por ejemplo una serpiente en estado colérico u otra cosa peor… Agustina: Claro… Osvaldo: El eco de un posible enjambre puede ser un poco engañoso, por eso muchas personas no prestan tanta atención, esperan ver la miel a la vista, pero es importante saber estas cosas para tomar decisiones antes de hacer una acción que incluso podría ser peligroso. También en mi comunidad he aprendido a hacer cosas que lo remarcaría como secundarias, por ejemplo hacer cercados para el cultivo, la práctica ganadera a campo abierto con pequeños animales como ser cabras, cerdos, ovejas y gallinas para ayudar a promocionar la alimentación del grupo familiar. Pero la principal actividad del hombre dentro de la sociedad Wikyi es la pesca, la caza y la recolección de frutos, estos trabajos se apoyan en la participación de todos, niños, jóvenes, madres y padres. La participación de los niños es importante en la recolección de frutos porque poseen la destreza de subir a los árboles sin ninguna dificultad y hacer caer los frutos maduros mientras que las madres los recogen en el suelo. 51 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Agustina: Es como que los niños tienen esa habilidad de treparse a los árboles para hacer esta tarea. Osvaldo: Sí, y esa habilidad es manejada por quien la aprenda. Yo desde muy chico junto con otros niños de la comunidad subíamos a los árboles para observar el río, y también hacíamos nidos como los pájaros en los árboles, aunque nunca dormí en ellos por temor a caerme… estas pequeñas travesuras me sirvieron para ayudar a mamá a recolectar y me ayudaron a ser un niño fuerte y sano. Muchas veces estando encerrado en el aula aprendiendo otras cosas como sumar, restar, multiplicar, dividir, leer y escribir, no veía la hora de salir e ir corriendo a casa a dejar mis cosas de la escuela e ir a jugar con mis amiguitos de la comunidad. Es muy divertido ser niño. Cada vez que recuerdo mi infancia es como si lo viviera ayer y que muchas veces sueño volver a ser niño, olvidarme de las preocupaciones que me privan de libertad y vivir la vida, “libre y feliz”. Agustina: ¿Es como que para ustedes la escuela sería una cosa muy secundaria, no? Osvaldo: No creo poner la escuela en esa escala, solo hay que saber diferenciar, porque la enseñanza que nos brinda la escuela recobra importancia en esta época que estamos situados, como así también la 52 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias educación de la comunidad es importante ya que es el camino que nos conduce hacia el equilibrio y la hermandad que siempre ha existido entre todos los que formamos parte de esta hermosa naturaleza. Pero de hecho son dos educaciones simultáneamente diferentes: una basada en la cultura que tiene como patrones, historias de cómo vivieron nuestros antepasados, cómo era su educación, su economía, la organización social y política y sus creencias, para que nosotros, los que vivimos esta generación, podamos comprender la resistencia cultural hasta estos tiempos, etcétera. Como así también nos enseña a manejar la naturaleza viviente, mediante prácticas y técnicas signadas por la sabiduría de los abuelos desde tiempos remotos. La otra sería la educación que recibimos mediante la escuela, donde nos enseñan cosas totalmente distintas, sumar, restar, multiplicar, dividir, leer y escribir. Esta otra educación recobra importancia en esta época, debido a que nos permite conocer y entender al otro (de la sociedad blanca) para vincular e interceder en su mundo, pero desde luego que para fortalecer estos nuevos conocimientos es posible aceptar el español como segunda lengua y ponerla en práctica, es por eso que la escuela es fundamental dentro de la comunidad. Aunque desde mi análisis es una entidad que puedo ver en dos sentidos comunes: desde un lado “positivo” y otro 53 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias “negativo”; lo positivo sería que nos permite [adquirir] otros conocimientos que no rigen en nuestra cultura y para desenvolvernos claramente en los espacio de ideologías y saberes (que son) aceptadas como verdades absolutas, que desde hace tiempo han dado lugar a las ciencias y que, si no las sabes, de alguna manera te excluyen del sistema que nos gobierna hoy en día. Y desde lo negativo sería, que la escuela nos destruye culturalmente, desmoronando nuestros saberes, costumbres, ideologías, creencias y nuestra propia educación. Esta función que cumple la escuela escolta la evangelización en las comunidades indígenas, al ser dos grandes armas estatales que sin duda defendieron sin decadencias y con tanta firmeza los objetivos futuros del Estado, coaccionando a los ciudadanos “argentinos” y los pueblos indígenas a ser parte de esta educación uniforme, que es solo un modelo educativo creado por los conquistadores europeos, sin tener en cuenta los saberes de la comunidad. Estos dos principios, con lograr estos objetivos, sentenciaron severamente los saberes y la educación propia de las comunidades indígenas como conocimientos sin aprobación científica, que dicho de otra manera [serían] sin importancia. El aprender a pescar y manejar todas las técnicas requiere mucho tiempo, pero existe 54 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias una diferencia entre esta enseñanza (Wikyi) con la enseñanza que rige la sociedad hegemónica, y está en que no necesariamente se espera un título que te garantice para aplicar tu profesión, si no que al saber una cosa automáticamente te convertís en un nuevo maestro en la comunidad, donde enseñarás hasta que tus años ya no te permitan realizar las actividades. Es más, cuando se es padre de familia la responsabilidad es mucho más grande, es decir que enseñarás a tus hijos todo lo que has aprendido, y depositarás en ellos tus conocimientos que viene de tus padres, y a la vez tus hijos se preparan para conocer y dar lugar a una nueva educación fuera de casa, entre las cuatro paredes de un aula. La escuela se convertirá en la vida de los niños como su segundo hogar donde aprenderán los contenidos educativos dictados por la otra…cultura. La escuela me brindó conocimientos, me permitió aprender otra lengua para poder comunicarme con otras personas que no son de la comunidad Wikyi. Me acuerdo cuando entré al jardín, mis compañeros eran de la misma comunidad, todos nos conocíamos, éramos solo niños hablando en Wikyi todo el tiempo, sin dar tanta importancia a si la maestra –que todos la llamaban señorita- nos entendía o si la entendíamos a ella. Solo lo que 55 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias nos importaba era el buen desayuno que nos servían cada mañana en la escuela, y lo que más apreciaba eran los recreos. Todo el mundo jugaba, la maestra nos mostraba juguetes que ella misma los consiguió, eran muchos animalitos que totalmente desconocíamos, y nos preguntábamos uno al otro, ¿de dónde serán estos animales? ¿Será que existen?, porque en esta zona nunca vi, ¿serán que son así de pequeños?, estas clases de preguntas hacíamos, me acuerdo y como no manejaba el español nunca pregunté a la maestra. Pero ahora es distinto, los niños de hoy miran televisión y su conocimiento es mucho más amplio que la de los niños de mi infancia. Con relación a la participación y la preocupación de los padres por la educación de los hijos es muy importante, como bien pude observar en la ciudad donde se rige mucho la educación escolar. Los padres, cuando sus hijos salen de la escuela, les ayudan a hacer las tareas, y los niños sacan sus dudas con los padres o hermanos, mientras que en mi comunidad es diferente, cuando llego a casa mi mamá o mi papá siempre tienen una actividad para mí, me mandan a buscar agua para tomar mate o acompañar a mi padre a buscar leña en el monte o muchas veces vamos al río a pescar, como así también muchas otras cosas más. Y cuando tengo algunas dudas de mis tareas de 56 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias la escuela consulto a mis hermanos más grandes, porque mis padres desconocen lo que nos enseñan en la escuela y al no saber no pueden ayudarme. La educación formal llegó a la comunidad no hace mucho tiempo, por esa razón es que muchos de nuestros padres y madres no saben leer y escribir, es más cuando se trata de los abuelos. Agustina: Pero si vos vas y les preguntás de alguna actividad como pesca, artesanías, ¿ellos saben? Osvaldo: Al tratar de cuestiones culturales, los abuelos y los padres son las bibliotecas abiertas, donde encontrarás respuestas de cualquier duda que tengas, en este sentido ellos están siempre dispuestos a ayudar para que el niño aprenda cómo es la cosmovisión cultural, desde técnicas y prácticas hasta los conocimientos acerca de la mitología Wikyi. Nuestros padres y abuelos no han tenido la oportunidad de ir a una escuela para aprender a leer y escribir y muchos de ellos no hablan la lengua castellana. Cuentan ellos que no es porque no hubo ya escuelas en la zona, cuando todavía eran jóvenes, la razón estaba en que no se aceptaban chicos indígenas en las aulas de las escuelas. La discriminación física y simbólica era latente, eran ignorados, los corrían con caballos cuando intentaban ir a 57 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias la escuela. La entidad educativa estaba a una distancia de 1 ½ km de la comunidad. No les daban el desayuno como debe ser, como así mucho más, y solo se permitía alumnos criollos. Pero con la llegada de los primeros misioneros en la comunidad recién los niños Wikyi podían acceder a la educación formal – les enseñaban a leer y escribir para que entendiesen el mensaje divino. En estos tiempos ya todos acceden a la educación, hay algunos que lo toman con mucho entusiasmo en asimilar las nuevas cosas y otros a los que les cuesta aceptar, más se dedican a los quehaceres de los padres. Al aparecer la escuela dentro de la comunidad pone al sujeto (Wikyi), en condiciones muy complicadas, al tratar de elegir qué camino tomar hacia el futuro, si tomará mucha importancia el estudio y dejar de lado un poco los quehaceres de la comunidad. Al ser de esta manera, estas dos alternativas que marcarán el futuro de los niños y jóvenes de la comunidad, es un poco engañoso, porque si se comenzara a analizar son dos caminos que de alguna manera se cortan inesperadamente. En primer lugar, la educación de la comunidad es fructífera en la vida de los niños y jóvenes ya que garantiza la supervivencia y el buen vivir en el futuro, pero eso actualmente no es lo suficiente, con la degradación de los montes en forma masiva, los animales y las plantas van 58 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias desapareciendo despiadadamente por las manos de las multinacionales que afincan en la zona del chaco salteño desde hace años, logrando que las actividades ancestrales caduquen hacia el futuro, de esa manera, ¿de qué puede vivir el buen cazador si ya no hay animales en los montes, el buen pescador si ya no hay ríos y si los que hay están contaminados o qué puede hacer el buen sembrador si ya no tiene tierras para cultivar porque se las han quitado? Mientras tanto, el ofrecimiento de la educación que brinda la escuela para nosotros es una línea recta que nos lleva al vacío, es decir que mientras el chico se desempeña en el estudio va dejando de lado las actividades de la comunidad y mientras va pasando cada escalón su futuro entra en juego, la única verdad que limita a todos los jóvenes estudiantes de comunidades al terminar sus desempeños educacionales es que nunca tienen las posibilidades de entrar en un establecimiento de altos estudios – universidad o terciario– para aspirar a seguir una carrera. Esto se debe, por un lado, a que la comunidad maneja otra economía para el sustento familiar que no es exactamente el papel moneda que maneja la sociedad occidental y, por otra razón, es que al mismo gobierno no le interesa que las comunidades progresen, por eso es que muchos jóvenes al terminar la secundaria no saben qué hacer, se quedan frustrados, al saber que lo que ha 59 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias estudiado en la escuela y el colegio no les garantizan conseguir un trabajo y es más cuando quieren ir a pescar, no tienen la suficiente práctica para realizar la pesca u otra actividad. Hay muchos padres que piensan que la educación que brinda la escuela es una pérdida de tiempo para sus hijos, porque terminan sin saber nada y otros que ven como una alternativa única para el futuro, que por lo menos sabrá escribir, leer y hablar el castellano. Agustina: ¿La madre tiene que ir a recolectar leña para hacer fuego? Osvaldo: Hacer el fuego es una actividad familiar, quien se levante primero hace el fuego y prepara agua caliente para el desayuno. En la recolección de leña antes hacía sola la mujer pero ahora sale más el hombre a buscar que las mujeres. El fuego es muy importante en la cultura Wikyi, que con el calor de sus llamas reúne la familia cuando se esconde el sol en la noche, hace revivir los mitos, leyendas, experiencias de vidas a través de la voz y las palabras de los ancianos, es la escuela donde se percibe la sabiduría ancestral para la formación de personas aptas para el desempeño de su propia supervivencia. El fuego no se apaga, tiene vida todo el día mientras que en su 60 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias alrededor se cosen los ricos pescados del Pilcomayo, y por las noches solo descansa en el rescoldo para revivir en las mañanas, es la compañía familiar durante años. MI ESCUELA Y AULA FUE UN ALGARROBO Osvaldo: Cuando ingresé, el jardín no tenía maestro bilingüe pero, como bien dije anteriormente, lo que más nos interesaba era el “buen desayuno que daban en la escuela”. Un año más tarde recién aparecen los maestros auxiliares bilingües pero el aparecer no era la solución ya que solo eran los traductores del docente y no nos enseñaban la lengua, [aunque] sí fortalecían la comunicación de los alumnos hacia la maestra. Por ejemplo, un alumno quería ir al baño, le decía primero al maestro bilingüe y él le decía a la maestra. En esos tiempos muchos de los bilingües trabajaban en la escuela como ordenanzas, los mandaban a buscar leña, hacer fuego, preparar el desayuno, servir el desayuno y el almuerzo. Ahora cambió un poco, están más tiempo en las aulas y se ven algunos trabajos en afiches pegados en las paredes de la escuela. Agustina: ¿Desde qué año tienen maestros bilingües? Osvaldo: Actualmente los maestros bilingües están divididos en los primeros tres años, es 61 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias decir que comienzan desde el jardín hasta tercer grado, y después el resto de los grados e incluso hasta el colegio no hay. En esta situación surgen muchos problemas educativos, a los alumnos, al no entender el castellano, les cuesta asimilar los contenidos que se les enseñan. Agustina: Es como decía la vice directora, al no tener maestro bilingüe el maestro los quería hacer aprender a la fuerza y no les importaba que aprendan. Osvaldo: Sí, la verdad que sí, pero creo que el problema es también del sistema, porque si bien se están formando los futuros educadores dentro de las universidades o terciarios, nada se enseña en profundidad de las culturas que existen actualmente en América o en Argentina, es por eso que cuando un maestro o un profesor va a un pueblo donde hay niños o jóvenes indígenas se encuentra en problemas. Al no saber nada de la situación que actualmente padecen las comunidades, les cuesta construir una buena educación. Uno de los grandes desafíos que existen entre docentes y alumnos es la lengua, los alumnos no captan con nitidez los contenidos que dicta el docente y el maestro tampoco entiende la lengua de sus alumnos. Agustina: Claro. 62 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Osvaldo: En la primaria aprendí a leer, a escribir mi nombre y mi número de documento con la actual directora (Marta Alicia Laimeescuela n° 4216). En ese entonces cursé mi cuarto grado, el siguiente año me tocó de maestra la actual vice directora (María Magdalena Colodro), de ella me acuerdo que me tenía mucho cariño, pero lo que me enseñó nada. Agustina: ¿No te acuerdas? Osvaldo: No nada que me haya quedado en mente…. También lo que me enseñó Marta Alicia eran un par de canciones folclóricas. Agustina: Claro, esas son cosas que te marcaron. Osvaldo: Sí… y cuando ingresé al colegio todavía me costaba expresarme en español, solamente hablaba en pequeñas comunicaciones con el docente. La práctica de la lengua dentro de la comunidad es tan fuerte que lo hablo en todo momento, en la escuela, en los recreos, en la comunidad, en casa. Agustina: Y como ustedes contaban que en jardincito y en la primaria tenían clases bajo los árboles… Osvaldo: Sí… la razón por la cual se hacían clases fuera de las aulas era por las elevadas temperaturas. La diferencia en el colegio es que no había aulas, solo un edificio que 63 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias cubría un solo curso. Los ingresantes tenían el privilegio de gozar de un aula mientras que dos cursos quedaban afuera. Mi escuela y aula fue un algarrobo hasta que terminé mi nivel secundario. Agustina: El que está ubicado en predio del anterior colegio. Osvaldo: Sí… y me acuerdo que los cambios climáticos eran los grandes adversarios, cuando llovía se suspendían las clases, cuando corría viento no se podía trabajar, nos llevaba las hojas. En invierno era lo mismo, se sufría por el frío, pero muchas veces con los profes hacíamos fuego y alrededor nos daba la clase. Agustina: ¿En qué año se construyó el colegio? Osvaldo: No sé exactamente, pero creo que fue el año 2008, un año más tarde de mi egreso. Agustina: ¿Vos ya no estabas en el colegio? Osvaldo: No… egresé en el año 2007 y la construcción del edificio comenzó a principios del 2008 y al siguiente año se inaugura con la llegada de la presidente Cristina Fernández de Kirchner a la comunidad. 64 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias ACÁ EN LA CIUDAD EL TIEMPO ES MÁS CORTO Nicolás: Bueno, Osvaldo, ¿cómo fue que vos decidiste venir a estudiar a salta? Osvaldo: En primer lugar me propuse estudiar y terminar el polimodal en el más humilde colegio rural ubicado dentro de la comunidad, con mi único anhelo de seguir estudiando en cuanto se me presentara la oportunidad de concretarlo. Fuimos un grupo de nueve chicos, cuatro mujeres y cinco varones, atentos a cualquier posibilidad. Yo siempre pensé estudiar algo de medicina, al ver que tanta falta hacía en la comunidad, para conseguir dar una mejor atención médica a mis pares. El sueño de todo el grupo era seguir estudiando, no importaba en qué lugar, sea lejos o cerca de los padres. Nicolás: O sea que el objetivo era seguir estudiando no importa dónde sea. Osvaldo: Sí… lo más importante para nosotros era seguir estudiando y ese anhelo lo contábamos, me acuerdo, a cada persona que llegaba a la comunidad. De esa manera hemos recibido varias ofertas, gente que querían ayudarnos para estudiar, muchos eran médicos de Buenos Aires que apadrinaban el colegio donde estudié. Pero la posibilidad siempre se presentaba para uno o dos y la 65 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias intención era siempre que saliera todo el grupo… Nicolás: estaba. La idea de seguir estudiando Osvaldo: Era un grupo muy especial, siempre unidos en decisiones, en las cosas que proponíamos hacer dentro de la institución, en la recaudación de fondos para la cena de egresados. Lo que también analizamos era lo que nos enseñaban dentro de la institución y si algo no nos gustaba lo planteábamos al director. Y al momento de poner un nombre a la promoción lo primero que nos surgió fue “LOS CHICOS MALOS”, hasta yo no sabía el porqué, pero en fin, le pusimos ese nombre a la promoción escrita y traducida al Wikyi “NÄ´TSES FWITSES”. Dentro de las posibilidades de seguir estudiando fue primeramente con un médico de Buenos Aires. Nos dijo que si alguien se animaba a seguir alguna carrera dentro del área de salud él estaba dispuesto a ayudar, pero en la capital del país y muchos de mis compañeros decían que era lejos. Como así también nos contó que tienen contacto con una institución en Cuba en la que podían ayudar a chicos de comunidades indígenas a seguir la carrera de medicina y si queríamos ir, él se iba a encargar de las gestiones. 66 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Nicolás: ¿Los nueve de la promoción? Osvaldo: No… como bien remarqué anteriormente, las posibilidades siempre eran para una o dos personas, como mucho cuatro, y los que tenían más posibilidades eran los que tenían el mejor promedio. Uno de los obstáculos que nos impedían decidir salir de la comunidad era la falta de información, recientemente supe de la existencia de una universidad, cuando cursé el último año de la secundaria. Tampoco conocía una ciudad, mi único conocimiento del mundo era la comunidad. Para nosotros los Wikyi (particularmente de La Puntana), nuestros estudios terminan en la secundaria y de allí [hay que] comenzar a capacitarse en los trabajos de la comunidad. Cuando un grupo de estudiantes y profesores llegaban al colegio, les preguntábamos como era la universidad y nos contaban de su organización política, en cuántas facultades está dividida, las modalidades de cada carrera, etcétera. Después preguntamos cómo era la ciudad de Salta, sus paisajes, las calles, la gente. En cuanto a estas informaciones, era la primera vez que escuché que había instituciones de nivel supriores donde se puede cursar una carrera, porque en la escuela no se hace 67 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias conocer a los alumnos estas informaciones y mucho menos de universidades. Nicolás: ¿Y tú promoción fue la primera que se enteró? Osvaldo: Sí… y en ese año, 2007, con el grupo de docentes y alumnos que llegaron de Salta, nos invitaron a participar en una jornada organizada por ellos en el predio de la UNSa, todos estaban ansiosos de viajar y conocer la universidad y más que nada la ciudad de Salta. El viaje era para el mes de septiembre, dos semanas antes ensayábamos el baile del “pim pim” para presentar como un número artístico, que salió muy bien en la presentación en el anfiteatro G 400. La ciudad de Salta me pareció lejos, pero muy hermosa. Llegamos en horas de la noche y fuimos directamente a la universidad donde nos esperaban los que organizaban la jornada. Era la primera vez que salía de la comunidad y conocer una ciudad… fue una hermosa experiencia. Nicolás: ¿Así que era la primera vez que salías de la comunidad? Osvaldo: Sí, era la primera vez…. Viajar lejos de casa. Nicolás: ¿Y cómo fue, la universidad los fue a buscar de allá o como hicieron? 68 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Osvaldo: Para llegar a Salta, teníamos que hacer dos trayectorias, nos trasladamos hasta la ciudad de Tartagal en camioneta y después con el colectivo de la sede de la UNSa nos desplazamos hasta Salta. En la jornada todos hablaban en castellano y utilizaban términos que no entendíamos mucho, ahí me di cuenta cuán poco conocimiento tenía de la lengua española, muchas de las personas presentes nos preguntaban cosas, pero nos costaba formular nuestras respuestas, había algunos que no se animaban a hablar... Nicolás: ¿Y en la secundaria veían solo idioma o español? Osvaldo: En la comunidad se habla el idioma hasta dentro de las aulas y la práctica de la lengua castellana… solo hay énfasis en los textos y la comunicación breve con los docentes criollos… por eso me costó y me sigue costando el español. Nicolás: O sea, sabías poco y lo utilizabas poco. Osvaldo: Sí… en la escuela y en el colegio casi nunca nos hacían pasar al frente para ver si entendíamos algún contenido y tampoco una opinión sobre lo que nos enseñaba, por esta razón no hablamos fluidamente el español. 69 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Y con esta posibilidad que tuve de venir a Salta a participar de la jornada me hizo reflexionar mucho de la importancia en el manejo del código fundamental de la comunicación que es la lengua, de escuchar y poder comprender el mensaje que se transmite. Entendía poco el español pero no lo suficiente para llevar a cabo un diálogo coherente, las pocas palabras que manejaba, antes de expresarlas tenía que pensarlas y reorganizarlas mentalmente. Nicolás: ¿Y quedaron? esa vez cuanto tiempo se Osvaldo: Nos quedamos en Salta tres días, nos albergamos en Vaqueros y por las mañanas después del desayuno nos recogía el colectivo de la universidad. Nicolás: ¿Y cómo fueron las primeras noches, porque vos estás acostumbrado al silencio, no es así? Osvaldo: En la comunidad no hay silencio sereno, por las noches acompañan el sueño ladridos de perros pero no frecuentemente, el canto de pájaros nocturnos y por las mañanas se despierta con el canto del gallo. Estos sonidos no son elevados como el ruido de autos que corren a diario en las calles o rutas. La primera noche no pudimos dormir ni siquiera con el cansancio del viaje, estuvimos despiertos hasta las tres de la mañana 70 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias esperando que bajara un poco el ruido de autos, camiones y motos sobre la ruta que conduce de Vaqueros a la Caldera. Nicolás. Claro, no estaban acostumbrados a esos ruidos Osvaldo: Sí… y lo más recalcable de esos tres días es que he aprendido muchas cosas. Conocimos a Javier Lajo Lazo, un filósofo andino de Perú. Daba un discurso sobre la cosmovisión andina, mucho no lo entendí, utilizaba leguajes muy académicas y términos que desconocía. Y después fuimos a la radio FM de la U.N.Sa. para contar nuestra experiencia. Nicolás: ¿Sentías la presión de estar en esos medios, el hecho de ser escuchados por tantas personas? Osvaldo: ….Me puse nervioso antes de entrar, y los que conducían el programa nos hacían un par de preguntas y tratamos de responderlas, y el profesor que nos acompañaba respondía las otras que no entendíamos o nos costaba formular la respuesta. Y después llegó al programa Javier y nos regaló un libro escrito por él, lo leía en mi casa una y otra vez… me acuerdo. Hasta que al fin pude entender el contenido valioso y cuando tuve la posibilidad de concretar mi sueño de seguir estudiando en la universidad, 71 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias escuchaba nuevamente sus discursos pero ya lo entendía claramente. Nicolás: ¿Eso pasó mientras ustedes seguían en el secundario? Osvaldo: Cuando vinimos a Salta era el último año de la secundaria y ese viaje lo tomamos como viaje de egresados, ya que todos vinimos por primera vez a conocer la ciudad como así también a conocer la universidad. Después del viaje, los profesores de la universidad seguían viajando a la comunidad, con ellos construimos una biblioteca comunitaria para que los chicos y jóvenes tengan acceso a las lecturas. La inauguración de la biblioteca contó con la presencia de la decana de la facultad de humanidades [Mag. Flor de María del Valle Rionda]. Fue allí donde concretamos seguir con nuestros estudios en la UNSa, pero nada fue sencillo, no teníamos comunicación y además el problema era conseguir los papeles que nos pedían para la inscripción. Nicolás: Era una meta más para poder seguir estudiando. Osvaldo: Al no tener comunicación con los profesores de la universidad era muy complicado, nuestro único medio era el celular del director y cuando se fue en las vacaciones quedamos incomunicados. Algunos de los requisitos requeridos lo podíamos encontrar en 72 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Santa Victoria Este. Y para llegar a este lugar teníamos que recorrer 45 km en camino de tierra y, como eran los primeros meses del año, los cambios climáticos supieron castigarnos bloqueando los caminos. Llegar al municipio [de Santa Victoria Este] era aventurarse, las copiosas lluvias y la crecida brusca del río anegaron por completo los caminos y nuestro único medio de transporte para llegar era una bicicleta. Demoramos en llegar a Victoria un día completo cruzando los arroyos dejados por el rio y las lluvias en el camino. Había una muy poca voluntad de ayuda de parte del director del colegio y de los profes que se comprometieron a ayudarnos. Al no tener comunicación con gente de la universidad no sabíamos cuáles eran los papeles necesarios y en qué fecha íbamos a viajar. Eso nos tenía preocupados. Y cuando llegamos a Salta nos dimos con que los papeles que supimos entregar al director nunca llegaron a destino y por esa razón había una confusión. Yo, que quería estudiar enfermería, estaba inscripto en Ciencias de la Educación junto con otros dos chicos y otro compañero estaba inscripto en enfermería pero se cambio de carrera y eligió filosofía, que era y es la carrera que le gusta. Cuando llegamos a Salta nos contó una de las profesoras del grupo que no sabían hasta el último momento si íbamos a venir o no, que 73 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias después de la inauguración de la biblioteca en la comunidad no supieron más de nosotros, como nosotros de ellos. Nicolás: ¿Y cómo hicieron para inscribirlos en las carreras? Osvaldo: La verdad… de eso no sé muy bien como hicieron con las preinscripciones porque después entregamos los papeles en el departamento de alumnos. El llegar a la ciudad fue un cambio total, los ruidos de vehículos nos aturdían los oídos. Nos alojamos en la calle San Juan y Gorriti, dormíamos a las dos o las tres de la mañana esperando que calmara un poco el ruido de la ciudad. Para ir a la UNSa, teníamos que tomar el “troncal”, el colectivo urbano. En principio creíamos que todos los colectivos pasaban por la universidad, lo que nos llevó muchas veces a terminar en otro lugar. Durante el cursado del CILEU [Curso de ingreso], recibimos apoyo de tutorías, pero el problema estaba en cómo hacernos entender los contenidos que nos daban en clase, en el aula. Me acuerdo que en la primera clase nos dieron una lectura de media carilla y un par de preguntas para desarrollar. Solo mirábamos cómo el resto de mis compañeros entregaban sus trabajos y nosotros siempre los últimos en entregar o sin terminar. Cuando llegábamos a casa tomamos un poquito de tiempo para comer y luego seguir con la lectura y dejar el trabajo 74 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias terminado para el siguiente día. Esa era nuestra rutina en la presentación de trabajos, ya que en el aula era imposible terminar la actividad dada por el docente. Perdíamos mucho tiempo buscando las palabras en el diccionario. En cuanto el uso del diccionario, para buscar una sola palabra terminaba haciendo un listado de cinco o más palabras buscando entender mejor el significado de la palabra principal que figuraba en el texto. Y en relación a los compañeros del curso, nadie nos daba importancia, éramos los más calladitos, nadie nos preguntaba nada, solo nos veían como unos más del montón, pero casi finalizando el curso introductorio la profesora nos presentó al resto de los compañeros diciendo que “venimos de una comunidad indígena del norte salteño, que todavía tenemos una cultura viva y algo principal que es la lengua”. A partir de ese momento los compañeros comenzaron acercarse más a nosotros preguntando cosas de sus incumbencias y por supuesto cada uno ofreciendo su ayuda. Comenzamos a hacer amistades y a formar grupos para estudiar y jugar futbol en las horas libres. Eso fue productivo en el transcurso del tiempo, permitió soltarnos más, poner en práctica el castellano, entender los chistes y ser sociables. Nicolás: ¿Te sentiste respetado por esto? 75 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Osvaldo: Si.... de respetar siempre nos respetaron creo…. No dábamos mucha importancia a eso de fijarnos en las personas, sus actitudes o de cómo nos veían ellos. Más bien [estábamos] preocupados en cómo lograr asimilar y entender los contenidos dictados por el docente para así seguir en la carrera. Pero una cosa que era evidente, cuando se enteraron que éramos de una comunidad más bien nos apoyaban en todo sentido, si no podíamos hacer una cosa (tareas áulicas) ellos lo hacían con nosotros hasta que con el transcurso del año éramos más capaces, íbamos mejorando, lo que leía entendía. Una de las tantas anécdotas al llegar a Salta fue el cambio de horario al nivel nacional, al ajustar el reloj del despertador, por equivocación pusimos a las 4 de la mañana, salimos sin desayunar para tomar el cole llegamos a la UNSa todavía muy oscuro, no había nadie (de los alumnos) solo los que limpiaban las aulas. Me acomodé en el piso, me acuerdo, sin darme cuenta me quedé dormido. Faltaban tres horas para que empezaran a llegar los alumnos y cuando me desperté ya habían llegado el resto de mis compañeros. Agustina: ¿Eso de una hora antes? Osvaldo: Sí…. Lo que me llamó también la atención fue la vida en las calles: niños, jóvenes, madres, ancianos, pidiendo monedas, estas situaciones nunca vi en la comunidad, 76 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias cuando vi no dejaba de pensar en el porqué llegó a estar en esas condiciones de vida, pidiendo monedas o escarbando cestos de basuras en busca de comida. La situación en la comunidad es otra, la sociedad es muy generosa, donde los niños y los ancianos tienen la mayor atención…. Estos desempeños son originadas por la educación ancestral, basada en la caridad para sujetar el buen vivir de la comunidad… Para retomar un poco cuando llegué a la UNSa, lo que me pasó en primer año: me costaba mucho formular preguntas, para preguntar a alguien lo que quería saber. Por ejemplo, ¿por qué hay muchos carteles pegados en la universidad?, cómo hacer los trámites para becas, cómo tramitar la tarjeta universitaria, etcétera, porque no me sentía seguro al hablar el español, pero las respuestas las encontraba con el paso del tiempo. La situación sería diferente si hubiera estudiantes Wikyi para [así poder] preguntar cosas que no entendía. Por ejemplo, estando nosotros aquí dentro de la Universidad, un ingresante Wikyi se sentiría más seguro de preguntar a nosotros hablando en la lengua. Nicolás: ¿Y ustedes fueron los primeros en llegar de la comunidad? Osvaldo: Nosotros no somos los primeros, ya había estudiantes del pueblo Wikyi antes de nosotros, pero que no tuvieron éxito en los 77 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias estudios por muchas cuestiones y se volvieron a la comunidad. Porque para llegar a la universidad es muy difícil, como expliqué anteriormente. Y estar dentro es mucho más complicado, desde acostumbrarse a la sociedad, hasta cómo llevar adelante los estudios, mantener las becas que muchas veces es medio imposible, pero con tantos esfuerzos es lo que me permitió permanecer dentro de la casa de altos estudios…. Ahora el español cada vez me cuesta menos, he aprendido a desenvolverme dentro y fuera de la UNSa. Nicolás: O sea, si los chicos del secundario vienen a estudiar acá se les va a hacer mucho más fácil porque los tienen a ustedes para preguntarles ciertas cosas o aclarar las dudas. Osvaldo: Eso creo…. Un grupo de chicos del colegio de la comunidad de La Puntana que llegaron de visita a la ciudad de Salta, de paso visitaron la UNSa. Más se dirigían a mí para preguntar cosas que ellos veían y lo que querían saber. Lo que me dijeron [fue] que se sentían más cómodos de hablar conmigo que con los profesores que los atendían, hablando el Wikyi. Nicolás: ¿Y eso fue lo que más te costó solo? Osvaldo: Sí…. Igual el español me seguirá costando ya que es mi segunda lengua, pero lo que me ayuda estando acá es que pongo en 78 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias práctica esta segunda lengua. Después, volviendo a la comunidad, hablo a diario el Wikyi... Ahora lo que más deseo alcanzar, es terminar mi carrera y volver a la comunidad para fortalecer la educación. Es más, hacer ver a los jóvenes que todo es posible, que el estudio te genera riqueza de conocimientos, de saberes, te da la posibilidad de ver lo que antes ignorabas, adquirir herramientas para luchar junto con el pueblo al que uno pertenece…. Nicolás: ¿Y tienes pensado seguir estudiando Salud después de que termines con Ciencias de la Educación? Osvaldo: Yo quería estudiar enfermería porque, estando todavía en la comunidad, era el fundamental problema. Hasta ahora, los médicos casi nunca llegan y la gente sufre mucho. El hospital base está a unos 45 kilómetros de la comunidad y en tiempo de las crecidas del río y en tiempos de lluvias, la comunidad queda totalmente aislada. Pero esta situación no es la única, hay muchas otras cuestiones preocupantes, también está la educación como un medio fundamental para que sucedan cambios, por este motivo me quede estudiando Ciencias de la Educación. Terminando esta carrera, quiero seguir con una nueva, Enfermería, pero ya veremos…. me gustaría…. siempre y cuando pueda ayudar a 79 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias mi pueblo, estando dentro o fuera de la comunidad. Nicolás: O sea, sería trabajar dentro o fuera pero siempre con la comunidad. Osvaldo: La idea es esa, trabajar conjuntamente con la comunidad, sea en pequeñas o grandes cosas. Mi única esperanza es servir a mi comunidad y es la que me da las fuerzas de seguir en pie en este camino que tomé. Nicolás: Bueno, Osvaldo, muchas gracias. 80 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias LA VIDA ESCOLAR Lo mío comienza en una humilde escuela rural ubicada en la comunidad, la escuela número 342 de la Puntana, actualmente lleva el nombre de un misionero sueco ‘Olof Fabian Severin Johnsson’ con el número 4216. Para comenzar un día de clases mi mamá me despierta muy temprano ya que mi papá no está en casa, no sé donde fue, ¿será que se fue al monte a cazar o será que se fue al río a pescar?, ¿o simplemente está trabajando en el monte haciendo un cerco para el cultivo? No se me ocurre preguntarle a mamá realmente dónde se fue mi papá y mis hermanos mayores, mientras me acomoda mis despeinados cabellos con un viejo peine prestado del vecino, con sus tiernas manos lava mi cara con agua que ella recogió del río la tarde del día anterior, finalmente limpia un jarro y me lo entrega en las manos listo para ir a la escuela, y me dice: yeja ach’isuka kye lheyej nokyufwanyaj w’et (hay que portarse bien en la escuela). Hoy está lindo el día, no hace calor ni frío, con mis pies descalzos voy camino a la escuela, donde aprenderé nuevas cosas. Por suerte todos mis compañeritos me conocen. Todos hablamos wikyi, porque somos wikyi de la misma comunidad. 81 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias En la escuela dan el desayuno (mate cocido con pan) cosa que muchas veces falta en el hogar (desayuno) por falta de azúcar. Al hablar mayormente mi idioma me costó de niño hasta hoy entender y asimilar contenidos educativos dentro del aula. Cuando comencé el jardín era muy tímido e inseguro para expresarme frente a la maestra y no había tanta comunicación verbal. No entendía claramente lo que decía, siempre pedía una mano al maestro bilingüe, que me dijera qué es lo que decía la maestra y así comencé. Aprendí el abecedario con una maestra cuyo nombre es Silvia Cruz, me hizo conocer las vocales y las consonantes, con algunos nombres de animales, algunos que yo conocía y algunos que no conocía, como así también de cierta manera, tomándome la mano, me enseñó a escribir. En esta ocasión yo tenía ocho años de edad. Lo que recuerdo es que me costó mucho. Pasaba el tiempo en la escuela, en la casa viendo lo que aprendía en el aula. Al pasar el tiempo, dentro de la escuela, siempre me acompañó la dificultad de tercero a noveno año. Nos hacían leer cuentos, leyendas, poesías, entre otros, de los cuales optaba más por las poesías y novelas, aunque me costaba entender. Leía una y otra vez la misma página, con el mecanismo en el intelecto de producir lo que leía en el libro en 82 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias mi idioma para comprender mejor. Es lo que hago hasta hoy estando en la UNSa con los contenidos que me dan para leer en cada cátedra. En la escuela primaria lo que me interesaba leer eran cuentos de hadas y duendes, porque en mi casa mi abuelo siempre me contaba relatos ancestrales sobre ‘nop’alhalis’ (duendes) que habitan en los montes. En la secundaria más leía poesías y libros de historia argentina, con lo cual llegué a reflexionar en mi origen y el origen de mi pueblo wikyi, que no figura en los libros o si lo mencionan es muy poco. Y en la universidad mis libros favoritos son Pedagogía del oprimido, Cartas a quien pretende enseñar de Paulo Freire, Obras completas de S. Freud. 83 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias LA COMIDA La comida es algo vital como el agua que tomamos a diario, sin la comida no sé cómo podríamos sobrevivir en la tierra que habitamos. Todos los seres vivos necesitan nutrirse para tener la energía que les permita crecer y desarrollarse, como el hombre y los animales para moverse y realizar sus actividades. En esta oportunidad hablaré de la importancia de la alimentación en mi comunidad. En primer lugar, las actividades individuales, familiares y colectivas se realizan en base a la alimentación del grupo familiar, es decir que el hombre realiza actividades como la pesca, la caza y la recolección de frutos, ente otros, para satisfacer su principal necesidad: su alimentación cotidiana. En la comunidad de La Puntana, como así también otras comunidades que viven en las riberas del Pilcomayo, la fuente de vida más importante es el río. Él alimenta a todos los pueblos saciando con sus ricos pescados durante muchísimo años, mientras que los montes nos ofrecen la miel pura para endulzar el desayuno en cada mañana, como así también los distintos árboles en la zona, que en cada época hacen caer sus frutos con el soplar del viento. 84 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Aquí todo se comparte, desde los trabajos que se realizan para obtener el alimento hasta el alimento mismo. Todas estas cosas, mientras uno vive en este contexto cultural, se las aprende mediante la observación y la participación directa de las actividades de la colectividad. Cuando todavía vivía en mi comunidad comía todo lo que nos ofrecía la naturaleza. Como dije anteriormente, el principal menú de la familia es el pescado. Crecí comiendo pescado. Lo que se consume también en la comunidad es la miel, los animales del monte, la algarroba, el mistol, el chañar, la sacha sandia, los porotos del monte y mucho más. Después, cuando tuve que venir a estudiar a la universidad de Salta aprendí y conocí nuevos alimentos, comidas a las que mi organismo no estaba acostumbrado. Lamentablemente las tenía que comer para poder vivir en este lugar, ya que mi comunidad está a una distancia de 600 kilómetros de Salta y es imposible traer los alimentos típicos con los que crecí. Con el paso del tiempo yo no me quejo de los alimentos de esta sociedad, es más, las consumo sin ningún problema, eso creo que es porque ya mi organismo se acostumbró a comidas propias de este lugar como las pizzas, las milanesas o las empanadas. Con esto no 85 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias trato de mostrar que ya hay un desinterés de las cosas que se consumen en la comunidad. Cuando voy a mi pueblo natal en los meses de vacaciones –invierno y verano- lo primero que como es el pescado, la algarroba, y todo lo que anteriormente mencioné. Todos son alimentos que podría calificar como comidas sanas, ya que en ellas no se recetan otras sustancias, al igual que muchos de los alimentos de la ciudad que les ponen otros condimentos para darles sabor o les echan conservantes u otras cosas. Los alimentos de la comunidad son más en estado natural. Para finalizar, sostengo que los alimentos forman parte de la cultura de cualquier grupos social, no precisamente que sea una comunidad indígena, muchas veces a los pueblos se los identifica por una clase de comida que realizan, como por ejemplo a la ciudad de Salta por las empandas. 86 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL MEDIO AMBIENTE Cuando comienza el día de las lluvias todo el campo florece, las aves no se cansan de cantar, hacen sus nidos y alimentan a sus pichones, hay abundante comida para ellos, los animales comienzan a salir para dar más armonía al campo, caminando y corriendo entre los verdes árboles y arbustos. Toda la naturaleza recobra vida, en el río sube el pescado y los algarrobos nos ofrecen el pan en sus rubias vainas. Por esta maravilla tenemos que cuidar nuestro medio natural, para garantizar el bien vivir de los que formamos parte de esta tierra en donde nacimos. Todos los que formamos parte de esta naturaleza viviente, tenemos que valorar la vida, tanto la vida de cada persona como así también la vida de cada componente natural, es decir el monte, el río, los hombres, los pájaros, los reptiles, los peces, etcétera. Para mantener el equilibrio y más que nada vivir en armonía. Lo cierto es que si se comienza a degradar un mayor porcentaje de lo que hay en la naturaleza, nuestros problemas se multiplicarán. Por lo tanto, ¿de qué puede vivir el pescador si no hay río o si lo hay está contaminado?, ¿de qué puede vivir el melero si ya no hay monte?, ¿de qué puede vivir el cazador si ya no hay animales? 87 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias En una oportunidad, durante uno de los encuentros del taller, se mostraron imágenes de paisajes. De entre las muchas regiones que puede haber en nuestro planeta se tomaron dos cuyas características son plenamente distintas: una posee como característica primordial la de ser una zona montañosa, en donde hay mucha altura y bajas temperaturas, de acuerdo a su nivel climático ha desarrollado su propia flora y fauna; otras imágenes representan el chaco salteño, en las cuales se visualiza una zona de llanura, con mucha vegetación y altas temperaturas. Es muy importante la toma de fotos, ya que nos permite explorar y ver muchos lugares, plantas, paisajes, animales, personas, etcétera, que aun no conocemos. Cuando, al mirar las imágenes presentadas por una compañera, en donde nos mostraba cómo era y cómo es el lugar donde ella nació y creció. Me fascinó bastante, solo con el hecho de presenciar tantos cerros y montañas. Mientras las miraba me hizo llegar a la mente una anécdota que tengo, de aquella primera vez que vine a Salta para estudiar en la universidad. Viajando en colectivo observaba durante el camino animales, árboles, fincas y muchos vehículos que iban y venían hasta que visualicé algo que me sostuvo la mirada y no paraba de observar hasta que dije entre mí: deben ser los famosos cerros y montañas que vi en unas imágenes 88 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias que me mostraba la maestra cuando yo era niño, lo que creía que no existía en alguna parte del mundo realmente existía, fue la primera vez que vi un cerro. Para mí lo más importante de esto es que a través de las imágenes podemos también mostrar y difundir nuestra cultura, es decir lo que hacemos en nuestra comunidad: nuestras artesanías, nuestras costumbres, nuestra economía, nuestra alimentación, nuestras técnicas de pesca y de caza. También podemos mostrar cómo es el lugar donde nacimos y crecimos, cómo es el clima y la naturaleza que nos tocó vivir. Por último, nos permite también ubicarnos en una determinada época vivida. 89 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL ORIGEN DEL RÍO PILCOMAYO ERVIS DÍAZ Y OSVALDO VILLAGRA 90 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL ORIGEN DEL RÍO PILCOMAYO Allí, frente al inmenso Tsemlhak8, el palo borracho donde W’ahat Wuk9 tenía todos los peces, su hijo avisó a los wikyi que podían pescar lo que quisieran, pero que estaba prohibido flechar al Atsa o el gran pez que llamaban dorado. Tokfwaj10 desobedeció, quería fabricar un gorro con su cola brillante. Lo atravesó con una flecha y el Dorado en sus corcovos, partió con la cola el gran Tsemlhak. Se desbordó el agua y se derramaron los peces. El W’ahat Wuk enojado, a modo de castigo por la desobediencia, otorga a Tokfwaj una varilla de madera con poderes 8 Traducido al castellano significa palo borracho o yuchán. Dueño de los peces. 10 El Tokfwaj es un personaje mítico, a veces traducido como el gran tío, que aparece en casi todas las narraciones orales del mundo wikyi. Se caracteriza por su astucia, su inteligencia, su habilidad para burlar a los demás y sus poderes sobrenaturales que le permiten transformarse en un sinnúmero de seres como personas, animales, aves y objetos. Además, es importante porque intervenía a favor de los wikyi otorgándoles elementos vitales como el fuego y el río, entre otros. Hay que destacar que el Tokfwaj aún perdura en la memoria de cada comunero porque se siguen transmitiendo sus historias a los niños y jóvenes por boca de los abuelos al abrigo de las noches chaqueñas. 9 91 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias sobrenaturales y expresándose de esta manera le dijo: “con esta vara guiarás detrás tuyo el agua por el monte, y cuando el cansancio y el hambre impidan tus pasos luego de una larga jornada, en forma vertical clavarás la varilla en el suelo, de este modo el agua en ella se detendrá, luego así obtendrás peces a la orilla del río para tu comida”. Tokfwaj cumplió al principio como lo había mandado W’ahat wuk, pero como su destino estaba marcado por un trágico castigo, una tarde decide hacer lo habitual de siempre, retener el agua, sin embargo no logra hacerlo. Tokfwaj asustado, desesperadamente empezó a correr de un lado a otro, donde el corría ahí iba el agua. Hasta que el agua lo alcanzó terminando ahogado. Desesperado, el decía: “yo seré un árbol muy fuerte con raíces profundas que el agua no podrá sacarme”. Repitiendo tres veces de esta forma, se transformó en lo dicho. Sin embargo, en instantes es llevado por el río. Entonces dijo: “yo seré bosta de caballo, yo seré bosta de caballo, yo seré bosta de caballo”. Se hizo bosta de caballo y se dejó llevar por el río, que en poco tiempo se humedeció quedando sumergido bajo el agua. Después empezó a decir: “yo seré porongo, yo 92 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias seré porongo, yo seré porongo”. Y se transformó en porongo. También llevado por el río, se fue contra el monte lleno de palos, terminando esta vez en pedazos. El tokfwaj sin más nada que hacer seguido por el agua en donde iba, muere ahogado. Entonces W’ahat wuk preocupado al ver tanta agua dispersa sin ser guiada por nadie, bajó para ver que había pasado. Solamente, a lo lejos por medio del río pudo divisar unos cabellos flotando, que luego tomándolos con sus dedos reconoció que eran de Tokwaj. Murió tokfwaj!!, el fin de Tokfwaj!!, dijo tristemente. Desde allí, ante la desesperación y la fuga de tokjua’j generó que el cauce del río no sea correcto. Así se formó la nueva gran casa de los peces, el río Pilcomayo. 93 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias “tewok tes p´ante” W’ahat wuk –w´ahat wuk- Tata´y´aj p´antenlä tsemlhäk, ta w´ahat ihi, lhääs ifwenho p´ante wichi ta is kye tiwokyhi wet ilään fw´ahat t´ak häpe, häp ta n´ayej kyek nolään atsa. Tokfwaj t´as p´ante´pe nolhämet, iwat p´antehla yene won´a atsa kyäs lhawo. Tiyajej p´ante noch´äha wet taj p´ante´pe lawhoo wet lakyäs iwasti p´ante tsemlhäk, wet nitsäy p´ante fw´ahat ta ihi. W’ahat wuk fwitsaaj p´ante, wet hiw´enho p´ante tokfwaj notsut ta nokajyhayaj ihi,yamtilak t´ikyunlä inäät ta tiyajkye tayhi, yamp´ante kanhi ta y´elh wet ap nikyuyu, itsänhi honhat notsut yamtilak inäät takasit, wet takyuma w´ahat wet tuj. tokfwaj inuke p´ante w’ahat wuk lhämet ta nech´e, häp ta t´ilek ihi p´ante laweky´aj ta nowoyeje, honaj ta häpe iwat p´antehlä yenlhi mat ta ifwalapej yenlhi ikastayen inäät,wet inäät tok takasit. Tokfwaj noway p´ante, wet inulhit alhoho, hap ta lhip kye tiyäjkye inäät yahänt´at. Yamp´ante kanhi ta inäät ifwit wet ich´alhi. Ta lhakl´i ihi wet tahuy ta yok: “ohapehla hal´ä ta lafwettsil atoskyenkya yamtilak tok inäät ikyäj” ihi lajtumfwaya ta iwoyetso wet welane 94 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias p´ante mak ta iwatlä welane. ta häp ta paaj ta inäät yakalhikye lafwettsil wet wey´ake p´ante. Wet yakyajo ta tahuun wet yok: “ol´ataj y´amukla, ol´ataj y´amukla, ol´ataj y´amukla” welane p´ante l´ataj y´amuk wet yikkye p´ante inäät, ta y´oot wet y´uhkya p´ante. Wet yakyäjo ta tahuy wet yok: “owotsotajla, owotsotajala, owotsotajla” paj p´ante ta ap welane, ap hate inäät ikyäj, tiyajkye tayhi paj pante ta wasi. Tokfwaj nemhit yahanej mak kye iwoye, tsi inäät tok ilekye pajp´ante ta hich´a wet y´il. Nilhak´alhi p´ante w’ahat wuk ta hifw´en inäät ta i´pe honat tok ifw´en hin´o kye yikkyafwi, wet inunkya p´ante ta iyajinpe hat mak ta tamenej. Iyahimp´ante kani ta ifw´en hilenhas ta i´pe inäät, ta takyuma p´ante wet nitafwelej ta tokfwaj w´oley. Y´ilh p´at tokfwaj!! Taj p´at lawhäy tokfwaj!! Iwoye tso ta latahyaj ihi. Tälhe ifwalatso, tokfwaj lhaklhi p´ante wet ta inulhi alhoho ta inäät yahäänlhi, hap ta tamenej ta tok is alhoho lan´ayil tewok ifwalasna. Wet nech´e p´ante lahi w´ahat wet nowuntej Pilcomayo. 95 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL SUEÑO DE NIFWOTAJ Nifwotaj, niño de diez años, con su típica honda colgada al cuello, sueña ser un gran melero, ¿lo acompañamos en su viaje? RASTRO DEL PASADO, DULCE PRESENTE EL MELERO Un día como cualquier día en la vida de los comuneros, el melero empezó con el trabajo que mejor sabía hacer, buscar chaguar sabía, recolectar frutos sabía, reconocer el mejor lugar para pescar sabía, pero lo que mejor hacía era descubrir en qué lugar estaba la miel. Hoy debía llevar a su hijo, el primero, el heredero de su saber y su oficio, para que caminara a su lado descubriendo los secretos que ayudan a transformar a un niño en el mejor melero de la comunidad. Nifwotaj11, mientras caminaba, comparaba las pequeñas huellas de sus pies con las enormes de su padre, soñando con los ojos abiertos con aquél día en que pudiera ser como él. Tras largas horas de dejar sus huellas en el monte chaqueño, el padre, con la sabiduría transmitida por el tiempo y la experiencia, descubre el lugar donde encontrará el tesoro buscado. 11 Su traducción al castellano es valiente, audaz. 96 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Nifwotaj ve a su padre y por ratos el cansancio lo vence pero, a pesar de todo, lo acompaña a buscar leña. Deben prender fuego y sabe que su padre le dirá que sea él quien lo haga. Eso sí que le da alegría. Ahora él es un especialista en encender el fuego porque su padre se lo enseñó. Intenta aprender cada una de las acciones que su padre realiza, quien produciendo humo logra que las abejas huyan. En ese momento se obtiene lo se ha venido a buscar… Nifwotaj regresa haciendo pasos más grandes, más sabio, más adulto, más hombre, con la esperanza de algún día ser como su padre. Para él la miel significa muchas cosas buenas, principalmente el camino que lo ayudará a ser un hombre fuerte y sano, con la vitalidad necesaria para cumplir con su deber de ser un hombre Wikyi… 97 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias NIFWOTAJ FWILHEK Nifwotaj häp hanafwaj ta wikyi hiw’en 10 nekkyämis lafwontis ta ifwunti law’o. Tafwilhanej ta häp kila eelh ta akäyekkya, ¿ha nat’ununkye ta yik? MAKTA PAJKYE HAK’ONEK IFWALANA AKÄYEKKYA Ifwala ta häpe, akäyekkya iwolatesa lakyumet ta matkye ta yahanej, ta t’uke kutshaaj, yahanej ta yahutwek hal’ä lhay äp yahanej ihi lhiip ta is kye t’iwokyhi, ta hap ta lhaam t’unlak yahanej lhiip ta akäyek ihi. Ifwalana yahanej ta ikyäj lhääs ta lakyunkatsek häp kilak eelh kyek yahanej lajkya kyumet yamtilak ifwakye lajkya ta yik wet nitäfwelej imak ta latanyaj ihi, wet tach’ote häpkila han’afwaj elh ta matkye ta akäyekkya ta ihi law’et. Nifwotaj, ta yik iyahin lan’äyhäy ta niwusa wet itech’eynejlä lajkya lan’äyhäy, nitikyunejlä’ ifwalak häpe manhiyeja iwoye lajkya. Ta pitaaj ifwala w’etes ta inakye tayhi lan’äyhäy, lajkya ta lahanyaj talhe ifwalas ta pajkye wet nitafwelej lhiip kye ihinla imak ta matkye ta t’uke. Nifwotaj, iyahin lajkya pajta, t’elak ta yämpe’ ta häp ta ch’ääj tach’ote ta t’uke itäj huuk, lhamelh yenlhi itäj lhaam yahanej ta lajkya 98 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias isuknhiyejak lhaam kyek yenlhi, wet iläte ta akäjlhi atana matkye ta yahanej ta yenlhi itäj tsi häp ta lajkya ta ikyufwanej. Nifwotaj, yelhte lhaikyufwanej imak ta lajkya yenlhi, ta yenlhi tutshäj wet akäyekwos yiken, häp ifwalatso hiw’een imak ta t’uke… Nifwotaj, ta tapiilh yahan imakej, neche taläk, häpe’hin’o ta takajay, lajit t’inayaja, wet iwoye lakyumet ta häpe hin’o ta wikyi…. 99 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias RECIBIENDO LA PRIMAVERA A. C. Cielo 100 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias A. C. Cielo A todos los lectores de este libro, mi nombre es A. C. Cielo. Nací en San Ramón de la Nueva Orán, Salta, pero soy de la comunidad de Escobar Tres Cerritos, departamento de Yavi, Jujuy, que limita con Salta, vecino del pueblo El Cóndor, donde inicié y terminé mis estudios primarios. Continué el secundario en La Quiaca, Jujuy, en el límite con Bolivia. Al egresar de la secundaria me vine para Salta Capital, donde vivo actualmente. Estoy en la Universidad Nacional de Salta, en la facultad de Ciencias de la Salud. Me gusta viajar, conocer lugares, personas, escuchar música, me encantan los deportes, el fútbol, soy hincha de River Plate. En las vacaciones siempre viajo a Jujuy a visitar a mis familiares y amigos. LO QUE PODEMOS RECORDAR Las fotos nos transmiten recuerdos de los momentos únicos que vivimos, lugares por donde pasamos, son tierras que pisamos donde uno de esos días compartimos risas, charlas, recuerdos con alguien así con la familia, amigos, compañeros, también juegan mucho los paisajes, el clima y el tiempo. Son 101 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias tan especiales que en ese momento te transmiten una gran sensación de verse involucrados con su belleza natural, es como que la tierra o el paisaje especial te hablaran para que los tomes en cuenta y en ese momento te detengas y te lleves una parte de ellos. Como sacarse una foto apoderándote de esa hermosa imagen fija que plasma el fondo natural. Así también los videos filmados producen muchos recuerdos de diferentes maneras, dándoles vida y movimientos, sonidos y ruidos a ese espacio o entorno vivido, de esa manera podemos escuchar una risa, un chiste o una palabra que dijiste, que quizás hoy no la recuerdes muy bien con detalles, pero te detenés a ver el video con atención y se te vuelven a activar las neuronas de la memoria, así como se observan las personas. Está presente el movimiento natural como escuchar los silbidos, el cantar de los pájaros, la música, las vestimentas, los reflejos de los rayos y la lluvia que cae, las plantas que se mueven por la presencia de los vientos, el sol y las nubes. RECIBIENDO LA PRIMAVERA Había una vez un pueblo tan lejano limitado con Salta y Jujuy llamado Escobar Tres 102 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Cerritos, donde habitan pocas personas, también animales como llamas, ovejas, burros, vacas, vicuñas, liebres, vizcachas, zorrinos, zorros y pumas, entro otros. También habitan aves, perdices, loros y cóndores, águilas, palomas y muchas más. En una mañana de primavera tan bella, en un amanecer en espera del sol resplandeciente, donde los pájaros cantaban y los animales se despertaban, una vicuñita pasaba corriendo, jugando y bailando al ritmo de los cantares de los pájaros y todos la miraban. Al ver a la vicuñita tan contenta le seguían el paso, de repente uno de ellos se dio cuenta de que la perdiz no estaba presente para acompañar a la vicuñita en el baile, se había quedado dormida. Luego van en busca de ella y la despiertan. Ella se levanta diciendo, ¿qué pasa, qué pasa que están todos contentos y alborotados? La liebre respondió: llegó la primavera, vení a cantar y a bailar con nosotros, esto hay que festejarlo. La perdiz la mira y le dice: aún no salió el sol, tengo un poco de frío, quiero seguir en mi camita, tan calentita y descansando. Todos se van a seguir festejando y se dan con que las llamas, las ovejas y las vacas estaban en ronda bailando siguiendo el paso de la vicuñita. De repente aparecen los pumas y los zorros tan amables y cariñosos sin intención de hacerles daño a nadie. De esa manera todos 103 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias se prenden a la fiesta y los reciben para seguir festejando. Así termina esta mañana donde todos esperaban a la primavera tan ansiada. 104 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL COQUENA A.C. CIELO y SOL 105 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias En el monte argentino existe la leyenda del Coquena, comentan nuestros ancestros que vive en los cerros de la Puna entre murallones mágicos y oscuros desfiladeros. Lo describen como un hombre pequeño, casi enano, con un gran sombrero y ropa tejida con lana de vicuña. Tiene el aspecto de cholo y usa ojotas. No deja rastros de persona y camina ligero. Tiene el poder de hacerse invisible para llevarse a las llamas cuando su pastor las trata mal. No deja que usen armas de fuego para cazar y si esto ocurre se enoja y sale a defender su ganado. Toma a veces la forma de un guanaco y empieza a arrear sus tropas velozmente y las esconde en los cerros. También aporrea a los perros de los cazadores y hace extraviar a los hombres. Una vez un pastorcito que vivía en el monte argentino se dedicaba a la cría de llamas, ovejas, cabras y tendía a trasladarse de un lugar a otro por temporadas. Con la ayuda de sus burros cargaba sus alforjas de yuros, ollas, tinajas de barro, sus camiris, frazadas hiladas por el mismir de la pusca y palo12. 12 Yuro. Vasija para transportar chicha. Pusca. Eje de la rueca de tejer. Camiri. Especie de frazada. 106 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Arreando sus animales emprendía el viaje hacia los cerros de sus obras donde tiene su estancia y corrales hechos de piedras, en su caminata ardua comía de trecho en trecho sus avios, preparados por su cholita. Disfrutaba de su charqui, requesón, cuajada, mote, papa y su tostado. Para apagar su sed en su cantimplora llenita de ulpada13, hasta llegar a su estancia, arreando con su honda a su hacienda y a sus burros. En un día el pastorcito salió en busca de sus llamas en los cerros altos de sus peñas, caminando en medio de añaguas, pajas, pupusas, queñua, canguias, talillas, 14 cardones . Tocando su erquencho subía por las faldas, olladas, barrancas y ojos de agua. El hombrecito decide descansar en las piedras de cuarzo, colgada su chuspa15 en su cuello llevaba su coca. En su descanso saca de su chuspa hojas para coquear y continuar. El viento que sopla y juguetea pasa por su lado sacándole el sombrero. Al levantarlo para volvérselo a colocar se le presenta de repente el Mismir. Preparación de los hilos para el tejido. 13 Avio. Especie de vianda que se prepara para los viajes. Ulpada. Bebida a base de agua, azúcar y harina de maíz tostado y molido. 14 Añaguas, pajas, pupusas, queñua, canguias, talillas, cardones. Plantas y arbustos típicos de la zona andina. 15 Chuspa. Bolsa para guardar las hojas de coca. 107 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias dios de los animales. Lo saluda amablemente y le pide un poco de coca y coqueando se ofrece a ayudar a buscar las llamas del pastor. Entablando charlas hablan las llamas del pastor y divisan la presencia de un cazador apuntando a una de ellas con un arma de fuego. Observar eso para el Coquena es muy desagradable. La intención de cazador es matarlas. En ese momento saca un látigo muy largo y las llamas se alejan dejando al descubierto al cazador. El mismo no entendía el porqué. El ser protector en forma de castigo lo transforma en un cóndor solitario levantando el vuelo hacia los puntos de los cerros, deambulando en búsqueda de su comida por no saber respetar los animales de otras personas. Al pastorcito lo bendice con una tinaja llena de pepitas de oro por su gran nobleza. 108 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL ORIGEN DE LA PLANTA DE MAÍZ EMANUEL TAPIA 109 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL ORIGEN DE LA PLANTA DE MAÍZ En los tiempos antiguos (arakae ete) existió una mujer que tenía hijos mellizos (un varón y una mujer). El varón se llamaba kuaray (sol) y la mujer yasi (luna). Los niños traviesos un día se alejaron de la casa para jugar por el monte. Al retornar se extraviaron en una planicie donde paseaba el ñandú tumpa (dios ñandú) que vio en los niños que podrían ser buenos compañeros para el ñanderu tumpa (dios padre), por lo que en una veloz corrida acometió a los niños y, tomando impulso, intentó volar. La madre, que salió a buscarlos al escuchar los gritos de los niños, corrió a socorrerlos, llegando hasta el sitio. Sin embargo la velocidad del ave y su esforzado despegue se impusieron a la voluntad de la madre que solo alcanzó a tomar los dedos pulgares de los pies de sus hijos, la fuerza y el impulso del ave la arrastró por varios metros antes de iniciar el vuelo. La madre, sin poder hacer nada, quedó en la tierra con lo único que pudo retener en ese momento, la punta de los dedos de los pies de sus niños y sin más consuelo que ver como el dios ñandú se perdía entre las nubes con los niños. Al pasar el tiempo, la madre desconsolada tuvo un sueño en el que el ñanderu tumpa 110 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias (dios padre) le ordenó sembrar en su chaco los pequeños dedos de los niños. Al día siguiente la madre realizó las tareas que le ordenó el dios padre. Luego de un período de lluvia y sol brotaron varias plantas altas y delgadas con hojas en forma de lanzas, en las cuales se albergaban unos frutos con granos blancos, otros amarillos, algunos morados. Con el transcurrir del tiempo estos frutos se convirtieron en la esencia y motivos de la dieta principal de la comunidades guaraníes, que como regalo de dios padre se convirtió también en el centro de las principales celebraciones para practicar el convite y compartir la felicidad entre todos. Es así que los guaraníes se consideran como los hombres y mujeres del maíz, en las comunidades se vive la cultura del maíz, buscan tierras de maíz, hacen del maíz su dieta principal. Alrededor del maíz gira su vida social y del maíz deriva incluso su prestigio y poder político. Existen documentos en los antiguos regimientos de indias donde se refieren a los guaraníes de la siguiente forma, “cuando los trojes están llenos de maíz, el indio es orgulloso y arrogante y le tienen sin cuidados los blancos, la opresión o la pena. Si el granero está vacío, es sumiso y desganado”. 111 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL TOBOROCHI (EL ÁRBOL DEL REFUGIO) “ES EL ARBOL UTILIZADO PARA HACER LAS MASCARAS PARA EL ARETE GUAZÚ” Hace mucho tiempo, cuando los dioses vivían en la tierra como personas, los espíritus (aña) de la oscuridad abusaban mucho de los primeros guaraníes, asesinaban a los hombres y se robaban a las mujeres. En una pequeña aldea vivía una hermosa muchacha a la que llamaban Aravera, “destello en el cielo”, hija del gran cacique Ururuti, “cóndor blanco”. Ella se había casado recientemente con el dios Colibrí (chinu tumpa) y esperaba tener un hijo en muy poco tiempo, el mismo que se convertiría en el mejor Chaman (pay) de la región, capaz de derrotar a todos los espíritu del mal. Los aña, al enterarse de la noticia, se propusieron matar sin miramientos a Aravera. Montados en sus caballos alados que lanzaban fuegos por la boca se dirigieron hacia la aldea, pero Aravera, percatándose oportunamente del peligro, escapó volando hacia los últimos confines del universo en su sillita voladora, que le había regalado su esposo Colibrí. Los aña la perseguían por todas partes en el fondo de las aguas, debajo de la tierra y más allá de las estrellas. 112 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Cuando la sillita voladora ya no podía soportar por mucho tiempo el peso de Aravera y su pequeña criatura, descendieron a la tierra y se ocultaron dentro de un Toborochi (Samou). Los Añas pasaron de largo y nunca pudieron encontrarlos. Ahí adentro Aravera tuvo a su hijo. El niño creció y vengó la maldad de los aña pero su madre se quedó en la barriga del samou hasta hoy. De vez en cuando sale afuera convertida en una hermosa flor para que los colibríes vengan a disfrutar de su néctar. ASÍ NACIERON LAS LUCIÉRNAGAS En el mundo de los guaraníes había muchos dioses, pero dos eran los más importantes. Aña era el Dios del mal y Tumpa el Dios del bien. Un día en que el frío era muy fuerte los indios encendieron una fogata y se ubicaron alrededor para conversar. Aña, al verlos tan unidos, decidió hacer una de sus maldades y comenzó a soplar con furia para apagar la fogata. Entonces intervino Tumpa. Retuvo las chispitas que se desprendían de las hogueras y les dio vida. Así nacieron las luciérnagas a las que los guaraníes le dieron el nombre de KOROKOCHI. Los inquietos bichitos comenzaron a revolotear alrededor del sorprendido Aña. Se reían en la propia barba del Aña, encendiendo su indignación. Pero la fogata se había 113 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias apagado y los Guaraníes temblaban de frio. Condolido, Tumpa bajó a la tierra y volvió a encender el fuego. La cordialidad y la paz volvieron a reinar en las tribus. Desde entonces los bichitos de luz iluminan la noche imitando a las estrellas. Esto pasó hace mucho tiempo. JOKORAI ÖA KOROKOCHI RETA (LUCIÉRNAGAS) Arakae ndaye oiko jeta tumpa raanga, jaema oime mokoiño tuichareta vae. Aña jae pochi vae, jare tumpa jae ip·ŀ a guasu vae. Penti ara tanta iro·ŀ yae, Guaranireta oyapo tuicha tata, jaema oguapu reta oyepee jare imiarireta. kua Aña oipotaa jaereta oguap·ŀ vae, jaema oyapo ikavi mbae kua paravete reta, omondo jeta ·ŀ v·ŀ tu kua tata ombogüe vaera. Jaema tumpa ogueyi jare o+p·ŀ tätäp·ŀ, jaema kua tätäp·ŀ oikove ye. jokorai oikove korokochi reta. kotrokochi reta, oyere añare jare opuka jend·ŀ vare, kua pochi vaera. Guaranie reta pe tätä iro·ŀ, jaema tumpa oguey·ŀ ·ŀ v·ŀ pe, jare omoend·ŀ tata. Añae kua reta oiko kavi yee reta. Aña ojo oiko mat·ŀ, jaema kua korokochi reta puntuyae jembipe yasitata rami. jokoraiko kua arakaendaye. 114 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL GAVILÁN Y EL PÁJARO CARPINTERO Hace muchos años el gavilán le tenía bronca al pobre carpintero y cuando lo veía corría a pegarle. Cuando el carpintero iba a ocupar la madera, ésta era cortada en el fondo de su casa, el gavilán lo escuchaba al carpintero golpear el árbol y de inmediato se dirigiría hacia él y lo corría. Un día el carpintero se fue a cortar madera para fabricar una silla y enseguida llegó el gavilán, fue entonces cuando el carpintero cumplió con su promesa de retirarse del árbol, el gavilán corrió rápidamente hacia él y se dio un fuerte golpe contra el árbol, cayendo medio muerto al suelo. El carpintero por su hazaña se burlaba del gavilán y le decía: ¡tinga!, ¡tinga!, ¡tinga! El carpintero a partir de ese momento se convirtió en un pájaro muy pícaro y el gavilán dejo de tenerle bronca. GU+RARE JARE APEKU Arakae ndaye guirake omotare·ŀ yae apeku paravete, oecha yave jaema ndaye omoña oinupa. Apeku oipuruta ·ŀ v·ŀ ra yave, jaemai ojo oyas·ŀ a jugua kot·ŀ. Gu·ŀ rake paravete, oendu apeku ombotarara ·ŀ v·ŀ ra oiko yave, jaemai ojo 115 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias chupe jare omoña. Penti ara ndaye apeku oñemboaras·ŀ ma jare jei iye+pe. Gu·ŀ rake chemoña yave, kuae ·ŀ v·ŀ rare ·ŀ ayereta chugui, touño cheveño. Penti neimbove apeku ojo ·ŀ v·ŀ ra oyas·ŀ a ap·ŀ ka oyapo vaera, aramoete gu·ŀ rake avaete ojo chupe, erei apeku ·ŀ v·ŀ rare oyere chugui. Guirake ·ŀ v·ŀ rareño tata okua jare omano, mano oa ·ŀ v·ŀ pe. Jaema ndaye apeku oyerovia ap·ŀ ta jare jei chupe, tinga!, tinga!, tinga! Apeku iarakua ramo, jokuae ara guire gu·ŀ rake mbaet·ŀ ma omotare·ŀ. 116 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias SI ESCRIBÍA UN LIBRO ALGUIEN SE ACORDARÍA DE MÍ MARCOS, SOL Y LIDIA 117 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias RELATO (MARCOS) En este relato quiero comenzar hablando de una de mis primeras experiencias como lector. Desde muy pequeño a mis padres les gustaba regalarme libros, cuentos, fábulas, ya que ellos son maestros de escuela primaria. Les gustaba inculcarme un mundo de estudios. Pero yo no me sentía muy a gusto por los regalos que me daban, ya que a mí me gustaba el juego de todo tipo. En la primaria nos daban tareas de lecturas a desarrollar pero tampoco me gustaban. Comencé a leer en 6º grado del primario ya que mi papá fue maestro de grado y siempre le gustaba hacerme leer textos frente de todos mis compañeros. Ahí me di cuenta que la lectura es más que descubrir palabras formadas por letras. Y desde entonces empecé a leer más en casa para no volver a pasar vergüenza delante de mis compañeros. Pero en realidad no es para mí la lectura pero sé que es necesaria y todo estudio se basa en la misma. También mis padres me mandaron a estudiar música en una escuela de arte desde los 12 años. Y aprendí otro tipo de lectura y escritura en “partituras”. Me costó bastante acostumbrarme a memorizar las ubicaciones y el tiempo a llevar para ejecutar algún instrumento. Pero con el tiempo supe aprender 118 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias gracias a las prácticas diarias que tenía. Me hacía acordar mucho a las primeras veces que empezaba a leer los libros que me regalaban mis padres. Actualmente, como lector, estoy en un nivel medio ya que solo comienzo con la lectura cuando la necesito para estudiar en alguna materia. RELATO (SOL) Aprendí a leer junto a mi maestra con ayuda de mis padres. El primer libro que leí fue una fábula en mi casa. Los días que me aburría leía pequeños cuentos. El libro que más me gustó fue un libro de cuentos cortos, “El corazón de vidrio”. Cuando ingresé a la secundaria me empezó a gustar la lectura, empecé a interesarme más por las historias. Leí un libro que me llamó mucho la atención. Trataba sobre la historia de mi lugar, de donde vivo: cómo empezó y el porqué del nombre “El Aguilarazo”. Al ingresar a la universidad leí libros relacionados con reflexionar los contenidos que tienen. Me ayudaban y me ayudan en mi recorrido por la carrera que elegí: “Gente toxica” y “Tomáte tu tiempo”. Aún a mis 22 años conservo esos libros. Me sigue gustando mucho leerlos. Tengo una pequeña biblioteca 119 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias donde los conservo y los leo acorde a cómo me siento y lo que siento en ese momento. No podría elegir uno en particular porque todos fueron importantes en cada paso que di o los momentos de mi vida. Considero que me falta para ser una buena lectora MI EXPERIENCIA ¿CÓMO APRENDÍ A LEER? (LIDIA) En jardín, con los dibujos que la señorita me enseñaba. Me decía los nombres de los dibujos y yo ya creía que sabía leer. Pero a la hora de escribir no lo podía hacer, es decir no podía escribir tal cual pero yo sí me sabía el nombre de las cosas. En 1º grado aprendí a leer las palabras que eran mi nombre o pato, mano, cara… fueron palabras muy claves después de aprender A.E.I.O.U. Obviamente recién entonces aprendí a leer. También el abecedario, que me costó bastante aprenderlo pero, bueno, a fin de año ya sabía escribir y leer como esta oración “Mi mamá cocina rico”. Y los años fueron pasando y me gustaba leer más. En 4º grado de la primaria me gustaba recitar las poesías. ¡Cómo me voy a olvidar si cuando recité la poesía para el día de la madre 120 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias mi mamá estuvo re feliz! Después leí más y en 5º grado también recitaba poesías en los actos. Me gustaba la poesía y desde allí aprendí a escribir y a leer lo que relataba de mí. ¿Por qué? Porque en el año 2003 me acuerdo que comenzó la guerra de EE.UU. e Irak. Y bien, me propuse leer y escribir con lo que pasaba en mi vida y a mí alrededor. ¡Ja ja!, así si escribía un libro al que alguien leyera, se acordaría de mí si la guerra hubiera llegado hasta donde estaba yo ¡ja! ¡Qué ideas, no!, solo tenía 10 años. En 7º grado, en lengua, nos hicieron leer un libro tan lindo pero tan lindo que hasta hoy lo leo cuando tengo tiempo a mis sobrinos. Se llama “Mi planta de Naranja Lima” de José Mauro Vasconcelos. Fue lo mejor de la lectura hasta hoy. Ya pasaron siete años pero fue y es mi mejor lectura. 121 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EN MI TIERRA APRENDÍ A LEER MAGY, VILMA Y GRACIELA 122 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias MAGY ¡Hola!, me llamo Magdalena Salas (Magy) y vivo en Salta Capital desde hace cuatro años. Vengo de Humahuaca, Jujuy, Argentina. Nací en Mina El Aguilar, provincia de Jujuy. Soy de pueblos originarios, mi etnia es la Kolla y muy orgullosa de serlo a pesar de que al principio me costó por miedo a ser discriminada y que se burlen de mí. Pero hoy gracias a todas las experiencias que he vivido no tengo miedo a decir que soy aborigen. En este libro que presentamos doy a conocer parte de mi historia, la que pasé en la Universidad Nacional de Salta. Espero que a los que tengan la posibilidad de leerlo les guste cada historia que presentamos, ya que lo relatamos desde lo más profundo de nuestro corazón. Todo comenzó un día de verano, cuando llegué por primera vez a Salta. Fue tanta la emoción y el miedo… llegar a la terminal y no saber para dónde ir… me agarró escalofríos a pesar de que hacía mucho calor. Pero no llegué sola, estaba con Naty y Vivy, también de pueblos originarios…. que me acompañaron durante un tiempo, luego regresaron a sus pueblos. Espero que les gusten y lean todas las historias porque de verdad son muy lindas. 123 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias MIS RECUERDOS (MAGY) Aprendí a leer cuando llegué al tercer grado con la ayuda de mi maestra porque mis padres estaban muy ocupados. Mi papá trabajaba y no lo veía casi nunca en casa, mi madre cuidaba a mi hermanito que era un bebé y hacia todas las tareas de casa. Al principio me costó un montón ir al colegio porque mi mamá no me hizo hacer el jardín. Como siempre viajaba, casi nunca podía quedarme en un solo lugar y por esa razón comencé el 1° grado directamente. Para mí ese momento era todo desconocido, tanto las figuras, las letras y, bueno, casi todo. Y por lo poco que me acuerdo, la maestra nos hacía leer cuentos. Eran muy lindos y eso me ayudó para que aprendiera a leer porque me gustaban mucho los cuentos. Por eso leía cada cuento que encontraba en mi casa o que la maestra nos prestaba. Pero siempre leía en voz baja ya que me costaba y tenía miedo a leer en voz alta. Fui de a poco soltándome porque la maestra nos obligaba a leer en voz alta y no importaba que nos equivocáramos. Ella nos ayudaba mucho pero yo era muy tímida y me ponía tan nerviosa que se me trababa la lengua y no podía leer. Así pasé mi infancia. Fue difícil pero aprendí a leer. Hoy en día, que me encuentro en la facultad, me cuesta entender y analizar 124 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias algunos textos, tengo que leer y volver a leer varias veces para llegar a comprenderlo o pedirle a mi compañera que me explique pero no es con todos los textos, son los que tienen palabras que no conozco o palabras técnicas. Y lo que más me gusta leer son historias y cuentos que desde la infancia me gustaron mucho. RELATO HISTÓRICO (VILMA) Cuando era niña, lo que recuerdo es que en el jardín mi maestra me enseñó las primeras palabras, las vocales, y ya en primer grado creo haber aprendido algunas letras del abecedario. Yo creo que estando en segundo grado me empecé a estudiar el abecedario. De a poco empecé a leer pero nunca me sentía contenta con lo que leía porque me sentía incapaz de leer como mi maestra. Pero igual no me ponía a practicar, porque decía: ¿de qué me sirve leer?, es como que estaba confundida todo el tiempo. Algunas veces, en séptimo grado, mi maestra me decía que leyera tal cosa pero yo nunca quería porque me avergonzaba como leía. Cuando comencé el secundario también me sentía así todo el tiempo y me costaba mucho poner en práctica la lectura en mi casa. 125 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Hoy que estoy en la facultad yo no siento eso. Confieso que aquí aprendí muchas cosas y perdí el temor a la lectura y verdaderamente creo que aprendí a leer bien. Y ya no me avergüenzo de mí misma. Y también comprendí que el leer hace a la personas ser racionales, capaces de aprender y realizarse en la vida. EN MI TIERRA APRENDÍ A LEER (GRACIELA) Aprendí a leer en mi tierra donde nací, donde me crié, donde di mis primeros pasos, donde aprendí a hablar, junto a mi familia, mi papá, mis hermanos, mis hermanas, mis tíos, tías y primos, en la primera escuela donde pude leer cuentos, frases, adivinanzas, canciones, coplas, etcétera. Mi primera señorita, Marta Romana, me enseñó cómo leer, cuando estaba en primer grado aprendí el abecedario, números y algunas letras. Cuando fue pasando el tiempo pasé a segundo. Ahí aprendí a redactar oraciones y a escribir cuentitos. En tercero escribía cartas, las maestras me prestaba cuentos para leer en casa como Cuentos de la selva de Horacio Quiroga, La Cenicienta, Los tres cerditos y otros. Pero el que más me acuerdo es el de Horacio Quiroga. Es un libro que tiene varios cuentos como: La abeja 126 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias haragana, La guerra de los yacarés o Las medias de los flamencos. Una vez que aprendí a leer, podía leer todo lo que tenía a mi alcance, lo que sea, cualquier cuaderno, diarios, carteles que se me presentaban en el trayecto de mi casa a la escuela. Podía escribir cuentos ficticios, lo que yo me imaginaba, lo que pasaba por mi mente. Me acuerdo que en la escuela la señorita nos hacía escribir coplas y poesías. Hoy ya no leo cuentos de hadas, ahora me gusta leer textos relacionados con la biblia; tengo un libro que se llama Preguntas que se hacen los jóvenes, me gusta leerlos porque me hacen pensar en estar bien y que tengo que seguir. 127 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias TENÍA QUE APRENDER A CONOCER LAS LETRAS RIX 128 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias RIX Me llamo RSV, más conocida como Rix, nací en un pueblo muy chico de Jujuy, Mina El Aguilar, pero como destino de la vida crecí y viví toda mi infancia y adolescencia en Tilcara, un pueblo que con el correr del tiempo fue creciendo, tanto turística como poblacionalmente. ¡Qué lindo lugar, cómo se extraña estando lejos de ahí!... no sólo extraño el hermoso paisaje sino también a mi familia y a mis padres. Digo que los extraño porque hace cuatro años que estoy estudiando Enfermería en Salta, en la Facultad de Ciencias Salud de la UNSa. Sin embargo, no todo el año estoy aquí porque en vacaciones vuelvo a mi lugar natal. Pero durante el periodo de clases me es muy difícil adaptarme a la nueva rutina diaria. No sé qué más contarles, solo les doy un consejo: “No dejen de soñar y de luchar para que sus sueños se puedan realizar”. Un tropezón no es caída, nos ayuda a crecer y a seguir adelante. TENÍA QUE APRENDER A CONOCER LAS LETRAS Les voy a contar la historia de vida por la cual aprendí a leer, que sin duda fue a la fuerza. Quién iba a decir que cuando apenas tenía 5 años e iba a jardín, tenía que aprender 129 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias a conocer las letras y saberlas memorizar, para mi mala suerte, bah, en esos momentos a mí solo me importaba jugar y jugar, como todos los niños de mi edad. Bueno, así durante todo el cursado de jardín. Aprendí mucho sobre las letras, los números, dibujos y mucho más. Todo esto me fue sirviendo al transcurrir el tiempo, toda la primaria, que por cierto, qué dolor de cabeza cuando la maestra decía, ¡Vilte, lea de nuevo!, y yo, ¡por Dios! Lo tenía que volver hacer o si no me decía, ¡Vilte, respete los puntos, las puntuaciones, empiece de nuevo! ¡Qué bajón en esos momentos!, o bien cuando la maestra me solía decir ¡yo se que vos podés, Vilte!, lea más despacio y no se ponga nerviosa. Qué aliento, para no ponerse nerviosa pensaba yo. Pero bueno era la primaria yo seguía pensando en jugar y jugar. Nada era la presión en la escuela para que aprenda a leer, también era en mi casa. Mi madre me solía decir, hija, ¿ya hiciste la tarea?, hija, ¿ya hiciste la tarea?, mirá que tenés que leer lo que te dieron en la escuela para el acto, y yo ¡uf, lo que me faltaba! Bueno, pero a pesar de la presiones de mis maestras y de mis padres aprendí a leer, lo cual me sirvió mucho en la secundaria, porque empecé a entender los textos aunque, por cierto, me costaba una banda el agarrar los textos que me daban los profesores. Bah, siempre lo hacía porque tenía que hacer ¡mi bendita tarea! 130 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Logré aprender mucho y para más no decir mi materia que más me molestaba tener era Literatura, uf. Por Dios, que leer novela, leer cuento, leer poema, lo bueno es que alguno de esos libros que leí por obligación me gustaron, como el libro de cuentos de fantasía, Un monstruo en el bolsillo, que me llevó a la imaginación increíble. Bueno, otro texto, que no lo leí todo porque es una novela, pero sí leí el resumen y me pareció muy buena, era Rosaura a las diez. Increíble pero en la secundaria sí me gusta leer cuentos cortos de terror y que me lleven a la imaginación. Bueno, así con toda mi secundaria y mi poca lectura. Ahora que estoy en la universidad, qué interesante, me gustan algunos libros de mi carrera pero nunca los logro leer todo porque es un fastidio, ¡uf!, me aburre mucha letra. Es por ello que solo leo lo que más me llama la atención. ¡Qué mal! A veces pienso: pero bueno, eso es por mi falta de práctica de lectura. ¡Esto es todo por hoy!, en algún otro momento contaré mas sobre mí. 131 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias EL PUENTE DEL DIABLO ROBUSTIANO RAMOS 132 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Se cuenta que hace mucho tiempo, en época de guerra un ejército menor venía huyendo de un ejército mayor, con el miedo inmenso de que si se enfrentaban perderían la batalla en un primer intento. Cuando este pequeño grupo de soldados mientras huía llega a la cima de una montaña y se dan con la peor noticia, de que el camino moría ahí y solo les esperaba un enorme precipicio. Ante esto, en momentos de gran preocupación, angustia y miedo, el capitán piensa y dice: si apareciera el diablo en este instante, le entregaría mi alma a cambio de que me hiciera un puente para poder cruzar a la otra orilla y salvarnos todos. Esta petición, que fue dicha en un momento de desesperación, se hace realidad, porque el Diablo escucha decir esto al capitán. Entonces al caer la tarde, se aparece un jinete todo vestido de negro, incluido el caballo. No era más que el Diablo y dijo: yo soy el Diablo y escuché que el capitán quiere hacer un contrato conmigo. Al ver esto, el capitán y todo el ejercito quedan asombrados, pero sacando una fuerza interior el capitán se acerca a él y afirma que lo que había dicho era cierto pero le pide una posibilidad o una condición para que pueda salvar su alma. El Diablo acepta y quedan en el acuerdo de que si él termina el 133 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias puente antes de que salga el primer rayo de la mañana se iría a llevar el alma del capitán, de ser lo contrarío el capitán salvaría su alma. Cuando dan las doce de la medianoche, en la inmensa oscuridad se escucha solo el rechinar de los picos de los obreros del Diablo. El tiempo corría y los soldados todos rezaban para que se salvara su jefe. La mañana se acercaba y cuando el primer rayo alumbró, se alcanzó a ver que al puente solo le faltaban veinte centímetros para topar a la otra orilla. Al ver esto, todos se ponen contentos y la tranquilidad invade, porque de esta manera el capitán se salvó y también se salvaron del enemigo porque pudieron cruzar a la otra orilla. Así es como se conoce la creación del ‘Puente del Diablo’. 134 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias ESCENAS DE LECTURA AMILCAR Y ANAHÍ 135 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias RELATO (AMILCAR) Cuando era chico, siempre me gustó leer. Leía libros de geografía, historia, matemática, etcétera, y siempre leí libros que no tenían nada que ver con mis tareas que tenía que realizar en la escuela. Empecé leyendo un cartel que estaba en frente de mi casa, más o menos cuando tenía 4 o entrando a los 5 años. El cartel decía: “Municipalidad de Santa victoria Oeste” en letras grandes y, más pequeño, decía “Por un futuro mejor”. Aun lo recuerdo cuando mi madre (abuela) me hacía escribir cada letra que estaba escrita, así fue como empecé a leer. Luego en el mismo edificio de enfrente, en la parte de los primeros pisos había una biblioteca. Ahí me hacía prestar libros infantiles, cuentos, chistes, etcétera. Yo, cuando entré al jardín, ya sabía leer. Llegaba a mi casa siempre con las tareas realizadas en el jardín, y en casa sabía leer más. También me sabía mucho estudiar los mapas. No entendía muy bien la ubicación en grados y longitudes, pero aún así me gustaba mucho estudiarlos. Hasta que los entendí. El cuento que más me gusto fue el de “Pinocho”. También leí otros cuentos, y me leyeron también, como por ejemplo: Hansel y Gretel, La casa encantada, La bella y la bestia, 136 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Alicia en el país de las maravillas, y otros, pero el que más me gustó fue el de “Pinocho”. Más grande empecé a dibujar. Dibujaba de todo pero más me gustaban los dibujos de “Dragon ball Z”, también me gustaba mucho dibujar paisajes. Hoy en día soy muy rápido comprendiendo las cosas, tal vez fue por mi infancia, los textos no me cuesta mucho entenderlos. Un libro tal vez lo lea en menos de un mes. Actualmente estoy leyendo un libro de Aldo Aparicio, el libro se llama “De los cerros salteños a los mares fueguinos”. En él relata toda su vida y viajes realizados a distintos países. Tuvo una vida muy compleja, fue albañil, tabacalero, agricultor, marinero, pintor, tuvo muchas experiencias vividas. Su infancia fue muy dura. A los primeros años de vida de él, falleció su madre. Luego su padre tuvo un infarto en medio de los cerros y solo se encontraban acompañándolo un peón y él. Aldo tuvo que viajar casi medio día para que le llevaran ayuda a su padre. Luego estuvo a los ocho años en una escuela católica acá en Salta. Le costó mucho adaptarse por la separación de su familia, su padre más específicamente. Hay muchas cosas que contar de él, pero ahí nomás. 137 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias RELATO (ANAHI) En cuanto a la literatura o los temas relacionados con el área lengua recuerdo que recién conocí las letras a los cuatro años. Al año siguiente ingresé al jardín de infancia, donde ya se hablaban palabras. Se ponía el nombre completo, la fecha completa. Mayormente nos enseñaron a reconocer las letras por medio de dibujos. Cuando ingresé a EGB 1 no sabía leer. Recuerdo haber aprendido recién a fines de primer grado. Desde ese momento la lectura era una herramienta muy útil para mi vida. A través de ella podía conocer nuevas cosas y mantenerme informada. Nunca fui buena para leer. Siempre, cuando nos hacían leer, el profesor o los docentes de grado me solían decir “levante la voz, realice los signos de puntuación cuando lea” y muchas otras cosas. En el secundario, Lengua y literatura era una materia muy sociable, donde se expresaban, desde nuestros puntos de vista, lo que nos parecía. Me costó siempre mucho manifestar mi opinión, si bien tenía mi punto de vista. Hoy me sigue costando. Si bien se trabaja en la universidad en grupo, yo prefiero hacerlo individualmente. En la actualidad me gusta leerles cuentos a los niños. Me encanta enseñarle a mi hermano 138 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias menor a leer, a escribir bien las oraciones, pero lo que siempre me gustó leerle fue “La Biblia contada a los niños”. Un libro que para mí tiene un significado único. En cuanto a mi calificación para leer, en la actualidad es muy deficiente, me cuesta mucho leer en voz alta para los demás pero para mí sola si lo hago. Prefiero leer libros y no fotocopias, a pesar de que una fotocopia es lo mismo para mí no lo es y me resulta más difícil entenderlo. Nunca pude saber el porqué de ese inconveniente. La lectura es una herramienta muy útil en todas las etapas de la vida. No debemos dejar de practicarlas. Aunque nos reclamen por no leer adecuadamente debemos entender que es para nuestro bien. 139 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Encuentro de jovenes protagonistas Primera feria intercultural Encuentro 2013 Mi sabiduría viene de esta tierra Wiphala 2012 Encuentro 2011 140 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias REFLEXIONES 141 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Para hacer lo que queremos hacer debemos vencer el miedo de llegar a un mundo distinto y de alcanzar un destino. Con la ayuda de todos los que quieran y de los nuestros. Llego a la universidad desde muy lejos, perdido en medio de la naturaleza, a buscar mi espacio en otra sociedad. Doy gracias a la Madre tierra que sin saber también aquí me estaba esperando. Gracias CEUPO. Nelson Mamaní. Pachamama, madre tierra, somos lo que somos por ella. Mi comunidad me enseñó cultura, naturaleza y vida. La universidad me enseñó educación, respeto y disciplina. A pesar de estar lejos, no olvido mis raíces. Javier Casimiro. Nací porque así lo quiso Dios, sin saber lo que me esperaba. Cruzar estos obstáculos son simples bofetadas de la vida que se pueden superar con el coraje del alma y del corazón. Víctor R. Mamaní. 142 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Este es un nuevo camino donde aprendí muchas cosas y pasé por muchas experiencias, de las cuales aprendí un montón. Gracias a la ayuda de los tutores que siempre estuvieron ahí se hizo un poco más fácil. Quiero agradecerles por todo lo que hicieron y ojalá que no nos dejen…” Marlen Velázquez. Ser estudiante de Pueblo originario significa aprender nuevos vocabularios, aprender a relacionarse con una sociedad desconocida para ser reconocido, significa descubrir nuevos horizontes, pero siempre teniendo presente lo que aprendimos en nuestro núcleo familiar y en nuestra comunidad. Un estudiante es aquel que pone en juego todo lo que tiene para lograr su único propósito, en mi caso, ser enfermera universitaria. Vilma Quispe. En mi pueblo nací y crecí con mi familia. Aprendí a tener valores, creencias, respeto y sobre todo a dar y recibir AMOR, AMOR A LA VIDA, a nuestros pares y a mi familia. Pero es en la universidad donde aprendí a formarme como una futura profesional, y es en este espacio donde aprendí a 143 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias compartir mis valores, mis creencias y a respetarlos con más fuerza… y a creer más en mí y en mis enseñanzas… es en este espacio que conocí un mundo diferente con buenos amigos, una familia que me da la confianza de poder compartir con ellos. Es por ello que doy gracias de poder formar parte de este grupo… La vida está llena de sorpresas y una de ellas fue cuando ingresé a la universidad y encontré una “familia” en la cual puedo confiar, el CEUPO. Me vine de mi pueblo sin saber adónde iba a caer, lloré, lloré… cada noche pensando en mi familia, en mi pueblo y en mis amigos, pero fue este grupo que me dio contención y un apoyo incondicional… y es así que me di cuenta de que no hay obstáculos que te puedan vencer si tenés unos buenos amigos y si uno se lo propone. RIX “Cuando era chica me sentía tan pequeña entre mi familia. Hoy he crecido y estoy en la universidad, me siento aun más pequeña por la cantidad de personas que circulan a mi alrededor. La universidad es un sitio tan desconocido que cada día que pasa se encuentra algo nuevo”. 144 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias “El tiempo que pasa y pasa me hace pensar y preguntar cada día ¿qué es la universidad para mí? Hoy en día digo: “es un lugar donde llegué un día y hoy sigo aquí con un sueño que cumplir y lucharé hasta el final”. “Mi comunidad es tan bella por su paisaje que al caminar por sus caminos de tierra me hace sentir tan especial, me hace volar a lo más alto, el aire que respiro me hace sentir tan llena de vida, cuando el sol pega mi cara me hace sentir un calorcito que te llena de vida, sus vientos que recorren las calles te abrazan tan fuerte, te elevan y te envuelven”. Magyluz. Vivo feliz en la ciudad pero cuando vuelvo a mi comunidad me siento en el paraíso. Esteban Padilla. Mientras más pienso ahora… Solo vienen recuerdos, creo que fue bueno todo este momento de reflexión para poder interpretar y poder mirar el interior de uno y, si en este instante lo pienso, puedo decir que todos los días, minutos y momentos que llevo aquí en este lugar, hay cosas que me 145 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias llevó su tiempo aprender y acostumbrarme. Pero hoy por hoy puedo decir que me siento muy bien y agradecido por la oportunidad de estar aquí, de conocer, de encontrar, de poder vivir y sentir, de experimentar y sobre todo de poder contar con alguien, por todos los amigos conocidos y, bueno, en cuanto a la tutora, gracias por la presencia. Hay días en los que con tan solo mirar o intercambiar palabras es una motivación más para poder seguir adelante. Cosas que se extrañan también existen, como el estar en familia. Extraño el lugar en donde nací, sobre todo a mamá, que es muy necesaria, pero aunque no esté físicamente puedo sentir su presencia y que está. Dicen que a las personas se las conoce por sus actos y no por las palabras, y aun más, así sabiendo esas cosas, yo creo que hay tantas cosas que extraño y que hoy no están. Pero en fin, hoy la historia y sobre todo mi historia es distinta, sé que está cambiando a pasos agigantados. Toda mi inspiración está en tener buenos momentos y hacer cosas buenas. Me queda por decir que espero recorrer y ser llevado por un buen camino. Gracias por los momentos de hoy y a seguir adelante como es lo que 146 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias busco: a cada momento, nuevos objetivos, nuevos horizontes. Dicen que todos pueden soñar, hay que buscar hacerlo… Favián Copa. En el espacio de tutoría de Pueblos originarios aprendí a conocer mundos particulares, modos de vida y culturas diferentes a partir de una mirada, de un gesto, de una sonrisa. Lo que me ayudó a tener conocimiento de las diferentes realidades por las cuales atraviesan los estudiantes en la universidad, en la ciudad, como nuevas pautas de vida. Todos dejamos nuestras comunidades, nuestras familias, nuestros conocidos para insertarnos en un nuevo ámbito como la universidad, sólo con el objetivo de adquirir otros saberes, nuevas experiencias para trasladarlos a nuestra cultura. Por tal motivo el espacio de Tutoría para Pueblos Originarios es importante para todo estudiante de comunidades, para su inserción en el interior de la universidad, como herramienta de solidaridad y de colaboración. Emanuel Tapia. 147 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Todo por un sueño Desde un lugar, lejos, seco, frío, donde los vientos fuertes azotan las casas hechas de barro y paja. Vengo de Susques con un sueño de descubrir, aprender y estudiar para algún día recibirme, poder ser alguien en la vida y trabajar en lo que pueda, para así poder sustentarme sola y darle lo esencial a mi hija. Durante todos estos años vengo luchando con la carrera que elegí porque venir desde una escuela con niveles bajos de estudio y con un conocimiento básico es como atravesar una barrera, la verdad es muy difícil, pero nada imposible… hay que seguir remándola porque ser una estudiante universitaria significa entrega, dedicación, paciencia y ¡sobre todo amor a los libros y a tu profesión! Pido a Dios que me ayude a cumplir mi sueño. Estoy muy agradecida a Alejandra y Valeria, ya que nos ayudaron, desde el primer día que llegamos a esta casa de altos estudios. En el transcurso del tiempo pudimos formar un espacio de contención, aprendizaje y lucha para todos aquellos alumnos provenientes de pueblos originarios. 148 La inmortalidad de nuestras culturas milenarias Hoy quiero decirles a todas aquellas personas que quieran estudiar que pueden llegar a leer este libro donde se plasma todas nuestras anécdotas, tropezones y triunfos… que luchar por lo que querés ser no es imposible. ¡Sí, es un sacrificio pero después viene la recompensa! Zulma Quispe. 149 ÍNDICE ::Escritores originarios: la apropiación de la voz (Bergagna, Díaz Pas y Vila) …………………………………………… 5 ::Pensando, llevando y convocando juntos el espacio de Tutoría, (Aguirre, Marcanthony, Rodríguez, Santillán y Tapia)………………………………………………………………………….. 38 ::Paisajes de nuestras comunidades ………………. 42 ::Historia de vida, Osvaldo “Chiqui” Villagra…… 43 ::En un lugar muy lejos de mi casa …….. 44 ::Uno sigue los pasos del padre o de cómo el fuego no se apaga nunca …………………………………………….. 46 ::Mi escuela y aula fue un algarrobo ……. 61 ::Acá en la ciudad el tiempo es más corto. 65 ::La vida escolar………………………………………………….. 81 ::La comida ………………………………………………………… 84 ::El medio ambiente …………………………………………… 87 ::El origen del río Pilcomayo, Ervis Díaz y Osvaldo Villagra ………………………………………………………………………….. 90 ::El origen del río Pilcomayo …………………. 91 ::Tewok tes p’ante ………………………………… 94 ::El sueño de Nifwotaj …………………………… 96 ::Nifwotaj fwilhek………………………………….. 98 ::Recibiendo la primavera, A. C. Cielo ……………….. 100 ::A. C. Cielo……………………………………………. 101 ::Lo que podemos recordar………. 101 ::Recibiendo la primavera …………. 102 ::El Coquena, A. C. Cielo y Sol …………………………….. 105 ::El origen de la planta de maíz, Emanuel Tapia …. 109 ::El origen de la planta de maíz ……………… 110 ::El toborochi (el árbol del refugio) ……….. 112 ::Así nacieron las luciérnagas …………………. 113 ::Jokorai öa korokochi reta (luciérnagas)….114 ::El gavilán y el pájaro carpintero …………… 115 ::Gu+rare jare apeku ……………………………… 115 ::Si escribía un libro alguien se acordaría de mí, Marcos, Sol y Lidia………………………………………………………….. 117 ::Relato (Marcos)…………………………………… 118 ::Relato (Sol) ………………………………………… 119 ::Mi experiencia, ¿cómo aprendí a leer? (Lidia) 120 ::En mi tierra aprendí a leer, Magy, Vilma y Graciela 122 ::Magy………………………………………………….. 123 ::Mis recuerdos (Magy) …………… 124 ::Relato histórico (Vilma)………………………. 125 ::En mi tierra aprendí a leer (Graciela)….. 126 ::Tenía que aprender a conocer las letras, Rix……. 128 ::Rix………………………………………………………… 129 ::Tenía que aprender a conocer las letras……………………………………………………………………………….. 129 ::El puente del diablo, Robustiano Ramos ………….. 132 ::Escenas de lectura, Amílcar y Anahí …………………. 135 ::Relato (Amílcar) …………………………………… 136 ::Relato (Anahí) ……………………………………… 138 ::Nuestras actividades ……………………………………….. 140 ::Reflexiones ………………………………………………………. 141