La_intervencion provocada - LEX

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SAN SEBASTIAN
COLEGIO DE ABOGADOS
EL PROCESO CIVIL
INTERVENCIÓN PROVOCADA
SANTIAGO VÁZQUEZ ANTOÑANZAS
ABOGADO
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SUMARIO
I.- INTRODUCCIÓN.- De la pluralidad de las partes.
A) Litisconsorcio.
B) Intervención Voluntaria:
a) Litisconsorcial.
b) Adhesiva.
C) Intervención Provocada.
D) Consumidores y Usuarios.
II.- INTERVENCIÓN PROVOCADA.A) Notas comunes.
B) A instancia del demandante:
a) En materia de Patentes.
b) La evicción invertida.
C) A instancia del demandado:
a) La llamada al propietario.
b) La llamada en garantía.
c) La llamada por causa común.
D) Efectos de la Sentencia.
a)
b)
c)
d)
Concepto jurídico de la situación del tercero.
Principios de rogación y congruencia.
Poder de disposición de las partes sobre el proceso.
Costas.
III.- CONCLUSIÓN.
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I.- INTRODUCCIÓN.- De la pluralidad de las partes.
La regulación de la Intervención Provocada, que constituye una novedad de nuestra
reciente Ley Procesal, se ubica prácticamente en los prolegómenos de su Libro I,
precisamente en el Segundo Capítulo del Título I, que hace referencia a la Pluralidad de las
Partes, en el que dedica:




El artículo 12 al Litisconsorcio.
El artículo 13 a la Intervención de sujetos originariamente no demandantes, ni
demandados.
El artículo 14 a la Intervención Provocada.
Y el artículo 15 a la intervención en procesos de protección de derechos e intereses
colectivos de consumidores y usuarios.
A) La figura del LITISCONSORCIO considero que es sobradamente conocida, a pesar
de las serias dificultades que nos creaba en la etapa estudiantil.
Contempla sencillamente la posibilidad de que existan varias personas, como
demandantes o demandados, y la obligación de que la acción se dirija a estos últimos,
a todos ellos, cuando resulte necesario para la efectiva tutela jurisdiccional, dando
lugar, en otro caso, a la manida excepción de Falta del Litisconsorcio Pasivo
Necesario.
B) INTERVENCIÓN VOLUNTARIA.El artículo 13 regula la llamada INTERVENCIÓN VOLUNTARIA, que
consiste en la participación de un tercero en un proceso ya iniciado, como demandante
o como demandado, para lo cual tendrá que acreditar que ostenta un derecho o un
interés legítimos en el resultado del pleito.
El contenido normativo del artículo 13 resulta de muy sencilla comprensión, por lo
que me remito al Texto Legal.
Obviamente la pretensión de incorporación del tercero se somete a la audiencia de
las partes personadas, no se suspende el curso del proceso y, si el Tribunal resuelve
su admisión, el tercero se constituye como parte, de forma que podrá sostener cuantas
alegaciones y recursos convengan a sus derechos e intereses.
No obstante, en base a esta dualidad de derechos o intereses, que como ya he dicho
constituyen la premisa legitimadora de la intervención del tercero, se pueden
diferenciar dos casos de Intervención Voluntaria:
a) La Intervención Litisconsorcial
b) La Intervención Adhesiva
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a) La Intervención Litisconsorcial.- El tercero ostenta un derecho propio, que es
controvertido en el proceso, es decir que se encuentra legitimado, podría haber
sido parte en el proceso e, incluso, en ocasiones debería haber sido demandado,
para la correcta constitución de la relación jurídico procesal, sin que se haya
alegado tal defecto.
En este caso, el tercero se convierte en parte no solo en sentido procesal, sino
también en sentido material, porque se discute un derecho propio, que va a verse
directamente afectado por la Sentencia.
Por ejemplo, pensemos en la reclamación de un acreedor a un deudor solidario, el
artículo 542.1 de nuestra Ley Procesal establece que la Sentencia obtenida frente a
un deudor solidario no servirá de título ejecutivo frente a los demás, que no
hubiesen sido parte en el proceso.
Pero la Sentencia declara la legitimidad de la deuda y le condena a su pago, que
indudablemente afectará al deudor no compareciente.
b) La Intervención Adhesiva.- En la Intervención Adhesiva simplemente el tercero
dispone de un legítimo interés que se deriva de un derecho ajeno, en cuya virtud la
ley le permite la incorporación al proceso y le otorga la cualidad de parte.
Esta condición es discutida por gran parte de la doctrina científica, que entiende
que de hecho la posición de este tercero interesado es la de coadyuvante de la parte
principal, a la que se adhiere, sobre la cual ocupa una posición subordinada.
En todo caso, la Sentencia resolutoria producirá unos efectos reflejos en la relación
jurídica del tercero, aunque no haya sido objeto del proceso.
El ejemplo típico es el proceso, en el que se pretende la resolución de un contrato
de arrendamiento entre las partes legitimadas, es decir, arrendador y arrendatario,
en el que existe un tercero subarrendatario, que evidentemente se verá afectado en
la misma medida que el título de su contratante.
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II.- INTERVENCION PROVOCADA
Y comienzo a referirme a la Intervención Provocada, con la cual concluyo, ya que,
como he anticipado, el último artículo del Capítulo se refiere a la intervención en procesos
para la protección de derechos e intereses de consumidores y usuarios, que por su
trascendencia y repercusión en la actualidad bien podría constituir una disciplina diferenciada,
a la cual se presta específica atención en diversas normas especiales de nuestro ordenamiento
jurídico, a las cuales habremos de recurrir, si se nos presentare un caso de este tipo.
A.- Notas Comunes.Con lo que he expuesto hasta el momento en relación a la Intervención Voluntaria, al
menos de forma residual se puede intuir las características de la Intervención Provocada,
en la que la inclusión en el proceso originario no depende de la iniciativa propia, sino de
una llamada que puede partir del demandante o del demandado, alternativa que merece un
distinto tratamiento normativo, como veremos, después de enunciar las características
comunes de ambas opciones:

En ambos casos, es decir tanto si la iniciativa parte del demandante como del
demandado, el artículo 14 establece una premisa condicionante: Que la Ley sustantiva
permita la llamada a un tercero para que intervenga en el proceso.
En consecuencia la cualidad innovadora que he predicado de la Ley Procesal al
principio, queda un tanto en entredicho.
Efectivamente en el Capítulo VII de la Exposición de Motivos se expresa: “En
cuanto a las partes, la Ley contiene nuevos preceptos que regulan esa materia de
modo más completo y con más orden y claridad, con mejora de otros aspectos,
relativos a la sucesión procesal, a la intervención adhesiva litisconsorcial y a la
intervención provocada.”
En lo que se refiere a esta última, la Ley Procesal se queda en una cierta mejora,
limitada a explicar el cauce procesal de la intervención de terceros, cuando las normas
materiales lo permitan.
En definitiva es la Ley sustantiva la que decide cuándo puede darse la Intervención
Provocada y habrá que dedicar especial atención, porque la disposición tiene carácter
restrictivo, sin que en principio quepa su aplicación analógica.

Otra nota común de la Intervención Provocada reside en la posición que ocupa el
Tercero llamado al proceso. A diferencia de lo que sucede en la Intervención
Voluntaria, en la que el Interviniente puede alinearse con el actor o con el demandado,
en nuestro caso el llamado siempre lo es, para que ocupe la situación de sujeto pasivo
de la acción.
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
El problema, que es también una característica común, es el concepto.
En la Intervención Voluntaria hemos visto que el precepto expresa que el interviniente
será considerado parte en el proceso, a todos los efectos.
Sin embargo, en la Intervención Provocada se dice que dispondrá de las mismas
acciones que la ley concede a las partes, en caso de que sea llamado por el
demandante, o que se emplazará al tercero para contestar la demanda en la misma
forma y en idénticos términos establecidos para el emplazamiento del demandado, en
el supuesto de ser llamado por el demandado.
Me parece que con ambas expresiones el Legislador evita sutilmente adjudicar al
tercero el concepto jurídico de parte en el proceso, lo cual tendrá trascendencia sobre
otros presupuestos procesales y sobre los efectos de la Sentencia, como veremos más
adelante.
B.- A Instancia del Demandante.
El punto 1 del art. 14 expresa: En caso de que la Ley permita que el demandante llame
a un tercero, para que intervenga en le proceso sin la cualidad de demandado, la
solicitud de intervención deberá realizarse en la Demanda, salvo que la Ley disponga
expresamente otra cosa. Admitida por el Tribunal la entrada en el proceso del
tercero, éste dispondrá de las mismas facultades de actuación que la Ley concede a
las partes.
Llamo la atención sobre la cualidad con la que se llama al tercero que no es la de
demandado, que es una atribución que ostenta el demandante.
Téngase en cuenta que en sentido amplio el primero que sufre las consecuencias de
una intervención provocada es el demandado, reservándose la designación de
intervención provocada strictu sensu para la que soporta el tercero llamado, pero no
con tal cualidad.
Dicho esto, y dada la función determinante que la norma asigna a la Ley sustantiva,
conviene analizar cuándo se pueden producir los casos de Intervención Provocada, lo
cual nos obliga a una investigación del ordenamiento jurídico, aunque existen actores
que defienden que tales casos se encuentran todavía por determinar por la Ley
material.
a) No obstante, encontramos referencias que pueden ser consideradas a este respecto,
en la Ley 11/86 de Patentes, arts. 72.2 d), 113.3 y 124.3.
Artículo 72.
1. Cuando la solicitud de patente o la patente ya concedida pertenezcan pro indiviso a varias
personas, la comunidad resultante se regirá por lo acordado entre las partes, en su defecto por
lo dispuesto en este artículo y en último término por las normas del Derecho común sobre la
comunidad de bienes.
2. Sin embargo, cada uno de los partícipes por sí solo podrá:
a) Disponer de la parte que le corresponda notificándolo a los demás comuneros que podrán
ejercitar los derechos de tanteo y retracto. El plazo para el ejercicio del derecho de tanteo será
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de dos meses, contados a partir desde el envío de la notificación, y el del retracto, de un mes a
partir de la inscripción de la cesión en el Registro de Patentes.
b) Explotar la invención previa notificación a los demás cotitulares.
c) Realizar los actos necesarios para la conservación de la solicitud o de la patente.
d) Ejercitar acciones civiles o criminales contra los terceros que atenten de cualquier modo a
los derechos derivados de la solicitud o de la patente comunes. El partícipe que ejercite tales
acciones queda obligado a notificar a los demás comuneros la acción emprendida, a fin de
que éstos puedan sumarse a la acción.
Artículo 113.
1. Podrán solicitar la declaración de nulidad quienes se consideren perjudicados, así como la
Administración Pública. Esto no obstante, en el caso previsto en el apartado 1, letra d), del
artículo anterior sólo podrá solicitar la declaración de nulidad la persona legitimada para
obtener la patente.
2. La acción de nulidad podrá ejercitarse durante toda la vida legal de la patente y durante los
cinco años siguientes a la caducidad de ésta.
3. La acción se dirigirá siempre contra quien sea titular registral de la patente en el momento de
la interposición de la demanda, y ésta deberá ser notificada a todas las personas titulares
de derechos sobre la patente debidamente inscritos en el Registro con el fin de que
puedan personarse e intervenir en el proceso.
Artículo 124.
1. Salvo pacto en contrario, el concesionario de una licencia exclusiva podrá ejercitar en su
propio nombre todas las acciones que en la presente Ley se reconocen al titular de la patente
frente a los terceros que infrinjan su derecho, pero no podrá ejercitarlas el concesionario de un
licencia no exclusiva.
2. El licenciatario, que conforme a lo dispuesto en el apartado anterior, no esté legitimado para
ejercitar las acciones por violación de la patente, podrá requerir notarialmente al titular de la
misma para que entable la acción judicial correspondiente. Si el titular se negara o no ejercitara
la oportuna acción dentro de un plazo de tres meses, podrá el licenciatario entablarla en su
propio nombre, acompañando el requerimiento efectuado. Con anterioridad al transcurso del
plazo mencionado el licenciatario podrá pedir al Juez la adopción de medidas cautelares
urgentes cuando justifique la necesidad de las mismas para evitar un daño importante, con
presentación del referido requerimiento.
3. El licenciatario que ejercite una acción en virtud de lo dispuesto en alguno de los
apartados anteriores deberá notificárselo al titular de la patente, el cual podrá
personarse e intervenir en el procedimiento.
En los tres preceptos se dice lo que se debe hacer, pero no lo que sucede si no
se hace.
b) Asimismo, podríamos también estimar como supuesto aplicable el caso de la
Evicción, completado en el art. 1482 C.C., pero la Evicción Invertida.
Según el referido artículo el vendedor estará obligado al saneamiento, siempre que
resulte probado que se le notificó la demanda de evicción a instancia del
comprador.
Lo normal será que el comprador sea demandado en el proceso, pero podría darse
el caso de que asumiera la iniciativa procesal y se constituyera como actor, en
cuyo caso la Intervención sería provocada por el demandante.
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C.- A Instancia del Demandado.
El punto 2 del art. 14 establece las reglas a seguir cuando la llamada al proceso la
realiza el demandado, que son muy sencillas por lo que también me remito al Texto
Legal. El demandado solicita la intervención del tercero dentro del plazo de
contestación, que queda suspendido, se da audiencia al actor, se acuerda mediante
Auto, se le otorgan las facultades a las que me he referido antes, y tras el traslado de
su contestación se reanuda el plazo para el demandado, para contestar.

Bien, todo ello después de expuesta la premisa de “Cuándo la ley se lo permita al
demandado”, lo cual nuevamente nos obliga a acudir al ordenamiento, para conocer
los casos en los que es posible el llamamiento, que en esta ocasión son más numerosos
y que procedo a citar con carácter meramente enunciativo:
a) La llamada al PROPIETARIO.
Se contempla en los arts. 511 (usufructo) y 1.559 (arrendamiento).
Artículo 511.- El usufructuario estará obligado a poner en conocimiento del propietario cualquier acto de un
tercero, de que tenga noticia, que sea capaz de lesionar los derechos de propiedad, y responderá,
si no lo hiciere, de los daños y perjuicios, como si hubieran sido ocasionados por su culpa.
Artículo 1559.- El arrendatario está obligado a poner en conocimiento del propietario, en el más breve plazo
posible, toda usurpación o novedad dañosa que otro haya realizado o abiertamente prepare en la
cosa
arrendada.
También está obligado a poner en conocimiento del dueño, con la misma urgencia, la necesidad
de todas las reparaciones comprendidas en el número 2. del artículo 1554.
En ambos casos será responsable el arrendatario de los daños y perjuicios que por su negligencia
se ocasionaren al propietario.
En principio es dudoso que se trate efectivamente de un supuesto de Intervención
Provocada, ya que la obligación que se impone en ambos casos se limita a la
puesta en conocimiento del propietario de los actos que puedan resultar lesivos
para su derecho.
No obstante, si la lesión puede derivarse tras la tramitación de un proceso, la
llamada puede cubrir las expectativas del precepto que dan opción al llamamiento,
también en este caso con carácter obligatorio, pero con sanción.
b) La llamada en GARANTÍA.
Aunque ya han sido aludidos antes:
Artículo 1475.- Tendrá lugar la evicción cuando se prive al comprador, por sentencia firme y en virtud de un
derecho anterior a la compra, de todo o parte de la cosa comprada.
Artículo 1481.- El vendedor estará obligado al saneamiento que corresponda, siempre que resulte probado que
se le notificó la demanda de evicción a instancia del comprador.
Artículo 1482.- El comprador demandado solicitará, dentro del término que la Ley de Enjuiciamiento Civil
señala para contestar a la demanda, que ésta se notifique al vendedor o vendedores en el plazo
más breve posible.
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Puede considerarse, por tanto, un caso típico de Intervención Provocada, en la que
el demandado comprador llama al proceso al vendedor, para que le defienda, como
garante de la compraventa.
Los casos de evicción en nuestro derecho común se encuentran en los arts.:
-
-
La evicción en el arrendamiento de fincas rústicas y urbanas (art. 1553 del CC).
La evicción en la enfiteusis (art. 1643 CC).
La evicción de los bienes y derechos aportados a la sociedad (art. 1681 CC).
La evicción en la donación (art. 638 CC).
La evicción de la cosa legada (art. 860 y 869.3 CC).
La evicción de los bienes adjudicados a los coherederos (art. 1069 CC).
c) La llamada por CAUSA COMÚN.
En otros ordenamientos el único motivo con carácter general, que posibilita la
intervención de terceros en el proceso, reside en ostentar una causa común, porque
éste es el fundamento de toda la casuística.
En nuestro ordenamiento,
y en sentido estricto, destacamos los casos
contemplados en el art. 1084 del Código Civil y la Disposición Adicional 7ª de la
Ley 38/99 de Ordenación de la Edificación, así como el Convenio de Ginebra de
1956 por adhesión de nuestro país, supuesto este último que deduzco del auto
pronunciado por el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Bilbao, de fecha 20.12.04,
cuyo titular me acompaña.
Distingo cada caso:

Artículo 1084.- Hecha la partición, los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas por entero a
cualquiera de los herederos que no hubieren aceptado la herencia a beneficio de inventario, o hasta
donde alcance su porción en tal caso.
En uno y otro caso el demandado tendrá derecho a hacer citar y emplazar a sus coherederos, a menos
que por disposición del testador, o a consecuencia de la partición, hubiere quedado él solo obligado.
En todo caso, intervengan o no, quedarán vinculados con los efectos de la sentencia
condenatoria del coheredero al pago, no pudiendo excepcionar incorrección o mala
gestión procesal.

El art. 39 del Convenio de Ginebra, relativo al Contrato de Transporte Internacional de
Mercancías por Carretera, de fecha 19-05-1956, con adhesión española de 22-041974.
Según el art. 34, en el supuesto de un transporte sometido a un solo contrato y
ejecutado por sucesivos transportistas, cada uno asumirá la responsabilidad por la
ejecución del transporte total, por la mera aceptación de la mercancía y la carta de
porte.
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El art. 39 establece no obstante que para ejercer el derecho de repetición se precisa
que la indemnización haya sido fijada por decisión judicial, en proceso del que haya
sido informado el sujeto pasivo y en el que haya podido intervenir.
En este caso, a diferencia del anterior, el transportista no solo tiene derecho sino
también obligación de llamar al proceso a todos los intervinientes en el transporte
sucesivo, si quiere hacer efectiva la responsabilidad común prevista en el art. 34.

La Disposición Adicional Séptima de la LOE establece:
“Quien resulte demandado por ejercitarse contra él acciones de responsabilidad
basadas en las obligaciones resultantes de su intervención en el proceso de la
edificación previstas en la presente Ley, podrá solicitar, dentro del plazo que la Ley
de Enjuiciamiento Civil concede para contestar a la demanda, que ésta se notifique a
otro u otros agentes que también hayan tenido intervención en el referido proceso.
La notificación se hará conforme a lo establecido para el emplazamiento de los
demandados e incluirá la advertencia expresa a aquellos otros agentes llamados al
proceso de que, en el supuesto de que no comparecieren, la sentencia que se dicte
será oponible y ejecutable frente a ellos.”
Dada la contundencia de la norma me permito introducir una precisión:
Entiendo que existe un error o un equívoco en la expresión en el supuesto de que no
comparecieren y lo que se pretende decir es que las consecuencias que se imponen a
los terceros resultan aplicables aunque no comparezcan.
No tendría sentido que la Sentencia fuere ejecutable exclusivamente si no comparecen.
La doctrina trata de encontrar la razón de ser de esta figura en el modo tradicional de
responsabilidad decenal proveniente del art. 1591 del CC, desarrollado por la
Jurisprudencia. Aparentemente se pretende que en un solo litigio se resuelvan todas las
posibles responsabilidades derivadas de una defectuosa actividad constructiva.
El campo de posibles llamados se encuentra limitado a “otro u otros agentes que
también hayan tenido intervención”, afirmación ratificada por el párrafo segundo en el
que se refiere a “aquellos otros agentes llamados”.
Por lo tanto podrán ser objeto de la llamada: el promotor (art. 9), el proyectista (art.
10), el constructor (art. 11), el director de la obra o de su ejecución (arts. 12 y 13),
entidades y laboratorios de control (art. 14) y suministradores de productos (art. 15).
Habría que incluir también a los subcontratistas.
Lo que no se establece es la posibilidad de que sea llamado para intervenir el
asegurador del presuntamente responsable; por lo tanto no podría ser llamado para
intervenir en el proceso ni el asegurador del demandado ni tampoco el del llamado, a
salvo de la posibilidad que les brinda la Intervención Voluntaria.
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D.- Efectos de la Sentencia.a) Concepto jurídico de la situación del tercero.
Establecer que la sentencia sea ejecutable frente al tercero significa que el llamado
debe resultar condenado en la propia sentencia. Y como expresa la LOE, esto es tanto
como permitir ampliar el objeto del proceso al demandado frente a terceros no
demandados.
Es más, si la condena de los distintos intervinientes, incluyendo el llamado, fuera
solidaria (art. 17.3 de la LOE), podría el demandante, incluso aunque no haya
mostrado su interés por traer a juicio al emplazado, ejecutar únicamente frente a él la
sentencia.
Por todo lo que ha quedado expuesto, considero que todas las menciones que hace
el Legislador a la consideración del tercero interviniente como asimilado a la parte en
el proceso, no tratan más que de otorgarle la máxima legitimidad y la más amplia
facultad de intervención, aunque nunca tenga la condición de demandado y, por tanto,
no pueda ser condenado en la misma Sentencia, cuyos efectos sin duda le afectarán en
un ulterior proceso.
Me parece obligado hacer aquí mención a un supuesto especial, contemplado en el
ordinal 4º del punto del art. 14 en relación al art. 18, que hace referencia a la sucesión
procesal.
Si comparecido el tercero, el demandado considerase que su lugar en el proceso
debe ocuparlo aquél, el Tribunal decidirá, previa audiencia de las partes, y en caso de
estimación de la sucesión procesal, el interviniente pasará a ocupar el puesto de parte
demandada absolutamente con todas las consecuencias.
b) Principios de rogación y congruencia (arts. 216 y 218 del Código Civil).
Dada la general aceptación de ambos de forma pacífica, me limito a expresar los
pronunciamientos de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid, de fecha
28-09-2002:
“El hecho de que, a instancia del arquitecto codemandado hubiera sido llamado y
emplazado en el presente procedimiento quien fue aparejador de la obra, D. Carlos, no
significa que éste deba ocupar el lugar del demandado ni que, por tanto, la sentencia que se
dicte deba contener respecto de él un expreso pronunciamiento condenatorio, cual propugna el
recurrente.
Si –como es el caso– la actora no ha querido dirigir su demanda, ni ejercitar acción
alguna frente al aparejador, pidiendo su condena, el contenido del fallo judicial, por un
elemental y obligado respeto a los principios dispositivos, rogación y congruencia rectores de
nuestro sistema procesal civil, no podía ser distinto del pronunciado.
…..
…lo cual no significa que esta sentencia no pueda tener ninguna consecuencia frente a
dicho tercero, pues es obvio que, en virtud de esa intervención procesal que le ha permitido
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defender sus propios intereses como parte, debe quedar vinculado por las declaraciones que en
ella se hagan, y no podrán ser discutidas en un posterior y eventual proceso. Y es precisamente
en este sentido en el que –al margen de su vigencia actual- debe ser entendida e interpretada la
expresión contenida en la Disposición Adicional Séptima de la Ley de Ordenación de la
Edificación de que la sentencia que se dicte “será oponible y ejecutable” frente a ellos otros
agentes de la construcción, llamados al proceso, en el supuesto que no comparecieren.”.
c) Poder de disposición de las partes sobre el proceso.
De la misma forma que entiendo que la Sentencia no se deberá pronunciar
directamente sobre la situación del tercero interviniente, debo advertir que tampoco lo
puede ignorar, ni siquiera en el supuesto de que el que reclama su intervención desista
de su pretensión.
Admitida por el Tribunal la intervención del tercero o, incluso, sin llegar a ello,
conocido por el Tribunal el interés en el proceso de un tercero, cesa la disposición de
la parte sobre el proceso, en virtud del art. 19, y nace la obligación del Tribunal
contenida en el art. 150, ambos del Código Civil.
Artículo 19.- Derecho de disposición de los litigantes. Transacción y suspensión.
1. Los litigantes estén facultados para disponer del objeto del juicio y podrán renunciar, desistir del
juicio, allanarse, someterse a arbitraje y transigir sobre lo que sea objeto del mismo, excepto
cuando la ley lo prohíba o establezca limitaciones por razones de interés general o en beneficio de
tercero.
Artículo 150. Notificación de resoluciones y diligencias de ordenación.
1. Las resoluciones judiciales y diligencias de ordenación se notificarán a todos los que sean parte en
el proceso.
2. Por disposición del tribunal, también se notificará la pendencia del proceso a las personas que,
según los mismos autos, puedan verse afectadas por la sentencia que en su momento se dictare.
Esta comunicación se llevará a cabo, con los mismos requisitos, cuando el tribunal advierta indicios
de que las partes están utilizando el proceso con fines fraudulentos.
Así lo ha confirmado la Sentencia del Tribunal Constitucional 228/05, del 1209-05, en la que ha sido ponente D. Eugeni Gai Montalvo.
En la instancia el demandante, promueve una acción de resolución del contrato de
compraventa contra el comprador, que es un promotor de chalets, y a su vez solicita en
base al art. 14 la intervención provocada de los compradores de estas edificaciones,
que son identificados a través de una Entidad Bancaria.
En la Audiencia Previa, a la que no comparecen estos últimos por problemas de
comunicación procesal, el Tribunal decide su suspensión, el actor renuncia a la
intervención provocada y el proceso concluye con la estimación de la demanda.
Previa la interposición de un incidente de nulidad de actuaciones contra la
Sentencia, el TC declara vulnerado el derecho a la tutela judicial, otorga el amparo al
tercero y ordena la retroacción del proceso al momento de su emplazamiento.
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d) Costas.
Reconozco que es de sumo interés este tema para la audiencia, pero no me atrevo a
pronunciarme, al igual que la AP de Cantabria en Resolución del Recurso de
Apelación 289/02, en fecha 1-10-03, que expresa: “En cuanto a las causadas por su
intervención en la primera instancia, si bien no debió ser traído al proceso, dadas las
dudas de derecho existentes sobre su intervención procesal a tenor del art. 14, cuya
redacción suscita dudas interpretativas, no se imponen las costas de la primera
instancia”.
Por si fuera poco, en este caso la Sentencia exonera de responsabilidad a un tercero
interviniente que no debió ser traído a la causa y que resultó directamente condenado
al pago en Primera Instancia.
Supongo que el Tribunal habrá pensado que bastante favorecido ha resultado, a
pesar de las dudas.
En materia de costas supongo que los Tribunales analizarán con meticulosidad
cada caso y sus circunstancias, para ejercer con discrecionalidad lo más ajustado a
derecho.
III.- CONCLUSIÓN.-
La correcta formación de la relación jurídico procesal constituye una exigencia
imperativa de la Ley adjetiva, por indiscutible necesidad previa a la labor de enjuiciamiento.
No obstante, en las relaciones pluripersonales, que cada día son más frecuentes, resulta
obligado analizar la conveniencia de que concurran al proceso otras personas, involucradas de
una forma u otra en la relación jurídica principal, para que intervengan como si fueran parte,
lo cual normalmente facilitará la función de los Tribunales.
Y, como hemos visto, existe cauce para ello.
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