El libro frente los desafíos de Internet

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El libro frente a los desafíos de internet
La lectura en tanto abordear (bordear y abordar) en la promoción de la salud mental
Lic. Sonia Domínguez
Desde que se ha vuelto masivo el uso de internet el lugar que ocupa el libro desde lo
cultural se ha relativizado. La web o, una posible traducción: la red, proporciona fuente
de interconexiones con otros usuarios, metafóricamente podría asimilarse a un gran telar
en el que fluyen datos y la brevedad de comunicaciones entre momentáneos miembros.
Algo de la corporalidad carece este no tan nuevo modo de comunicación e interacción
con el otro y en dos aspectos en cuanto a la materialidad del otro, su presencia corpórea
y la interactividad en casi ausencia de reflexividad cognitiva o en una obligación por
parte del usuario de acelerar procesos decodificantes de mensajes, a nivel imaginario y
simbólico. Aceleración de procesos mentales e inmediatez tanto del proceso
decodificante y de respuesta así como también menor reflexividad.
El libro en tanto estructura y sistema de elementos sistematizados formadores de
opinión convoca a mirarse, a reflexionar dadas las características de coherencia interna
de la obra, sea novela, ensayo, historización, o toda transmisión que pueda llamarse
literaria. Hay mayores plazos de proceso de “ingesta” en la lectura que dan tiempo a la
asimilación y acomodación a las estructuras cognitivas de lo que se ha aprehendido de
ese todo, o grupo de ideas del cual se supone un hilo conductor.
Proceso básicamente de asimilación en el uso de internet sobrevendría lo mecanicista
mental: el trabajo del ordenador junto a su placer asociado: el descanso intelectual,
sobre todo desde los procesos primarios del pensamiento, y siguiendo con la teoría
freudiana representación-cosa en diferenciación de representación palabra en el que se
distinguen proceso primario del secundario y sistema inconciente del conciente, con el
atravesar del sistema preconciente de la representación-palabra. El uso de internet en
cuanto proceso de elaboración se distingue del proceso de la lectura en tanto proceso de
reflexión referido a procesos mentales superiores. La fluidez en imágenes de internet,
sus colores y su gestalt agradable constituyen el proceso de búsqueda rápido, sencillo y
utilitario.
Si se compara el uso de internet con el libro, el proceso cognitivo intelectual disminuye
en favor de la imagen, descanso de la mente, zapping, u “homo-zapping” como se dice
en la actualidad para referirse al hombre modelo de Simpson, modelo que sería
preferible evitar puesto que contribuye a una sociedad chata, homogénea, estéril. (*).
No existe -siguiendo a algunos cuantos filósofos de diversas épocas- mayor placer que
la contemplación, transmisión por ejemplo de San Agustín desde una teología
justificativa de un dios en el cual lo bello se asimila a la bondad y al bien. Perderse
como sujeto en la obra será también idea de los conocedores del arte, posteriormente,
alrededor de los siglos XVII y XVIII. Algo de la imagen favorece, abstraerse en lo
bello, perderse allí en esas escenas dadas, que se viven pasivamente.
Internet es también acelerador de tiempos con la oferta de no estar aislado de la
comunidad virtual y del otro en tanto virtual.
Con el libro se está en solitario la letra plasmada no permite pedido de explicación lo
cual trae sus consecuencias, el movimiento que debemos hacer para abstraer
elaboraciones y/o conclusiones puede resultar interesante puesto que podremos
confrontar con el otro libro y con el otro, en tanto producir conocimiento.
El proceso intelectual produce un ¿qué hacer con ese simbólico de otredad, o de gran
otredad que puede significar la lectura de un libro? Dependerá la posición subjetiva del
lector en tanto repetir, imitar, contradecir, maldecir, reivindicar, echar por tierra,
glorificar, criticar, construir… etcéteras.
En los registros de internet nos encontramos con que la fluidez y diversidad es rasgo y
el navegante de la red comparte reglas. La interactividad resulta un rasgo de valor
positivo, puesto que la comunicación es buena para la salud, el estar comunicado.
El estar comunicado es saludable puesto que la capacidad de estímulo, respuesta, flujo
comunicativo, desde los niveles sensorio-motores, la afectividad, se estaría en un
perpetuo podría decirse movimiento, y también no se está solo cuando se está en
comunicación.
En cuanto a internet y la sociedad de consumo: dos modos de abordar algo de falta
constitutiva en ser. Esa falta de la que no podemos escabullirnos tan fácilmente puesto
que gracias a ella estamos en los registros de la normalidad o neuroticidad.
La lectura es vía de trasmisión de saber y también de saber hacer, de habilidades,
técnicas, lo que puede trasmitirse de generación en generación y lo posible de
contextualizar. Lo escrito como testimonio desde el tiempo en el cual se escribe. (*) El
uso de internet en cambio es el aquí y ahora, un real sin memoria, una trivialización del
presente. Uso de internet como una herramienta más, en contraposición a la lectura vía
de trasmisión de saber y de conocer, del testimonio.
¿El uso de internet, está desplazando a la lectura?. Desde nuestro lugar podríamos
esforzarnos a reivindicar la lectura como una estrategia más en cuanto a promoción de
la salud mental desde la praxis y los diferentes ámbitos.
Referencias bibliográficas:
- Abrams: M. H. De Addison a Kant: la estética moderna y el arte ejemplar
- Abrams M. H. El Arte como tal: la sociología de la estética moderna
-Aristóteles, Poética, Editorial Gredos, 2000
- (*) Caetano, G., La construcción de enemigos en la sociedad de los 70. ¿Un debate con demonios o con
humanos?. Curso Memoria, Dictadura y Derechos Humanos. 2009
- (*) Caticha, R. En Taller e trabajo y debate sobre los Usos del testimonio. Curso Memoria, Dictadura y
Derechos Humanos. 2009
-Lacan, J., Seminario 24, Versión Íntegra, 1976-1977
-Piaget, J. y B. Inhelder, Psicología del Niño, Ediciones Morata, 1993
-Rodríguez Nebot, Joaquín, La realidad virtual y el inconsciente. Segundas Jornadas de Psicología
Universitaria, Págs. 88-95, Montevideo, Multiplicidades, 1995
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