Editorial: Plan Nacional de Diversificación Productiva: ¿dónde está el agro?

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MESA REDONDA
6
Identidades indígenas
en tiempos de consulta
10
Siento que nos ven
como personas raras
y sin derechos. Nos
ven como un objeto».
12
Ley de seguridad
alimentaria y
nutricional: un paso
14
La saga del perro del
hortelano
«
Entrevista a la lideresa
indígena quechua Gladis
Vila Pihue
importante
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2
Plan Nacional de Diversificación Productiva: ¿dónde está el agro?
H
ace unas semanas, el gobierno de Ollanta Humala puso a consulta pública
su propuesta de Plan Nacional de Diversificación Productiva1. Las razones
que justifican este plan son —conforme al documento difundido— varias,
entre ellas: nivel de productividad bajo y heterogéneo, empleo informal
omnipresente, gran desigualdad en los ingresos, escasa innovación, débil
institucionalidad, y canasta exportadora aún poco diversificada y concentrada en
recursos naturales. Por lo demás, reconoce lo preocupante del contexto externo,
debido a la lenta recuperación de los países desarrollados y la reducción de la
tasa de crecimiento de China, así como la finalización del viento a favor de la
evolución de los precios de las materias primas.
Esta iniciativa debe saludarse, pues constituye un paso para alejarse del
«piloto automático» neoliberal que ha conducido la economía peruana en las
últimas dos décadas. Es el reconocimiento tardío de que el crecimiento económico
no significa necesariamente desarrollo económico, y de que, además, reposaba
sobre bases muy endebles.
La fase actual del plan propuesto es todavía muy general y debe ser
desarrollada con los insumos que los ciudadanos alcanzarán al gobierno,
precisamente a través de la consulta pública. Aun así, desde ya puede afirmarse
que la agricultura no ha merecido la atención que debiera.
En general, el plan mira mucho hacia la economía exportadora y poco hacia el
fortalecimiento del mercado interno. Como se sabe, la mayor parte de nuestra
agricultura no es de exportación, y uno de los principales problemas es la baja
productividad de la agricultura orientada al mercado interno, de la que dependen
más de dos millones de productores, la llamada agricultura familiar.
El plan, que considera como eje central de la propuesta el aumento de la
productividad, aparentemente presta más atención al mundo empresarial urbano
y productor de bienes transables, exportables. No es que ignore el problema —el
documento constata el hecho de que el valor agregado por trabajador, en el sector
agrario, es diez veces menor que en el sector minero y cinco veces menor que en
el manufacturero—, pero lo menciona más bien como un elemento de diagnóstico,
sin que luego se muestre qué hacer con tan inmensa disparidad.
El hecho es que una buena parte de la agricultura familiar tiene un amplio
margen de mejoramiento de su productividad (alguna, incluso, puede competir en
rendimientos con cualquier otro país del mundo, como es el caso de los
productores de arroz en la costa). Dado que agrupa —como ya se mencionó— a
un par de millones de productores, los efectos agregados serían muy grandes y
superiores a los de muchas otras ramas de la economía.
Sus impactos sobre la reducción de la pobreza, el empleo, la seguridad
alimentaria y la distribución de ingresos serían, ciertamente, mayores (como
reiteradamente afirman los estudios del Banco Mundial). Inversiones masivas
que contribuyan a un mejor y más productivo uso de los activos de los agricultores
familiares (tierra, agua, conocimientos sobre la realidad local, etc.) y a la reducción
de sus costos de transacción (acceso a más y mejores servicios productivos, a
una densa red vial, a mejor información), mejor educación y atención a la salud,
etc., tendrían efectos económicos y sociales seguramente espectaculares. Dado
el carácter territorial de muchas de estas intervenciones, todo ello requiere de una
colaboración multisectorial y una alta voluntad política del Gobierno central y los
gobiernos regionales y municipales.
Estaremos a la espera de que la versión más desarrollada del Plan Nacional
de Diversificación Productiva tome atención a la importancia del sector agrario y de
la agricultura familiar.
Fernando Eguren
Director
Nota
1
El texto está en línea en <http://bit.ly/1iXXlBn>.
LA REVISTA AGRARIA / 163
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