Carreteras en la Amazonía: un fuerte costo ambiental y social

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Los suelos en el Perú
Carreteras en la Amazonía:
un fuerte costo ambiental
y social
Miluska Carhuavilca García1
Un centímetro de suelo puede tardar
hasta mil años en formarse y solo lleva
unos pocos años destruirlo2.
En un esfuerzo por promover un
uso más sostenible de este recurso,
Naciones Unidas ha declarado 2015
como Año Internacional de los Suelos,
poniendo énfasis en su importancia
para la agricultura y la producción de
alimentos. Sin embargo, es necesario
plantear una mirada más integral sobre
este recurso, especialmente para el caso
de la Amazonía, donde hay que tomar
en cuenta la frágil base de los bosques
y la biodiversidad, más allá de las actividades agrícolas.
Durante décadas, se han mirado las
tierras amazónicas como un espacio disponible para la expansión de la frontera
agrícola, la colonización y la realización
de grandes proyectos de infraestructura,
creyéndolas inagotables. Un ejemplo de
ello es la Iniciativa para la Integración
de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), de la cual el Perú forma
parte, donde uno de los objetivos de la
construcción de la red vial es, precisamente, la expansión de la agricultura3.
La deforestación impacta en la
pérdida de suelos
En 1981, la entonces Oficina Nacional
de Evaluación de Recursos Naturales
(Onern) señalaba que en la Amazonía
peruana solo el 6 % de los suelos eran
apropiados para una producción agrícola
permanente y que más del 84 % clasificaban como aptos solo para la explotación
y protección forestal. La abundante
febrero de 2015
vegetación puede hacernos creer, erróneamente, que bajo el bosque húmedo existen
suelos fértiles con gran capacidad para
renovarse. Sin embargo, los nutrientes no
se encuentran en el suelo sino, en mayor
porcentaje, en la biomasa, es decir, en el
mismo bosque, que tiene una alta capacidad de reabsorber los nutrientes de la
materia orgánica caída y descompuesta.
En resumen, hay una relación directa entre la deforestación y la pérdida de suelos.
Si se pierde el bosque, el delicado suelo
que le sirve de base muere.
La deforestación en la Amazonía es
la consecuencia del interés de ciertos
grupos económicos y políticos por el
cambio del uso del suelo (para agricultura, minería, infraestructura, etc.), que
provoca la sustitución del bosque.
Construcción de carreteras:
posible desastre a la vista
El impacto de las carreteras no se
limita solo a la deforestación del área
de construcción, sino que abarca los
impactos directos, como el llamado
«derecho de vía», que puede afectar
hasta un kilómetro a cada lado de esta.
De igual manera, existen los impactos
indirectos, que, conforme señala Marc
Dourojeanni, pueden llegar a penetrar
hasta 50 kilómetros a cada lado (en el
lapso de diez años), donde se incluyen
los caminos formales e informales que
se van abriendo de forma transversal
para acceder a campos de cultivo o
zonas de extracción forestal y minera,
tanto legales como ilegales4.
Los impactos indirectos de las nuevas
carreteras en la Amazonía son graví-
simos, y un ejemplo es el caso de la
carretera BR-364, que forma parte de la
carretera Interoceánica en Brasil y, a su
vez, de la IIRSA. Esta vía fue construida
en 1982 y en pocos años se deforestó casi
todo lo que no estaba dentro de algún tipo
de reserva5. Lo ocurrido fue considerado
un desastre ambiental y social en el norte
brasileño de Mato Grosso, en Rondonia y
en el Acre, y debido a su magnitud se le
atribuye haber generado la reforma en las
políticas del Banco Mundial y al Banco
Interamericano de Desarrollo respecto
de los nuevos requisitos ambientales y
sociales en sus operaciones para evitar
responsabilidad en futuros desastres.6
Ciertos sectores sostienen que la
apertura de caminos y la construcción
de carreteras generan desarrollo económico; sin embargo, es necesario realizar
evaluaciones profundas para conocer su
verdadero costo ambiental y social, además de contar con sistemas de vigilancia
y monitoreo que alerten sobre mayores
impactos, y con sistemas de mitigación y
remediación para evitar desastres.
En este Año Internacional de los Suelos resulta urgente que se preste especial
atención a aquellos que son los más
susceptibles de ser degradados y cuya
pérdida resultaría irreparable, como es
el caso de los suelos amazónicos.
Notas
1 Abogada. Investigadora del Programa de
Acceso a los Recursos Naturales, del Cepes.
2 José Graziano da Silva, director general
de la FAO. <http://bit.ly/1vR0t7j>.
3 Dourojeanni, Marc J. Estudio de caso sobre
la carretera Interoceánica en la Amazonía
sur del Perú. Junio de 2006, p. 40.
<http://bit.ly/1DEXFA6>.
4 Dourojeanni, Marc J. Op. cit., pp. 37 y ss.
5 Fearnside, P. M. 2008. «Impacto y monitoreo de carreteras en la Amazonía brasilera»,
pp. 54-56. En Eliana Esparza (ed.). El monitoreo independiente de megaproyectos y
la Interoceánica Sur. Grupo de Trabajo de
la Sociedad Civil para la Interoceánica Sur
(IDEA-PUCP). Lima, 72 pp.
6 Dourojeanni, Marc J. Op cit., p. 38.
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