Clasificación de las palabras

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CLASIFICACION DE LAS PALABRAS
EL SUSTANTIVO
La evolución del nombre desde el latín ha consistido en regularizar unas terminaciones específicas: −o para el
masculino y −a para el femenino. Las excepciones son:
• Cultismos masculinos en −a (poeta).
• Masculinos en −a para oficio o actividad de varón (pianista).
• Las palabras que penetran por vía popular tienden a ser masculino cuando no terminan en −a, por vía culta
conservan el género original, cuando este género era neutro son masculinas si no terminan en −a.
• Hay sustantivos que se han constituido con el artículo el hasta el siglo XVI, los que empiezan por a hasta el
s. XVII. Esto ha determinado su género.
• Los sustantivos que proceden de neutro latinos se hacen femeninos cuando proceden de neutros en −a (hoja,
rama).
• El género gramatical de los sustantivos que indican el género o la especie naturales influye en el género de
los individuos pertenecientes a ella: las letras son femeninas.
Por todo esto podemos decir que hay muchos masculinos en −a, por ser cultismos o creación propia, que
contrasta con los pocos femeninos en −o.
La terminación −o gobierna cerradamente el género masculino, mientras que la terminación −a es más flexible
y libre, a la cual se acomoda el masculino con facilidad. Puede pensarse en el frecuente uso del artículo el con
numerosos femeninos en −a tónica; nombres en los que hoy no hay referencia al sexo la / el poeta.
Para Rosenbalt el femenino es un género derivado , lo que está de acuerdo con las líneas de evolución del
indoeuropeo y según Melliet el femenino aparece como un subgénero en el interior del género animado. La
terminación −a, a pesar de todo es una anomalía morfológica.
Además de señalar la formación del número del sustantivo, podemos hablar también de su constitución (
lexema + morfemas de género, número), aunque esto lo sabemos, pero lo que se hace necesario es hablar de
las funciones del sustantivo. El sustantivo puede realizar multitud de funciones: núcleo de sintagma nominal,
función de adyacente del sintagma nominal y función extra oracional o apelativa. Entre la de núcleo del
sintagma nominal puede desempeñar la función de núcleo del sujeto. Entre las funciones de adyacente puede
ser adyacente de un sintagma nominal con forma prepositiva (casa de madera), o como adyacente sin
preposición.
Escasa atención se a prestado a la aposición, una función cubierta por un sustantivo o un sintagma nominal,
que explica a un núcleo nominal al que modifica. La clasificación de ésta en explicativa y especificativa ha
prevalecido desde Andrés Bello, y no ha sido discutida. La aposición plantea varios problemas pues funciona
como un elemento elidido y necesita la presencia del primer núcleo nominal, pues la aposición no puede
cubrir es hueco. Así la aposición participa parcialmente de subordinación o de la coordinación por
yuxtaposición.
Lo que hemos llamado función extraoracional apelativa del nombre es heredera del locativo latino, su
principal función es conativa−apelativa, además, su presencia no interfiere en la estructura.
Di lo que quieras, amigo, antes de que hable yo. conativa.
¡Antonio...! No te muevas apelativa.
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¡Ay señor, que vida esta! conativa con valor expresivo.
¿Es guapa? ¡Mi madre! exclamativa admirativa.
1) Clases de sustantivos:
• Concretos: objeto o referente, real o imaginario, como algo existente en sí y por sí. Abstractos: se refiere a
entes no perceptibles. Son a su vez cuantitativos (un ciento, un millar...) o de cualidad (bondad, amor).
Entre ambos no existe unos límites definidos.
• Comunes y propios.
La formación de los nombres se resumen en base a tres preceptos:
♦ Primitivos por así decirlo los no evolucionados.
♦ Los que son génesis de otros, es decir los derivados.
2) CARACTERÍSTICAS
Es sustantivo toda palabra capaz de cumplir en los enunciados llamados oraciones la función de sujeto
explícito o la de objeto directo sin necesidad de ningún otro elemento.
La estructura interna del sustantivo consiste, en general, en la combinación de un léxico, expresado por la raíz,
y unos signos morfológicos.La raiz es susceptible de formar parte de palabras de diferentes clases.
Por otra parte, el cotejo permite distinguir los accidentes o morfemas que caracterizan al sustantivo: el género,
el número y el artículo.
2 .1) GÉNERO
Todo sustantivo comporta un morfema de género .Por tradición,distingueremos el masculino y el
femenino.Salvo en algún caso, el sustantivo es inmóvil en cuanto al género : o es masculino o es femenino.
Mayoritariamente, la distinción entre masculino y femenino se reconoce en el significante por la oposición
fonética de /o/ final y /a/ final.Sin embargo, no puede afirmarse que esas expresiones vocálicas esten
forzosamente asociadas con un género determinado.
Otras veces, el femenino se manifiesta incrementando o modificando la secuencia fónica del significante
asociado con el masculino.
Con mucha frecuencia la discriminación entre los géneros solo se produce gracias a las variaciones propias del
artículo.
El mismo recurso al artículo permite reconocer el género de la gran mayoría de los sustantivos cuyo
significante no acaba ni en /o/ ni en /a/.
Por tanto, el sustantivo solo manifiesta explícitamente el género que comporta cuando está acompañado del
artículo.De lo contrario,las señales que permiten la adscripcion de uno u otro género a un sustantivo consisten
en hechos sintácticos como la concordancia.
Las etiquetas usadas para designar a los dos géneros, masculino y femenino , pueden sugerir que el
significado de este accidente gramatical se corresponde con las diferencias sexuales de los entes de la realidad
a que se refieren los sustantivos. Pero no siempre el sexo determina diferencias de género.
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La diferencia de sexo, sin embargo, en los sustantivos referentes a personas , ha inducido, e induce , a crear
formas distintas de masculino y femenino.
En sustantivos que tienen significante léxico idéntico,las diferencias que establece el género pueden aludir a
otros aspectos de la realidad ajenos a la diversidad sexual.Puede ser la dimensión o la forma del objeto
designado lo que obligue a elegir el masculino o el femenino.Estos sustantivos podrian considerarse como
derivados con género diferente de una misma raiz,paralelos a los que establecen la diferencia genérica
mediante sufijos.
Algunos sustantivos se combinan con cada uno de los géneros , alterando así su significado y la designacion
que eféctuan en la realidad, de modo que podían considerarse como dos signos de significado diferente y con
significante común u homófono.
Contrario es el caso de los sustantivos llamados ambiguos, los cuales, sin modificar su significado, admiten la
combinación con los dos géneros.
La variedad de designaciones a que aluden los dos géneros y la arbritariedad en muchos casos de la asignación
de masculino o femenino impiden determinar con exactitud lo que significa realmente el género.Es preferible
considerarlo como un accidente que clasifica los sustantivos en dos categorias, sin que los terminos masculino
o femenino prejuzguen ningún tipo de sentido concreto.El género es un mero indicio de ciertas relaciones del
sustantivo con otras palabras del enunciado.Claro es que el género resulta a veces significativo.
De lo dos géneros , el masculino es el de mayor extensión, y el femenino el de mayor intensión.Quiere esto
decir que cuando el uso lingüistico ha decidido la indistinción de los géneros , lo que emplea en la expresión
es el significante propio del masculino.
2. 2 ) EL NÚMERO
El sustantivo, en general, presenta variación de número, accidente que ofrece dos posibilidades : el singular y
el plural.La oposición entre ambos números se atribuye a que el singular se refiere a la unidad de los objetos
de una clase, y el plural denota varios objetos de una misma clase.
El significante de estas diferencias suele corresponderse con la presencia de /s/ o /es/ finales en el plural.Pero
la distinción de número se manifiesta a veces solo gracias a las variaciones del artículo.Los sustantivos cuyo
significante es polisílabo acabado en /s/ precedida de vocal átona.El empleo de los dos significantes /s/ y /es/
del plural esta condicionado por la fónica : cuando el signifante del singular acaba en fonema consonántico,el
plural adopta la terminación /es/.
Si el signifante del singular acaba en vocal tónica ,la formación del plural fluctua.
En los singulares acabados en diptongo tónico, el plural adoptaba originariamente la terminación /s/.
Actualmente se ha consolidado el plural propio de los singulares acabados en consonante con /es/.
Se ha visto que a veces el puesto del acento del singular se desplaza a otra sílaba en el plural.
Frente al uso habitual de la terminación /es/ tras consonante ,los cultisimos recientes y poco difundidos
presentan /s/.Otros quedan invariables .Pero los que se han generalizado en el uso se adaptan al esquema
normal.
En cuanto a las peculiaridades del significado del número, deben señalarse en primer lugar los casos de
diferenciación entre singulares y plural,manifestados unas veces con el significante propio del primero y otras
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con el segundo.Ocurre asi con los sustantivos llamados singular tantum que aparecen normalmente solo con la
forma de singular o con los sustantivos llamados pluralia tantum,que solo suelen usarse con plural.
Igualmente sucede con los plurales referentes a objetos de dos partes simétricas.
En ocasiones, las referencias del singular y del plural son equivalentes. No obstate, a menudo hay entre ambos
diferencias de tipo expresivo e incluso se establecen oposiciones entre denotación abstracta y concreta u otros
matices.
El significado de singular y de plural no se corresponden siempre con le referencia del primero a un ejemplar
único de la clase de objetos designado por el sustantivo,ni la del segundo a la denotación de varios ejemplares
de esa clase. Es evidente que el plural designa siempre un conjunto mas o menos amplio de objetos de una
misma clase . Pero el singular, además de aludir muchas veces a un solo ejemplar de la clase en cuestión,
puede también referirse al conjunto total de objetos incluidos en ella, con lo cual resulta equiparable con el
plural.
El doble valor significativo del singular explica el comportamiento diverso de dos clases de sustantivos: los
contables y los no contables. Los primeros hacen referencia a objetos que existen aislados como ejemplares
diferentes; se pueden contar y enumerar, porque son discontinuos. Los segundos aluden a realidades no
separables en ejemplares diversos; no se pueden contar ni enumerar, pues son continuos los sustantivos no
contables pueden aparecer, tanto en singular como en plural, cumpliendo las funciones de sujeto explícito y de
objeto directo. En cambio, los sustantivos contables es esas funciones citadas no suelen aparecer en singular,
aunque lo hacen en plural.
2. 3 ) EL ARTÍCULO
Entendemos por artículo al que suele llamarse definido o determinado, cuyos significantes son el, la, los, las,
lo. La unidad conocida como <<artículo defínido>> es magnitud completamente distinta por las funciones que
desempeña. Dos rasgos esenciales los separan: <<el indefinido>> es palabra tónica y en consecuencia puede
cumplir un papel en el enunciado sin el concurso de otros elementos; en cambio, el artículo propiamente dicho
es unidad átona y dependiente, pues presupone la presencia de otras unidades en las que se apoya fónicamente
y de las que no es separable por constituir con ellas un grupo fónico.
Es cierto que el artículo es un elemento determinado del sustantivo, pero lo es de otro modo funcional que los
demás asi considerados. El papel del artículo es análogo a la determinación que desmpeñan los morfemas de
número.
Así como singular o plural determinan el alcance de la referencia que hace el sustantivo en que estan
concluidos , también el artículo delimita la denotación efectuada por el sustantivo. Aunque el artículo precede
en la secuencia al sustantivo y en la escritura se mantiene separado por un blanco es también un accidente del
sustantivo. El sustantivo puede estar o no determinado por el artículo y presentar las correspondientes
diferencias de significación.
El signicante del artículo varia en conexión con el género y el número que caracterizan al sustantivo. El
artículo permite discernir el género y el número de los sustantivos cuyo significante no varia.
Por herencia histórica , los sustantivos femeninos cuyo significante empieza por /a/ acentuada utilizan el
significante /e/. Se incluyen en este comportamiento los sustantivos que comienzan por /ha/ acentuada.. Se
exceptuan los que designan al alfabeto. Si entre el artículo y el sustantivo se intercala otra unidad reaparece la
forma habitual del artículo femenino.
Dos sustantivos que se consideran en relación íntima pueden agruparse con un solo artículo en común. Si los
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dos sustantivos pertenecen a géneros distintos, el artículo adopta la forma del masculino.
El artículo puede efectuar también a otras palabras que no son sustantivos e incluso a grupos de ellas
unificadas funcionalmente. Al sobrentenderse un sustantivo eliminado, el adjetivo o las otras palabras
precedidas del artículo cumplen en el enunciado funciones propias del sustantivo y quedan así sustantivas.
Cuando el artículo actúa en esta función sustantivadora, puede adoptar al significante / lo / que se suele llamar
neutro porque no se asocia a ningún sustantivo masculino o femenino. Aparece solo en los casos de
sustantivización. Este /lo/ sustantiva el segmento con que se combina y resulta indiferente a las distinciones de
género y de número. Por ello, es compatible con segmentos unitarios en cuya composición interna aparece
cualquier género o número, como en las aparentes incongruencias.
2. 4 )EL NOMBRE PROPIO
El valor común del artículo se deduce del colejo entre los casos en que aparece y los casos en que está
ausente.
De entre los sustantivos , que suele segregar una especie conocida como nombres propios . En la realidad,
designan objetos únicos : únicos absolutos o únicos en la situación de habla. Frente a los sustantivos comunes
o apelativos , que clasifican objetos de la realidad física o mental como pertenecientes a una determinada
clase, los nombres propios identifican con su etiqueta a un objeto dado , que resulta inconfundible para los
interlocutores.
Los nombres propios tienen un comportamiento particular respecto del artículo. Unos lo llevan siempre, otros
lo rechazan y, en fin, algunos hacen alternar libremente su presencia o su ausencia. Sin embargo, en los tres
casos la referencia del nombre propio es la misma: cumplen la identificación del objeto designado en el
campo de situación de los hablantes. Eso no ocurre con los sustantivos apelativos, que oponen
significativamente la presencia y la ausencia del artículo. El sustantivo común con artículo se convierte en
identificador como el nombre propio.
EL ADJETIVO
Son los signos pertenecientes a una clase heterogénea de palabras, cuya principal función es ser adyacentes de
un sintagma nominal. La tradición los distingue entre: adjetivos calificativos y determinantes. Los primeros
pueden ser cualitativos, clasificadores, situacionales... y los segundos en demostrativos, posesivos,
indefinidos.
Los adjetivos calificativos suelen asemejarse a los nombres y poseen una concordancia entre género y
número. Entre estos podemos distinguir lo que tienen flexión de género y número (rojo) y los que solo
flexionan en número (verde).
Estos adjetivos calificativos pueden ser variados por prefijos (reguapa) o por valores diminutivos (pequeñito),
aumentativos (grandote)... Aunque también valores como: el conceptual (casita), afectivo (guapito), conativo
(hermanito, una limosnita), estético o imaginativo (San Gabriel que reluces, Gabrielillo de mi vida).
Los grados del adjetivo son: el comparativo, contraste de dos términos = más, menos, tan, igual + adjetivo +
que / como (soy más, menos, igual que Pepe) y el superlativo (soy mejor, mayor, muy rico, altísimo).
1) Funciones del adjetivo:
• Adyacente directo del SN (El muchacho rubio).
• Atributo de una proposición atributiva (Luis es simpatico).
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• Adyacente de un adjetivo (Está feo de gordo).
• Función expresiva o apelativa, al margen de la estructura nexus (¡Tonto!).
• Adjetivos precedidos de artículo pueden funcionar como núcleo del SN (la buena vale más).
• Algunos adjetivos pueden funcionar como núcleo del sintagma circunstancial (Habla bajo).
• Algunos desempeñan la función de complemento obligartorio prepositivo (suplemento de Alarcos):
Presumen de guapas continuamente.
Semánticamente los adjetivos pueden ser explicativos y especificativos. Navas Ruiz clasifica los calificativos
en: clasificadores (de clase, de grupo, de categoría, de nacionalidad...), cualitativos (físicos, morales,
psíquicos), de estado (sano, soltero), deverbativos (abrasador, importante, tolerante...), situacionales o
circunstanciales (espacio−temporales, de valoración, de norma, cuantitativos) y los que expresan (posesión,
analogía, semejanza...).
2) Grados del adjetivo:
• Positivo: muestra una cualidad sin cuantificarla ni compararla
• Comparativo: establece una relación
* Superioridad: más ... que
* Inferioridad: menos ... que
* Igualdad: tan ... como
• Superlativo: intensifica al máximo la cualidad expresada
* Absoluto: muy interesante, interesantísimo, celebérrimo, archi−, hiper, súper
* Relativo: máxima intensidad dentro de un ámbito limitado: el más alto de B
Positivo
Bueno
Malo
Grande
Pequeño
Comparativo
Mejor
Peor
Mayor
Menor
Superlativo
Óptimo
Pésimo
Máximo
Mínimo
3) Características del adjetivo:
• CN
• Atributo: son horribles
• Complemento predicativo: pasean tranquilas
Perífrasis verbales: unión de dos o más formas verbales que en la oración funcionan como un único núcleo
del predicado
• Modales: expresan la actitud del hablante con mayor riqueza de matices.
Tipo
Forma no personal
Ejemplo
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Obligación
Infinitivo
Posibilidad
Frecuentativa
Infinitivo
Infinitivo
Tienes que, debería fumar, hay
que pagar
Podemos vernos, debe de
solíamos vernos
• Aspectuales: proporcionan información sobre el desarrollo del proceso
Tipo
Ingresiva (a punto de
empezar)
Incoativa (instante de
comenzar)
Terminativa (al término)
Reiterativa (repetición)
Forma no personal
Ejemplos
Infinitivo
Voy a
Durativa (transcurso)
Gerundio
Perfectiva (ya acabada)
Participio
Infinitivo
Infinitivo
Infinitivo
echar a .., romper a llorar, empezar
a gritar, ponerse a escribir
dejar de, acabar de, llegar a
volver a
andar diciendo, estar viendo,
seguiré insistiendo, vamos
entrando
lleva ganados, tengo dicho
EL VERBO
1. CONCEPTO
La palabra verbo no procede de la latina <<Verbum>>, que en esa lengua significaba <<Palabra>>, porque
designa una clase de palabras que funciona como núcleo de la oración y es además la única palabra capaz de
construir una oración por si sola. El verbo es, pues, <<la palabra por excelencia>>, y de ahí su nombre como
categoría. Su forma es muy variable, ya que está constituida por un lexema y una desinencia que comprende
seis morfemas verbales: Persona, Numero, Tiempo, Modo, Aspecto y Voz; Los Verbos Son Palabras Que
Expresan Acción, estado o proceso.
1.1 EL SISTEMA VERBAL.
Se entiende por sistema el conjunto de formas que constituyen la conjugación, porque todas ellas se
relacionan entre sí por oposición entre alguno de sus morfemas. Así, se puede hablar de oposición entre:
formas personales / formas no personales (o verboides), entre presente / pasado / futuro, entre indicativo /
subjuntivo, entre primera persona / segunda / tercera, etc.
En el español el sistema verbal está integrado por tres modelos de conjugación. La primera corresponden los
verbos a cuyo lexema el infinitivo añade la terminación "ar"; la segunda a los infinitivos que añaden la
terminación "er"; y la tercera a los infinitivos en "ir". Por ello, la raíz o lexema, que aporta el significado
fundamental de la acción, se obtiene suprimiendo la terminación ar / er / ir al infinitivo correspondiente. Por
ejemplo: cantaste, de cantar, raíz / cant; comías, de comer, raíz / com; partirás, de partir, raíz / part. El lexema
verbal puede presentar afijos (prefijos o sufijos) que maticen el significado del lexema: llov / er, llov / vizn /
ar; re / marc / ar, etc. En cuanto la desinencia o terminación, contiene todos los morfemas verbales, aunque no
siempre se puedan separar y a veces sólo son analizables por comparación de unas formas verbales con otras:
cant−aba−mos se opone a cant−aba en persona y numero, a cant−are−mos en un tiempo y aspecto, y a
cant−ara−mos, en modo.
2. MORFEMAS VERBALES.
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Elemento de la lengua que expresa las categorías gramaticales. Los morfemas verbales pueden ser: De
Persona, Número, Modo, Tiempo, Voz, Aspecto.
Las personas de las formas verbales pueden ser:
• Primera Persona: Cuando la acción la realiza al hablante solo: "juego", y puede acompañar el
pronombre personal "yo" ; o el hablante con otras personas: jugamos, con el pronombre "nosotros /
nosotras".
• Segunda persona: Realiza la acción el oyente solo: "juegas" (tu) o el oyente con otras personas
distintas del hablante "juegaís" (vosotros o vosotras).
• Tercera persona: Realiza la uno o varios seres: "juega" (el, ella, el niño, la niña). "juegan" (ellos,
ellas, los niños, las niñas), o uno o varios objetos (el libro, los libros), que no sean oyentes ni
hablantes de la comunicación.
2.1) NUMERO.
El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden ir en
singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos. No presentan variaciones de número las formas no
personales o verboides del infinitivo y gerundio: hablar, hablando.
Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional de la
impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen usos verbales que presentan una relación especial de
concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con sujetos en singular: Eso son amores; este
tipo de discordancia es aceptada porque responde a razones de significación o de sentido, porque, aunque el
sujeto vaya en singular tiene significado de plural.
2.2) MODO.
El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación verbal: la actitud
puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su
realización será más o menos incierta, virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa... Es una categoría
específica del verbo. Si el hablante expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella, utilizará el
modo indicativo, el modo de la realidad: Sergio estudia mucho; Hace calor; Mañana iremos al cine. Si el
hablante participa en el enunciado, expresa de una forma subjetiva deseo, duda, temor..., utilizará el modo
subjuntivo de la no realidad, de la representación mental: Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La
gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo, en
realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo, que corresponden a la doble actitud posible del
hablante ante el enunciado: objetiva y subjetiva.
Los modos tradicionales imperativo y condicional no son más que variantes del modo subjuntivo y del modo
indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del indicativo.
El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y
momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la acción o proceso como algo
perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está aquí. Había acudido mucho
público. Iré a tu casa hoy.
El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar y a él pertenecen
las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso como algo irreal, como un hecho que
existe en su pensamiento pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que
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estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso vaya.
El modo imperativo expresa mandato u orden, función apelativa, se utiliza exclusivamente en situación de
discurso. El mandato es la subjetivación del enunciado con matiz significativo optativo en grado máximo, sólo
se utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda incluido por su significado verbal en el modo
subjuntivo. En su uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo sólo acepta forma afirmativa:
Ven tú. Venid vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente de subjuntivo: No lo hagáis.
Para expresar mandatos indirectos u órdenes referidas a otras personas gramaticales, que no sea la segunda, se
utiliza también el presente de subjuntivo: Lo digan ellos.
El modo condicional es un tiempo verbal creado en las lenguas románicas, no existía en latín. Procede de la
perífrasis latina del pretérito imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare habebam. A lo largo de la
historia de la lengua, el condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e incluso terminológicas.
En principio, se denominó modo potencial, por su significación hipotética o posible: Me compraría un coche
si pudiera; en la actualidad la Real Academia Española lo denomina condicional, por influjo de la gramática
francesa y por ser el tiempo característico de las condicionales.
Por su significado, es un futuro hipotético, indica siempre una acción futura respecto a otra. Se incluye como
variante de modo indicativo, porque el hablante lo utiliza como expresión de una acción real.
En el uso actual se sustituye o alterna con el pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones condicionales:
Si tuviera dinero, me compraría una casa o me compraba una casa.
2.3) TIEMPO.
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o
real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un concepto de medida; el hablante necesita
expresar la fecha de las acciones, o comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un segmento
imaginario, en el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir,
futuro.
La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción simultánea, anterior y posterior
respectivamente al ahora del hablante. El presente es puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que
acaba de ser presente y es pasado y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El
hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del
presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso, en la conjugación
española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en el futuro.
Los tiempos verbales del modo indicativo son:
• Tiempos del presente: presente: amo, temo, parto; pretérito perfecto: he amado, he temido, he
partido.
• Tiempos de pasado: pretérito imperfecto: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito
perfecto simple: amé, temí, partí; condicional simple: amaría, temería, partiría; pretérito
pluscuamperfecto: había amado, había temido, había partido; pretérito anterior o con pretérito: hube
amado, hube temido, hube partido; condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría
partido.
• Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado, habré
temido, habré partido.
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EL ADVERBIO
Las proposiciones subordinadas adverbiales son aquellas que dentro de la proposición compleja funcionan
como un adverbio, es decir, hacen la función de complemento circunstancial por eso son llamadas también
proposiciones circunstanciales.
• semánticamente expresa cualidades
• sintácticamente funciona como complemento del verbo, adj, adv,
• morfológicamente es invariable
Clases:
• Estructura formal:
• Simples (aquí, temprano)
• Derivados (mente)
• Locución adverbial (de nuevo, a ciegas)
• Significado:
• Modo: bien, mal, así, despacio, por las buenas
• Tiempo: hoy, ahora, mañana, de pronto
• Lugar: aquí, ahí, allá, fuera
• Afirmación: sí, también, ciertamente
• Negación: no, nunca, jamás
• Duda: quizá, tal vez, acaso
• Cantidad: mucho, poco, bastante
Funciones
• CC (llego pronto)
• C. adj. (muy grande, poco grande)
• C. adv. (muy bien, demasiado tarde)
• Modificador oracional (no vengo, quizás venga)
Atributo (estás bien, somos así)
Proposiciones subordinadas adverbiales de lugar
Indican un lugar que se relaciona con la acción del verbo principal. El nexo principal es el adverbio donde
(precedido o no de preposición). Por lo general se refieren a un antecedente (expreso o no) y equivalen por lo
tanto a proposiciones de relativo. Suelen colocarse después de la principal. El modo verbal que se emplea es el
indicativo (si expresa presente o pasado) y subjuntivo (si expresa futuro).
Proposiciones subordinadas adverbiales de tiempo
Indican una acción que puede realizarse antes, después o a la vez que la acción principal.
Clases:
• Anterioridad (cuando, apenas, así, tan pronto como, no bien, etc.)
• Posterioridad (cuando, antes (de) que, primero que)
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• Simultaneidad (cuando, mientras, mientras tanto, entre tanto que, a medida que, conforme, según,
siempre que)
El modo verbal es idéntico a las adverbiales de lugar.
El verbo de la proposición subordinada puede ir en infinitivo cuando el sujeto de ambas proposiciones es le
mismo.
Proposiciones subordinadas adverbiales de modo
Informan sobre la manera de realizar o realizarse la acción principal. Sus nexos conjuntivos habituales son:
como, según, según que. Y también las locuciones conjuntivas: para, según y conforme, como si. El
comportamiento modal del verbo en esta clase de subordinadas es idéntico a la de temporales y las de lugar.
Proposiciones subordinadas adverbiales comparativas
Se unen a la proposición principal para construir una oración compleja comparativa; que es aquella en que se
manifiesta que la calidad o cantidad de la proposición principal es igual que la de la subordinada, o superior o
inferior a ella. Por lo tanto, las oraciones complejas comparativas pueden ser:
• De igualdad (en las que sirven de nexo: tan, tanto (adverbios), tanto/a/os/as (adjetivos) en la principal
y las conjunciones como y cuanto en la subordinada).
• De superioridad − la relación se establece con el adverbio más en la proposición principal y la
conjunción que o la preposición de iniciando la subordinada.
• De inferioridad, que se forma con el adverbio menos y con la conjunción que o la preposición de
iniciando la subordinada.
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