Clase obrera argentina

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Primer cuatrimestre.
Consigna 2
Todos los autores concuerdan en la idea de que la sociedad es un sistema que consta de varios elementos que
interactúan entre si y que tienen como principal actor al hombre. Estas relaciones se dan bajo una serie de
condiciones que difieren dependiendo del contexto en que se ubique. Visto así, Durkheim considera que el
principal motor de este proceso sistematizado es el hecho social y por tanto, el objeto de estudio de la
sociología.
Se entiende por hecho social a toda manera de hacer fijada o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una
coacción exterior; o bien: que es general en el conjunto de una sociedad, conservando una existencia propia,
independientemente de sus manifestaciones individuales
Si se observa la incidencia del hecho social a gran escala, o sea a nivel de grupo, se dará lugar a otro
fenómeno social: las corrientes sociales.
Otro elemento importante está relacionado con la división del trabajo social al que se alude partiendo del
concepto de solidaridad. Durkheim compara dos períodos históricos. Por un lado en las sociedades arcaicas
donde la división del trabajo era casi imperceptible, existía un tipo de solidaridad mecánica donde todos se
ayudaban entre sí ya que hacían prácticamente la misma tarea. Como consecuencia la solidaridad de la
colectividad era muy estrecha por lo que la conciencia colectiva prácticamente anulaba a la individual. En
estas sociedades, incluso la religión era unificadora. En la sociedad moderna esto ya no ocurre ya que existen
un sinnúmero de tareas diferentes. Esta diversificación laboral estratifica a la sociedad acorde a sus funciones,
y en este sistema se establece lo que Durkheim llama "solidaridad orgánica". Por el hecho que en las
sociedades organizadas los individuos desarrollan diferentes aptitudes, aquellos que se concentran en un
mismo tipo de funciones desarrollan diferentes enfoques de pensamiento, de estética, de ética, etc., por lo que
la conciencia individual de un grupo se diferencia de los otros, y a su vez lo mismo ocurre con el
individualismo dentro de cada subgrupo social.
Por su parte, Marx cree que lo prioritario en el hombre como parte del reino animal es lograr su reproducción
y subsistencia. Para ello se hará uso de la capacidad que tiene el hombre la cual difiere con la del resto de los
animales porque éste es capaz de producir herramientas y elementos que contribuyen a su propia existencia y
que además otorgan al hombre la capacidad de modificar la naturaleza para su propia conveniencia. Este
concepto Marx lo reconoce como la singularidad del hombre como ser genérico
Marx recalca también la importancia del trabajo colectivo con el que puede construir su espacio de vida
y cree que la organización social que el hombre cree serán sus condiciones de subsistencia.
Establece también que la conciencia social es producto de la acción social y antepone a éstas el lenguaje como
único vehículo capaz de colectivizar la acción social. Es decir, el lenguaje es la herramienta esencial de la
humanidad capaz de coordinar al trabajo colectivo.
Entonces el proceso histórico pasa a ser una consecuencia del trabajo modificador de la naturaleza que realiza
el hombre y donde se determinan las condiciones materiales de existencia, las cuales cambian con el correr del
tiempo en función de la acción del hombre. A esto Marx denomina materialismo histórico.
En el armado de ésta realidad histórica existen varios eslabones esenciales a saber:
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−Las fuerzas de producción, compuesta por el conjunto de voluntades humanas del trabajo (que se cotizan en
el mercado laboral, elemento fundamental del capitalismo) que se aplican en los medios de producción
(representados por los insumos materiales y las herramientas) para obtener un producto, el resultado de este
esfuerzo, y del que el trabajador se siente enajenado al ser susceptible de valoración monetaria ignorándose la
verdadera naturaleza de lo producido como resultado de un esfuerzo realizado. Éste aspecto es aprovechado
por el capitalista quien se hace con la diferencia del precio por cada unidad producida y el costo de producirlo
que es ni más ni menos que el sueldo del trabajador. Esta diferencia se conoce como plusvalía (valor que no le
es retribuido al trabajador y del que se adueña el capitalista y del cual resulta la acumulación del capital, otro
elemento fundamental del capitalismo).
− Las relaciones de producción, que son relaciones sociales que los individuos crean, pero que a su vez le son
impuestas por la colectividad sin que dependan de su voluntad, terminan por ser una imposición de la misma
sociedad (relación con Durkheim). Dentro de las relaciones de producción encontramos a las relaciones
técnicas de producción (técnicas de producción y división del trabajo) y las relaciones sociales de producción
(derecho y obligaciones con que los hombres participan en el usufructo del producto). A las relaciones de
producción, Marx las determina en función de la propiedad. Partiendo de esta idea él establece
preponderantemente dos clases sociales: poseedores y no poseedores de la propiedad.
− Superestructura e infraestructura. Según Marx la sociedad y la historia tienen dos estructuras, la
infraestructura y la superestructura; la primera es el conjunto de los medios, formas y fuerzas de producción
de una sociedad, es decir la economía fundada en la relaciones de producción. Esta infraestructura, es la base
real, el fundamento de la sociedad y de la historia, ya que esa infraestructura determina la superestructura
jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. Es la sociedad en la que
vive, y especialmente el modo de producción, quien configura la mente humana, la forma de conocer la
realidad que le rodea. Su forma de pensar, su mentalidad o cosmovisión está en función de la economía y de la
sociedad. Toda la historia es en realidad un proceso real de producción.
De la misma forma en que Durkheim considera el hecho social en su principio a una forma de hacer, Weber
cree también que la actividad humana es el objeto de estudio de la sociología pero con una orientación
inclinada a lo subjetivo, o sea, a las representaciones que la acompañan. La acción social entonces sería una
acción orientada a la acción de otros, o sea, con un efecto similar a los hechos sociales de Durkheim pero visto
desde otro punto mas individualizado y no desde la sociedad naturalizada (de hecho, Durkheim criticó
duramente esta perspectiva que curiosamente es la que toma Weber como base de su teoría). Este tipo de
acción es el que establece un lazo que relacionan a las instituciones de la sociedad y le dan un sentido.
Estaríamos hablando de una acción racional de acuerdo a fines pero Weber reconoce otras tres probables: la
acción tradicional, la acción afectiva y la acción con arreglos a valores. Estos tipos ideales permitirán analizar
otros tipos de acciones reales como desviaciones de ese modelo. Otro elemento fundamental estaría ligado a la
legitimidad que permiten que la conducta humana sea regular. Reconocer un orden como legítimo le otorga
validez. La adhesión a la legalidad estatuida positivamente es sobre la que se construye el modelo de
dominación, legal y burocrática, racional. Otras variables de dominación pueden ser la tradicional y la
carismática, esta última ligada en general a lo que llamo gobierno informal que no necesariamente tiene que
ver con un lugar en el gobierno estatal sino que mas bien responde a un individuo que posee algo que los
demás no y que lo hace especial de modo que se vuelve una figura a seguir. De cualquier forma esta
dominación no podrá reproducirse en la obediencia si no cuenta con un sistema que lo respalde. Weber
atribuye este rol a la burocracia, que cumple un papel racionalizador.
2° Cuatrimestre
A continuación se mostrará la relación entre los estratos sociales correspondientes a la clase obrera y la
infraclase descripta por Crompton y el movimiento piquetero que se desarrolla en nuestros días.
Si partimos desde 1945, vamos a tener un gobierno cuya política estimula el desarrollo de la industria
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produciéndose un marcado crecimiento de empleados obreros a la vez que el Estado de beneficencia
contribuye al mejoramiento de las condiciones salariales y demás conquistas sindicales que terminan por
consolidar una clase obrera homogénea similar a la que enuncia inicialmente Crompton en su obra. A partir
del golpe del '55, se comienza con el proceso de heterogeneización paulatina que Villarreal reconoce como un
proceso de latinoamericanización de la clase obrera y que consiste en la fragmentación y desarticulación de la
misma. La última dictadura militar tuvo una función catalizadora en este proceso. Esto se debió a que la
necesidad de gobernar los sectores subalternos se volvió una condición necesaria para la subsistencia de los
estratos superiores quienes debían unirse para lograrlo.
La política entonces estuvo orientada a descentralizar los capitales del sector industrial y trasladarlos a los
sectores financieros. Esto obviamente produjo severos cambios en las fábricas quienes debieron recortar sus
presupuestos (echando empleados y bajándoles el salario) e incluso cerrar dejando a una gran cantidad de
obreros en la calle. Muchas de las conquistas logradas con gran esfuerzo se perdieron en relativamente poco
tiempo produciendo que el sindicato ya no fuera una institución infranqueable, fuente inspiradora de la
identidad obrera. Paralelamente, se implementaron políticas que desalentaban el desarrollo de las PYMES
obligando a los medianos y pequeños empresarios a descender un escalón de la pirámide para formar parte de
la creciente masa de desocupados y subempleados. Por otro lado, como consecuencia de este proceso,
aumenta el número de cuentapropistas cuyas actividades eran muy variadas así como sus intereses. El tráfico
financiero impulsó el desarrollo de servicios produciéndose lo que Villarreal llama tercerización de la fuerza
de trabajo global de la Argentina. Los empleados constituyeron un grupo no muy estudiado pero
completamente separado de la decadente clase obrera aún cuando proviniera de ella (muchos obreros e hijos
de obreros que habrían continuado esa línea se hicieron empleados).
Durante el menemismo, no hizo más que profundizar la desigualdad socio−económica entre los de arriba y los
de abajo. Se terminó por polarizar la riqueza en los sectores altos mientras que los demás se hacían más
pobres. El último golpe (como para rematar al enemigo que constituye la clase trabajadora para los altos
dirigentes) fue la ley de flexibilización laboral, la cual completó el proceso de desarticulación comenzado
décadas atrás. Es en este momento (mediado de la década del '90) cuando los piqueteros se hacen conocer.
Este nuevo grupo es en realidad un cuerpo constituido por grupos de personas que combinan características de
la clase obrera decadente y la infraclase de Crompton. No pertenecen a una clase determinada sino que resulta
de la unión de desocupados, marginados, subocupados y obreros que ven amenazada su condición en las
pocas fábricas que quedan. La modalidad de lucha de los piqueteros consiste en impedir el normal desarrollo
de las actividades de aquellos que los amenazan y según puede apreciarse en los testimonios leídos, existen
varias opiniones dentro de los piqueteros que en muchos casos suelen divergir. Esto lo atribuyo a la diversidad
de subgrupos que compone la masa piquetera que paradójicamente componen un gran grupo con identidad
propia. Quizás, pienso yo, cada piquetero tiene conciencia de serlo pero tal vez no participa activamente de la
toma de decisiones (quienes tienen ese derecho son los más carismáticos) sino que siguen a la masa y les
parece bien luchar también por otros que tienen intereses similares a los propios pero que no son iguales
(recordemos que los piqueteros suelen adherirse solidariamente a aquellos gremios que tienen problemas
cuando pueden no tener una relación directa con ellos).
De todas formas, al final en Argentina queda configurado un esquema similar al del resto de los países
latinoamericanos donde los grupos subalternos tienen menos capacidad de acción (o por lo menos de acción
expedita como la que tenían antes cuando imponían condiciones de trabajo y se les hacía caso o como los
miembros de la clase alta y grandes grupos económicos que ante una necesidad tienen a sus lobbistas a
disposición). Este esquema es ciertamente el idóneo para el capitalista ya que podrá hacer buenos negocios
encontrando muy poca resistencia.
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