Ciudad Romana e Industrial

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 “El espacio urbano”
Existen grandes diferencias entre la Ciudad Romana y la Ciudad Industrial, más allá de lo netamente temporal. En el cuadro siguiente, analizaremos los cinco aspectos principales: origen, religión, economía, la organización política y administrativa y la estructura. A pesar de ello, podemos distinguir algunas semejanzas y elementos comunes, de los cuales incluso algunos, se mantienen en la actualidad.
Origen
Religión
Economía
Ciudad Romana
Ciudad Industrial
­Necesidad estratégica: dominio y control territorial.
­Necesidad de comunicaciones.
­Deriva de campamentos fortificados y ciudades pre existente.
­Finales del siglo XVIII­
Principios del Siglo XIX, impulsada por el proceso de industrialización.
­Necesidad del capitalismo industrial por disponer de mano de obra fabril y/o minera.
­Mezcla entre cultura Etrusca y Greco­oriental.
­Altares en cada casa, en honor a dioses que protegían a la familia (Lares) y a la despensa del hogar (Penates).
­Influencias orientales debido a extensas redes de comunicaciones imperiales.
­Cada dios posee su templo, pero en ciudades pequeñas era compartido.
­No se caracteriza por presentar una actividad religiosa permanente o esencial.
­Predominio de Cristianismo a través de sus principales ramas: Catolicismo, Protestantismo y Anglicanismo.
­Predominio de actividades terciarias (sector comercial y servicio).
­Tiendas de pequeño tamaño (tabernae) y ­Se industrializan las zonas portuarias con anexo a vías férreas.
­Sectores económicos principales: fabril y minero.
mercados (macellum).
­Desarrollo impulsado por ­Ciudad: centro de el capitalismo industrial.
recepción, comercialización y canalización del producto agropecuario y artesanal.
Organización Política­
administrativa
Estructura
­Foro ubicado en el centro, heredero del ágora griego.
­Se efectuaban reuniones públicas: ­asuntos culturales/políticos, espacio comercial y de negocio para ciudadanos.
­Centro político­
administrativo de una región.
­Asentamientos jerarquizados en todo el imperio.
­Alrededor del foro, se situaban edificios públicos (la Curia o Senado, la Basílica y a veces el praetorium, un edificio de la autoridad militar)
­A raíz de problemas de hacinamiento se organizan sindicatos y mutuales.
­Utopía obrera.
­La monarquía es el principal agente organizador de la nación y ciudad.
­Dos tipos: Pre existente (diseño octogonal) y Campamento fortificado.
­Contaban con torres y cerco defensivo.
­Organizada en manzanas, en cuadrícula atravesando la línea recta de la ciudad antigua, contaba, en ciertos casos, con la presencia de la muralla medieval.
Podemos inferir a través del cuadro, como es que la sociedad en si misma va cambiando, y de este modo se van alterando sus finalidades y manera de pensar. Algo tan esencial como el asentamiento, sufre modificaciones impresionantes. Comparemos los origines de la ciudad romana, cuyos basamentos se encuentran en la necesidad estratégica­militar de dominio y control territorial, a diferencia de la ciudad industrial que se ve impulsada por el proceso de industrialización y la necesidad del capitalismo industrial por concentrar y/o disponer de mano de obra fabril y minera. La fábrica se convirtió en el núcleo del nuevo organismo urbano. Todos los demás elementos de la vida estaban supeditados a ella. Por lo común, la fabrica reclamaba los mejores lugares: en el caso de la industrial del algodón, de las industrias químicas y de las industrias del hierro, generalmente los sitios próximos a una ribera; porque ahora se requerían grandes cantidades de aguas en los procesos de producción, para abastecer las calderas a vapor, enfriar las superficies calientes y hacer soluciones químicas y los tintes necesario. Por sobre todo, el río o el canal desempeñaba aun otra función importante: constituía un vertedero más barato y más conveniente para todas las formas de desperdicios solubles o flotantes.
Un ejemplo del diseño ortogonal de las ciudades romanas, es la propia ciudad de Roma, que incluyó impresionantes y majestuosos monumentos. Asimismo, contaba, a semejanza de la ciudad industrial, con carreteras para interconectar de manera expedita los distintos asentamientos, con el fin de conseguir una alta eficacia en el desplazamiento de tropas y de mensajeros.
La presencia de murallas que rodeaban a la ciudad fue fundamental, como defensa, la que también podía incluir en muchos casos, la presencia de torres. Hubo un periodo denominado “pax romana” en las que no hubo necesidad de presencia de murallas, dado la estabilidad política en el Imperio, por lo que en muchas ciudades las cercas defensivas datan del siglo III d.C.
El foro era el centro de la ciudad Romana, y en sus alrededores, se situaban diversos edificios públicos como la Curia, que era un órgano integrado por notables y era también conocida como senado local, la Basílica, un lugar destinado a los tópicos judiciales, y en algunas ciudades también se encontraba el “praetorium”, edificio de la autoridad local militar, presente generalmente en las ciudades con un carácter militar y/o defensivo. En ambos casos, tanto en las ciudades romanas como en las industriales, los edificios más relevantes se encuentran generalmente situados en el centro. En el caso de la ciudad industrial, se le agregarían edificios de carácter comercial, además de los relacionados con lo político­administrativo.
La importancia e influencia del lado religioso no se puede subestimar, especialmente en el caso romano, en el que incluso en las ciudades grandes cada deidad tenía su propio templo, y dado el politeísmo de esta cultura, y lo monumental de los templos, ocupaban una gran superficie dentro de la ciudad. En las ciudades más pequeñas, los templos existentes se limitaban a uno, consagrado a la tríada capitolina, y otro a una divinidad secundaria. En el caso de la ciudad industrial, cada credo poseía su templo, siendo las tres mayormente distintivas la religión católica, anglicana y protestante, a pesar de que fue mucho más influyente para la vida romana, que en lo sucedido en la ciudad industrial.
En la casa, eran venerados los dioses protectores del hogar y de la familia; en cada hogar había un altar dedicado a estos. Otra característica en el ámbito religioso romano, era su gran nivel de superstición, y generalmente se solía consultar la voluntad de los dioses a través de los oráculos.
Se solía practicar el culto imperial, ya que, el emperador era idolatrado tal cual como un dios.
Relativo a lo económico, quizás a diferencia de la ciudad industrial, centraba la mayor parte de la actividad en actividades terciarias, es decir, servicios, mientras que la ciudad industrial, tal como es indicado por su nombre, el sector secundario, relacionado con la transformación de la materia prima y la manufactura, tenía gran importancia.
La ciudad romana contaba con un gran número de tiendas de tamaño pequeño denominadas “tabernae”, en las cuales se desempeñaban actividades que permanecen hasta hoy y que también se realizaban en la ciudad industrial, tales como peluquerías, librerías, tiendas de comestibles, panaderías, carnicerías, mueblerías, prestamistas, etc.
En conclusión, podemos afirmar que tanto particularidades de la ciudad romana como de la ciudad industrial han perdurado, y han hecho su aporte a la constitución de la ciudad actual (como las vías de transporte o el centro de la ciudad), más allá de las propias diferencias culturales y de contexto en las que ambas se dieron, y que en definitiva permitieron la evolución hasta lo que conocemos hoy. 
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