Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
El Tribunal de Familia número
uno de San Martín, con la integración que surge de fs. 270,
rechazó el recurso de reconsideración presentado ante el
plenario por M. G. M. y confirmó lo resuelto por el juez de
trámite
en
cuanto
a
la
extemporaneidad
del
planteo
de
nulidad del acta obrante en fs. 21 y vta. celebrada con
motivo de una audiencia a la que comparecieran las partes
de
estos
autos
caratulados
“C.
,
A.
D.
c/M.
,
M.
G.
s/divorcio art. 214 inc. 2” (fs. 270/273).
Contra
dicha
forma
de
resolver se alza la señora M. , con patrocinio letrado, a
través del recurso extraordinario de nulidad de fs. 342/345
alegando
la
omisión
de
tratamiento
de
una
cuestión
esencial, consistente tanto en su planteo de nulidad de
todas las actuaciones como puntualmente del acta de fs. 21,
y la falta de fundamentación legal que, a su criterio,
padece el fallo del a quo.
Más
allá
del
planteo
efectuado,
las
circunstancias imponen me detenga a los fines de destacar
lo siguiente: teniendo a la vista no sólo estos autos sino
también
las
fotocopias
certificadas
del
expediente
administrativo 3001-483/04 y de las actuaciones penales que
iniciaran
las
partes
contendientes
del
pleito
motivadas
justamente en sendas denuncias por conductas -prima facie
delictuales- cometidas en el seno de este proceso, advierto
que las anomalías aducidas por la parte aquí recurrente se
suceden desde el comienzo mismo del juicio. En efecto: en
el
escrito
de
fs.
12/14vta.
la
firma
del
letrado
patrocinante de la señora M. aparece tachada; en fs. 21 y
vta. en la que obra acta de audiencia (convocada en uso de
la
facultad
conferida
por
el
art.
36
del
C.P.C.)
se
ratifican los términos vertidos en la presentación inicial,
y se consigna expresamente la falta de asistencia letrada
de M. , sin perjuicio de lo cual aparece posteriormente la
firma de quien se atribuye la condición de abogado de la
misma;
sobre
estas
actuaciones
luego
se
basa
-esencialmente- la sentencia homologatoria de la división
de la sociedad conyugal, conforme surge expresamente de fs.
26 vta. punto 4; media desaparición de la fs. 30 y con ello
falta
de
notificación
por
parte
de
la
Sra.
M.
de
la
sentencia recaída en autos.
En atención a este cuadro descripto, soy de la
opinión
que
surgen
de
lo
actuado
vicios
de
gravitante
entidad y de carácter manifiesto que ameritan -a mi ver y
en tanto represento en el seno del Alto Tribunal la tutela
del interés social y la defensa del orden público (art. 189
de la Constitución provincial; art. 1 ley 12.061; art. 27
ley 5827; conf. “El Ministerio Público en la provincia de
Buenos Aires, ed. 1975) y en el caso particularmente del
orden
público
familiar-
retrotraer
el
procedimiento
al
momento mismo del proveído que imprime trámite al presente.
Ello teniendo en cuenta que las normas que rigen
el estado de familia, la disolución del vínculo marital y
lo relativo a la sociedad conyugal están indiscutiblemente
alcanzadas por el orden público, circunstancia que en el
sub examine legitima mi intervención y me obliga a examinar
la legalidad de los procedimientos desplegados, en aras de
asegurar una buena administración de justicia y en procura
de
propiciar
la
recta
aplicación
de
la
ley
un
ángulo
al
caso
concreto.
Por
otro
lado,
y
desde
no
menos
importante, opino también que la suma de irregularidades
detectadas ataca la validez no sólo del escrito fundacional
del juicio, sino de la sentencia misma, en tanto dichos
actos se ven privados de concretar los efectos propios y
normalmente previstos para ellos por la ley procedimental.
Y
además
de
afectar
directamente
la
finalidad
de
los
mismos, provocan en el sub lite un claro y palmario caso de
indefensión.
Tengo
entonces
para
mí
que
los
dos
motivos
reseñados (vigilancia del orden público y aseguramiento del
derecho de defensa) son bastantes como para impedir que
este
proceso
continuar
pueda
en
adecuadamente;
el
de
estado
en
hacerlo
que
así
se
sin
encuentra
más,
se
estarían
poniendo
en
tela
de
juicio
estas
basilares
nociones al punto de su flagrante conculcación, lo cual en
virtud
de
la
función
legalmente
asignada
al
Ministerio
Público no puedo soslayar.
Por todo lo dicho, opino que se impone desandar
el camino hasta el momento mismo en que se produjo la
manifiesta
desviación,
correspondiendo
propiciar
en
atención al principio de trascendencia que rige la materia
de la nulidad en el proceso, la anulación oficiosa de todo
lo actuado a partir de fs. 19, debiendo retrotraerse el
trámite a dicha oportunidad y una vez integrado el tribunal
de familia interviniente con juez hábil, proseguirse el
normal curso de estas actuaciones (conf. arts. 172 y 174
del
C.P.C.
y
su
doctrina;
art.
18
de
la
Constitución
Nacional).
La Plata, 5 de junio de 2007 - Juan Angel De
Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 3 de junio de
2009,
habiéndose
dispuesto
en
el
establecido,
Acuerdo
2078,
de
que
conformidad
deberá
con
observarse
lo
el
siguiente orden de votación: doctores de Lázzari, Hitters,
Negri, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar
sentencia definitiva en la causa C. 93.677, "C. , A. D.
contra M. , M.G. . Divorcio art. 214 inc. 2".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal de Familia N° 1 del Departamento
Judicial de San Martín rechazó el pedido de reconsideración
interpuesto
y
entendió
que
tratándose
de
una
nulidad
procesal el planteo era extemporáneo.
Se
interpuso,
por
la
parte
demandada,
recurso extraordinario de nulidad.
Oído el señor Subprocurador General, dictada
la providencia de autos y encontrándose la causa en estado
de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear
y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª. ¿Corresponde anular de oficio lo actuado
en el proceso a partir de fs. 19?
Caso negativo:
2ª. ¿Es fundado el recurso extraordinario de
nulidad?
V O T A C I O N
A la primera cuestión planteada, el señor
Juez doctor de Lázzari dijo:
1. El tribunal de familia entendió que la
señora M. al consentir el llamamiento de autos para dictar
sentencia, hubo convalidado la nulidad del acta de fs. 21
que denunciara.
2. Tal como lo menciona y detalla el señor
Subprocurador
General,
las
anomalías
producidas
en
el
proceso de este expediente, ameritan un análisis del mismo
desde sus inicios (conf. fs. 408/409 vta.).
Así,
solicitaron
(art.
214
en
divorcio
inc.
2,
el
escrito
vincular
C.C.).
La
por
inicial
las
presentación
misma
pieza
partes
conjunta
incluía
el
convenio de liquidación de la sociedad conyugal según el
cual la señora M. cedía a su cónyuge la parte indivisa que
le correspondía de los inmuebles denunciados; también hizo
lo propio con las acciones de SPALA S.A. Además, y siempre
refiriéndonos
a
la
misma
presentación,
la
firma
del
letrado patro-cinante de la nombrada M. (doctor Ricardo
Andrés Scasso) aparece tachada (v. fs. 12/14 y vta.).
En la audiencia convocada por el tribunal
(art. 36, C.P.C.C.) comparecen ambas partes, haciéndolo la
señora M. sin asistencia letrada (según consta expresamente
en el texto del acta). En concordancia, a continuación el
texto del acta dice: "Previamente, estese al cumplimiento
del
art.
embargo,
56
en
del
el
CPCC,
por
parte
del
Dr.
reverso
de
dicha
acta
y
Scasso".
en
el
Sin
margen
superior, derecho aparece como por arte de magia la firma
del doctor Scasso (v. fs. 21 y vta. del principal y fs. 103
y vta. del expediente acollarado), sin que se dé razón de
ello (doct. art. 57, C.P.C.C.), sin perjuicio de señalar
que,
dada
la
naturaleza
del
acto,
no
es
posible
la
asistencia letrada con efecto retroactivo.
Luego,
se
dictó
sentencia
de
divorcio
homologando los acuerdos previos de las partes referidos a
la
liquidación
de
la
sociedad
conyugal
y
modo
de
adjudicación de los bienes que integran su acervo. El juez
de trámite tuvo en cuenta para dicha homologación el acta
de fs. 21. Expresamente dijo: "El acta obrante a fs. 21
ilustra la celebración de la audiencia precitada, en cuyo
transcurso, ambos peticionantes del divorcio, asistidos por
sus
letrados,
suscripto,
toman
contacto
ratificando
los
personal
y
directo
términos
expuestos
con
el
en
la
demanda..." (v. fs. 26 vta.).
Falta en autos el escrito de fs. 30 (cuya
copia obra a fs. 188), en el cual la señora M. consentía la
sentencia de divorcio; analizada la firma de dicha copia,
agregada al expediente por la mencionada M. , se declaró
por la perito calígrafo que era apócrifa (v. fs. 103 del
expte. acollarado).
La señora M. denunció no haber firmado el
"convenio de liquidación de sociedad conyugal" sino sólo el
pedido de escrito de divorcio; adujo que por engaños fue
sustituido
el
presentado
y
escrito
que
obra
que
a
le
fs.
fuera
12/14
mostrado,
tiene
un
que
el
contenido
distinto al que ella creyó firmar. Remarcó que suscribió
sólo la última hoja de la presentación, existiendo en las
dos anteriores la descripción de los bienes (v. fs. 132/133
y
189/195)
y
que
la
firma
del
doctor
Scasso
ahora
se
encuentra tachada. Solicitó se declare la nulidad de todo
lo actuado "atento los vicios formales existentes en la
audiencia
del
día
27
de
Noviembre
de
2001,
y
en
la
sentencia de fecha 21 de febrero de 2002" (v. fs. 134).
Se puede concluir de la reseña efectuada que
la
denunciante
firmó
el
escrito
inicial
de
divorcio
y
liquidación de la sociedad conyugal sólo la última hoja y
que la firma de quien se atribuye la condición de abogado
de la misma aparece totalmente tachada; que a la audiencia
señalada a los efectos del art. 36 y en la cual ratifica
los acuerdos formulados en la demanda inicial concurrió sin
asistencia
letrada
aunque
en
forma
firma
de
su
(expresamente
inexplicable
pretenso
se
dejó
constancia),
posteriormente
representante
(se
aparece
declaró
la
la
autenticidad de dicha firma); que en base a tal audiencia
ratificatoria
se
dictó
sentencia
de
divorcio
y
se
homologaron los acuerdos presentados; que desapareció del
expediente la presentación de fs. 30, cuya fotocopia fue
posteriormente
agregada
a
fs.
188,
donde
la
señora
M.
supuestamente se notificaba de la sentencia, y cuya firma
fue declarada apócrifa. Cabe subrayar y reiterar que en el
convenio
de
separación
de
bienes
ahora
cuestionada
la
señora M. cedió a su cónyuge el 50% indiviso de los bienes
gananciales que le corresponden y que detalla (v. fs. 14).
Tales
los
hechos
de
autos
y
las
más
que
desprolijidades, anomalías de este procedimiento.
En oportunidad de sentenciarse la causa L.
60.919 (sent. del 28-IV-1998) adherí al voto del doctor
Hitters. Se dijo allí que el asesoramiento letrado guarda
concordancia con las obligaciones que impone la ley 5177 al
abogado que asume una responsabilidad profesional, quien
deberá ejercerla hasta que haya cesado legalmente en el
cargo,
con
las
responsabilidades
derivadas
del
mandato
(arts. 60, 90 y concs., ley 5177).
La
normativa
responde
a
la
necesidad
de
garantizar en forma efectiva la garantía constitucional del
debido
proceso
legal
consagrado
Constitución
nacional,
pues
profesional
del
derecho
la
en
el
art.
18
intervención
proporciona
el
de
de
la
un
adecuado
encuadramiento de la petitum y posibilita -por ende- la
eficaz defensa del justiciable (arts. 15 de la Constitución
provincial y 8 del Pacto de San José de Costa Rica).
Es decir, que la esencia teleológica de la
imposición del control letrado es la de asegurar la eficaz
defensa, aún contra la pretensión del propio interesado de
valerse por sí mismo, al evitar que esa tarea sea mal
ejercitada por desconocimiento de las normas jurídicas y
principios del derecho aplicable al caso. Por tanto, su
obligatoriedad comprende la asistencia y dirección jurídica
del patrocinado durante todo el curso del proceso y su
omisión acarrea el estado de indefensión de aquél (arts. 14
bis y 18 de la Constitución nacional).
En esa línea interpretativa se inscribe la
jurisprudencia, al señalar que "el recurso previsto en el
artículo 56 del Código Procesal Civil y Comercial responde
a la necesidad de asegurar en forma efectiva la garantía
constitucional de la defensa en juicio consagrada en el
art. 18 de la Constitución nacional, pues la participación
de
un
profesional
del
derecho
le
asegura
el
correcto
planteamiento de sus pretensiones y defensas" (Cám. Civ. y
Com. M. P. "E, M. c. L. O. s/ alimentos", 14-XI-1995).
Tales
-como
ya
indiqué-
los
conceptos
vertidos por el doctor Hitters en la causa referenciada,
los cuales hago plenamente aplicables al sub examine donde
la señora M. concurrió a la audiencia del art. 36 del
Código Procesal Civil y Comercial, audiencia en la cual
ratificó los acuerdos presentados al demandar, sin contar
con patrocinio letrado.
Ha resuelto esta Corte que son
ajenas al
recurso extraordinario las cuestiones procesales anteriores
a la sentencia recurrida (conf. Ac. 53.176, sent. del 14-
XI-1995; Ac. 73.062, sent. del 31-V-2000; Ac. 73.750, sent.
del 7-II-2001; entre otras), lo que no impide que en el
particular caso en análisis y ante la flagrante vulneración
de la garantía consagrada por el art. 18 de la Constitución
nacional
que
se
ha
patentizado,
y
la
entidad
de
las
irregularidades del proceso reseñadas, se declare de oficio
la nulidad de las actuaciones cumplidas; porque aunque la
facultad
revisora
de
este
Tribunal
se
circunscribe,
en
principio, al contenido del fallo, no se trata aquí de
determinar el alcance de esas facultades sino de resguardar
una
de
las
garantías
básicas
de
nuestro
sistema
constitucional: la defensa en juicio y el debido proceso
legal
altera
(conf.
el
Ac.
80.481,
principio
de
sent.
del
19-II-2002).
relatividad
de
las
No
se
nulidades
procesales, simplemente se trata de la aplicación de una
norma (art. 172, segunda parte, C.P.C.C.) perteneciente al
propio
régimen
excepcional
procesal,
(conf.
Ac.
a
una
34.039,
situación
sent.
del
extrema
8-X-1985
y
en
"Acuerdos y Sentencias", 1985-III-76).
3. Si lo que dejo expuesto es compartido, en
concordancia con lo dictaminado por el señor Subprocurador
General, deberá anularse oficiosamente todo lo actuado en
autos a partir de fs. 19. Los autos volverán a la instancia
de origen para que, integrada como corresponda, sigan las
actuaciones según su estado.
Voto por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Hitters, Negri y
Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de
Lázzari,
votaron
la
primera
cuestión
también
por
la
afirmativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor
Juez doctor de Lázzari dijo:
Dada la forma como se resolvió la primera
cuestión planteada, no corresponde el tratamiento de la
segunda.
Así lo voto.
Los señores jueces doctores Hitters, Negri y
Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de
Lázzari, votaron la segunda cuestión en el mismo sentido.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
de
conformidad
Subprocurador
actuado
a
con
General,
partir
de
lo
dictaminado
se
anula
fs.
19.
Los
por
oficiosamente
autos
el
señor
todo
volverán
a
lo
la
instancia de origen para que, integrada como corresponda,
sigan según su estado. Costas por su orden, atento a la
inexistencia de vencidos (conf. arts. 68, 2da. parte y 298,
C.P.C.C.).
Notifíquese.
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