El TJCE admitía en el asunto (C-254/08)

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SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LAS COMUNIDADES
EUROPEAS SALA SEGUNDA, DE 16 DE JULIO DE 2009 SOBRE «PETICIÓN
DE DECISIÓN PREJUDICIAL – DIRECTIVA 2006/12/CE – ARTÍCULO 15,
LETRA A) – REPARTO DE LOS COSTES DE ELIMINACIÓN DE RESIDUOS
QUE NO ESTÁ EN FUNCIÓN DE LA PRODUCCIÓN EFECTIVA DE ÉSTOS –
COMPATIBILIDAD CON EL PRINCIPIO “QUIEN CONTAMINA PAGA”»
(DIARIO OFICIAL DE LA UNION EUROPEA DE 16 DE JULIO DE 2009)
En el asunto C-254/08,
que tiene por objeto una petición de decisión prejudicial planteada, con
arreglo al artículo 234 CE, por el Tribunale amministrativo regionale della
Campania (Italia), mediante resolución de 19 de marzo de 2008, recibida
en el Tribunal de Justicia el 16 de junio de 2008, en el procedimiento entre
Futura Immobiliare srl Hotel Futura,
Meeting Hotel,
Hotel Blanc,
Hotel Clyton,
Business srl
y
Comune di Casoria,
en el que participa:
Azienda Speciale Igiene Ambientale (ASIA) SpA,
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA (Sala Segunda),
integrado por el Sr. C.W.A. Timmermans, Presidente de Sala, y los Sres.
J.-C. Bonichot, K. Schiemann, y P. Kūris y la Sra. C. Toader (Ponente),
Jueces;
Abogado General: Sra. J. Kokott;
Secretario: Sr. R. Grass;
consideradas las observaciones presentadas:
–
en nombre del Comune di Casoria, por el Sr. M. Spagna, avvocato,
–
en nombre del Gobierno italiano, por la Sra. I. Bruni, en calidad de
agente, asistida por la Sra. M. Russo, avvocatessa dello Stato,
–
en nombre de la Comisión de las Comunidades Europeas, por la
Sra. D. Recchia y el Sr. J.-B. Laignelot, en calidad de agentes,
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oídas las conclusiones de la Abogado General, presentadas en audiencia
pública el 23 de abril de 2009;
dicta la siguiente
Sentencia
1
La petición de decisión prejudicial tiene por objeto la interpretación del
artículo 15, letra a), de la Directiva 2006/12/CE del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 5 de abril de 2006, relativa a los residuos (DO L 114,
p. 9), y, en particular, del principio «quien contamina paga».
2
Dicha petición se presentó en el marco de un litigio entre las sociedades
hoteleras Futura Immobiliare srl Hotel Futura, Meeting Hotel, Hotel Blanc,
Hotel Clyton y Business srl (en lo sucesivo, conjuntamente, «Futura
Immobiliare y otros») y el Comune di Casoria sobre la determinación de
las tarifas de la tasa para la eliminación de los residuos sólidos urbanos
internos (en lo sucesivo, «tasa sobre los residuos») adeudada por dichas
sociedades en relación con los ejercicios 2006 y 2007.
Marco jurídico
Derecho comunitario
3
Los considerandos primero, sexto y decimocuarto de la Directiva
2006/12 están redactados como sigue:
«(1)
La Directiva 75/442/CEE del Consejo, de 15 de julio de 1975,
relativa a los residuos [(DO L 194, p. 39),] ha sido modificada en
diversas ocasiones y de forma sustancial […]. Conviene, en aras de
una mayor racionalidad y claridad, proceder a la codificación de
dicha Directiva.
[…]
(6)
Para alcanzar un alto nivel de protección del medio ambiente, es
necesario que los Estados miembros, además de garantizar la
eliminación y la valorización responsables de los residuos, adopten
medidas encaminadas a limitar la producción de residuos, en
particular promoviendo las tecnologías limpias y los productos
reciclables y reutilizables, tomando en consideración las
oportunidades de comercialización actuales o potenciales de los
residuos valorizados.
[…]
(14)
La parte de los costes no cubierta por la explotación de los
residuos debe costearse de acuerdo con el principio “quien
contamina paga”.»
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4
El artículo 1, apartado 1, letra c), de la Directiva 2006/12 dispone:
«Con arreglo a la presente Directiva, se entenderá por:
[…]
c)
5
“poseedor”: el productor de los residuos o la persona física o jurídica
que los tenga en su posesión».
El artículo 8 de la citada Directiva establece:
«Los Estados miembros adoptarán las disposiciones necesarias para que
todo poseedor de residuos:
6
a)
los remita a un recolector privado o público o a una empresa que
efectúe las operaciones previstas en los anexos II A o II B, o
b)
se ocupe él mismo de la valorización o la eliminación de acuerdo
con las disposiciones de la presente Directiva.»
El artículo 15 de la misma Directiva está redactado como sigue:
«De conformidad con el principio “quien contamina paga”, el coste de la
eliminación de los residuos deberá recaer sobre:
7
a)
el poseedor que remitiere los residuos a un recolector o a una
empresa de las mencionadas en el artículo 9, y/o
b)
los poseedores anteriores o el productor del producto generador de
los residuos.»
A tenor del artículo 20 de la Directiva 2006/12:
«Queda derogada la Directiva 75/442/CEE, sin perjuicio de las
obligaciones de los Estados miembros relativas a los plazos de
transposición al Derecho interno de la Directiva, que figuran en el
anexo III, parte B.
Las referencias a la Directiva derogada se entenderán hechas a la
presente Directiva con arreglo a la tabla de correspondencias que figura
en el anexo IV.»
8
El anexo III, parte B, de la Directiva 2006/12 señala el 17 de julio de
1977 como fecha límite para adaptar el Derecho interno a la
Directiva 75/442.
Derecho nacional
9
El Decreto Legislativo nº 507, de 15 de noviembre de 1993, relativo a la
revisión y armonización de los impuestos locales sobre la publicidad y de
los derechos sobre la colocación de anuncios en lugares públicos, del
canon por ocupar espacios y zonas públicas de los ayuntamientos y
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provincias, así como de la tasa para la eliminación de los residuos sólidos
urbanos en virtud del artículo 4 de la Ley nº 421 de 23 de octubre de
1992, sobre reorganización de las Haciendas Locales (suplemento
ordinario de la GURI nº 108, de 9 de diciembre de 1993; en lo sucesivo,
«Decreto nº 507/1993»), creó la tasa sobre los residuos en su capítulo III.
10
A este respecto, el artículo 58, apartado 1, del Decreto nº 507/1993
dispone:
«Para el servicio de eliminación de residuos sólidos urbanos internos,
prestado en régimen de monopolio en el marco de la aglomeración
urbana, de los distritos municipales, de los núcleos residenciales y
eventualmente extendido a las zonas del territorio municipal con población
dispersa, los ayuntamientos deberán establecer una tasa [sobre los
residuos] anual, que será objeto de un reglamento apropiado y aplicable
con arreglo a una tarifa de conformidad con las normas y criterios
establecidos en las disposiciones siguientes.»
11
El artículo 62, apartados 1 y 4, del Decreto nº 507/1993, titulado
«Requisito de sujeción a la tasa [sobre los residuos] y exenciones»,
establece:
«1.
Estarán obligados a pagar esta tasa [sobre los residuos] los
ocupantes o los poseedores de locales y de zonas al aire libre, cualquiera
que sea su afectación, a excepción de las zonas al aire libre
correspondientes o accesorias a inmuebles civiles que no sean zonas
verdes, existentes en las zonas del territorio municipal donde se cree y
ponga en práctica dicho servicio o, al menos, se preste de forma continua
[…].
[…]
4.
En los complejos inmobiliarios destinados a vivienda en los que se
ejerza una actividad económica y profesional, el reglamento podrá
establecer que la tasa [sobre los residuos] se devengará conforme al
baremo previsto para la actividad específica de que se trate y que será
proporcional a la superficie afectada a dicha actividad.»
12
Según el artículo 65 del Decreto nº 507/1993, titulado «Proporcionalidad
y tarifas», la tasa sobre los residuos podrá ser proporcional o calcularse
en función de la cantidad y de la calidad medias habituales, por unidad de
superficie gravable, de los residuos sólidos urbanos internos y asimilados
que pueden generarse en los locales y las superficies por el tipo de uso al
que se destinan y del coste de la eliminación. Además, a tenor del
apartado 2 de este artículo, corresponde a los ayuntamientos establecer
las tarifas para cada categoría o subcategoría homogénea, en función de
la tasa de cobertura del coste considerada dentro de los límites de la Ley,
multiplicando el coste de la eliminación por unidad de superficie gravable
comprobada, previsto para el año siguiente, por uno o varios coeficientes
de producción cuantitativa y cualitativa de residuos.
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13
El artículo 68 del Decreto nº 507/1993, titulado «Regulación», está
redactado como sigue:
«1.
Para aplicar la tasa [sobre los residuos], los ayuntamientos
deberán adoptar un reglamento apropiado, que contendrá:
a)
la clasificación de las categorías y eventuales subcategorías de
locales y de zonas que presentan el mismo potencial de producción
de residuos y que están sujetos a imposición según la misma tarifa;
[…]
2.
Para proceder a la determinación comparativa de las tarifas, las
categorías y eventuales subcategorías deberán organizarse teniendo en
cuenta, en lo posible, los grupos de actividad o de uso siguientes:
[…]
c)
locales y zonas destinadas a vivienda para hogares, colectividades y
personas que vivan en comunidad, establecimientos hoteleros;
[…]»
14
A tenor del artículo 69, apartados 1 y 2, del Decreto nº 507/1993:
«1.
Los ayuntamientos decidirán, a más tardar el 31 de octubre, sobre
la base de la clasificación y de los criterios de progresividad recogidos en
el Reglamento, las tarifas por unidad de superficie de los locales y zonas
comprendidos en las diversas categorías o subcategorías, que se
deberán aplicar al año siguiente. En el supuesto de que no exista decisión
en el plazo anteriormente mencionado, las tarifas aprobadas para el año
en curso se considerarán prorrogadas para el año siguiente.
2.
A efectos del control de legalidad, la decisión deberá indicar los
motivos de las relaciones existentes entre las tarifas, los datos finales y
previstos relativos a los costes del servicio desglosados según su
clasificación económica, así como los datos y circunstancias que
determinaron el aumento de la cobertura mínima obligatoria del coste
[…]»
15
El Decreto Legislativo nº 22, de 5 de febrero de 1997, relativo a la
adaptación del Derecho interno a las Directivas 91/156/CEE, relativa a los
residuos, 91/689/CEE, relativa a los residuos peligrosos, y 94/62/CE,
relativa a los envases y residuos de envases (suplemento ordinario de la
GURI nº 33, de 15 de febrero de 1997; en lo sucesivo, «Decreto
Legislativo nº 22/1997»), establece la supresión de la tasa sobre los
residuos y la introducción de un régimen de tarifas.
16
Según señala el órgano jurisdiccional remitente, dicha tarifa se compone
de una parte fija, destinada a cubrir los costes esenciales del servicio de
gestión de residuos y que es determinada en función de la superficie de
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los inmuebles ocupados o poseídos. Asimismo, se compone de una cuota
variable, calculada en función de la cantidad de residuos realmente
entregados para su recogida.
17
El Decreto Legislativo nº 22/1997 fue derogado por el artículo 264 del
Decreto Legislativo nº 152, de 3 de abril de 2006, sobre normas en
materia de medio ambiente (suplemento ordinario de la GURI nº 96, de 14
de abril de 2006). El sistema instaurado por este último Decreto se inspira
en gran medida en el previsto en el Decreto Legislativo nº 22/1997.
18
No obstante, según señala el órgano jurisdiccional remitente, la
aplicación completa del régimen de tarifas establecido en el Decreto
Legislativo nº 152, de 3 de abril de 2006, aún no se ha realizado, de modo
que, en el Comune di Casoria y en relación con los ejercicios 2006 y
2007, sigue siendo aplicable la tasa sobre los residuos tal y como se
establece en el Decreto nº 507/1993.
Litigio principal y cuestión prejudicial
19
Futura Immobiliare y otros son sociedades hoteleras establecidas en el
territorio del Comune de Casoria. Como tales, deben abonar la tasa sobre
los residuos. Sin embargo, con arreglo a dicha tasa, los hoteleros
soportan un mayor gravamen que los particulares que ocupen locales
destinados a vivienda.
20
Por estimar que dicha diferencia de trato es ilegal, Futura Immobiliare srl
Hotel Futura interpuso un recurso dirigido a la anulación, por un lado, de
una resolución de 25 de mayo de 2006 de la Commissione straordinaria
relativa a la determinación de la tasa sobre los residuos correspondiente
al ejercicio 2006 y, por otro lado, de una resolución de la Giunta
municipale (Consejo municipal) de Casoria de 15 de marzo de 2005, así
como de otros actos relacionados con estas resoluciones.
21
Futura Immobiliare y otros interpusieron también un recurso dirigido a la
anulación de otras dos resoluciones de la Commissione straordinaria, de
4 de abril de 2007, relativas a la adopción del Reglamento para la
aplicación de la tasa sobre los residuos y al establecimiento del baremo
de los costes y tarifas de ésta correspondientes al ejercicio económico
2007, respectivamente, así como de otros actos relacionados con estas
resoluciones.
22
El Tribunale amministrativo regionale della Campania, ante el que se
interpusieron los citados recursos, decidió acumular dichos asuntos.
23
En el marco de sus recursos contra los mencionados actos y
resoluciones, Futura Immobiliare y otros alegan, en concreto, que la tarifa
de la tasa sobre los residuos establecida para los hoteles es
desproporcionada respecto de la prevista para las viviendas y que, en
realidad, dicha tarifa se basa en su capacidad para generar ingresos y no
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en su capacidad de generación de residuos. Según dichas sociedades
hoteleras, la citada tasa no tiene en cuenta la tasa de ocupación de las
habitaciones ni la existencia o no de servicios de restauración, que
pueden generar más residuos, ni tampoco el carácter estacional de la
actividad hotelera ni la incidencia de las superficies de explotación
destinadas a servicios y, en consecuencia, no habitadas.
24
Pues bien, a su juicio, mientras que las tarifas para los hoteles y las
viviendas particulares se consideran equiparables, dado su respectivo
nivel de generación de residuos, los actos y resoluciones impugnados
establecieron una tarifa de ocho a nueve veces superior para las
estructuras hoteleras. Además, la tarifa considerada no indica en absoluto
el método aplicado ni los datos relativos a las cantidades y calidades
medias habituales de los residuos que pueden generarse por unidad de
superficie según el destino de los locales.
25
Por considerar que las disposiciones aplicables del Derecho nacional no
parecen ser conformes con el Derecho comunitario, el Tribunale
amministrativo regionale della Campania decidió suspender el
procedimiento y plantear al Tribunal de Justicia la siguiente cuestión
prejudicial:
«¿Es compatible con el citado artículo 15 de la Directiva [2006/12] y con
el principio «quien contamina paga» la normativa nacional establecida en
los artículos 58 y siguientes del Decreto Legislativo [nº 507/1993] y en las
disposiciones transitorias que han prolongado su vigencia […], dando
lugar así al mantenimiento de un régimen de carácter fiscal para la
cobertura de los costes del servicio de eliminación de residuos y
demorando la introducción de un régimen tarifario en el que el coste del
servicio sea soportado por quienes producen y entregan los residuos?»
Sobre la admisibilidad de la petición de decisión prejudicial
Observaciones presentadas al Tribunal de Justicia
26
El Comune di Casoria alega, en esencia, que la petición de decisión
prejudicial es inadmisible en la medida en que tiene por objeto la Directiva
2006/12, a la que el Derecho interno debía adaptarse dentro de un plazo
que aún no había expirado, y que, en tanto que Directiva, este acto
comunitario no es directamente aplicable en el ordenamiento jurídico
italiano.
27
Por su parte, el Gobierno italiano considera que dicha petición es
inadmisible en la medida en que, para responderla, el Tribunal de Justicia
debería pronunciarse sobre la compatibilidad de la normativa nacional con
el Derecho comunitario. Además, dicho Gobierno considera que el órgano
jurisdiccional remitente no expone suficientemente los elementos de
hecho y de Derecho que permitan al Tribunal de Justicia proporcionarle
una respuesta útil.
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Apreciación del Tribunal de Justicia
28
En primer lugar, por lo respecta a la alegación del Gobierno italiano, es
preciso recordar que, en el marco de un recurso prejudicial, si bien el
Tribunal de Justicia no es competente para pronunciarse sobre la
compatibilidad de una disposición nacional con el Derecho comunitario,
sin embargo, sí que lo es para proporcionar al órgano jurisdiccional
nacional todos los elementos de interpretación de Derecho comunitario
que puedan permitirle apreciar dicha compatibilidad para dirimir el asunto
del que esté conociendo (sentencia de 22 de mayo de 2008, citiworks,
C-439/06, Rec. p. I-3913, apartado 21 y jurisprudencia citada).
29
Por otra parte, es cierto que de reiterada jurisprudencia se desprende
que la necesidad de llegar a una interpretación del Derecho comunitario
que sea eficaz para el juez nacional exige que éste defina el contexto
fáctico y el régimen normativo en el que se inscriben las cuestiones que
plantea o que, al menos, explique los presupuestos fácticos sobre los que
se basan tales cuestiones (sentencia de 10 de marzo de 2009, Heinrich,
C-345/06, Rec. p. I-0000, apartado 30 y jurisprudencia citada).
30
Sin embargo, en el presente caso, el Tribunal de Justicia se considera
suficientemente informado por las indicaciones del órgano jurisdiccional
remitente tanto sobre los elementos de hecho como sobre los de Derecho
que caracterizan el litigio principal.
31
En segundo lugar, por lo que respecta a la alegación del Comune di
Casoria, hay que señalar que, como se desprende de su primer
considerando, la Directiva 2006/12 procedió, en aras de una mayor
racionalidad y claridad, a la codificación de la Directiva 75/442, a la que el
Derecho interno debía adaptarse dentro de un plazo que expiró el 17 de
julio de 1977.
32
Pues bien, como señaló la Abogado General en el punto 22 de sus
conclusiones, del artículo 20 de la Directiva 2006/12, en relación con su
anexo III, parte B, resulta con claridad que la derogación de la Directiva
75/442 en la fecha de entrada en vigor de la Directiva 2006/12 se produce
sin perjuicio de las obligaciones de los Estados miembros relativas al
plazo de adaptación del Derecho interno a la Directiva así derogada.
33
Por consiguiente, en la medida en que el artículo 15 de la Directiva
2006/12 está redactado en términos sustancialmente idénticos a los del
artículo 11 de la Directiva 75/442, la entrada en vigor de la Directiva
2006/12 no tuvo como efecto la concesión de un nuevo plazo a los
Estados miembros para que adaptasen sus Derechos internos a dicho
artículo 15.
34
Además, contrariamente a lo que sostiene el Comune di Casoria, a tenor
del artículo 234 CE, el Tribunal de Justicia es competente para
pronunciarse con carácter prejudicial sobre la interpretación de los actos
adoptados por las instituciones de la Comunidad Europea, con
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independencia de que sean directamente aplicables o no (véanse, en este
sentido, las sentencias de 20 de mayo de 1976, Mazzalai, 111/75, Rec.
p. 657, apartado 7, y de 10 de julio de 1997, Palmisani, C-261/95, Rec.
p. I-4025, apartado 21).
35
En estas circunstancias, procede responder a la cuestión planteada por
el Tribunale amministrativo regionale della Campania.
Sobre la cuestión prejudicial
36
Mediante su cuestión, el órgano jurisdiccional remitente pregunta, en
esencia, si el artículo 15, letra a), de la Directiva 2006/12 debe
interpretarse en el sentido de que se opone a una normativa nacional que
establece, a efectos de la financiación de un servicio de gestión y
eliminación de residuos urbanos, una tasa que se calcula sobre la base
de una evaluación del volumen de residuos generado por los usuarios de
dicho servicio y no sobre la base de la cantidad de residuos que
realmente han generado y entregado para su recogida.
37
Dicho órgano jurisdiccional se pregunta, en particular, si la citada
disposición debe interpretarse en el sentido de que el coste soportado por
el «poseedor» de los residuos, que los entrega para su eliminación, debe
ser proporcional a la cantidad de residuos realmente entregados.
Observaciones presentadas al Tribunal de Justicia
38
El Comune di Casoria y el Gobierno italiano consideran que los Estados
miembros disponen de un importante margen de maniobra en la
aplicación del principio «quien contamina paga», y tanto más cuando se
trata de la adaptación del Derecho interno a una disposición de una
Directiva, en el caso de autos, al artículo 15 de la Directiva 2006/12. A
este respecto, dicho Gobierno solicita al Tribunal de Justicia que
reconozca a los Estados miembros el mismo margen de maniobra que ha
reconocido a las instituciones comunitarias en la interpretación del artículo
130 R del Tratado CE (actualmente artículo 174 CE, tras su modificación)
realizada en la sentencia de 14 de julio de 1998, Safety Hi-Tech
(C-284/95, Rec. p. I-4301).
39
En cualquier caso, dicho Gobierno considera que el régimen italiano,
basado en una tasa, es plenamente compatible con el principio «quien
contamina paga», puesto que el coste de la gestión y eliminación de los
residuos está a cargo de quienes pueden influir en su generación.
Además, resultan pertinentes los parámetros utilizados para calcular dicha
tasa, tales como la capacidad de generación de las distintas categorías de
usuarios o la calidad de los residuos generados.
40
La Comisión de las Comunidades Europeas subraya que la Directiva
2006/12 no define las reglas conforme a las cuales los Estados miembros
deben organizar su régimen de imputación de los costes relacionados con
la recogida y la eliminación de los residuos urbanos y que, a este
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respecto, son competentes por lo que respecta a la forma y los medios
para alcanzar el objetivo de imputar dichos costes a quienes generaron
los residuos.
41
Basándose en la Comunicación de la Comisión al Consejo relativa a la
imputación de costes y a la intervención de los poderes públicos en
materia de medio ambiente – Principios y modalidades de aplicación, que
figura como anexo a la Recomendación 75/436/Euratom, CECA, CEE del
Consejo, de 3 de marzo de 1975, relativa a la imputación de costes y a la
intervención de los poderes públicos en materia de medio ambiente (DO
L 194, p. 1), la Comisión considera que las legislaciones de los Estados
miembros deben establecer, en particular, una correlación entre la
cantidad de residuos generada y el importe pagado por el servicio de
eliminación de éstos.
42
En concreto, las legislaciones nacionales pueden establecer un régimen
que identifique determinadas categorías de usuarios, generadores de
residuos, a fin de imponerles una tasa calculada sobre la base de
estimaciones de la cantidad de residuos que dichas categorías generan.
Por lo tanto, el artículo 15 de la Directiva 2006/12 no exige que dicha tasa
se calcule sobre la base de la cantidad de residuos realmente generada
por cada usuario. No obstante, según la Comisión, tales legislaciones
nacionales no deben tener como efecto que se excluya del esfuerzo de
financiación a determinadas categorías de productores de residuos.
Respuesta del Tribunal de Justicia
43
En virtud del artículo 8 de la Directiva 2006/12, todo «poseedor de
residuos» está obligado, bien a remitirlos a un recolector privado o público
o a una empresa que efectúe las operaciones previstas en los anexos II A
o II B de dicha Directiva, bien a ocuparse él mismo de la valorización o la
eliminación de acuerdo con las disposiciones de ésta.
44
Por consiguiente, en una situación como la del litigio principal, en la que
los poseedores de residuos los remiten a un recolector, el artículo 15,
letra a), de la Directiva 2006/12 establece que, de conformidad con el
principio «quien contamina paga», el coste de la eliminación de los
residuos deberá recaer sobre tales poseedores.
45
Esta obligación económica incumbe a dichos poseedores por el hecho
de haber contribuido a la generación de tales residuos (véase la sentencia
de 24 de junio de 2008, Commune de Mesquer, C-188/07, Rec. p. I-4501,
apartado 77).
46
Por lo que respecta a la financiación del coste de gestión y de
eliminación de los residuos urbanos, en la medida en que se trata de un
servicio que se presta colectivamente a un conjunto de «poseedores», los
Estados miembros están obligados, en virtud del artículo 15, letra a), de la
Directiva 2006/12, a cerciorarse de que, en principio, todos los usuarios
de dicho servicio, en su condición de «poseedores» en el sentido del
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artículo 1 de esta misma Directiva, soportan colectivamente el coste
global de la eliminación de dichos residuos.
47
Si bien los Estados miembros destinatarios de la Directiva 2006/12 están
obligados en cuanto al resultado que debe alcanzarse en lo que atañe a la
asunción de los costes de eliminación de los residuos, con arreglo al
artículo 249 CE son competentes, sin embargo, por lo que respecta a la
forma y los medios que se han de aplicar para alcanzar dicho resultado
(véase la sentencia Commune de Mesquer, antes citada, apartado 80).
48
Como señaló acertadamente la Comisión, en el estado actual del
Derecho comunitario, no existe ninguna normativa adoptada sobre la base
del artículo 175 CE que imponga a los Estados miembros un método
concreto en cuanto a la financiación del coste de la eliminación de los
residuos urbanos, de modo que dicha financiación puede garantizarse, a
elección del Estado miembro de que se trate, indistintamente mediante
una tasa, un canon o cualquier otra modalidad.
49
No obstante, es preciso señalar, en primer lugar, que, como señaló la
Abogado General en el punto 40 de sus conclusiones, a menudo resulta
difícil, incluso oneroso, determinar el volumen exacto de residuos urbanos
entregados para su recogida por cada «poseedor».
50
En estas condiciones, recurrir a criterios basados, por un lado, en la
capacidad productiva de los «poseedores», calculada en función de la
superficie de los bienes inmuebles que ocupan y de su afectación, y/o, por
otro, en la naturaleza de los residuos producidos, puede permitir calcular
los costes de la eliminación de dichos residuos y repartirlos entre los
distintos «poseedores», en la medida en que estos dos parámetros
pueden influir directamente en el importe de tales costes.
51
Desde este punto de vista, en el estado actual del Derecho comunitario,
no cabe considerar contraria al artículo 15, letra a), de la Directiva
2006/12 una normativa nacional que establece, a efectos de la
financiación de la gestión y eliminación de los residuos urbanos, una tasa
calculada sobre la base de una evaluación del volumen de residuos
generado y no sobre la base de la cantidad de residuos realmente
generada y entregada para su recogida.
52
En segundo lugar, el principio «quien contamina paga» no impide que los
Estados miembros, en función de categorías de usuarios determinadas
según la capacidad respectiva de éstos para generar residuos urbanos,
modulen la contribución de cada una de dichas categorías al coste global
necesario para financiar el régimen de gestión y de eliminación de los
residuos urbanos.
53
En el asunto principal, por lo que respecta al cálculo de la tasa sobre los
residuos, resulta que los establecimientos hoteleros constituyen una
categoría de «poseedores» y que, según Futura Immobiliare y otros, son
tratados de una manera menos favorable que los particulares.
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54
A este respecto, es preciso señalar que, a efectos del cálculo de una
tasa sobre la eliminación de residuos, para alcanzar el objetivo de
financiación del referido servicio puede resultar apropiada una
diferenciación fiscal entre categorías de usuarios del servicio de recogida
y de eliminación de residuos urbanos, como la realizada por la normativa
nacional de que se trata en el litigio principal entre las sociedades
hoteleras y los particulares, en función de criterios objetivos directamente
relacionados con el coste de dicho servicio, tales como su capacidad
generadora de residuos o la naturaleza de los residuos generados.
55
Si bien la diferenciación fiscal así realizada no debe ir más allá de lo
necesario para alcanzar dicho objetivo de financiación, es preciso señalar,
no obstante, que, en la materia y en el estado actual del Derecho
comunitario, las autoridades nacionales competentes disponen de un
amplio margen de apreciación por lo que se refiere a la determinación de
las modalidades de cálculo de semejante tasa.
56
Por lo tanto, incumbe al órgano jurisdiccional remitente comprobar,
basándose en los elementos de hecho y de Derecho que se le han
presentado, si la tasa sobre los residuos de que se trata en el litigio
principal lleva a imputar a determinados «poseedores», en el caso de
autos los establecimientos hoteleros, unos costes manifiestamente
desproporcionados respecto de los volúmenes o de la naturaleza de los
residuos que pueden generar.
57
Habida cuenta de todo lo anterior, procede responder a la cuestión
planteada que el artículo 15, letra a), de la Directiva 2006/12 debe
interpretarse en el sentido de que, en el estado actual del Derecho
comunitario, no se opone a una normativa nacional que establece, a
efectos de la financiación de un servicio de gestión y eliminación de
residuos urbanos, una tasa calculada sobre la base de una evaluación del
volumen de residuos generado por los usuarios de dicho servicio y no
sobre la base de la cantidad de residuos que realmente han generado y
entregado para su recogida. No obstante, incumbe al órgano jurisdiccional
remitente comprobar, basándose en los elementos de hecho y de
Derecho que se le han presentado, si la tasa sobre los residuos de que se
trata en el litigio principal lleva a imputar a determinados «poseedores»,
en el caso de autos los establecimientos hoteleros, unos costes
manifiestamente desproporcionados respecto de los volúmenes o de la
naturaleza de los residuos que pueden generar.
Costas
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Dado que el procedimiento tiene, para las partes del litigio principal, el
carácter de un incidente promovido ante el órgano jurisdiccional nacional,
corresponde a éste resolver sobre las costas. Los gastos efectuados por
quienes, no siendo partes del litigio principal, han presentado
observaciones ante el Tribunal de Justicia no pueden ser objeto de
reembolso.
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En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal de Justicia (Sala Segunda)
declara:
El artículo 15, letra a), de la Directiva 2006/12/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 5 de abril de 2006, relativa a los residuos,
debe interpretarse en el sentido de que, en el estado actual del
Derecho comunitario, no se opone a una normativa nacional que
establece, a efectos de la financiación de un servicio de gestión y
eliminación de residuos urbanos, una tasa calculada sobre la base
de una evaluación del volumen de residuos generado por los
usuarios de dicho servicio y no sobre la base de la cantidad de
residuos que realmente han generado y entregado para su recogida.
No obstante, incumbe al órgano jurisdiccional remitente comprobar,
basándose en los elementos de hecho y de Derecho que se le han
presentado, si la tasa para la eliminación de los residuos sólidos
urbanos internos de que se trata en el litigio principal lleva a imputar
a determinados «poseedores», en el caso de autos los
establecimientos
hoteleros,
unos
costes
manifiestamente
desproporcionados respecto de los volúmenes o de la naturaleza de
los residuos que pueden generar.
Firmas
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