Anexo 1.7. Competencias profesionales, conductas y actitudes. En la estructura de las competencias profesionales, están la personalidad y las habilidades, figura I.1 del anexo 1.4. En la estructura de la personalidad encontramos las conductas, estas a su vez están conformadas por las actitudes y los estilos de la comunicación, figura I.3 del anexo 1.6 Es nuestro interés tratar a continuación de forma muy breve, las actitudes, como parte de las competencias profesionales. Características y estructura de la personalidad. En las bases neurofisiológicas de la personalidad, se encuentran estructuras neuronales y mecanismos cerebrales que sistemáticamente almacenan energías psicológicas de carácter potencial, que crecen hasta alcanzar cierto nivel, y luego se disipan en acciones, con la intervención de los mecanismos de regulación, a través de sentimientos de satisfacción para los individuos, dando lugar a acciones ante los estímulos internos o del exterior. Las “conductas”de los seres humanos son la exteriorización de las energías psicológicas potenciales, con el control del pensamiento, y patrones o esquemas relativamente estables en el tiempo, que guían los movimientos y acciones. Constituyen las formas de disipación de las energías psicológicas potenciales de la mente humana, indispensables para el intercambio con el medio, o lo que es lo mismo vivir o existir, al igual que la respiración, la circulación, la digestión, etc. Atendiendo a las funciones del sujeto, se dividen en dos categorías, las reguladoras de las funciones corporales de primera prioridad para el sostenimiento de la vida, tales como el control de temperatura, la eliminación de desechos, la ingestión de comidas y líquidos, el consumo de sal y azúcar, etc. y se desarrollan por actuaciones involuntarias llamadas instintos o actos reflejos; y las de segunda prioridad, o para el sostenimiento de la vida de la personalidad, entre otras, la curiosidad, la lectura, la agresión, la conducta sexual, las preferencias de alimentos, etc. Las conductas conforman la estructura de la personalidad y se caracterizan por las actitudes de comportamiento del individuo, en su relación con el entorno y los demás seres vivos. Las “actitudes”, son la expresión individualizada de los principios de la estructura de la personalidad y los estilos de comunicación, que caracterizan al individuo, y determinan la posibilidad de alcanzar los fines y objetivos de su actividad. Los “principios” son esquemas de generalización que guían los movimientos o acciones de las personas, ante los estímulos del entorno y conforman las actitudes. Los principios positivos o valores de la personalidad, son los que facilitan la conformación de actitudes correctas y asertivas, en las funciones reguladoras y autorreguladoras de la personalidad. Ejemplo de un valor es la puntualidad. Los principios negativos o antivalores, son los que obstaculizan la conformación de actitudes asertivas y correctas, en las funciones reguladoras y autorreguladoras de la personalidad. Ejemplo de un antivalor es la impuntualidad. Las actitudes determinan el carácter exitoso o no de la personalidad, por ejemplo dos ingenieros pueden presentar habilidades profesionales similares, al igual que valores tales como responsabilidad, puntualidad, disciplina, etc. pero diferencias en su organización, en los estilos de comunicación y otros principios de su personalidad pueden hacer, que uno sea muy competente y logre un buen “desenvolvimiento profesional” y el otro no. No siempre el estudiante de mejores resultados académicos durante su vida universitaria es el más exitoso en la vida laboral. Conducta asertiva, es aquella que es “correcta” y permite alcanzar los fines y objetivos propuestos, garantizando la armonía en la estructura psicológica de la personalidad. Además de las actitudes, los valores y antivalores, involucra las “habilidades. Conducta correcta: “Todas las conductas de los seres humanos son correctas, excepto aquellas que perjudiquen o limiten el ecosistema de la naturaleza, o la armonía entre estabilidad y desarrollo de ellos mismos o de otros sujetos, y generen contradicciones antagónicas o estados patológicos de la personalidad”. Es conveniente destacar que estabilidad y desarrollo son aspectos contradictorios y casi antagónicos, y es necesario encontrar el punto óptimo, para garantizar la integridad en la configuración psicológica de la personalidad. La estabilidad no debe ser motivo que impida alcanzar habilidades y competencias profesionales, pero el desarrollo mediante el proceso docente educativo, no puede llegar a perjudicar la salud y la integridad de la personalidad. Por ejemplo una conducta generadora de paz, garantiza un ambiente de paz, el cual es un estado en el que predomina la estabilidad y ausencia de contradicciones para que sea posible, y exige de dos actitudes indispensables, “respeto y tolerancia”, respeto a los derechos, a la cultura, a las costumbres, etc., y tolerancia a los errores y equivocaciones de otros seres humanos, y valores, algunos de los más necesarios se presentan en la siguiente tabla I.2, sin que sean los únicos. Tabla I.2. Elementos de una conducta generadora de paz. Conducta generadora de paz Actitud respetuosa Actitud tolerante Derechos Derechos Cultura Cultura Costumbres Costumbres Aciertos Errores o equivocaciones Justicia Injusticia Legalidad Corrupción Honestidad Deshonestidad Acción Legal Impunidad Integración Desintegración Otros Otros ? Pero surge la interrogante, ¿hasta donde es adecuado y posible vivir en un régimen de paz?, en el que un individuo respete todas las acciones de los demás, y tolere todas las intervenciones de estos, en su campo de actuación y de principios. “La paz” es el estado ideal y adecuado solo para específicos períodos de tiempo, en los cuales la estabilidad y ausencia de contradicciones es conveniente para la recuperación de las energías psicológicas, o la espera de condiciones adecuadas para la actividad. En la vida profesional, la mayor parte del tiempo es imposible desarrollarla en un ambiente de paz, generalmente predominan contradicciones entre los sistemas de referencias en conocimientos habilidades y actitudes históricos, y los nuevos impuestos por el desarrollo científico tecnológico. Más conveniente y posible es una “conducta generadora de armonía”, “la armonía” es un estado que garantiza coexistencia y estabilidad relativa, con la solución de las contradicciones en el marco del sistema de la personalidad y en función del crecimiento humano, sin presencia de antagonismos; también exige como mínimo de dos actitudes indispensables, “respeto y transigencia”, respeto a los derechos, a la cultura, a las costumbres, etc., y transigencia a los errores y equivocaciones de uno mismo o de los otros seres humanos; pero sin traspasar límites tolerables para la dignidad de las personas, marcados sobre todo por las buenas intenciones y la justeza de las acciones, y en función de alcanzar los objetivos de la actividad. Los valores involucrados en la armonía, los cuales se muestran en la tabla I.3, son similares a los de la paz, regulados por un denominador común que pudiera ser la dignidad personal. Tabla I.3. Elementos de una conducta generadora de armonía. Conducta generadora de armonía Actitud respetuosa Actitud tolerante Derechos Derechos D Cultura Cultura I Costumbres Costumbres G Aciertos Errores o equivocaciones N Justicia Injusticia I Legalidad Corrupción D Honestidad Deshonestidad A Acción Legal Impunidad D Integración Desintegración Otros Otros La paz es un estado de estabilidad ideal que limita en cierta medida el crecimiento, por la no solución de las contradicciones, y solo es conveniente para etapas específicas de la vida, pues obstaculiza el desarrollo de la personalidad. “La armonía” sin embargo es indispensable en cada instante de la existencia de la personalidad, para que todas las contradicciones se resuelvan dentro del marco de la misma, y no llegue a existir el antagonismo, o generarse estados patológicos. El principio de la solución armónica de las soluciones, plantea que toda contradicción tiene tres posibles vías de solución armónica como se muestra en la tabla I.4. una individual, otras en de una segunda persona y la tercera en el tiempo. Y orienta que si es la primera actúe, en la segunda comparta el problema, o déjeselo al tiempo, pero nunca se permita caer en la indecisión y la incertidumbre. Tabla I.4. Armonía y contradicciones Fases de solución armónica de contradicciones Posible solución ¿Qué hacer? No. Individual Actúe 1. Compartida Consulte. 2. En el tiempo Espere 3. Nunca Incertidumbre e indecisión. En el desarrollo y crecimiento profesional, inevitablemente surgen contradicciones, entre los sistema de referencias antiguos y los nuevos, en caso contrario no hay ni transformaciones ni desarrollo de la personalidad, por tanto solo es posible aspirar a vivir en armonía, en un marco de principios positivos, entre otros la coherencia, la honestidad, la exigencia, la justeza, la transigencia, la buena voluntad, Etc. Pero la armonía no es alcanzable en todos los casos, cuando los motivos objetivos o principios de un elemento, no esta al menos en un mínimo de concordancia con los del resto del sistema en el cual se encuentra, entonces surge un estado de “antagonismo”, cuya única solución es la extracción del elemento antagónico, o la transformación o destrucción del sistema.