Cinco mujeres en la vida de un hombre; Ramón Acín

Anuncio
I. Tema y argumento.........................................Pág. 2
II. Estructura novelesca. El papel del narrador............Pág. 6
III. Tiempo histórico y tiempo narrativo...................Pág. 8
IV. Psicología de los personajes.............................Pág. 13
V. Lenguaje y estilo...........................................Pág. 19
VI. Actividad creativa........................................Pág. 23
Deberíamos atender, en primer lugar, al título, Cinco mujeres en la vida de un hombre, en el cual se nos
aclaran los datos suficientes para suponer que el tema por excelencia es el amor. Seguidamente, al principio
de cada episodio, se nos introduce un poema sobre el amor hacia la mujer.
Es cierto que el libro está narrado en forma autobiográfica de diferentes etapas de la vida de Mané −el
protagonista−. En cada una de esas cinco etapas −que coincidirían con la niñez, la adolescencia, los 40 años,
los 50 años y la vejez− hubo una mujer; atraídas por el protagonista de diferente manera. Ahora, vamos a
comentar estas mujeres:
En la primera, Claudine, sería una relación un poco de broma, ya que la vio una vez desnuda cuando tenía
unos 9 años, lo que ocasionó una atracción efímera, como la que puedan tener un chico y una chica de 4 años
que digan somos novios.
La segunda, Giselda, fue un amor de adolescente (16−18 años), el cual parecía que iba a ser más serio, que
estaban muy enamorados, que tenían muchas cosas en común,... A pesar de todo, estos amores de adolescente
son efímeros, y al madurar, fue Giselda quien se dio cuenta de que esa relación no llevaba a ninguna parte, por
eso decidió abandonar al protagonista.
La tercera novia, Pilar, ya es una novia seria; de esas en las que la relación empieza sobre los 20 o los 25 años.
Ella sentía bastante cariño hacia él y eran muy felices ambos. Acabaron casándose y tuvieron un hijo y dos
hijas −los cuales el autor no nos cita sus nombres, desconocemos el porqué− y eran muy felices; hasta que un
día, Pilar decide divorciarse no sabemos por qué; si infidelidad por parte Mané, o que ella tenía un amante
secreto y decide cortar con su marido, o porque se cansó de vida amorosa y se quiso meter a monja. Lo que sí
que sabemos fue que el protagonista intentó volver con ella y le salió el tiro por la culata, lo que nos hace
suponer que podía tener algún que otro amante.
La cuarta novia se llamaba Ursulita. La conoció cuando ya tendría unos 55 años, para contrarrestar la falta de
amor que le había dejado Pilar. Ursulita, tenía veinte años menos que el protagonista, y la conoció en un
centro comercial; lo que podríamos decir que fue otro amor a primera vista, lo que nos dice que esa relación
no tendrá mucho éxito. Sí, es cierto que Ursulita se aprovechaba de nuestro protagonista y que lo quería sólo y
exclusivamente para el sexo. Esa es la razón por la que Mané decide acabar con esa relación.
La última mujer, Elena, es ese amor platónico que nunca llegó a la vida del protagonista. Ésta es, por así
decirlo su alma gemela que no tiene ni comparación con las otras. Se conocen cuando él era anciano y ella
madurita; él tendría unos 65 años y ella unos 48, pero a pesar de eso, tenían rasgos en común. Por lo visto a
ésta llega a quererla más que a ninguna de las anteriores. A pesar de todo, acabaron separados, y una semana
después, la muerte sorprende a Elena; y produce una cicatriz más honda en el protagonista que la producida
por la ausencia de las otras cuatro mujeres. En verdad, le produce una obsesión que el médico se la intenta
1
curar con un viaje a la playa; pero no funcionaba, ya que confunde a una camarera con Elena; suponemos que
deliraba.
A pesar de todo, el amor no es el único tema que hay en el libro; pues es cierto que aparecen otros subtemas,
lógicamente no tan importantes como el del amor. Esto lo cito, ya que los subtemas girarían alrededor del
tema del amor. Por así decirlo, el amor sería el núcleo de la historia y los subtemas −la muerte, el desamor, la
religión, las manifestaciones, el régimen franquista, Aragón,− serían los planetas que girarían alrededor del
Sol, es decir, del amor.
En primer lugar cabe destacar un subtema importante en el comienzo de la novela. Estaríamos hablando de la
religión. Nuestro protagonista quería ser cura y le hacía muchísima ilusión, al igual que a su abuela. Esa
esperanza se evaporó, cuando un fraile le hizo un examen y le salieron los resultados no aptos. Eso animó a su
abuelo, que al contrario que su abuela, éste, era republicano, y le enseñó a no creer en Dios. También fue
importante el subtema religioso cuando se enamoró de Giselda, ya que una de las razones de que se
enamoraron, fue debido a que él quería ser cura y ella monja. Por lo demás, el subtema religioso no aparece
más en el resto de la novela.
En cuanto a la muerte es otro de los subtemas a destacar. Se nota sobre todo en Elena, que deja un gran vacío
en el corazón del protagonista después de su muerte. Otro de sus amores, y más bien primerizos, fue Giselda
que también muere. Dejando atrás sus pérdidas amorosas, Mané, pierde a sus abuelos, seguramente padres
para él ya que no se nombran sus progenitores.
En tercer lugar el desamor ocuparía una parte importante en el libro. Giselda es una de las cinco mujeres junto
a Pilar, que abandonan a nuestro protagonista. En ambos casos, ambas le llegaron de golpe, se le presentan en
su vida como de manera inesperada, y desaparecen de su ella en un pestañeo, causando en él, una herida que
tardaría en sanarse.
El régimen político, tanto franquista, como de la UCD, provocaron revueltas en el protagonista. Todo empezó
cuando viajó con su abuelo en autobús a Huesca. Por la carretera, se encontraron con la Guardia civil y su
abuelo demostró todo su odio y protesta contra Franco y su régimen. En los años 60−70 el régimen franquista
llegaba a su final, y el comienzo de la democracia de la UCD, provocaron numerosas manifestaciones, todas
ellas sin consentimiento político, lo que daba lugar a enfrentamientos entre los manifestantes y los grises o los
maderos. El protagonista, tenía un ideal izquierdista, lo que hizo que se encarase contra los policías.
En cuanto al subtema regional, que habla de Aragón, nombra y comenta de manera breve algunos lugares
(pueblos y ciudades) de la Comunidad autónoma de Aragón, como Zaragoza, Huesca, Biescas, Monrepós,
Fanlo,...
Como ya hemos ido comentando, es un libro basado en la vida del protagonista, siempre unida a una mujer y
su amor, que en algunas ocasiones le provoca un terrible sufrimiento. Su primera mujer, o más bien niña, le
inicia en su largo camino de la vida amorosa. La segunda, más seria, donde descubre los placeres del amor. La
tercera, ya una mujer, que le da hijos, felicidad, un amor en el que confiar, aunque también una dolorosa
separación. Su cuarto amor, una jovencita, que le hace recordar los placeres del sexo. Su última dama fue un
amor platónico y con triste final.
La novela está dividida en cinco episodios; equivalentes cada uno de ellos a una mujer, es decir, a una época
de su vida. Cada episodio esta constituido por un fragmento, que se encuentra en la página inicial −en la que
se nos citará el nombre de la mujer− de un texto referido a las mujeres que dice lo más significativo de cada
una de ellas. En el interior de cada episodio, encontramos varios capítulos, cada uno con títulos diferentes
(excepto en el de Pilar, que no tienen nombre), que de alguna manera, indican la etapa de esa relación.
• URSULITA: Todavía las mujeres de vivos colores pasean por allí. Transitan sonrientes por la blanca
2
penumbra: todo puede suceder en la calle. Cesare Pavese. Paesaggio IV. (Pág. 99)
El narrador tiene un papel como protagonista; está escrita de forma autobiográfica, aunque el autor no sea el
personaje de la obra. Para compararlo, podemos poner como ejemplo al Lazarillo de Tormes, en el que al no
tener autor, Lázaro podría ser perfectamente el protagonista y el autor. Se observa claramente como el escritor
no encaja con Mané, a pesar de que el relato esté escrito en primera persona. Como es lógico también utiliza
la tercera persona para referirse a otros personajes.
• Ahora, en cambio el capitán está como yo divorciado, separado y solo.(Pág. 80).
• Unos estúpidos eso éramos. (Pág. 53).
• Elena fuese poco agraciada, enclenque o desbarajustada. (Pág.130).
• Caludine recogía cachivaches inservibles, serones, aperos (Pág.28).
• Elena empezó siendo un arrimo (Pág. 126).
• Recuerdo cómo discutíamos. (Pág. 68).
El narrador parece como si fuera un personaje dramático, en las que suceden aventuras amorosas que acaban
en un final trágico. Parece como si el destino le gastase una broma macabra, que le condenase a fracasar en
todos sus intentos amorosos. Todo o casi todo se relata en un tiempo pasado. Realiza un in media res.
Recuerda con nostalgia y añoranza, a todas esas mujeres, que han marcado su vida, aunque acepta los hechos
con resignación.
• El mismo jardín imposible que, ahora, reposa bajo tierra y que yo sigo deseando [] Elena ha muerto y
su recuerdo, sin extinguir a Dios gracias, persiste. Desde entonces, hará ya una semana, no veo día
bueno. (Pág. 142).
• A Claudine la recuerdo cariñosa y bella. Olía siempre a jabón. (Pág. 29).
• Giselda ha muerto. Su ausencia me aviva el recuerdo. La tristeza del recuerdo. (Pág. 43).
• He querido a Pilar (−Te quiero, Pilar, te quiero, de verdad−, se lo he dicho tantas y tantas veces),
aunque las palabras no me hallan ayudado a apuntalar el amor que le he profesado. (Pág. 97).
• Pero por mucho que él lo afirme, Elena no está muerta. Mi Giselda, ni Pilar, ni Claudine, ni Ursulita.
Las tengo aquí, en mi habitación, encerradas. Cada una en su rincón. (Pág. 158).
La novela está escrita al final de su vida, lo que no significa que muera en el relato. Son muchas las
peripecias, los disgustos, las alegrías, los desengaños que pasa junto a sus mujeres. Se distinguen varias
épocas a lo largo de su vida que marcan un antes y un después:
La infancia: aparece en la primera mujer. Con Claudine, experimenta el amor. Además, se cita que aún vivían
sus abuelos, lo que nos asegura que aún estaba en la época de la niñez. En este periodo de tiempo, el
franquismo era muy reciente y sometía políticamente al país. Se observa claramente cuando en el viaje a
Huesca, el autobús en el que viajaban es detenido por la guardia civil. Es un periodo de tiempo en el que
nuestro personaje se empieza a hacer paso por el camino de la vida, que enseguida se ve interrumpido por el
amor.
• Resultó muy divertido ver cómo, cuando el conductor gritaba −¡Guardia civil!−, todos encogían sus
cuerpos, amontonándose, para conformar de nuevo un pasillo diáfano hasta que el conductor o el
cobrador daba por desaparecido el ominoso peligro de la autoridad (Pág.34).
• A Claudine la recuerdo cariñosa y bella. Olía siempre a jabón, a, fresca fragancia de hierbas.
(Pág.29).
La adolescencia abarca el tiempo que equivaldría a la relación con Giselda. Es una relación propia de
adolescentes, más seria, siendo Giselda quien acabe con todo. Históricamente hablando, suponemos que el
franquismo sigue presente, debido al poco transcurso del tiempo que hay desde su niñez hasta este tiempo. Tal
y como dictaba el régimen, la religión era obligatoria y muy bien vista, y eran muchas las familias que
3
esperaban tener un hijo sacerdote.
• Giselda quería ser monja. Monja de clausura.(Pág.46).
• Nada mejor que un corazón ardiente bajo los hábitos de monja.(Pág. 48).
• Y de tanto en tanto, me inundaba con el relato o el recitado de fragmentos, para mí siempre
inacabables. Los Milagros de Nuestra Señora, Los Loores de Nuestra Señora y Vida de Santa Oria, de
Gonzalo de Berceo.(Pág. 64).
Con Pilar, la edad del protagonista estaría comprendida sobre los veintidós años cuando la conoció, y sobre
los cuarenta y cuatro cuando se divorciaron. Es un matrimonio con hijos, y con un suegro guardia civil, muy a
favor de la extrema derecha. Esta época nos muestra el final del franquismo y el comienzo de la democracia
con la UCD (Unión de Centro Democrático) de Adolfo Suárez. En esta época, las manifestaciones y los
enfrentamientos contra la policía, que eran reprimidos violentamente. Las canciones protesta en catalán, eran
símbolo de contradicción del franquismo y de su represión por el euskera y el catalán. Era el final, y el
comienzo de una nueva época.
• Ella es mi pasado, lo más grato de mi ciudad, y hasta mi vida. Y, además, es la madre de mis hijos.
Inevitable. Tres. (Pág.75).
• Hablábamos de progreso, de solidaridad, de honradez, de una misma comunión para todos.Al vent,
la cara al vent, al vent del poble. (Pág.77).
• Todo mientras encendía la última mecha y me prestaba para lanzar el último cóctel. [] Me llamaban
el gaucho boleador enmascarado. Un Zorro moderno, vamos. Por el tango, una cosa, y por los
lanzamientos de cócteles, la otra [] Pilar mis machadas con gozo. Nunca participó de verdad en una
manifestación. (Pág.84).
• Tiene cojones la cosa, después del infierno que me hizo pasar −O te pudres en una cárcel, te lo juro.
O te haces cargo de lo que venga, como que soy capitán de la benemérita Guardia civil. (Pág.81).
Es ya bien entrada su madurez, cuando Ursulita aparece en su vida, salvándolo así de años de sequía que le
habían convertido en un mirón, por lo que no hacía otra cosa que mirar a las señoras que deambulaban por el
centro comercial. Se conocen a finales de los años ochenta y a principios de los noventa, una época marcada
por la democracia del PSOE de Felipe González, que hace años que dejo atrás al franquismo, ese régimen
producta de la Guerra Civil española y que solo había triado desgracias a nuestro país.
• −No le da vergüenza mirar así viejo verde−.Aquello fue enfermizo. Oteo, ojeo, curiosear, inspección
e intento de cata. Oteo, ojeoDe la mañana a la noche.(Pág. 104).
• Ursulita curo me enfermedad. Ya no soy un mirón compulsivo. Ahora al menos sé disimularlo. (Pág.
119).
La última etapa del libro estaría comprendida en la senilidad del protagonista. Históricamente hablando, la
edad estaría comprendida en la década de los noventa, marcada por el final del gobierno liberal de Felipe
González, y el comienzo del gobierno conservador de José María Aznar. Elena era una mujer que tenía unos
dieciocho años menos que él, y que fue, sin duda, la mujer que le devolvió a la vida, tras todas esas mujeres
que le habían más pena que gloria. No obstante, lo abandona y ella, muere días después.
• Elena nunca dejó de adelantarse a mis pasos. En todo cuanto yo pudiera pensar o planear, siempre
estuvo delante de mí. Sabiendo mis reacciones. Tenía el don de la adivinación. O tal vez, había
estudiado mi forma de ser y jugaba conmigo. No se parecía ni a Giselda ni a Pilar −Claudine fue
otra cosa y Ursulita apenas cuenta−. (Pág.139).
• Cuando murió Elena, ya llevábamos un tiempo separados, viéndonos de tanto en tanto, sin pasar
jamás a mayores. (Pág.146).
• Debo admitirlo: Elena era mi paisaje, mi jardín sin límites donde, a lo lejos, estaban también sus
compañeras de viaje, Claudine, Giselda o Pilar. Tal vez incluso Ursulita. (Pág.147).
4
El protagonista, suponemos que se debía llamar Mané, debido a que su abuelo y Giselda lo llaman así en el
comienzo de la novela. Al principio tenía un ideal conservador y religioso, bien es sabido que de pequeño
quería ser cura, le apasionaba el latín y la religión, y una de sus aficiones era dar sermones a cajas de galletas
en el salón de su abuela. Pero este personaje fue poco a poco evolucionando, y con él sus ideales. Todo
comenzó cuando aquel fraile le dijo que no era apto para ser sacerdote; lo que implica que su abuela se
entristezca. Es su abuelo, quien toma el relevo y le muestra sus ideales republicanos que despiertan en el
protagonista un nuevo camino. Al principio no sentía atracción por ninguna mujer, normal en un chico de su
edad −recordamos también que los curas deben guardar el celibato− sin embargo, cuando conoció a Claudine,
todo cambió, y esa abstinencia se transformó radicalmente al verla. A pesar de todo el ideal religioso se
mantenía, por lo menos hasta el amor con su segunda mujer −Giselda−, con quien se identifica en aspectos
religiosos. Aun así, ni él ni ella, guardaban el celibato, renunciando de alguna manera, a sus ideales
eclesiásticos. Este ideal se esfumó definitivamente tras el abandono por parte ésta. En la época en la que
conoce a Pilar, sus pensamientos son totalmente izquierdistas, aprendidos de su abuelo. A pesar de la presión
que puede recibir de su suegro, totalmente fascista. Sus dos siguientes amores, no suscitan en él ningún ideal
más que el amor. Sus sentimientos amorosos, se convierten en algo necesario en estas épocas; su atracción
hacia Giselda fue por el físico, por sus aficiones, sus gustos,; sin embargo, fue la voz y el físico lo que le
atrajo hacia Pilar. Cuando se divorcian, él se convierte en un hombre débil totalmente afectado y
desilusionado por las mujeres. Es entonces, cuando se produce la relación con Ursulita, que le hace recordar y
revivir los momentos más agradables del amor. Sin embargo, esta relación sólo y exclusivamente sexual llega
a su fin cuando éste decide abandonarla. Llama la atención que sea la única mujer que abandona el
protagonista por sí mismo. Cuando llegó el amor con Elena, se convirtió en un hombre más normal, que no se
iba al centro comercial a verles el trasero a las chicas jóvenes, es decir, que ya no era viejo verde. Cuando ésta
se murió, se volvió medio loco y deliraba constantemente. Fue la mujer que le hizo sentir de veras qué es el
amor y, sin duda, fue la más amada por parte de Mané. Aun así, a pesar de todo, después de todo lo que le han
hecho sus mujeres, no llegó a sentir un resentimiento hacia ellas.
• Cuanto más lograba unir sueño y disfrute, más fuerte se presentaba el sentir de mi vocación. Sucedía
siempre que imitaba celebraciones de misas con galletas maría, una caja de zapatos como sagrario y
un vaso de latón. (Pág.16).
• Giselda había querido ser monja. Monja de clausura [] le estuve hablando de mi quimera sacerdotal
y de mi abuelo. [] Observa, curita, párate a pensar: estás fornicando con una monja de clausura
(Págs. 46−47).
• −Tú, bolchevique de mierda, no me vas a deshonrar−. (Pág. 80).
• A mi edad, me había convertido en un mirón. Un mirón pacífico, es verdad, pero mirón a fin de
cuentas (Pág.103).
• Claudine me vio, y con una sonrisa ancha de Mona Lisa [] Yo buscaba en los juegos de memorización
y en los trabalenguas su desaparición. O el recitado de alineaciones del Bilbao, del Madrid o del
Barcelona. Pero entre ellas se coló una tan hartamente significativa como inexistente:
Teresa−Ponte−Braga−Verde−Chuzo−Duro−Murillo−Pinto−Losco−Jones−DelSol.Estaba mudando
(Pág. 32).
• Aunque así lo parezca, jamás he sentido odio hacia las mujeres. (Pág.101).
Las cinco mujeres equivaldrían a cinco grupos sociales diferentes. Una pija, una monja que no guardaba el
celibato, una niña inmadura, una ligerilla y una mujer normal.
En el caso de Claudine, la niña, es un personaje infantil, que al igual que el protagonista comparte una
inmadurez propia de la edad. Era amable y se comportaba muy bien con él. En el libro aparece muy pocas
veces. Sólo la nombra cuando la vio desnuda y le rozó con sus pechos en la espalda. Eso hizo que Mané
5
empezase a sentir algo por las mujeres. La relación que tiene el protagonista con ella, es de amor infantil, un
amor efímero que según el protagonista a su edad, puede concluir en el infierno. En nuestra opinión, Claudine
no es uno de esos amores que se recuerden vivamente; es más bien el amor que inicia la atracción hacia las
mujeres en la vida de Mané. Simpatía es la reacción que nos produce esta niña inmadura.
• A Claudine la recuerdo cariñosa y bella. Olía siempre a jabón, a fresca fragancia de hierbas []
dormida, sus pechos se aplastaban contra mi espalda, blandos y calientes. (Pág. 29).
• Los sedosos pechos de Claudine se me aparecían a menudo, acrecentando cada día más el temor a
las llamas del infierno. (Pág. 31).
Giselda, la segunda, es una de las mujeres que ligan muy bien con los ideales religiosos de nuestro
protagonista. Quería ser monja, pero a pesar de todo, no cumple con los requisitos necesarios para convertirse
en una de ellas. Es en el caso de guardar el celibato, que lo infringe con Mané, llegando incluso a tener
relaciones sexuales. Es una mujer ya medio madura, que sabia lo que hacía y que en numerosa ocasiones se
cree más lista de lo que es. Le gustaba hablar idiomas extranjeros y sus gustos eran pares a los del
protagonista. No le gustaba para nada su nombre, soñaba con cambiárselo pues éste estaba sacado de un
culebrón que veía se abuela. Según nos explica tenía un físico excelente, de chica diez. Ella es la causante del
principio y fin de esa relación, ya más seria, propia de unos jóvenes adolescentes que se dejan guiar por los
sentimientos más salvajes. Su relación comienza de manera espontánea, y termina de la misma manera.
Cuando Giselda muere, el protagonista, vacío de interés, decide no acudir a su funeral como respuesta a su
abandono. La opinión que tenemos de Giselda no es muy buena, nos parece un poco falsa por su manera de
comportarse, y una de esas listillas. Nos produce una reacción de antipatía.
• Nunca adivine lo que habitaba dentro de aquellos pies, tobillos, piernas, empines [] recorría con
parsimonia su piel centímetro a centímetro, lamía los intersticios más recónditos e impensables la
sentía entera, toda entera (Págs. 54−55).
• Observa, curita, párate a pensar: estás fornicando con una monja de clausura (Págs. 46−47).
• Recuerdo como discutíamos. Sobre todo cuando Giselda quería llamarse María [] Había intentado el
cambio de nombre. (Pág. 68).
• Giselda hablaba y hablaba. Y entre tanto yo desfallecía y me consumía ansiando sus juegos, tan
personales de piernas abiertas. Ansiaba aquel permanecer abrazado tanto tiempo. Y también sus
despóticos you can come closer (Págs. 53−54).
Mané conoció a Pilar cuando él tendría unos veintidós años. Se enamoró locamente debido a su voz y a su
belleza física. Como nos da a entender era muy pija y, al contrario que Giselda, bastante boba. Se preocupaba
muchísimo por su físico y hablaba en un tono meloso y con un lenguaje jergal muy típico de esa clase social
adinerada. Pilar sentía una relación de un cariño infinito hacia el protagonista, que iba a ser todo para él, que
renunciaría a su vida si le diesen a elegir. Sin embargo, con el tiempo, se convierte en la pesadilla del mismo.
Como podemos ver en esta reflexión, podemos deducir que era una persona de falsos sentimientos. Llegaron a
tener un hijo y dos hijas, sin embargo, acabaron divorciados, siendo ella quien cortase por lo sano el
matrimonio. Cuando eran jóvenes, se querían mucho, pero a su padre, que era jefe de la Guardia Civil, odiaba
a su yerno, y provocaba un ambiente de miedo y desconfianza en la familia. Opinamos que esta mujer era una
chica excelente, pero demasiado boba y encaprichada con cosas de poca importancia. Nos despierta un
sentimiento de ñoñería y pijerío permanente.
• Pilar se marchó de mí con el mismo brío que había llegado. De golpe. (Pág. 88).
• Pilar llegó a mi vida con brío, queriendo hacer honor a su nombre: ser mi pilar, mi columna, mi todo
[] llegó a ser mi cruz, mi garrote, mi argolla, mi pesadilla. (Pág. 75).
• Pilar, aunque yo no lo viese al estar ciego por Ella, siempre tuvo ínfulas de pija [] Todavía lo es.
Pija, se entiende. A mí me mantenía. [] −soy snob, soy snob−. (Págs. 79,83).
• Cuando su padre, capitán de la guardia civil destinado en la sede del Gobierno Provincial de
Zaragoza, se enteró de lo nuestro, puesto al mando de la familia al completo, casi me monta un
6
consejo de guerra. [], recuerdo cómo él vociferaba y los demás, incluida mi Pilar, asentían babeando
de miedo. (Pág.79).
Ursulita, que así la llamaba Mané en su cuarta relación, era una joven de treinta y cinco años
aproximadamente. La causa de su relación era únicamente el sexo, todo giraba entorno a él. Hablaba más de
lo que debía hablar y era muy atractiva y ligerilla de ropa. Se conocieron en un centro comercial, donde el
protagonista husmeaba constantemente. Llama la atención que es la única mujer a la que Mané despacha de su
vida. Todo lo que pensamos de ella es que era una mujer despreciable y que utilizaba a los hombres
únicamente como juguetes sexuales. Nos produce impotencia y odio la manera de comportarse de esta mujer.
• Ursulita vino a mí por los corredores de un centro comercial, donde yo estaba oteando como hace el
buitre en busca de su carroña (Pág. 102).
• Ante mí ya no está Ursulita mi gatita, mi ratoncito, mi nena, mi bien, mi amor, mi reina, mi cariño, mi
vida... Tampoco estaba Úrsula, mi higo, mi sujetito, mi chochín, mi perra, mi zorrita, mi putón. Allí
solo quedaba la ilusión de un montón de días sin sentido (Pág. 118).
• Pero la vida nunca ha sido solo presente y cama. Intenté decírselo cuando nuestra unión no vicarial
perdía gas. Todo placer acaba desluciéndose con la rutina (Pág. 114).
Elena era una mujer de 48 años que conoció a Mané en un bar cuando bailaban un bolero. Éste ya era viejo,
pero a ella no le importaba. Esta mujer llama la atención porque era más cariñosa que cualquiera de sus otras
chicas; y aunque no tenía el físico de Giselda o de Pilar, tenía muy buen carácter. Esta mujer no se veía capaz
de llevar a cabo una relación exclusivamente amorosa, lo que hacía que prefiriese a sus amigas antes que al
protagonista. Aun así, ella era simpática y agradable, y provocó en el protagonista un amor platónico que no
se dio con ninguna de las otras cuatro mujeres. Esta relación, por parte de ella, sería más bien de amistad, no
de amor en todos los aspectos; pero aun así, eran muy felices. Sin embargo, acabaron separados. Junto con
Giselda, también se muere, dejando en la vida del protagonista, ese vacío que tanto ha vivido, aunque esta
falta amorosa fue distinta a las otras cuatro, llegó a sentir su pérdida muchísimo más que con ninguna otra. El
protagonista llegó a delirar por ella. Opinamos que era la mujer más apta para Mané, y que sabía comportarse
debidamente con su amante. Nuestra impresión sobre la quinta y última mujer, sería, por fin de amistad y
admiración; una opinión excelente.
• Elena fue, por el contrario, el diablo que me hizo bailar a su son. Mientras fue el deseo, su deseo, y
¿mi deseo? (Pág.124).
• Lo que sí importaba, es que Elena prefiriese antes a sus amigas que a mí. (Pág.125).
• He de confesarlo. Y lo hago de verdad. Elena fue mi jardín, un jardín sin límites durante unos
cuantos años. La linterna en la noche de mi edad madura. (Pág.127).
• La noche en la que nos conocimos, lo que sonó fue un bolero. Ahora pienso que demasiado dulzón.
(Pág. 134).
• Elena y yo nos amábamos entonces, nos amamos después y nos amaremos siempre. Aunque ella sea
ya un fiambre que me aguarda. (Pág.142).
El lenguaje que se utiliza en la obra es simple, con pocas dificultades, descriptivo e incluso en, algunos casos,
con marcas diastráticas vulgares por parte de algún protagonista. Son numerosos los estados de ánimo que
muestra el autor−narrador en su escritura: unas veces de felicidad; otras, de enfado; en ocasiones se muestra
más reflexivo; y siempre, su lenguaje se adecuará a sus estados emocionales. Esta actitud vital que toma en
diferentes ocasiones se ve determinada por cada una de las mujeres y por momentos de la obra aleatorios.
Normalmente, utiliza un lenguaje vulgar, pero a veces hace también uso de un lenguaje más estándar, incluso
con cultismos latinizantes, vocablos eclesiásticos, poéticos o en formas marcadamente de origen catalán.
También llaman la atención las expresiones malsonantes y otras propias del lenguaje jergal de los jóvenes. Sí,
es cierto que además de estos cambios de lenguaje aparecen interjecciones y muchas escalas ascendentes que
nos pueden mostrar a los lectores la exaltación, la sorpresa, la exageración, el placer, el dolor, y otros muchos
7
sentimientos.
• Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris,Requiescat in paceo Vanitas, vanitatum et
onmia vanitas. (Pág. 17).
• 'Pilar quemó .los engarces del pasado y los del futura, dejándome como estoy ahora: con el culo al
aire. O tirao por la vida de errante bohemio. (Pág. 86).
• No és això companys, no és això / pel que van morir tantes flors, / pel que vàrem plorar tants anhels...
/ No és això. (Pág. 78).
• Y tal vez por todo ello, acabábamos leyendo, muy de tarde en tarde, el Jardín de Venus de Félix
María de Samaniego, o entre otros, El arte de las putas, de Nicolás Fernández de Moratín. (Pág.
64−65).
• −Tu eres lo que siempre has sido. Solo eso− contesta− Y ¿qué he sido? ¡Eh! ¿Quieres
aclarármelo?− atacó pensando que puede rendirse porque el dinero, para bien o para mal, achanta
al más pintado.−Una mierda, un cagao, y un cabrón.(Pág. 92).
• Todos encogían sus cuerpos amontonándose para conformar de nuevo un pasillo diáfano hasta que el
conductor o el cobrador daba por desaparecido el ominoso peligro de la autoridad. (Pág. 34).
Centrándonos ya más pormenorizadamente en la componente lingüístico−estilística del relato, resultan muy
significativos de tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
. Aparecen frecuentemente diversas frases cortas, de dos o más palabras, que aparecen con signos de
puntuación entre unas y otras.
• (−¡Cabrón! ¿Nunca vas a aprender? Ponte algo, un cilicio, un tapón, un anillo, un apéndice,
¡Chúpatela! O, mejor, ¿Por qué no te la cortas?, ¿eh?, ¿eh? Córtatela y deja de darme la tabarra. A
este paso, voy a acabar siendo un añadido de tu polla−). (Pág.59).
• Dime lo que aborreces y te diré lo que careces. No, Ah, Sí, Por supuesto, Sí, Tal vez, No, respondo a
sus monólogos. (Pág.81).
• Piénselo. Incluso, en vida. La historia, mal que les pese a algunos, si se repite. Otra cosa, son los
protagonistas. Ésos, no. (Pág.98)
. La adjetivación es exhaustiva, roza el modernismo, formalizada en una enumeración continuada de epítetos
literarios.
• Como parecía jugara mujer virtuosas (pudica, taccita, fidelis, charitas, casta, honesta, sollicita, quieta
y humilis) (Pág. 132).
• Ante mí ya no está Ursulita mi gatita, mi ratoncito, mi nena, mi bien, mi amor, mi reina, mi cariño, mi
vida... Tampoco estaba Úrsula, mi higo, mi sujetito, mi chochín, mi perra, mi zorrita, mi putón. Allí
solo quedaba la ilusión de un montón de días sin sentido (Pág. 118).
. Las descripciones que se realizan el texto son tanto prosopográficas, de retrato, como etopéyicas.
• Pilar, aunque yo no lo viese, al estar ciego por Ella, siempre tuvo ínfulas de pija, era una pija
auténtica, pese a estar reconvertida momentáneamente en falsa obrera. Malo que un príncipe
descienda a las caballerizas. Todavía lo es. Pija, se entiende. A mí me mantenía.(Pág.79)
• Ni aún casado con esa chica que la acompaña, mejorará. Y no me estoy refiriendo a su físico. Ya
saben. Ellas, mis hijas, salieron a su madre. En todo. Muy monas y peripuestas. Lagartas, al fin y al
cabo. (Pág.75).
. Aparecen aragonesismos y localismos en algún caso.
• −Tú siempre jodiendo la marrana−. tendía a replicarle con sorna. A la mínima, mi abuelo se subía
8
por las paredes y le armaba la marimorena. Ésta ni le respondía, actuaba como quien oye llover y el
cabreo del abuelo subía enteros y más enteros hasta que se apagase de pronto. (Pág.22).
. Se hacen enumeraciones de sustantivos.
• Pero aunque sea brevísimo instante, sigue siendo chispa, relámpago, rayo, incendio, volcán,
terremoto, y también ceniza. (Pág.107).
. Son importantes las interjecciones y onomatopeyas.
• ¡Uh!, ¡aj!, ¡uf!, ¡ya!, ¡ya!, ¡oh!, ¡oh!, ¡muhuhh!, ¡schrupp!, ¡muah!, ¡muah!, ¡ummm!, ¡ay!, ¡oh!, ¡sí!,
¡ah!, ¡amor!, ¡ah! (Pág.55)
• Y otra nueva humillación para mí, siempre claudicante, lastimero, aullador (¡Guau!, ¡guau!,
¡guau!...) como un perro con el rabo entre las ingles. O como una simple hiena cobarde
(¡iiiiiihhhhhh!, ¡iiiiiiihhhhhhh!,), la muy borde. (Pág.59).
. Los tiempos y modos verbales utilizados, son prácticamente todos.
• Yo apenas había cumplido los diecisiete cuando apareció Giselda. (Pág.43).
• Elena estaba igual de resplandeciente que la primera vez. (Pág.134).
• Disfruto con su compañía. Tal vez, incluso, esté alcanzando la felicidad. (Pág.158).
• Como si no existiera. (Pág.150).
• Tanto que creí percibir, con claridad y durante algunos segundos. (Pág.18).
Todos estos recursos, pretenden evocar la realidad a través de imágenes sensoriales, así por ejemplo, podemos
saber su estado de ánimo, el contexto, nos permite introducirnos y ambientarnos de lleno en la piel del
protagonista.
EVA
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a un dios ante su altar
como yo te he querido, desengáñate,
así, no te querrán.
Gustavo Adolfo Bécquer.
I. ¡A la saca!
Me costó mucho tiempo y muchas botellas de whisky en el bar de Vicente, superar la muerte de Elena. El
mundo exterior era alegre, la alegría rebosaba en el bar cuando aquel 17 de marzo, Galletti marcó en la
prórroga el gol que llevó al Real Zaragoza a la victoria de la Copa del Rey frente al Real Madrid. Yo seguía
inmerso en mi mundo del etanol y de la resaca. La gente se reía, gozaba, todo era alegría, excepto para mí, que
todo era una depresión seguida de otra resaca y expulsión del contenido gástrico en medio de la calle,
mientras los jóvenes del botellón decían − Mira, ko, qué borracho está ese viejo−.
Harto de tanta tristeza, decidí jugar mi último as que tenía en la manga, así que esperé al día de San José para
dejar Zaragoza, que sólo me había traído desgracias, para irme a San Sebastián, a ver si conseguía sacarle algo
de dinero a los hijos del novio multimillonario de mi ex mujer, Iñaki Etxeberría, latifundista donostiarra que
9
se enamoró de mi ex mujer una vez que estábamos divorciados. Además, el cabrón de él tuvo con Pilar un
hijo, Julen, y una hija, Ane; aunque éstos hijastros, al contrario que los míos −que murieron por conducir de
noche una moto a 180 kilómetros por hora, en una carretera comarcal, sin casco y borrachos− siempre me
apoyaron; y me conseguían dinero, que le robaban a su padre, para dármelo a mí, no sé si por pena, o para
tenderme una trampa.
Julen, un poco gordito, pelirrojo, de constitución muy fuerte y muy astuto, fue como aquel hijo que nunca
tuve. Ane era alta, de ojos verdes, pelo negro y rizado, también daba la cara por mí; y aunque tenía un aspecto
de frágil señorita, tenía casi tanta fuerza como su hermano. Tuvo un montón de novios, pero a todos los
despachó de una bofetada morrocotuda cuando me decían,− a ver abuelete, vamos pa' l asilo− o se metían
conmigo ya sea por algún otro comentario parecido. Ane era abogada, y Julen juez, así que cambiaron el
testamento de Etxeberría a mi nombre, lo que me cedía un Ferrari, un yate de 50 metros, un chalet en
Marbella y una cantidad en metálico de, ¡tres millones de euros!, vamos que podría decirse que me tocó la
lotería, ¿no?
Ese día fue como un sueño, me paseé por la playa de la concha con Ane del brazo, iba con un puro en la boca,
mientras Julen y sus amigos y su novia jugaban en mi yate. Se me acercaron chicas que estaba buenísimas,
pero Julen me las espantaba diciendo una sandez y lanzando un eructo, y me decía: no hagas caso, Mané, estas
están detrás de ti por tu dinero. Hay que decir que el día de San José, se me apareció él en persona, con la
Virgen.
Esa tarde, recuerdo que fui a restregarle mis lujos a Pilar, mi ex mujer, estaba la pobre en un asilo, muy triste
y con un aspecto deprimente; y pensar que cuando nos conocimos era lo más pijo que te puedas encontrar.
Cuando me vio con un puro y con la chaqueta favorita de Etxeberría me dijo:
−¡Chorizo!, ¡y vosotros también!, ¡chorizos!, ¡ese dinero era mío y me lo robasteis, ladrones!
−Era, pretérito imperfecto de indicativo − contestó Julen
−¡Os odio a todos!, ¡sabía que no conseguiría nunca el amor de mis hijos!, ¿qué he hecho yo para que se me
rebelen mis hijos?, ¡si soy tan buena madre!, dijo llorando como una magdalena.
−¡Huy; o sea; cuida, que la pija, es mucha pija, que su marido el ricachón le ha comprado un modelito, que es
el último grito de París, y se le va a estropear!− dije yo con un tono lo más burlesco que se me pasó por la
cabeza.
−¡Te odio, mamón! Debería de haberle dicho a mi padre que disparara el gatillo cuando te apuntaba con la
pistola en los c− gritó Pilar
−Pero como no lo hizo, pues, se siente. Perdiste el primer premio. Caso cerrado− dijo Julen con burla.
En ese momento, Pilar soltó una palabrota tan fuerte, que asustó a todo el mundo que estaba en el asilo.
−Hala, Piluca, no chilles, que te sube la tensión; hala, vamos a tomarnos la leche, y, ¡A la cama!− decía la
enfermera mientras se la llevaba.
−¡No me llames Piluca, tonta del haba! −gritó Pilar−¡Por favor, Mané te lo suplico, perdóname; estaré a
dispuesta a morir contigo!− dijo con unos lagrimones gigantescos.
− Muy bonito, dije yo; me pones los cuernos, me dejas tirado en medio de la nada, me tratas como un pedazo
de basura, y encima te casas, ni corta ni perezosa.
10
− Perdóname, estaré dispuesta a volver contigo, para siempre− dijo hipando de la llorera que tenía encima.
− Ves lo que yo te decía, Mané; quiere tu dinero− me dijo Julen al oído.
−Estaré dispuesta a ser como joven, si casi no he perdido mi belleza, si tengo a todos los abuelos que me
silban, claro, como soy tan guapa, aunque no sé por qué los jóvenes no lo hacen; ¿verdad que te sube mi amor
hacia ti?− me dijo con una sonrisa de lo más profundo de su corazón
− ¡Mira lo que te subo yo!− le dije mientras le levanté el dedo corazón en señal de desprecio. Ella lo
contempló horrorizada, se quedó llorando mientras se la llevaba la enfermera. Esa fue la última vez que la vi.
Esperé a Semana Santa para irme de San Sebastián a Marbella en mi nuevo yate. Recuerdo que visité Bilbao,
Santander, Gijón, A Coruña, Pontevedra, Oporto, Lisboa, Faro y Cádiz antes de llegar a Marbella; y también
recuerdo que allí donde iba, siempre se me acercaba alguna chica, todas guapísimas; veni, vidi, vincit como
decían los romanos, pero recordaba la frase de Julen que me decía Están detrás de ti por tu dinero y esto hacía
que se me bajasen los humos.
II. Atracción fatal
Y llegué a Marbella, y me instalé allí en mi chalet con mi Ferrari y mi dinero. La vida es de otro color; tengo
lujos por todo, me paso la vida en el casino, las chicas me vienen a puñados, el Real Zaragoza no descendió, y
además ganó la Supercopa; vamos, que todo era jauja.
Por si fuera poco, me estoy enamorando de una chica rubia, de ojos azules, con un tipazo de top−model, que
más que andaluza parece sueca. No se si el consejo de Julen sería verdad, pero no voy a dejar pasar esta chica;
es guapa, cariñosa, amable, una voz de ángel, etc. etc. Es Afrodita en persona; creo que se llama Eva, lo malo
es que tiene 22 años.
Se nota que está cola da por mi; Eva, yo soy tu Adán.
Soy tan feliz.
III. La verdad al desnudo
Yo me pregunto; cómo pudo ser Mané tan imbécil de caer tan bajo. Resulta que aquella Afrodita llamada Eva,
tenía novio y sólo quería sacarle los cuartos. Estaría como un buitre diciendo muérete cabrón, muérete,
cabrón, hasta que se murió. Le dejó todo lo que tenía en su testamento; ¿y a Julen y a mi?, rien de rien.
Recuerdo que hace un mes, Julen fue a partirle la cara al novio de Eva y a ésta, a decirle cuatro palabritas
sobre su amorío con Mané; aunque le dio tal paliza que está en coma en el hospital, y no sabemos si saldrá
algún día de allí.
Yo, pues, estoy con mi madre, al fin y al cabo es toda la familia que me queda y toda la que le queda a ella; la
saqué del asilo y ahora vive conmigo. Ambas tenemos una relación madre−hija como nunca la hemos tenido.
Nos hemos perdonado, y cada vez que ella se acuerda de Mané y de lo que tuvo, le da una depresión, pero
afortunadamente yo estoy ahí para cuidarla.
Debería de ser menos agresiva con los hombres, eso sí, quien haga un comentario malo de mi madre se la
gana.
30
11
Descargar