Factores asociados al desarrollo de atopia en adultos j venes

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Sábado 12 Febrero 2000. Número 5- Volumen 114 p. 165 Originales
Factores asociados al desarrollo de atopia en adultos jóvenes
Xavier Cortèsa Joan B Sorianoa Jordi Sunyera Jesús Martínez-Moratallab Nerea Muniozgorenc José
Antonio Maldonadod Ramón Quiróse Josep Mª Antóf
aUnitat de Recerca Respiratòria i Ambiental. IMIM. Barcelona.
bUnidad de Neumología. Hospital General de Albacete.
cDirección General de Salud de Vizcaya. Bilbao.
dServicio de Neumología. Hospital General de Huelva.
eDirección de Salud Pública. Consejería de Sanidad de Asturias. Oviedo.
fUnitat de Recerca Respiratòria i Ambiental. IMIM. Barcelona.
Fundamento: Determinar los factores de riesgo para el desarrollo de atopia en adultos jóvenes españoles.
Población y métodos: Estudio de casos y controles sobre casos prevalentes basado en población general de
edades comprendidas entre 20 y 44 años. Fue estudiada una muestra aleatoria y representativa de los
adultos jóvenes españoles participantes en el European Community Respiratory Health Survey (ECRHS) (n =
16.884), a partir de la cual se seleccionó una submuestra también aleatoria del 20% de los sujetos, que
realizaron un cuestionario corto sobre síntomas respiratorios y a los cuales les fue evaluada la atopia.
Definimos atopia como la existencia de cifras detectables de IgE específica en suero contra los siguientes
aeroalergenos comunes: pelo de gato, Cladosporium herbarum, Dermathophagoides pteronyssinus,
Parietaria judaica y Phleum pratense.
Resultados: Además del sexo masculino y las edades tempranas, alergia materna (OR = 1,63; IC del 95% =
1,11-2,40), tener algún hermano alérgico (OR = 1,40; IC del 95% = 1,06-1,90) y un nivel educacional elevado
(OR = 1,69; IC del 95% = 1,22-2,34) se asociaron a la presencia de cifras elevadas de IgE específicas.
Además, tener hermanos mayores, especialmente si son varones, parece tener un efecto protector contra el
desarrollo de atopia, aunque no de forma estadísticamente significativa; igualmente, haber tenido un pájaro
en casa aumentaba el riesgo, aunque esta asociación tampoco fue significativa.
Conclusiones: Además de las variables familiares que indican tanto factores genéticos como ambientales, el
nivel educativo parece tener algún grado de asociación con la atopia, indicando que las variables
relacionadas con el estilo de vida intervienen de forma importante en su desarrollo.
Palabras clave: Atopia. Educación. Tamaño familiar. Infecciones respiratorias bajas.
Factors associated to the development of atopy in young Spanish adults
Background: To determine the risk factors for the development of atopy in Spanish young adults.
Subjets and methods: Case-control study over prevalent cases. Carried out in general population between the
ages of 20 to 44 years old. Spanish participants of the ECRHS, a ramdom representative sample of Spanish
young adults (n = 16,884), and a 20% randomised subsample made by those who answered to a short
respiratory questionnaire and had atopy assessed, was studied. Atopy was defined as having serum specific
IgE positivity to the following aeroallergnes: cat dander, Cladosporium herbarum, Dermatophagoides
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pteronyssinus, Parietaria judaica and Phleum pratense.
results: Several factors had a statistically significant effect. In addition to male gender and lower age, maternal
allergy (OR = 1.63; 95% CI = 1.11-2.40), having allergic siblings (OR = 1.40; 95% CI = 1.06-1.90) and a
higher educational level (OR = 1.69; 95% CI = 1.22-2.34) were associated with the presence of high levels of
specific IgE in our sample. Moreover, having had older siblings, especially older brothers appears to be a
protective factor to the development of atopy but not in a statistically significant way, while having had pet
birds during childhood appears to enhance the risk.
Conclusions: In addition to the familial variables that indicates both environmental and genetic factors,
educational level seems to have low degree of association with atopy; this feature shows that variables
related with life style are involved in atopy development.
Key words: Atopy. Education. Sibship. Lower respiratory illnesses.
Med Clin (Barc) 2000; 114: 165-168
Diversos estudios han demostrado un aumento generalizado del asma y de otros trastornos de base alérgica
a lo largo de las últimas décadas y varios de ellos sugieren un papel de la atopia como factor de
susceptibilidad común para este incremento, si bien la etiología del asma no está aún bien determinada1.
Paralelamente, existen datos, aunque escasos, acerca de un aumento generalizado de la prevalencia de
atopia2.
La identificación de la implicación de los linfocitos Th2 en la respuesta alérgica y su aparente estado de
equilibrio dinámico con la subpoblación de linfocitos Th1 ha llevado a hipotetizar sobre la influencia de
diversos factores ambientales en el comienzo de atopia3. El estilo de vida occidentalizado4-8, el nivel
socioeconómico9,10, las exposiciones ocupacionales11,12 o la polución doméstica (p. ej., ácaros del polvo,
calefacciones de gas, etc.)5,6 podrían estar involucrados en este incremento. Otros autores han sugerido
algunos factores protectores, como son un elevado tamaño familiar y el número de hermanos mayores13-17.
No se conoce aún el papel que desempeñan las infecciones respiratorias de vías bajas en la infancia
temprana18-25 o el hecho de tener animales domésticos durante la infancia o la edad adulta26-30 en el
desarrollo de los trastornos atópicos, ni cuál es la interacción entre las distintas variables.
En España, la prevalencia de asma y de rinitis alérgica es baja en comparación a la demostrada en otros
países, como el Reino Unido, Nueva Zelanda o los Estados Unidos, y dado que la exposición a factores
supuestame nte moduladores de atopia puede variar de un país a otro, resulta importante conocer cuáles son
los factores que se asocian a la presencia de atopia en la edad adulta en países con baja prevalencia.
El objetivo de este análisis, que forma parte del European Community Respiratory Health Survey (ECRHS),
es estimar el grado de asociación entre diversos factores y la presencia de atopia en una muestra de
población general de adultos españoles de edades comprendidas entre 20 y 44 años. Aunque el estudio
mide la presencia de atopia, ello puede orientar sobre el comienzo de la misma.
Población y métodos
Tanto el diseño como el protocolo del ECRHS han sido descritos con anterioridad31-33. Brevemente, se
obtuvo una muestra aleatoria (n = 16.884) procedente de la población general de entre 20 y 44 años de cinco
áreas españolas (Albacete, Barcelona, Galdakao, Huelva y Oviedo). En una primera etapa, los participantes
debían contestar a un cuestionario corto (siete preguntas) sobre síntomas respiratorios. En una segunda
etapa se contactó con una submuestra aleatoria del 20% que provenía de la muestra original (n = 3.310),
invitándoles a acudir a un hospital para contestar un cuestionario largo que incluía preguntas acerca del
hábito tabáquico, el tamaño familiar, los animales domésticos (mascotas), el asma y la alergia de los padres
y hermanos, rinitis alérgica, eccema (incluyendo los diversos tipos clínicos, atópicos y no atópicos) y las
infecciones de vías respiratorias bajas sufridas antes de los cinco años (sin especificar el agente infeccioso),
y llevar a cabo determinaciones de IgE específica en suero, pruebas de reactividad cutánea, espirometrías
forzadas y medició n de la reactividad bronquial mediante la prueba de broncoprovocación con metacolina.
La población incluida en el presente análisis corresponde a la muestra aleatoria del 20% procedente de la
muestra aleatoria original y que incluye a aquellos que finalizaron la segunda fase y que les fueron realizadas
pruebas de reactividad cutáneas (n = 1.311). Se llevó a cabo un análisis de casos y controles en un estudio
transversal, considerándose como casos (atópicos) los que presentaban cifras detectables de IgE específica
en suero, y controles los que no. Escogimos la determinación de IgE específica en suero como parámetro
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para valorar la atopia por tener mayor sensibilidad que las pruebas de reactividad cutáneas.
Las determinaciones de las cifras de IgE específica en suero fueron consideradas positivas cuando
superaban las 0,35 kU/l mediante el sistema CAP (Pharmacia, Uppsala, Suecia), para uno o más de los
siguientes alergenos: pelo de gato, Cladosporium herbarum, Dermatophagoides pteronyssinus, Parietaria
judaica y Phleum pratense.
Las comisiones de ética e investigación clínica de cada centro participante aprobaron el estudio y los
participantes dieron su consentimiento informado por escrito.
La asociación de la presencia de atopia con las variables de estudio (p. ej., antecedentes familiares) se ha
medido con la estimación por máxima verosimilitud de la odds ratio mediante un análisis de regresión
logística. Para ajustar la asociación de la atopia con una variable explicativa por una tercera variable se ha
utilizado la regresión logística múltiple. Para estimar todas las variables que se asociaban de manera
independiente con la atopia se ha construido un modelo de regresión logística múltiple que sólo incluía
aquellas variables que mantenían una asociación estadísticamente significativa (p < 0,05). Todos los análisis
estadísticos, incluyendo los modelos de regresión logística y el cálculo de las odds ratio (OR), brutas y
ajustadas por edad y sexo, fueron realizados mediante STATA. Un valor de p menor de 0,05 fue considerado
el límite para la significación estadística, y todas las pruebas de significación fueron bilaterales.
Resultados
La tabla 1 presenta las características clínicas y demográficas de los participantes. La prevalencia de atopia
fue del 31,4% (412 de 1.311 sujetos), la de rinitis alérgica autorreportada del 17,5% (229 sujetos) y la de
eccema fue del 31,2% (409 sujetos).
Para determinar la asociación entre la variable atopia y diversos factores de riesgo, tanto conocidos como
sospechados, se realizaron modelos de regresión logística, siendo atopia la variable dependiente. La tabla 2
presenta las OR, brutas y después de haber ajustado por edad y sexo. Se observó una asociación
significativa entre atopia y las siguientes variables: edad, sexo masculino, nivel educacional elevado, alergia
materna, alergia y asma en los hermanos e infecciones de vías bajas respiratorias aun después de haber
ajustado por edad y sexo, y haber tenido un pájaro como animal doméstico durante la infancia, sólo antes de
ajustar. Aunque sin ser estadísticamente significativa, parece haber una asociación inversa entre número
creciente de hermanos totales mayores, particularmente varones, y concentración de IgE específica en
suero. No se observó ninguna asociación e ntre la variable dependiente y las siguientes: alergia o asma
paterna, asma materna, hábito tabáquico, tamaño familiar (suma de hermanos mayores y menores) o haber
tenido alguna mascota (diferente de los pájaros) durante la infancia o la edad adulta.
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Finalmente, la tabla 3 presenta los resultados del análisis multivariante, incluyendo las variables que
mantienen una asociación estadísticamente significativa (p < 0,05) en el modelo multivariante. Los principales
factores asociados con la presencia de atopia a las edades de 20 a 44 años en España son: alergia materna,
sexo masculino, edad, nivel educativo alto y tener algún hermano alérgico.
Discusión
La atopia es el resultado de la interacción entre la exposición a un alergeno y a diversos factores ambientales
en una persona genéticamente predispuesta3. El presente trabajo, realizado sobre una muestra aleatoria y
representativa de la población general, presenta evidencias de cuáles son los factores que intervienen en el
desarrollo de la atopia en adultos jóvenes españoles. Tanto el sexo masculino como la alergia materna son
factores de riesgo ya establecidos para el desarrollo de la atopia en la edad adulta. Además de estas dos, se
sugiere que también puedan estar involucradas otras variables como el orden en el número de hermanos, el
nivel educacional, las infecciones respiratorias de vías bajas a edades precoces o el tener pájaros como
animales domésticos durante la infancia.
Diversos trabajos sugieren un elevado número d e hermanos, sobre todo si éstos son mayores, como factor
protector para la atopia13-17 proponiendo diversas y controvertidas explicaciones para este fenómeno, entre
las que se hallarían: un mayor riesgo de contagio de infecciones virales o bacterianas por el contacto con los
hermanos mayores, haber sufrido un mayor número de infecciones en la infancia, el tratamiento antibiótico
oral a edades tempranas o la vacunación contra la tos ferina18-24. En el presente estudio se observa una
asociación, aunque no estadísticamente significativa, entre atopia y número de hermanos, principalmente
cuando son mayores que el individuo incluido en el estudio y más aún cuando éstos son varones, de manera
que un número creciente de hermanos redunda en una reducción de las concentraciones de IgE. Posteriores
estudios deberán evaluar mejor si el sexo de los hermanos influye o no en el desarrollo de los trastornos
atópicos en la edad adulta.
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El estilo de vida occidental, que se caracteriza entre otras cosas por unas mejoras tanto en el ámbito
sanitario como de vivienda, así como por un menor tamaño familiar, ha sido descrito como un factor de riesgo
independiente para el desarrollo de atopia en la edad adulta3-8. El mayor nivel educacional de la población
podría indicar en parte una mayor exposición a los factores relacionados con la «occidentalización» (p. ej.,
mayor uso de antibióticos, menor frecuencia de infecciones en la primera infancia, viviendas menos
hacinadas)3-8 que se han asociado al aumento de la atopia. De nuestro estudio se desprende que hay una
asociación independiente positiva entre el nivel educativo y el desarrollo de atopia en la edad adulta en
nuestro medio. No tenemos otras explicaciones alternativas a la asociación de atopia con el nivel
educacional.
Respecto al papel que desempeñan las infecciones respiratorias sufridas durante la infancia temprana en el
desarrollo de la atopia todavía es controvertido18-24, pero parece ser que las que no producen sibilancias (tos
ferina y tuberculosis) están asociadas con una reducción de las concentraciones de IgE específica en suero y
una menor reactividad de las pruebas cutáneas, mientras que las enfermedades que cursan con sibilancias
(bronquitis o bronquiolitis) se asocian, aunque débilmente, con un incremento de las concentraciones de
IgE18-25. Según los resultados obtenidos en nuestro estudio, después de haber llevado a cabo los modelos
de regresión logística multivariante, las infecciones de vías respiratorias bajas no pueden ser consideradas
como factores de riesgo para el desarrollo de atopia (definida como concentraciones de IgE específica en
suero mayores de 0,35 kU/l) en nuestro medio.
En este estudio no encontramos una asociación entre haber tenido un animal de compañía (gatos, perros,
caballos o conejos) durante la infancia y la presencia de atopia en la edad adulta (datos no referidos por cada
animal), a excepción de la asociación positiva con haber tenido un pájaro (que desaparece en el análisis
multivariante al ajustar por nivel educativo). Este hecho no coincide con diversos trabajos, que revelan una
asociación negativa entre la atopia y la posesión de animales domésticos a diferentes edades26-30. Hay que
interpretar estos hallazgos con precaución porque pueden estar sometidos a un importante sesgo de
selección debido a que las personas que presentan síntomas de atopia podrían tender a evitar el contacto
con los animales. Por otra parte, se ha hallado una asociaci&o acute;n positiva entre tener pájaros en la
infancia y el desarrollo del asma en la edad adulta, aunque no resultó significativa después de aplicar el
modelo multivariante. Esta asociación debe ser interpretada con cautela, pero resulta cuanto menos curioso
el diferente comportamiento de los pájaros respecto al resto de las mascotas y su diferente asociación con la
presencia del asma en el adulto. La exclusión de la variable pájaros por falta de significación en el modelo
multivariante bien podría atribuirse a una interacción con alguna de las variables relacionadas con el entorno
familiar. Respecto a otros trabajos, el actual análisis presenta ciertas ventajas que deben ser resaltadas. La
primera es que se centralizaron las mediciones de las IgE específicas séricas derivándose todas las
muestras a los laboratorios centrales de Pharmacia Diagnostics AB (Uppsala, Suecia), donde se utilizó
siempre el sistema CAP para la detección de las IgE específicas en el suero. El hecho de que todas las
determinaciones se lleven a cabo en el mismo laboratorio y con la misma técnica supone una disminución de
la variabilidad entre diversas mediciones y garantiza una mayor fiabilidad de los resultados. La segunda
ventaja se encuentra en el hecho de que siempre y en todas las áreas se siguió el mismo protocolo, y que las
técnicas utilizadas (cuestionarios y mediciones séricas de IgE específicas) superaron los controles de calidad
requeridos.
Hay que tener en cuenta también que los estudios de casos y controles realizados a partir de casos
prevalentes están limitados porque las exposiciones pueden haber sido modificadas en el pasado a causa de
la aparición de una enfermedad (p. ej., las personas sintomáticas se deshacen de los animales de
compañía), aunque esto no influya en variables como la edad, el sexo, el tamaño familiar o el nivel educativo.
Otra limitac ión es la tasa de no respuesta (cercana al 60%), cosa que puede sesgar los estimadores (p. ej.,
había más mujeres sin síntomas que declinaban su participación que mujeres con síntomas)32, aunque las
asociaciones reportadas con atopia en este estudio no varían en función del sexo. Esto podría haber
sobrestimado la prevalencia de atopia y subestimado las asociaciones debido a un sesgo no diferencial, pero
hay evidencia de que la tasa de no respuesta produce un efecto despreciable en el total de las distintas
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asociaciones con hiperreactividad bronquial, IgE total u ocupación, estimadas en el conjunto del ECRHS33-38.
Pese a no presentar una prevalencia tan alta como la que se halla en los países de influencia anglosajona33,
la atopia en nuestro medio es común entre los adultos sanos sin síntomas respiratorios (cerca del 30% en
España)35, y se asocia a varios trastornos de diversa gravedad como la rinitis alérgica o el asma. Puesto que
la atopia afecta a uno de cada tres adultos jóvenes españoles, supone un problema de salud importante y un
motivo de consulta frecuente. Por tanto, es necesario conocer los mecanismos que están implicados en su
desarrollo para conseguir un mejor control y una menor morbilidad. A partir de los resultados obtenidos en el
presente análisis se deduce que en España los principales factores asociados al desarrollo de atopia en la
edad adulta son: sexo masculino, juventud, alergia materna o en algún hermano, y nivel educacional elevado.
Ello tiene interés para orientar la investigación de las causas del aumento de la atopia en nuestro entorno, y
revela que los factores que inducen a ello deben ser similares en todos los países, dado que los factores
encontrados son coincidentes con los demás países occidentales.
El grupo español del European Com munity Respiratory Health Survey está compuesto por: Josep M. Antó,
coordinador. Albacete: Jesús Martínez-Moratalla, Enrique Almar, Mariano Arévalo, Antonio Mateos y Manuel
Vizcaya. Barcelona: Jordi Sunyer, Felip Burgos, Jordi Castellsagué, Josep Roca, Joan B. Soriano y Aurelio
Tobías. Galdakao: Nerea Muniozgoren, Manuel Errezola, Alberto Capelastegui y Jacinto Ramos. Huelva:
José Antonio Maldonado, José Luis Sánchez, Antonio Pereira y Jesús Grávalos. Oviedo: Ramón Quirós,
Julián Azofra, Luis Palenciano y Félix Payo.
Xavier Cortès es estudiante de Medicina del Hospital del Mar-Udimas y participa en el ECRHS gracias a una
beca de colaboración IMIM-UAB. Joan B. Soriano se encuentra actualmente en Glaxo-Wellcome R&D,
Greenford, Londres, UK. El ECRHS está financiado con ayudas de la Comunidad Europea, FIS 91/001606
(00E-05E) FIS 93/0393 y CIRIT/GRQ 93-9304 y SGR 95-00434C
Los datos españoles del ECRHS han sido revisados por cada uno de los centros participantes y parcialmente
por el Centro Coordinador Europeo.
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