III Coloquio Internacional sobre Gestión Universitaria en América del Sur Ballatore Maricela, [email protected] Dari Nora, [email protected] De Necesidades y Proyectos. La Educación Superior Virtual en Latinoamérica. Proyecto Didáctica e Innovaciones Tecnológicas. Universidad Nacional de Quilmes. [email protected] Las sociedades actuales están atravesando profundos cambios, acelerados por la expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Estas tecnologías han contribuido a alterar el mundo de modo irreversible: la velocidad de la comunicación y la producción de información se acelera y crece la interdependencia a escala global. Estos profundos cambios se encuentran atravesados por dos grandes procesos: de un lado, la globalización y del otro, la revolución tecnológica. Los avances tecnológicos, como dice Petrella(1996) impregnan todos los terrenos de la economía, cosa que no ocurrió con las revoluciones tecnológicas anteriores que se limitaban a sectores determinados. Hoy es la tecnología de punta la que organiza el proceso económico. La base tecnológica de este nuevo proceso es la Internet y la materia prima, por así decirlo, de esta sociedad son los trabajadores de alta cualificación. En este plano, es en el cual, la educación surge como ámbito desafiado, pues la manera de obtener tales profesionales es mediante una educación que sea adecuada y competente para generar sujetos autónomos orientados a la acción tecnológica. (Castells, 1997) Sin embargo, el camino de la discusión en torno a sus consecuencias recién comienza a ser transitado. Mientras nos encontramos discutiendo por ejemplo, cuál puede ser el impacto de este proceso en los entornos políticos – económicos actuales, más de la mitad de la población mundial, y una porción bastante amplia en nuestra región, no ha realizado nunca una llamada telefónica. No obstante, creemos que es necesario superar la ya desgastada polémica entre tecnofóbicos y tecnofílicos (Sancho Gil, 1994) para poder acceder a un nivel de discusión más complejo que permita entender críticamente esta sociedad en la cual vivimos. En este contexto la educación y en particular, la universidad enfrenta un período sin precedente de cambio y ajustes en el camino hacia la sociedad de la información. Según Castells “las universidades son importantes agentes de difusión de la innovación social, porque una generación tras otra de gente joven pasa por ellas, y conocen y se acostumbran a los nuevos modos de pensar, gestionar, actuar y comunicar. Como la comunicación a través del ordenador ha penetrado en el sistema universitario a escala internacional durante los años noventa, los licenciados que dominarán las compañías e instituciones a comienzos del siglo XXI llevarán con ellos el mensaje del nuevo medio a la corriente principal de la sociedad.” (1997) El panorama actual de las universidades se halla modelado por nuevas situaciones, en este sentido se vería modificado, pero habrá que observar atentamente en que medida la relación entre Estado, universidad y sociedad pueden constituirse un sistema de innovación científica y tecnológica, que vincule formación, producción de conocimiento científico y demanda social por el nuevo conocimiento. (Krotsch, 2000) Los sistemas educacionales alrededor del mundo están cambiando para adaptarse a las nuevas circunstancias. Existe un consenso esencial en torno a la necesidad de la reforma educacional y un creciente reconocimiento del hecho que la educación debe desarrollarse en vistas a la sociedad de la información y todo esto se hace sentir en el nivel universitario. Los acelerados cambios - sociales, laborales y tecnológicos -, conectados con la globalización y los múltiples espacios de aprendizaje en los que están inmersas las personas, obligan a plantear a la introducción de las NTIC como un tema central de las políticas educativas. La educación en general pero la universidad en particular, tiene el gran desafío de preparar a las futuras generaciones para una mayor diversidad y amplitud de competencias. La Educación Superior en América Latina no es la primera vez que enfrenta un desafío. En los años ’50 y luego más vertiginosamente durante los ’60 la universidad debió enfrentar un periodo de transformación: la explosión de los números. Brunner ha caracterizado este proceso para el conjunto de América latina como determinado por el peso de los números, cuyos componentes fundamentales serían: 1) la ampliación de la base institucional, 2) la masificación de la matrícula, y 3) la expansión del cuerpo docente. (1990) Sin embargo, los desafíos actuales implican una redefinición de la educación superior en otros de sus varios aspectos, análisis al que procuraremos contribuir en el presente trabajo, y que se encuentran íntimamente ligados con el desarrollo de las propuestas de educación a distancia que ofrece la educación superior, generalmente universitaria. En el presente desarrollo procuraremos describir y analizar 4 niveles de cambio que detectamos como desafíos actuales de la educación superior hoy. Actualmente la educación superior ha visto transformado su espacio. Concepto éste que procura definir el lugar físico donde el proceso educativo se desarrolla. Tradicionalmente, la educación superior se desarrolló en el aula universitaria siendo considerada ésta como el ámbito de transmisión de conocimientos de una disciplina pero también como el ámbito legítimo para la interacción y el debate entre alumnos universitarios y profesionales académicos. En este sentido, la clase universitaria presencial constituye un sistema de comunicación en la cual, la potencialidad es la posibilidad de interacción entre una serie de dimensiones: profesor, alumno, contexto, medio, lenguaje, símbolos. Esta vez, las innovaciones tecnológicas que se hallan en el contexto educativo de la educación superior, hacen que estos territorios se trasladen de lo real a lo virtual. La NTIC y las redes de comunicaciones que se establecen a partir de ellas, hacen que este nuevo espacio y contexto signifiquen, a veces equívocamente, la traslación de viejos conceptos al nuevo territorio y a su vez, impliquen el establecimiento de nuevas definiciones en el ciberespacio: la clase virtual. En el contexto virtual de educación a distancia los estudiantes se comunican con los docentes a través de distintas herramientas. El profesor se encarga de acompañar a los estudiantes durante su proceso de aprendizaje comunicándose a través del correo electrónico, u otros recursos, tantas veces como sea necesario. Por este motivo, entendemos a la función del docente como un facilitador del proceso de aprendizaje de los estudiantes, a partir de la gestión de sus clases y las distintas estrategias de comunicación que se proponen. (UOC, 2000) Las propuestas virtuales de educación a distancia apuestan fuertemente al interés tecnológico manifestado por el alumno, el cual, presenta una fuerte disposición hacia la modalidad, lo que a nuestro entender actúa como fundamento motivacional junto al deseo o necesidad de aprender (Ballatore, 2003). Por ello el formato de enseñanza de las actuales propuestas virtuales de educación a distancia está altamente centralizado en el papel del alumno. Las actividades en los campus virtuales quedan centradas en el alumno (Dari, 2000). El diseño de la interface y el formato de los cursos se encuentran orientados al grado de actividad que desarrolla el sujeto que aprende. El espacio aquí se desestructura de su concepción original y se reestructura mediante los diversos links que la virtualidad le permite. Esta reestructuración del espacio, a su vez redefine los roles de aquellos que interactúan pedagógicamente en el. Los sistemas educativos se encuentran íntimamente ligados con las etapas de desarrollo de los sujetos, habitualmente la educación superior era considerada por los sujetos y por la sociedad misma, como una fase terminal. Se definía por ser, la última etapa de formación formal. En la actualidad está concepción se encuentra profundamente modificada. La entrada plena en la Sociedad de la Información requiere de nuevos profesionales, preparados y entrenados para que aprendan continuamente y a la rapidez que demanda la velocidad vertiginosa a la que se desarrollan Internet y las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Bajo esta mirada un modelo de formación educativa con base en la diferenciación de la edad de los sujetos ya no es posible mantener en vigencia. Infancia, juventud y un período de la adultez ya no son las únicas etapas de la vida ligadas a la formación educacional. En consecuencia, el período para aprender comprende toda la vida, es continuo. (Arbúes- Tarín, 2000) Pero no sólo el aprendizaje circunscripto espacial y temporalmente ha variado, también el contenido de tal formación se encuentra en período de constante transformación. El conocimiento ha dejado de ser acumulativo, ya no se valora la capacidad de retener mucho saber, esto es, la constitución de una memoria extensiva; sino que se tiende a fomentar la capacidad de acceder al conocimiento, seleccionarlo, analizarlo y desarrollar un nuevo conocimiento válido, a partir de la crítica y del intercambio de flujos de información con otras personas, esto es aprendizaje colaborativo y conformación de memoria comprensiva. También se está transformando el papel de los profesores, quienes pasan de ser un sujeto transmisor de un conocimiento acumulado a ser un orientador, un guía, que va indicando al estudiante el camino a seguir para llegar a sus objetivos y a sus preferencias personales. Por tanto, el profesor, también debe de ser capaz de encontrar, consultar, seleccionar y analizar fuentes de conocimiento y transmitir a cada alumno aquello pertinente a lo que necesita para desarrollar su perfil profesional. Las universidades se enfrentan a una nueva situación: se le hace dificultoso legitimar e institucionalizar este nuevo conocimiento, que se genera cada vez a mayor velocidad, siguiendo los tradicionales protocolos universitarios. Además, esta generación de conocimiento se descentraliza de las Universidades. La Empresa y otras entidades sociales(ONG, Fundaciones, etc.) empiezan a montar estructuras formativas capaces de satisfacer sus propias necesidades así como las del resto del espectro social y laboral. Esto significa que se produce una intensificación de las relaciones entre la Universidad, la Empresa y el sector productivo, generando otro nivel de cambio que retomaremos mas adelante. La educación continua tiene como asidero dos razones principales profundamente relacionadas: formación continua de recursos humanos y la potencialidad que implican las relaciones entre Universidad y sectores productivos. El recurso humano en el contexto actual productivo debe estar correctamente capacitado y educado para lograr dejar atrás su papel como un eslabón mas en la cadena de la mano de obra a ser un trabajador del conocimiento que incorpora valor agregado al proceso productivo. Las universidades pueden convertirse, de este modo, en instituciones que suministran formas múltiples de aprendizaje. Se prevé que el mayor incremento de educación superior ha de provenir de la formación continua. Las NTIC pueden ampliar el alcance y el grado de diversificación de la oferta formativa de las universidades, dirigida a nuevos colectivos de estudiantes: estudiantes a tiempo parcial, estudiantes que siguen sus estudios desde sus hogares, formación continua en el lugar de trabajo, etc. No obstante, la nueva demanda de enseñanza difiere en algún porcentaje de la tradicional. Una parte sustancial del aprendizaje mediante la formación continua tendrá lugar en el propio lugar de trabajo o durante el tiempo libre tras la jornada laboral; los estudiantes procurarán responder más a necesidades de corto plazo que a planes de estudio sistemáticos y determinados externamente. Este hecho se encuentra básicamente determinado por las necesidades de formación profesional que antepone el mercado laboral actual y en cierta medida, condicionan el perfil del sujeto que estudia. Este cambio en el concepto de tiempo se encuentra sumamente ligado a otro proceso de cambio: el de la coordinación. Históricamente el Estado era la institución principal que articulaba con la Universidad sin embargo, esta relación se ha visto irrumpida por un nuevo actor: el mercado. El hecho de la formación continua es uno de los aspectos que más pueden potenciarse en la cooperación entre la Universidad y los sectores productivos. La relación en forma de red puede estabilizar esta coordinación y cooperación a medio y largo plazo. Actualmente hay una carrera mundial de los países más avanzados para liderar el proceso de innovación y transformación de la economía global y el eje de este proceso se centra cada vez más en las políticas de los Gobiernos y del sector privado para invertir fuertemente en investigación y educación entendiendo estos que el futuro de las Naciones avanzadas está en el desarrollo permanente de sus recursos humanos, es decir en la capacidad de adquirir conocimientos de su población para poder responder a los exigentes desafíos globales, esto significa, que hoy el recurso económico básico que priorizan los países desarrollados para establecer una diferencia cualitativa sustancial está en el saber, en definitiva, en la educación. La Universidad actual se plantea básicamente satisfacer ciertas demandas que están presentes en el mercado educativo, e intentar resolverlas mediante la utilización de las NTIC. Básicamente, algunos de los requerimientos tienen que ver con cuestiones propias de los cambios que surgen en la sociedad de la información y otras tienen que ver con contextos específicos sociales, económicos y culturales del propio sistema de educación superior en la Argentina. Pero fundamentalmente, estas necesidades tienen que ver con una creciente demanda de formación continua de los estudiantes y profesionales; con una amplia dispersión geográfica, que muchas de las ofertas académicas existentes no alcanzan a cubrir, con la necesidad de reducir los costos individuales de formación y gastos de desplazamiento, entre otras cosas. La universidad debe repensar el sentido de la formación de los sujetos, a fin de evitar que se opaque su relevancia social, por tanto, es necesario educar sobre el significado y exigencias que plantea el mundo laboral en una sociedad posmoderna pero sin embargo ello no es, ni debe ser suficiente ya que “el debate para la definición de políticas educativas que contribuyan a una nueva forma de articulación entre trabajo y educación requiere plantear un nuevo eje estructurador que, a nuestro entender, está dado por la formación de todos los ciudadanos en aquellas competencias necesarias para participar de los actuales procesos sociales y productivos”. (Filmus- Gluz, 2000) Este es el contexto de la universidad virtual del presente. Por último, sostenemos que las propuestas de educación superior a distancia actuales encierran un profundo cambio, producto de su propia implementación: cambio de medios. En los últimos años, hemos sido testigos del rápido desarrollo de las computadoras, de las redes de computadoras, del incremento en la capacidad y velocidad de los procesadores y del galopante incremento de la capacidad de almacenamiento electrónico, es decir, de las NTIC en general. Estos desarrollos han sido una fuerza muy dinámica que ha afectado a la educación en general y especialmente a la educación a distancia, proporcionándole un nuevo, poderoso e interactivo medio para reducir las barreras de tiempo y espacio, para poder llegar a sus objetivos. “Las modernas tecnologías resuelven el problema crucial de la educación a distancia, que es la interactividad”. (Litwin, 2000) Las NTIC ofrecen, entre otras, las siguientes ventajas para la educación a distancia: Facilitan el aprendizaje personalizado: El alumno puede desarrollar su aprendizaje a su propio ritmo, en el tiempo de que disponga, a la vez que le van proporcionando retroalimentación y ayuda, según el alumno lo necesite y desee. Son herramientas multimedia: Las NTCI con la capacidad multimedia permite integrar gráficas, impresiones, audio, voz, video, y animaciones, que pueden ser convenientes apoyos a la educación, posibilitándole al docente y alumno utilizar diversas tecnologías de manera conjunta. Son interactivas: Las NTCI son extremadamente flexibles y poderosas permitiendo el desarrollo de programas educativos que le facilitan al alumno mantener el control sobre su práctica educativa. Permiten también incluir dentro de los programas educativos adecuadas y pertinentes respuestas, tutorías y retroalimentación para los alumnos. Incrementan el acceso a distancia: El notable avance en la tecnología de comunicación y en la capacidad de las computadoras ha permitido establecer una comunicación a través de redes mundiales que crece constantemente, permitiendo el acceso a innumerables fuentes de información que antes eran inaccesibles. Por el otro lado, las NTIC presentan, entre otras, las siguientes desventajas para la educación a distancia: El desarrollo de las NTIC es costoso: A pesar de que el costo de las computadoras individuales es relativamente accesible y de que los mercados de los programas de computadoras son muy competitivos, la instalación, desarrollo y mantenimiento de las redes de comunicación aún es costoso en la región, y en el contexto actual argentino, se ha agravado aún más. La tecnología cambia rápidamente: Los cambios en la tecnología tienen un ciclo muy corto por lo que, se corre el riesgo de enfocar la atención solamente a disponer de lo más avanzado en tecnología, en lugar de buscar satisfacer las necesidades reales de las instituciones e individuos. Otra de las cuestiones que aún puede considerarse como en desventaja es la del acceso, ya que cuando se habla de cómo las personas pueden acceder a las NTICs, lo que, generalmente se discute es el problema de la exclusión, porque si estas tecnologías tienen cada vez más relevancia en la sociedad, el quedar distanciado de ellas, implicaría además quedar excluido social, económica, laboral y/o culturalmente. Pero, ¿a qué denominamos como acceso a las NTICs ? No hablamos solo del acceso a la posesión de un ordenador (computadora, Pc, etc.) sino a todo el complejo entramado de conocimientos necesarios para poder realmente considerar que se tiene acceso a la tecnología. Esto implica algo un poco mas complejo. No solo son necesarios medios que permitan el acceso económico, esto es que permitan la compra de los elementos mínimos para poder introducirse en la Red, sino además medios cognoscitivos que permitan, a aquellos ya convertidos en usuarios participar eficazmente de ella. Al igual que Burbules y Callister, nosotras sostenemos que este debate no debería quedarse sólo en lo técnico, sino que debería extenderse a la oportunidad de desarrollar estas aptitudes y actitudes necesarias para aprovechar el recurso. La crítica más fuerte que hacemos acerca de esta cuestión, está dada en el sentido de que, en el caso de las políticas educativas con relación a las NTICs, aquellos encargados de formularlas se concentraron más en las condiciones técnicas del acceso y no en los criterios tanto implícitos como explícitos de su abordaje. Sin duda, creemos que el uso de las NTICs en el campo educativo puede ser visto como un posibilidad para salvar algunas de estas cuestiones íntimamente relacionadas con las exigencias de la sociedad actual. Sin embargo, no debemos perder de vista el análisis, desde un punto de vista crítico, de su implementación, fundamentalmente si lo que tenemos en mente es crear un verdadero y confiable entorno que permita y facilite el proceso de enseñanza y aprendizaje, aún en un formato no presencial. La aparición de nuevos ambientes de aprendizaje solo tiene sentido en el conjunto de cambios que afectan a todos los elementos del proceso educativo (objetivos, contenidos, profesores, alumnos,...). Los cambios en educación, a cualquier escala, para que sean duraderos y puedan asentarse requieren que cualquier afectado por dicho cambio entienda y comparta la misma visión de como la innovación hará que mejore la educación. Quizás uno de los cambios más grandes que se tengan que hacer en función de la educación a distancia sea el de desarrollar ejemplos o medios adecuados ,que permitan a sus alumnos incluir en el contenido de los cursos, sus propios ejemplos, historias de vida y aplicaciones A pesar de las múltiples limitaciones que tenemos en nuestra región, debemos trabajar en este frente generando modelos de educación a distancia adecuados a nuestras sociedades, que respondan a nuestras necesidades y que funcionen con lógica, eficiencia, eficacia y efectividad, tomando, de los que ya existen, métodos y acciones, que se ajusten a las condiciones reales de la Educación Superior en Latinoamérica. BIBLIOGRAFÍA BALLATORE, M, “El alumno virtual: principal agente en la Educación a Distancia mediada por las Nuevas tecnologías de la Información y la comunicación”, Mímeo, UNQ, 2003. BECERRA, M..- FLORES, J. (comp.): La educación Superior en entornos virtuales: el caso del Programa Universidad Virtual de Quilmes, Ediciones Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2002. BRUNNER J.: Educación Superior En América Latina. Cambios Y Desafíos, Fondo de Cultura Económica, Chile, 1990. BURBULES, N. C. y CALLISTER, T. A.: “Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información”. Ediciones Granica. España. 2001. Carpeta de Formación de la UOC. Universitat Oberta de Catalunya. Tareas del Consultor. 2000 CASTELL, M.: “La era de la información: economía, sociedad y cultura. Vol. I: La sociedad red”. Alianza, Madrid, 1997. DARI, N.: “Campus virtuales, campus presenciales. Una visión comparada de la Educación Superior”, Mímeo, UNQ, 2001. DUART, J.M. y SANGRÁ, A.: “Aprender En La Virtualidad”. Gedisa. Barcelona. 2000. FILMUS, D. - GLUZ, N.,(2000)” Política Educacional”, UNQ, Quilmes. GIBBONS, M.: “La nueva producción del conocimiento”. Ediciones Pomares- Corredor. Barcelona, 1.997. KROTSCH, O.: “Educación Superior y Reformas Comparadas”, UVQ, Buenos Aires, 2000. LEVY, D.C.(Coordinador) “La educación superior dentro de las transformaciones políticas y económicas de los años noventa”. Informe del grupo de trabajo sobre Educación Superior de la Asociación de Estudios Latinoamericanos informe de la UNESCO sobre Educación Superior. LITWIN, E. (Compiladora): La Educación A Distancia. Buenos Aires: Amorrortu. 2000 PETRELLA, R: Los límites a la competitividad, Grupo de Lisboa, Buenos Aires, Sudamericana- UNQ. 1996 SANCHO, J.: Para una tecnología educativa. Barcelona. Horsori. 1994 TEDESCO, J. C.: “Tecnologías de la información y comunicación en la escuela”, en Innovación, Oficina Internacional de Educación, UNESCO, N°91. 1997. TIFFIN, J, y Rajasingham, L: “En busca de la clase virtual: La educación en la sociedad de la información”. Paidós. Madrid, 1997. WEBGRAFIA “Aproximaciones al concepto de Educación a Distancia” http://www.lr.rffdc.edu.ar/capacitacion/que.htm Llodrá, B,: “ Aprendizaje Constante y Formación Continua” http://www.uoc.es